Rut:
Cargos: "auto-designado" Comandante en Jefe de la Armada General Golpista Miembro de la Junta Militar
Grado : Comandante
Rama : Armada
Año Fallecimiento : 1996
Polémica: Miembro de la Junta Militar no solamente tiene una estatua. También un buque de la Armada lleva su nombre. Este hecho lo pone en la categorí
Fuente :Cambio 21 26 Enero 2012
Categoría : Prensa
El Almirante José Toribio Merino que inició el golpe militar en 1973 e incorporó, según testigos, a Pinochet a esta asonada militar, tiene un monumento, que ha recibido críticas desde distintos sectores. La estatua fue financiada por un grupo de "seguidores" del marino de voz rara, como si estuviera en estado de interperancia y tiene 3 metros de altura. Está ubicada en la avenida de los Marinos Ilustres de Valparaíso. Además, un barco de combate lleva su nombre siendo el único "no héroe" nacional en recibir tal distinción
Trascurría el año 2002, y en una "breve pero emotiva" ceremonia, el entonces jefe de la Armada, Miguel Ángel Vergara destapaba, en el frontis del museo Marítimo y Naval de Valparaíso, una estatua en honor a José Toribio Merino Castro.
¿Quién era Merino?
El marino fue el que inició e ideó el golpe militar en contra de Salvador Allende. Según relató él mismo y el propio Augusto Pinochet, fue el almirante Merino el que lo incorporó a la asonada militar que se llevó a cabo el 11 de Septiembre del 73. Merino era un marino con ideas de ultra derecha, anticomunista y que el mismo 11 de septiembre junto con otros marinos dió su propio golpe dentro de la Armada y sacó al almirante constitucionalista Raúl Montero, que era el Comandante en jefe nombrado por Allende, para realizar el golpe militar junto con las otras ramas de la defensa y el apoyo de Carabineros.
Merino era el segundo en antiguedad en la Armada para el golpe. Era un marino de modales rústicos conocido por su voz rara, como si estuviera permanentemente en estado de ebriedad. Eran conocidos los chistes sobre el almirante y su voz. Además que era conocida su afición por el whisky…
Luego del golpe, eran conocidos "los martes de Merino", donde hablaba a la televisión y a los medios sobre lo que se le ocurriera, pero esencialmente porque presidía las comisiones legislativas de la dictadura, una suerte de "parlamento" de los militares, donde participaban "con gran entusiasmo" casi todos los actuales dirigentes de la UDI, encabezados por el presidente de este partido, Juan Coloma y el ministro vocero Andrés Chadwick que trabajaban en la creación de las leyes que instauró Pinochet y su gobierno. Los dirigentes de la UDI, participaban y trabajaban en este "parlamento de la dictadura" que tenían el rimbombante nombre de Comisiones Legislativas. Y como era el "brazo legal" de los militares, tenían número: Comisión Legislativa 1, 2, 3, etc….
Coloma trabajaba en la comisión número tres, Chadwick en la dos…
La estatua de Merino
El Comandante en Jefe de la Armada, en 2002 mediante una estatua de tres metros del Almirante Merino, pasaba a inaugurar la avenida de los Marinos Ilustres. Fue ubicada frente al mar, y Merino aparece saludando con su mano derecha, obvio, a la escuadra nacional, en tono marcial.
El día de la inauguración asistieron altos mandos de la Armada, además de colaboradores, amigos, y su viuda, Margarita Riofrío, quien es ese momento señaló a un medio local "realmente emocionada de ver que se reconozca la obra del almirante, un patriota extraordinario, es muy merecido por ser tan insigne marino".
Todos estos "pasajes de nuestra historia" fueron reflotados por el semanario The Clinic, quienes además mencionan a todos los cercanos a Merino que colaboraron con dinero para levantar la estatua.
