Fecha Detención : 18-11-1975
Comuna Detención : Domicilio
Fecha Asesinato : 19-11-1975
Comuna Asesinato : Santiago
Partido Político : Partido Comunista (PC)
Oficio o Profesión : Tornero
Estado Civil e Hijos : Casado 4 hijos
Nacionalidad : Chilena
Caso Gangas
Relatos de Los Hechos
Fuente :(Informe Rettig)
Categoría : Antecedentes del Caso
Alberto Recaredo GALLARDO PACHECO
Casos de las familias Gallardo y Ganga
El 17 de noviembre de 1975 se produjo un ataque armado de miembros del MIR a un grupo de soldados del Ejército en la calle Bío Bío de Santiago, generándose un enfrentamiento a consecuencia del cual falleció el soldado Hernán Salinas Calderón y el militante del MIR Roberto Gallardo Moreno.
Al día siguiente, fueron detenidos por agentes de Investigaciones los padres de Roberto Gallardo, tres de sus hermanos, su cónyuge, y dos sobrinos menores de edad. Todos fueron conducidos al Cuartel de Investigaciones de calle General Mackenna, donde fueron interrogados y golpeados.
A las 5 de la mañana del día 19, fueron liberados Ofelia Moreno, Isabel Gallardo, Guillermo Gallardo y los menores Viviana Gallardo y Alberto Rodríquez, este último de tan sólo nueve meses de edad. En ese momento a Ofelia Moreno se le informó de la muerte de su hijo Roberto y de que todos los restantes miembros de su familia serían puestos a disposición de la DINA "porque ellos sabrían que hacer."
En esa misma madrugada fue detenida Ester Torres en su domicilio junto a sus hijos Renato Mauricio y Francisco Javier, por agentes de la DINA que buscaban a su hijo Luis Andrés Ganga, quien no se encontraba en ese domicilio. Los tres detenidos fueron llevados al cuartel de Villa Grimaldi.
Después de interrogar y torturar a los detenidos, los agentes se enteraron que Luis Andrés Ganga se encontraba en casa de su abuelo donde lo detuvieron llevando para ello a su madre.
De vuelta en Villa Grimaldi, Ester Torres fue separada de su hijo Luis Andrés y a la mañana siguiente fue llevada a Cuatro Alamos con sus otros dos hijos detenidos. En ese lugar se le informó que Luis Andrés Ganga había escapado y se la puso en libertad. Sus otros dos hijos fueron liberados posteriormente, después de una larga reclusión.
Diversas personas que se encontraban en Villa Grimaldi en la noche del 18 al 19 de noviembre relatan que esa noche fue la peor de todas las que se vivieron en ese lugar. Describen un gran movimiento de vehículos y personas y luego una sesión de interrogatorios en el jardín, en que se escuchan gritos y pedidos de los guardias de agua y aceite caliente seguidos de atroces gritos de los torturados. Testigos señalan haber visto en la mañana siguiente a dos mujeres en muy mal estado y cadáveres en el suelo, entre ellos el de un anciano.
En la tarde del día 19 fue difundido al país un comunicado de la Dirección Nacional de Comunicación Social (DINACOS) en donde se dió cuenta de los hechos de la calle Bío Bío y se indicó que a partir de ellos la DINA en conjunto con Investigaciones comenzaron a realizar numerosas diligencias que permitieron seguir la pista del grupo de asaltantes hasta los cerros de la Rinconada de Maipú, donde a las 12 horas se registró un violento enfrentamiento a tiros por más de 30 minutos. En ese enfrentamiento habrían resultado muertos Catalina Ester GALLARDO MORENO, hermana de Roberto Gallardo, empleada y militante del MIR, Alberto Recaredo GALLARDO PACHECO, tornero, padre de Roberto Gallardo y de militancia Comunista, Mónica del Carmen PACHECO SANCHEZ, profesora, cónyuge de Roberto Gallardo y embarazada de tres meses, Luis Andrés GANGA TORRES, comerciante, militante del MIR, Manuel Lautaro REYES GARRIDO, obrero y Pedro BLAS CORTES JELVES, obrero, militante del Partido Comunista. En el comunicado se indicó además que uno de los extremista habría huido y que dos agentes de seguridad habrían resultado heridos.
Conforme a lo narrado anteriormente existen antecedentes suficientes para descartar la versión oficial del enfrentamiento, dado que hay evidencia de que las víctimas habían sido detenidas y llevadas a Villa Grimaldi.
Además debe considerarse lo relatado por un testigo, en el sentido que presenció cuando llegaron el día en cuestión a la Rinconada de Maipú varios autos grandes con civiles y uniformados armados y varios prisioneros, a los que bajaron e hicieron correr para posteriormente balearlos.
Parte del fundo en donde suceden los hechos, de propiedad de la Universidad de Chile, fue usado primeramente por la DINA y luego por la CNI desde 1973 hasta 1989. Los campesinos indicaron que era habitual el desplazamiento de agentes por todo el fundo.
Por último debe agregarse que no resulta verosímil el que el grupo extremista se encontrase en esa fecha integrado por miembros del Partido Comunista y del MIR, así como el que hayan participado en una acción armada de esa naturaleza una mujer embarazada (Mónica Pacheco) y una persona de 65 años (Alberto Gallardo).
Por todos estos elementos la Comisión adquirió la convicción de que todas las personas arriba indicadas fueron ejecutadas por agentes de la DINA, en violación de sus derechos humanos.
Estrenaron película sobre las víctimas del montaje de Rinconada de Maipú
Fuente :elmostrador.cl 8/9/2022
Categoría : Prensa
“La Receta de la Abuela” es un cortometraje de animación chileno que narra desde el punto de vista de los sobrevivientes, lo que realmente ocurrió en el caso ocurrido en 1975, en plena dictadura militar, en el que seis personas que apoyaban al gobierno de Allende fueron secuestradas, torturadas y asesinadas por agentes del Estado en una acción coordinada que contó con la colaboración de medios de comunicación y periodistas para validar a través de montajes, la versión de que se trató de un “enfrentamiento” con agentes de seguridad que respondieron a un ataque. Fue estrenada este miércoles en el Museo de la Memoria.
Un cortometraje centrado en el caso del montaje «Rinconada de Maipú», de noviembre de 1975, en que seis personas, varias de ellas familiares, fueron asesinadas por la DINA, y que la prensa de la época mostró como un enfrentamiento, fue estrenado este miércoles en el Museo de la Memoria.
La película “La Receta de la Abuela”, de Daniela Miranda, cuenta la historia desde el punto de vista de los sobrevivientes, y fue producido por Alberto Rodríguez, hijo de una de las víctimas del crimen.
Específicamente, pese a la crueldad, el horror y los años de impunidad del caso, la cinta aborda de manera cercana y emotiva la historia de dignidad y lucha de Ofelia Moreno Aguirre, quien perdió a su marido, a dos hijos y su nuera embarazada en estas acciones, siendo una de las fundadoras de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP).
Las víctimas fueron su esposo, Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, de 65 años, tornero y militante del Partido Comunista de Chile; Catalina Ester Gallardo Moreno, de 30 años, militante del MIR, madre de un bebé de nueve meses, Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, de 26 años, docente de educación primaria y militante del MIR, nuera de Alberto Gallardo Pacheco y embarazada de tres meses; Pedro Blas Cortés Jelves, obrero y militante del Partido Comunista de Chile, Manuel Lautaro Reyes Garrido, obrero y militante del PC, y Luis Andrés Ganga Torres, comerciante y militante del MIR.
