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Cabrera Balarriz Elizabeth del Carmen – Memoria Viva

Cabrera Balarriz Elizabeth del Carmen

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Rut : 5.940.984-0
Fecha Detención : 14-09-1973
Comuna Detención :

Fecha Asesinato : 15-09-1973
Comuna Asesinato : Antofagasta


Fecha Nacimiento : 19-11-1949 Edad : 23


Comuna Nacimiento : Punta arenas

Partido Político : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
Oficio o Profesión : Asistente social

Estado Civil e Hijos : Casada
Nacionalidad : chilena

Nenad Teodorovic Sertic


Relatos de Los Hechos

Fuente :Informe Rettig

Categoría : Antecedentes del Caso

Elizabeth CABRERA BALARRIZ

El 15 de septiembre de 1973 fueron ejecutados por soldados del Regimiento Antofagasta, en el camino entre esa ciudad y la Base Aérea de Cerro Moreno:

Nenad TEODOROVIC SERTIC, 24 años, austríaco, estudiante de la Universidad del Norte, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR);

Elizabeth CABRERA BALARRIZ, 23 años, cónyuge del anterior, Asistente Social, Jefa del Departamento de Bienestar de la misma Universidad, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR); y

Luis MUÑOZ BRAVO, 28 años, estudiante de la Universidad del Norte, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

Las tres personas mencionadas fueron detenidas entre el 14 y el 15 de septiembre.  Conforme al comunicado oficial las víctimas fueron ultimadas por personal militar cuando eran trasladadas desde Antofagasta a la Base de Cerro Moreno: "el hecho se produjo a las 20:30 horas cuando eran conducidos en un vehículo que sufrió un desperfecto eléctrico.  El vehículo se detuvo, lo que fue aprovechado por los detenidos para huir en medio de la oscuridad", hecho que motivó sus ejecuciones. 

No obstante la versión oficial, la Comisión se formó la convicción que la muerte de los tres afectados fue consecuencia de una ejecución al margen de toda legalidad, de responsabilidad de agentes del Estado, en violación de sus derechos humanos, de acuerdo a las siguientes consideraciones:

No resulta probable que los tres detenidos, que es de suponer eran conducidos desarmados y fuertemente custodiados, intentaran huir de sus captores.

En el evento de que hubiese existido el intento de huida, no resulta verosímil que el único modo de recapturar tres prófugos desarmados haya sido dándoles muerte.

La común ocurrencia a lo largo de todo el país de situaciones como la descrita, en las que se repiten las circunstancias de desperfecto de los vehículos, intentos de huida en la noche y muerte de todos los fugados, lo que lleva a estimar que se trata de explicaciones forjadas para ejecuciones sin juicio.

 

 


Reminiscencia de Nesko , Elizabeth y Luis

Fuente :edicioncero.cl, 10 de Julio 2023

Categoría : Prensa

Carlos Graña Sarmiento, periodista.-

El 14 de septiembre de 1973 me encontraba en la población Las Rocas de Antofagasta, donde vivía una tía. La residencia  residencia habitual ,  que tenía estaba en calle Baquedano 1014.  Se había desatado una violenta represión contra los militantes de la Unidad Popular y de izquierda en Antofagasta y era necesario cambiar de domicilio para evitar ser arrestado. Mientras estudiaba la Carrera de Comunicación Social, ejercía labores periodísticas en el Diario El Popular de Antofagasta y en la Radio de la Universidad del Norte, que transmitía en conjunto con la Radio de la Universidad Técnica del Estado.

Esa noche, alrededor de las 21 horas, los perros ladraron cerca de la casa donde residía Nesko Teodorovic Sertic, situada en calle Los Almendros No 8468, en la población Las Rocas. Nesko era actor y dramaturgo y estudiaba  la carrera de Comunicación Social de la Universidad del Nort , pertenecía al Frente de Estudiantes Revolucionarios. Fue arrestado  junto a  su esposa Elizabeth Cabrera Balarriz, Asistente Social y Jefa  del Departamento de Bienestar Social de la Universidad del Norte, militante del MIR.

Esa noche todo el vecindario se enteró de la presencia militar en la zona. Miembros de los aparatos represivos procedieron a arrestarlos a los dos. Elizabeth pidió, que le permitieran escribir una nota antes de partir. En esa carta señaló, que si no regresaba su hijo de 1 año  debían enviarlo a Concepción , donde residen sus abuelos. Los dos fueron esposados y encapuchados por los que participaron en  detención. Elizabeth de 23 años tenía cerca  4 meses de embarazo.

El matrimonio fue conducido a la  Intendencia de Antofagasta, donde fueron  detenidos y torturados. Junto  a ellos estaba  Luis Alberto Muñoz Bravo, presidente del Sindicato de Obreros de la Universidad del Norte, militante del MIR, que fue arrestado en su domicilio de calle Concepción No 1687. En la Intendencia funcionaba el Servicio Militar de Inteligencia y el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea , que tenía un centro de detención y tortura en la Base Aérea de Cerro Moreno.

Desde la Intendencia, que estaba a cargo del general Joaquín Lagos Osorio, se ordenó que los prisioneros fueran traslados a Cerro Moreno por soldados del Regimiento Antofagasta. Años más tarde se supo, que la patrulla, que los trasladaba a Cerro Moreno estaba integrada por dos jeep y un camión, que pertenecían al Regimiento Antofagasta. Y estaban al mando del teniente Gutiérrez Rodríguez y los suboficiales Ricardo Antonio Álvarez Jalabert y Carlos Segundo Contreras Hidalgo.

