Castillo Cruz Fernando Raúl De Fátima

Rut:

Cargos:

Grado : Teniente Coronel

Rama : Ejército


Montiglio dicta nuevos procesamientos en caso Caravana

Fuente :Emol.com, 21 de Marzo de 2006

Categoría : Prensa

La nueva encargatoria de reo contra 13 oficiales (r) se suma a la recalificación de los delitos que la semana pasada efectuó el juez en la misma causa, oportunidad en que dejó fuera el delito de secuestro en este proceso. Nuevos procesamientos dictó el ministro de fuero Víctor Montiglio en el marco del caso Caravana de la Muerte contra 13 oficiales (r) del Ejército por homicidios calificados cometidos en Copiapó y Calama. Las encargatorias de reo afectan al brigadier (r) Patricio Díaz Araneda, y a los oficiales (r) Ricardo Yáñez Mora, Waldo Antonio Ojeda y Marcelo Marambio Molina, por 13 víctimas que fueron detenidas el 17 de octubre de 1973 en Copiapó. El magistrado encausó además como autores del homicidio calificado de tres dirigentes sindicales asesinados en la tarde del mismo día a los oficiales (r) Edwin Herbstard Gálvez, Fernando Castillo Cruz, Ramón Zúñiga Ormeño y Oscar Pastén Morales.
En tanto, por la muerte de 26 víctimas en la localidad de Calama, el 19 de octubre de 1973, Montiglio procesó al coronel y comandante del regimiento de esa ciudad, Eugenio Rivera, al brigadier Carlos Langer, al mayor Carlos Minoletti Arraigada, al coronel Víctor Santander Véliz y al suboficial mayor Jerónimo Rojo. Entre las 26 víctimas de Calama, figura Carlos Berger, quien fuera esposo de la abogada de derechos humanos Carmen Hertz. Los oficiales (r) encausados serán notificados durante la mañana de hoy en dependencias de tribunales, para luego ser conducidos hasta el Batallón de Policía de Peñalolén donde permanecerán detenidos. La nueva encargatoria de reo se suma a la recalificación de los delitos que la semana pasada efectuó Montiglio en la misma causa, oportunidad en que dejó fuera el delito de secuestro en este proceso.


Rol Nº 2.182-98: “A” Caravana, episodio Copiapó

Fuente :Poder Judicial, 20de Abril 2015

Categoría : Judicial

DÉCIMO OCTAVO : Que por su parte, en sus dichos de fojas 1597, 4029 y 4180 y siempre en relación con los secuestros calificados de Benito Tapia Tapia, Maguindo Castillo Andrade y Ricardo García Posada el procesado Fernando Raúl de Fátima Castillo Cruz manifiesta que el 16 de octubre de 1973 en la noche, el capitán Ramón Zúñiga Ormeño lo mandó llamar y le expuso que había recibido una orden superior, según la cual, en cumplimiento de un Consejo de guerra, se debía fusilar a tres personas, cuyos nombres sólo supo al ir a retirar la orden; agrega que luego de escuchar esto, tan dramático, tuvo dudas y al preguntar al capitán por qué se le había designado para esa misión y si necesariamente tenía que cumplirla; le expresó que emanaba de un Consejo de guerra, y conforme a la doctrina militar, siendo una orden superior, no la cuestionó más y la acató; luego se preparó anímicamente para ello y se trasladó al vehículo militar tipo camión pequeño en el que se dirigieron a unos barracones antiguos donde se encontraban los detenidos, y con el documento emanado del Consejo de guerra en mano los fueron llamando uno a uno y luego fueron subidos al camión con las manos amarradas a la espalda; en la cabina iba el capitán Zúñiga y el conductor, suboficial Contreras y en la parte trasera, como centinelas, iban el sargento Oscar Pastén y él; ya era como la una de la madrugada; los detenidos no presentaban huellas de haber sido maltratados; al llegar a buscarlos, estaban acostados pero se levantaron de inmediato, despidiéndose de ellos los otros detenidos, que les desearon les fuera bien, por eso sabe que ignoraban por completo lo que iba a pasar; el camión tomó la ruta de los polvorines y de ahí hacia la carretera rumbo al Sur y luego de alcanzar la cuesta Cardone, donde hay una imagen de la Virgen, el vehículo continuó avanzando al Sur hasta un punto elegido por el capitán Zúñiga, en que se desviaron al Poniente y a unos 500 metros de la carretera se detuvo el camión, bajaron los detenidos y les vendaron los ojos conforme a las instrucciones del capitán, sólo tres de ellos participaron en el fusilamiento, excluyendo al conductor Contreras, y a cada uno les correspondía disparar sobre uno de los condenados, al corazón; a quienes se les hizo avanzar una distancia de unos diez metros y cuando estuvieron en posición el capitán dio la orden de preparar las armas y abrir fuego; cada uno disparó tres a cuatro tiros falleciendo en forma instantánea los detenidos, sin necesidad de tiro de gracia; aclara que el capitán Zúñiga a la vez de dar la orden, también disparó contra uno de los detenidos; se emplearon fusiles Sig pero en la modalidad tiro a tiro, empleando munición de guerra calibre 7,62 mm; los fusilados no pronunciaron palabras, sólo al escuchar los primeros disparos dijeron algunos garabatos; cree que los detenidos han pensado que se trataba de un simulacro. Concluido el fusilamiento, subieron los cadáveres al vehículo y regresaron a la ciudad a eso de las tres de la mañana, se dirigieron inmediatamente al cementerio donde les esperaban, pues el personal les señaló que debían concurrir a la morgue, allí había tres ataúdes abiertos donde se puso a los ejecutados; agrega que estaban fríos y tiesos por lo que fue difícil introducirlos en los ataúdes; una persona, ignora si es médico, revisó los cuerpos, tomó algunas notas y luego cerraron las urnas; ignora en qué lugar del cementerio se enterraron los ataúdes, pues no permanecieron allí para verlo; y esto cree que se explica porque el día anterior había habido otro fusilamiento, lo que provocó que concurrieran los familiares al Regimiento, al frontis, y causaron gran alboroto, incluso querían ingresar, por eso se hizo la inhumación en forma inmediata; señala que este hecho los afectó profundamente, quedaron conmocionados, en ese tiempo bebieron en exceso, y ésta es la primera vez, después de tantos años, veintisiete, que habla del tema, y en su familia nunca ha contado nada y constituye un episodio muy doloroso; agrega que no vio al general Arellano en la ocasión, pero supo que había estado en el Regimiento; señala que no participó en ninguna reunión en el Regimiento, en que este general haya estado presente; ni vio ningún helicóptero. Agrega con ocasión del careo de fojas 4180 con Erwin Herbstaedt, que éste expresó que le correspondió integrar un pelotón de fusilamiento de esas tres personas, y que todo ocurrió por haber recibido el Coronel Haag órdenes superiores, se imagina del general Arellano, que había estado con su comitiva en el Regimiento, en esa fecha. Agrega Castillo en esa ocasión, que representó la orden recibida al capitán Zúñiga, que la confirmó y que había que cumplirla.