Otro hijo de Alberto, Roberto, fue asesinado el 17 de noviembre de 1975 por la DINA. Posteriormente, Rolando Rodríguez Cordero, esposo de Catalina y padre de Alberto, fue asesinado el 20 de octubre de 1976. Por los hechos, la familia ha ganado dos juicios por crímenes de lesa humanidad, con cárcel efectiva para los responsables. En el juicio del caso fueron condenados el ex brigadier Miguel Krassnoff Martchenko, el ex suboficial Basclay Zapata Reyes, alias «El Troglio» (fallecido en 2017) y el ex coronel Rolf Wenderoth Pozo, todos del Ejército de Chile.
A través de la voz de una vecina de Renca, que repasa una receta de ñoquis que le enseñara Doña Ofelia, se va dilucidando su historia y su mundo, que son también un correlato de la memoria política y social de Chile.
“Esta es una historia que pertenece a mi historia familia casi directa y que nos vincula a casi todos los integrantes del equipo con la historia reciente y trágica de nuestro país, relacionada con la dictadura cívico militar, pero también nos vincula desde loa afectos y desde la amistad. Todos los que participamos de este trabajo aprendimos de la Señora Ofelia y del trabajo de estas abuelas que es lo que nos configura hoy día como sujetos/as de lucha y sujetos/as de derecho, no existe memoria en este país y no existe lucha hoy si no es por ellas”, explica Daniela Miranda.
Por su parte, Alberto Rodríguez complementa:
“Es un gran honor poder universalizar la historia de esta mujer maravillosa, que es mi madre- abuela, en un lenguaje audiovisual poco convencional en el mundo de la memoria y los derechos humanos, creo que ese es un aporte de este proyecto, que por sobre todo, es una obra artística. Creo que hemos encontrado un lenguaje y una manera de contar que conecta a los espectadores con historias profundas que se conectan con su cotidiano a pesar del dolor y la mentira”.
Estreno
La presentación del miércoles se realizó en el auditorio del Museo de la Memoria, con la presencia de la Subsecretaria de Derechos Humanos, Haydeé Oberreuter.
La cinta ya ha sido seleccionada en cinco festivales internacionales, y cuenta con un banda sonora cargo Juan Antonio “Chicoria” Sánchez en colaboración con destacados artistas como Elizabeth Morris y José Seves.
La pieza inició su recorrido por festivales en la noche inaugural de la 13° versión del Woman’s Film Festival de New Jersey, organizado por Woman in Media – Newark, el 28 de julio pasado y estará participando en la programación oficial de La Sur Real Film Festival 2022, realizado en Leipzig y Berlín, Alemania, el próximo 10 de septiembre.
En paralelo, la producción ha sido también seleccionada en el Montreal Indepent Film Festival 2022 en Canadá y en la cuarta versión del Festival de Cortometrajes Corporalidad Expanida, FICCE, a realizarse en octubre próximo en Buenos Aires. También en octubre, el festival estará participando en el En Serio Film Festival, realizado en paralelo entre Bilbao, Barcelona y Cali.
El cortometraje se enmarca en la conmemoración de los 49 años del Golpe de Estado y de los 97 años de Ofelia Moreno Aguirre, en quien está inspirada la obra, que ya ha recibido el homenaje de la Municipalidad de Ranca, otorgándole su nombre al pasaje donde vivió en los años 80.Entre el 11 y el 13 de septiembre el cortometraje estará liberado en un link que podrá obtenerse en Facebook.
Origen
Consultada sobre el origen del film, Miranda cuenta que hace tiempo quería trabajar con Alberto Rodríguez «y coincidió que me invitó a hacer un homenaje a la señora Ofelia en el marco de la conmemoración del Montaje de Rinconada de Maipú. Junto a Daniela Cápona hicimos un guión que nos gustó mucho, entonces decidimos convocar a más gente y hacer un cortometraje».
La realizadora optó por la animación por ser «un formato que nos acomoda mucho, por tres aspectos fundamentales, el primero amplía el espectro de espectadores, sobre todo a audiencias más jóvenes y segundo porque es posible traspasar límites narrativos y tercero y último porque nos gusta la producción de animación, el diseño, los dibujos y la mezcla que se crea».
Para Miranda, se trata de un verdadero homenaje a Ofelia Moreno, por ser «un ejemplo de resistencia, lucha y valentía».
«Parte de su historia está resumida en el corto, pero su trayectoria en la lucha por verdad y justicia es gigante y desde un lugar muy poco protagónico, muy solitario también, nos pareció que era tiempo de reconocer su trabajo y vida».
Hilo conductor
El hilo conductor de la película es la receta de los ñoquis, algo que llama la atención del espectador.
«La señora Ofelia solía decir que cocinar la cazuela como le gustaba a su marido (Alberto Gallardo) también era hacer memoria, la cocina y la comida son temas cotidianos que tienen un relato cultural oculto muy bonito», cuenta.
«Además era su receta estrella. A muchas personas que la conocimos nos puso a preparar ñoquis en un día especial, yo cocino pésimo pero sé preparar los ñoquis de la señora Ofelia», asegura.
En tanto, el principal desafío fue la producción y la gestión de los recursos. «Tuvimos buenas ayudas, pero siempre constituye un desafío enfrentarse a proyectos independientes», reconoce.
Memoria
Y aunque Miranda había filmado antes otras temáticas, esta vez quiso incursionar en el tema de la memoria.
«Me interesa el tema porque creo que darle espacio a la reflexión sobre la memoria nos permite ahondar en gestos y políticas de no repetición. Es importante recordar los crímenes cometidos durante la dictadura, que incluso han sido reconocidos como tales por los perpetradores en distintas instancias jurídicas, pero que a pesar de eso existe una parte de la población que intenta negarlo o bajar el perfil. Creo que hay un intento de borradura que es preocupante y por eso es importante insistir», señala.
«Producto de la memoria es que ocurrió la revuelta popular, con todo lo violenta que fue, también hubo gestos de memoria muy lindos: las canciones, la gráfica, el arte, también los consejos, gritarle a la gente que llevaban detenida que dijera su nombre y rut eso es memoria. La revuelta popular es la memoria viva que aprendió del pasado y fue un gesto de ‘nunca más’, costó vidas y hubo muchas víctimas, pero también dio paso al proceso constituyente que esperamos que llegue a buen puerto», concluyó.
(Ficha técnica
? Título : La Receta de la Abuela
? Dirección : Daniela Miranda Pérez
? País : Chile
? Año : 2022
? Duración : 11:20 Min.
? Género : Animación
? Productora : BECADA
? Guion : Daniela Miranda Pérez/ Daniela Cápona Pérez
? Productor : Beto Rodríguez Gallardo
? Productor Ejecutivo : Beto Rodríguez Gallardo
? Composición Banda Sonora : Chicoria Sánchez Dittborn
? Tema Central : Elizabeth Morris Keller / José Seves Sepúlveda)
Asesinato de familia entera en Villa Grimaldi: piden disculpas públicas a TVN y Canal 13
Fuente :eldesconcierto.cl 1/8/2015
Categoría : Prensa
FamiliaGallardoTribunalesLuego que el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Leopoldo Llanos condenó los crímenes de Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, Catalina Ester Gallardo Moreno, Mónica Pacheco Sánchez, Luis Gangas Torres, Manuel Reyes Garrido, Pedro Cortés Jelves, quienes fueron detenidos, trasladados a Villa Grimaldi, sometidos a atroces torturas y ejecutados entre el 18 y 19 de noviembre de 1975, y luego fueron hechos aparecer como muertos en un enfrentamiento en los cerros de Rinconada de Maipú, abogados y familiares analizaron y entregaron sus sentimientos.