Los militares mencionados los asesinaron en el trayecto e informaron que intentaron fugarse, tras un desperfecto del vehículo que los transportaba, y que por esa razón fueron acribillados. Los autores de estos homicidios fueron condenados a 10 años de presidio mayor , tras ser juzgados en el 2018, bajo la causa denominada «Cerro Moreno». El asesinato ocurrió el 15 de septiembre de 1973 y se dio a conocer mediante un bando militar.

Después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, los muros de las principales calles de Antofagasta, mostraban avisos donde se anunciaba la búsqueda de varios dirigentes de los partidos de izquierda de Antofagasta. El toque de queda se iniciaba a las 18:horas y la ciudad estaba rigurosamente custodiaba por los militares. Años más tarde, con el retorno de la democracia la Comisión Rettig estableció en forma categórica, que se trató de un asesinado considerado un crimen de lesa humanidad.

Nesko tenía 24 años y cursaba conmigo el tercer año de Comunicación Social en la Universidad del Norte de Antofagasta. Fue allí donde lo conocí.   Creó en la carrera  un grupo de teatro, que se presentaba en las poblaciones. Su teatro estaba comprometido con el proceso social que se vivía.  Nesko era dramaturgo, escribía las obras que presentaba. Había nacido en Austria y a temprana edad  llegó a Iquique con sus padres.  Su progenitor llegó a ser Director de la Orquesta Sinfónica de Iquique. Siempre estuvo rodeado de gente hablando de teatro, libertad y de la igualdad social.

Fue en la Universidad donde conoció a Elizabeth de 23 años, que se desempeñó como docente en la carrera de Comunicación Social, y también era la Jefa de Bienestar de la Universidad. Elizabeth se tituló en la Universidad de Concepción . Recibió el premio Universidad de Concepción en su promoción.  y fue una de las alumnas más sobresalientes de la Carrera de Servicio Social de su Universidad. Nació en Punta Arenas. Su formación secundaria y universitaria la realizó en Concepción. Su tesis de titulación se denominó: “ Origen y realidad del Trabajo Social”. Estaba dotada de grandes capacidades intelectuales y políticas. Estudio también sociología.

Luis Alberto Muñoz, tenía 28 años, era el máximo dirigente de los trabajadores de la Universidad militaba en el Movimiento de Acción Revolucionaria. Era un destacado  luchador social dedicado al trabajo sindical.  El asesinato de estos integrantes del Mir causó dolor y conmoción en la Universidad del Norte, que dispuso los medios para sepultarlos en el Cementerio Municipal de Antofagasta. El 25 de marzo del 2014 los restos de Nesko  y Elizabeth fueron trasladados al Memorial de Ejecutados Políticos del Cementerio General. En la ceremonia estuvo presente su hijo Jovan Teodorovic Cabrera, que hoy está casado y reside en Concepción.


Suprema condena a tres ex miembros del ejército por crimen de joven mujer penquista en Antofagasta en 1973

Fuente :resumen.cl, 6 de Diciembre 2017

Categoría : Prensa

La Corte Suprema condenó a dos ex oficiales y un suboficial de ejército a penas de 15 años y un día de presidio, por su responsabilidad en los homicidios calificados de Nenad Teodorovic Sertic, Elizabeth del Carmen Cabrera Balarritz y Luis Alberto Muñoz Bravo, ilícitos perpetrados el 15 de septiembre de 1973, en la base aérea Cerro Moreno de Antofagasta.

En fallo dividido (causa rol 95.095-2016), la Segunda Sala del máximo tribunal -integrada por los ministros Milton Juica, Carlos Künsemüller, Haroldo Brito, Lamberto Cisternas y Jorge Dahm- condenó a Sergio Tomás Gutiérrez Rodríguez, Ricardo Antonio Álvarez Jalabert y Carlos Segundo Contreras Hidalgo, en calidad de autores de los tres homicidios, elevando así la pena de diez años que había establecido en primera instancia la ministra Cristina Araya en fallo emitido en marzo de 2016. Como suele ocurrir en la Segunda Sala, la decisión fue adoptada con los votos en contra de los ministros Künsemüller y Cisternas.

Nenad Teodorovic, de 24 años, de origen austríaco, era profesor de la Universidad del Norte de Antofagasta; su compañera, Elizabeth Cabrera de 23 años, era Asistente Social, y ex alumna de la Universidad de Concepción. El matrimonio tenía un hijo de dos años. Luis Muñoz, era estudiante de pedagogía de la misma Universidad del Norte. Los tres jóvenes ejecutados eran militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

En la investigación de la causa, instruida en primera instancia por la ministra en visita Cristina Araya Pastene, se dio por establecido la siguiente secuencia de hechos:

«(…) los días 13 o 14 de septiembre de 1973 personal de la Fuerza Aérea de Chile de esta ciudad, en el domicilio ubicado en calle La Concepción N°1687, de Antofagasta, procedió a la detención de Luis Alberto Muñoz Bravo. A su vez, en una época cercana a la señalada precedentemente, desde el domicilio ubicado en calle Los Almendros N° 8468 detuvieron al matrimonio formado por Nenad Teodorovic Sertic y Elizabeth del Carmen Cabrera Balarriz, todos los cuales fueron trasladados a la Intendencia Regional de esta ciudad.

