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Jarlan Pourcel André Joachim – Memoria Viva

Jarlan Pourcel André Joachim

http://peregrinos-robertoyruth.blogspot.com/
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pslachevsky
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Cementerio G. Santiago Memoriales.cl
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revistadefrente.cl    "La Victoria"
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Museo Histórico Policial de Chile
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museodelamemoria.cl
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pedroaguirrecerda.cl
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Rut : 10.099.923-4
Fecha Detención :
Comuna Detención :

Fecha Asesinato : 04-09-1984
Comuna Asesinato : Santiago


Fecha Nacimiento : 16-05-1941 Edad : 43


Comuna Nacimiento : Francia

Partido Político :
Oficio o Profesión : Sacerdote

Estado Civil e Hijos :
Nacionalidad : Francesa


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Informe Rettig)  

Categoría : Antecedentes del Caso

Los días 4 y 5 de septiembre de l984 murieron ocho personas en el marco de las manifestaciones efectuadas con motivo de la Décima Jornada de Protesta Nacional:

 –André Joachim JARLAN POURCEL, de 43 años de edad, era sacerdote de nacionalidad francesa, y servía en la Parroquia de la Población La Victoria.  Fue muerto por un disparo a bala efectuado por personal de Carabineros. 

En la tarde del 4 de septiembre, un grupo de periodistas se encontraba en la intersección de las calles 30 de octubre y Ranquil, en la población La Victoria (Santiago), cubriendo los acontecimientos del día de protesta.  En ese sector había barricadas y fogatas.  Un grupo de carabineros se acercó por calle 30 de octubre.  Ante la advertencia de pobladores, los periodistas huyeron.  Un funcionario policial realizó disparos al aire por encima de la cabeza de uno de los reporteros, el cual, rezagado, se había ocultado tras un poste del alumbrado eléctrico.  El periodista gritó que era de la prensa.  Carabineros avanzaron por calle Ranquil y el periodista conversó con un oficial.  Los uniformados se retiraron, continuando su patrullaje por calle 30 de octubre.  Las dos balas disparadas habían atravesado la pared de madera del segundo piso de la casa parroquial ubicada en calle Ranquil.  Una de esas balas impactó en el cuello al sacerdote André JARLAN y le causó la muerte.

Testimonios múltiples y concordantes recibidos, dan cuenta de la desproporción de la acción policial, pues no resultaba en absoluto justificado el uso de armas de fuego frente a los hechos del momento y en un lugar densamente poblado.  Los antecedentes expuestos llevan a esta Comisión a formarse la convicción que André JARLAN fue víctima de una violación a sus derechos humanos cometida por agentes del Estado que se excedieron en el uso de la fuerza.

 