El Director Ejecutivo del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Francisco Ugaz, señaló que “se monta una escena, hay sin duda un montaje periodístico que da cuenta de una versión oficial que entregó la dictadura y que a través de la investigación desarrollada por el ministro Leopoldo Llanos se pudo establecer que ello no fue así, sino un montaje, los medios de comunicación de la época han tenido una responsabilidad por cuanto ampararon una versión propiciada por la dictadura”.
“Como Programa de Derechos Humanos defenderemos las condenas que han sido impuestas por el tribunal, instando a que se mantengan y ciertamente es importante dar cuenta que ésta fue la verdad de lo acontecido no aquella verdad que la dictadura presentó”, recalcó.
Por su parte, Alberto Rodríguez Gallardo, quien permaneció detenido con sus parientes en 1975 a la edad de 6 meses en el Cuartel Central de Investigaciones, ubicado en General Mackenna, hijo de Catalina Ester Gallardo Moreno, llamó “expresamente a los canales de televisión TVN y Canal 13 a dar disculpas públicas por el montaje comunicacional que ha envuelto a nuestra familia”.
“Para que la justicia sea plena debe ser oportuna y proporcional al daño causado. En noviembre se cumplen 40 años de ocurridos los acontecimientos y tuvieron que transcurrir 27 años de investigaciones judiciales para llegar hasta hoy y obtener este fallo”, agregó Rodríguez.
“Esta tardanza de los tribunales nos parece inaceptable, ya que vemos como nuestros familiares y los propios asesinos se mueren en medio de tanta demora. No estamos culpando a los jueces que han llevado el caso, sino el andamiaje institucional heredado de la dictadura cívico militar”, añadió.
Por su parte, Alvaro Ahumada, Presidente de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, sobreviviente de ese centro de tortura y exterminio, valoró el fallo como un hecho “relevante”, porque establece la verdad “sobre lo que sucedió a una familia de luchadores democráticos, de resistentes contra la dictadura que fueron masacrados vilmente en una noche de terror”.
Que “empiece a quedar claro que aquí hubo cómplices en los medios de comunicación que colaboraron en levantar un montaje de modo tal de confundir lo que había sido la suerte de estos valerosos luchadores”, puntualizó Ahumada.
Asimismo apoyó la solicitud de disculpas públicas a TVN y Canal 13, “respecto de un accionar que se alejó con mucho de la ética periodística que nosotros suponemos debe existir en los medios de comunicación”.
Luego que el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Leopoldo Llanos condenó los crímenes de Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, Catalina Ester Gallardo Moreno, Mónica Pacheco Sánchez, Luis Gangas Torres, Manuel Reyes Garrido, Pedro Cortés Jelves, quienes fueron detenidos, trasladados a Villa Grimaldi, sometidos a atroces torturas y ejecutados entre el 18 y 19 de noviembre de 1975, y luego fueron hechos aparecer como muertos en un enfrentamiento en los cerros de Rinconada de Maipú, abogados y familiares analizaron y entregaron sus sentimientos.
El Director Ejecutivo del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Francisco Ugaz, señaló que “se monta una escena, hay sin duda un montaje periodístico que da cuenta de una versión oficial que entregó la dictadura y que a través de la investigación desarrollada por el ministro Leopoldo Llanos se pudo establecer que ello no fue así, sino un montaje, los medios de comunicación de la época han tenido una responsabilidad por cuanto ampararon una versión propiciada por la dictadura”.
“Como Programa de Derechos Humanos defenderemos las condenas que han sido impuestas por el tribunal, instando a que se mantengan y ciertamente es importante dar cuenta que ésta fue la verdad de lo acontecido no aquella verdad que la dictadura presentó”, recalcó.
Por su parte, Alberto Rodríguez Gallardo, quien permaneció detenido con sus parientes en 1975 a la edad de 6 meses en el Cuartel Central de Investigaciones, ubicado en General Mackenna, hijo de Catalina Ester Gallardo Moreno, llamó “expresamente a los canales de televisión TVN y Canal 13 a dar disculpas públicas por el montaje comunicacional que ha envuelto a nuestra familia”.
“Para que la justicia sea plena debe ser oportuna y proporcional al daño causado. En noviembre se cumplen 40 años de ocurridos los acontecimientos y tuvieron que transcurrir 27 años de investigaciones judiciales para llegar hasta hoy y obtener este fallo”, agregó Rodríguez.
“Esta tardanza de los tribunales nos parece inaceptable, ya que vemos como nuestros familiares y los propios asesinos se mueren en medio de tanta demora. No estamos culpando a los jueces que han llevado el caso, sino el andamiaje institucional heredado de la dictadura cívico militar”, añadió.
Por su parte, Alvaro Ahumada, Presidente de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, sobreviviente de ese centro de tortura y exterminio, valoró el fallo como un hecho “relevante”, porque establece la verdad “sobre lo que sucedió a una familia de luchadores democráticos, de resistentes contra la dictadura que fueron masacrados vilmente en una noche de terror”.
Que “empiece a quedar claro que aquí hubo cómplices en los medios de comunicación que colaboraron en levantar un montaje de modo tal de confundir lo que había sido la suerte de estos valerosos luchadores”, puntualizó Ahumada.
Asimismo apoyó la solicitud de disculpas públicas a TVN y Canal 13, “respecto de un accionar que se alejó con mucho de la ética periodística que nosotros suponemos debe existir en los medios de comunicación”.
La Presidenta de la Agrupación de Ejecutados Políticos, Alicia Lira, dijo que “no es justicia cuando más de 270 agentes del Estado, que han sido condenados por crímenes de lesa humanidad tengan pena remitida, que significa que no van a pasar ni un día de cárcel, no se condicen las condenas con la gravedad de los delitos”.
También se refirió al Ejército de Chile, a quien a través de la Corte de Apelaciones se le pidió que entregue los nombres del personal a contrata de ex miembros de la Central Nacional de Informaciones (CNI), la sucesora de la DINA. A su vez, llamó a que entreguen la información dado que tienen una red de protección y hay condenados por crímenes contra la humanidad por la Corte Suprema como Daniel Cancino, Ricardo Lawrence, Rubén Fiedler Alvarado y Walter Klug Rivera, que se encuentren prófugos.
Ministro Llanos dictó acusación por ilícitos perpetrados en Rinconada de Maipú.
Fuente :diarioconstitucional.cl 31/7/2014
Categoría : Prensa
El Ministro en visita extraordinaria de la Corte de Apelaciones de Santiago, Leopoldo Llanos, dictó acusación en la causa por los homicidios calificados de Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, Catalina Ester Gallardo Moreno, Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, Luis Andrés Gangas, Manuel Lautaro Reyes Garrido y Pedro Blas Cortés Jelves, delitos acaecidos en noviembre de 1975, en el sector de Rinconada de Maipú.
En virtud de los antecedentes recopilados en la investigación, se logró acreditar que: «Manuel Lautaro Reyes Garrido, militante del Mir, ejecutado por agentes del Estado el 19 de noviembre de 1975, Pedro Blas Cortés Jelves, militante del partido comunista, ejecutado el 19 de noviembre de 1975, fueron detenidos y trasladados hasta el centro de detención de «Villa Grimaldi» en las siguientes circunstancias: el 17 de noviembre de 1975, se produjo un enfrentamiento en calle Bío Bío en el cual resultó muerto un militar y el militante del MIR Roberto Gallardo Moreno. El 18 de noviembre fueron detenidos en sus domicilios todos los integrantes de la familia Gallardo y conducidos hasta el Cuartel de Investigaciones de calle General Mackenna donde fueron interrogados y torturados. En la madrugada del 19 de noviembre fueron liberados algunos de los miembros de la familia, a excepción de Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, Catalina Ester Gallardo Moreno y Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, quienes fueron puestos a disposición de la DINA y trasladados hasta el recinto de «Villa Grimaldi».
