Ubicación:Calle Maipú con Olimpo Maipú Región Metropolitana
Rama:Ejército
Geolocalización: Google Maps Link
Descripción General
Categoría : Otra Información
Según los testimonios, la mayoría de las detenciones en la antigua Medialuna de Maipu (hoy una pista de patinaje) f ueron registradas en 1973.
Este lugar, destinado a la celebración de rodeos, estaba ubicado detrás de la Plaza de Maipú. Los presos políticos señalaron que este recinto fue utilizado como lugar de tránsito de hombres y mujeres prisioneros de efectivos militares del Regimiento Guardia Vieja. Los testimonios denunciaron que allí se efectuaban interrogatorios y se aplicaban torturas, para luego destinar a los detenidos a otros recintos.
Varios de ellos fueron llevados al Cuartel Central de Investigaciones, al Estadio Chile y al Cuartel de Investigaciones de Maipú. Desde ese último lugar, luego de haber sido interrogados y torturados, eran retornados a la Medialuna.
Un número importante de detenidos provenían de las empresas y fábricas y otros lugares de trabajo del sector. En la medialuna a algunos presos políticos los mantenían al interior de carpas militares, incomunicados, con los ojos vendados o encapuchados, especialmente durante el día. Otros denunciaron haber sido llevados a las pesebreras (llenas de excremento animal), donde los mantenían amarrados a las caballerizas.
Todos los testimonios dieron cuenta de haber sufrido golpes reiterados con pies, puños y objetos contundentes, aplicación de electricidad, colgamiento durante horas, simulacros de fusilamiento, amenazas con agredir o detener a la familia; los obligaban a trotar desnudos de madrugada y recibían azotes con alambre en diversas partes del cuerpo.
Fuentes de Información Consultadas: Informe Valech; Archivo Memoriaviva
Dónde se torturaba: el mapa del horror que dejó al desnudo el informe
Fuente :elmostrador.cl, 29 de Noviembre 2004
Categoría : Prensa
Mil 132 lugares de detención funcionaron -por breves o extensos períodos- durante casi diecisiete años, en trece regiones del país, como centros de aplicación de tormentos donde la violencia se empleó, con mayor o menor grado, con el fin de controlar una determinada situación política.
Desde el buque escuela Esmeralda, utilizado por la Armada, hasta Colonia Dignidad, empleada por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), pasando por el campo de prisioneros de Isla Dawson, la Base Naval de Talcahuano, el Internado Nacional Barros Arana o el Liceo de Hombres de Los Ángeles…Para no mencionar a otros lugares tan emblemáticos y conocidos como Villa Grimaldi, Londres 38 o la Academia de Guerra Aérea en Santiago.
Tales son sólo algunos de los mil 132 lugares de detención que el informe de la comisión Valech logró detectar en las trece regiones del país, y que funcionaron -por breves o extensos períodos- durante casi diecisiete años, como centros de aplicación de tormentos donde la violencia se empleó, con mayor o menor grado, con el fin de controlar una determinada situación política.
El relevamiento de este verdadero "jardín de los suplicios'' en que se convirtió buena parte del territorio nacional durante el régimen militar que condujo Augusto Pinochet, como su cabeza más notoria, surgió a partir del estudio detallado de cada uno de las 27.255 fichas sobre las cuales la Comisión de Prisión Política y Tortura logró hacerse una convicción firme de la existencia de atropellos a los derechos humanos y a la dignidad de las personas.
Casas particulares, parcelas, fundos, estadios, regimientos, gimnasios, retenes, antiguos hospitales, velódromos, locales incautados a organizaciones políticas o sindicales. Todo sirvió a la hora de implementar una red de recintos, muchas veces clandestinos, en los que se usó una metodología común que hace difícil pensar que no se trataba de una política institucional y sistemática de represión masiva.
"La Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura recibió miles de testimonios de personas, hombres y mujeres, que vivieron la prisión política y sufrieron la tortura a lo largo del país, entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990'', señala el informe, en la introducción de su capítulo sexto, que trata precisamente de los lugares de detención.
