Lagos Salinas Ricardo Ernesto

Rut : 5.463.497-8

Fecha Detención : 17-06-1975
Lugar Detención : Santiago


Fecha Nacimiento : 09-04-1951 Edad : 24

Lugar Nacimiento : Santiago

Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Contador

Estado Civil e Hijos : Casado, 2 hijos
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :informe corporación

Categoría : Antecedentes del Caso

Rut : 5.463.497 (151.619, Chillán)
F.Nacim. : 09-04-51, 24 años a la fecha de su detención
Domicilio : Calle Tiros -Villa Japón- Las Rejas, Santiago
E.Civil : Casado, 2 hijos
Actividad : Contador
C.Repres. : Partido Socialista, Comité Central, miembro de la Comisión Política
F.Detenc. : 17 de junio de 1975

Ricardo Ernesto Lagos Salinas, casado, dos hijos, contador, miembro de la Comisión Política del Partido Socialista, fue detenido el 17 de junio de 1975, en la población Las Rejas, por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Aunque no hay testimonios directos de su aprehensión, existen antecedentes que permiten deducir que ésta se produjo en su domicilio y, posiblemente, junto a Michelle Peña actualmente (detenida desaparecida, militante del partido socialista y embarazada de 8 meses).
Juan Carlos Ruiz, también socialista, declaró que en 1975 se desempeñaba como enlace entre el dirigente máximo del Partido en la época, Exequiel Ponce Vicencio y Ricardo Lagos, Michelle Peña y Carlos Lorca (todos detenidos desaparecidos). Incluso, en marzo de ese año, buscó la casa de calle Tiros en la que vivían el afectado y Michelle, domicilio en el que se reducían documentos, había taller fotográfico y se realizaban los puntos de encuentro y reunión con Exequiel Ponce. Alrededor del 21 de junio de 1975, Juan Carlos Ruiz concurrió al domicilio de la víctima e ingresó a éste sin darse cuenta que la señal de alerta previamente convenida con Ricardo Lagos -una ventana abierta- estaba presente. Adentro había un gran desorden, los colchones estaban rajados y todas las cosas desparramadas, con evidentes signos de allanamiento. El testigo estimó que en ese lugar habían sido detenidos Ricardo Lagos y Michelle Peña.
Días después, el 24 de junio de 1975, Héctor Eduardo Riffo, también socialista, acudió a un domicilio de Villa Ríos, en Santiago, en donde había acordado reunirse con Ricardo Lagos. El testigo llegó alrededor de las 15:30 horas y vio que cerca de la casa estaba estacionado un auto Chevrolet color blanco y celeste, con patente de Quinta Normal. En su interior se encontraba el afectado. El declarante pensó que Lagos venía recién llegando, así que subió al departamento. De inmediato fue detenido por dos civiles armados -se estaba allanando el lugar- para ser conducido después hasta un auto MG amarillo pálido al que habían trasladado a Ricardo Lagos. Ambos fueron entonces llevados al recinto secreto de detención y tortura de la DINA conocido como Villa Grimaldi. Según lo señaló Héctor Riffo, entre los agentes que actuaron en ese momento estaba uno a quien llamaban "Alberto", después sería Capitán de la CNI, de unos 38 años, 1.70 de estatura, tez mate, cara redonda, ojos café oscuro, pelo entrecano y contextura fornida; y un conscripto de la Unidad de Comandos del Regimiento Buin de apellido Díaz, alrededor de 23 años, 1.75 de estatura, moreno, pelo negro ondulado, cara alargada, delgado, ojos café y que era de La Pincoya.
Una vez en "Villa Grimaldi" ambos fueron sometidos a tortura (parrilla, golpes, interrogatorios). Al testigo se le preguntaba intensamente por las actividades del afectado, de Exequiel Ponce y de Carlos Lorca. El 26 de junio del mismo año, Héctor Riffo vio a Ricardo Lagos en el sector de los baños y en el momento en que era introducido en una pieza ubicada en un rincón del patio. También, dos días después, cuando Riffo es llevado a La Torre, en una celda vecina, reconoció la voz de Michelle Peña.
Luis Gormaz, también recluido en Villa Grimaldi, señaló que el afectado ocultaba debajo de su cama un paño ensangrentado y que sus condiciones físicas eran muy malas.
Por su parte, Luz Arce, quien fuera militante socialista y se transformara en colaboradora de la DINA -con posterioridad a las torturas y amenazas sufridas durante su detención- declaró, en octubre de 1990, ante la Comisión Verdad y Reconciliación. Allí señaló que, estando en Villa Grimaldi, vio y conversó con Ricardo Lagos Salinas, quien le contó que también estaban detenidos Exequiel Ponce y Carlos Lorca. Esta conversación se produjo después de que Luz Arce solicitara una autorización para hacerlo. Según la declarante, dicho permiso se le otorgó siempre y cuando ella le pidiera al afectado que colaborara con la DINA. Lagos le pidió dulces y la testigo se los consiguió en la cocina de Villa Grimaldi. La conversación se realizó en el patio y, en esa oportunidad, el afectado estaba vestido con un terno azul, sin corbata, camisa abierta y sucio. No se le veía mal, pero -según lo afirma la misma Luz Arce -la corriente no deja huellas físicas, salvo que ocurra algo grave. La testigo tuvo la impresión de que Lagos sabía que lo iban a matar.
