Fecha Detención :
Comuna Detención :
Fecha Asesinato : 02-10-1973
Comuna Asesinato : Santiago
Partido Político : Partido Socialista (PS)
Oficio o Profesión : Obrero agrícola
Estado Civil e Hijos : Casado 1 hija
Nacionalidad : Chilena
Relatos de Los Hechos
Fuente :(Informe Rettig)
Categoría : Antecedentes del Caso
El 2 de octubre de 1973, fue muerto en la Escuela de Infantería de San Bernardo Luis Alberto DIAZ MANRIQUEZ, 30 años, casado, militante socialista, obrero agrícola.
Se presentó en la Sub Comisaría de Paine, a raíz de una citación a comparecer a ese Recinto. Familiares fueron informados en ese lugar que el detenido había sido entregado a efectivos militares.
En el Instituto Médico Legal, lugar donde aparecía en las listas de cadáveres ingresados,informaron que estaba enterrado en el Patio 29.
De acuerdo a lo señalado en el Certificado de Defunción murió el “2 de octubre de 1973, a las 12.00 horas. Causa heridas de bala múltiples torácicas. En Santiago, Escuela de Infantería”.
En el protocolo de autopsia se establece que la causa de la muerte son las heridas a balas múltiples toráxicas cráneo encefálicas y abdominal con salida de proyectil.
Por todo lo anterior la Comisión se formó la convicción que en su ejecución le cupo responsabilidad directa a los agentes del Estado que lo mantenían detenido, toda vez que la causa de muerte fueron los múltiples impactos de bala recibidos mientras estaba recluído en la escuela de Infantería
Corte de San Miguel dicta condenas por secuestros y homicidios en Paine.
Fuente :diarioconstitucional.cl 12/7/2018
Categoría : Prensa
La Corte de Apelaciones de San Miguel dictó sentencia de segunda instancia en tres casos por violaciones a los derechos humanos cometidos por personal de la Subcomisaría Carabineros de Paine, en 1973.
En dos fallos (causa roles 230-2017 y 238-2017), la Quinta Sala del tribunal de alzada condenó a dos penas 5 años y 1 día de presidio a Nelson Bravo Espinoza, en calidad de cómplice de los homicidios de Luis Díaz Manríquez y José González Sepúlveda, ilícitos cometidos el 27 de septiembre y 10 de octubre de 1973, respectivamente.
Sentencia que, además, absolvió al Bravo Espinoza de responsabilidad en el delito de secuestro calificado de las víctimas, y ratificó la absolución de José Retamal Burgos.
En la etapa de investigación, la Ministra en visita Marianela Cifuentes Alarcón estableció que Luis Alberto Díaz Manríquez fue detenido el 27 de septiembre de 1973, luego de presentarse voluntariamente en la Subcomisaría de Carabineros de Paine -unidad a cargo de Nelson Bravo Espinoza- y llevado al Centro de Detención clandestino de la Escuela de Infantería de San Bernardo, lugar donde fue fusilado al margen de todo proceso legal.
En tanto, José González Sepúlveda fue detenido el 10 de octubre de 1973 en su lugar de trabajo -una maestranza de la comuna de Paine- por personal de la misma unidad policial anterior y posteriormente llevado a la Escuela de Infantería donde fue ejecutado al margen de todo proceso legal y su cuerpo arrojado en un canal del sector de Viluco.
En ambos casos, se confirmó la sentencia que condenó al fisco a pagar una indemnización total de $430.000.000 a los familiares de Luis Díaz Manríquez, y de $50.000.000 a los familiares de José González Sepúlveda, por el daño moral provocado por la acción de agentes de Estado.
Secuestros de hermanos en Huelquén
En el tercer fallo (causa rol 811-2018), la Sexta Sala del Tribunal de alzada confirmó la sentencia que condenó a 10 años y un día de presidio a Nelson Bravo Espinoza, en calidad de autor de los secuestros calificados de los hermanos Hernán Fernando y Juan Humberto Albornoz Prado, ilícitos perpetrados a partir del 15 de septiembre de 1973.
En la etapa de investigación, la Ministra Cifuentes estableció que el 15 de septiembre de 1973, los hermanos Albornoz Prado -junto a otros 4 obreros agrícolas- fueron detenidos por personal de Carabineros de la Subcomisaría de Paine, en el asentamiento "La Estrella" de Huelquén y llevados a la unidad policial.