En tanto, en «la madrugada del 19 de noviembre, fue detenida Ester Torres junto a tres de sus hijos, Renato, Mauricio y Francisco Javier Ganga, por agentes de la DINA que buscaban a su hijo mayor Luis Andrés Ganga y fueron llevados a «Villa Grimaldi»; después de ser torturados e interrogados se obtuvo el dato del paradero de Luis Andrés, quien fue aprehendido momentos más tarde y conducido a ese recinto, donde fue torturado. Testigos que se encontraban detenidos en «Villa Grimaldi» declaran que esa fue la peor de todas las noches, describen un gran movimiento de autos, escucharon a los agentes pidiendo agua y aceite caliente y gritos de lamento de los torturados. Al otro día se observó en el patio, tirados en el suelo, varios cadáveres y en una pieza a dos mujeres, Catalina y Mónica, en muy malas condiciones físicas».
Ese mismo día, los cadáveres de Mónica Pacheco Sánchez, Catalina Gallardo Moreno, Alberto Gallardo Pacheco, Luis Andrés Gangas Torres, Pedro Blas Cortés Jelves y Manuel Lautaro Reyes Garrido, fueron trasladados desde Villa Grimaldi -por personal de la DINA al mando del capitán de Ejército Germán Barriga Muñoz y del capitán de Carabineros Ricardo Lawrence Mires- hasta el recinto denominado Rinconada de Maipú, con la finalidad de aparentar un enfrentamiento entre estos detenidos y personal de la DINA.
En razón de lo anterior, el Magistrado responsabilizó, en calidad de autores de los delitos, a los ex agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA): Manuel Contreras Sepúlveda, Marcelo Moren Brito, Miguel Krassnoff Martchenko, Rolf Wenderoth Pozo, Basclay Zapata Reyes y Maximiliano Ferrer Lima. Así también, acusó a Ricardo Lawrence Mires, en calidad de encubridor de los homicidios de Reyes Garrido y Cortés Jelves.
El montaje de Rinconada
Fuente :15 de Junio 2003 La Nacion
Categoría : Prensa
Un ex agente DINA afirmó que los seis cuerpos fueron llevados a Rinconada de Maipú ya muertos desde Villa Grimaldi, y sostiene que el montaje fue filmado en 1975 por el periodista de TVN Julio López. Sin embargo, él lo niega y “no recuerda” haber realizado ese registro.
El ex agente de la DINA asomó la cabeza por una ventana del patio y con cara extrañada dijo “¡ya voy!”. Dos jeans raídos cuelgan de un cordel al sol. En pantuflas, short y con la boca casi sin dientes y chueca por una parálisis facial que también le achicó un ojo, salió al patio y abrió el portón. Ningún perro ladró en la humilde casa.
-Así es, a ellos los mataron en Villa Grimaldi y muertos los sacaron al falso enfrentamiento. Si eso lo filmó el periodista López Blanco, oiga, pregúntele a él que siempre sabía todo. Eso ocurrió en Rinconada de Maipú en 1975-, fue su respuesta.
Cuando el juez le preguntó el 1º de agosto de 1992 a López por su filmación, éste le respondió “por el tiempo transcurrido no me acuerdo haber efectuado reportajes en ese lugar (…) al pasar del tiempo uno se olvida”.
Pero la cinta existía y el juez Lientur Escobar -hoy fuera del Poder Judicial- lo sabía porque así se lo había asegurado en un oficio el 17 de diciembre de 1991 el director ejecutivo de TVN, Jorge Navarrete: “La nota sobre los hechos se registra y tiene una duración de 2 minutos 50 segundos”, respondió Navarrete al juez del Séptimo Juzgado del Crimen de Santiago, quien instruía un proceso por querellas interpuestas por familiares de las víctimas de Rinconada, o de Villa Grimaldi.
El juez, de hecho, vio la cinta y transcribió su contenido. Según consta en el proceso, el relato del “enfrentamiento” lo hizo Julio López Blanco desde el lugar de los hechos.
Cuando conversamos con el periodista Julio López Blanco, éste mantuvo sus dichos: “No, yo no me acuerdo de esas cosas, han pasado treinta años, de hecho me han llamado un par de veces a declarar, no, no me acuerdo (…) yo era el conductor del noticiario y casi no salía a reportear, muy poco”.
La cinta, en tanto, no pudo ser ubicada por La Nación Domingo en los archivos de la red pública, pese a que el juez la vio en Televisión Nacional en 1992.
Crimen encubierto
En hora clara del 19 de noviembre de 1975, seis cuerpos fueron sacados desde el recinto clandestino de la DINA Villa Grimaldi en avenida Arrieta, y trasladados hasta los cerros de Rinconada de Maipú al sur de Santiago. En el lugar funcionaba a la fecha la Escuela Nacional de Inteligencia de la DINA y su Brigada de Inteligencia Metropolitana (BIM), terreno que hoy pertenece a la Universidad de Chile.
El crimen masivo fue encubierto, según el ex agente, como “un enfrentamiento”, como lo informó oficialmente el mismo día la Dirección de Informaciones del régimen en un comunicado difundido al día siguiente en la prensa escrita.
Parte de las aseveraciones que el ex agente hizo a La Nación Domingo aparecen corroboradas en un informe sobre los hechos del 16 de abril de 1991, dirigido al juez Escobar, firmado por el entonces jefe del Departamento Jurídico de la Vicaría de la Solidaridad, Héctor Contreras. “Testigos señalan haber visto en la mañana del 19 de noviembre varios cadáveres en Villa Grimaldi, entre ellos los de dos mujeres”.
El ex agente, un suboficial retirado, es hoy un hombre abatido por la vida, pobre y en malas condiciones físicas, como muchos de aquellos que entonces no tenían grado y obedecían a ciegas.
Su chapa era “Hernán Galleguillos” y operaba en uno de los múltiples grupos “con nombre de pájaro”, como él dice, que trabajaban para la DINA. Su nombre real nos lo reservamos, exclusivamente, porque algunos como él, que hoy están colaborando con la justicia, son amenazados y hostigados por quienes tienen interés en que no rompan el juramento del silencio.
El relato del juez
De acuerdo con los antecedentes que existen hasta ahora en la investigación judicial, sobre el hecho sólo se realizó la filmación de López Blanco para televisión nacional.
Una de las víctimas previamente asesinadas en Villa Grimaldi donde mandaba “El Ronco” Moren Brito, jefe del lugar y hombre fiero y cruel según múltiples testimonios de sobrevivientes, estaba embarazada de tres meses según la autopsia. Era la profesora Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, de 26 años.
El 15 de diciembre de 1992, el juez llegó a TVN a buscar una copia de la filmación. En su informe sobre el contenido expresó: “La filmación fue transmitida en aquella época por el periodista Julio López Blanco (…) La filmación se hizo en Rinconada de Maipú en noviembre de 1975”.
“Se ve un pastizal, el cordón del micrófono de TVN. El periodista está de terno, es día de sol. El periodista recoge vainillas del suelo. Dice: “aquí en el suelo están los testimonios del violento enfrentamiento´. El periodista señala la ‘exterminación de grupúsculos cercados por agentes de la DINA’. Pide un contacto con el móvil 2 del canal”, continúa el informe del juez sobre el contenido de la filmación.
