Fecha Detención : 03-04-1976
Lugar Detención : Argentina – Mendoza
Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Sociólogo
Estado Civil e Hijos : Soltero
Nacionalidad : chilena
Relatos de Los Hechos
Fuente :(Informe Rettig)
Categoría : Antecedentes del Caso
MANUEL JESUS TAMAYO MARTINEZ
El 3 de abril de 1976 Luis MUÑOZ VELASQUEZ, ex-Secretario del Seccional San Bernardo del PS y candidato a Regidor, Juan Humberto HERNANDEZ ZASPE, ex-Presidente de la Federación de Estudiantes Industriales y Técnicos (FEITECH) y Manuel Jesús TAMAYO MARTINEZ, sociólogo, dirigente socialista, quién trabajaba estrechamente con los miembros del Comité Central de su partido, teniendo el rol de "enlace" entre Carlos Lorca, Ricardo Lagos, también desaparecidos, y otra fracción socialista, fueron detenidos junto a otros chilenos en la vía pública, en Mendoza.
Los tres eran amigos y habían llegado a la Argentina en el transcurso del año 1974, abandonando Chile donde estaban perseguidos por razones políticas. Trabajaban juntos en la "empresa Modernflood" de Mendoza y estaban a cargo de reorganizar una Coordinadora Socialista participando en actividades de la denominada Comisión de Consenso del PS.
Según informaron varios testigos presenciales, en el operativo militar participaron fuerzas conjuntas de la Policía Federal argentina y agentes de la DINA.
Hay testimonios de que los tres detenidos fueron trasladados por tierra desde Mendoza hasta Villa Grimaldi, a fines del mes de abril de 1976.
La Comisión estima que los tres detenidos socialistas desaparecieron estando en poder de sus aprehensores, agentes de la DINA, en Chile, en violación de sus derechos humanos.
Víctimas de Chile Hernández Zaspe, Tamayo Martínez y Muñoz Velásquez
Fuente :mpf.gob.ar sin fecha
Categoría : Prensa
Descripción del caso
Señores jueces: vamos a describir ahora lo ocurrido a tres ciudadanos chilenos, integrantes del Partido Socialista de ese país.
Juan Humberto Hernández Zaspe, chileno, de 23 años al momento de los hechos, integró el partido socialista desde muy joven. Fue presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios FEITECH y, como referente, viajó a diferentes regiones y países.
A partir del golpe de estado de 1973 en Chile, la cúpula de la juventud socialista pasó a la clandestinidad. Luego de la detención de gran parte de ellos, en septiembre de 1975, Hernández Zaspe abandonó el país procurando su seguridad. Así, se instaló en la ciudad argentina de Mendoza en donde se reencontró con dos de sus compañeros del partido, Manuel Jesús Tamayo Martínez y Luis Gonzalo Muñoz Velásquez.
Manuel Jesús Tamayo Martínez, también integró el partido socialista desde su juventud. En el barrio, conoció a Hernández Zaspe con quien trabó una profunda amistad ya que además de vecinos compartían su afinidad política. Con motivo de la instauración del régimen dictatorial, tanto él como su familia sufrieron una intensa persecución que lo llevó a exiliarse en Argentina a inicios de 1976. Proyectó continuar viaje hacia Ecuador pero se instaló primero en la ciudad de Mendoza.
Luis Gonzalo Muñoz Velázquez pertenecía a una familia de fuerte pertenencia al partido socialista. Con posterioridad al golpe de estado, muchos de ellos fueron perseguidos, sufrieron allanamientos y fueron apresados por la dictadura, lo que los obligó a abandonar su país y, en carácter de refugiados se radicaron, en principio, en Argentina. Luis, que fue detenido en Chile durante un breve período de tiempo en 1975, huyó inicialmente a la ciudad misionera de Posadas en donde también estaban sus padres pero luego, en los primeros meses de 1976, se mudó a Mendoza junto a su hermano Alex y su cuñada. A diferencia del resto de su familia, no solicitó refugio al ACNUR hasta que llegó a Mendoza, ya que siempre mantuvo la intención de poder reingresar a su país.
En Mendoza, Hernández y Tamayo vivían juntos en un departamento de la calle Belgrano, mientras que Muñoz vivía en otro, sobre la misma calle, junto a su hermano Alex, su cuñada y otro refugiado chileno, José Cerda.
Con el objetivo de reencausar la resistencia y formar una coordinadora del partido socialista, Hernández, Tamayo y Muñoz continuaron desde Mendoza con sus actividades políticas, reagrupando a otros connacionales que también habían escapado de la dictadura chilena.
Entre los meses de diciembre del ´75 y enero del ´76, Hernández Zaspe viajó a Chile para visitar a su familia. Ya de regreso en Mendoza, la DINA allanó la casa familiar en Chile en diversas oportunidades. Insistentemente, y a pesar de que sabían que se encontraba en la ciudad de Mendoza y que desde allí continuaba con su actividad política, se presentaron requiriendo la presencia de Juan Humberto, quien planeaba regresar a Chile de visita en el mes de marzo pero la presión de las fuerzas represivas que lo acechaban, nuevamente, truncó su proyecto. En Mendoza sufrieron de similar presión.
