Fecha Detención : 17-09-1973
Comuna Detención : Santiago
Fecha Asesinato : 18-09-1973
Comuna Asesinato : Santiago
Partido Político :
Oficio o Profesión : Cineasta
Estado Civil e Hijos : Casado
Nacionalidad : Norteamericana
Relatos de Los Hechos
Fuente : Informe Rettig
Categoría : Antecedentes del Caso
El 18 de septiembre de 1973 fue ejecutado Charles Edmund HORMAN LAZAR, 31 años, norteamericano, cineasta y escritor.
El afectado fue detenido en su domicilio del sector de Vicuña Mackenna el día 17 de Septiembre de 1973, por un grupo de 5 o 6 efectivos del Ejército, cuando se encontraba solo. Al llegar su cónyuge al día siguiente constató que su casa había sido allanada. En ese allanamiento fueron sustraídos documentos que constituían parte de una investigación que Horman se encontraba realizando junto a otros norteamericanos, con los que había constituido un equipo de prensa. Charles Horman fue ingresado ese mismo día 17 al Estadio Nacional, lugar en el que fue interrogado. Su detención jamás fue reconocida por las autoridades.
Semanas después, su familia logra saber que el afectado se hallaba muerto e inhumado en el Cementerio General. Su cadáver había llegado al Instituto Medico Legal remitido por la Fiscalía Militar, señalando que se ignoraba el lugar de la muerte. La data del deceso, según el certificado respectivo, es el 18 de Septiembre de 1973 a las 09:45 horas y la causa de la misma : "heridas múltiples a bala".
La Comisión se formó convicción que Charles Horman fue ejecutado por agentes del Estado al margen de todo proceso legal, constituyendo ello una violación a sus derechos humanos. Se funda esa convicción en que se encuentra suficientemente acreditada su detención por efectivos del Ejército y su ingreso al Estadio Nacional; que desde que ello ocurre no se tuvo más noticias suyas hasta que la familia se entera de su muerte; y que ésta se produjo por heridas de bala propias de un fusilamiento.
Dictan condena por homicidios de ciudadanos estadounidenses Charles Horman y Frank Teruggi en 1973
Fuente :El Clarin 02 febrero 2015
Categoría : Prensa
El ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago Jorge Zepeda dictó sentencia de primera instancia en la investigación por los homicidios de los ciudadanos estadounidenses Charles Horman Lazar y Frank Teruggi Bombatch, ocurridos el 18 de septiembre de 1973 y entre el 21 y 22 de septiembre del mismo año en el Estadio Nacional.
El magistrado condenó al brigadier en retiro del Ejército Pedro Espinoza Bravo a la pena de 7 años de presidio por su responsabilidad como autor de ambos homicidios y al funcionario civil en retiro de Fuerza Aérea Rafael González Berdugo a la pena de 2 años de presidio, concediéndose el beneficio de remisión condicional, por su responsabilidad como cómplice del homicidio de Horman Lazar.
En el aspecto se determinó que el Fisco y los condenados a pagar la suma de $ 200.000.000 (doscientos millones de pesos) para Joyce Horman e igual suma para Janis Teruggi, viuda y hermana, respectivamente de ambas víctimas.
De acuerdo a la sentencia del ministro Zepeda en el caso de Charle Horman:
“El 17 de septiembre de 1973, aproximadamente a las 17:30 horas, el ciudadano estadounidense Charles Edmund Horman Lazar, de profesión periodista y cineasta, fue detenido en Santiago de Chile por personal militar, al mismo tiempo que una patrulla también militar, allanaba su domicilio particular ubicado en Avenida Vicuña Mackenna Nº 4.126, de esta misma ciudad, quienes proceden además a retirar diversa documentación desde el interior de la morada (…) ese mismo día 17, alrededor de las 22 horas, regresan soldados al inmueble antes citado, volviendo a retirar libros y documentación existente en su interior.
Además, el mismo día 17, entre las 18 y 19 horas, aproximadamente, oficiales de inteligencia, dependientes del Departamento II del Estado Mayor de la Defensa Nacional, interrogan al detenido Charles Edmund Horman Lazar, en la oficina del Director de Inteligencia Augusto Lutz Urzúa, ubicada en los pisos superiores del edificio del Ministerio de Defensa Nacional, concordando el interés de la autoridad militar con los antecedentes que Horman tenía sobre la investigación del caso “Viaux – Schneider” (fojas 1.297) y, además, al ser calificada de “subersiva” su labor de guionista en la empresa estatal chilena “Chile Films”, respecto de material fílmico que producía, conforme a los antecedentes que sobre su persona habían ya informado a los militares chilenos los agentes norteamericanos que actuaban en Chile (…) al día siguiente, esto es, el 18 de septiembre de 1973, alrededor de las 13.35 horas, militares ingresan al Servicio Médico Legal los restos de un desconocido, de sexo masculino, al que posteriormente se le toma una ficha dactilar, resultando ser Charles Edmund Horman Lazar, ello conforme al protocolo Nº 2663/73; estimándose por el Servicio Médico Legal que la muerte de Horman había acontecido ese 18 de septiembre, aproximadamente a las 09.45 horas. El correspondiente certificado de defunción se emitió con fecha 04 de octubre de l973, por el funcionario del mencionado Servicio, doctor Ezequiel Jiménez Ferry”, dice el fallo.
Para el caso de Frank Teruggi se logró determinar que:
“Al igual que con Charles Edmund Horman Lazar, la acción en contra de Frank Randall Teruggi Bombatch, se inserta en las investigaciones secretas ejecutadas en contra de personas norteamericanas, afectadas por la actividad de recolección clandestina de datos de lo que ellas realizaban en el ámbito político; actividad realizada por agentes del Grupo de Inteligencia Militar estadounidense, dirigida por el sujeto oficial Comandante del Grupo de la Misión Militar de los EE.UU. en Chile, en relación a extremismo político, tanto al interior como exterior de los EE.UU.
En este caso, se trataba de la producción por parte de Frank Randall Teruggi Bombatch, de material periodístico de izquierda en el denominado Boletín FIN, (Fuente de Información Norteamericana), destinado a ser entregado en los EE.UU., material sensible por considerarse por los agentes de estado norteamericanos “subversiva” tal actividad mediática.
Que los antecedentes que afectaban a Frank Randall Teruggi Bombatch fueron entregados por los agentes norteamericanos al Servicio de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, a cargo del General Augusto Lutz Urzúa, oficial del Estado Mayor del Ejército. Así, el día 20 de septiembre de l973, esa autoridad militar da orden al personal de Carabineros de la dotación de la Escuela de Sub oficiales de Carabineros, de detener a la víctima Frank Randall Teruggi Bombatch y a su compatriota David Hathaway, en la morada de éstos de calle Hernán Cortés N° 2.575, comuna de Ñuñoa, Santiago, – dirección de la morada de la víctima Frank Randall Teruggi Bombatch que había sido obtenida por la inteligencia de los EE.UU. y entregada la inteligencia del Ejército de Chile -; dicha orden de detención de Frank Randall Teruggi Bombatch por parte del oficial superior del Servicio de Inteligencia chileno se cumple alrededor de las 20.15 horas, ante la presencia de la futura cónyuge de David Hathaway, la joven Olga Irene Muñoz Gómez, siendo detenido también este último; acción en la que, además, los captores decomisan “literatura sospechosa” y fotografías personales.
Que luego de la sustracción de Frank Randall Teruggi Bombatch y David Hathaway, éstos son trasladados hasta la Escuela de Suboficiales de Carabineros, situada en la comuna de Ñuñoa, allí son interrogados y luego conducidos al cercano campo de detención del Estadio Nacional. Los dos jóvenes norteamericanos, ya privados de la libertad, tenían en su poder sus respectivos pasaportes de los EE.UU.; no obstante, el de la víctima Frank Randall Teruggi Bombatch es hecho desaparecer luego de su detención”, asegura la sentencia.
Fuente :La Segunda, martes, 29 de noviembre de 2011
Categoría : Prensa
El ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago Jorge Zepeda dictó procesamiento en la investigación por los homicidios calificados de los ciudadanos estadounidenses Charles Horman Lazar y Frank Teruggi Bombatch, ocurridos el 17 y el 22 de septiembre, respectivamente.
El magistrado encausó al brigadier en retiro del Ejército Pedro Espinoza Bravo y al Comandante de Grupo de la Misión Militar de Estados Unidos en Chile, capitán de Navío Ray E. David.
Respecto de este último, el ministro en visita pidió a la Corte Suprema que autorice la solicitud de extradición del ciudadano estadounidense para que sea juzgado en Chile por estos hechos.
De acuerdo a los antecedentes del proceso, “el 15 de septiembre de 1973 Charles Edmund Horman Lazar y su acompañante Terry Simon, salieron desde la ciudad de Viña del Mar a la ciudad de Santiago transportados por una persona Oficial Jefe Comandante de la Misión del Grupo Militar de los E U Chile y Jefe del Grupo Naval de los Estados Unidos de América en Chile; traslado que se produce al informarse el oficial norteamericano que Charles Edmund Horman Lazar y Terry Simon se hospedaban en el Hotel Miramar de Viña del Mar, de lo que da cuenta el antecedente consular desclasificado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, que transmite: “Art Creter –ISND- Los 2 se registraron en el Hotel Miramar, pieza 315, a las 23:00 hrs. el 10 de Spt., dio la dirección Paul Harris 425, dijo “escritor”. Salió 15 de Sept.”.
“Que el transporte de Charles Edmund Horman Lazar y de Terry Simon, desde la ciudad de Viña del Mar a Santiago, es hecho por el Capitán de Navío norteamericano con el salvoconducto del oficial de inteligencia del Departamento Segundo del Estado Mayor de la Defensa Nacional, el que se desempeñaba en las actividades de oficial de enlace con los militares americanos y la cumple en su labor de Jefe de División de Inteligencia, del Estado Mayor de la Defensa Nacional”.
Que la acción en contra de la vida de Charles Edmund Horman Lazar – y en contra de la vida de Frank Randall Teruggi Lazar – se insertó dentro la investigación secreta norteamericana de personas estadounidenses afectadas por la actividad de recolección de datos de lo que ellas hacían políticamente en Estados Unidos y en Chile; actividad calificada por los agentes del Estado de “subversiva” tanto al interior como exterior de los Estados Unidos.
En el caso de Charles Edmund Horman Lazar, determinadamente, se le cuestionaba y calificaba como “subversiva” su labor de guionista en la empresa estatal chilena “Chile Films”, respecto de material fílmico sensible, parte del cual corresponde al material fílmico sacado de Chile y producido en el extranjero después de la muerte de la víctima. Consta que tal actividad en “Chile Films” originó una investigación de inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, antes, durante y con posterioridad a la muerte de Charles Horman Lazar, registrada en la documentación oficial militar “, dice la resolución.