Categoría : Antecedentes del Caso

ANDRE JARLAN POURCEL

Sacerdote diocesano, La Victoria, Santiago

Nació en Rodez, Francia, el 16 de Mayo de 1941. Se ordenó sacerdote en 1968 y fue asesor de la JOC en Francia. Llegó a Chile y trabajaba como vicario cooperador de la Parroquia La Victoria, en la Zona Sur de Santiago, donde alcanzo a vivir solo 18 meses. Su muerte aconteció en circunstancias muy particulares, lo que hizo que este modesto sacerdote, saltara a la escena mundial y sea ahora reconocido como una de los mártires del compromiso de las Iglesia por los Derechos Humanos.
Llegó el 4 de Septiembre de 1984 y la protesta, una de tantas que fueron comunes en esos años, derivó en tragedia. En esas jornadas hubo en Chile 10 muertos y centenares de heridos. Uno de los primeros muerto fue Hernán, un drogadicto de la Victoria, atendido por André, quien no para en su labor de socorrer a los heridos: gente que entra y sale, heridos y llamadas telefónicas. A las 18 horas se oyen en la esquina unos disparos. Eran carabineros. Después de una hora llega el P. Dubois buscando a André. Sube a su pieza y lo encuentra en su cuarto con la cabeza descansando sobre su escritorio y las manos puestas también encima. Y sobre el escritorio, la Biblia abierta en el Salmo 129, que dice: “Desde el abismo clamo a ti Señor / escucha mi clamor / El Señor dejará libre a Israel / de todas sus maldades”. Dubois lo remece: “¡André!” … Estaba muerto. En el cuello tenia una herida de bala con salida detrás de la oreja derecha.
Hay constancia de mas de 10 casos como éste en Santiago, de niños y dueñas de casa muertos en sus hogares por balas intimidadoras disparadas por patrullas militarizadas.
El DIA anterior, Pierre Dubois había comentado con André: “Mañana cualquier cosa puede pasar”. Lo que caracterizaba la opción de André era el estar con su pueblo y con sus jóvenes pase lo que pase, acompañándolos física y espiritualmente para que no sufrieran desgracias ni se sobrepasaran los limites de la no-violencia o de la justa defensa.
El P. Dubois, en un testimonio que dio la vuelta al mundo en los teletipos relata los hechos del siguiente modo: “En los momentos en que murió se encontraba el furgón Z-711 de carabineros que estaba parado en la esquina. Había varios periodistas y lo que pasó fue una cosa tremenda de sencilla. Al final de la tarde, como a las 6 o algo asi, André subió a su pieza. Se sentó en una mesa para rezar, para leer la Biblia, para descansar un poco de toda la tensión que había tenido durante el día, puesto que había sido sumamente duro. Empezó con la muerte de un joven de 25 años en la mañana y siguió con muchos golpes, con muchos heridos, incluso con gente de la comunidad cristiana. El clima de tensión era muy fuerte y André subió a su pieza a leer la Biblia, y en esos momentos habo disparos que venían de la calle 30 de Octubre con Ranquil, y uno de esos disparos le atravesó la nuca. La bala no fue disparada contra André, en particular pues no sabían que estaba en su pieza en este momento, pero sí contra quien la pudiese recibir. Así que André compartió plenamente la suerte de los pobres de este sector”.
La muerte de André Jarlan rebela en definitiva el nuevo estilo de martirio por la defensa de los DD.HH. tan común hoy en nuestra América Latina.


Andrés de La Victoria (1985): Documental mde Claudio Di Girolamo se exhibirá en la Cineteca Nacional

Fuente :biobiochile.cl 30/4/2023

Categoría : Prensa

Un crimen que conmovió al país

El durante la protesta convocada para el 4 y 5 de septiembre de 1984, el sacerdote francés André Jarlan es asesinado. Ese 4 de septiembre, Jarlan se había retirado al segundo piso de la casa parroquial, en la población La Victoria.

André Jarlan (1941-1985) estaba en su escritorio leyendo la Biblia, buscando reflexionar y la tranquilidad en un contexto de mucha violencia y represión. Es en esos momentos, que una bala disparada por Carabineros le quita la vida.

Jarlan fue encontrado por Dubois, con la cabeza apoyada en la Biblia abvierta en el Salmo 129:

“Desde el abismo clamo a ti Señor
escucha mi clamor
El Señor dejará libre a Israel
de todas sus maldades”

El sacerdote católico francés alcanzó a vivir 18 meses en Chile. Había llegado a trabajar con su colega y compatriota Pierre Dubois (1931-2012), quien vivía en el país desde 1963.

Este crimen generó gran conmoción en La Victoria y en el país. Su funeral fue masivo, con gran participación de pobladores e imágenes inolvidables.

En esas dos jornadas de protesta hubo 10 personas asesinadas.

Andrés de La Victoria

El documental de Claudio de Girolamo, producción de Ictus y fotografía y cámara de Pablo Salas registra los funerales del sacerdote, reconstruye parte de su historia y la de Pierre Dubois a la fecha, como la de La Victoria, desde la emblemática toma de 1957.

Andrés de La Victoria es un gran documento sobre cómo se vivía en las poblaciones y sectores populares durante la dictadura. Se muestra las condiciones materiales (con mucha pobreza y cesantía), los estados de ánimo, la organización y solidaridad de la época. Y el rol e importancia que tuvo parte de la Iglesia Católica en algunos sectores.

André Jarlan y Pierre Dubois

André Jarlan Pourcel

Nacido en 1941, es ordenado sacerdote en 1968. En Francia, trabajó con la Juventud Obrera Cristiana y la Acción Católica Obrera. En febrero de 1983 llega a Nuestra Señora de La Victoria.

El 4 de septiembre de 1984 es asesinado, pasando a ser parte de la historia y símbolo de la población.