El día 15 de septiembre de 1973, al atardecer, se ordena al Capitán Sergio Tomás Gutiérrez Rodríguez, Comandante de la Unidad de Comandos N° 3 de la Unidad Divisionaria de la Primera División del Ejército, por un Oficial superior, que su Comando traslade a los tres prisioneros Luis Alberto Muñoz Bravo, Nenad Teodorovic Sertic y Elizabeth del Carmen Cabrera Balarriz al campamento de detención ubicado en la Base Aérea de Cerro Moreno, perteneciente a la Fuerza Aérea de Chile. El Comando integrado por un subteniente, suboficiales y tropa procedieron al traslado de estos prisioneros, en una comitiva formada por tres vehículos, dos jeep y un camión, al que ordenan mantenerse a distancia. En el trayecto, los jeep se detienen a la altura de la empresa de detonantes, ubicada en el sector La Portada, donde actualmente se ubica la Planta de Explosivos Orica Chile S.A., y por instrucciones de los oficiales, proceden los suboficiales al fusilamiento de los detenidos, causándoles la muerte.
Posteriormente, cuando llega el camión con los conscriptos que los acompañaban, a éstos se les ordena subir los cuerpos al camión para trasladarlos a la morgue de la ciudad, momento en que se dan cuenta que la mujer estaba viva, procediendo uno de los suboficiales a dispararle nuevamente.
La versión oficial de los hechos es que debido a un desperfecto de uno de los vehículos, se detienen a la berma del camino, los prisioneros se dan a la fuga, se les ordena la detención, ante su desobediencia se les aplica la llamada 'Ley de Fuga’.

Añade la Corte, que a la época de los hechos el país se encontraba en estado o tiempo de guerra interna. Los dos hombres fallecieron estando de espaldas a quienes les dispararon, a corta distancia. Las víctimas fueron detenidas por la autoridad militar. La muerte se debió a los disparos que les efectuaron miembros de la patrulla del ejército que les conducía, desde la Intendencia de Antofagasta hasta Cerro Moreno. El resultado de la muerte de las víctimas debido a proyectiles balísticos (varios en el caso de los dos hombres y uno respecto de la mujer), solo puede estimarse como perseguido y querido por quienes accionaron las armas de fuego que dispararon».


Trabajo Social recuerda a víctimas de la dictadura

Fuente :socialesudec.cl 23/9/2014

Categoría : Prensa

Entre las actividades conmemorativas realizadas el 11 de septiembre en la Universidad de Concepción, estuvo el homenaje que la Escuela de Trabajo Social rindió a 15 colegas, víctimas del Golpe de Estado.

El emotivo encuentro coordinado por el Centro de Estudiantes de Trabajo Social, contó con la participación de autoridades, académicos y estudiantes. Las encargadas de conducir la ceremonia fueron Marcela Figueroa, presidenta del CETS y Cecilia Pérez, Jefa de Carrera.

Las víctimas recordadas durante la jornada fueron:

Elizabeth del Carmen Cabrera Balarriz “La lula”

Premio Universidad de Concepción de su promoción, tenía 23 años y un hijo, era Asistente Social, jefa del departamento de Bienestar de la Universidad del Norte, Militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Fue detenida junto a su marido entre el 11 y el 15 de septiembre, este día estaban siendo transportados junto a otro compañero del MIR por el camino entre Antofagasta y la Base Aérea de Cerro Moreno, cuando el camión se detiene, les dan la orden a los tres de bajarse y caminar hacia adelante, solo eso. En ese momento se sienten las ametralladoras que golpean sus cabezas, Elizabeth cae al piso junto con su compañero y el bebé de cuatro meses que llevaba en su vientre.

Luis Almonacid Dúmenes

Estudiante de la Universidad de Chile sede Temuco, tenía 22 años, era dirigente estudiantil y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario. Fue detenido el 25 de septiembre y trasladado a la comisaría de Padre las Casas, luego llevado al Regimiento Tucapel y al día siguiente a la Cárcel de Temuco, en cada una de estas partes fue torturado a golpes y con electricidad. Testigos dicen haberlo visto egresar del recinto custodiado por Carabineros, nadie volvió a verlo.

Segundo Flores Antivillo

Asistente Social de Sociedad Química Minera de Chicle, 25 años, militante del partido socialista. Fue detenido el 1 de octubre en su domicilio, luego es trasladado a Tocopilla y a la cárcel de Antofagasta, el día 19 de octubre fue ejecutado por agentes estatales.

Rolando Angulo Matamala

Asistente Social en la dirección de asistencia social del ministerio del interior. Tenía 26 años, nacido en Talcahuano en 1971 recibe el Premio Universidad de Concepción. El 19 de abril de 1974 es secuestrado y el 27 de abril su cuerpo es encontrado sin vida con claras señales de tortura y con impactos de bala realizados a menos de 60 cm.

Juan Ernesto Ibarra Toledo

Estudiante de Servicio Social en la Universidad de Chile, tenía 21 años y militaba en el Movimiento de Izquierda Revolucionario. Fue detenido el 25 de julio de 1974, y testigos afirman haberlo visto en “Londres 38” un emblemático lugar secreto de tortura en el centro de Santiago, nadie ha sabido nada de él desde entonces.