Agrega que “la decisión de dar muerte a Charles Horman Lazar, por tratarse de un detenido extranjero, se dispone por el Departamento II del Estado Mayor de la Defensa Nacional, dependiente del General de Ejercito Augusto Lutz Urzúa, y se ejecuta por el Batallón de Inteligencia Militar o Cuartel de Inteligencia del Ejército, a cargo de determinado oficial de esa repartición encargado de supervigilar la ejecución de detenidos”.
“La detención y muerte de Charles Edmund Horman Lazar se produce durante las antes descritas operaciones secretas en contra de ciudadanos norteamericanos; y formó parte de la actividad de “inteligencia” del sujeto oficial Comandante del Grupo de la Misión Militar de los Estados Unidos de A, pues, hay presunciones que luego de las operaciones encubiertas que cumplía en Chile, diseñadas en contra de Charles Edmund Horman Lazar, decide no anular la voluntad de los autores materiales de la muerte de éste, no obstante tener la posibilidad de hacerlo, atendida su actividad de coordinación con los agentes del Estado de Chile, y con su actuar favorece la muerte de la víctima, atendido que consideraba “subversiva” o “extremista” la actividad de investigación e información política periodística que ésta realizaba, agravada al haber conocido la víctima involuntariamente la actividad norteamericana en la ciudad de Viña del Mar, de colaboración con los acontecimientos militares en desarrollo en Chile;”
Respecto de Frank Randall Teruggi Bombatch, se determinó que “con anterioridad, según antecedentes desclasificados por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, durante julio de 1972, Frank Randall Teruggi Bombatch es afectado por las actuaciones secretas de agentes oficiales de los Estados Unidos de América. “Una agencia gubernamental de los Estados Unidos de América, que realizaba investigaciones del tipo seguridad avisa al F.B.I. que estuvo en contacto con un informante y proporcionó para ella la siguiente dirección: Frank Teruggi, Hernán Cortés 2.575, Santiago, Chile”.
“La agencia comunica, además que, de acuerdo a la información recibida por fuentes, Teruggi es un americano residente en Chile que está estrechamente vinculado con el Grupo para la Liberación de las Américas Área Chicago”.
Asimismo, afecta a Frank Teruggi, que “mediante memorándum, de 28 de noviembre de 1972, al Director Ejecutivo del FBI, desde la legación norteamericana en Bonn, Alemania, califica a Frank Teruggi de “subversivo” y se indica que la información en relación con a Teruggi fue proporcionada por el 66° Grupo de Inteligencia Militar (66th MIGp), bajo clasificación confidencial y marcada (con la nota) “Alerta – Fuentes y Métodos sensibles involucrados. Originalmente provenía de… desde Heidelberg, Alemania. La naturaleza de esta fuente debiera ser protegida”.
“El Grupo de Inteligencia Militar mencionado señala a Teruggi como una persona involucrada en actividades diseñadas para apoyar a hombres en servicio quienes se habían ausentado sin permiso de sus unidades y en actividades de apoyo a inducir el ausentismo sin permiso de hombres en servicio, tanto en actividades de ayuda y desorganización de disidentes del personal del Ejército de los Estados Unidos en Alemania. Se asevera, además, que tiene vastos contactos en Alemania y los Estados Unidos”.
“Al igual que con Charles Edmund Horman Lazar, la acción en contra de Frank Randall Teruggi Bombatch, se inserta en las investigaciones secretas ejecutadas en contra de personas norteamericanas, afectadas por la actividad de recolección clandestina de datos de lo que ellas realizaban en el ámbito político; actividad realizada por agentes del Grupo de Inteligencia Militar estadounidense, dirigida por el sujeto oficial Comandante del Grupo de la Misión Militar de los Estados Unidos de A, en relación a extremismo político, tanto al interior como exterior de los Estados Unidos de América. En este caso, se trataba de la producción por parte de Frank Randall Teruggi Bombatch, de material periodístico de izquierda en el denominado Boletín FIN, (Fuente de Información Norteamericana), destinado a ser entregado en los Estados Unidos de América, material sensible por considerarse por los agentes de Estado norteamericanos “subversiva” tal actividad mediática".
Los antecedentes que afectaban a Frank Randall Teruggi Bombatch fueron entregados al Servicio de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, a cargo del General Augusto Lutz Urzúa, oficial del Estado Mayor del Ejército. Así, el día 20 de septiembre de 1973, tal autoridad militar da orden al personal de Carabineros de la dotación de la Escuela de Sub oficiales de Carabineros, de detener a la víctima Frank Randall Teruggi Bombatch y a su compatriota David Hathaway, en la morada de éstos de calle Hernán Cortés N° 2.575, comuna de Ñuñoa, Santiago, la que se cumple alrededor de las 20.15 horas, ante la presencia de la futura cónyuge de David Hathaway, la joven Olga Irene Muñoz Gómez; acción en la que, además, los captores decomisan “literatura sospechosa” y fotografías personales”.
“Que Frank Randall Teruggi Bombatch y David Hathaway quedaron privados de libertad en el campo del Estadio Nacional y en horas de la madrugada del viernes 21 de septiembre, son interrogados por un oficial del Ejército frente al camarín ocupado por extranjeros; luego, al mediodía, ambos ingresan a un camarín del Estadio Nacional, en el cual se encontraba un grupo indeterminado de extranjeros. Ese mismo día 21, alrededor de las 18 horas, un oficial del Ejército llama a un grupo de detenidos, entre ellos a Frank Teruggi Bombatch, el que es sacado del camarín sin que su compatriota David Hathaway vuelva a verlo; no obstante, éste último se percata que todos los días, después del viernes 21 de septiembre, militares preguntan y simulan buscar a la víctima Charles Horman Lazar, sin mencionar el nombre de Frank Randall Teruggi Bombatch, ambos ya muertos y hechos desaparecer por los hechores”.
“Que, en efecto, entre la noche del 21 y la madrugada del 22 de septiembre de 1973 Frank Randall Teruggi Bombatch, es muerto al margen de todo proceso legal por los agentes del Estado que habían ordenado su privación de libertad en el Estadio Nacional, los que luego abandonan su cuerpo en las calles de Santiago; así Frank Randall Teruggi Bombatch fue muerto por múltiples heridas a bala mientras se hallaba privado de libertad y bajo la custodia de los agentes del Estado".
Se indica en el Certificado de Defunción del Registro Civil e Identificación de Chile, extendido con fecha 10 de octubre de 1973, que Frank Randall Teruggi Bombatch, falleció el 22 de septiembre de l973, a las 21.10 horas y que la causa de su muerte fueron heridas a bala toraxico- abdominales.
Los datos corresponden a los del ingreso a la morgue del cuerpo de la víctima, pues su cadáver había sido abandonado en un lugar indeterminado de la vía pública, ello con la finalidad propiciada por los hechores para impedir que se conociera la acción que determinó su muerte”.
Caso Horman: Corte otorgó libertad a procesado
Fuente :El Mostrador 6 de Febrero 2004
Categoría : Prensa
La Segunda Sala de Verano de la Corte de Apelaciones de Santiago concedió la libertad condicional bajo fianza a Rafael González Verdugo, el único procesado en la investigación por el homicidio del periodista estadounidense Charles Horman, ocurrida poco días después del golpe de Estado de 1973.
Con esta decisión del tribunal de alzada, que contó con los votos a favor de los ministros Carlos Cerda y Raimundo Díaz, y el voto negativo de Juan González, se revocó lo resuelto en primera instancia por la jueza Amanda Valdovinos, que subroga en la investigación a Jorge Zepeda.
En su resolución, los magistrados consideraron que "no existen motivos calificados" para privar de la libertad a González Verdugo, quien se encuentra encausado como cómplice de una conspiración que culminó con el asesinato del profesional.
Además, el tribunal de alzada resolvió otorgar acceso al sumario a la defensa del ex agente de inteligencia, "atendiendo el tiempo transcurrido desde el inicio de la investigación".
El ex agente de inteligencia estuvo vinculado al Estado Mayor de la Defensa Nacional, bajo las órdenes del vicealmirante Patricio Carvajal. Asimismo, entre 1974 y 1975 se desempeñó como funcionario civil de la FACH.
El periodista Charles Horman investigaba las actividades de la CIA contra el gobierno de Salvador Allende cuando fue arrestado por una patrulla militar, el 17 de septiembre de 1973.
Trasladado aún con vida al Estadio Nacional, su cadáver fue encontrado por sus familiares semanas después en el Cementerio General capitalino, donde había sido enterrado clandestinamente.
La conexión nazi del Caso Horman
Fuente :Zonaimpacto.cl 5 de Febrero 2004
Categoría : Prensa
La resolución fue significativa. Pero aún existen capítulos en las sombras. En diciembre pasado, el juez Jorge Zepeda procesó al ex agente civil del Departamento II de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, Rafael Agustín González Verdugo, como cómplice del homicidio del periodista estadounidense Charles Edmund Horman Lazar.
Después de 30 años, es el primer procesamiento en el caso que inspiró el libro “ The Execution of Charles Horman ” de Thomas Hauser, que a la vez inspiró la película “ Missing ” (Desaparecido), dirigida por Constantin Costa–Gravas y que contó con la actuación de Jack Lemmon y Sissy Spacek.
Allí se recogió el testimonio de González, quien en septiembre de 1975 se asiló en la Embajada de Italia. Señaló, entonces, haber visto a Horman en el 9º piso del Ministerio de Defensa, donde se encontraban el general Augusto Lutz, director del Servicio de Inteligencia Militar (SIM); el coronel Víctor Hugo Barría, segundo jefe del organismo; y un norteamericano que no pudo identificar. Dijo que ellos acordaron eliminar a Horman, porque “sabía demasiado”: “Su detención y muerte fueron llevados a cabo entre la CIA y las autoridades locales”.
No obstante, el juez Zepeda estableció ahora que González interrogó al joven estadounidense, un par de horas luego de su arresto, el 17 de septiembre de 1973. Así, se transformó de principal testigo en único encausado.
Una semana antes del procesamiento, González había aparecido en la ceremonia de “reencuentro de la familia aérea” que la FACH realizó en la Base Aérea de Quintero con sus exonerados políticos, contando con la participación de la ministra de Defensa, Michelle Bachelet. Su único vínculo con la institución se remontaba a abril de 1974, cuando se integró al SIFA.