En dicho recinto, fueron encerrados ilegalmente y sometidos a malos tratos físicos y luego fueron liberados 4 de los 6 detenidos. Los hermanos Albornoz Prado permanecieron en la unidad policial, lugar desde donde se les pierde el rastro y se desconoce su paradero.
En el aspecto civil, se confirmó la sentencia que condenó al fisco a pagar una indemnización de $720.000.000 a familiares de las víctimas.
¡Que sabía yo de golpes! Relato esposa de Luis Díaz Manríquez
Fuente :germina.cl 2014
Categoría : Prensa
Soy Juana Leyton Aliaga, esposa de Luis Alberto Díaz Manríquez, de – tenido desaparecido el 27 de septiembre en la comisaría de Paine, sin vuelta. Yo tenía 29 años, él 30, y teníamos una hija de siete meses, única hija. Mi marido era campesino. A él lo citaron y como andaba en el trabajo, le dejaron el recado que te – nía que presentarse a la comisaría, y no lo volví a ver. Yo ya estaba en la casa, porque estuve desde mayo en el hospital de Buin, y al otro día fue el golpe. Y, ¿qué sabía yo de golpes, qué sabía de esas cosas?, yo estaba totalmente relajada, tranquila, el golpe fue para nosotros una sorpresa. El día del golpe, en la casa se sabía por la radio, porque había gente inteligente que no sé cómo se contactaban con una radio de Moscú y por ahí se sabía, allá se sabía lo que estaba pasando acá, pero como nunca había pasado nada parecido, al menos no sabía, no tenía idea de qué se trataba, no tenía idea de por qué había sido, quiénes, no sé. Mi marido y los otros campesinos siguieron su vida normal, trabajando porque ya tenían el asentamiento, ya la tierra era del campesino, porque por eso luchaban ellos. Se llamaba asentamiento El Cóndor. Todo seguía normal, pero la gente que estaba fuera de la casa sabía lo que estaba pasando, yo no me daba cuenta. No permitían hacer reuniones porque estaban en estado de sitio. A todos los dirigentes los llamaron a declarar a la comisaría. Alberto se fue a presentar a la comisaría y no volvió. Y nosotros sin saber nada, uno no podía preguntar, ni siquiera los carabineros que lo torturaron, ni ellos decían nada. Mi hermano Juan fue a la comisaría y le dieron unos cachuchazos y se tuvo que ir.
En mi casa me refugié en mi familia, mis papás, tres de mis hermanos y mi hermana menor, que se hizo cargo de la guagua cuando caí de nuevo en el hospital. Una vez fui al Estadio Nacional. Había tanta gente, tanta gente. Fui al Congreso, había tantas listas con las letras del abecedario; yo busqué en la D y no estaba mi marido. Una vez llegué al Ministerio de Defensa, ahí fui, y cómo me verían, llamaron al Hospital de Buin para identificarme, para ver si era verdad que yo estaba en esas condiciones, llamaron y les dieron mi información. Como vieron que estaba toda tajeada, un señor del Ministerio me dijo: “Mira, anda al Registro Civil y ahí busca, ve si está tu marido”. Entonces fui, busqué la D, tenía que buscar la letra. Lo que nunca había andado en mi vida, ese día, no sé cómo se me iluminó todo y fui ahí y ya no estaba en los registros, no estaba y un caballero me dijo: “Sabe señora, vaya al Servicio Médico Legal”, y fue en la única parte que lo encontré en una lista, el año 1973. Tuve que ir al Registro Civil a buscar un certificado de defunción y me dijeron: “Esta persona está sepultada en el Patio 29, sepultura tanto”. Ni conocía el Cementerio General y preguntando llegué al Patio 29. Había una cruz con el nombre de él y me aferré a eso, yo quería traerlo para acá y me dijeron que no, imposible. Yo iba tupido y parejo para allá, iba seguido. Entonces, una vez un panteonero me dijo “¿Quiere que le diga la verdad? No creo que esté su marido ahí, no creo, porque puede que esté o puede que no esté”. Me dijo que en algunos hoyos echaban has – ta cinco montones en bolsa, igual que pollos, cuando echan pollos en una caja. “En algunos han echado cinco pollos, en otros no han echado ninguno, en otros han echado dos”, y yo tenía la esperanza, yo confia – da, confiada, confiada, hasta el día de hoy, confiada en las personas de la oficina, porque yo decía “¿Qué sabe un panteonero?”, y a lo mejor sabía. J
Juana Leyton Aliaga