Jacqueline Binfa Contreras “La kelina”

En 1972, ingreso a la Escuela de Servicio Social de la Universidad de Chile, tenía 28 años, militaba en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, era conocida por su carácter crítico y estar totalmente entregada en su militancia y su trabajo en los frentes de poblaciones. Fue detenida y vista por última vez el 27 de agosto de 1974.

Maria Cecilia Labrin Sazo

Asistente Social, 25 años, militante del MIR. Fue detenida el 12 de agosto de 1974, desde esa fecha jamás se volvió a saber de ella ni de su bebe de 3 meses que llevaba en el vientre.

Jacqueline Drouilly Yurich

Estudiante de Servicio Social en la Universidad de Chile, sede Temuco, 24 años, militante del MIR, fue detenida el 30 de octubre de 1974, desde ese día no se sabe ni de ella ni de su bebe de 3 meses que llevaba en el vientre.

José Alberto Salazar Aguilera

Estudiante Servicio Social, Universidad de Chile sede Temuco, 23 años. Militante del MIR en Valparaíso, fue detenido en noviembre de 1974, intento fugarse dos veces, ambas frustradas. El 10 de marzo es entregado a la DINA, el 13 de diciembre del mismo año, cuatro agentes de civil irrumpen en su casa, llevándose ropa, se le dijo a la familia que se encontraba hospitalizado, pero nunca pudieron verlo y hasta el día de hoy nada se sabe.

Alfredo Gabriel García Vega

Estudiante Servicio Social, Universidad de Chile. Detenido en Valparaíso el  18 de enero de 1975, militante el MIR, fue visto en el regimiento Maipo de Paya Ancha, el 20 de febrero fue sacado de allí, ni su hijo ni su familia saben su paradero.

Carolina Wiff Sepúlveda

Asistente social de la Universidad de Chile, 34 años de edad, militaba en el Partido Socialista, en el cual cumplía funcionas y de enlace con el comité central. Fue detenida en la vía pública el 25 de julio de 1975 por agentes de la DINA. Ni la hija que dejo ni su familia saben su paradero.

Elizabeth Rekas Urra

Estudiante de Servicio Social de la Universidad de Chile, 27 años, militante del Movimiento Acción Popular Unitaria. Fue detenida el 26 de mayo de 1976 en la vía pública por agentes del estado. Permaneció recluida en Villa Grimaldi, desde ahí se desconoce su paradero tanto de ella como de su bebe de 4 meses que esperaba.

Gilberto Victoriano Veloso

Estudiante de Servicio Social de la Universidad de Chile, 35 años, militante del partido comunista de chile. Trabajaba como taxista, era casado y padre de tres hijos. El 1 de julio de 1985 fue ejecutado a la altura del paradero del 31 de gran avenida José Miguel Carrera por agentes de la CNI.

José Agurto Arce

Estudiante de Servicio Social, profesor, 27 años. Militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario. Hasta el 11 de septiembre de 1973, estuvo a cargo del departamento de asuntos estudiantiles de la universidad del norte en Antofagasta. Era Compañero de trabajo y militancia de Elizabeth Cabrera. Fue detenido el 10 de enero de 1975, hasta el día de hoy no se sabe de su paradero.

María Teresa Bustillos Cereceda

Estudiante de Servicio Social de la Universidad de Chile, 24 años. Su madre sufría una enfermedad mental que la mantenía encerrada, María era quien la cuidaba, su padre, al momento de saber de la detención y desaparición de su hija el 9 de diciembre de 1974, sufrió una ataque de hemiplegia que lo dejo paralizado hasta su muerte. Su situación familiar crítica, no la limito para militar en el Movimiento de Izquierda Revolucionario y entregarse en la lucha, hasta ser considerada como una mujer peligrosa para la dictadura.


Chile: condenan a militares por ejecución de opositores

Fuente :dw.com, 7 de Diciembre 2017

Categoría : Prensa

La Corte Suprema condenó a 15 años y un día de prisión a tres exmilitares, autores del asesinato de tres civiles en 1973. Durante dictadura de Pinochet fueron asesinados unos 3.200 chilenos a manos de agentes del Estado.

Una de las víctimas del crimen, ocurrido en la ciudad de Antofagasta, en el norte de Chile era el estudiante universitario austríaco Nenad Teodorovic Sertic, de 24 años, quien fue asesinado junto a su esposa, Elizabeth Cabrera Balarriz, de 23 años, asistente social y funcionaria de la Universidad del Norte.

La víctima restante fue Luis Muñoz Bravo, de 26 años, estudiante de la misma universidad; los tres militaban en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), grupo que luchó contra la dictadura de Pinochet y fueron detenidos en sus domicilios el 14 de septiembre de 1973, tres días después del golpe contra Salvador Allende.

Como autores de tres homicidios calificados, fueron condenados el teniente coronel retirado del Ejército Sergio Gutiérrez Rodríguez, y los exsuboficiales Ricardo Alvarez Jalabert y Carlos Contreras Hidalgo.

En primera instancia, los militares fueron condenados por la jueza especial Cristina Araya Pastene a diez años y un día de prisión, sentencia ratificada después por la Corte de Apelaciones de Antofagasta, pero revocada por la II Sala de la Corte Suprema en el fallo definitivo del caso.