Cuando Luz Arce le dijo al General Manuel Contreras, Director de la DINA, que había visto a Ricardo Lagos entre los detenidos, éste le respondió "te equivocaste", para luego decirle que averiguaría al respecto. Luz Arce señaló ante la Comisión Verdad y Reconciliación que necesariamente la Dirección de la DINA tenía que estar enterada de estos hechos, puesto que diariamente cada unidad o cuartel le enviaba un informe. Además a Marcelo Moren Brito se le citaba continuamente al Cuartel General.
Posteriormente, en 1976, la testigo le preguntó al General Contreras por Lagos, Lorca y Ponce y éste le dijo que estaban en libertad.
Ricardo Lagos había comenzado a ser buscado a partir del mismo 11 de septiembre de 1973. Hasta la casa de su abuela paterna, Ema Reyes, habían llegado civiles -que se identificaron como de Investigaciones- en más de una oportunidad preguntando por él. El General de División y Director de Investigaciones, Ernesto Baeza Michaelsen, el 6 de diciembre de 1978, informó al Tribunal que el 27 de septiembre de 1973 se había encargado la ubicación y detención de Ricardo Lagos; que en febrero de 1974 aparecía implicado en la fabricación de armamentos; y que el 25 de julio de 1974 aparecía en el Listado Nacional de personas peligrosas entregado por la Subsecretaría del Ministerio de Relaciones Exteriores, Departamento de Seguridad.
Dado esa situación, la esposa del afectado, Patricia Paredes, había abandonado el país, para dirigirse a Alemania junto a sus dos hijos, en 1974. Anteriormente, el padre de la víctima, Ricardo Raúl Lagos Reyes, ex alcalde de Chillán; su madrastra, Sonia Ojeda, embarazada; y su hermano, Carlos Eduardo Lagos, habían sido ejecutados en el patio de su propio domicilio en Chillán (16 de septiembre de 1973) por efectivos militares.
La detención y desaparición de Ricardo Lagos se inscribe en una acción de la DINA en contra de los dirigentes del Partido Socialista, miembros de la Comisión Política, de sus enlaces y correos, realizada en junio y comienzos de julio de 1975. En este operativo se efectuaron las detenciones, seguidas de desaparecimientos, de Michelle Peña, Exequiel Ponce, Mireya Rodríguez, Carlos Lorca y Modesta Carolina Wiff, además de la del afectado. En el mes de julio fueron detenidas Rosa Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios, quienes estaban bajo las órdenes partidarias de Modesta Carolina Wiff. Todos ellos permanecen como detenidos desaparecidos.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS
El 3 de septiembre de 1975 se presentó, en la Corte de Apelaciones de Santiago, un recurso de amparo por el afectado, el que fue rolado con el N 1072-75. Después de las respuestas negativas de las autoridades consultadas -el Ministro del Interior y General de División, Raúl Benavides Escobar, indicó que el afectado no se encontraba detenido por orden de esa Secretaría (septiembre 1975)- se rechazó el recurso y los antecedentes fueron remitidos al Juzgado del Crimen correspondiente para que instruyera sumario, (22 de octubre de 1975).
Así, el 28 de octubre de 1975, en el 7? Juzgado del Crimen de Santiago, se abrió el proceso rolado con el N 77.497-7. Durante la tramitación de éste, en noviembre de 1975, en el diario "La Segunda", apareció una información, en la que se señalaba que el representante chileno (no se daba nombre) ante la Tercera Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas había visto personalmente a Ricardo Lagos tomándose un aperitivo en el salón de delegados, diciendo que se encontraba alojado en el Hotel Tudor, en Nueva York. Esta "noticia" (el diario no informaba de su procedencia) dio lugar a una denuncia por secuestro del afectado, la que se presentó en marzo de 1976. El 6 de julio de ese mismo año, el Comandante de Grupo (A), Jaime Lavín Fariña, a nombre del Ministro de Relaciones Exteriores, informó al Tribunal que las declaraciones efectuadas por la Delegación de Chile ante Naciones Unidas, se referían a Ricardo Lagos Matus y no a Ricardo Lagos Salinas. Por su parte, el Departamento de Extranjería, oficiaba diciendo que Ricardo Lagos Salinas no registraba salida del país (20 de marzo de 1976).
Además, las distintas autoridades, negaron persistentemente la aprehensión de la víctima. El Ministro del Interior, Raúl Benavides, lo hizo en varias oportunidades y siempre en los mismos términos: "no se encuentra detenido por orden de esta Secretaría". Sólo que en octubre de 1977 agregó que "consultado el Gobernador Provincial de Ñuble, manifestó que indagaciones realizadas en la zona, permitían concluir que el citado ciudadano (Ricardo Lagos) habría salido subrepticiamente del territorio nacional, en fecha inmediata al 11 de septiembre de 1973". Posterior a la realización de distintas diligencias tendientes a dar con el paradero del afectado, el 28 de junio de 1979 la tramitación del proceso continuó en la Visita del Ministro Servando Jordán López, quien había sido denominado por la Corte Suprema, en marzo de 1979, en calidad de tal para investigar los casos de detenciones seguidas de desaparecimientos denunciadas en Santiago.