"El gran número de testimonios recibidos por la Comisión permiten identificar -añade- algunos aspectos comunes en todo el país en cuanto a la manera en que fueron detenidas las personas, a las condiciones en las que estuvieron privadas de libertad y las características de los interrogatorios y a las torturas a las que fueron sometidas''.
"Fueron utilizados -concluye más adelante- como lugares de detención e interrogatorio las más diversas unidades pertenecientes a las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas, cuarteles de las policías de Carabineros e Investigaciones, buques, intendencias,estadios, campos de prisioneros, cárceles y recintos secretos de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y la Central Nacional de Inteligencia (CNI)".
Antes, en el capítulo II del texto, ya figura, región por región, el largo listado que configura el mapa de horror que dejó al desnudo el informe Valech.
La Represión en Santiago
Baste decir que sólo en el caso de la Región Metropolina, donde a la sazón se concentraba un tercio de la población del país, al momento de producirse estos atropellos, se contabilizaron 221 recintos de detención. El informe señala que el mayor número de arrestos se produjeron entre 1973 y 1974. Luego hay una leve disminución a partir de 1975, y posteriormente se produce un nuevo incremento desde el año 1980 en adelante.
Entre los lugares a cargo del Ejército se mencionan los regimientos Tacna, Buin y la Escuela de Infantería de San Bernardo, donde se detallan todo tipo de abusos que van desde el "submarino'', el "teléfono'', las violaciones y vejaciones sexuales, simulacros de fusilamiento, aplicación de corriente eléctrica, etc. También aparece la Escuela Militar Bernardo O'Higgins, aunque allí no hay reportes de vejámenes sexuales.
En el caso de la Fuerza Aérea, se hace mención de la Academia de Guerra Aérea (AGA), donde estuvieron detenidos, entre otros, oficiales y suboficiales de la FACh, y en donde alcanzó triste fama "la capilla'', sector ubicado en el segundo y tercer piso donde se aplicaban toda suerte de apremios ilegales. Asimismo, figuran la base aérea El Bosque y el regimiento de Artillería Antiaérea de Colina (conocido como Remo Cero).
En lo que respecta a Carabineros, la lista alude a diversas comisarías del radio urbano (la primera y la tercera, por ejemplo), amén de un largo número de subcomisarías y tenencias rurales, en las que al aparecer no se ahorró el empleo de humillaciones y castigos físicos. El informe indica, por ejemplo, que en Curacaví se obligó a los campesinos detenidos a ingerir excremento de caballos, mientras se les practicaba el "submarino''(inmersión de la cabeza) en los bebederos para equinos.
La comisión también da cuenta de la existencia de los célebres campamentos de prisioneros de Tres y Cuatro Álamos, en Departamental y Vicuña Mackenna, donde muchos detenidos iban a parar tras ser "legalizados'' luego de arrestos clandestinos. Estos campos estaban bajo la custodia de Carabineros, aunque al mando de la DINA, y vivieron su mayor auge entre 1974 y 1976, con un peak de presos durante 1975.
En lo que se refiere a Investigaciones, se menciona a la Dirección General de la policía civil, ubicada en General Mackenna, donde se denunciaron todo tipo de torturas y violaciones y vejaciones sexuales que tuvieron como víctimas tanto a hombres como a mujeres.
Los estadios
Un acápite aparte merecen, sin duda, el Estadio Nacional y el Estadio Chile, actualmente rebautizado Víctor Jara. En el primero, a cargo del Ejército, se recluyó a miles de personas entre septiembre y noviembre de 1973. Según la Cruz Roja, el 22 de septiembre había allí 7.000 detenidos (entre ellos, de 200 a 300 extranjeros). Los presos eran mantenidos bajo vigilancia en los camarines, vigilados por ametralladoras punto 30, y durante el día se les permitía estar en las graderías. Los interrogatorios se realizaban en el velódromo y era famosa la figura del "encapuchado'' que marcaba a presuntos extremistas.
