Rut:
Cargos: Jefe de la Sección II del Regimiento Rancagua de Arica
Grado : Mayor
Rama : Armada
Organismos : Servicio de Inteligencia Militar (SIM)
Año Fallecimiento : 1985
CIRE
Rol Nº 51.925-1: inhumación ilegal del de Grober Hugo Venegas Islas
Fuente :Poder Judicial, 8 de Noviembre 2011
Categoría : Prensa
QUINTO: Que a fojas 254, 352 a 355, 436,437, 648, 692, 696, 828, 964, 968 y 1.037, declaró el acusado Patricio Vicente Padilla Villén, quien, en su atestado policial de fojas 352 a 355, ratificado a fojas 436, expuso que ingresó a la Escuela Militar en el año 1965, egresando como Subteniente en el año 1967, siendo su primera destinación el Regimiento de Infantería N° 4 “Rancagua” de Arica, donde estuvo cumpliendo funciones hasta el año 1970. Luego fue trasladado al Regimiento “Calama” de esa ciudad, para posteriormente el año 1972, regresar nuevamente al Regimiento Rancagua de Arica, donde permaneció hasta 1977, año en que lo envían destinado al Comando en Jefe del Ejercito, en comisión extra institucional (DINA y CNI), donde estuvo hasta el año 1980, año este último en que volvió al Ejército, siendo trasladado al Regimiento “Lanceros” de Puerto Natales y en 1981, al Regimiento Caupolicán de Porvenir y el año 1988 es trasladado al Regimiento “ Chorrillos” de Punta Arenas, pasando a retiro en el año 1990, mientras se encontraba en ese último regimiento, con el grado de Mayor.
Manifiesta que el año 1975, recuerda, se encontraba cumpliendo funciones en el Regimiento Rancagua de Arica, en la Sección II del Regimiento, a cargo del Mayor Benjamín Araya Pérez, y se creó el CIRE, Centro de Inteligencia Regional, Unidad que estaba integrada, entre otros, por un civil de apellidos Mercado Valenzuela que había sido Suboficial del Regimiento, recontratado después del 11 de septiembre de 1973, por personal de Carabineros, al parecer dos suboficiales, unos tres o cuatro Clases del Regimiento y dos miembros de la Armada, uno de ellos Suboficial. Agrega que debido a que a fines del año 1974 se detectó en el Regimiento a conscriptos vinculados al consumo de drogas, el año 1975 el Mayor Araya les dio la misión de búsqueda de información referente a los proveedores de droga a los soldados .Es así que en una fecha no precisada dentro del año 1975, el Mayor Araya le da la orden para que concurra al Cuartel de la Policía de Investigaciones, con el objeto de retirar a un detenido que estaba vinculado con el tráfico de cocaína. En virtud de lo anterior, concurrió personalmente a la Unidad de Investigaciones en un auto confiscado a la Aduana, acompañado por dos hombres a su cargo, procediendo al retiro de un detenido, cuyo nombre no recuerda. En esa oportunidad firmó un libro en la guardia, donde se dejaba constancia del retiro del mencionado detenido. Concluido dicho trámite, llevaron al sujeto a un cuartel, ubicado en un camino que daba a una rotonda, que confluía con un camino hacia el Valle de Azapa. Allí había una casa abandonada que se utilizó como cuartel del CIRE. Acota que al llegar a ese lugar, avisaron del resultado de la diligencia al Mayor Araya, quien se constituyó en el Cuartel, no recuerda cuanto tiempo estuvo el sujeto en poder de ellos, como tampoco recuerda quien lo interrogó. Agrega que después de ser sometido a un interrogatorio, el Mayor Araya da la orden de matarlo, verbalmente, a un clase especialista en Inteligencia que trabajaba con él en la Sección II, cuyo nombre no recuerda. Daba a entender que a cada especialista en Inteligencia le iba a tocar alguna vez ajusticiar o matar a un sujeto. Ordena al efecto llevarlo al Valle de Azapa, ubicar un lugar despoblado, llevar herramientas de zapa para cavar, les da detalles de cómo hacerlo en el sentido de que antes de concretar la ejecución nadie debía envalentonarse con trago; que al sujeto había que desnudarlo y darle un tiro en la cabeza. Acota que en ese entonces, debido a lo que se vivía en el país uno cumplía cualquier misión, por lo tanto esta labor que les encomendó el Mayor Araya fue cumplida tal como lo ordenó en sus instrucciones, es decir, de noche se trasladaron a la altura de Alto Ramírez en el Valle de Azapa, al sujeto se le obligó a desvestirse y que cavara una fosa, la que tiene que haber medido 1.80 metros por 50 centímetros, con una profundidad de 1.20 metros, aproximadamente. Terminada la fosa, el clase que lo ejecutó le dio un tiro en la cabeza, en la nuca, al parecer con un revólver marca “Rossi”, luego cayó el cuerpo a la fosa e inmediatamente fue cubierto con arena, ignorando si la ropa fue sepultada o no. Cumplida la labor, se