Hace medio siglo
Pero no son los únicos aspectos oscuros en este personaje. Franz Pfeiffer Richter fue “comandante nacional” del Partido Nacional Socialista Obrero (PNSO), única colectividad con existencia legal –entre 1962 y 1969– que ha reivindicado el uso de la svástica, la figura de Adolfo Hitler y, en general, las concepciones ideológicas del nacionalsocialismo alemán.
Era hermano del presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago, Alfredo Pfeiffer, y falleció en 1997. A pesar de que actualmente es casi un desconocido, ejerció una enorme influencia en Alexis López y Eugenio Lutz, quienes hoy encabezan los dos principales grupos que se identifican con el nacionalsocialismo: Patria Nueva Sociedad (PNS) y el Movimiento Nazi de Chile (MNCH).
La carrera política de Pfeiffer comenzó en 1954, en el “Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista” (MRNS), grupo creado cinco años antes por un colectivo de admiradores del falangismo español, única experiencia fascista que se mantenía en pie luego que el Tercer Reich y la República Social Italiana fueron derrotados en la II Guerra Mundial. Aún existe, y es el más antiguo grupo “nacionalista” del país.
Entre los fundadores se encontraban Ramón Callís y el cura Osvaldo Lira, quien años más tarde se transformó en “consejero espiritual” de Manuel Contreras y estuvo a punto de asumir como capellán de la DINA.
En sus primeros tiempos, por sus filas pasaron otras personas que, con el paso del tiempo, adquirirán notoriedad pública, como Federico Mujica, Gastón Acuña y Mario Barros, según cuenta el libro “ Camino de Victoria ”, publicado en 1987 por Misael Galleguillos, quien hoy es el principal jerarca del grupo. Es el mismo que en el 2000 fue procesado por el asesinato del presidente de la ANEF, Tucapel Jiménez.
En noviembre de 1984, Pfeiffer escribió una autobiografía titulada “ Memorias de 30 Años ”, de la cual circularon apenas 250 ejemplares en forma subterránea.
Por su ascendencia alemana, simpatizaba con el Tercer Reich al momento de concluir sus estudios secundarios e ingresó al MRNS, pensando que resolvería esas inquietudes políticas. No fue así, pues “en definitiva, no era nazi”, contó.
Pero no quedó frustrado. A pesar que el grupo no era nazi, “por su secretaría pasaban algunos que sí se planteaban como tales”. Una noche, “un joven miembro me invitó a pasar a su casa. Allí tenía un retrato del Führer e innumerables objetos relativos y reliquias de mártires del Seguro Obrero”. De hecho, “su habitación estaba repleta de retratos, libros y documentos (nacionalsocialistas), los que decía reverenciar”.
Era el mismísimo Rafael González Verdugo. El “svastiquita”
Franz Pfeiffer recordó que “entre las cosas que Rafael González guardaba y que vi aquella noche, estaba la camisa del uniforme de Héctor Thennet. En sus bolsillos había una foto del Führer”. Thennet era uno de los 59 jóvenes del Movimiento Nacional Socialista (MNS) que el 5 de septiembre de 1938 fue masacrado en el Edificio del Seguro Obrero.
Comprobó esa noche, según anotó, que “González no era realmente un hitlerista, sino que era un ‘nazi estilo Hollywood', como hay tantos hoy día. De haber podido, se habría disfrazado de Mariscal, con monóculo y todo. En él tenían más importancia los uniformes, las armas, las anécdotas de guerra –cualquier cosa, menos la doctrina”.
El vínculo, en todo caso, fue útil para Pfeiffer, pues fue “iniciado” en el nazismo por el ahora procesado por el “Caso Horman”. Relató que “a través de González me enteré de que no solamente en Europa seguían existiendo organizaciones nacionalsocialistas, sino que había otros grupos nazis en Chile mismo”.
Pfeiffer estableció nuevos contactos y formó el “Grupo 88”, el que se transformó en filial chilena de Ku Klux Klan. Instaló explosivos en la Sinagoga de calle Santa Isabel, el “Club Maccabi” de calle Serrano y una sede del Partido Socialista.
Fue detenido en mayo de 1958. No obstante, sus pasos eran seguidos por la Policía desde bastante tiempo antes. Rafael González, “enterado de algunos detalles, había concurrido nada menos que a la embajada de los Estados Unidos para denunciarnos”.
Luego, Pfeiffer se vinculó a los nacionalistas “estanqueros”, que encabezaba Jorge Prat Echaurren. Más tarde, formó el PNSO.
El doctor Jorge Vargas Díaz es testigo de buena parte de la historia del “nacionalismo” chileno de postguerra, el que conoció en los años 30, cuando era muy joven y su tío Gustavo Vargas Molinari fue uno de los tres diputados nacistas.
Su primera militancia también fue el Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista. Y no ha olvidado a Rafael González Verdugo. “Efectivamente, en esos años era uno de los jóvenes militantes destacados del MRNS”, contó. Con una enorme sonrisa, agrega: “Le decíamos ‘svastiquita”, pequeña svástica, por su manifiesta inclinación por el nacionalsocialismo alemán”.
En 1954, González habría comenzado a trabajar como agente encubierto del Departamento de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN). Por otro lado, según reconoció después a funcionarios estadounidenses, inició también una relación con la inteligencia norteamericana.
El caso Schneider
A mediados de los años 60, Juan Diego Dávila Bastérrica era uno de los integrantes del “Alto Comando” del PNSO, según cuenta Pfeiffer en sus “ Memorias de 30 Años ”. Se trataba de un personaje con una significativa historia política. Tanto así, que el 18 de abril del 2000, el escritor Miguel Serrano señaló a “ La Segunda ” que en Chile sólo existen dos “nazis auténticos: yo y un señor llamado Juan Diego Dávila”.
Luego de participar en el MNS, se incorporó al “Movimiento Nacionalista de Chile” que formaron Guillermo Izquierdo Araya y el general Ariosto Herrera Ramírez, quien intentó un golpe de Estado contra Pedro Aguirre Cerda. En los primeros años del Gobierno de Gabriel González Videla, se sumó a la Acción Chilena Anticomunista (ACHA), un grupo político y paramilitar –formado por Arturo Olavarría y Jorge Prat – que tomó contacto con los Estados Unidos para proscribir al PC.
Y en octubre de 1970 fue el “jefe operativo” del comando que intentó secuestrar y que finalmente asesinó al comandante en jefe del Ejército, René Schneider. Este hecho fue la culminación de un complot, digitado por la CIA, que fue encabezado por el general Roberto Viaux.
Un año antes, Viaux había organizado el alzamiento del Regimiento Tacna. Tras ese acontecimiento, se acercaron al general un conjunto de “nacionalistas”, como Jorge Prat, Gastón Acuña y Juan Diego Dávila, quienes lo incitaron a continuar conspirando.
De ese modo, una enorme cantidad de implicados en la conspiración contra Schneider procedían de las filas del “nacionalismo”.
Este hecho aparece extremadamente significativo, pues –según declaró González al juez Zepeda– lo que más interesaba a la inteligencia militar de Charles Horman era una investigación que realizaba sobre el asesinato de Schneider.
Hasta ahora, la hipótesis dominante sobre las causas de la muerte de Horman sostenía que fue el resultado de que el 11 de septiembre se encontraba en Viña del Mar y había alternado, por casualidad, con oficiales estadounidenses (Patrick Ryan, Arthur Crater y Ray Davis), quienes habrían deslizado su participación en el golpe de Estado.
Con los nuevos datos, es plausible inferir que la ejecución del periodista estadounidense fue resultado de sus investigaciones sobre el Caso Schneider, en el que estaban comprometidos los viejos “camaradas nacionalistas” de González. Y también la CIA.
Juez Guzmán recibe importante testimonio sobre Horman
Fuente :PrimeraLinea 13 de Julio 2002
Categoría : Prensa
Un testimonio aportado por una vecina de la residencia donde vivía el desaparecido periodista norteamericano Charles Horman y su pareja, Joyce Horman, se sumó a la investigación que encabeza el ministro de fuero Juan Guzmán Tapia en este caso.
Luego de revisar pasajes de la película Missing, junto a la viuda de la víctima, el magistrado se constituyó esta tarde en la casa ubicada en avenida Vicuña Mackenna. Hasta el lugar se acercó, sorpresivamente, Leticia Frías, una residente del sector, que fue testigo del allanamiento de la vivienda y captura del periodista por parte de un grupo de militares en septiembre de 1973.
Frías relató que "primero llegó un camión que se los llevó a ellos, y haciendo memoria me acuerdo que lo llevaron atrás del camión, esposados. No sé cuánto tiempo después, porque uno tenía miedo entonces, llegó un camión de militares a sacar las cosas, incluso se cayeron unos cajones acá afuera, con papeles que recogieron".
La viuda calificó de "maravilloso que ella aparezca ahora para contar esta historia, porque ahora es muy importante tener todos los datos de la gente que ha visto algo, y estoy muy agradecida".
En similares términos sobre la declaración se expresó el juez Guzmán, quien asevero que "sin entrar tampoco en el sumario, yo le podría decir que la señora que habló hoy ha sido uno de los testigos más valiosos que he tenido en esta causa".
Joyce Horman, quien entregó ayer nuevos antecedentes sobre la muerte de su esposo, manifestó su esperanza de que el ex secretario de estado norteamericano, Henry Kissinger, responderá el exhorto enviado por el magistrado.
Ex cónsul de EEUU declara ante juez Guzmán por caso Horman
Fuente :El Mostrador 10 de Mayo 2002
Categoría : Prensa
El diplomático es interrogado esta mañana por el ministro de fuero Juan Guzmán Tapia, quien lo carea con dos testigos por la investigación de la muerte del periodista estadounidense Charles Horman, recogida en el filme Missing. Es la primera vez en el caso en que un funcionario estadounidense es citado con posibilidad de consecuencias jurídicas, según fuentes ligadas a la investigación
Exhortado a decir la verdad se encuentra declarando esta mañana el ex cónsul de Estados Unidos en Santiago Frederick Durban Purdy, en el marco de la investigación por el asesinato del periodista estadounidense Charles Horman.
El ex diplomático se desempeñó en ese cargo entre los años 1969 y 1975 en Santiago.
El ministro de fuero Juan Guzmán realiza un careo entre Purdy y dos testigos que tuvieron conocimiento sobre las circunstancias de la detención de Horman y de Frank Teruggi, otro estadounidense cuya suerte en Chile sus familiares también buscan aclarar.
Los testigos, Mark Cooper y Steve Volk, llegaron a Chile y prestaron testimonio ayer ante el magistrado.