Pierre Dubois Desvignes

Dubois nació en Francia, en 1931. Llega a Chile en 1963, como párroco titular a La Victoria. Estuvo vinculado al Movimiento Obrero de Acción Católica y a la Juventud Obrera. Durante la dictadura fue un decidido defensor de los oprimidos, de los perseguidos.

En 1986 es expulsado del país, junto a otros sacerdotes, por la dictadura. Retornó en 1990. A Dubois se le entregó la nacionalidad chilena por los servicios prestados.

Pierre Dubois falleció en 2012. Sus funerales fueron masivos y, en La Victoria, recordaron la conmoción y el cariño vividos en los de Jarlan.

Claudio Di Girólamo

Actor, dramaturgo, muralista, director y ejecutivo de televisión, Claudio Di Girolamo Carlini (Roma, 31 de octubre de 1929) llegó a Chile con 20 años de edad. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Roma. En Chile, fue escenógrafo al Teatro de Ensayo de la Universidad Católica, además de trabajar como pintor y muralista, para luego diversificar su labor creativa.

Durante la dictadura participó de la Productora Ictus TV, donde realizó Andrés de La Victoria y otros documentales y películas de ficción. Es, además, autor del mediometraje El 18 de los García (1983), del largometraje de ficción Sexto A 1965 (1985) y Dos mujeres de la ciudad (1990), entre otros.

Fue director y fundador de la Escuela de Cine de la Universidad Arcis, y Jefe de la División de Cultura del Ministerio de Educación entre 1997 y 2003.

Ha ganado la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral y Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda.

 

(Andrés de La Victoria

Dirección: Claudio di Girolamo
Guion: Claudio di Girolamo
Casa productora: ICTUS
Producción: Teresita di Girolamo
Dirección de fotografía: Pablo Salas, Claudio di Girolamo, Germán Malig
Montaje: Pablo Salas, Claudio di Girolamo
Música: Quilapayún, Ángel Parra, Alejandro Guarello, Los Curacas
País: Chile
Año: 1985
Formato: U-matic
Género: Documental
Duración: 50 minutos
Fuente de descripción: Catalogo ICTUS: Videoteca Memoria Histórica 1978 – 1992)


André Jarlan & Pierre Dubois, los curas rojos de la «Población La Victoria”

Fuente :revistadefrente.cl 4/9/2019

Categoría : Prensa

En 1982, André Jarlan solicitó servir su sacerdocio en América Latina, al siguiente año fue asignado a ser el compañero del Párroco victoriano, el Padre Pierre.  André, oriundo de Reginac, había sido asesor de la juventud obrera cristiana y de la acción católica obrera. La Victoria, obrera, humilde y profundamente pobre desde sus inicios, lo abrazó cariñosamente.

El escenario político que recibía al Padre André, era de una dictadura asesina de los pobres, una dictadura que desapareció cientos de personas y en donde el desprecio por el más desvalido era latente. La izquierda que reunía en el Movimiento Democrático Popular a; Miristas, Comunistas y los socialistas de Almeyda, algunos MAPU e Izquierda Cristiana, se organizaba ante tal escenario. El contexto social era álgido, la creciente cesantía no daba tregua, en “La Victoria” se pasaba hambre, se comía a veces. La inflación disparada y los ya 10 años en el poder del Gobierno Militar, desembocan en reiteradas protestas a partir de 1983 convocadas por las dirigencias sindicales. La dictadura había avanzado con el Plan Laboral de José Piñera, confrontándose y atacando directamente a los sindicatos, atomizando su estructura, cortando de cuajo el derecho a huelga y a negociación, instalando la privatización en todos los sectores. En adelante las protestas no dieron respiro, ya no daba para más. Cientos de detenidos, cientos de heridos y varios muertos.  Los victorianos acompañados de su iglesia, se preparaban para cada protesta, André que ya llevaba un año y algo con ellos y conocía a la perfección lo que ocurría en cada intervención, promotor de la protesta pacífica, sabía que era imposible competir contra las armas con sólo manos y piedras, abogaba por la protesta no violenta y eran tiempos difíciles, nada acabaría bien así.

La fría mañana del 4 de septiembre amaneció nublada, las fogatas y las barricadas estaban encendidas desde temprano, todos reunidos alrededor de la llama. Algunos de los niños jugaban con los neumáticos que rodaban hasta acabar alimentando las barricadas, el humo se extendía por las calles y desde el cielo los helicópteros de la repre empezaban a sobrevolar la población.