retiraron del lugar hacia el cuartel, para informar telefónicamente posteriormente al Mayor Araya, que la misión había sido cumplida. Al día siguiente, el Mayor Araya concurrió al Cuartel a inquirir antecedentes de la ejecución del sujeto y le ordenó a él concurrir al Cuartel de Investigaciones, para informar sobre la fuga del sujeto, lo que hizo. Agrega que posteriormente se olvidó del caso, pero al cabo de un año le correspondió ir a declarar a un Tribunal de Arica sobre este caso, donde solo señaló haber retirado al detenido desde Investigaciones y que posteriormente se dio a la fuga en el sector del Valle de Azapa. Explica finalmente que para ubicar donde fue sepultado el sujeto en Alto Ramírez, en el Valle de Azapa, tendría que ubicarse un Restaurante que había en esos años, cuya característica era la preparación de cerdo, popular, tipo picada. La fosa estaría ubicada en forma diagonal a unos 200 o 300 metros, en un plano que después tocaba con el brazo seco de un riachuelo. Acota, que a pesar del tiempo transcurrido y que no ha visitado la zona desde esa época (declara en diciembre de 2002), pero con el propósito de cooperar con la búsqueda del cuerpo, podría hacer un esfuerzo para poder ubicar el lugar, en el evento que el tribunal así lo determine. Señala que el Comandante del Regimiento era el General Jorge Dowling Santa María, quien tenía cierta amistad con el Mayor Araya. Expresa, a fojas 437, el 05 de marzo de 2003, que el día anterior estuvo presente en el lugar de los hechos, indicando distintos posibles lugares del ocultamiento del cuerpo de Grober Venegas, sin lograr resultado, ya que el lugar ha sido modificado por movimientos de tierra acumulación de pastos por lo que, por el tiempo transcurrido, no puede aún precisar con exactitud el lugar donde se encontrarían los restos del occiso. En su declaración de fojas 648, previa ratificación de su declaración policial contenida a fojas 597 como anexo 66 del parte policial 43/51009 de fojas 515, reitera lo ya dicho, agregando datos del lugar aproximado de ocultación de los restos del referido sujeto, ayudado por un mapa agregado a fojas 646, oportunidad en que refiere que en tal cometido fue acompañado por el suboficial Mercado ya fallecido (sic), por el Cabo de Ejército, cuyo nombre no recuerda, pero aporta sus características físicas, y por un Suboficial de la Armada que podría ser Bernabé Vega Velásquez, cuyo nombre le suena y a quien también describe físicamente. Agrega que los hechos ocurrieron tal como se señala en la declaración que prestara en Concepción, el 14 de enero de 2010, ante la Policía de Investigaciones (fojas 597).En careo de fojas 692 con Bernabé Vega Velásquez, funcionario de la Armada en Retiro, miembro también del CIRE, Centro de Inteligencia Regional, que dirigía Padilla Villén a la época de los hechos, inculpa a Vega como uno de los partícipes del hecho de la ejecución del sujeto en el Valle de Azapa, luego se desdice ante lo expuesto por éste. En su declaración de fojas 696, prestada en diligencia de careo con Sergio Mercado Valenzuela, luego de inculparlo también como uno de sus acompañantes en la ejecución del detenido Grober Venegas Islas en el Valle de Azapa, ya referida, reitera lo ya dicho relativo al retiro de un detenido imputado de tráfico de droga desde la Policía de Investigaciones de Arica, como asimismo el modus operandi de la ejecución de que ésta fue objeto, agregando que luego de llegar a un lugar que le pareció el correcto para ejecutar lo ordenado, se inició la excavación de una fosa de aproximadamente 2 metros de largo por 70 centímetros de ancho, el detenido iba vendado, luego hizo que se bajara al detenido y conducido al lugar, se le hizo desnudar, se le soltaron las manos que llevaba amarradas, se le hizo agachar frente a la fosa, se le sacó la venda y procedió a dispararle en la cabeza con el arma de servicio, señala que puede haber sido un revólver Rossi, el tiro se lo dio él con dicha arma de servicio, y ya muerto fue acomodado en la fosa por los Cabos. Agrega que una vez informado del hecho el Mayor Araya, le comentó que iba a hacer un comunicado señalando que el prisionero en el momento que iba a indicar dónde estaba la droga enterrada en el Valle de Azapa, por la poca claridad que existía en el lugar, se había arrancado y, paralelamente, emitiría un aviso a todas las Unidades de la Fuerzas Armadas encargando la búsqueda y detención de Grober Venegas Islas. Nunca más se comentó aquel hecho. Por lo declarado, afirmó una vez más que Mercado estuvo presente en este hecho, circunstancia que éste