Recordemos el particular hostigamiento que en esa ciudad de se hacía a los ciudadanos chilenos por parte de la policía local. Y que, además, personal de la DINA chilena circulaba permanentemente por las calles de la ciudad controlando los movimientos de sus connacionales. Esta circunstancia los forzó a acercarse a la representación local del ACNUR para solicitar refugio. Allí les indicaron que debían presentarse nuevamente el día 5 de abril de 1976 para continuar con el trámite, pero nunca llegaron a hacerlo.
El 3 de abril de 1976, Hernández Zaspe, Tamayo Martínez y Muñoz Velázquez fueron secuestrados en la vía pública, sobre la calle Belgrano de la ciudad argentina de Mendoza. Esta ciudad, como sabemos, se encontraba dentro de la jurisdicción del área 332, a cargo del Director del Liceo Militar General Espejo con asiento en esa ciudad. Alrededor de las 17.30 hs., mientras caminaban por la calle Belgrano, fueron sorprendidos y reducidos por un grupo de hombres. Algunos de ellos, pertenecientes al Ejército Argentino, estaban uniformados y circulaban en un camión de esa fuerza. Otros, vestidos de civil, se trasladaban en autos particulares identificados con patentes argentinas y chilenas; entre ellos había personal de la policía local y de la DINA chilena.
Hernández, Tamayo y Muñoz fueron violentamente colocados contra una pared, los registraron, los golpearon y luego los introdujeron al camión militar. Muñoz se paró dentro del vehículo, en cuya caja no llevaba lona que lo cubría, y levantó sus brazos llamando la atención de los transeúntes. Pero lo tiraron al piso del camión. Se pusieron en marcha y los llevaron a una de las Unidades Militares ubicadas en el Parque San Martín.
En esa misma noche en la parte trasera de una camioneta tipo pick up, fueron trasladados a Chile. Allí fueron llevados primero en el CCD conocido como “Cuatro Álamos” ubicado en la ciudad de Santiago y luego alojados en el CCD “Villa Grimaldi”, en las afueras de la ciudad, en donde fueron salvajemente torturados. Fue en el CCD Villa Grimaldi donde fueron vistos por última vez. Juan Humberto Hernández Zaspe, Manuel Jesús Tamayo Martínez y Luis Gonzalo Muñoz Velásquez, a la fecha permanecen desaparecidos.
La familia Muñoz Velásquez, tomó conocimiento de lo ocurrido de manera inmediata, ya que uno de sus hermanos presenció el operativo y dio aviso a sus familiares en Chile para que realizaran gestiones.
Por su parte, la familia Hernández Zaspe se enteró unos días después, cuando Flor, hermana de Luis, viajó a Mendoza y en el domicilio de su hermano se encontró con Jorge Quesada, amigo de su hermano, quien le contó lo que había pasado y le recomendó que regresara a Chile, pues temía que la casa estuviera vigilada. Además, preocupados por no tener noticias suyas, escribieron a un familiar, quien luego de algunas averiguaciones les confirmó que Juan Humberto había sido detenido en Mendoza y entregado a las fuerzas chilenas por las autoridades argentinas.
La familia Tamayo Martínez, también supo sobre la detención a los pocos días de sucedida ya que, además de las noticias que trajo Flor Hernández Zaspe de Mendoza, recibieron un llamado que los alertó.
Desde entonces, las tres familias intentaron denuncias y gestiones para dar con sus seres queridos, pero ninguna de ellas dio resultado. Tanto las autoridades argentinas como las chilenas negaron información sobre su paradero.
Prueba
Los hechos relatados se encuentran respaldados por abundante prueba testimonial y documental incorporada al debate.
Flor Hernández Zaspe, hermana de Juan Humberto, declaró en este debate acerca de la pertenencia política de su hermano y de la persecución que sufrió por ese motivo. Relató las circunstancias del exilio de su hermano en Mendoza y agregó que siempre mantuvieron contacto fluido a través de correspondencia. Dio cuenta de la visita que hizo a la casa familiar en Chile entre diciembre del 77 y los primeros días de enero del 78 y de los allanamientos que sufrieron una vez que su hermano regresó a Mendoza. En este sentido, relató que las primeras veces no se identificaron pero ya en la tercera oportunidad se presentaron como integrantes de la DINA y luego de requerir la presencia de Juan Humberto, manifestaron saber que se encontraba en la ciudad de Mendoza trabajando en contra de la dictadura chilena. Resulta claro que esa información provenía de las coordinadas tareas de inteligencia que las fuerzas represivas argentinas y chilenas estaban realizando.
Flor Hernández Zaspe concluyó que, si los represores chilenos ya tenían esa información, la razón de haberse presentado en su domicilio fue recolectar más datos de su hermano, como actividades o relaciones que tenía en Mendoza. Concluyó, también, que la dirección de inteligencia chilena operaba de manera coordinada con otros organismos militares de América Latina en busca de sus opositores, extremo que ha sido probado en este juicio.