Civiles inermes asesinados por la espalda

Según el expediente del caso, tras ser detenidos los jóvenes fueron llevados a la Intendencia (Gobernación) de Antofagasta y el día 14 de septiembre se ordena al entonces capitán Sergio Gutiérrez Rodríguez que los traslade a un campo de concentración instalado en la base aérea de Cerro Moreno, en las afueras de la ciudad, lo que se cumple en dos vehículos todoterreno y un camión.

En el trayecto, sin embargo, la comitiva se detiene y los detenidos son fusilados por los militares, que posteriormente ordenan a unos reclutas subir los cadáveres al camión para llevarlos a la morgue. En ese momento se dieron cuenta de que la mujer aún estaba con vida, por lo que uno de los suboficiales procedió a rematarla.

A su regreso, los criminales dijeron que por desperfecto de uno de los vehículos debieron detenerse, lo que fue aprovechado por los detenidos para escapar, por lo cual, tras advertirles que se detuvieran, procedieron a dispararles. Los peritajes mostraron que los detenidos recibieron los tiros por la espalda, a corta distancia, lo que desmoronó los argumentos de los militares.

En la parte civil, la Corte condenó al Estado de Chile a pagar una indemnización de cien millones de pesos (unos 153.000 dólares) al hijo del matrimonio de Nenad Teodorovic y Elizabeth Cabrera.

Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), según datos oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos y otros 33.000 fueron encarcelados y torturados por causas políticas.


50 años: Nuestra historia es memoria, Universidad del Norte, Antofagasta

Fuente :pagina19.cl, 11 de Mayo 2023

Categoría : Prensa

En Antofagasta, la mañana del 11 de septiembre de 1973, alrededor de las 9.30 horas,  estaba en el curso -Introducción a las Ciencias Sociales- correspondiente al primer año de la escuela de Periodismo de  la Universidad del Norte (hoy Católica del Norte) cuando un estudiante abrió intempestivamente la puerta de la sala, se acercó al profesor y le dijo algo al oído. Oscar Medrano, el profesor cubano que nos impartía dicho curso, luego de escucharlo guardó en un santiamén sus libros en un maletín, nos informó de una asonada de la marinería de Valparaíso, nos llamó a la calma y salió presuroso, diciéndonos regresaría con más información. Al cabo de unos diez minutos,  como no volvía, abandonamos la sala de clases, algunos regresaron a sus hogares, otros partieron a reuniones al interior o fuera de la universidad o bien se quedaron conversando y fumando en los pasillos. Junto a Silvia  González Lorca, ambas mechonas de la generación 1973, nos unimos a un grupo que se dirigía a una reunión que tenía lugar frente al casino, donde alrededor de 100 estudiantes, quizás más,  escuchaban a los dirigentes estudiantiles, entre ellos, Rubén Aguilera, presidente de la federación de estudiantes 1971-1972 (FER-MIR); compartían y analizaban los mensajes emitidos por el presidente Salvador Allende desde el palacio de La Moneda. Quienes entendían un poco más lo que sucedía proponían esperar órdenes, pero otros plantearon acordonar el campus universitario a modo de defensa del gobierno de la Unidad Popular y entonces, tan solo con nuestros cuadernos e ideales, nos dirigimos hacia los muros medianeros de la zona sur. A mí y a Silvia nos destinaron al sector de la avenida Angamos, otros partieron a la zona vecina de las Ruinas de Huanchaca y al cabo de una hora, quizás un poco más, apostados en los muros, divisamos a lo lejos el avance de tanquetas y carros militares hacia la universidad y al centro de la ciudad por la costanera. Los muros en donde estábamos medían no más de un metro y medio y por ello los vimos.  –Compañeros se están tomado el poder– gritó, Susana González Rodríguez, al entrar a su clase del tercer año de la Escuela de Periodismo. Había visto este desplazamiento al subir las escaleras que la llevaban a su sala.

Los militares entraron con las tanquetas y su artillería de guerra a la universidad. Héctor Vera, vice-rector, dialogó con el oficial a cargo del operativo, asegurándole que no había armamentos, que solo encontrarían ideas y luego para facilitarle la inspección lo acompañó a él y a una parte de su tropa a recorrer las dependencias, invitando también al auxiliar responsable de las llaves. En el trayecto, recuerda haber visto estudiantes arrodillados con los brazos en alto frente a piquetes de soldados que los apuntaban con sus fusiles. – No es necesario dicho trato-, les increpó. –Nosotros ahora mandamosyo hago aquí lo que quiero– respondió el oficial. Siguiendo el recorrido, a su paso por los patios internos se toparon con profesores y estudiantes mientras quemaban documentos y frente a una pregunta sobre ello, respondió que se trataba de documentación interna de cada escuela. Incomodo y molesto por esta respuesta, el oficial levantó aún más la voz y por ello el vice-rector le advirtió su disposición de llamar y quejarse ante el general Joaquín Lagos, comandante en jefe de la Primera División de Ejército, replegando de alguna manera su accionar.

