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Direccion de Comunicaciones de Carabineros (DICOMCAR)

 


Dirección de Comunicaciones de Carabineros (DICOMCAR) fue creada en Septiembre de 1983, despues del Servicio de Inteligencia de Carabineros (SICAR), para que Carabineros asumiera un rol de mayor envergadura en labores de inteligencia y contrainsurgencia, además de análisis de información y protección de servicios públicos.

La DICOMCAR contaba con personal de entre 100 y 150 hombres, principalmente carabineros aunque tambien participo personal civil. Dentro de los miembros de este organismo habían ex integrantes del "Comando conjunto"

La DICOMCAR utilizaba como cuartel un recinto usado anteriormente por el Comando Conjunto, ubicado en la calle dieciocho en Santiago, llamado "La Firma".Al igual que otros organismos represivos de la época, la tortura fue una practica sistemática.

Este organismo, perteneciente a Carabineros, se hizo conocido por su rol en el asesinato por degollamiento a los tres profesionales miembros del Partido Comunista, Santiago Nattino, José Manuel Parada y Manuel Guerrero, en marzo de 1985.

Por la brutalidad del triple homicidio, conocido como el Caso Degollados, y la indignación extendida de la ciudadanía, obligó a la Corte Suprema a designar al Juez José Cánovas Robles como ministro en visita para investigar el delito. La investigación del Juez Cánovas inculpó a la DICOMCAR y fueron detenidos dos coroneles, un comandante, dos capitanes y dos oficiales de Carabineros. El caso provoco la dimisión del general César Mendoza, General Director de Carabineros y Miembro de la Junta Militar desde el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 así como la disolución de la DICOMCAR.

 

Nombres claves dentro de la DICOMCAR:

La DICOMCAR dependía directamente de: CESAR MENDOZA DURAN; general, miembro de la Junta y máxima autoridad de Carabineros.

Otras personas vinculadas a la DICOMCAR fueron:

LUIS FONTAINE MANRIQUEZ; coronel, director del organismo.

JULIO MICHEA MUÑOZ; coronel, jefe de Asuntos Externos e Internos de la DICOMCAR

GUILLERMO GONZALEZ BETANCOURT; mayor, subalterno de Muñoz

IVAN ANDRUSCO; general de Carabineros (r)

HECTOR DIAZ ANDERSON; capitán

PATRICIO ZAMORA; capitán

JOSE FUENTES CASTRO, sargento

 

Fuentes de Información: Derechos Chile; El Mostrador; La Nacion; El Siglo; The Clinic


The Clinic

20 Abril, 2010

Más allá de la amenaza: Presidente de la Suprema describió a DICOMCAR como “asociación ilícita terrorista” en 1994

La repartición que funcionó bajo el nombre eufemístico de Dirección de Comunicaciones de Carabineros (DICOMCAR), primero que nada, no fue nunca una “dirección de comunicaciones”. Y, en segundo lugar, su cuartel general, conocido como “La Firma”, no era una simple oficina, sino que un recinto ilegal de detención, en el que se torturó a gran cantidad de personas por su pensamiento polìtico. La DICOMCAR fue, en realidad, una “asociación ilícita terrorista”. Así de categórico… ¿De donde salen todas estas afirmaciones? Del fallo vigente de la justicia chilena sobre el Caso Degollados, emanado el 31 de marzo de 1994. ¿Quién firma? El entonces ministro en visita, y actual presidente de la Corte Suprema de Chile, Milton Juica:

LOS ANTECEDENTES DE JUICIO QUE SE HAN RESUMIDO ANTERIORMENTE, HAN SERVIDO ASIMISMO PARA TIPIFICAR EL DELITO DE ASOCIACIÓN ILÍTICA TERRORISTA, TODA VEZ QUE PARA LA CONSUMACIÓN DE LOS ILÍCITOS YA DESCRITOS, SE HA DETERMINADO LA EXISTENCIA DE UN GRUPO DE PERSONAS, QUE DEPENDIENDO DE UN ORGANISMO POLICIAL, SE EXCEDIERON DE SUS FUNCIONES LEGALES, PROCEDIENDO BAJO EL SUBTERFUGIO DE ACTIVIDADES DE INTELIGENCIA A PRIVAR DE LIBERTAD A DISTINTAS PERSONAS DE UNA IDEOLOGÍA POLÍTICA DETERMINADA, MANTENERLOS EN CAUTIVERIO, INTERROGARLAS CON APREMIOS ILEGÍTIMOS, ACERCA DE SUS ACTIVIDADES POLÍTICAS EN LUGARES QUE NO ERAN PÚBLICOS DE DETENCIÓN, MATARON A TRES DE ELLAS, DE UNA MANERA QUE CAUSÓ CONMOCIÓN PÚBLICA Y LUEGO PARA ELIMINAR LAS EVIDENCIAS QUE LOS HECHOS PUNIBLES, DESTRUYERON POR MEDIO DE EXPLOSIVOS UN VEHÍCULO QUE PERTENECÍA A UNA DE LAS VÍCTIMAS Y DESTRUYERON TAMBIÉN EL INMUEBLE DONDE FUERON LLEVADAS LAS PERSONAS SECUESTRADAS”.