"Los detenidos -dice el informe- eran sometidos durante largos períodos a sucesivos interrogatorios en los que se les infligía torturas. En ellos, denunciaron, sufrieron golpes de pies y puños, o con un implemento de goma o de fierro, en algunos casos hasta producir fracturas; aplicación de electricidad; fueron amarrados con las manos en la espalda y atados a una silla; les sumían la cabeza en un estanque de agua; soportaron violaciones y vejaciones sexuales las mujeres y también los hombres.
"Se recibieron testimonios que señalaban que les revisaban la vagina; fueron obligadas a presenciar violaciones de otras mujeres. Hombres y mujeres sufrieron colgamientos, el teléfono, quemaduras con cigarrillos, fueron pisoteados, sufrieron simulacros de fusilamiento, y amenazas de muerte en forma permanente''.
Las mujeres, en tanto, permanecían en el sector de la piscina, y algunas de ellas, que estaban embarazadas, perdieron a sus guaguas, debido a golpes y otros flagrantes abusos.
En el Estadio Chile, a su vez, donde murió asesinado el cantante y compositor Víctor Jara, la Cruz Roja Internacional descubrió en el curso de dos visitas que allí estaba detenido un menor de 15 años. "Los testimonios indican que quienes estuvieron allí sufrieron golpes, amenazas, simulacros de ejecución, colgamientos, quemaduras con cigarrillos, aplicación
de electricidad y la violencia de presenciar ejecuciones en el estadio. Las mujeres señalaron haber sufrido vejaciones sexuales y violación".
La nómina la completan, asimismo, recintos carcelarios tales como la Cárcel Pública de Santiago y la Penitenciaría, donde si bien el nivel de abusos disminuía, no por eso estaba ausente del todo.
Recintos de la DINA
La enumeración macabra continúa con los recintos clandestinos a cargo de la DINA. Entre ellos, Londres 38, un antiguo local del Partido Socialista. "Se trata de una casa antigua, de tres pisos, con un amplio portón de entrada. Durante el año 1974 se concentró la mayoría de los detenidos. Según los testimonios recibidos por la Comisión este recinto era conocido como Palacio de la Risa o Casa de las Campanas, pues desde allí se escuchaban las campanas de la Iglesia de San Francisco. También se le llamó La Silla, por la forma en que se mantenía a los detenidos, con los ojos vendados, amarrados de pies y manos, sentados en una silla día y noche''.
"Durante los interrogatorios los prisioneros fueron torturados con golpes, en ocasiones hasta causarles fracturas; pau de arara, el submarino seco y el mojado, con aplicación de electricidad en la parrilla, colgamiento, quemaduras con cigarrillos, el teléfono; fueron sometidos a la ruleta rusa; se les administraban drogas; estaban expuestos a ruidos molestos durante la noche para impedirles dormir, especialmente música a todo volumen. Eran obligados a escuchar y presenciar torturas a otros detenidos; fueron objeto de vejaciones y violaciones sexuales, de simulacros de fusilamiento, de amenazas y manipulación psicológica''.
Similar tratamiento se aplicaba en "Venda Sexy'' o "La Discotheque'', ubicada en Irán y Los Plátanos, en Macul, donde se hacía especial énfasis en los tormentos sexuales, llegándose incluso a emplear perros entrenados para cometer agresiones de este tipo."Los agentes del equipo operativo -puntualiza el informe- funcionaban en un horario similar al común de la jornada laboral diurna y luego salían del lugar dejando a los prisioneros a cargo de los guardias''.
Otros recintos DINA mencionados son el de José Domingo Cañas N° 1367, en Ñuñoa, y la Villa Grimaldi, en Peñalolén, donde habían tres tipos de celda: las casas Corvi, las casas Chile y la torre, donde se recluía a los irreductibles que se negaban a colaborar. En este último lugar se aplicaba una "creativa'' variante de la parrilla: "un camarote metálico, en el cual se colocaba en cada catre a dos detenidos, parientes o amigos, y se procedía a martirizar a uno de ellos, mientras se interrogaba al otro''.