– Vienen por nosotros – gritó un estudiante que estaba a mi lado en los muros de la zona sur y luego escuchamos por altoparlante la orden militar de abandonar el campus bajo amenaza de detenciones por desacato y manifiesta rebeldía. Muchos saltaron los muros contiguos a las poblaciones, otros arrancaron en dirección a las salas de clases y yo con Silvia decidimos sumarnos a los que cabizbajos encaminaban sus pasos hacia la portería. A estas alturas, los soldados ya habían allanado y ocupado una buena parte del campus universitario. Cuando llegamos a la puerta principal, más de un centenar de militares apuntaban con sus fusiles a unas 200 personas que hacían una fila para salir, previa revisión de sus documentos de identificación y pertenencias. A los que no portaban sus documentos o sus nombres figuraban  en unas listas  los apartaban en una segunda hilera, varios de ellos con sus brazos en alto; serían al menos 30 personas. Silvia abandonó la fila y se devolvió, acompañando a alguien que ni ella ni yo logramos recordar, incluso menos aún la explicación de esta decisión. Mientras ambos se internaban discretamente por los pasillos, los seguí sin quitarles mis ojos de encima hasta perderse. A medida que se alejaban, pensaba en el afiche que había visto en una de las murallas que decía  "Esta revolución no la para nadie". A mi turno de control, logré salir cerca de las 13:30 horas. Mi abuela y un amigo me esperaban en casa muy angustiados, habían escuchado rumores de balaceras y bombardeos a las universidades, a la Radio Coloso y que al presidente Allende lo habían matado en La Moneda, la primera de las tantas muertes que seguirían.

La dictadura se nos vino encima

No había lugar donde respirar aire de confianza. Clausuraron el Congreso y medios de comunicación, la única forma de acceder a información era juntándose con alguien en la calle, en un punto determinado como decíamos, una acción altamente riesgosa porque por los medios de comunicación se difundían los bandos militares que instaban a denunciar a los traidores a la patria y repudiar al marxismo y – limpiar al país de elementos indeseables-, decía el general Augusto Pinochet. Los estadios se transformaron en campamentos de detención, tortura y muerte, declararon ilegales a los partidos políticos, las embajadas se llenaron de asilados, muchos salían clandestinos del país para salvar sus vidas. Mataron a Víctor Jara a Pablo Neruda… Nuestra universidad fue intervenida por un oficial de la Fuerza Aérea y más adelante designaron rector delgado a Enrique Ferrando, un funcionario a cargo de los bienes. Silvia González tiene grabada en su retina la pelea que dieron con él para que nuestra escuela continuara abierta. Finalmente, las nuevas autoridades decidieron su continuidad, pero cerraron las matrículas y a nuestra promoción (1973) nos reconocieron el primer semestre rendido, dejando trunco el segundo. En marzo de 1974, una vez retomadas las clases, pese a la suspensión de nuevas matrículas, ingresaron a nuestro curso varias hijas de importantes generales y coroneles. Ahí, constatamos el cierre de la carrera Sociología y que habían exonerado a estudiantes, funcionarios y académicos por motivos políticos e ideológicos, tanto así que algunos cursos que antes eran de 30 a 40 alumnos quedaron reducidos a menos de diez. El programa de estudios de Periodismo hasta entonces enfocado a un pensamiento crítico, las humanidades y ciencias sociales fue cambiado de una plumada; una malla curricular consensuada participativamente durante  la reforma universitaria que dejó a un lado el objetivo inaugural de la propia carrera en 1967: formar periodistas para los diarios de la cadena El Mercurio de la zona norte. A todo ello se suma el Bando N°100, emitido en Antofagasta el 8 de octubre de 1973, cuyas disposiciones declaran caducas las credenciales otorgadas a los estudiantes por nuestra escuela para realizar prácticas y autoriza el ejercicio de la profesión solamente a 73 periodistas colegiados y residentes en Antofagasta, Calama, María Elena y Tocopilla.

Mi memoria tiene fracturas, heridas, penas, silencios, rabias, frustraciones; una marca indeleble. Ni siquiera a mis amigas más cercanas les conté que en mi casa,  mientras escuchábamos los primeros bandos y decretos militares, quemábamos documentos, revistas, libros, banderas partidarias,  discos, afiches, es decir,  todo lo que pudiese oler y delatarnos como una familia adherente y comprometida con el proyecto de la Unidad Popular, la vía al Socialismo en democracia, la revolución chilena con sabor a empanadas y vino tinto. Vivía con mi abuela y mis tíos, Pedro González y Eliana (Nany) Pinto, mi familia. A esa misma hoguera también fueron a parar mis cuadernos y libros, entre ellos, – Ideología y Utopía- de Karl Manheim y -Materialismo Histórico-, ambos correspondientes al plan de lectura del primer año. Y como entonces, leía el libro -Materialismo Dialectico- y quería seguir leyéndolo, lo escondí dentro de otro libro en mi biblioteca. Mi tía cuando lo encontró, después de quemarlo, me retó como nunca antes y luego rompiendo su silencio me habló de la persecución y detenciones a compañeros del partido, que muchos habían pasado a la clandestinidad, que se había instalado una dictadura gorila fascista, que podrían allanar nuestra casa en cualquier momento y en caso de ocurrir debíamos volvernos una tumba. Pedro González, su marido, estaba preso en la cárcel, lo habían detenido, juntamente con un grupo de académicos y funcionarios de la Universidad del Norte, donde trabajaba; ambos integraban la directiva regional del partido Mapu (Movimiento de Acción Popular Unitaria).