El juez hace una afirmación en su escrito: “en el lugar no se ven huellas de un enfrentamiento”, y sigue con su descripción: “El periodista muestra una caja con municiones y unas piedras donde dice que ‘cayó un extremista’. Dice que los extremistas desbaratados ‘son terroristas subversivos del MIR’. Roberto Araya en el móvil Nº2, aparece sorpresivamente en la imagen”, agrega la descripción del magistrado.
El juez continúa mencionando que el periodista, a quien identifica como Julio López, “lee los nombres de los muertos y dice que dentro de los próximos días caerán otros grupúsculos”.
Respaldo judicial
Cuando López negó al juez su participación ese día de noviembre de 1975 en el lugar del montaje, Lientur Escobar le insistió en que, sin embargo, la cinta existía porque así lo había admitido el canal en un oficio y él iría a revisarla.
-Bien, sobre ese oficio que me menciona del director Navarrete, entonces eso será cierto porque ahí hay archivos de las notas que yo hice entre 1974 y 1989, cuando me fui del canal nacional-, le contestó el periodista, añadiéndole que “ahora me desempeño en Megavisión”.
Las afirmaciones de “Hernán Galleguillos” están respaldadas, bajo su firma, en una declaración prestada en un tribunal en un proceso distinto al de Rinconada, y que se encuentra con sumario concluido y en etapa de plenario.
-¿Cómo cree que llegó Julio López a filmar ese falso enfrentamiento?, preguntamos a “Galleguillos”.
-Porque el siempre sabía.
-¿Participó usted en el montaje de ese día?
Guarda silencio un momento y dice -Ya pues, ya le estoy diciendo que se terminó esta cuestión y no me pregunte más porque ahora me va a dar amnesia-, responde, mostrando el portón y haciendo un gesto poco amable para dar por terminada la conversación.
Sus ojos revelan que el hombre sabe más de Rinconada y otros episodios, porque en la DINA estuvo al menos dos años operativo en Villa Grimaldi y además haciendo el trabajo de la calle, según su declaración procesal.
“Les dieron muerte en Villa Grimaldi, utilizando sus cadáveres en una recreación que se hizo para la televisión, que fue transmitida en directo y que consistió en un gran despliegue de personal de la DINA que utilizaban armas de fuego”, dijo “Galleguillos” en su declaración judicial.
“Cuando terminó este enfrentamiento televisivo, mostraron las imágenes de las personas muertas, lo que fue un montaje, puesto que, como dije, ellas salieron muertas de Villa Grimaldi. Quien transmitió ese reportaje para la televisión fue el periodista de apellidos López Blanco”, agregó el ex agente al tribunal.
Informe oficial
El comunicado de la Dirección de Informaciones de la dictadura dijo: “Hoy 19 de noviembre (1975), a las 12:00 horas, en los cerros de Rinconada de Maipú, se registró un violento enfrentamiento a tiros de más de 30 minutos de duración, entre las fuerzas de DINA e Investigaciones, y un grupo de extremistas que se parapetó fuertemente armado en esos cerros. Resultaron muertos seis extremistas, huyendo uno de ellos”.
El texto continuó, expresando que “al mismo tiempo, fueron heridos dos funcionarios de los servicios de Inteligencia y Seguridad, con diagnóstico grave uno, y el otro menos grave”. Nunca se conoció quiénes fueron los dos heridos, ni tampoco lo registró la filmación de televisión.
En ese falso enfrentamiento fueron presentados como muertos en combate, además de Mónica Pacheco: Catalina Ester Gallardo Moreno, Manuel Reyes Garrido, Alberto Gallardo Pacheco, (comunista), Luis Andrés Ganga Torres y Pedro Blas Cortés Jeldres (comunista). Las otras cuatro víctimas fueron sindicadas como integrantes del MIR.
Una información publicada en la edición del 27 de noviembre de 1975 de la revista Qué Pasa, dijo: “El testimonio de Rodolfo Pavez, de 8 años, es elocuente: ¡yo los vi! Por los faldeos de esos cerros que le son tan familiares, Rodolfo vio bajar a siete extraños. ‘Entre ellos había dos mujeres y los hombres las ayudaban a saltar el canal que ese día venía con agua. Iban corriendo’”, relata a Qué Pasa con aplomo.
De acuerdo al referido informe de la Vicaría de la Solidaridad, las personas acribilladas en Villa Grimaldi, cuyas autopsias registran impactos de bala, habían sido detenidas el día 18 de noviembre de 1975 y en la madrugada del día 19 por efectivos de la Policía de Investigaciones, acusadas de participar en asaltos. Fueron conducidos al cuartel general de esta policía en calle General Mackenna en Santiago, y desde allí llevados a Villa Grimaldi.
La grabación
Vanos fueron los intentos de nuestro diario para llegar a la grabación descrita por el juez Escobar en su informe de la inspección a TVN. En el canal buscaron dos veces la filmación original (el juez dice que se llevó sólo una copia), pero ya no existe.
Aunque la jefa del centro de documentación de TVN, Amira Arratia Fernández, recuerda perfectamente cuando se le hizo la copia al juez Escobar, porque estaba presente, al igual que el asesor jurídico del canal, Angel Lara Elías. Ambos son mencionados por el juez en su informe de la inspección. Amira Arratia explica que en aquel tiempo se filmaba en película, y al juez se le hizo una copia en cinta para VHS. La copia debería permanecer aún en el Séptimo Juzgado del Crimen de Santiago.
Los ojos de Catalina. La historia detrás del montaje en rinconada de Maipú
Fuente :libreriaenelblanco.cl
Categoría : Prensa
Autores: Esteban Miranda Chávez, Matías Rodríguez Sapiain, Nicky Cerón Blau
“Escarbar en la memoria es un ejercicio necesario para entender el presente y proyectar el futuro. Bajo esta premisa, como editorial, nos hemos dado a la tarea de publicar herramientas-libros que nos ayuden con esa tarea, a colectivos, organizaciones, a personas comunes y corrientes que sienten el bichito de que lo que cuenta la historia oficial, son verdades a medias o mentiras tajantes.
Es en esta perspectiva que sale a la luz este libro, bajo la necesidad de ir sumando piezas para contar la historia desde abajo y a la izquierda, con nuestras voces, con nuestros protagonistas, con nuestros espacios y territorios.
Lamentablemente esta otra historia, está llena de tragedia, del pueblo golpeado y reprimido. Sin embargo, sabemos que detrás de tanta muerte e injusticia, siempre hay vidas lindas que han luchado por un mundo mejor, llenas de risa y amor.
Así es “Los ojos de Catalina”, la historia de la familia Gallardo-Moreno, signada por la muerte de cinco de sus integrantes, que rescata la vida, sueños y proyectos de quienes lucharon contra la dictadura, y la dura batalla de los sobrevivientes por encontrar Verdad y Justicia, sin dejar de participar, apoyar y vivir para construir este otro mundo, más solidario y justo.
Se agradece la valentía de contar y hacer el ejercicio de la memoria, pero sobre todo, del recuerdo, de volver a pasar por el corazón.
***
El libro que aquí presentamos es el fruto de décadas de sentidos anhelos y de arduas luchas de los sobrevivientes de la Familia Gallardo Moreno, y fue parido tras un arduo trabajo de investigación mancomunada que se extendió desde fines de 2014 hasta los primeros meses del 2017. Su publicación, como nos confesaron en varias oportunidades durante las largas reuniones que sostuvimos en Renca al calor de un buen té y al son de una que otra risa, es la materialización de una “deuda”, hasta hoy, impaga. No obstante, para nosotros es también la concreción de una deuda histórica y política no sólo con la verdad y la justicia, sino también con la memoria de nuestros muertos y con su proyección en los caminos que ha trazado –y sigue trazando– nuestro pueblo en los días que nos toca vivir. Es, ante todo, una deuda con nuestra propia generación: la que no vivió en dictadura, pero que se enfrenta día a día contra sus más cruentos legados.