niega rotundamente. Reitera en su declaración de fojas 828, en careo con José Luis Catalán Reyes, lo ya expuesto en torno al hecho pesquisado, persona ésta a quien señala como uno de los que lo acompañó en la ejecución que se llevó a cabo en el Valle de Azapa, ya relatada, junto con Mercado. No obstante, en su comparecencia de fojas 964, rectifica la declaración prestada a fojas 696, en cuanto allí dijo que al detenido procedió él a dispararle, con el arma de servicio por cuanto no fue él quien le disparó sino José Catalán, uno de los componentes del grupo integrado además por él, Mercado Valenzuela, José Catalán y un Suboficial de Ejército, que no recuerda, y justifica su retractación en el hecho de que de los componentes del grupo el único Oficial era él, los demás eran de inferior jerarquía, luego no cabía sino culparse directamente del hecho pues nadie le iba a creer que en un hecho de esa naturaleza sea en funcionario subalterno, un Cabo Segundo como lo era Catalán y no el Oficial asistente al mismo, quien asumiera tal rol. Agrega que a Catalán lo designó para esa tarea el Mayor Araya, jefe del Departamento II y jefe a su vez del CIRE de Arica pues del grupo era el único con curso de Inteligencia aprobado, designación que hizo en una reunión sostenida con todos los que iban a concurrir a cumplir la orden, donde incluso les advirtió que nadie debía consumir licor y debía informársele luego de cumplida la misión. Manifiesta que a la Policía de Investigaciones se le mintió diciéndoles que necesitaban al detenido para una operación militar y que luego de cumplida o devolverían, no obstante que el propósito era darle muerte en cumplimiento de la orden del Mayor Araya. Agrega que el detenido estuvo esa noche en el cuartel del CIRE y a la noche siguiente se produjo su ejecución, previo a la cual el detenido fue llevado a Azapa, en la maleta de un vehículo marca Dodge de color blanco que abordaron, Mercado como conductor, él como copiloto y, atrás el Cabo Catalán y el Suboficial que no recuerda. Señala no recordar que haya asistido algún funcionario de la Policía de Investigaciones a este hecho. El detenido fue puesto en la maleta, por sus acompañantes, por orden suya, no recuerda que el hombre fuera vendado en sus ojos y amarrado, aunque, acota, era posible que lo fuera por la naturaleza de la operación. A continuación relata someramente el recorrido efectuado para llegar a Alto Ramírez, a un lugar que es el mismo punto donde se hizo la primera excavación con maquinaria y donde en la práctica no hubo resultado, sector éste elegido para la ejecución, el más seguro de señalar. Agrega que en el punto de ejecución caminaron unos 50 metros desde donde estacionaron el auto, a un lugar blando, luego ordenó bajaran al detenido quien excavó personalmente el hoyo, se le hizo desnudar, se le hincó en el piso y , agrega, le dijo que rezara una oración de su creencia y el hombre empezó a llorar, rezo que hizo hincado. Acota que, acto seguido se acercó Catalán y le apuntó a la cabeza, en la nuca, con el arma de servicio, posiblemente un revólver Rossi calibre 38, y le disparó, cayó de inmediato, luego se le acomodó rápidamente para abandonar el sitio, operación que fue hecha por sus acompañantes. En cuanto a la ropa, señala, lo lógico es que la hubieran traído y no dejado enterrada junto al cuerpo del detenido. Agrega, que cumplido el cometido volvieron al cuartel y luego cada uno se fue a su casa, él por su parte al día siguiente se reunió personalmente con el Mayor Araya en su oficina, le dio cuenta en detalle de la ejecución y éste le manifestó que se enviarían criptogramas a todas las Unidades de Chile informándoles que el detenido, en momentos que señalaba el lugar donde tenía droga y armas escondidas, se había fugado aprovechando la oscuridad de la noche, para su búsqueda, dando con ello a entender una fuga, lo que no fue efectivo. Se agregó a este efecto que el detenido se había fugado a Bolivia, país en el que tenía parientes. En diligencia de careo con José Luis Catalán Reyes, de fojas 968, previa ratificación de la declaración prestada anteriormente (fojas 964), reconoce nuevamente su participación en la ejecución de Grober Venegas en el sector del Valle de Azapa, ya referido. Insiste en que quien ejecutó el disparo al detenido Venegas fue el Cabo Catalán, lo que afirma no obstante haberse culpado hasta el momento de su retractación en comparecencia previa al careo, de haber sido él su ejecutor, retractación que se produjo por las razones dadas para adoptar esa decisión en la señalada comparecencia (fojas 964).