Myriam Carmen Pinto, periodista


«La memoria no es montaje», documental que relata asesinato de estudiante de periodismo Nesko Teodorovic y su esposa Lula

Fuente :edicioncero.cl, 12 de Septiembre 2020

Categoría : Prensa

Los hechos ocurrieron el 15 de septiembre de 1973, en Antofagasta, hasta donde se había trasladado el joven iquiqueño austriaco, en 1971, para estudiar periodismo. 

Un impactante documental sobre el asesinato del estudiante de periodismo, el iquiqueño austriaco Dusan Teodorovic y de su esposa  la trabajadora social Elizabeth Cabrera, realizó la egresada de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica del Norte,  Vania  Durán Contreras. La misma escuela que cobijó al joven desde 1971.  Fue brutalmente torturado y después se le aplicó a él y su esposa, la falsa ley de fuga. Ambos militaban en el MIR.

El documental audiovisual  recoge el testimonio de actores de la época, para ir reconstruyendo lo que pasó con Nesko y Lula, quienes fueron torturados en la Intendencia de Antofagasta  y ejecutados el 15 de septiembre de 1973 por soldados del Regimiento de Antofagasta, camino a la Base Aérea Cerro Moreno. La joven pareja, dejó un pequeño hijo, Jovan, que hoy vive en Concepción junto a su familia.

Por militar en el MIR y mientras permanecía en Antofagasta cursando sus últimos años de la carrera de Periodismo en la entonces Universidad del Norte (hoy Católica del Norte), es asesinado el joven iquiqueño-austriaco Nenhad Nesko Teodorovic Sertic, de 25 años. Fue un 15 de septiembre de 1973.

Los hechos ocurrieron en la capital de la segunda Región de Antofagasta, cuando Nesko, como era conocido, cursaba sus estudios de Periodismo y vivía junto a su esposa Elizabeth Cabrera y su  pequeño hijo de poco más de un año. La historia es más trágica aún, porque Elizabeth,  -llamada cariñosamente Lula -Asistente Social- quien trabajaba en la misma universidad, como jefa de  Bienestar, también fue detenida y ejecutada.

Ambos cayeron en manos de militares del Regimiento Antofagasta, justo cuando esperaban  a un segundo hijo, ya que Elizabeth tenía un embarazo de tres a cuatro meses.

Nesko era hijo de Dusan Teodorovic,  quien fuera durante años, creador y r director de la Orquesta Sinfónica de Iquique. Ingresó a estudiar periodismo en 1971, de modo que cursaba tercer año al momento de su ejecución. Era un artista y cultor del  teatro libertario.

A 41 años de esta doble tragedia, que cambió el curso de vida de dos familias, la ciudad donde se instalaron los Teodorovic, no tiene nada que recuerde a este joven y a su señora.  En la UCN, recibió su título póstumo de Periodista, junto a otros estudiantes muertos tras la dictadura.

RELATOS

“Tenía un Mercedes viejo y destartalado en el que trasladaba a su pequeño hijo y a su mujer cada día a la Universidad. El niño quedaba en la guardería que existía para los funcionarios”, recuerdan algunas personas que lo conocieron. “Alto, rubio, ojos celestes, con una voz fuerte y una risa franca, parecía extranjero… Siempre junto a su hijo… se notaba el gran amor que sentía por él… quizás dónde estará hoy… si supiera que su padre confesaba siempre su alegría de tenerlo junto a su madre…” Sonia Leyton, periodista y ex profesora de la Universidad Católica del Norte.

Otro interesante artículo es el que escribió a fines de 2013, el periodista iquiqueño, Isidro Morales: “El autor cuenta como transcurrió la mañana del 11 de septiembre de 1973 en la Universidad del Norte y cómo dos alumnos de la escuela fueron detenidos, torturados y asesinados en esos días de espanto. También recuerda la angustia de esperar por un regreso a clases, lo que sucedió varias semanas después, pero dos tercios de los estudiantes de periodismo no regresaron a las aulas”, señala el resumen del documento.


Nesko Teodorovic: Ese puño que abrimos suavemente…

Fuente :Libro: "Morir es la Noticia", 1997

Categoría : Prensa

Su mano izquierda amoratada era un puño cerrado y frío. Su mirada ausente encerraba el último pensamiento arrebatado de golpe.

Pensamientos que volaron al espacio infinito acompañados del susurro de un hijo que no alcanzó a nacer. A su lado inmóvil y frío estaba Nesko… su amor de siempre.

El ultimo quejido y el ultimo intento de rebeldía fue empuñar el crucifijo que no pudieron descubrir. Sin embargo, allí estaba una cruz, en ese puño que abrimos suavemente y que

los dedos sin vida dejaron escurrir.

Muertos como muchos al alba, cuando no es claro ni oscuro, Nenhad Nesko Teodorovic y su esposa, Elizabeth Cabrera Balarriz, matrimonio que dejó un hijo de un año y tres meses, fueron detenidos y torturados el 14 de septiembre de 1975 y ejecutados el día 16, a las 20:50 horas, en el camino al aeropuerto Cerro Moreno.

Según los antecedentes entregados por amigos y familiares, Elizabeth esperaba otro hijo, con un embarazo de cuatro meses. El infaltable bando castrense informó a la ciudadanía que el vehículo donde eran trasportados sufrió una avería eléctrica, "situación que aprovecharon ambos extremistas…, amparados por la sombra de la noche…" para tratar de escapar. Otro "intento de fuga", hecho tan "repetido " en el Norte, que de nuevo "obligó " a los uniformados a disparar.