"Mujeres que estuvieron embarazadas durante su detención declararon ante la Comisión -acota el informe-, que fueron conducidas a este recinto y sometidas al mismo trato que el resto de los prisioneros sin consideración alguna por su condición, más bien las hicieron objeto de vejaciones sexuales y en algunos casos de violaciones. También los declarantes coincidieron en denunciar la presencia de menores de corta edad, que fueron llevados para presionar a sus padres mientras eran interrogados y torturados. De los recintos de la DINA, éste (la Villa) es el que concentró el mayor número de detenidos.
Comando Conjunto y CNI
La lista de los lugares clandestinos de detención se completa con los que estaban a cargo del Comando Conjunto: "Nido 20'' (en Gran Avenida); "Nido 18'' (en La Florida) y el ya mencionado Remo Cero, en Colina. También este grupo operó en un local denominado "La Firma'', en la calle Dieciocho, ex sede del diario "El Clarín'', donde también funcionó la Dicomcar y el Servicio de Inteligencia de Carabineros (Sicar).
Por último, es imposible dejar de mencionar los locales de la CNI (Central Nacional de Inteligencia), la sucesora de la DINA, que en los años 80 sentó sus reales en el cuartel Borgoño y también en República 517. Varios detenidos coincidieron en denunciar que en Borgoño "fueron fotografiados y filmados, en diferentes situaciones montadas por los agentes para hacerlos aparecer con literatura considerada subversiva, con armas, o confesando delitos''.
"Luego de un período que fluctuaba entre días y semanas, en los que permanecían incomunicados, generalmente sin que su detención fuese reconocida, los detenidos eran puestos a disposición de alguna fiscalía militar o tribunal civil, y luego derivados
a la cárcel. A otros se les dejaba en libertad, previa firma de documentos que no se les permitía leer; otros fueron relegados. En todas las circunstancias fueron amenazados para que no denunciaran las torturas de las que habían sido objeto. Asimismo los obligaban a firmar declaraciones inculpatorias que luego eran presentadas como confesiones''.
Otros recintos de detención, por períodos breves o prolongados, fueron el ministerio de Defensa (en particular, sus subterráneos); la Casa Cultural de Barrancas (actual municipalidad de Pudahuel); el Parque Cerrillos, sede de la FISA; la medialuna de Maipú; la bodega de vino Quebrada Honda, en Curacaví; el estadio de la Maestranza San Eugenio y los subsuelos de la Plaza de la Constitución, donde alguna vez funcionó uno de los brazos operativos del Sicar.
No es necesario un memorial en la ex medialuna de Maipú, es urgente
Fuente :labatalla.cl, 11 de Julio 2018
Categoría : Prensa
El desconocimiento cívico propicia la desafección con la política, la baja participación ciudadana. Por lo tanto es loable la petición que las y los concejales dirigieron a la alcaldesa, de que instale un memorial en la ex medialuna, ex centro de detención y tortura, en la que se construye una pista de patinaje.
El territorio de Maipú no es inmaculado. Como en todo Chile, sucedieron cosas que nos marcan como sociedad; que han forjado nuestra identidad.
Una de estas es la violación sistemática a los derechos humanos perpetrada por la dictadura cívico-militar de derecha entre los años 1973 y 1990.
Nuestra identidad se forja por la memoria social, pero también, evidentemente, por la historia oficial. Para que aprendamos de lo que nos pasó, deben enseñárnoslo las instituciones a cargo de hacerlo.
En este sentido la municipalidad, según la ley que la rige, puede desarrollar funciones relacionadas, entre otros, con la educación y la cultura.
En concordancia con ello, bajo la administración Undurraga se instaló el Memorial a los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de la Comuna de Maipú. Uno de ellos José Flores Araya, sacado de su sala de clases en la Escuela Industrial Cuatro Álamos, detenido y desaparecido.