 

MEMORIA POPULAR

André Jarlan & Pierre Dubois, los curas rojos de la «Población La Victoria”

por Cardozo, Gabriel. #DeFrente

 

4 septiembre, 2019

 

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 3 comentarios

“Bendito sea Dios que nos mantiene vivos a pesar de tanto lumazo, gases, balines y tantos perdigones, tantas balas, tanto desprecio a la vida de los pobres. Bendito sea Dios.”

Plegaria Pierre Dubois

#MemoriaPopular

Por Gabriel Cardozo Silva

 

En la parroquia siempre había una taza de té, un pancito y una gran sonrisa, el Padre Pierre Dubois con 20 años en Chile y un gran amor por los obreros y los pobres, recibía a quién cruzará sus puertas. Cercano, muy humano y de origen francés, el padre Dubois era un querido vecino de la emblemática Población “La Victoria”.

 

 

 

En 1982, André Jarlan solicitó servir su sacerdocio en América Latina, al siguiente año fue asignado a ser el compañero del Párroco victoriano, el Padre Pierre.  André, oriundo de Reginac, había sido asesor de la juventud obrera cristiana y de la acción católica obrera. La Victoria, obrera, humilde y profundamente pobre desde sus inicios, lo abrazó cariñosamente.

 

 

 

El escenario político que recibía al Padre André, era de una dictadura asesina de los pobres, una dictadura que desapareció cientos de personas y en donde el desprecio por el más desvalido era latente. La izquierda que reunía en el Movimiento Democrático Popular a; Miristas, Comunistas y los socialistas de Almeyda, algunos MAPU e Izquierda Cristiana, se organizaba ante tal escenario. El contexto social era álgido, la creciente cesantía no daba tregua, en “La Victoria” se pasaba hambre, se comía a veces. La inflación disparada y los ya 10 años en el poder del Gobierno Militar, desembocan en reiteradas protestas a partir de 1983 convocadas por las dirigencias sindicales. La dictadura había avanzado con el Plan Laboral de José Piñera, confrontándose y atacando directamente a los sindicatos, atomizando su estructura, cortando de cuajo el derecho a huelga y a negociación, instalando la privatización en todos los sectores. En adelante las protestas no dieron respiro, ya no daba para más. Cientos de detenidos, cientos de heridos y varios muertos.

 

 

 

Los victorianos acompañados de su iglesia, se preparaban para cada protesta, André que ya llevaba un año y algo con ellos y conocía a la perfección lo que ocurría en cada intervención, promotor de la protesta pacífica, sabía que era imposible competir contra las armas con sólo manos y piedras, abogaba por la protesta no violenta y eran tiempos difíciles, nada acabaría bien así.

 

 

 

La fría mañana del 4 de septiembre amaneció nublada, las fogatas y las barricadas estaban encendidas desde temprano, todos reunidos alrededor de la llama. Algunos de los niños jugaban con los neumáticos que rodaban hasta acabar alimentando las barricadas, el humo se extendía por las calles y desde el cielo los helicópteros de la repre empezaban a sobrevolar la población.

 

 

 

El Padre Pierre presintió que sería una intensa jornada de violencia, André en sus plegarias abogó por la vida de los pobladores y prepararon la parroquia para atender a los que serían heridos. Poco después en avenida La Feria, a eso de las 10 de la mañana, un tiro de los pacos alcanzó a Hernán Barrales, el costado del cuerpo reventó en sangre. Hernán perdía fuerzas camino a la capilla. Pierre recibió al herido y el diagnostico indicó que debía ser trasladado a un hospital de inmediato, el cuerpo con la bala al interior, no paraba de sangrar. Horas más tarde, Hernán murió.

Bencina al fuego. Se enfrentaron a las camionetas de la repre que recorrían la calzada sorteando las piedras y los palos que caían desde las veredas, cuando del aire dateaban a los pacos, se bajaban a balear a quién fuera. La intensa jornada de protesta seguía su curso, las barricadas encendidas impedían el paso en 30 de octubre, a eso de las cuatro de la tarde, la parroquia recibió otro herido de bala, el Padre Pierre indignado salió a las calles a enfrentar la represión, valientemente y como era normal, se ponía delante de los pobladores para defender a su gente. Mujeres, hombres e incluso niños enfrentando las balas junto a Pierre, nunca estuvo solo, siempre él con su gente, y su gente con él.  