Sin que se produjeran mayores avances en la investigación, el 11 de diciembre de 1979, el Ministro Jordán se declaró incompetente y remitió los autos a la Justicia Militar, la que radicó el proceso en la 1a. Fiscalía Militar de Santiago, rolándolo con el N 16-80 (enero de 1980). Las diligencias consistieron principalmente en consultar a innumerables hospitales y centros de salud para que informaran al Tribunal si tenían algún antecedente relativo a la víctima. Todas las respuestas fueron negativas.
El 17 de junio de 1982 -sin mayores trámites- se cerró el sumario, y el 16 de julio del mismo año se sobreseyó total y temporalmente la causa. La Corte Marcial confirmó la resolución, el 3 de mayo de 1983, después de que la parte querellante apelara de ella.
En octubre de 1989, el Teniente Coronel de Ejército y Fiscal General Militar Interino, Enrique Ibarra Chamorro, solicitó la aplicación de la Ley de Amnistía (D.L. 2.191). El 30 de octubre de ese mismo año, el Segundo Juzgado Militar de Santiago acogió la solicitud y sobreseyó el proceso total y definitivamente. Nuevamente apeló la parte querellante, pero el 5 de diciembre de 1990, la Corte Marcial confirmó el sobreseimiento definitivo por aplicación de Ley de Anmistía. A diciembre de 1992 se encontraba pendiente un recurso de queja ante la Corte Suprema.
Anteriormente, el 10 de julio de 1978, en la Corte de Apelaciones de Santiago se había presentado un recurso de amparo preventivo por Patricia Paredes Parra -cónyuge del afectado- por los dos hijos menores del matrimonio, y por Alicia Parra, suegra de la víctima. El recurso fue rolado con el N 408-78. En la presentación se señalaba que tanto la esposa como los hijos de Ricardo Lagos, habían regresado a Chile recién el 4 de julio de ese mismo año. Al día siguiente habían recibido la visita de dos civiles que dijeron ser funcionarios de Investigaciones. El día 6 de julio, también civiles habían concurrido al departamento de propiedad del afectado, ubicado en Quirihue 90 y habían conversado con la arrendataria de ese inmueble, representándole la conveniencia de irse de él puesto que "es un lugar peligroso". En relación a este mismo punto, en el proceso anteriormente descrito, declaró una persona que en 1977 era la arrendataria del departamento de Ricardo Lagos, denunciando que un individuo que dijo llamarse igual que el afectado se había presentado ante ella dándole el plazo de una semana para que abandonara el lugar. El desconocido era alto, delgado, con barba, melenudo y apenas se le veía el rostro. Cuando el Tribunal le mostró una foto de Ricardo Lagos -quien era bajo, 1.64 de estatura, medio colorín y con algunas pecas en el rostro- la testigo no lo reconoció. La Corte rechazó el amparo el 12 de julio de 1978.
El 1 de agosto de 1978, la familia del afectado acudió, junto a los familiares de otros 70 detenidos-desaparecidos, al 10? Juzgado del Crimen de Santiago, para presentar una querella por el delito de secuestro en contra del General Manuel Contreras Sepúlveda, de Marcelo Luis Manuel Moren Brito y de Rolf Gonzalo Wenderoth Pozo, Coronel y Teniente Coronel de Ejército respectivamente. El juez se declaró incompetente y los antecedentes fueron remitidos al 2 Juzgado Militar de Santiago, quien radicó la causa en la 2a. Fiscalía Militar, la que la roló con el N 553-78. Sin que se realizaran diligencias durante cuatro años, el 20 de noviembre de 1989, el Teniente Coronel de Ejército Enrique Ibarra Chamorro, Fiscal General Militar, solicitó para esta causa la aplicación del Decreto Ley de Amnistía (D.L. 2.191) porque el proceso había tenido como finalidad exclusiva la investigación de presuntos delitos ocurridos durante el período comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1978 y porque durante los 10 años de tramitación, no se había logrado "determinar responsabilidad de persona alguna". El 30 de noviembre de 1989 la solicitud fue acogida por el 2do. Juzgado Militar, el que sobreseyó total y definitivamente la causa -la que aún se encontraba en etapa de sumario- por "encontrarse extinguida la responsabilidad penal de las personas presuntamente inculpadas en los hechos denunciados". Las partes querellantes apelaron de dicha resolución a la Corte Marcial, la que confirmó el fallo en enero de 1992. Se interpuso entonces un Recurso de Queja ante la Corte Suprema de Justicia, la que al mes de diciembre de 1992, aún no evacuaba su resolución.
(Mayores antecedentes en el caso de Eduardo Alarcón Jara, detenido el 30 de julio de 1974).