Puntos por aclarar
El ex cónsul había sido interrogado por el juez Guzmán el año pasado, pero existen 22 puntos en los cuales éste entra en contradicción con las declaraciones de los testigos de la familia Horman.
La diligencia que se realiza hoy es altamente trascendente, según fuentes ligadas al caso. Ello porque es primera vez que un funcionario norteamericano es convocado a un tribunal con posibilidad de consecuencias jurídicas, señalaron dichas fuentes.
Los representantes de la familia Horman en Chile buscan, con la realización del careo de hoy, aportar pruebas que permitan establecer que al menos hubo una participación "pobre" por parte de funcionarios del gobierno de EEUU en las circunstancias de la detención, ejecución e inhumación ilegal del periodista estadounidense.
En la investigación, que lleva cinco tomos reunidos, ya han declarado 17 testigos estadounidenses y 23 chilenos.
El caso de Horman, detenido poco después del golpe militar mientras investigaba la posible participación del gobierno de Estados Unidos en el derrocamiento de Salvador Allende, motivó los esfuerzos de su padre y su familia para aclarar su asesinato, los que fueron recogidos en un libro de circulación mundial y el filme Missing, realizado por Costa Gavras
Interrogan a testigos en caso de periodista Charles Horman
Fuente :El Mostrador 9 de Mayo 2002
Categoría : Prensa
La investigación por el asesinato del periodista -cuyo caso inspiró la película de Costa Gavras- está a cargo del juez especial Juan Guzmán, que tiene a su cargo más de 250 querellas contra Augusto Pinochet por violaciones a los derechos humanos.
La abogada querellante, Fabiola Letelier, informó que prestó hoy declaraciones ante el magistrado el estadounidenses Adam Chez, historiador que estuvo preso en el Estadio Nacional.
También Steve Volk, quien residió en Chile en la época de Allende y Mark Cooper, periodista y traductor que conoció estrechamente a Horman y Frank Terrugi, quien también fue asesinado en septiembre de 1973.
Los estadounidenses viajaron a Chile expresamente para declarar ante el juez, que en julio pasado interrogó a la viuda de Horman, Joyce Hamre, y otros colegas del periodista.
La abogada Letelier informó, asimismo, que otros tres chilenos que estuvieron detenidos en el mismo recinto que Horman, también declararán ante el juez Guzmán.
Está previsto que la ronda de interrogatorios termine el viernes, con el testimonio del médico Mariano Requena testifiquen ante el magistrado.
El pasado 6 de diciembre del año 2000, la viuda de Horman presentó un libelo acusatorio contra Augusto Pinochet, al que acusa del homicidio de su marido.
Guzmán tramita la querella por la muerte de Horman desde el 29 de diciembre de ese año y, entre los querellados en la causa figuran, además de Pinochet, el general en retiro Sergio Arellano Stark, el ex ministro de Defensa y también retirado general Herman Brady y el comandante del Estadio Nacional convertido en campo de prisioneros, Jorge Espinoza.
Entre los recurridos en el caso también figuran algunos oficiales de la Marina.
El juez Guzmán pidió el año pasado a través de un exhorto la declaración del ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, con relación al asesinato de Horman, que aún está pendiente.
El periodista estadounidense investigaba las actividades de la CIA contra el gobierno de Salvador Allende cuando fue arrestado por una patrulla militar, el 17 de septiembre de 1973.
Trasladado aún con vida al Estadio Nacional de Santiago, su cadáver fue encontrado por sus familiares semanas después en el cementerio general de la capital, donde había sido enterrado clandestinamente
Un «consejo de guerra» en el Estadio Nacional segó la vida de un joven periodista norteamericano que nunca estuvo en ninguna guerra. Charles Horman:E
Fuente :Ercilla, 10 de Octubre 1973
Categoría : Prensa
por Cristián Opaso
NOMBRE
Charles Edmund Horman Lazar
LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO
Nueva York, 15 de mayo de 1942
ESPECIALIDAD
Graduado de la Universidad de Harvard, periodista y guionista.
LUGAR Y FECHA DE MUERTE
Detenido el 17 de septiembre de 1973. Ejecutado el 18 de septiembre de 1973, en el Estadio Nacional.
ACTIVIDADES
Trabajó para Christian Science Monitor y las revistas The Nation e Innovation. Documentalista de la WNet-TV de Nueva York y de la King TV de Seatle y Portland. Co fundador de la agencia Fuente de Información Norteamericana, FIN.
Colega Charles Horman:
Los sentimientos de justicia vuelan por sobre las fronteras, las nacionalidades y las razas;
Como amabas profundamente a tu patria, quisiste corregir sus errores para que otras patrias, aunque indefensas, no la execraran;
Y cuando los filibusteros de tu gran nación asestaron el zarpazo de la muerte a la pequeña nación mía, te entregaron también a los mercenarios para que acabaran con tu vida, plena de amor, de idealismo y de justicia.
Alejandro Lizana Valdés
(Tiro Fijo)
18 de marzo de 1996
El estadounidense Charles Edmund Horman tuvo menos de diez años para ejercer el periodismo en diarios, revistas, cine y televisión. Asesinado a los 31 años, el 18 de septiembre de 1973, fue otra víctima de la violencia de los uniformados chilenos, apoyados desde la sombra por militares y agentes norteamericanos.
Murió 48 horas después de recibir "asistencia" durante cinco días de militares estadounidenses vinculados con el golpe en Valparaíso/Viña del Mar, a quienes conoció casualmente en un hotel exclusivo. Capturado por una patrulla del ejército, fue ejecutado horas después de interrogado en el ministerio de Defensa y Estadio Nacional.
El detonante de su arresto fue conocer casualmente con su amiga Terri Simon a militares y agentes norteamericanos involucrados en el golpe, intervención entonces sospechada y denunciada pero todavía no demostrada con pruebas concretas. Horman y su amiga alternaron con los norteamericanos al quedar atrapados en Viña del Mar, del 10 al 15 de septiembre, precisamente a causa del golpe.
Hasta hoy sigue ocultándose la participación directa del gobierno de los EE.UU. en la ejecución del golpe. También hoy la embajada norteamericana rehusa revelar lo que sabe sobre el caso Horman. Menos aún se investiga y reconoce la participación norteamericana en la creación de la DINA y sus operaciones en Chile y el exterior. Se trató de silenciar a Horman mediante su asesinato, pero emergió un iceberg que sigue aportando información para que otros completen la historia. El joven periodista no alcanzó a difundir los resultados de sus investigaciones, pero dejó pistas y semillas que dan la vuelta al mundo como no lo hubieran hecho sus reportajes.
Un libro y una película, "Missing"
La vida y el trabajo del periodista inspiraron el exitoso libro «The Execution of Charles Horman» («Desaparecido», en la versión castellana), publicado por Thomas Hauser en 1978, y la película «Missing», de Costa Gavras. Ambas obras también desnudan el encubrimiento y manipulación de militares y funcionarios de la embajada de EE.UU. involucrados en su arresto y asesinato y en la desaparición de otro norteamericano, Frank Terrugi, según testimonios de amigos y parientes. El Congreso de EE.UU. y sus numerosos amigos aportaron otros antecedentes sobre su corta pero brillante carrera.
Pero veintidós años después, la investigación oficial todavía aparece con sombras y rostros sin nombre debido a las maniobras de encubrimiento que sabotean el pleno esclarecimiento. Los nuevos antecedentes conocidos después de 1973 tampoco se investigaron.
De Nueva York a Santiago
Charles Horman nació el 15 de mayo de 1942 en Nueva York, la «Manzana Mayor» como gustan llamarla los gringos, orgullosos de que sea el centro del mundo de los negocios, la política y, para algunos, la cultura. Se graduó con honores en la célebre Harvard, donde prosiguió estudios de Inglés, para volcar después todos sus conocimientos al ejercicio del periodismo.
Escribió para diarios y revistas, como Christian Science Monitor, The Nation e Innovation, hizo documentales para televisión y trabajó, además, con Fuente de Información Norteamericana, (FIN), una agencia noticiosa operada por jóvenes gringos liberales que vivían en Santiago durante el gobierno de Salvador Allende.
En su trabajo para televisión hizo documentales sobre la comunidad negra de Portland, Oregon, y la manufacturación del napalm, el arma química usada por las fuerzas norteamericanas en Vietnam, fabricada en Redwood City, cerca de San Francisco. Este reportaje sobre el fuego químico que se pegaba a los cuerpos vietnamitas le valió un premio equivalente al Oscar. Estuvo en las estaciones King TV de Seatle y Portland y en la Wnet-TV de Nueva York.
También trabajó en la organización de una gigantesca marcha sobre Washington como colaborador de "Poor Peoples Campaign" (Campaña de los Pobres). Cubrió la convención demócrata de 1968, interrumpida por violentas manifestaciones contra la guerra. Despachó artículos para la prestigiosa revista izquierdista The Nation, que influyó en su visión de América Latina. Decidido a recorrerla de norte a sur, en 1971 emprendió un viaje que culminaría en Chile para quedarse. Aquí escribió El Ladrón del Sol, película infantil de animación que no llegó a ver la luz de las proyectoras.
Su inserción en Chile
"Los fundadores de FIN discutimos sobre la importancia de presentar a la gente de Chile, sumergida en su propio y profundo proceso de cambios, el otro lado de la historia, el de un país viviendo un período de conmoción política y explosión cultural", explicó Steve Volk. "Enfatizábamos que EE.UU. no era solamente la tierra de la ITT y de la Kennecott Copper, sino que también estaba habitado por miles y miles de personas que demandaban cambios, como los chilenos", recordó.
Steve Volk es un profesor de historia de la Universidad de Oberline, Ohio, profundo conocedor de la historia de Chile. De los '60 viaja a Santiago para investigar el tema de las clases sociales desde la época colonial. Trabajó en el boletín de noticias de EE.UU. emitido por la agencia alternativa FIN, en estrecha colaboración con Horman y Frank Terrugi, un estudiante norteamericano de ciencias políticas de la Universidad de Chile también ejecutado en esos días en el Estadio Nacional.
Volk fue el primero en asumir la ingrata búsqueda de Horman y Terrugi. Con Terri Simon reconstituyó en detalle la estadía en Viña del Mar, logrando salvar la única versión que quedó de esos apuntes. En 1991 publicó un relato sobre el grupo FIN como parte del libro "Frei, Allende y la Mano de la CIA"*.
"A mediados de 1973 preparábamos un paquete mensual de noticias y análisis para La Nación, El Siglo, Clarín y otras publicaciones, con reportajes sobre las relaciones EE.UU./Chile que tuvieron gran circulación", evocó Volk.