Agrega que Catalán tenía el curso de inteligencia y según entendían, por los dichos del Mayor Araya, se trataba de una “iniciación” en la cual una persona con esas características tenía la sangre fría y la calidad necesaria para demostrarles como se hacía. Acota, que previo a la ejecución, en una reunión que tuvieron con el Mayor Benjamín Araya y a la que asistieron todos los intervinientes en este hecho, este último resolvió que el señor Catalán fuera el ejecutor del disparo, y así lo ordeno en presencia del grupo. Afirma, que Catalán sabía de qué se trataba el asunto, estuvo en la reunión previa celebrada en la mañana de ese día y estaba presto al cumplimiento de la orden de manera tal que no puede afirmar su ignorancia de la misión y tal es así, que a las 20.30 horas que se aprestaron a salir del Cuartel para la ejecución, sólo quedaban aquellos que estuvieron en la reunión, para su cumplimiento, pues a esa hora el personal ya se había retirado y como dijo en su declaración, el señor Catalán y el otro Suboficial de apellido Mercado, por orden suya subieron a la persona al vehículo. En su comparecencia de fojas 1.037, previa ratificación de sus declaraciones prestadas en la causa en relación a estos hechos, manifiesta que luego de que Grober Venegas cavó la fosa y rezó una oración de su credo, encontrándose en el interior de la misma, llamó a Catalán y le manifestó que “estaba listo”, le ordenó dispararle previo haberlo proveído de una pistola automática, cuya marca no recuerda, pero sí está seguro que se trataba de una pistola porque ejecutado el disparo por Catalán tuvieron que abocarse a buscar la vainilla de la bala percutada, cosa que de haber sido un revólver no era necesaria, por cuanto en ese caso, la vainilla en ese tipo de armas queda en la nuez. Agrega luego que, por el tiempo transcurrido, 35 años a la fecha, ha tratado de hacer memoria en cuanto a los participantes, y de acuerdo a lo conversado con Catalán y Vignolo sobre el tema, honestamente, le queda la duda acerca de su vinculación con los mismos de Sergio Mercado Valenzuela; acota que a ambos les ha consultado y le han dicho que no les consta la presencia de Mercado en este hecho, señala que no pretende salvar a nadie, pero que no puede decir con certeza que Mercado Valenzuela haya intervenido. Finaliza su declaración haciendo presente que está dispuesto a colaborar en la búsqueda de los restos de Grober Venegas, que no ha sido su intención entorpecer la acción de la justicia distrayendo la atención de la búsqueda con excavaciones en lugares inexistentes; que espera que con la participación de Catalán y Vignolo encuentren los restos de la persona señalada para terminar de una vez con este episodio. Que durante su estada en el CIRE, solamente registra participación en este caso de la muerte de Grober Venegas Islas y en el caso de la muerte de un homosexual traído al CIRE y en ningún otro; que la orden superior emanó del entonces jefe de la Sección II, Mayor Benjamín Araya Pérez y conforme a esa orden se procedió a la ejecución; que no pretende exculparse de responsabilidad por lo que ha dicho, pero es lo sucedido.