Corresponden a detenidos desaparecidos de La Moneda

Fuente :Primera Linea 4 de Abril 2002

Categoría : Prensa

La ministra en visita Amanda Valdovinos, a cargo de verificar información de la Mesa de Diálogo sobre la ubicación de los restos de unos 20 detenidos desaparecidos al interior del Regimiento Justo Arteaga, de Colina, descubrió el lugar exacto donde fueron inhumados clandestinamente los cuerpos tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Una fuente exclusiva confirmó a La Voz que los restos están en un pozo de 15 metros de profundidad.
En enero pasado, los trabajos de excavación en el terreno -que fue donado por la Iglesia Católica al Ejército para prácticas de guerra antes del golpe militar- se concentraron en una fosa de 15 por 13 metros, desde donde se han extraído, hasta la fecha, más de 400 fragmentos óseos esparcidos en una profundidad de cerca de tres metros.
Sin embargo, los estudios del suelo realizados por un botánico y por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) permitieron precisar que los fragmentos corresponden a los restos dejados por la remoción de las osamentas a finales de la década del '70. La precisión de los especialistas es tal, que se determinó que, por su ubicación fueron arrastrados desde uno de los extremos del sitio de excavación mediante el uso de una máquina retroexcavadora, cuyas características, (marca, modelo y propiedad) están acreditadas en el proceso.

Pozo equivalente a seis pisos
Los fragmentos, entre los que se cuentan cráneos, falanges, vértebras, dientes y arcadas, provienen de un pozo de unos cinco metros de diámetro y unos 15 metros de profundidad -equivalente a un edificio de seis pisos- donde fueron arrojados los cuerpos, una vez fusilados los detenidos y dinamitados (mediante granadas) en su interior. En los próximos días, las excavaciones se concentrarán en ese lugar y no se descarta que se verifiquen hallazgos de gran magnitud de osamentas.
Hasta el momento, con las recolecciones efectuadas, el Servicio Médico Legal ha podido aproximar en una decena las personas cuyos restos estaban en el lugar. Sin embargo, con las piezas dentales y los antecedentes con que cuenta el proceso se han podido confirmar cinco identidades, que sólo serán oficializadas una vez agotadas las diligencias.
Los familiares de las presuntas víctimas han sido informadas periódicamente por la jueza Valdovinos El último informe entregado por la ministra a la Corte Suprema confirma, además, los errores en el informe entregado por el Ejército a la Mesa de Diálogo, ya que el lugar ha sido localizado gracias a testimonios de lugareños y ex uniformados que se han acercado voluntariamente al tribunal. Todos los antecedentes reunidos por la ministra Amanda Valdovinos serán derivados a los tribunales del Crimen o militares que correspondan para determinar a los responsables de los homicidios y las inhumaciones y exhumaciones ilegales acreditadas en la investigación.