Según The Clinic, en una placa se menciona a todos quienes hicieron sus aportes, para tan "emblemático" monumento, ellos son: Eliodoro Matte, Ricardo Claro, Roberto Kelly, Juan Hurtado, Gonzalo Vial, Tsuyoshi Nichimura, Pedro Tomás Alliende, Ramón Covarrubias, Sergio de Castro, Jorge Claro, Félix Bacigalupo, Santiago Lorca, Felipe Lamarca, Bruno Phillipi, Wolf Von Appel, Andrés Concha, Roberto de Andraca, Hernán Büchi, Carlos Cáceres, Alberto Kassis, Manuel Ariztía, Hernán Briones, Eugenio Heiremans y José Avayú.
Por ese entonces, tan significativa estatua, pasó inadvertida para los medios de prensa, excepto para El Mercurio, por razones obvias, y para el entonces diputado Alejandro Navarro, quien hizo una denuncia en la Cámara de Diputados, para sacar la estatua de este personaje: ¿el resultado? En una rápida sesión se rechazó la propuesta del parlamentario, argumentando que la Armada tiene autonomía militar.
El oscuro y tenebroso pasado de Merino
Pueden ser cientos los testimonios de chilenos que fueron detenidos y torturados por personal de la Armada; recordemos que en dictadura facilitaron sus dependencias para que fueses empleados como centro de detención, incluidos algunos barcos como el buque-escuela "Esmeralda".
Así lo recuerda Enrique Núñez, quien es consejero nacional del Instituto de Derechos Humanos. Fue detenido dos años después del golpe militar, primero en la Academia de Guerra de Playa Ancha y luego en el cuartel Silva Palma que era manejado por el Servicio de Inteligencia Naval (SIN).
"Ahí era tortura, tortura y tortura. Mucha presión psicológica. Nos hacían cantar mientras nos aplicaban corriente eléctrica. Ahora uno se ríe, pero era terrible en ese momento, un pésimo recuerdo de la Armada", señaló.
En cuanto a Merino, dice que nunca lo vio pero si se escuchaba de él: "Era el que mandaba, no se hacía nada sin que supiera".
En cuanto a la estatua, sostiene que "no me extraña que le hayan hecho una estatua a un señor que se dio el lujo de tratar a los chilenos de humanoides y de morirse sin siquiera dar una explicación a la ciudadanía".
José Bonifaz también pasó por la Armada. Se le torturó primero en la Academia de Guerra Naval y luego en el buque Lebu. Al igual que Núñez, tampoco se sorprende por la estatua: "No me extraña que se le hagan homenajes a Merino, un imbécil con ropa y todo, que tuvo como único legado los martes de Merino. Pero es culpa nuestra porque hemos sido incapaces de impedir este tipo de monumentos", señaló.
Además tiene una embarcación con su nombre
Como resulta lógico, la Armada de Chile cuenta con un gran contingente de embarcaciones, todas ellas con nombres de héroes de guerra de nuestro país. Así en la página de Wikipedia al buscar buques operativos de combate de la Armada de Chile, aparecen Almirante Cochrane, Lynch, Condell, Capitán Prat, Almirante Latorre y Blanco Encalada, entre muchos otros.
Lo peculiar es que la fuerza de submarinos de la Armada es encabezada por el buque madre llamado, Almirante Merino, así tal cual. Los submarinos fueron bautizados en su oportunidad como General O´Higgins y General Carrera.
Resulta a lo menos curioso, que un integrante de la Armada, que nunca fue precisamente un héroe, sea quien le da nombre a una embarcación de esas características. Según la información recolectada, Merino es el único que ha recibido el honor que su nombre figure en una nave de combate junto a los más ilustres forjadores de la Patria.
Siempre hay alguien que los defiende
Como todo en esta vida, quienes participaron de la dictadura militar, como Merino, tienen adherentes y detractores. En el grupo de simpatizantes podemos ubicar al diputado Felipe Ward (UDI), quien al ser consultado sobre la mentada estatua señaló "me tiene sin cuidado. Hay estatuas para todos y todas en Chile. Si alguien tomó la determinación de que estuviera ahí, tendrá sus razones". Cuando The Clinic le consultó sobre que pensaba que se haga una estatua a alguien que mandó a torturar dijo "no puedes decir eso. No está acreditado eso. Si lo está, preséntenlo a tribunales. No tengo ningún problema con que (la estatua) esté en la Armada".