Flor Hernández Zaspe aseguró haber avisado a su hermano sobre estos allanamientos y la información que tenían los represores, todo lo cual motivó la cancelación de su próxima visita a Chile. Al respecto, agregó que una vez que su hermano Juan Humberto desapareció en Argentina, la DINA no volvió a buscarlo en su casa de Chile.
En cuanto al operativo de secuestro, Flor Hernández relató las circunstancias en que se produjo, todo lo cual pudo reconstruir a partir del relato de testigos chilenos que lo presenciaron y que también estaban radicados en Mendoza. En este sentido, explicó que la segunda semana de abril de 1976 viajó a Mendoza y se encontró con un joven chileno en la casa de su hermano. Éste le contó cómo Luis había sido detenido en la vía pública junto a Muñoz Velázquez y Tamayo. Además, agregó que el muchacho les recomendó que no hicieran ninguna denuncia y volvieran pronto a Chile, ya que la situación en Mendoza estaba muy difícil.
Flor Hernández Zaspe también recordó a Manuel Jesús Tamayo Martínez, a quien conocía por ser amigos del barrio en Chile.
Señores jueces: en esta sala, también hemos escuchado a los hermanos de Manuel Tamayo, Juan Jorge y Adriana Iris Tamayo Martínez. Ambos se refirieron a la trayectoria política de su hermano y relataron la persecución de la que era objeto en su país. Particularmente, Juan Tamayo describió la relación que lo unía con Juan Humberto Hernández Zaspe, con quien compartía la participación política en el Partido Socialista y con quien, además, había convivido en la ciudad de Mendoza durante un tiempo. Por haber también vivido en esa ciudad, Juan Tamayo recordó la presencia de personal chileno de la DINA en las calles de Mendoza y la inseguridad que esto acarreaba para los refugiados chilenos.
Tanto Juan como Adriana Tamayo recordaron la forma en que supieron sobre la desaparición de su hermano Manuel en Mendoza y las dificultades que tuvieron para realizar gestiones.
Por su parte, Alex Muñoz Velázquez, hermano de Luis Gonzalo, se refirió a la trayectoria política de su hermano y la persecución de la que fue objeto en Chile. Relató su traslado a nuestro país y el lugar en donde se radicaron en la ciudad de Mendoza.
En el debate también brindó testimonio José Cerda Herrera, quien conocía a Luis Gonzalo Muñoz Velázquez de Chile y con quien se reencontró en la ciudad argentina de Mendoza, a donde ambos habían escapado debido a la persecución en su país. Recordó que es allí donde conoció a Juan Humberto Hernández Zaspe y Manuel Jesús Tamayo Martínez y que juntos, los 4, trabajaban para reagrupar a los exiliados chilenos del partido. Si bien se refirió a las reuniones, aclaró que por seguridad no sabían las actividades de los demás.
Respecto de la persecución en la ciudad de Mendoza, Cerda Herrera recordó la presencia de personal de inteligencia chilena que se infiltraba entre los exiliados, y que algunos incluso requirieron refugio al ACNUR pero que este organismo los rechazó.
Señores jueces: Alex Muñoz, María Cecilia Muñoz y José Cerda Herrera presenciaron los secuestros de Hernández Zaspe, Tamayo Martínez y Muñoz Velásquez. En esta audiencia, los tres coincidieron en las circunstancias en que se produjo el operativo y que ya describimos. Los primeros dos aclararon que pudieron reconocer que se trataba de Luis Muñoz Velázquez y sus amigos, cuando éste agitó los brazos dentro del camión militar, mostrándose, y pudieron ver con claridad que llevaba puesta la ropa que ellos mismos le habían prestado ese día.
En particular, Alex Muñoz describió la presencia del personal y los vehículos chilenos; y María Muñoz aclaró que pudo reconocer al personal chileno por su tono de voz.
Los tres explicaron, además, cuál fue el destino dado a las víctimas, de acuerdo a lo que con el tiempo pudieron reconstruir. Así, los tres afirmaron que luego de sus detenciones, Hernández Zaspe, Muñoz Velázquez y Tamayo Martínez fueron trasladados desde la ciudad de Mendoza hacia Chile, en donde fueron vistos por última vez en el CCD conocido como Villa Grimaldi.
En particular, Flor Hernández Zaspe se refirió a la correspondencia que cruzaron con un familiar que, en esa época, era Arzobispo de Santa Fe, Vicente Hernández Zaspe, a quien le pidieron ayuda para ubicar a Juan Humberto. Éste les informó que luego de su detención en Mendoza, su hermano y sus compañeros fueron entregados por las autoridades argentinas a las fuerzas chilenas y que se encontraba en un “campo en Peñalolén”. Agregó la testigo que años después supo que se trataba del CCD “Villa Grimaldi”; y que había sobrevivientes de ese Centro de Detención que recordaban la llegada, desde Argentina, de 3 prisioneros que se encontraban en muy estado de salud.
En este sentido, hemos escuchado en esta sala a los testigos Gabriela Salazar y Juan Carlos Feres Nazarala, sobrevivientes de centros de detención chilenos, que compartieron cautiverio con Hernández Zaspe, Tamayo Martínez y Muñoz Velázquez y terminan de acreditar los traslados clandestinos desde la ciudad argentina de Mendoza a Chile.