En la Parroquia, André Jarlan con su escaso año y medio que llevaba en el país, atendía a los heridos, muchos de ellos eran los mismos cabros que ayudaba a salir del neoprén, los mismos cabros que aconsejaba en las esquinas sensibilizando con los pobladores la problemática de las drogas. Atareado y acongojado, rezaba mientras atendía los heridos. Visiblemente agotado subió al segundo piso y se sentó a leer el Salmo 129, a pedir por la vida del pueblo chileno.

Pierre, pasadas las siete de la tarde y luego de pasar la tarde enfrentando la represión, escuchó disparos desde el centro de la población, con preocupación y aceleradamente volvió en dirección a Ranquil. De camino preguntó; ¿los pacos fueron a la capilla?, no,  le respondieron al paso.Los balazos se estrellaban en los postes y en donde cayeran. Periodistas entre escondidos, mostraban temerosamente sus cámaras y credenciales. ¡Somos periodistas! ¡Prensa! Gritó Gilberto Palacios del Fortín. Unas ráfagas de balas cayeron desde la esquina, una UZI descargó sus 9 mm y dos de esas balas fueron a dar al segundo piso donde rezaba André, una de las balas impactó en su nuca cruzándola. En la misma posición, sentado, levemente inclinado hacia su izquierda, cayó sobre la biblia.Pierre entró a la casa y preguntó inmediatamente por André, no lo vio abajo y subió al segundo piso, al verlo sentado y apoyando la cabeza sobre la mesa, creyó que dormía. Se acerco y le habló, André, André, lo movió y para su tristeza y de toda la población, descubrió que estaba muerto. André había sido asesinado por carabineros la tarde del 4 de septiembre de 1984.

La muerte de André provocó un profundo de quiebre en el corazón de La Victoria, la vida de André, se la llevó una bala asesina. La ira prontamente se apoderó de los más jóvenes, decididamente quemarían el reten de los pacos, para fortuna del Padre Pierre los cabros del MDP se habían cruzado e impedido que eso pasará, les dijeron que significaría la aniquilación de la población. Las tanquetas estaban todas dispuestas en las afueras de 30 de octubre, los pacos estaban en todas las calles,  habían cucas de blanco y negro en varias esquinas. A pesar de la tensión, el Padre Pierre logró calmar y conseguir que los jóvenes custodiaran y protegieran el cuerpo de André.

Las calles estaban todas iluminadas de velas, cada luz que se apagaba era nuevamente encendida, por cada vela consumida se encendían 3 más en otra calle o en la misma. El cuerpo de André fue retirado a las 2:00 de la madrugada.  El silencio se hizo presente en La Victoria y la noche empezaba a helar.

A las 12, al mediodía, el Padre Pierre ofreció una misa por André, con una fortaleza única lo despedía en plegarias. Caían lágrimas, el llanto explotaba en la cara de los cabros, los mocosos chicos se despedían a su manera, pero la tristeza se vivía en cada rincón de la población, en cada pasaje por donde tantas veces transitó, en las esquinas donde aconsejaba a los jóvenes que aspiraban neo. Aquel día, los mismos jóvenes, en las mismas esquinas, lloraron a André. 

El asesinato del Padre André Jarlan conmocionó al país, se transformo en un gran y profundo problema para el régimen militar. Políticamente fue un impase formal con el Gobierno francés y la queja formal del vaticano. Sergio Onofre Jarpa sínicamente mentía frente a las cámaras de los cómplices canales tradicionales desestimando la participación de carabineros en la muerte del Padre André.

(La connotación de la muerte desencadenó en la designación de un Ministro en Visita y variadas investigaciones comprobaron posteriormente la participación de carabineros y como autor al cabo segundo, Leonel Povea Quilodrán.)