Además el diputado Edmundo Eluchans (UDI), señaló que "me parece perfectamente legítimo porque fue un Comandante en jefe de la Armada que por méritos llegó a ejercer el cargo. No voy a decir nada más.
Por su parte, Joaquín Godoy (RN), diputado por Valparaíso, señala que no se había dado cuenta que existía y preguntó que dónde estaba. "José Toribio Merino fue un Almirante que fue parte de la junta militar y ese es su gran pecado, pero la Armada tiene total libertad de poner en su patio a quien estime conveniente", dijo.
La molestia de la diputada Rubilar y otros más
La diputada Karla Rubilar (RN), aseveró que el monumento al almirante José Toribio Merino es sólo comparable con el homenaje que se realizó a Miguel Krassnoff en el Club Providencia.
"Es totalmente comprensible lo difícil y violento que resulta ver una estatua que 'resalte la figura' del ex marino para los familiares de personas que desaparecieron tras estar detenidos en recintos de la Armada durante el mando del almirante Merino, o peor aún, para quienes sufrieron vejámenes y torturas en esos lugares", afirmó en una columna para The Clinic.
Rubilar agregó que "esta lamentable e indignante decisión -tomada dicho sea de paso durante un gobierno de la Concertación- resulta comparable al homenaje que se realizara a Miguel Krassnoff en dependencias de la Municipalidad de Providencia".
"Ciertamente, las Fuerzas Armadas tienen autonomía para realizar sus funciones, pero esa autonomía no puede servir para pasar a llevar principios básicos que rigen la vida en sociedad. En este caso, los derechos humanos", enfatizó.
Por ello Rubilar recalcó que "es de esperar que en el futuro los principios de respeto irrestricto a los DD.HH. estén tan internalizados en nuestra comunidad que ningún particular, ni menos una institución del Estado, piense que es posible realizar estos 'homenajes' que deshonran a todo un país".
Manifestó además que con el aniversario de los 10 años desde que fue erigido el monumento en el Museo Naval y Marítimo de Valparaíso, es necesario "meditar acerca del impacto que genera su figura y si es ético levantar ese monumento".
Quien también se refirió a la estatua fue Nelson Aramburú, secretario de la Comisión de Etica contra la tortura en la V región, quien señaló que "esa estatua es una chacota, es como los martes de Merino, pero de la Armada. Debo decir eso sí que es un monumento a la verdad, porque como institución ha sido refractaria a reconocer las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por su personal en sus recintos, con sus vehículos, con su armamento institucional".
En relación a comparar esta estatua con el homenaje a Krassnoff y que no se ha generado el mismo revuelo, Aramburú señala que "Krassnoff es un tipo que se ensució las manos por decirlo así. Personalmente torturó. Yo estuve en Villa Grimaldi y vi al equipo de Krassnoff es pleno. Lo vi con el guatón Romo, el Troglo y realmente era espantoso".
Además comenta que "con los martes de Merino, que hablaba tanta 'huevada' precisamente cuando andaba medio chispiadito, lo que era el 97% del tiempo, pasó a ser como un personaje casi caricaturesco".
Por su parte, el diputado Enrique Accorsi (PPD) sostuvo que "con todo el respeto que le tengo a la Armada, creo que Merino no se merece una estatua, para nada. Además, cuando se pone una estatua de un personaje polémico en un lugar público por lo menos debería haber una consulta".
La necesaria desmonumentación de Merino
Fuente :El Ciudadano 9 de Abril 2014
Categoría : Prensa
La tarea la comenzaron el 11 de septiembre del 2013. Ese día se realizó la primera protesta contra la estatua del almirante golpista José Toribio Merino, que se exhibe en los jardines del Museo Naval de Valparaíso y que fue erigida bajo los gobiernos de la Concertación por la Democracia.