Los jóvenes periodistas norteamericanos redactaban también un documento destinado a circular en su país, conscientes de la influencia de la prensa de EE.UU. y su falta de comprensión del proceso chileno. "Sentimos que la gente en los EE.UU. probablemente no entiende del todo la importancia de los acontecimientos recientes, pero desafortunadamente una de las razones de esta falta de comprensión …es la manera sistemática en que distorsionan y malinterpretan las raíces del conflicto actual", explicó el último boletín FIN de julio de 1973.
Horman y su grupo sospechaban de sus connacionales de la embajada: "Varios agentes de la CIA que operan en Chile están implicados en las actividades de grupos abiertamente sediciosos, sin que esté libre de sospecha el embajador Nathanael Davis, quien estuvo en Guatemala en el período en que asesores diplomáticos y militares ayudaron a organizar grupos terroristas fascistas como La Mano Blanca, Nueva Organización Anticomunista y el Consejo Anticomunista de Guatemala, que asesinaron a miles de estudiantes, trabajadores y campesinos", reportó FIN, sin sospechar que a los pocos meses dos de sus colaboradores estarían entre las víctimas. Davis fue transferido a Chile después de elegido Salvador Allende y trajo desde Guatemala un numeroso contingente de personal político.
Según Steve Volk, los jóvenes norteamericanos creían inminente un golpe de derecha. "Como ciudadanos estadounidenses, armados con pasaportes que pensábamos tenían un poder protector mítico, dimos por descontado que poca cosa nos podía pasar", relató. "Pero los acontecimientos mostrarían más razones para preocuparse porque si esos ciudadanos eran conocidos como disidentes de las políticas de su país, el gobierno y su embajada no moverían un dedo para protegerlos y, como en el caso de Chile, es probable que hayan participado de hecho en su detención y tortura", afirmó.
En sus últimos meses, Horman investigaba el tema de los autores intelectuales, cómplices y ramificaciones del Caso Schneider, en el que también estuvieron implicados funcionarios norteamericanos, según constató el Senado de EE.UU. en 1975. Convencido que su país complotaba en gran escala contra Allende, por casualidad le tocó vivir el día del golpe y los cuatro posteriores precisamente entre militares del U.S. Navy, veteranos de Vietnam y agentes de inteligencia fanáticamente anticomunistas. Estos coordinadores del apoyo logístico para la ejecución del golpe, operaban con sus congéneres chilenos desde un centro habilitado en el exclusivo Hotel Miramar de Viña del Mar.
En la puerta del horno
The Execution of Charles Horman, de Thomas Hauser, publicado en 1978 por Avon Books de Nueva York y en 1982 por Ediciones Martínez de Roca de Barcelona en su versión castellana (Desaparecido), inspiraría Missing, el film de Costa Gavras. Ambas obras llevaron a Charles y a los militares norteamericanos involucrados en el golpe a la conciencia de millones de personas, por lo menos de otros países, ya que la película nunca se ha comercializado en la cartelera oficial chilena. Sólo se ha visto en videos que circularon clandestinamente durante la dictadura.
El brillante trabajo de periodismo investigativo de Hauser reconstituye las circunstancias de la muerte de Horman, confronta múltiples testimonios de los ex funcionarios del gobierno de EE.UU. en Chile -incluso a veces contradictorios- y desentraña el encubrimiento posterior de los hechos. Entrevistó a funcionarios consulares y militares de la embajada en Santiago sospechosos de instigación del asesinato y a testigos directos e indirectos de los hechos, como un arrepentido oficial de inteligencia que estuvo presente cuando se decidió la mala suerte de Horman. El libro desenmascaró el ocultamiento de la información que perdura hasta el presente.
Además, Ed Horman, el padre, investigó infatigablemente las circunstancias del asesinato de su hijo, hasta que falleció en Nueva York en 1994. "He pasado varios años de mi vida investigando la muerte de mi hijo y, contra mi voluntad, he llegado a concluir que se está desviando la responsabilidad del gobierno militar chileno por una razón muy sencilla: si el dedo acusador lo señalara, de inmediato surgiría detrás la mano de Washington", afirmó Horman padre en el libro de Hauser. "La auténtica responsabilidad de la muerte de mi hijo está en la propia embajada de EE.UU. Su vida fue sacrificada para encubrir las actividades estadounidenses en Chile", insistió.
Ed Horman concluyó que Charles y su amiga Terri "tropezaron en Viña del Mar con pruebas concluyentes de la participación de EE.UU. en el golpe de estado". Al principio, el personal militar habló sin reparos en presencia de la pareja de jóvenes gringos, pero a los pocos días, alguien de la cúpula de la embajada, se inquietó por lo que pudieron haber visto y oído.
Según el padre de Charles, su testimonio pudo asestar un golpe contundente. "En 1973, los medios de comunicación no mostraron gran sagacidad en comprender el alcance de las operaciones encubiertas en Chile: la administración Nixon, acosada por Watergate, negaba una y otra vez la intervención ilegal contra el gobierno de Allende", dijo Horman padre. "Las informaciones recogidas por Charles pudieron cambiar las cosas. A fin de impedirlo, se facilitó su nombre y dirección a las autoridades militares chilenas para que lo detuvieran e interrogaran", sostuvo.
Revelaciones del Senado
Posteriormente, el Senado de EE.UU. conoció más detalles de la intervención norteamericana en el golpe de 1973. El Comité Church, que investigó las intervenciones en Chile desde 1963 a 1973, no verificó "intervención directa" durante el golpe, pero por lo menos confirmó una intromisión a gran escala en la política chilena antes y después.
Las certeras intuiciones de Charles Horman sobre una conspiración resultaron ratificadas dos años después por esta comisión: «Durante 1970-73 la oficina CIA recopiló inteligencia operacional necesaria para el caso de un golpe: listas de arresto, instalaciones civiles claves y personal civil que necesitaba protección; instalaciones gubernamentales claves que debían ser tomadas y planes de contingencia que el gobierno utilizaría en caso de una insurrección militar». De poco sirve que la CIA asegurara que toda esta información nunca se entregó a los militares chilenos.
El Informe Church reveló que "colaboradores de la CIA estuvieron envueltos en la preparación de un primer plan económico global" para la junta militar y en la preparación del famoso Libro Blanco que intentó justificar el derrocamiento de Allende. El Informe concluyó que «las operaciones de recolección de inteligencia de la CIA entre los militares chilenos incluyeron actividades que iban más allá de la simple recolección de información».
En buen castellano, los norteamericanos estuvieron metidos hasta las masas en la preparación y ejecución del golpe y a Charles Horman le tocó estar en la puerta del horno. Tras años de espiar, infiltrar, comprar y complotar con los militares chilenos, sus congéneres norteamericanos y sus agentes secretos tuvieron la oportunidad de reunirlos en alta mar el 10 de septiembre, bajo la cobertura de la Operación Unitas, para darle el empujón inicial al cruento golpe de estado. En los días siguientes aumentaron su colaboración en inteligencia, apoyo logístico, político y propagandístico.
La coordinación de la intervención se centró en Viña, como lo afirmaría después el general Carlos Prats en el Times de Londres: "Fue allí en Valparaíso donde los oficiales comprometidos en la conspiración se reunieron en secreto con un oficial de marines estadounidense, el mismo que después mantendría contactos con el almirante Toribio Merino, jefe de la Armada en Valparaíso. Ese hombre era el teniente coronel Patrick Ryan". Precisamente, este personaje fue uno de los norteamericanos que conocieron Charles y Terri cuando se quedaron "varados" en el Hotel Miramar a causa del golpe.
Conocieron también a Arthur Crater, ingeniero naval en retiro que llegó desde Panamá el 6 de septiembre, estuvo en alta mar hasta el día del golpe y confidenció que vino "a cumplir un trabajo que ya está hecho". Este protagonista suelto de lengua conocía al dedillo las operaciones iniciadas en Valparaíso en la madrugada del 11 y extendidas luego a todo el país. Horman padre suponía que Crater fue un encargado de comunicaciones de la NSA, Agencia de Seguridad Nacional, la organización de inteligencia más secreta del gobierno de EE.UU.
También conocieron a Ray Davis, jefe del grupo militar de EE.UU., con oficinas en el mismísimo ministerio de Defensa, quien terminó trasladando a la pareja a Santiago en su automóvil, aunque Horman no quiso que los llevara hasta sus domicilios. Según el libro de Hauser, Davis fijó su residencia definitiva en Chile, como jubilado.
A los dos días de su regreso de Viña, un camión militar sacó a Horman de su casa de Vicuña Mackenna 4126, hasta donde se había mudado recientemente desde Los Dominicos. Una testigo siguió al vehículo que lo llevó hasta el ministerio de Defensa. En el noveno piso, y a pocos metros de la oficina de Ray Davis, el general Augusto Lutz**, director del Servicio de Inteligencia Militar, (SIM); el coronel Hugo Barrías, subdirector; y un norteamericano no identificado acordaron eliminar a Horman porque "sabía demasiado", según testimonio de Rafael González, ex agente de seguridad adscrito al estado mayor de la defensa, asilado en la embajada de Italia en septiembre de 1975.
"Sé que Charles Horman fue ejecutado porque sabía demasiado. Su detención y muerte fueron llevadas a cabo entre la CIA y las autoridades locales", declaró González al gobierno de EE.UU., testimonio ratificado después para la familia Horman en su juicio contra los funcionarios del departamento de Estado y de la embajada en Santiago.
Según el certificado de defunción, Horman falleció a las 9:45 horas del 18 de septiembre de 1973 por heridas múltiples de bala. Fue encontrado en las calles de Santiago y trasladado al Instituto Médico Legal. Debido a un "error", no se reconoció su cadáver hasta el 18 de octubre, un día después que Edmund Horman supo positivamente que su hijo fue ejecutado por militares. La dictadura se tomaría otros cinco meses para autorizar la repatriación de los restos el 30 de marzo de 1974.
Otros testimonios
La participación norteamericana a gran escala fue ratificada en múltiples testimonios. Comandos clandestinos de las fuerzas especiales del Ejército y de la CIA habrían participado en allanamientos, el asalto a La Moneda y operaciones en Valparaíso-Viña del Mar. También hay testimonios de la presencia de personal norteamericano en interrogatorios a extranjeros en el Estadio Nacional***.
Uno de los presos venezolanos del estadio afirma que "una persona civil, que mandaba más que los otros, era el encargado de interrogar a los extranjeros"****, y presumía de pertenecer a la CIA. Un ex suboficial de Marina, detenido en la investigación interna de agosto de 1973, declaró que en la cárcel de Valparaíso un ex infante le confidenció su participación en "allanamientos dirigidos por soldados norteamericanos, a quienes resultaba más fácil gritar y romper puertas".