Llegado el momento del adiós, todos caminaron al ritmo de lo que les dio el paso, las calles estaban colmadas de los pobladores, algunas vecinas lo hacían llorando y desgarrando el alma, poco se avanzaba, como no queriendo dejar ir a André. A cada cuadra se unían más y más victorianos, las calles se repletaron de gente, en “andas” y lentamente avanzaba el ataud en los hombros de su pueblo querido. Las calles que recibieron el paso del cortejo se llenaron de gente que despedían el cuerpo de André. Desde todos lados lo saludaron a su paso, un mar de almas acompañaron su tránsito hasta la Catedral, Juan Francisco Fresno había decidido que la misa de despedida debía ser en la Plaza de Armas. Disputa no menor entre los pobladores y el regimen militar, quienes no aprobaban que fuera trasladado en andas hasta el centro de Santiago. El camino estaba plagado de pacos y milicos que a regañadientes habían autorizado para que se fuera en procesión hasta la Catedral Metropolitana. La organización característica de la Población y el rol de la Iglesia, lograron hacer posible que por única vez  por esos tiempos, la fuerza policial no actuara ante las ordas de gente que acompañaron el cuerpo de André Jarlan. Una Catedral repleta, no había espacio libre. Afuera, en la Plaza, la multitud era total, las calles aledañas y todo lo cercano al perímetro de la misma.

Nos mataron a André.“Hoy te vas, pero te quedas en el corazón de los pobladores, porque eres parte nuestra y en eso ninguna bala asesina podrá arrancarte de nuestro lado”

 


El día en que Carabineros asesinó a André Jarlán, el sacerdote del pueblo

Fuente :eldesconcierto.cl 4/9/2014

Categoría : Prensa

André Joachim Jarlán Pourcel nació en Francia y nunca imaginó que moriría en Chile en medio de una dictadura militar. Este joven católico llegó a nuestro país para ayudar a Pierre Dubois, párroco de la iglesia “Nuestra señora de La Victoria”.

Junto con su llegada al país, comenzaron también las protestas. El padre Pierre sin dudarlo asumió un rol importante en medio de las movilizaciones, y André lo apoyaba. Ambos sacerdotes estaban profundamente en contra de la violencia por esos días, la represión y las torturas los envalentonaron.

Pierre y André se destacaron por su relación comprometida con los pobladores de La Victoria, la comunidad lo acogió como parte de ellos, en un momento difícil en que la iglesia no tomaba posturas abiertas.

El 4 y 5 de septiembre de 1984 eran los días fijados para una gran protesta. En la víspera, Pierre advirtió a Jarlán: «Mañana cualquier cosa puede pasar».

El 4, temprano, avisaron a la Parroquia que habían baleado a Miguel, un joven amigo de Jarlán, quien murió antes de llegar al hospital.
André había conquistado la confianza de los jóvenes de la población. Por la tarde, Pierre volvía de la calle y buscó a André. Lo encontró en su pieza, sentado a la mesa con la cabeza descansando sobre su Biblia abierta. Pierre lo remeció por el hombro. «¡André!». Estaba muerto. Una bala le había perforado el cuello y salido detrás de la oreja. En la pared de madera había dos agujeros de bala.

El Salmo que estaba leyendo André al recibir el impacto era «De Profundis»: «Desde el abismo, clamo a ti Señor / escucha mi clamor!», que terminan con la promesa del Señor: «El Señor dejará libre a Israel / de todos sus males»

Se comprobó que el autor del asesinato había sido un carabinero de Chile. Era parte de una estrategia usada para atemorizar a la población. Fuera de los muertos en la calle, se contaron unos diez muertos en las poblaciones, casi todos dueñas de casa y niños, como resultado de esta estrategia.


Francia: Sobreseen proceso por crimen de sacerdote André Jarlan

Fuente :6 de Diciembre 2005 El Mostrador.cl

Categoría : Prensa

El caso de la muerte del cura francés André Jarlan en Chile en 1984 fue sobreseído por el tribunal parisino que instruía el proceso, al no poder continuar con la investigación, según informó la agencia EFE, citando fuentes próximas al caso.

La investigación judicial en Francia fue abierta en junio de 1999 después de que la familia del clérigo presentara una denuncia y se constituyera como parte civil por "asesinato y crimen contra la humanidad".

Jarlan fue asesinado de un tiro en la nuca el 4 de septiembre de 1984 cuando leía una biblia en su despacho de una casa parroquial, en la población La Victoria.

La comisión rogatoria enviada a Chile por el juez instructor francés, Gérard Caddeo, no fue atendida por las autoridades locales.

El magistrado pretendía visitar el país con un experto en balística, el lugar del asesinato del clérigo.

En agosto del año pasado, la Corte Suprema consideró que la petición del juez galo perseguía revisar investigaciones "perfectamente dirigidas". En 1996, el máximo tribunal había sobreseído el proceso.