En entrevista con El Ciudadano, uno de los impulsores de esta iniciativa, el cineasta director de Cine Forum Nelson Cabrera, expresó que la idea surgió a partir de lo realizado en Providencia por la alcaldesa Josefa Errázuriz, quien cambió el nombre de la avenida 11 de septiembre por el de Nueva Providencia.
Cabrera –que a principios de los setenta fue presidente de la Federación de Estudiantes del Pedagógico de la Universidad de Chile, sede Valparaíso- sostiene que luego de este hecho, un grupo de exprisioneros, artistas y militantes de izquierda fue dimensionando “lo que significaba homenajear a un asesino, torturador y principal promotor del golpe militar”.
Cabrera subraya el hecho “que la Armada homenajea a Merino como si estuviera al margen de lo que pasa con la sociedad chilena; como si fueran amos y señores para decidir a quién homenajear no importando el daño que hayan provocado sus elegidos”.
Este cineasta porteño –en conjunto con las dos decenas de personas que le acompañan en la tarea de protestar cada once ante el monumento a Merino- quiere que como sociedad porteña y chilena nos concentremos, por un momento, en el concepto del aura de la estatua: “una estatua, de alguna manera, refleja pasado, felicidad, plenitud, pero en este caso hay un error porque lo que genera es dolor, significa asesinato, delitos de lesa humanidad, genocidio”.
Cabe señalar que la Armada no sólo ha erigido una estatua a Merino: el buque madre de los submarinos de la Armada, que fue construido en Suecia y que llegó a Chile en 1997, fue bautizado con el nombre del almirante golpista.
Al director de Cine Forum –que en Valparaíso es conocido como Neco- le preocupa “el equívoco” que implica que esta figura de Merino sea vista por los visitantes del Museo Naval, entre los que se cuentan cientos de niños de escuelas y turistas, “como la de un héroe de la nación con todo lo que ello implica”.
En este sentido manifiesta que la existencia de una estatua de Merino “afecta no sólo a la ciudad, sino que es una afrenta a la humanidad en su conjunto”.
Nelson Cabrera afirma que él y el grupo de desmonumentadores porteños, protestarán contra la estatua de Merino, el once de cada mes, hasta que esta desaparezca.
En la particular reconstrucción de los hechos históricos que hace la Armada respecto de los acaecido en 1973 y años posteriores, se incurre en groseras mentiras.
El sitio web de la Armada contiene una biografía de Huerta en la que se señala que la bomba hallada en su domicilio el 11 de noviembre de 1972 “fue colocada por el Servicio de Investigaciones de Chile, dirigido por Alfredo Joignant, que había sido nombrado director de ese Servicio por S.E el presidente de la República Salvador Allende”.
Pero la verdad es muy distinta. Como detalladamente reconstruye el historiador Jorge Magasich en su libro ‘Los que dijeron que no. La historia de los marinos antigolpistas de 1973′ (Lom, 2008), tras el hallazgo de dicho artefacto (que no explotó debido al mal estado de su mecha), el almirante Merino exigió al gobierno encontrar a los responsables asegurando que el atentado provino de la ultraizquierda.
La Policía investigaba pero no obtenía resultados. “El punto muerto es roto con una llamada al prefecto de la Policía de Valparaíso, Juan Bustos: ‘averigüen donde los panquequeros’”. Se aludía a la panquequería Gypsi, ubicada en Viña del Mar. Este local, frecuentado por ultraderechistas, era propiedad de Jorge Young Montesinos, un exoficial de la Armada.
“Gracias a este dato, Investigaciones de Valparaíso captura, el sábado 14 de julio de 1973, a 12 individuos implicados en el atentado, responsables además de otros 20 atentados dinamiteros en la zona, y halla un pequeño arsenal de rifles, pistolas y explosivos en su poder”, sostiene Magasich.