Así reza el texto, rescatado en estos días por el periodista Matías Fouillioux, del Centro de Investigación e Información Periodística, CIPER.

Hace unas semanas, nadie en el gobierno parecía tener en mente este fallo. El general de Carabineros (r) Iván Andrusco, asumía como director nacional de Gendarmería. Casualmente era un 29 de marzo, el día en que se cumplían 25 años exactos del secuestro y asesinato de Santiago Nattino, Manuel Guerrero y José Manuel Parada -los “degollados- muertos a manos de la esa “asociación ilícita terrorista” llamada DICOMCAR.

¿Pero, dónde trabajaba Andrusco hace justamente 25 años? No era una pregunta obvia. De hecho, formulada así, de la nada, a quién le podía importar. Sin embargo, la respuesta, una vez difundida por el diputado Hugo Gutiérrez, no podía dejar indiferente a nadie…

¿CARRERA EJEMPLAR?

Resultaba que la persona encargada de dirigir todos los recintos de reclusión legal del país, trabajó largo tiempo en un centro de detención ilegal y tortura. A él debían, en lo sucesivo, los jueces confiar las personas que declararan reas. Andrusco, el responsable final de resguardar el propio edificio de la Corte Suprema, de acuerdo al fallo firmado por el mismo presidente del máximo tribunal, había sido miembro de una “asociación ilícita terrorista”.

Los antecedentes del Caso Degollados, según el fallo de Milton Juica, terminaron por no involucrarlo directamente en los asesinatos de Nattino, Guerrero y Parada, pero todo lo demás indicaba, definitivamente, que, tras su designación, algo no estaba en su lugar. Las condenas por “asociación ilícta terrorista”, en su oportunidad, cayeron piadosamente sólo sobre los cinco máximos oficiales de la DICOMCAR, incluyendo al general César Mendoza, de cuya comandancia en jefe dependía, de acuerdo al irregular organigrama, este grupo criminal. Andrusco, como el resto de los oficiales subalternos, se libró del cargo. Pero, algo no podía ignorarse, Andrusco había sido parte de “La Firma”.

Así que (pese a que El Mercurio asegure que se trata de un oficial “de carrera ejemplar”) la mancha en el expediente podía resultar difícil de olvidar. Y se puede presumir que, si hay una persona que tendría la mancha siempre en mente, ésta debe ser el presidente de la Corte Suprema; aquel juez que tuvo que investigar a ese organismo, que de policial pasó a terrorista y que, en vez de proteger a los ciudadanos, los había detenido ilegalmente, torturado y asesinado.

Y un pelo de la cola. A propósito de esta “carrera ejemplar”, el mismo El Mercurio informó el 9 de abril del 2005 de versiones que hablaban de “una eventual baja del servicio del general Andrusco”, envuelto en un bochornoso incidente como general de Carabineros a cargo de la Región del Bío Bío. En esa ocasión, un grupo de doce miembros de la institución firmó una carta denunciando inhumanas condiciones de trabajo instauradas bajo el mando de Andrusco. La misma nota habla del “impacto causado por la carta denuncia” en el alto mando, que no se caracteriza por aceptar este tipo de misivas de subordinados que critican el actuar de generales.

LAS “AMENAZAS”

Ivan Andrusco terminó por renunciar a su puesto como director nacional de Gendarmería el viernes 16 de abril. En esa oportunidad declaró que lo hacía porque se habían detectado “amenazas” de muerte, en plural, en contra de su persona.

Finalmente, resultó que se trataba de una única amenaza: un comentario posteado por un troll en theclinic.cl usando el nombre “Ciclista Maulino”. Un troll , como todos los usuarios de internet saben, es una persona que ingresa, a manera de hobby, comentarios provocadores en diversos sitios web, como una forma de matar el tiempo. El troll en cuestión, como muchos de sus congéneres, aparentemente escribe, bajo varias identidades, mensajes de diferente tenor, en los que asume distintas personalidades y estados ánimo. Con esto, el troll busca molestar o lograr alguna reacción de sus interlocutores cibernéticos. En el trato con los trolls hay una sola máxima “don`t feed the troll”, no alimente al troll (no le haga caso), una regla que en este caso no se ha cumplido.

Se anunció, en su momento, con bombos y platillos, que se iniciaría una investigación judicial para buscar a la persona autora de esta trascendente amenaza, que había logrado amedrentar a un general veterano, al mando de miles de hombres armados, al punto de hacerlo renunciar a su puesto. Pero, hasta el día de hoy, nadie ha llamado a esta oficina.

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