Un ex boina verde mexicano-americano relató al periódico estadounidense Berkeley Barb***** (27/9/1974) que integró un comando de fuerzas especiales (234 boinas verdes, 14 rangers y 34 miembros de la CIA) trasladado a Chile, vía Panamá, para participar en el asalto a La Moneda. Este testimonio parece descabellado, pero coincide con un relato confidencial que me hizo un periodista de San Rafael, California: un amigo suyo integró la tripulación del Glomar Explorer, barco de investigación científica usado como fachada de la CIA, cuando recogió frente a la costa chilena a unos comandos que habrían participado en el asalto a La Moneda.
Edmund y Elizabeth Horman y la viuda Joyce se acogieron al Acta de Libertad de Información que ordena al gobierno entregar documentos oficiales a todo ciudadano que los requiera. Trabajaron diez años recabando información sobre la muerte de Charles, consultando las investigaciones del departamento de Estado, de la embajada, de diversas agencias de inteligencia y de comités del Congreso de EE.UU. Los Horman se convencieron que funcionarios del gobierno en Washington y Santiago encubrieron y posiblemente instigaron el asesinato, mediante la entrega de sus datos y el consentimiento para la ejecución.
En 1977, la familia entabló una demanda criminal contra Henry Kissinger y otros diez funcionarios norteamericanos, entre ellos Frank Purdy, ex cónsul y agente de la CIA, y Ray Davis, ex marine de Vietnam y jefe del grupo militar de Estados Unidos en Chile.
Joyce y la verdad
En marzo de 1981, la familia decidió suspender el juicio. «Debido a la no entrega de documentación pedimos el sobreseimiento, sin perjuicio que se pueda reabrir si logramos más información», me contó por teléfono Joyce, viuda de Horman, ahora en 1996, desde su casa de Nueva York. «La mayoría de los documentos que nos fueron entregados estaban tachados y mucha de la información fue borrada», dijo. En abril de 1978 un funcionario del departamento de Estado admitió que "67 documentos relacionados con la muerte de Charles Horman fueron ocultados en su totalidad a la familia Horman y otros 46 fueron publicados sólo en parte".
La dictadura negó responsabilidad en las muertes de Horman y Terrugi. Una nota oficial de la Cancillería (5/12/1973) alegó un supuesto izquierdismo de Horman, basándose en informes del SIM. El general Lutz investigó "como deferencia especial" para informar que los jóvenes "estaban relacionados con movimientos de extrema izquierda de nuestro país, a los cuales apoyaban tanto ideológica como materialmente. Datos fehacientes prueban que ambos norteamericanos murieron en operaciones militares de control".
El Informe Rettig concluyó que Horman "fue detenido el 17 de septiembre de 1973 en su domicilio" y trasladado al Estadio Nacional donde fue ejecutado al día siguiente, "mientras se encontraba bajo la custodia de agentes del Estado" y "al margen de todo proceso legal, constituyendo ello una violación a sus derechos humanos".
Los protagonistas
Frank Purdy, el ex cónsul en Santiago, sindicado como agente de la CIA por dos fuentes serias, reclamó que fue injustamente perjudicado en su carrera por las "mentiras y distorsiones" del libro de Hauser y la película de Gavras, en una nota publicada por la revista del servicio consular de EE.UU. y reproducida en La Nación en agosto de 1993. "Charles Horman estaba profundamente involucrado con el MIR, un grupo fuerte que utilizó métodos violentos durante el gobierno constitucional de Allende", afirmó.
Steve Volk replicó que "eso es sencillamente falso". Por otra parte, ninguno de los numerosos periodistas del MIR consultados conoció siquiera a Horman. Admiten que podría haber sido simpatizante, pero es improbable que haya estado "profundamente involucrado". Para la mentalidad de Purdy, bastaría una simple afinidad ideológica de Horman con el MIR para justificar el arresto, la tortura y el asesinato. El ex cónsul, quien también residiría en Chile como jubilado, retrucó el Informe Rettig afirmando que "no hay evidencia que Horman haya estado en el Estadio Nacional, ni hay claridad de dónde murió".
Sigue el encubrimiento
La embajada de EE.UU. no entrega información ni comentarios sobre el caso Horman. "En relación a la amnistía, ya que según lo que sé no hay ningún proceso legal en curso, no tendría sentido emitir una opinión legal y de todas maneras me parece que ese tipo de opinión vendría del sistema legal chileno, no de la embajada norteamericana", dijo el encargado de prensa, Marc Asquino, al preguntársele si el gobierno de su país reconocía la amnistía para el caso Horman. Agregó que por la ley de Privacidad no podría entregar información sobre un caso consular. "No hay información, ni comentario y punto", expresó.
Joyce sigue en la pelea
La mayoría de los antiguos colegas de Horman en FIN trabajan como profesores universitarios. Steve Volk enseña historia en el Oberlin College, Ohio; Andy Zimbalist, economía en el Smith College, Massachussetts; Gill Hamberg enseña planificación urbana en Nueva York; David Hathaway vive en Brasil; y Marcha Lesser hace un doctorado en educación de adultos en Amherst. En 1983 se reunieron en Nueva York en ocasión del décimo aniversario de los sucesos que vivieron en Chile.
En Nueva York también vive Joyce Horman, quien nunca volvió a casarse. Trabaja en comercialización de software y, a veintitrés años del asesinato de su marido, sigue dando la pelea.
«Hoy en día -cuenta- soy parte de un grupo que está tratando de obtener la divulgación, sin limitaciones, de los documentos pedidos por los parientes sobrevivientes de víctimas norteamericanas muertas en América Latina. Hasta el momento no hemos tenido éxito».
¿Cuántos años esconderán los documentos para ocultar la verdad? ¿Cuándo tendrán respuestas las preguntas que hizo Charles Horman y que todavía hoy nos formulamos?
Por ejemplo:
-¿Quiénes eran los altos oficiales en servicio activo de las fuerzas armadas chilenas que a las 2.00 a.m. del 22 de octubre de 1970, día del asesinato del entonces comandante en jefe del ejército René Schneider, tuvieron una reunión con el agregado militar de la embajada de Estados Unidos, quien les entregó seis sub ametralladoras, equipos de gases y máscaras?
-¿Que actividades hubo en las naves de EE.UU. que estuvieron en Valparaíso durante los días anteriores y durante la ejecución del golpe?
-¿Quiénes eran los norteamericanos que habrían participado en allanamientos en Viña del Mar?
-¿Quiénes eran los comandos que dicen haber venido a Chile y en qué acciones participaron? -¿Quién autorizó esas acciones?
-¿Qué papel tuvieron los agentes de la CIA, que renovaron las relaciones "oficiales" con sus congéneres chilenos tras el golpe, en la creación y operaciones de la DINA en Chile y en el exterior?
-¿Que rol tuvo la embajada de EE.UU. en la detención e interrogatorio de más de doce jóvenes norteamericanos en los días posteriores al golpe y en el asesinato de Horman y Terrugi?
-¿Quién era el norteamericano presente en el noveno piso del ministerio de Defensa cuando se decidió ejecutar a Charles Horman?
Cristián Opaso es periodista, integrante del Grupo de Apoyo al Bio Bio (GABB), compilador y traductor del libro "Frei, Allende y la Mano de la CIA", 1991, Editorial Ornitorrinco.
El ejército, la CIA y el FBI asesinaron al periodista estadounidense Charles Horman y al estudiante Frank Teruggi en 1973
Fuente :elclarin.cl 3/12/2011
Categoría : Prensa
A casi 40 años del asesinato del joven periodista estadounidenses Charles Horman Lazar, de 30 años, ultimado por el ejército chileno el 17 de septiembre de 1973, y su amigo Frank Randall Teruggi Bombatch, 24 años, estudiante de economía muerto cinco días después, el juez especial Jorge Zepeda Arancibia, ministro fuero de la Corte de Apelaciones de Santiago, ordenó el procesamiento por homicidio calificado del capitán de navío estadounidense Ray E. David Charles, a la sazón Comandante de Grupo de la Misión Militar de Estados Unidos en Chile.
El magistrado también pidió a la Corte Suprema que autorice la solicitud de extradición del estadounidense Ray E. David Charles para que sea juzgado en Chile.
El autor material del asesinato fue el brigadier en retiro del ejército Pedro Octavio Espinoza Bravo, N° 2 de la DINA, preso por numerosos asesinatos relevantes, como los del ex canciller Orlando Letelier en Washington (1976) y el comandante en jefe, general Carlos Prats en Buenos Aires (1974), condenado –además– a cadena perpetua en París por matar a 4 franceses. La decisión del juez Zepeda señaló: “Que, con el mérito de los antecedentes reseñados, más la declaración de Pedro Octavio Espinoza Bravo, de fojas 5.437 y siguientes, aparecen presunciones fundadas para estimar que ha tenido participación en los referidos delitos de homicidio calificado, previstos en el artículo 391 N° 1, circunstancia primera del Código Penal, en las personas de Charles Edmund Horman Lazar y de Frank Randall Teruggi Bombatch, en calidad de autor”.
Espinoza Bravo se ha hecho tristemente “célebre” por su papel relevante en numerosos crímenes como segundo hombre de la DINA, fundada oficialmente en junio de 1974 pero que comenzó a actuar en los hechos en cuanto ocurrió el golpe militar. Empero, la resolución judicial de procesarlo como “autor” del temprano asesinato de Horman –ocurrido exactamente a la semana del golpe del 11 de septiembre de 1973, el 18, “día de la patria”, y en estrecha connivencia con el espionaje de EEUU–, indicaría que Espinoza Bravo ya tenía de antaño una alta posición en el esquema clandestino de colaboración entre altos oficiales chilenos y la Misión Militar de EEUU, más los servicios de inteligencia gringos que ya tenían infiltradas a todas las ramas de las fuerzas armadas bajo el gobierno de Salvador Allende, probablemente a espaldas de algunos de sus jefes más leales al gobierno constitucional, como el general Carlos Prats González, comandante en jefe del ejército hasta agosto de 1973, asesinado por órdenes de Pinochet en Buenos Aires, en septiembre de 1974, por el esbirro estadounidense Michael Townley, experto en bombas a control remoto, que servía oficialmente en la DINA y asesinó también a Orlando Letelier en Washington, en septiembre de 1976, con el mismo método de un bombazo controlado a distancia.
¿Quiénes fueron Horman y Teruggi?