Pantomimas!

"Pantomimas" le decían los niños que reunía en el barrio. "Hagamos teatro porque ahora somos anímales de la selva…, pero en realidad somos bichitos de la cuidad: tú te vistes de paloma, yo de colibrí y
…Listo! …al escenario", exclamaba entusiasmado Nesko Teodorovic, cuando enseñaba obritas de teatro a sus pequeños vecinos de la población Las Rocas, donde habitó con su esposa y su hijo hasta el día en que fueron apresados.

Creador y artista popular, estuvo siempre rodeado de gente, hablando de teatro, de libertad y de la igualdad social. Llegó de cortos años a Iquique, junto a sus padres, inmigrantes austríacos. Su progenitor llegó a ser director de la Orquesta Sinfónica de la ciudad.

Nesko escribió su primera obra de teatro, "Las Potencias ", todavía en la enseñanza media. Tuvo gran aceptación en el mundo juvenil. También incursionó en la literatura con un pequeño libro dedicado a los hippies de la década de los '60.

Se unió al partido Socialista en el puerto nortino, aunque cambiaría el rumbo después de ingresar a periodismo en la Universidad Católica del Norte, en 1971, incorporándose a las filas del MIR. Fue en esa casa de estudios de Antofagasta donde conoció a Elizabeth Cabrera, asistente social, jefa del departamento de Bienestar Social, con quien contrajo matrimonio en 1972.

"Tenía un Mercedes viejo y destartalado en el que trasladaba a su pequeño hijo y a su mujer cada día a la Universidad. El niño quedaba en la guardería que existía para los funcionarios", recuerdan algunas personas que lo conocieron. "Alto, rubio, ojos celestes, con una voz fuerte y una risa franca, parecía extranjero… Siempre junto a su hijo… se notaba el gran amor que sentía por él… quizás dónde estará hoy… si supiera que su padre confesaba siempre su alegría de tenerlo junto a su madre".

Más que nada, jóvenes

El Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, más conocida como "Comisión Rettig", indica que en la región de Antofagasta no hubo resistencia a las nuevas autoridades y que numerosos detenidos se presentaron voluntariamente a los llamados de los bandos militares. No obstante, muchos resultaron muertos o desaparecidos.

"Las muertes de uniformados en el país en septiembre del '73 son el resultado de enfrentamientos o se dan en el contexto de los mismos", señaló el Informe. "Las informaciones obtenidas indican que las Fuerzas Armadas y de Orden no encontraron tropas rebeldes organizadas, sin perjuicio de que hubo alguna resistencia armada de parte de grupos adictos al régimen anterior. Todo ello duró poco. La mayoría de las víctimas encontró la muerte el mismo once de septiembre y en los días inmediatamente posteriores. Su edad promedio es de sólo 26 años".

Los cuerpos de Nesko Teodorovic y de su esposa Elizabeth Cabrera mostraban huellas de tortura extrema y podría suponerse que ya estaban sin vida cuando los arrojaron y balearon, durante su traslado a Cerro Moreno. El tenia 24 años; ella, 23.

Cuando borraron tu sonrisa

"El 11 de septiembre, Nesko llegó con el niño a la guardería, como todos los días. En Antofagasta, los sucesos de la capital aún no mostraban la gravedad de lo que realmente pasaba. Elizabeth se dirigió al departamento donde trabajaba y se le vio preocupada a medida que las informaciones aumentaban. Dejamos de trabajar y nos dirigimos casi todos de regreso a nuestros hogares", relató una ex compañera de trabajo.

El día 14, Elizabeth se levantó temprano, despertó a su marido y a su hijo y desayunaron en silencio. El pequeño quería ver la risa de su padre y estiraba sus brazos para jugar con él. "Dejémoslo con Luisa mientras hacemos las compras; regresaremos rápido ", dijo ella. Se giró dos veces para volver a besarlo; el niño estiraba sus brazos reclamando ir con ellos.

"Elizabeth y Nesko me dijeron que volverían rápido, pues harían las compras para el almuerzo; estaban muy preocupados con las noticias de lo que sucedía… No llegaron más…, el niño casi no lloró, se quedó mirando el cielo, callado. Esa noche lo sentí quejarse y en los próximos días ya no tenía sonrisa", explicó Luisa, quién entregó el pequeño a su abuela materna. Nesko Teodorovic Cabrera, el hijo, vive todavía en Chile, pero quiere mantenerse alejado de los recuerdos tristes.

Dónde estás?

No se tardó en saber que a las 48 horas de detenido, el jo ven matrimonio Teodorovic/Cabrera fue asesinado. La Universidad Católica del Norte proporcionó los medios para sepultarlos en el cementerio municipal de Antofagasta, donde yacen en paz sus cuerpos. "Causó dolor y conmoción la muerte de este joven matrimonio, pero teníamos miedo de preguntar más…, incluso para saber dónde estaba el niño", dijeron algunos de sus amigos, todavía con resabios de temor.

Me pregunto dónde estás tú, Nesko hijo, a esta hora en que escribo? Quizás mirando a través de un vidrio y deseando que alguien te entregue respuestas… porque nadie tuvo el derecho a borrarte la sonrisa, ni la facultad de silenciar el pasado.

por Sonia Leyton profesora de la Universidad Católica del Norte, Antofagasta.