En un lugar bastante apartado, es cierto, poco visible, poco transitado. Lo contrario al Monumento a los judíos de Europa asesinados, de Berlín, por ejemplo, que subyuga.
Pero al menos existe y sirve de punto de reunión para quienes se esfuerzan por mantener la memoria viva.
La administración Vittori hizo lo propio con la plaza Ronald Wood, bautizada así en homenaje al joven estudiante de la villa Capri, baleado mientras protestaba a favor del retorno de la democracia, en Santiago centro.
La administración Barriga tiene la oportunidad de hacer una contribución a propósito de la pronta inaguración de la pista de patinaje «Los Toros», en la ex medialuna.
No es el lugar para calificar dicha remodelación. Personalmente, hubiera preferido que la manzana municipal se transformara en el epicentro de la cultura. Pero lo que se construye es muy preferible a un estacionamiento mal tenido.
En aquel recinto, en el que se acantonó el regimiento «Guardia Vieja», funcionó un centro de detención y tortura, durante los días inmediatos al golpe.
Cada persona, cada estudiante de la comuna de Maipú debería saberlo.
Para el Estudio Internacional de Educación Cívica y Participación Ciudadana, ICCS, un buen ciudadano posee, entre otros, los conocimientos necesarios para comprender y valorar la vida en sociedad y las formas de organización democrática, la capacidad de razonar acerca de las instituciones, eventos, acciones y procesos que se desarrollan en sus comunidades y la habilidad de desarrollar y justificar opiniones y visiones sobre estos elementos.
Los resultados del 2016 arrojaron que el conocimiento cívico de los estudiantes del país está bajo la media internacional y se mantuvo estable desde el 2009.
El desconocimiento cívico propicia la desafección con la política, la baja participación ciudadana.
Por lo tanto es loable la petición que la mayoría de las y los concejales dirigieron a la alcaldesa el 25 de abril, y el concejal comunista Ariel Ramos reiteró hoy miércoles 11 de julio, de que se instale un memorial.
Estamos hablando de una contribución mínima. Una placa, por lo menos. Faltan más recordatorios en la comuna. En la hacienda la Rinconada, por ejemplo, propiedad de la Universidad de Chile, por el montaje de 1975. Urgen.
La historia oculta de la ex medialuna de Maipú
Fuente :labatalla.cl, 18 de Julio 2018
Categoría : Prensa
La historia oculta de la ex medialuna de Maipú, en el testimonio de uno de sus presos políticos. Para la memoria; para que nunca más.
—Compañero, ¿tiene un cigarro?
—Sí —dijo Miguel Ángel, y le tiró un “Liberty”.
El sujeto, tirado en el piso de la carpa entreabierta, semidesnudo, tenía la zona genital ensangrentada, casi en carne viva…
Estudiante
Miguel Ángel Romero era un joven que había vivido a plenitud la ebullición cultural y política («la política como parte sustancial del desarrollo de una persona»), durante la Unidad Popular. Estudiaba en el liceo Amunátegui, y militaba en la Jota.
No ha estado cerca de repetirse un estado de la sociedad tal, «que los grandes artistas se mezclen en la población o vayan al liceo». Miguel Ángel ayudaba a los de la Brigada Ramona Parra, leía con avidez.
Fue un período formativo. Autoformativo, porque de él nacía el hambre de aprender.
Su mamá era dirigenta poblacional, a cargo de la junta de abastecimiento y control de precios, por lo que su casa era un centro de distribución, al que entraban y del que salían cajas con mercadería.
Población
A principios de los setenta, el pasaje Barón de Juras Reales de la villa Pamela se cerraba para el cumpleaños del vecino tanto, se celebraban los dieciocho, tres días seguidos. «Había mucho espítiru de comunidad».
Desde el 11 hasta el 13 de septiembre del 1973, Miguel Ángel estuvo acuartelado junto a sus compañeros de izquierda en la escuela normal femenina del barrio Yungay, «esperando que el ejército, con Prats, se pusiera del lado de Salvador Allende, y se iniciara una guerra civil para defender al gobierno». Cuando volvió a casa, su mamá lo encerró.