La extensa resolución (1) del ministro Zepeda –33 páginas– aborda exhaustivamente la colaboración que ya existía entre los servicios de inteligencia de EEUU y el espionaje castrense de Chile al momento de decidir en conjunto el asesinato de Horman y Teruggi, jóvenes norteamericanos progresistas que vivían legalmente en este país, simpatizaban con el gobierno de Salvador Allende y denunciaban sistemáticamente ante la opinión pública local y de EEUU las acciones desestabilizadoras de Richard Nixon contra el gobierno de la Unidad Popular. Ambos formaron parte del grupo que sacó adelante la agencia noticiosa Fuente de Información Norteamericana (FIN), que pretendía mostrar la otra cara de EEUU, los sectores críticos a la intervención en Chile, totalmente ignorados por la gran prensa, aunque hicieron manifestaciones públicas frente a instalaciones de la embajada de EEUU, encabezadas algunas por Dean Reed, famoso cantante de la nueva ola avecindado en Chile bajo Allende y fallecido prematuramente en 1986. El grupo distribuía abierta y legalmente un boletín mimeografiado destinado a los medios y agencias noticiosas de ambos países, pero esta actividad periodística pública –que hoy se llamaría “contra-información”– era vigilada en Chile por la inteligencia de EEUU, que la consideraba “sensible” y “subversiva”.
Charles Horman trabajó, además, en Chile Films, productora cinematográfica del Estado que hacía filmes y emitía un noticiario en 35 mm difundido en las salas de cine del país. Antes de trasladarse a Chile, Horman alcanzó cierta notoriedad profesional en su país trabajando para la prestigiada revista The Nation, escribiendo en el diario Christian Science Monitor, colaborando en el magazine Innovation y haciendo filmes documentales para la WNetTV de Nueva York y Kmg TV de Seatle y Portland. El libro Morir es la Noticia, publicado en Chile en 1997, ofrece una investigación sobre su vida y asesinato realizada por el periodista chileno Cristian Opaso (2). El crimen alcanzó una gran difusión mundial desde que el director griego Costa-Gavras llevó la historia a la pantalla grande con la película Missing (Desaparecido), basada en el libro The Execution of Charles Horman, de Thomas Hauser, publicado en 1978 en Nueva York y reproducido en castellano en 1988, con el título Desaparecido, por Ediciones Martínez de Roca, de Barcelona. “Ambas obras llevaron a Charles y a los militares norteamericanos involucrados en el golpe a la conciencia de millones de personas, por lo menos de otros países, ya que la película nunca se ha comercializado en la cartelera oficial chilena. Sólo se ha visto en videos que circularon clandestinamente durante la dictadura”, escribió Opaso. Y hasta el día de hoy el film nunca se exhibió en cines chilenos, ahora por no existir copias en 35 mm con títulos en castellano. Sólo está disponible en DVD.
Mientras trabajó en Chile Films, Horman obtuvo imágenes recientes sobre la realidad local y escribió el guión del documental de 85 minutos The Avenue of Americas (La Avenida de las Américas), su último trabajo profesional, estrenado en 1975 con dirección del peruano Jorge Reyes. La película evoca las palabras de Allende que caracterizaron a Chile como “un Vietnam silencioso”, sometido a una guerra económica de baja intensidad emprendida por EEUU. Según un comentario de los críticos de cine Bill Sloan y Amos Vogel, el film del productor Walter Locke, de Pueblo Film Production, Inc., fue “uno de los mejores seis largometrajes documentales independientes del año [1975]”.
La descripción del documental indica que “esta guerra culminó el 11 de septiembre de 1973 con la muerte de Allende y el derrocamiento de la democracia en Chile en el golpe militar más sangriento de la historia latinoamericana. La Avenida de las Américas muestra cómo era el gobierno de la Unidad Popular y por qué Allende encontró una oposición profundamente arraigada, de Estados Unidos y de las clases acaudaladas de Chile. Involucra a su audiencia con gente que hoy sufre bajo un brutal régimen represivo al servicio del objetivo de la hegemonía de EEUU a expensas de un orden social injusto… y demuestra cómo la CIA y corporaciones transnacionales como la ITT precipitaron la caída de Allende”.
Frank Teruggi, asesinado a los 24 años, el 22 de septiembre de 1973, fue un ex seminarista vinculado a la Teología de la Liberación y fichado temprano por el FBI como miembro del Grupo del Área de Chicago para América Latina (CAGLA), ONG progresista y anti-imperialista considerada “subversiva” por el gobierno de Washington. También participó en manifestaciones y grupos de activistas contra la prolongada guerra imperial en Vietnam, que EEUU extendió a todo el sudeste asiático. Durante toda su permanencia en Chile Teruggi fue monitoreado en secreto por los servicios de inteligencia de EEUU que siempre han operado en este país sudamericano. Entretanto, el joven tomaba clases en el Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN), de la Universidad Católica, para conocer mejor la sociedad chilena, estudiaba en el Centro de Estudios Económicos y Sociales de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile y, a la vez, aprendía el idioma galo en el Instituto Chileno Francés de Cultura. Convertido en la práctica en activo redactor y traductor de la agencia noticiosa FIN, fue secuestrado de su domicilio, en la calle Hernán Cortés de Ñuñoa, junto con otro estadounidense, David Hathaway, quien logró salir con vida del infierno militar chileno digitado por EEUU.
En un episodio poco conocido, Teruggi estaba en clases en el Instituto Chileno Francés de Cultura cuando se enteró del fallido intento de golpe del 29 de junio de 1973, protagonizado por ruidosos tanques del Regimiento Blindados 2 de Santiago. 83 días antes de su muerte, salió a observar qué ocurría en el centro de la ciudad, muy cerca de donde perdió la vida el camarógrafo argentino de TV Suecia Leonardo Henrichsen, y resultó herido por bala de guerra en una pierna. Trasladado a la Asistencia Pública fue curado de la lesión, pero al poco tiempo fue citado a declarar ante el fiscal militar Francisco Saavedra Moreno, quien investigó el fallido levantamiento contra Allende por cuenta de la justicia castrense. Frank debió explicar por qué fue herido con armamento de guerra –similar al que usaron para matarlo el 22 de septiembre– en una jornada en que los militares mataron a 22 civiles que miraban o arrancaban de susto. Probablemente, desde entonces este “herido por arma de guerra” resultó aún más sospechoso para el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) del ejército chileno y sus secuaces estadounidenses que seguían de cerca sus pisadas e intercambiaban estrechamente con los chilenos la información sobre los norteamericanos residentes en Chile en tiempos de Allende, incluidos los corresponsales de medios de EEUU acreditados en el país.
La Embajada de EEUU en Santiago no prestó asistencia consular –ni de ninguna naturaleza– a sus compatriotas indefensos condenados a morir por los servicios de inteligencia estadounidenses a manos de militares chilenos. Al contrario, los funcionarios diplomáticos requeridos por familiares y amigos de las víctimas actuaron como cómplices y encubridores, desde el mismísimo cónsul Frederick Purdy a otros funcionarios menores como John Anderson, Marian Lipton, John Hall y Dale Shaffer. La resolución del juez deja constancia que “hay documentos que indican que para la familia Horman la Embajada de los Estados Unidos en Santiago no realizó ningún tipo de gestión a fin de interceder por sus ciudadanos detenidos y lograr una rápida liberación de ellos; al contrario la política de la Embajada era de no provocar conflicto alguno con el nuevo gobierno”.
Al finalizar la dictadura (1973-2000), en 2000 los abogados Fabiola Letelier del Solar y Sergio Corvalán Carrasco presentaron una demanda ante la justicia chilena –27 años después del crimen– para que se investigara el asesinato de ambos ciudadanos estadounidenses, a petición de Joyce Horman, viuda de Charles Horman, y Janis Teruggi Page, mombre de casada de la hermana de Frank Teruggi. Los eventuales e inminentes alegatos que decidirían la extradición de Ray E. David Charles en la Corte Suprema podrían airear públicamente aspectos desconocidos de la intervención de EEUU y su estrecha colaboración clandestina con el espionaje militar de Chile bajo el gobierno de Allende. En la causa judicial ahora se hicieron parte las instituciones públicas Consejo de Defensa del Estado e Instituto Nacional de Derechos Humanos.
Pormenores de la resolución del juez
El juez acreditó que el periodista Horman y su colega Terry Simon, de visita en Chile, fueron sorprendidos por el golpe del 11 de septiembre de 1973 cuando se hallaban en Viña del Mar. Hospedados en el lujoso Hotel Miramar se dieron cuenta que éste era usado como una suerte de cuartel que alojaba a numerosos estadounidenses encubiertos por la Operación Unitas que en esos días se realizaba en Valparaíso. El 15 de septiembre, Horman y su acompañante salieron de Viña rumbo a Santiago transportados nada menos que por el Oficial Jefe Comandante de la Misión del Grupo Militar de EEUU Chile y Jefe del Grupo Naval de los Estados Unidos de América en Chile, o sea, el mismísimo capitán de navío Ray E. David Charles, quien tenía su oficina en el propio ministerio de Defensa chileno, muy cerca del entonces jefe del Servicio de Inteligencia Militar, general Augusto Lutz. En esos días posteriores al golpe existían grandes dificultades de transporte, por la escasez artificial de combustible, y para cualquier destino se requería –además– un salvoconducto de las nuevas autoridades militares golpistas.
De acuerdo al dictamen de procesamiento del juez, la decisión de transportar a la pareja a Santiago “se produce al informarse el oficial norteamericano que Charles Edmund Horman Lazar y Terry Simon se hospedaban en el Hotel Miramar de Viña del Mar, de lo que da cuenta el antecedente consular desclasificado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, que transmite: “Art Creter –ISND- Los 2 se registraron en el Hotel Miramar, pieza 315, a las 23:00 hrs. el 10 de Spt., dio la dirección Paul Harris 425, dijo “escritor”. Salió 15 de Sept.”. Este dato desclasificado significa que Horman y su acompañante estuvieron siempre sometidos a vigilancia estadounidense.
El documento judicial añade:
“Que el transporte de Charles Edmund Horman Lazar y de Terry Simon, desde la ciudad de Viña del Mar a Santiago, es hecho por el Capitán de Navío norteamericano con el salvoconducto del oficial de inteligencia del Departamento Segundo del Estado Mayor de la Defensa Nacional, el que se desempeñaba en las actividades de oficial de enlace con los militares americanos y la cumple en su labor de Jefe de División de Inteligencia, del Estado Mayor de la Defensa Nacional”.
“Que la acción en contra de la vida de Charles Edmund Horman Lazar –y en contra de la vida de Frank Randall Teruggi Bombatch– se insertó dentro la investigación secreta norteamericana de personas estadounidenses afectadas por la actividad de recolección de datos de lo que ellas hacían políticamente en Estados Unidos y en Chile; actividad calificada por los agentes del Estado de “subversiva” tanto al interior como exterior de los Estados Unidos.