“Las confesiones de los detenidos permiten establecer que la bomba” la puso Arturo Pinochet, de 18 años, sobrino del general (Augusto), y al parecer su regalón”.
Durante la reconstrucción del atentado ocurre algo significativo. Investigaciones lleva a la casa del almirante solamente a Young Montesinos, considerado el verdadero responsable. El detective que lo acompaña se sorprende cuando el propio almirante Huerta le da la mano y le pregunta: “‘teniente ¿por qué hizo esto’. Young Montesinos responde que no pudo aceptar que un almirante participara en un gobierno comunista. Comprensivo, el almirante Huerta le dice que no se preocupe, que hablará con el abogado. Entretanto, la mujer y la hija del almirante, también muy comprensivas, le sirven café”, según se señala en Los que dijeron que no.
Aunque la Corte de Apelaciones estableció que los responsables pertenecían a grupos ultraderechistas, la Marina chilena miente y nada de esto informa en su web institucional.
Pero este proceder, al parecer, no es la excepción sino la regla. En el libro La Breve Historia Naval de Chile, de Carlos López Urrutia –muy difundido en medios navales, según Magasich- se da una muy peculiar justificación del golpe.
“Durante el régimen marxista las tradiciones de la Armada se vieron puestas a dura prueba. Insultados pública y privadamente, apodados parásitos por los marxistas y reducidos en sus condiciones económicas más allá de lo que humanamente se podía soportar, los marinos de la Armada, junto con las otras Fuerzas Armadas, se mantuvieron fieles a la Constitución y a las leyes. Incluso colaboraron con el Gobierno cuando esto les fue exigido por el presidente Allende. Sin embargo, la institución no podía seguir sufriendo vejámenes. Asesinado uno de sus oficiales, el propio edecán del presidente de la República, infiltrados sus buques por elementos subversivos que encabezaba nada menos que un senador de la República, la Armada comprendió claramente que había llegado el momento de restaurar en Chile, la ley, el orden y la paz interior”.
Es de subrayar el hecho que en esta reconstrucción histórica no se señalen los autores del crimen de Araya Peters, dando a entender que fueron afines al gobierno de Allende los responsables del mismo. Esto, en circunstancias que la Justicia Naval de Valparaíso procesó en 1973 a 19 personas -todos vinculados a Patria y Libertad- por este crimen.
Y que en 1978, en plena dictadura, se culminó la investigación condenando como único responsable del asesinato al ultraderechista Guillermo Claverie, quien no pasaría ningún día en la cárcel debido a que fue indultado por Pinochet.
¿Es aceptable que una institución de la república, tan importante para los intereses del país como es la Armada, homenajee a criminales y falsee en forma descarada la realidad histórica?
MANIFESTACION EN VALPARAISO- VIERNES 11 de ABRIL – 12Hrs
Ciudadan@s por la Memoria, organización ciudadana surgida en 2013 para exigir el cambio de nombre de una avenida de la comuna de Providencia que glorificaba el oprobioso golpe de Estado de 1973, continúa su acción para terminar con todos los signos que exaltan la dictadura y el atropello a los Derechos Humanos. Esta vez nos hemos propuesto desarrollar una campaña para lograr el retiro del monumento del almirante golpista, y miembro de la Junta cívico-militar pinochetista, José Toribio Merino Castro, que se alza, desde mayo de 2002, en los jardines de la antigua Escuela Naval y actual Museo Marítimo, visible desde el Paseo 21 de mayo, en Valparaíso. También para requerir la remoción del nombre “Merino” de un navío de la Armada, de una sala del Museo Marítimo Nacional y de un auditorio ubicado en la ex Academia de Guerra Naval. Para ello se ha elaborado una petición que será dirigida a la Presidenta de la República, Sra. Michelle Bachelet Jeria, acompañada de varios miles de firmas.