—¿Qué pasó con la vida en comunidad?
—Ya no había nada. Eso murió al tiro.
«La gente tenía mucho temor, porque de acá de la villa deben haber detenido, en sus trabajos, por lo menos a unos veinte vecinos, que eran dirigentes sindicales, de todos los partidos políticos, principalmente socialistas».
Maipú
La actividad política se volcó fuera de la villa, por desconfianza. En 1974, Miguel Ángel se dedicó a buscar gente en Maipú, con la que organizarse.
Esto, al alero de la iglesia. En la parroquia de El Vivero, con la compañía teatral dirigida por Víctor Mix, y en el centro ecuménico, «donde hoy día está el Líder, La Polar. Ahí había una sede de adobe, tipo colonial, muy linda, que era una extensión de la parroquia El Carmen», en la que se impartían talleres.
Ese año fue detenido junto a su mamá. Supone que a raíz de la delación de una vecina derechista, que creía que guardaban armas. Los militares, en numerosos camiones, cercaron la cuadra y allanaron la casa. Los encapucharon, los echaron arriba.
No sabía si lo trasladaban a la FISA o a la medialuna. Lo metieron a una sala, lo ataron de pies y manos a una silla de madera, y lo interrogaron: si conocía al vecino tanto, si en su casa guardaban armas…
La manivela
Un par de horas más tarde le rajaron el pantalón, y le adhirieron un cable a cada muslo:
—Si no querís hablar a la buena, tenemos otros métodos pa’ que empecemos a conversar…
«Y ahí empezaron a dar vuelta la manivela. Una hora y media, suave. Sentía pinchazos, pero no dolor. Ya después me rompieron los pantalones completos, y un cable me lo pusieron en un testículo, y el otro en la muñeca, y ahí empezó a ser mas fuerte. Tan fuerte que en algún momento me desmayé».
Medio desmayado llegó hasta lo que reconoció como la medialuna.
Medialuna
Una medialuna cubierta de carpas militares, algunas iluminadas por la luz de una vela. Allí tenían a los prisioneros cuando no estaban en la sala de interrogatorios y torturas, en las dependencias municipales, en ese entonces de Smapa, de Alberto Llona, frente a la plaza.
Entre ambos espacios, los conducían por un corredor interno. Por debajo de la capucha podían verse las baldosas color ladrillo. Los militares tomaron por costumbre ir aventándolos contra cada uno de los pilares de madera.
El día siguiente
Al día siguiente le pusieron un cable en cada testículo. Miguel Ángel dice que los golpes de corriente se sienten «como un chancacazo en la nuca, muy fuerte. Al principio lo aguantaba, por un par de horas; después me desvanecía, tendía a desmayarme, y me mojaban».
—A tu mamá le estamos haciendo lo mismo y cosas peores… —le advertían, preguntándole sobre los dirigentes locales del PC.
De vuelta en la medialuna, «había un compañero que estaba en la carpa abierta, semidesnudo, y me preguntó si tenía cigarros. Y yo lo miré y tenía toda la zona de los testículos ensangrentada, casi en carne viva. Y me acerqué y le tiré unos cigarros, y no sé quién vio y dijo:
—Así que ayudando a ese hueoncito… ¿Lo conocís? Por tu culpa vamos a seguir sacándole la chucha.
“Yo pensé: pucha, la cagué, no debí haberle tirado un cigarro. Y me imaginaba que lo iban a torturar y que iba a ser mi culpa”.
—¿Qué cigarros fumaba usted?
—Liberty.
En este sector estuvo la sala de interrogatorios y torturas.
Amnesia
“Al final, te impulsaban a que te encerraras en ti mismo, a que no conversaras con nadie. Porque no sabías con quién conversabas, si era un sapo o si era un preso; y si conversabas con ese alguien, lo torturaban para saber lo que le habías dicho, o lo que te había dicho”.
“Eso debe haber sido durante tres días, y después me perdí, y empecé a tener como episodios de amnesia. A la semana después ya no tenía noción de dónde estaba”.