La familia Gallardo Moreno era una familia chilena común y corriente: Ofelia y Alberto, los padres de familia, sus cuatro hijos, Guillermo, Catalina, Roberto e Isabel, Mónica (esposa de Roberto), Rolando (esposo de Catalina) y Juan (esposo de Isabel), cristianos practicantes de origen proletario y de ideología de izquierda. Sin embargo, sucesos muy particulares atraviesan su historia: entre el 18 y el 19 de noviembre de 1975, sin mediar más que unas horas, cuatro de sus integrantes –y uno más en octubre de 1976– fueron asesinados. Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, de 62 años; Roberto Gallardo Moreno, de 25; Catalina Ester Gallardo Moreno, de 29; Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, de 25 años y embarazada de tres meses; y Rolando Juan Rodríguez Cordero, de 31 años, son los nombres de quienes vivieron directamente los estragos más brutales de la represión dictatorial en Chile.
Las circunstancias de sus muertes sólo se han ido despejando con el tiempo. Según señala el Informe Rettig, el caso Montaje Rinconada de Maipú comienza el 17 de noviembre de 1975, cuando un grupo del MIR, en el que se encontraban Catalina, Roberto, Mónica y Rolando, intentan recuperar armamento de un recinto del ejército ubicado en el Barrio Franklin, que deriva en un enfrentamiento en donde muere, baleado por la espalda, Roberto Gallardo Moreno y el soldado Hernán Salinas Calderón. Al día siguiente, agentes de Investigaciones detienen a Alberto, Ofelia, Catalina, Isabel, Guillermo y Mónica, además de los menores Viviana Gallardo (hija de Guillermo) y Alberto Rodríguez (hijo de Catalina y Rolando, de nueve meses).
En la mañana del 19 de noviembre, son liberados Ofelia, Isabel, Guillermo y los menores, mientras que Alberto, Catalina y Mónica son llevados a Villa Grimaldi, donde son torturados y posteriormente, asesinados. Para encubrir sus muertes, en la tarde del 19 se difundió un comunicado de la DINACOS en que se relata el enfrentamiento del Barrio Franklin y que después de múltiples diligencias, los involucrados fueron encontrados en el sector de Rinconada de Maipú, donde se produce otro enfrentamiento en donde mueren Catalina Gallardo Moreno, Alberto Gallardo Pacheco, Mónica Pacheco Sánchez y los otros militantes que participaron en la recuperación de armamento, Luis Ganga Torres, Manuel Reyes Garrido y Pedro Cortés Jelves.
Para validar la versión oficial, los periodistas Julio López Blanco, Roberto Araya y Claudio Sánchez, realizaron despachos para Televisión Nacional de Chile y Canal 13, en donde muestran pruebas del supuesto enfrentamiento en Maipú sin más información que la entregada por la DINA. El comunicado de DINACOS se difunde ampliamente en la prensa oficial.
Rolando, que había logrado sortear el cerco represivo, murió acribillado casi un año después, en la comuna de Macul, a plena luz del día junto a su amigo y compañero Mauricio Carrasco.
Es precisamente el carácter excepcional de sus muertes lo que, probablemente, marca hasta el día de hoy el relato sobre la familia Gallardo. El trágico final de cinco de sus integrantes fue señalado, durante muchos años, como la única referencia a esta familia. Y es que, en un país donde los Derechos Humanos siguen siendo un espacio de negociación para la clase política civil, la muerte ha sido, por más de cuatro décadas, un silencio infranqueable que sólo ha podido ser disipado con la incasable lucha por la verdad y la justicia. Pero allí, detrás de la muerte, se escondía algo más. En cada conversación, en cada encuentro y en cada conmemoración, los sucesivos embates del recuerdo permitieron que se hiciera visible, entre palabra y palabra, una dimensión igualmente necesaria: el relato sobre sus vidas. Al poco andar, la mirada comenzó a dirigirse hacia otro punto. Después de todo, detrás de cada uno de esos nombres había también una historia, y detrás de cada una de esas historias se encontraban, como diría Mario Garcés, las memorias en resistencia de sujetos de carne y hueso que fueron protagonistas de uno de los períodos más convulsionados de la historia de Chile: el triunfo de la Unidad Popular en 1970 y la contrarrevolución cívico-militar tras el golpe de Estado de 1973.
Sumándonos a esa pulsión por la vida, no quisimos rescatar parcialmente las memorias sobre la familia Gallardo, ni narrar una historia todavía incompleta. No pretendemos tampoco, parafraseando a Gabriel Salazar, dividir sus vidas en facetas –algunas “más políticas” u otras “menos conscientes”– sino analizar, por el contrario, el complejo entramado de su accionar cotidiano, y, en un ejercicio constante de reconstrucción de diversos relatos fragmentados, adentrarnos en un aspecto central de sus vidas: la convicción en el necesario diálogo entre el compromiso cristiano y la militancia revolucionaria.
En ese camino, y parafraseando a los propios familiares de Alberto, Catalina, Roberto, Mónica y Rolando en cada conmemoración, nuestra labor será congregarnos –para escribir y leer estas líneas– no sólo para recordar su muerte, sino también su vida. A través del relato sobre las vivencias de los protagonistas de esta historia, creemos que se encuentran señales e indicios de otra realidad posible, de un Chile diferente. En medio de la Guerra Fría, siguiendo el rumbo abierto tras la Revolución Cubana, en pleno apogeo del Movimiento de Pobladores, cruzados por el florecimiento de la Teología de la Liberación y por la irrupción de los pobres en la Iglesia, al ritmo del Canto Nuevo y sumándose al impulso de las organizaciones revolucionarias: allí se encontraban Alberto, Mónica, Roberto, Catalina y Rolando. En aquel preciso espacio dieron curso a su militancia, a su compromiso cristiano y a su irrenunciable trabajo por la construcción de una sociedad nueva. Por eso los asesinaron, pero por eso hoy también los recordamos.
El primer capítulo narra y analiza el compromiso cristiano y la militancia revolucionaria de los integrantes de la Familia Gallardo Moreno, poniendo énfasis en la experiencia de vida de cada uno de sus integrantes. Por su parte, el segundo capítulo aborda el montaje comunicacional en Rinconada de Maipú, el asesinato de algunos de sus integrantes en Villa Grimaldi, y el desmontaje iniciado tras las primeras indagaciones iniciadas por el Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas. Por último, y en un intento por reivindicar también la lucha de los sobrevivientes y rescatar la figura de Ofelia Moreno como viga maestra de este relato, ahondamos en su participación en la lucha por la defensa de los Derechos Humanos, en la organización poblacional y de mujeres, y en la rearticulación del movimiento popular en Renca.
A pesar de lo específico y particular que pudiese parecer este ejercicio, la verdad es que las páginas que siguen no relatan sólo la historia de una familia, sino la de un país entero que supo organizarse, resistir y levantarse con fuerza y dignidad, una y otra vez. Desde una posición particular, la historia de cada uno de los integrantes de la Familia Gallardo se transformó en la expresión de un proceso mayor y más complejo, de un tranco decidido a cambiar todo lo que debía ser cambiado. Además, para nosotros, la historia que aquí relatamos, con sus aciertos y errores, puede y debe convertirse en una herramienta que, a la luz de nuestros propios desafíos, nos sirva para analizar la realidad y transformarla radicalmente. Esa es, al fin y al cabo, nuestra invitación.