Gabriela Salazar, sobreviviente de los centros de detención Villa Grimaldi y Cuatro Álamos, recordó la llegada de tres detenidos a este último lugar de reclusión al que describió como un lugar de paso por los detenidos. Contó en esta sala que desde la celda en la que ella estaba recluida pudo escuchar que los recién llegados pedían a los guardias del lugar que les dieran agua y se quejaban del cansancio por haber sido trasladados desde la ciudad de Mendoza.
Salazar aclaró que si bien no pudo conversar directamente con ellos, escuchó esos quejidos y, años más tarde, relacionó lo vivido con lo que hasta ese momento se sabía sobre el destino de Hernández, Tamayo y Muñoz. Explicó que por la ubicación de su celda, podía escuchar si los detenidos que llegaban eran alojados en Cuatro Álamos o si eran trasladados inmediatamente. Es por eso que aseguró que Muñoz, Hernández y Tamayo detenidos no ingresaron al centro de detención, por lo que fueron trasladados. Por otra parte, su testimonio también ilustra sobre la dimensión de Cóndor y la interacción de Chile con el resto de las dictaduras del Cono sur, en tanto recordó a otros secuestrados que fueron trasladados a Chile desde otros países.
Al testimonio de Salazar se suma el de Juan Carlos Feres Nazarala, sobreviviente del CCD ubicado en las afueras de la ciudad de Santiago de Chile conocido como “Villa Grimaldi”, quien compartió cautiverio con Luis Gonzalo Muñoz Velásquez. Feres recordó que si bien no pudo verlo, sí pudieron conversar. Así, pudo constatar el deplorable estado físico en que estaba Muñoz por la forma en que se quejaba de dolor. Feres concluyó que, sin lugar a dudas, Muñoz había sido torturado en ese CCD.
Feres reprodujo en la audiencia, además, todo lo que Muñoz le relató acerca de las circunstancias de su secuestro en la ciudad de Mendoza, la participación de personal argentino y chileno en ese procedimiento y el traslado hacia Chile, por tierra, en la parte trasera de una camioneta. Agregó también que Muñoz le detalló la complicidad de las autoridades de ambos países cuando, al momento del traslado, escuchó que entre ellos hacían comentarios jocosos sobre la carga que transportaban.
Además de lo que el propio Muñoz relató sobre la presencia del personal DINA en el operativo, Feres recordó que en el centro de detención había un oficial de ese cuerpo que, interpretando el macabro rol del “policía bueno” y luego de no haberlo visitado durante seis o siete días ,se presentó y le convidó un cigarrillo de marca argentina. Este oficial le contó que los había comprado recientemente en Argentina, a donde había tenido que viajar para cumplir una misión.
Feres Nazarala explicó que si bien en Villa Grimaldi no pudo conversar ni ver a Hernández Zaspe y Tamayo Martínez, supo por Muñoz que ellos también fueron trasladados a ese CCD. También explicó que, a juzgar por el deplorable estado físico en que estaba Muñoz luego de haber sido torturado, era posible que Hernández y Tamayo hubieran muerto a consecuencia de los tormentos recibidos en ese lugar.
Finalmente, Feres Nazarala recordó la preocupación de Muñoz porque su familia no sabía que se encontraba detenido en suelo chileno y por eso, en cuanto recuperó la libertad, puso esta circunstancia en conocimiento de un abogado que avisó a su familia.
Refuerzan el cuadro probatorio sintetizado la abundante prueba documental incorporada a este debate. Entre ella, contamos con las cartas manuscritas por Juan Humberto Hernández Zaspe, aportadas por su hermana Flor al declarar en la audiencia. En ellas se evidencia la fluida comunicación que mantenía con su familia. Además de contar sobre sus actividades laborales, Hernández relata el hostigamiento que sufrían los chilenos por parte de las autoridades argentinas. La última carta recibida se encuentra fechada el 21 de marzo de 1976, pocos días antes de su secuestro y desaparición.
Se encuentran también incorporadas las constancias remitidas por la justicia de Mendoza, en donde se recopilaron los antecedentes que tanto la Vicaría de la Solidaridad de Chile como la regional Mendoza del Movimiento Ecuménico por los DDHH contaban sobre estos hechos.
Asimismo, sus desapariciones también son materia de investigación ante la justicia chilena en el marco de la causa n°2182-98 “Operación Cóndor”, de la cual algunos elementos fueron remitidos mediante exhorto e incorporados a este debate.
Entre ellos contamos con las presentaciones y las denuncias formuladas por los familiares de las víctimas, quienes relataron las circunstancias relativas a la desaparición de sus seres queridos, de igual manera en que lo realizaron en esta audiencia.
Como ya explicamos, también aquí los fallecimientos o apartamientos de algunos imputados y las limitaciones de la etapa instructora, nos impiden realizar acusaciones formales contra algunos de los responsables de estos hechos. Por el momento, sólo corresponde mencionar que por la privación ilegal de la libertad de Juan Humberto Hernández Zaspe se encuentra imputado Carlos Horacio Tragant, sobre lo que volveremos al momento de examinar su responsabilidad.