Estudiando electricidad, Miguel Ángel se dio cuenta de que el aparato de tortura había sido un megger. Reconoció el sonido de la manivela.
Miguel Ángel Romero (62) prosiguió su actividad política en la clandestinidad. Ejerció la docencia durante veinticinco años, y ha publicado dos poemarios.
Memoria
No quiso declarar para el Informe Valech, porque juzgó comparativamente pocos los días que había pasado detenido. Pero leyendo un documento de la Vicaría de la Solidaridad, no hace mucho, cayó en cuenta de que en realidad fueron unos meses.
Medialuna de Maipú: El ex centro de tortura que Cathy Barriga transformó en una pista de patinaje
Fuente :elmostrador.cl, 18 de Julio 2018
Categoría : Prensa
El recinto, reconocido como centro de detención y tortura en la comisión Valech, fue remodelado y reinaugurado por la alcaldesa tras décadas de abandono. Concejales piden que una placa conmemore a las víctimas -la mayoría maipucinos- que pasaron por ahí en dictadura.
Era 1974 y los militares cercaron toda la cuadra de la villa donde vivía. Miguel Ángel Romero fue detenido junto a su madre ese día. Allanaron la casa, por información de una vecina que decía que tenían guardadas armas. Los encapucharon y echaron arriba del camión y los llevaron a la Medialuna de Maipú.
Miguel Ángel fue torturado en ese lugar. «Empezaron a dar vuelta la manivela. Una hora y media, suave. Sentía pinchazos, pero no dolor. Ya después me rompieron los pantalones completos, y un cable me lo pusieron en un testículo, y el otro en la muñeca, y ahí empezó a ser más fuerte. Tan fuerte que en algún momento me desmayé», dijo al medio local La Batalla.
La Medialuna, según su relato, estaba cubierta de carpas militares. Los días posteriores al golpe de Estado, el regimiento «Guardia Vieja» se instaló en el lugar, justo detrás de la Plaza de Maipú. Prisioneros políticos de la dictadura que pasaron por el lugar lo reconocen como uno de tránsito, donde se interrogaba y torturaba gente para sacarle información y después llevarlos a otros centro de detención, como la 25° Comisaría o el Cuartel de Investigaciones.
Las torturas eran, tal como en el relato de Miguel Ángel Romero, sobretodo con la aplicación de electricidad, el colgamiento durante horas, amenazas con agredir a la familia e incluso a algunos los obligaban a correr desnudos de madrugada.
La Medialuna fue un centro transitorio de detención y tortura de la dictadura, según quedó acreditado en los informes de la comisión Valech.
Otra de las víctimas torturadas en el lugar, Patricio Chandía, dio su testimonio a otro medio local maipucino.
44 años después, la alcaldesa Cathy Barriga (UDI) estrenó las vacaciones de invierno con una pista de patinaje, en ese mismo lugar. La pista, llamada «Los Toros», no hace referencia alguna a la dictadura militar ni a que en ese mismo lugar militares chilenos torturaron a maipucinos.
La remodelación costó 480 millones de pesos, los que fueron financiados en su totalidad por la Universidad de las Américas. Tiene acceso para personas con discapacidad, seis torres de iluminación, 12 baños, piso de baldosa microvibrada y puede recibir hasta 950 personas. El nuevo recinto fue inaugurado ayer por Barriga, dando inicio a las vacaciones de invierno para las y los escolares de la comuna.
El nuevo uso de la Medialuna también contrasta con el anterior. Las administraciones anteriores de la municipalidad, manejadas por la Democracia Cristiana, habían abandonado el recinto. Hasta diciembre pasado, era utilizado como estacionamiento.
En la sesión del Concejo Municipal del 25 de abril, seis concejales solicitaron formalmente a la alcaldesa que junto a la renovación del recinto para la pista de patinaje, se instalara una placa conmemorativa de la ex Medialuna como un centro de detención y tortura en dictadura. Pidieron que, tal como en el Estadio Nacional, se dejara una parte de las butacas sin remodelar, en honor a las víctimas que pasaron por ahí.