Por ello invitamos a organizaciones sociales, de DD.HH. y políticas democráticas a la manifestación frente al monumento a Merino (mirador 21 de mayo, Cerro Artillería, Valparaíso) que se realizará a las 12 hrs. del viernes 11 de abril 2014.
Valparaíso: La lucha de resistencia por la memoria y terminar con los símbolos de la dictadura
Fuente :resumen.cl, 12 de Febrero 2021
Categoría : Prensa
Desde hace ya varios años, en forma incansable y consecuente, un grupo de luchadores y luchadoras populares -muchas y muchos de ellos sobrevivientes de la prisión política y tortura sufrida durante la dictadura cívico-militar, especialmente en recintos de la Marina acá en Valparaíso- se dan cita el día 11 de cada mes en las afueras del Museo Naval, ubicado en el Cerro Artillería, para funar la estatua de Merino, exigiendo que se retire este símbolo de la represión de los jardines de este recinto, ya que representa una apología del terrorismo de Estado instaurado en nuestro país con el golpe militar de 1973.
Así, el pasado 11 de febrero de 2021 se realizó la funa N°89.
A pesar de la pandemia de coronavirus y sus restricciones sanitarias, solo en una oportunidad se ha realizado en forma virtual esta acción de resistencia, memoria y de lucha en contra de la impunidad, ya que incluso en los períodos más complejos del confinamiento, un grupo reducido de compañerxs acudió a realizar esta movilización en forma presencial, manteniendo viva la consigna del Nunca Más y el respeto de los Derechos Humanos mediante la protesta y acción directa.
Esta vez, el número de participantes fue mayor que en ocasiones anteriores, pero (haciendo una crítica y una autocrítica que siempre debe estar presente en los sectores populares) ni en los "mejores momentos" de las movilizaciones populares la participación de organizaciones de Derechos Humanos, colectivos sociales y/o agrupaciones políticas ha sido masiva. Es necesario reflexionar al respecto.
Esta idea de desmonumentar los símbolos de la dictadura, en particular la estatua de Merino, se remonta al 11 de Septiembre de 2013, cuando al conmemorarse los 30 años del golpe de Estado, el Colectivo Cultural y de Derechos Humanos Cine Fórum de Valparaíso plantea, convoca y lleva a la práctica esta acción por primera vez.
Nelson Cabrera, integrante del Colectivo Cine Fórum, presente en esta funa, al consultarle ¿Qué le parecía que después de más de siete años, se continúe mes a mes realizando esta acción?, manifestó:
Creo que esto es parte de la batalla simbólica de lo popular, refractario a la violencia del golpe de Estado, con respecto a lo que es la exposición de los símbolos del poder vencedor, a través de íconos, estatuas, nombres de calles; entonces que se asuma esta pequeña arista cultural-estética, que recoge una expresión de memoria, de indignación ante los delitos de lesa humanidad", por lo que nuestra acción constituye un peregrinar clave, necesario, urgente, que debiera abrir expectativas.
De alguna manera esto lo vimos desde el 18 de Octubre en adelante, este fenómeno de "desmonumentar" a los conquistadores del Wallmapu, por ejemplo; o también como ha sido el recambio de nombre de la plaza Aníbal Pinto por "Plaza de la Resistencia" acá en el Puerto y la Plaza de la Dignidad en Santiago. Pienso que es un inicio y un permanecer presente, para generar hitos en esta nueva lucha cultural-simbólica-estética.
Este accionar constante, mensual, cada día 11 a mediodía en punto, podría ser definido como una especie de ritual, ¿Qué respondes ante esto?
El rito es fundamental en toda actividad, ir el 11 de Septiembre al Memorial, o acudir a distintas actividades a lugares donde existen Memoriales, acudir a lugares en donde están enterrados nuestros antepasados, es una actividad clave en la vida humana. Sin el rito se pierde la conexión con la memoria. Esto también es parte del discurso estético que significa el rito, la memoria, la representación de nuestro pasado histórico y en este caso específico cuestionar un ícono, una imagen así concreta que representa a la dictadura, como lo es la estatua de Merino.