Ministro Carroza condena a 20 ex agentes de la DINA por homicidios y secuestros calificados. Caso Operación Cóndor.
Fuente :diarioconstitucional.cl 22/9/2018
Categoría : Prensa
En la causa, el ministro Carroza absolvió por falta de acreditación de participación en los hechos a otros 32 exagentes de la DINA.
El ministro en visita para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, condenó a veinte exmiembros de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) por su responsabilidad en los delitos de secuestro y homicidio calificado de víctimas de la acción coordinada de servicios de inteligencia sudamericanos en la década del ‘70, conocida como Operación Cóndor.
En su fallo, el Ministro de fuero condenó a los agentes Cristoph Georg Willeke Floel y Raúl Eduardo Iturriaga Neumann a 17 años de presidio efectivo, en calidad de autores del delito reiterado de secuestro calificado de: Jorge Isaac Fuentes Alarcón, Julio del Tránsito Valladares Caroca, Juan Humberto Hernández Zazpe, Manuel Jesús Tamayo Martínez, Luis Gonzalo Muñoz Velásquez, Alexei Vladimir Jaccard Siegler y Héctor Heraldo Velásquez Mardones; y como autores del delito de homicidio calificado de: Ricardo Ignacio Ramírez Herrera, Jacobo Stoulman Bortnik, Matilde Pessa Mois, Hernán Soto Gálvez y Ruiter Enrique Correa Arce.
En la causa, además, el ministro Mario Carroza condenó a:
-Juan Hernán Morales Salgado a la pena de 15 años y un día de presidio, en calidad de autor mediato del delito de secuestro calificado de Alexei Vladimir Jaccard Siegler y Héctor Heraldo Velásquez Mardones; y como autor mediato del delito de homicidio calificado de Ricardo Ignacio Ramírez Herrera, Jacobo Stoulnian Bortnik y Matilde Pessa Mois;
-Pedro Octavio Espinoza Bravo a la pena de 15 años y un día de presidio, como autor de los delitos reiterados de secuestro calificado de Julio del Tránsito Valladares Caroca, Juan Humberto Hernández Zazpe, Manuel Jesús Tamayo Martínez, Luis Gonzalo Muñoz Velásquez, Alexei Vladimir Jaccard Siegler y Héctor Heraldo Velásquez Mardones; y como autor del delito de homicidio calificado de Ricardo Ignacio Ramírez Herrera, Jacobo Stoulman Bortnik, Matilde Pessa Mois, Hernán Soto Gálvez y Ruiter Enrique Correa Arce;
-Jorge Marcelo Escobar Fuentes, Federico Humberto Chaigneau Sepúlveda y Miguel René Riveros Valderrama deberán purgar 15 años y un día de presidio, como autores mediatos de los delitos reiterados de secuestro calificado de Alexei Vladimir Jaccard Siegler y Héctor Heraldo Velásquez Mardones; y como autores mediatos del delito de homicidio calificado de Ricardo Ignacio Ramírez Herrera, Jacobo Stoulman Bortnik, Matilde Pessa Mois, Hernán Soto Gálvez y Ruiter Enrique Correa Arce;
-Gladys de las Mercedes Calderón Carreño deberá cumplir 10 años y un día de presidio, en calidad de autora de los delitos reiterados de secuestro calificado de Alexei Vladimir Jaccard Siegler y Héctor Heraldo Velásquez Mardones; y como autora de los homicidios calificados de Ricardo Ignacio Ramírez Herrera, Jacobo Stoulman Bortnik, Matilde Pessa Mois, Hernán Soto Gálvez y Ruiter Enrique Correa Arce;
-Carlos José Leonardo López Tapia fue condenado a la pena de 10 años y un día de presidio, como autor del delito reiterado de secuestro calificado de Juan Humberto Hernández Zazpe, Manuel Jesús Tamayo Martínez y Luis Gonzalo Muñoz Velásquez;
-José Alfonso Ojeda Obando, Eduardo Alejandro Oyarce Riquelme y Héctor Raúl Valdebenito Araya deberán cumplir 7 años de presidio, como autores del delito reiterado de secuestro calificado de Alexei Vladimir Jaccard Siegler y Héctor Heraldo Velásquez Mardones; y como autor del delito de homicidio calificado de Ricardo Ignacio Ramírez Herrera, Jacobo Stoulman Bortnik y Matilde Pessa Mois;
-Miguel Krassnoff Martchenko y Gerardo Ernesto Godoy García cumplirán 5 años y un día de presidio, como autores del delito de secuestro calificado de Jorge Isaac Fuentes Alarcón;
-Ciro Ernesto Torré Sáez y Orlando José Manzo Durán deberán purgar 5 años y un día de presidio, en calidad de autores del delito de secuestro calificado de Julio del Tránsito Valladares Caroca;
-Jerónimo del Carmen Neira Méndez, Hermón Helec Alfaro Mundaca y Juan Ángel Urbina Cáceres, fueron sentenciados a 301 de presidio, con el beneficio de la remisión condicional de la pena, como cómplices del delito de secuestro calificado de Jorge Isaac Fuentes Alarcón, y
-Manuel Rivas Díaz, a 100 días de presidio, con el beneficio de la remisión condicional de la pena, como cómplice del delito de secuestro calificado de Jorge Isaac Fuentes Alarcón.