El dictamen judicial observó que la inteligencia estadounidense cuestionaba como “subversiva” la labor de Horman en Chile Films, donde obtuvo material fílmico “sensible” sacado de Chile para el documental The Avenue of Americas. La resolución del juez hizo notar que en la empresa hubo una investigación de inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, antes, durante y después de la muerte de Horman, “registrada en la documentación oficial militar”.
La orden de matar
“La decisión de dar muerte a Charles Horman Lazar, por tratarse de un detenido extranjero, se dispone por el Departamento II del Estado Mayor de la Defensa Nacional, dependiente del General de Ejercito Augusto Lutz Urzúa, y se ejecuta por el Batallón de Inteligencia Militar o Cuartel de Inteligencia del Ejército, a cargo de determinado oficial de esa repartición encargado de súper vigilar la ejecución de detenidos”, reza la resolución del juez Zepeda. Las 33 páginas de la resolución no aportan mayores luces sobre ese “determinado oficial”, que debería ser Pedro Octavio Espinoza Bravo. Y el cuidadoso estilo de redacción del letrado indica que en Chile podríamos estar al borde de conocer revelaciones sensacionales, “sensibles” y explosivas, sobre el historial del entretejido de la inteligencia castrense local con sus pares estadounidenses.
“La detención y muerte de Charles Edmund Horman Lazar se produce durante las antes descritas operaciones secretas en contra de ciudadanos norteamericanos; y formó parte de la actividad de “inteligencia” del sujeto oficial Comandante del Grupo de la Misión Militar de los Estados Unidos de América, pues, hay presunciones que luego de las operaciones encubiertas que cumplía en Chile, diseñadas en contra de Charles Edmund Horman Lazar, decide no anular la voluntad de los autores materiales de la muerte de éste, no obstante tener la posibilidad de hacerlo, atendida su actividad de coordinación con los agentes del Estado de Chile, y con su actuar favorece la muerte de la víctima, atendido que consideraba “subversiva” o “extremista” la actividad de investigación e información política periodística que ésta realizaba, agravada al haber conocido la víctima involuntariamente la actividad norteamericana en la ciudad de Viña del Mar, de colaboración con los acontecimientos militares en desarrollo en Chile;”
El juez determinó que “con anterioridad, según antecedentes desclasificados por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, durante julio de 1972, Frank Randall Teruggi Bombatch es afectado por las actuaciones secretas de agentes oficiales de los Estados Unidos de América. Una agencia gubernamental de los Estados Unidos de América, que realizaba investigaciones del tipo seguridad avisa al FBI que estuvo en contacto con un informante y proporcionó para ella la siguiente dirección: Frank Teruggi, Hernán Cortés 2.575, Santiago, Chile”.
“La agencia comunica, además que, de acuerdo a la información recibida por sus fuentes, Teruggi es un americano residente en Chile que está estrechamente vinculado con el Grupo para la Liberación de las Américas Área Chicago”.
El largo brazo del FBI y CIA
“Mediante memorándum, de 28 de noviembre de 1972, al Director Ejecutivo del FBI, desde la legación norteamericana en Bonn, Alemania, califica a Frank Teruggi de “subversivo” y se indica que la información en relación con Teruggi fue proporcionada por el 66° Grupo de Inteligencia Militar (66th MIGp), bajo clasificación confidencial y marcada (con la nota) ‘Alerta – Fuentes y Métodos sensibles involucrados. Originalmente provenía de… desde Heidelberg, Alemania. La naturaleza de esta fuente debiera ser protegida’”.
En esa época, los jóvenes estadounidenses estaban en rebelión contra la guerra en Vietnam, desertaban masivamente del servicio militar o lo eludían trasladándose a Canadá y otros países. Diferentes grupos de activistas contrarios a la guerra también promovían la deserción y exhortaban a abandonar las filas a los soldados reclutados. La resolución judicial chilena dictaminó que “el Grupo de Inteligencia Militar mencionado señala a Teruggi como una persona involucrada en actividades diseñadas para apoyar a hombres en servicio quienes se habían ausentado sin permiso de sus unidades y en actividades de apoyo a inducir el ausentismo sin permiso de hombres en servicio, tanto en actividades de ayuda y desorganización de disidentes del personal del Ejército de los Estados Unidos en Alemania. Se asevera, además, que tiene vastos contactos en Alemania y los Estados Unidos”.
“Al igual que con Charles Edmund Horman Lazar, la acción en contra de Frank Randall Teruggi Bombatch se inserta en las investigaciones secretas ejecutadas en contra de personas norteamericanas, afectadas por la actividad de recolección clandestina de datos de lo que ellas realizaban en el ámbito político; actividad realizada por agentes del Grupo de Inteligencia Militar estadounidense, dirigida por el sujeto oficial Comandante del Grupo de la Misión Militar de los Estados Unidos de A., en relación a extremismo político, tanto al interior como exterior de los Estados Unidos de América. En este caso, se trataba de la producción por parte de Frank Randall Teruggi Bombatch, de material periodístico de izquierda en el denominado Boletín FIN (Fuente de Información Norteamericana), destinado a ser entregado en los Estados Unidos de América, material sensible por considerarse por los agentes de Estado norteamericanos “subversiva” tal actividad mediática”.
Los antecedentes que afectaban a Teruggi “fueron entregados al Servicio de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, a cargo del General Augusto Lutz Urzúa, oficial del Estado Mayor del Ejército. Así, el día 20 de septiembre de 1973, tal autoridad militar da orden al personal de Carabineros de la dotación de la Escuela de Suboficiales de Carabineros, de detener a la víctima Frank Randall Teruggi Bombatch y a su compatriota David Hathaway, en la morada de éstos de calle Hernán Cortés N° 2.575, comuna de Ñuñoa, Santiago, la que se cumple alrededor de las 20.15 horas, ante la presencia de la futura cónyuge de David Hathaway, la joven Olga Irene Muñoz Gómez; acción en la que, además, los captores decomisan ‘literatura sospechosa’ y fotografías personales”.
La resolución del juez señala, además:
“… Frank Randall Teruggi Bombatch y David Hathaway quedaron privados de libertad en el campo del Estadio Nacional y en horas de la madrugada del viernes 21 de septiembre, son interrogados por un oficial del Ejército frente al camarín ocupado por extranjeros; luego, al mediodía, ambos ingresan a un camarín del Estadio Nacional, en el cual se encontraba un grupo indeterminado de extranjeros. Ese mismo día 21, alrededor de las 18 horas, un oficial del Ejército llama a un grupo de detenidos, entre ellos a Frank Teruggi Bombatch, el que es sacado del camarín sin que su compatriota David Hathaway vuelva a verlo; no obstante, éste último se percata que todos los días, después del viernes 21 de septiembre, militares preguntan y simulan buscar a la víctima Charles Horman Lazar, sin mencionar el nombre de Frank Randall Teruggi Bombatch, ambos ya muertos y hechos desaparecer por los hechores”.
“Que, en efecto, entre la noche del 21 y la madrugada del 22 de septiembre de 1973 Frank Randall Teruggi Bombatch, es muerto al margen de todo proceso legal por los agentes del Estado que habían ordenado su privación de libertad en el Estadio Nacional, los que luego abandonan su cuerpo en las calles de Santiago; así Frank Randall Teruggi Bombatch fue muerto por múltiples heridas a bala mientras se hallaba privado de libertad y bajo la custodia de los agentes del Estado”.
El Certificado de Defunción del Registro Civil e Identificación de Chile, extendido el 10 de octubre de 1973, indica que Frank Randall Teruggi Bombatch, falleció el 22 de septiembre de l973, a las 21:10 horas, y que la muerte fue por heridas a bala toráxico- abdominales. “Los datos corresponden a los del ingreso a la morgue del cuerpo de la víctima, pues su cadáver había sido abandonado en un lugar indeterminado de la vía pública, ello con la finalidad propiciada por los hechores para impedir que se conociera la acción que determinó su muerte”.
50 años del golpe: los estadounidenses asesinados por la dictadura de Pinochet
Fuente :resumen.cl 11/9/2023
Categoría : Prensa
Se cuentan tres estadounidenses asesinados por la dictadura de Pinochet. Dos de ellos fueron asesinados en el Estadio Nacional, unos días después del golpe y una tercera fue asesinada en suelo norteamericano en el atentado que realizó la dictadura contra el excanciller Orlando Letelier.
Además de los miles de ciudadanos chilenos asesinados y desaparecidos por la dictadura militar de Pinochet, existieron decenas de extranjeros ejecutados tras el golpe de Estado.
Charles Edmund Horman Lazar fue uno de ellos. Nacido en Nueva York, estudió periodismo en los Estados Unidos. Llegó a Chile durante el gobierno de Allende. Participó en la creación de la agencia Fuente de Información Norteamericana (FIN), medio de comunicación que traducía la prensa norteamericana para la lectura de público chileno. Fue un partidario de la Unidad Popular que, tras el golpe, fue encarcelado y asesinado en el Estadio Nacional. Investigaciones concluyen que la dictadura de Pinochet lo asesinó siguiendo las órdenes del gobierno norteamericano. Tenía 31 años al momento de su ejecución. Frank Teruggi llegó a Chile a principios de 1972 y durante sus 19 meses en el país, experimentó una evolución política que probablemente lo puso en la mira de los agentes que materializaron su ejecución a los 24 años. Frank se unió al Trabajo Voluntario de Allende, brigadas de trabajo voluntario en el campo, para apoyar el programa de reforma agraria. También entró a estudiar periodismo y participó, al igual que Horman, en la agencia FIN. También fue asesinado en el Estadio Nacional.El destacado cineasta Costa Gavras dirigió en 1982 una película titulada Missing (en español: Desaparecido), inspirada en las historias de Charles Horman y Frank Teruggi, ambos parte de la Revista FIN. Esta obra obtuvo premios en el Festival de Cannes, incluso estuvo nominada a los premios "scar y se presentó en otros festivales más, tanto así que en Chile circulaba clandestinamente durante la dictadura debido a su éxito y denuncia al terrorismo de Estado.
La última ciudadana estadunidense asesinada por la dictadura fue Ronni Karpen Moffitt. Karpen, una activista política estadounidense, fue asesinada en Washington D.C. en un atentado terrorista orquestado por la DINA (policía política secreta de Pinochet) y mercenarios anticastristas. Ronni Karpen era secretaria y colaboradora de Orlando Letelier, ambos murieron tras explotar una bomba en su vehículo en 1976.