Durante el período más álgido de la rebelión popular iniciada el 18 de Octubre los marinos cubrieron con planchas de madera la estatua de Merino, precisamente antes de un día 11, temerosos de que se pudiera actuar directamente en contra de ella, ¿Qué opinas de aquello?
Me pareció una forma urgente de "monumentar" ante una posible "desmonumentación", ya que creyeron que iba a llegar la poblada e iba hacer desaparecer su ícono. Es poner todo al revés, porque ellos con el poder de las armas podían defender la estatua, pero la taparon con madera; una acción verdaderamente ridícula que demuestra que sus símbolos, sus estatuas, son con pies de barro, y si no fuera por las armas, caerían. Fue una especie de acción de arte, estética, al revés de lo que pretendieron hacer, porque ellos solo saben defenderse con las armas y negando y ocultando el pasado.
Por su parte, Alicia Oleas, una incansable luchadora popular que ha asistido a prácticamente todas las funas, ex prisionera política de la dictadura, resaltó que "a pesar del tiempo que ha transcurrido desde el término de la dictadura, es una vergüenza que siga existiendo este horroroso símbolo que representa para nosotros, ex presos y ex presas políticas, todo lo que significó el golpe de Estado, la dictadura y la participación de la Armada en la brutal represión que se desató en contra de chilenos y chilenas. Nosotras seguimos incansablemente viniendo a esta funa porque es una forma de mostrar que seguimos resistiendo, seguimos luchando por el respeto de los Derechos Humanos y seguimos luchando en contra del negacionismo, los pactos de silencio y la impunidad."
Corte de Santiago ordena a la Armada retirar estatua de golpista ex Almirante Merino
Fuente :resumen.cl, 18 de Junio 2022
Categoría : Prensa
La Corte de Apelaciones de Santiago acogió un recurso de protección interpuesto por víctimas de violaciones a los derechos humanos y ordenó a la Armada proceder a retirar la estatua del ex comandante en jefe de la rama castrense José Toribio Merino Castro, desde el frontis del Museo Marítimo de Valparaíso.
Desde hace varios años, mes a mes, en Valparaíso, en las afueras del recinto del mencionado Museo Marítimo, agrupaciones de familiares de víctimas y personas sobrevivientes de las mazmorras de la dictadura realizan acciones de protesta contra la presencia pública de la ofensiva estatua del ex comandante de la Armada. Más ofensiva resulta esta rígida y fría vanagloria en una provincia en donde las instalaciones de la marinería y embarcaciones (incluida el vergonzoso buque escuela Esmeralda) fueron recintos de detención y tortura de prisioneros y prisioneras políticos, fueron escenarios de desaparición y muerte para cientos de chilenos y chilenas que tuvieron la desgracia de caer en manos de los agentes de la Armada y sus cómplices de las otras ramas castrenses.
Darío Núñez
Reiterados llamados a retirar la ofensa han sido sistemáticamente desoídos por los mandos de la institución y por las autoridades políticas del Estado, que hacen oídos sordos a imponer una política de reparación del daño causado. Por el contrario, se han refugiado en la soberbia del odio para sostener un objeto de odio a contrapelo de las exigencias sociales; la única "precaución" que adoptaron los mandos de la Armada durante el Estallido Social de octubre de 2019 fue ocultar el engendro cubriéndolo con plásticos y planchas de madera para protegerlo de eventuales acciones de la revuelta social.
El día de hoy se ha conocido que en fallo dividido (causa rol 37.139-2021), la Sexta Sala del tribunal de alzada -integrada por el ministro Antonio Ulloa, la ministra Ana María Osorio y el abogado (i) Cristián Lepín- acogió la acción presentada por víctimas de violaciones a los derechos humanos y estableció que, con la mantención de la estatua, la Armada incurre en ilegalidad al contravenir la garantía de no repetición de delitos de lesa humanidad en el país, que es uno de los principios integrantes de la debida reparación a las víctimas, exigencia de la cual la recurrida no se encuentra ajena. La decisión se adoptó con el voto en contra del abogado integrante Cristian Lepín.