En la causa, el ministro Carroza absolvió por falta de acreditación de participación en los hechos a otros 32 exagentes de la DINA.
A 39 AÑOS DE UNO DE LOS ZARPAZOS DE LA OPERACIÓN CÓNDOR
Fuente :cronicadigital.cl 11/4/2015
Categoría : Prensa
En un operativo conjunto de la Policía Federal Argentina y agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), se detuvo a tres jóvenes socialistas chilenos quienes fueron trasladados a Villa Grimaldi, último lugar donde fueron vistos con vida. Este domingo 19 de abril, el Centro Verdad y Justicia, les rendirá un homenaje a las 10H30 horas en el Parque por la Paz.
Este mes se cumplen 39 años de la detención en Mendoza, Argentina, de tres jóvenes, quienes fueron trasladados a Chile en el marco de la Operación Cóndor, la coordinación de los organismos represivos de las dictaduras del Cono Sur de América Latina de los años 70.
Se trata de Luis Muñoz Velásquez, Juan Humberto Hernández Zazpe y Manuel Jesús Tamayo Martínez, quienes fueron secuestrados el 3 de abril de 1976, hechos cruzar la Cordillera de Los Andes y luego recluidos en el ex Cuartel Terranova de la DINA.
Los hechos fueron acreditados judicialmente y fue uno de los motivos, entre otros, que tuvo la Corte de Apelaciones de Santiago para aprobar el desafuero de Augusto Pinochet Ugarte, dictamen dado a conocer el 5 de julio de 2004.
Los jóvenes fueron arrestados frente al número 1270 de calle Belgrano, en Mendoza “por grupos de la Policía Federal Argentina y agentes de la DINA”. Fueron “introducidos esposados en un camión que se aleja del lugar de la detención seguido por dos automóviles con patente chilena. Familiares de los detenidos realizan gestiones ante las autoridades transandinas, sin obtener resultados, pero se les informa que han sido enviados a Chile”, señaló el dictamen.
Los tres fueron aprehendidos en un despliegue que incluyó el copamiento de las calles adyacentes. A la fecha de su detención, Muñoz tenía 28 años de edad, Hernández 24 años y Tamayo 25.
Trasladados a Chile en la parte trasera de un camión
Juan Feres Nazarala, militante del MAPU quien fue detenido el 15 de abril de 1976 por agentes de la DINA y llevado a Villa Grimaldi, conversó con Luis Muñoz y supo que los otros dos militantes socialistas se encontraban al interior del recinto.
Muñoz le confirmó que en Villa Grimaldi también se encontraban Manuel Tamayo y Juan Hernández. Le comentó que estaba en pésimas condiciones, que había sido torturado y que había sido secuestrado en Mendoza junto a sus dos compañeros y trasladados a Chile, maniatados y ocultos en la parte trasera de un camión. En esas breves conversaciones, contó que en los pasos fronterizos argentinos y chilenos, la policía hacía bromas respecto de la carga que traía en el vehículo. Se intercambiaron datos personales y referencias de sus respectivas familias, por si alguno de los dos recobraba su libertad. El mapucista logró salir en libertad, entregando los datos al abogado Jaime Castillo Velasco, quien a su vez los entregó a los familiares de Luis.
Monte Maravilla, uno de los predios de Colonia Dignidad
Se sabe que Manuel Muñoz trabajó hasta antes de salir de Chile en tareas de reorganización del Partido Socialista y se conectó con la Comisión para el Consenso, oficiando de enlace entre aquella estructura y la Dirección del PS, que integraban Exequiel Ponce, Carlos Lorca y Ricardo Lagos Salinas, estos últimos, todos detenidos desaparecidos. En Argentina, tenía la misión de canalizar recursos económicos para enviar a Chile y apoyar la actividad de esa estructura.
En diciembre de 1975, Juan Hernández regresó a Chile por unos días y volvió a la ciudad trasandina el 7 de enero de 1976. Días después, pidió asilo político en Argentina. En Santiago, en tanto, su casa paterna era allanada por agentes de la DINA, quienes expresaron que buscaban a Juan por ser “un elemento peligroso”, ya que “trabajaba contra el gobierno desde Argentina”. Desde el país trasandino envió algunas cartas a su familia, les comentaba que era vigilado y seguido por civiles desconocidos.
El 25 de abril de 1976, Rafael del Río Carrasco, cuñado de Manuel Tamayo, recibió una llamada telefónica de una mujer, que no se identificó, y que señaló que el joven se encontraba detenido en Chile, en un lugar llamado “Monte Maravilla”, sin dar más detalles, argumentando que no podía seguir hablando pues las comunicaciones estaban intervenidas. Antes de colgar, alcanzó a decirles que junto a Manuel también estaba el dirigente del MIR Edgardo Enríquez, hermano del secretario general del MIR y detenido en otro operativo de la Operación Cóndor.