Corte Suprema ratifica condenas a agentes de la DINA en el caso Rinconada de Maipú
Fuente :elciudadano.cl, 9 de Agosto 2016
Categoría : Prensa
La sentencia se adoptó con el voto en contra del ministro Lamberto Cisternas.
La Corte Suprema confirmó la sentencia que condenó a 20 años de presidio a tres agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), por su responsabilidad en los homicidios calificados de seis integrantes de la familia Gallardo, delitos perpetrados al amparo de un montaje realizado por los agentes de Estado conocido como el caso "Rinconada de Maipú". La DINA tuvo la complicidad de periodistas como Julio López Blanco y Claudio Sánchez, hoy sancionados éticamente por el Colegio gremial, quienes difundieron un presunto enfrentamiento que el día 19 de noviembre de 1975 habría acabado con la vida de Alberto (63) y Catalina Gallardo (30), Luis Ganga y Mónica Pacheco (26), embarazada de tres meses, quienes fueron calificados como miembros de “grupúsculos” que se habían enfrentado a tiros con miembros militares.
La Segunda Sala del máximo tribunal –integrada por los ministros Milton Juica, Carlos Künsemüller, Haroldo Brito, Lamberto Cisternas y Jorge Dahm– confirmó las penas que deberán cumplir los agentes: Miguel Krassnoff Martchenko, Basclay Zapata Reyes y Rolf Wenderoth Pozo, en calidad de coautores de los homicidios de Alberto Gallardo Pacheco, Catalina Gallardo Moreno, Mónica Pacheco Sánchez, Luis Ganga Torres, Manuel Reyes Garrido y Pedro Cortés Jélvez.
La historia en Rinconada de Maipú
El 18 de noviembre de 1975, se produjo un enfrentamiento en calle Bío Bío en el cual resultó muerto un militar y el militante del MIR Roberto Gallardo Moreno. En horas posteriores al hecho anterior, ese mismo día, fueron detenidos en sus domicilios todos los integrantes de la familia Gallardo y conducidos hasta el Cuartel de Investigaciones de calle General Mackenna donde fueron interrogados y torturados. En la madrugada del 19 de noviembre fueron liberados algunos de los miembros de la familia, a excepción de Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, Catalina Ester Gallardo Moreno y Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, quienes fueron puestos a disposición de la DINA y trasladados hasta el recinto de "Villa Grimaldi".
En la madrugada del 19 de noviembre, fue detenida Ester Torres junto a tres de sus hijos, Renato, Mauricio y Francisco Javier Ganga, por agentes de la DINA que buscaban a su hijo mayor Luis Andrés Ganga y fueron llevados a "Villa Grimaldi"; después de ser torturados e interrogados se obtuvo el dato del paradero de Luis Andrés, quien fue aprehendido momentos más tarde y conducido a ese recinto, donde fue torturado. Testigos que se encontraban detenidos en "Villa Grimaldi" declaran que esa fue la peor de todas las noches, describen un gran movimiento de autos, escucharon a los agentes pidiendo agua y aceite caliente y gritos de lamento de los torturados. Al otro día se observó en el patio, tirados en el suelo, varios cadáveres y a dos mujeres, Catalina y Mónica, en muy malas condiciones físicas.
Ese mismo día, los cadáveres de Mónica Pacheco Sánchez, Catalina Gallardo Moreno, Alberto Gallardo Pacheco, Luis Andrés Ganga Torres, Pedro Blas Cortés Jéldez y Manuel Lautaro Reyes Garrido, fueron trasladados desde Villa Grimaldi, por personal de la DINA al mando del capitán de Ejército Germán Barriga Muñoz y del capitán de Carabineros Ricardo Lawrence Mires, hasta el recinto denominado Rinconada de Maipú, con la finalidad de aparentar un enfrentamiento entre estos detenidos y personal de la DINA.
Según ha declarado Alicia Lira, presidenta de la Asociación de Familiares de Ejecutados Políticos,“Hubo un ensañamiento como se hizo con cada mujer y hombre que torturaron en este país. Eso significó también que al demostrar ensañamiento en las personas y dejar algunos vivos fue para atemorizar. Ese mensaje lo hacen cuando montan en la Rinconada de Maipú este falso enfrentamiento, hacen todo un aparataje porque ellos ya los llevan muertos al lugar, y ahí viene la maquinaria siniestra, que no tiene ninguna disculpa: los periodistas que pudieron ver lo que pasaba en realidad y prefirieron mentir”, dijo la dirigenta de la AFEP cuando inició el juicio en 2013, refiriéndose al actuar de los periodistas Carlos Araya, Vicente Pérez, Manfredo Mayol, Julio López Blanco y Cristián Sánchez Venegas.
Alberto Recaredo Gallardo, Catalina Ester Gallardo Moreno y Mónica del Carmen Pacheco Sánchez
Fuente :derechos.org sin fecha
Categoría : Prensa
El miércoles 19 de noviembre de 1975 el gobierno emitió un comunicado , que informaba acerca de un presunto enfrentamiento en Rinconada de Maipú entre seis «extremistas» y efectivos de la Dirección de Inteligencia Nacional y del Servicio de Investigaciones. Igualmente daba a conocer otro enfrentamiento, acaecido un par de días antes, en el que habría muerto otra persona pariente de tres de los «extremistas» de Rinconada de Maipú. El comunicado, reproducido por la prensa, señalaba:
«Completada la investigación se ha podido concluir que los extremistas muertos son: Mónica del Carmen Pacheco, alias Miriam, perteneciente al MIR, de veintiséis años de edad, profesora de educación básica de la Escuela 457 de Quilicura, casada con Roberto Gallardo Moreno, alias Juan, también del MIR, quien resultó muerto en el tiroteo registrado en la Escuela número 51 el lunes pasado; Catalina Ester Gallardo Moreno, perteneciente igualmente al MIR, de treinta años de edad, hermana de Roberto Gallardo Moreno; Manuel Lautaro Reyes Garrido, perteneciente asimismo al MIR; Alberto Gallardo Pacheco, perteneciente al proscrito Partido Comunista; Luís Andrés Gangas Torres, alias Jaime o Lucho Cárcamo, perteneciente al MIR, adiestrado en Moscú, y Pedro Blas Cortés Geldres, alías Marcos, perteneciente al Partido Comunista.»
El día 20 de noviembre, Isabel Gallardo Moreno presenta un recurso de amparo en favor de Alberto Gallardo, Catalina Gallardo y Mónica Pacheco, en el cual se narran los hechos tal como ocurrieron:
«El día 18 de noviembre, alrededor de las once de la mañana, llegó hasta mi casa mi hermana Catalina a contarme su angustia por la desaparición de mi hermano, que no había llegado a casa la noche anterior. Se refería a mi hermano Roberto Gallardo Moreno. Catalina permaneció durante todo el día en mi casa.
»A las siete de la tarde llegó mi cuñada Mónica Pacheco, esposa de mi hermano Roberto, quien también estaba preocupada por la suerte de su esposo, ya que no sabía nada de él… A las diez de la noche llegaron a la casa seis individuos vestidos de civil y armados con metralletas… Procedieron a llevarnos detenidas a las tres y a mi sobrino Alberto Rodríguez, de seis meses. Señalo a V.S. Iltma. que mi cuñada Mónica Pacheco se encontraba embarazada de tres meses. Inmediatamente nos subieron a una patrullera de Investigaciones (auto «Chevy» de color negro, con una placa del Servicio estampada en la puerta). Nos llevaron al Cuartel de General Mackenna y a la entrada vimos a mi padre, Alberto Gallardo Pacheco; a mi madre, Ofelia,Moreno Aguirre; a mi hermano, Guillermo Gallardo Moreno, y a mi sobrina, Viviana Gallardo Magallanes, de nueve años de edad, hija de Guillermo.