Esto último ya está descartado, pues el recinto estrenó anoche sus relucientes asientos. En la sesión del concejo municipal de hoy, los concejales volvieron a insistir con una placa. «La alcaldesa dijo que lo iban a evaluar y lo igualó al tema del maltrato animal, en cuanto la medialuna también funcionó como centro de toros recluidos para el rodeo», asegura a El Desconcierto el concejal Ariel Ramos (PC).
«Se lo insistimos, saludamos que se remodele y se utilice la medialuna, pero ahí van a asistir familias, niños, y es importante hacer un hito de memoria histórica, un llamado a cuidar la democracia», insiste Ramos. La solicitud de conmemoración la hizo junto a los concejales de la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio.
Este medio intentó comunicarse con la municipalidad de Maipú, pero no respondieron los llamados.
Ex Medialuna de Maipú es transformado en un espacio de memoria y resignificación
Fuente :lavozdemaipu.cl, 11 de Septiembre 2021
Categoría : Prensa
La ex Medialuna volvió a tener una intervención, ya que este viernes se instaló una placa conmemorativa con nombre de «Espacio de Memoria y Resignificación», el cual además recuerda palabras del ex Presidente Salvador Allende.
Cabe señalar que la ex Medialuna de Maipú fue transformada en un centro de detención y tortura a cargo del Regimiento Guardia de Los Andes, cuyos prisioneros eran principalmente trabajadores del Cordón Industrial Maipú-Cerrilos.
Según el informe Valech la mayoría de las detenciones fueron registradas en 1973, en este lugar destinado a la celebración de rodeos. Los declarantes señalaron a la comisión que este lugar era utilizado como lugar de tránsito de hombres y mujeres prisioneros de efectivos policiales, donde se efectuaban interrogatorios y torturas para luego enviar a los detenidos a otros recintos
De esta forma y décadas despúes en la gestión de Cathy Barriga, el lugar fue transformado en una pista de patinaje siendo renombrado como “Plaza Los Toros”. Hoy con la gestión del nuevo alcalde Tomás Vodanovic se ha iniciado un proceso de resignificación del sitio como un espacio de memoria en base a los testimonios de sobrevivientes.
Respecto a la intervención de la ex Medialuna, Tomás Vodanovic, afirma: “Generar espacios de memoria y encuentro es fundamental no solo para reconocer y hacernos cargo de nuestra historia, sino sobre todo para entender qué tipo de sociedad queremos construir a futuro. Esta gestión entiende la defensa irrestricta de los derechos humanos como el pilar fundamental del nuevo Chile y el nuevo Maipú que debemos construir”.
Miguel Romero, sobreviviente de detención en la ex Medialuna se refirió a esta iniciativa diciendo que: «Espero que este sitio de memoria sea en lo posible un sitio de memoria activo. Donde nos torturaban en la oficina ojalá pueda transformarse en una biblioteca. Porque este espacio ha estado invisible, yo veo mucha gente de la comuna que no sabe lo que pasó acá, es el momento de que este espacio se transforme en un sitio de memoria activo».
Carlos Aguilera, quien también fue detenido en la ex Medialuna, tuvo palabras para la iniciativa y la participación de lo juventud en el último tiempo, afirmando que: «La memoria tiene que seguir, porque nosotros somos parte de la historia, todos somos parte de la historia. Yo miro y agradablemente veo jóvenes y eso es gratificante para uno, porque la semilla tiene que estar entregada en la juventud».
En el lugar será pintado un mural que recuerde a los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de la dictadura, bajo la autoría de la Brigada Ramona Parra de la comuna.
Por otra parte desde la Municipalidad de Maipú anunciaron que este sábado 11 de septiembre se estrenará el relato audiovisual “Espacio de memoria y Resignificación”, donde Miguel Romero y Carlos Aguilera contarán su historia en torno al Golpe de Estado de 1973.