Posteriormente, organismos de derechos humanos y funcionarios de la Policía de Investigaciones recogieron antecedentes de que Monte Maravilla es la denominación de uno de los predios de Colonia Dignidad, lugar al cual fueron trasladados prisioneros políticos desde Villa Grimaldi y de algunas ciudades y pueblos cercanos. Fuentes: Poder Judicial, Memorial sitio web PS Chile.
HOMENAJES A DETENIDOS DESAPARECIDOS HACE 42 AÑOS EN LA OPERACIÓN CÓNDOR
Fuente : cronicadigital.cl 18/4/2018
Categoría : Prensa
En sábado 21 de abril, a las 19:30 horas, se desarrollará en El Museo de la Memoria, un encuentro por la memoria en homenaje a luchadores caídos durante la dictadura.
Además, el domingo 22 de Abril, a las 11 horas, en Villa Grimaldi, se efectuará un acto social cultura en homenaje a los tres detenidos desaparecidos.
Se Trata de; Juan Hernández Zaspe, Presidente de la Federación de Estudiantes Industriales y Técnicos de Chile (FEITECH); Luis Muñoz Velásquez, contador, ex dirigente estudiantil de Puente Alto y dirigente socialista en San Bernardo y Manuel Tamayo Martínez, ex dirigente de los estudiantes industriales, alumno de sociología e ingeniería comercial de la Universidad de Concepción.
El 3 de abril de 1976, en el marco de la “Operación Cóndor”, la DINA y la policía federal de Argentina en Mendoza, (donde la DINA tenía un cuartel), secuestraron a los tres jóvenes socialistas con un gran despliegue armado que copó las calles adyacentes. Siendo testigos de ello, José Cerda, Alex Muñoz y Cecilia Muñoz.
Los llevaron al regimiento Maipo de Mendoza. En la noche los trasladaron a Chile por el paso fronterizo Los Libertadores, en una camioneta con toldo. Los entregaron al campo de torturas Cuatro Álamos. En la mañana, los trasladaron al centro de torturas y exterminio Villa Grimaldi.
Juan Feres Nazarala, estuvo en la misma cajonera y separada por tabiques de madera con Luis Muñoz. Él al ser liberado, le informó al presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, Jaime Castillo Velasco, sobre los secuestrados de Mendoza.
El Juez Mario Carroza dictó procesamiento hace 26 meses contra 29 genocidas por secuestro calificado. Actualmente en el caso Operación Cóndor, el Tribunal Constitucional, (órgano de mayoría pinochetista y piñerista), no solo modifica arbitrariamente las decisiones del poder legislativo en materia de Sernac, salud y educación, también obstaculiza la función de los tribunales como parte de la impunidad y la protección a genocidas, para retardar la tramitación de las causas penales, solicitando la suspensión, sin ningún fundamento jurídico y mantener paralizada la investigación y fallo de las causas en los tribunales de justicia por meses y años.
En los juicios, en Argentina en el caso Operación Cóndor, los genocidas están condenados en cárceles comunes y sin privilegios.
Juan, Luis y Manuel, fueron parte de una generación que colaboró en un proyecto transformador y resistió a la tiranía opresiva. Su legado de entrega y sacrificios, que en desigual combate histórico, tomaron partido por la humanidad. Nuestros compañeros, no son solo historia sino presente. No permitiremos que sean ignorados ni olvidados. Sus rebeldías fue un accionar creador y de constructores de conciencia y estaban comprometidos con el socialismo, tenían sólidos valores, principios e ideales. Dedicaron y ofrendaron sus vidas a la transformación social y por eso fueron perseguidos. Son herederos del allendismo y su lucha merece todo nuestros homenajes.
POR RICARDO KLAPP SANTA CRUZ
Manuel Tamayo Martínez
Fuente :pschile.cl sin fecha
Categoría : Prensa
Manuel Tamayo Martínez nació el 6 de mayo de 1951, y era el segundo hijo de Manuel y Juana. Sus estudios básicos los realizó en la Escuela Experimental Salvador Sanfuentes, frente a la Quinta Normal.
Gran parte de su infancia la pasó junto a su familia en ese viejo barrio de Santiago. El hogar familiar estaba en las proximidades de la Iglesia de Lourdes, un recinto solemne que a Manuel parecía sobrecoger y que contrastaba con el bullicio y la alegría de las familias, los vendedores y las parejas de enamorados que poblaban los prados y parques de la Quinta Normal.
Aficionado a los deportes y celoso de su buen rendimiento escolar, su enseñanza secundaria la cursó en el Liceo Darío Salas, establecimiento en el que, entre los años 68 y 69 llegó a ser uno de los dirigentes de su Centro de Alumnos. Dada la natural influencia de su familia, simpatizante desde siempre de la izquierda (su abuelo Juan había sufrido en carne propia los rigores de la persecución durante el gobierno de González Videla) no resultó extraño que Manuel decidiera incorporarse a las filas de la JS en su liceo.
Entre Lenin y Elton John
En medio de las luchas sociales ascendentes y de la efervescencia de los últimos años de la administración de Frei Montalva, Manuel se daba el tiempo para leer y estudiar a autores como Lenin, Sartre y Maritain, sin descuidar su rendimiento escolar. Sus amigos de esa época lo recuerdan como un muchacho más bien retraído, que gustaba de la música de Elton John y Los Beatles, y que no ocultaba su confianza en el avance del movimiento popular, sobe todo a partir del entusiasmo generado por la candidatura del doctor Salvador Allende.