»Cuando entramos nos separaron. A mi cuñada Mónica Pacheco la dejaron en el primer piso y a todos los demás nos llevaron al subterráneo. Allí estábamos sin poder hablar todos en el pasillo, menos mi hermano Guillermo, a quien estaban interrogando, y mi padre, a quien llevaron a una pieza solo.
»Luego que mi hermano Guillermo salió del interrogatorio nos sacaron a una pieza y se llevaron a mi hermana Catalina y a mi cuñada Mónica. A ellas se las interrogó por espacio de hora y media aproximadamente; nosotros sentimos sus gritos y el revuelo que ello causaba en los funcionarios del Servicio.
»… Terminados los interrogatorios nos sacaron de esa pieza y en el pasillo divisé a mi cuñada y el abrigo de mi hermana tirado en un rincón… Como a las cinco de la mañana sentí que llamaban a un Juan Gallardo, por lo cual salí de la pieza y pude divisar a mi padre…
»A las 8,45 horas del, miércoles día 19 de noviembre fuimos dejados en libertad esta recurrente, mi madre, Ofelia Moreno; mi hermano, Guillermo Gallardo; la hija de éste, Viviana, y el hijo de Catalina, Alberto Rodríguez. Antes se nos informó que mi hermano Roberto Gallardo había fallecido la noche del lunes en el enfrentamiento de la Escuela número 51 y que mi padre, mí hermana y mi cuñada habían sido puestos a disposición de la DINA.
»Mi padre era una persona de sesenta y cinco años y al momento de ser detenido se desempeñaba como empleado en la imprenta Latino. Mi cuñada estaba embarazada de tres meses. Mi hermana andaba siempre con su hijo, pues tenía que amamantarlo. ¿Es posible que estas personas hayan fallecido en un enfrentamiento en los cerros de Rinconada de Maipú? Más aún, ¿cómo nuestra familia se puede explicar el comunicado de la DINA si a las cinco de la mañana del miércoles 19 yo vi a mi padre por última vez en el Cuartel General de Investigaciones?
»Ahora bien, si esto ha ocurrido con las tres personas señaladas, ¿qué seguridad tenemos de que la muerte de mi hermano Roberto haya ocurrido efectivamente en el enfrentamiento del lunes 17 en la Escuela número 5l? Sin embargo, no recurrimos de amparo por él porque no nos consta su detención … »
Con fecha 16 de febrero de 1976 el recurso de amparo fue rechazado. El día 11 de diciembre fue permitido retirar los cadáveres del Instituto Médico Legal. Sólo se permitió ver sus rostros, que presentaban el siguiente aspecto:
- Alberto Gallardo Pacheco. Tenía en el lado derecho un gran hematoma de color rojo-morado y otro en diferentes partes de la cara; el costado derecho, notablemente hinchado.
- Roberto Gallardo Moreno. Su cara se encontraba maquillada. Los ojos no parecían reales; daba la impresión de que estaban pintados o algo extraño que es difícil de explicar.
- Catalina Gallardo Moreno. No tenía ojos y de una de sus sienes salía un hueso. En la sien derecha tenía una salida de proyectil.
- Mónica Pacheco Sánchez. Tenía la cara con manchas y señales de haber sido quemada con cigarrillos en las mejillas.
Los certificados de defunción señalan sólo las heridas de bala.
Luis Andrés Gangas Torres
La madre de Luis Andrés Gangas Torres relató así el incidente que culminó con el asesinato de su hijo:
«El miércoles día 19 de noviembre, a las tres de la mañana, fueron detenidos en su domicilio las siguientes personas: doña Ester Torres (madre de Luis Andrés) y sus hijos Renato, Mauricio y Francisco Javier Gangas Torres, de veinticuatro, dieciocho y veinte años, respectivamente.
»Las personas que efectuaron el arresto no exhibieron orden alguna y descerrajaron la chapa de la puerta de calle. Terminado el allanamiento, preguntaron por Luis Andrés, que no vivía con su madre. Luego vendaron los ojos de las cuatro personas, las subieron a un vehículo y se las llevaron a Villa Grimaldi. Separaron a los hijos de la madre y se les comenzó a interrogar. Ella escuchó sus gritos y un individuo que la vigilaba la amenazó con idéntico tratamiento si ella no indicaba el paradero de su hijo.
»Ella, confiando en que la justicia daría la oportunidad de defenderse a Luis Andrés sí estaba complicado en algún asunto político, y ante los sufrimientos de sus hijos, decidió revelar a la DINA el lugar donde se encontraba Luis Andrés.
»Los condujo a la casa de su madre. Allí se dio cuenta de que la manzana estaba rodeada por innumerables personas y vehículos. Penetraron violentamente dentro de la casa y tomaron preso a Luis Andrés.
Luis Andrés y su madre fueron introducidos en un auto. En el trayecto a Villa Grimaldi se interrogó al joven sobre su militancia política. Negó ser militante del MIR y haber portado armas. Cuando llegaron a Villa Grimaldi, Luis Andrés Gangas fue llevado a un lugar aparte. Ester Torres con sus tres hijos fue llevada a Cuatro Alamos, y Luis Andrés dejado en Villa Grimaldi.»
(Testimonio ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, Informe 1976.)
El canal de Televisión Nacional dio un reportaje en el que se filman los cerros de Rinconada de Maipú, la acción de patrullas militares en estos cerros, junto con emitir el comunicado del Gobierno.
Alberto Recaredo Gallardo Pacheco
Fuente :latidosdelamemoria.cl sin fecha
Categoría : Prensa
Microbiografía de Alberto Recaredo Gallardo Pacheco
Alberto mi papá, nació en la primavera de 1912 en un pueblo llamado Gatico al sur de Tocopilla, fue el único hombre de una familia de varias hermanas, su madre murió cuando eran muy niños. Fue obrero metalúrgico como mi abuelo. Recuerdo el calor de las manos de mi padre, las mismas con las que con precisión podían crear las figuras más pequeñas.
Conoció a mi mamá Ofelia en Santiago. Emigró a la capital en busca de nuevas oportunidades y llegó a arrendar una pieza en la casa de ella en la calle Herrera. Se casaron en el mes de octubre del año ‘42 y tuvieron 4 hijos.
Cuenta mi mamá que cuando mis hermanos eran chicos los llevaban a la matiné del Teatro Novedades y ellos se escapaban al Cine Santiago a ver películas mexicanas y argentinas. Más de una vez los escuché cantar juntos rancheras y tangos. Vivimos 12 años en Buenos Aires, dejamos el país por la Ley que proscribió su militancia comunista, allí encontró trabajó como matricero en loza. Recuerdo sus largas jornadas de trabajo. Era muy cariñoso mi papá, honesto, bonachón, me decía «gordiflare»…
Volvimos a Santiago el año ’69; mis padres estaban ansiosos de ver lo que estaba pasando en el país. Nuestra vida cambió para siempre la noche del 18 de noviembre de 1975, a mi padre se lo llevaron junto a otros familiares… no lo volvimos a ver.
El era Alberto Gallardo Pacheco, ejecutado el 19 de noviembre de 1975 en Villa Grimaldi. Yo soy Isabel Gallardo Moreno y recuerdo a mi papá, recuérdalo tú, recuérdaselo a otr@s.
(Para realizar esta microbiografía, se entrevistó a Ofelia Moreno e Isabel Gallardo, quien grabó esta cápsula radial en diciembre de 2014 en los estudios de Radio Juan Gómez Millas, donde posteriormente fue mezclada, para luego ser emitida en Radio Universidad de Chile).