A mayor abundamiento el fallo de la Corte señala:
"En relación con la explicación de la recurrida, si bien no puede desconocerse la condición de ex Comandante en Jefe del Almirante Merino, no resulta posible, de igual modo, por ser un hecho histórico, público y notorio, que fue precisamente, en esa calidad que este participó y dirigió las fuerzas navales en contra del gobierno de la época, legítimamente constituido y que, a contar del 11 de septiembre de 1973, se instauró en el país un régimen de facto, del cual el mencionado almirante formó parte como miembro de la Junta Militar, responsable de muertes, desapariciones y torturas de innumerables personas, de las cuales, a casi 50 años, los tribunales de justicia siguen conociendo, investigando y sancionando, por contarse entre ellos, delitos de lesa humanidad", sostiene el fallo.
La resolución agrega que: "En la represión de las personas que no compartían la corriente o doctrina del gobierno de facto, o que profesaban una ideología contraria o estimada atentatoria al ideario de los detentadores del poder de ese momento, participaron conformando diversos organismos de represión, uniformados de las diversas ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden, incluidos por cierto, integrantes de la Armada de Chile, institución de la cual el almirante José Toribio Merino, fue su máxima autoridad hasta el año 1990".
"A título ejemplar -prosigue- se hicieron parte del recurso, los descendientes de don Luis Enrique Sanguinetti Fuenzalida, Jefe del Departamento de Investigaciones de Aduana y militante del Partido Socialista, calificado como víctima de las violaciones a los derechos humanos por la COMISI"N RETTIG, sometido a torturas y cuyo deceso tuvo lugar a bordo del carguero 'Maipo'".
Para el tribunal de alzada, en la especie: "En síntesis, del análisis relacionado del ordenamiento jurídico internacional y nacional, tanto de carácter legal como administrativo, reseñado, en lo pertinente, en el motivo anterior, es dable concluir que en nuestro país se encuentra vigente y con carácter imperativo, un sistema de promoción, protección y reparación en materia de derechos humanos, en el cual se incluye, a la sociedad civil y en particular, a funcionarios y funcionarias públicas, de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad; de modo que, la Armada de Chile no se encuentra ajena a la exigencia de reparación integral a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos".
"Como se ha señalado en el informe de la recurrida, la estatua fue generada por una corporación de derecho privado e instalada en el año 2002 en un recinto militar donde funcionan diversas reparticiones navales, como el Comando de Operaciones Navales y el Museo Marítimo Nacional, por lo que de acuerdo con la legislación chilena se encuentra bajo la autoridad de la Armada de Chile; institución que, como se expresara, está obligada a promover, respetar y reparar a las víctimas en materia de derechos humanos", afirma la resolución.
"Por consiguiente -ahonda-, al negarse al retiro de la estatua del Almirante Merino, miembro del gobierno de facto al que se atribuye responsabilidad en la violación sistemática de los derechos humanos en nuestro país, en el período comprendido entre el 11 septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, incurre en ilegalidad al contravenir la garantía de no repetición, que es uno de los principios integrantes de la debida reparación a las víctimas".
"A lo antes señalado, cabe aunar que la omisión recurrida deviene asimismo, en arbitraria, toda vez que no se ha erigido estatua alguna a otros vicealmirantes o almirantes de la Marina de Chile en casi 90 años y aquellos dos ex comandantes a los que se rinde homenaje a través de monumentos, Lord Thomas Cochrane y Manuel Blanco Encalada, son personajes históricos que sirvieron al país durante la Guerra de la Independencia, lo que los distancia radicalmente de la figura de José Toribio Merino Castro, quien ejerció el cargo de Almirante, precisamente, en el período en que se violaron sistemáticamente los derechos humanos en Chile", concluye el fallo.