Hacia principios de los años 70, la familia de Manuel se mudó a la zona sur oriente de Santiago, en la actual comuna de Macul. En razón de ello, Manuel trasladó su militancia al activo partidario de ese sector, adscrito a la conducción del Regional Cordillera. Desde allí trabajó activamente en la campaña presidencial de la Unidad Popular.
Dos carreras simultáneas en Concepción
Al egresar y cumplir su mayoría de edad, viajó a Concepción, en cuya tradicional universidad estudió dos carreras al mismo tiempo: Sociología e Ingeniería Comercial. Allá coincidió con un amplio contingente de jóvenes socialistas, que se había trasladado a esa ciudad con el fin de afianzar la presencia de la UP y de la JS en un plantel que hasta entonces aparecía como un reducto exclusivo del MIR.
El 9 de septiembre de 1973, Manuel viajó a Santiago para asistir al matrimonio de su hermana Iris, no pudiendo regresar a Concepción. Fueron días tensos en los que lo único que lo movía era la preocupación por retornar a la capital penquista y enterarse de la situación de los compañeros con los que se relacionaba en la universidad.
Después de confirmar la complicada situación que se vivía en la capital penquista, donde muchos de sus amigos habían debido abandonar sus casas y evacuar la ciudad, Manuel se dedicó a gestionar la llegada a Santiago de varios de sus compañeros en apuros, al tiempo que comenzó a colaborar en los equipos de apoyo al dirigente Ricardo Lagos Salinas, miembro del Comité Central del PS que había pasado inmediatamente a la clandestinidad.
Rafael Merino, hijo del entonces secretario regional del PS en Concepción, fue uno de los militantes a los que Manuel ubicó y refugió en la capital. Merino y Lagos Salinas se encontraban sometidos a una implacable cacería, luego que la prensa golpista los sindicara como responsables del Plan Zeta en la zona penquista.
En el trabajo clandestino
En las tareas que buscaban la reorganización del partido, Manuel se conectó también con la Comisión para el Consenso, a través de su amistad con Luis Muñoz, oficiando de enlace entre aquella estructura y la Dirección del PS, que integraban Exequiel Ponce, Carlos Lorca y Ricardo Lagos Salinas.
Pero a principios de 1976, varios de sus contactos partidarios habían resultado detenidos, quedando momentáneamente descolgado y sin mayor información respecto de los reales alcances de la oleada represiva que desde mediados del año anterior estaba afectando a los equipos y estructuras del PS. Desechando la posibilidad del asilo, Manuel tomó la decisión de cruzar a Mendoza, a dónde llegó el 12 de marzo de 1976. Allí lo esperaban sus amigos Luis Muñoz y Juan Hernández. Estos, sin embargo, estaban con serias dificultades de seguridad: los servicios de inteligencia del cono sur ya estaban coordinados en la Operación Cóndor, y los siniestros grupos de tareas de las fuerzas armadas argentinas seguían de cerca sus movimientos.
En los primeros días de abril, los tres amigos se presentaron en la Delegación de Mendoza de la Oficina Coordinadora de Acción Social, solicitando ser reconocidos como refugiados. Para la tramitación de esa condición, los funcionarios les solicitaron regresar al día siguiente. Lo que sigue ya es historia conocida: Manuel y sus dos amigos son detenidos en medio de un fuerte operativo de militares y efectivos de seguridad.
El 25 de abril de 1976, Rafael del Río Carrasco, cuñado de Manuel, recibió una inquietante llamada telefónica de una mujer, que no se identificó, y que señaló que el joven se encontraba detenido en Chile, en un lugar llamado “Monte Maravilla”, sin dar más detalles, argumentando que no podía seguir hablando pues las comunicaciones estaban intervenidas. Antes de colgar, alcanzó a decirles que junto a Manuel también estaba el dirigente mirista Edgardo Enríquez, hermano del secretario general del MIR y detenido en otro operativo de la Operación Cóndor.
En ese momento el nombre nada indicaba, pero con el paso del tiempo, organismos de derechos humanos y funcionarios de la Policía de Investigaciones han recogido indicios de que Monte Maravilla es la denominación de uno de los predios de Colonia Dignidad, a la cual, como está acreditado judicialmente, fueron trasladados prisioneros políticos desde Villa Grimaldi y de algunas ciudades y pueblos cercanos al misterioso enclave.
Precisamente, un civil que colaboró activamente con la DINA, Juan Muñoz Alarcón (que sería conocido como “El encapuchado del Estadio Nacional”, reconoció en una extensa declaración ante la Vicaría de la Solidaridad su paso por Colonia Dignidad, lugar en el que recibió instrucción “para cazar gente”. En su extensa declaración, dijo saber que en Dignidad había un total de 142 detenidos desaparecidos, y reconoció entre ellos a Manuel Tamayo Martínez,
Al momento de su detención, Manuel tenía 24 años.