¿Quiénes son?
Según el Informe Rettig, 21 fueron los detenidos de La Moneda que terminaron trágicamente en Colina. Los asesores del Presidente Allende Eduardo Paredes Barrientos, ex director de Investigaciones; Enrique París Roa, Jaime Barrios Meza, gerente general del Banco Central; Sergio Contreras, Daniel Escobar Cruz, Enrique Huerta Corvalán, Claudio Jimeno Grendi, doctor Georges Klein Pipper, Héctor Pincheira Núñez y Arsenio Poupin Oissel, subsecretario General de Gobierno. Los miembros del GAP José Freire Medina, Daniel Gutiérrez Ayala, Oscar Lagos Ríos, Juan Montiglio Murúa, Julio Moreno Pulgar, Luis Rodríguez Riquelme, Jaime Sotelo Ojeda, Julio Tapia Martínez, Héctor Urrutia Molina, Oscar Valladares Caroca, Juan Vargas Contreras y Oscar Luis Avilés Jofré.


Chillán Viejo recuerda figura de asesinado alcalde Ricardo Lagos Reyes

Fuente :diarioelitihue.blogspot.com,16 de Septiembre 2020

Categoría : Prensa

Este miércoles 16 de septiembre se cumplen 47 años desde que el alcalde de Chillán Ricardo Lagos Reyes fuera asesinado por agentes del Estado tras el sangriento Golpe de Estado de 1973 y en este escenario, el presidente comunal del Partido Socialista de Chillán Viejo, José Antonio Silva, lamentó los hechos ocurridos y convocó a la comunidad a defender la Democracia como forma de Gobierno. 

José Antonio Silva, destacó que "no podemos olvidar los luctuoso acontecimientos ocurridos y la forma en que fue asesinado el alcalde de Chillán junto a parte de su familia". 

"Ese fatídico día del 16 de septiembre de 1973, el alcalde de Chillán, nuestro camarada Ricardo Lagos Reyes fue salvajemente asesinado junto a su esposa embarazada, Sonia Ojeda y su hijo Carlos Lagos en un hecho que jamás debió ocurrir en nuestra sociedad", planteó Silva. 

El presidente del PS de Chillán Viejo, valoró las cualidades humanas y profesionales del edil, quien llegó a ser respetado y querido en la sociedad local. 

"Su ejemplo, su figura, son un referente para nosotros pues fue una persona que luchó siempre por generar una sociedad más fraterna, solidaria e igualitaria, valores que están muy presentes en nuestro país", señalo José Antonio Silva. 

Silva agrego que, este año, por las circunstancias especiales de la pandemia, solo podemos hacer un corto homenaje colocando una ofrenda florar donde fuera su casa, lo que estará a cargo del compañero Rafael Palavecino, 

Palevecino, aprovecho para recordar que el 17 de junio de 1975, también fue asesinado su hijo mayor Ricardo Lagos Salinas, joven que había sido presidente del Centro de Alumnos de Instituto Comercial de Chillan y luego Vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción y al momento de su muerte a la edad de 24 años, era miembro de la dirección clandestina del PS. Ricardo Lagos salinas dejo a dos hijos y a su esposa, la compañera Patricia Paredes que hoy vive en la ciudad a los cuales les entregamos nuestro respeto.


Patricia Paredes: “Mientras no encuentre sus restos, Ricardo está vivo”

Fuente :tribunadelbiobio.cl, 22 de Junio 2015

Categoría : Prensa

Tenía sólo 13 años cuando conoció a Ricardo Lagos Salinas, quien tenía 15 años de edad y estudiaba en el Comercial, en la ciudad de Chillán. Ya entonces, el adolescente era un destacado alumno, apreciado y respetado por sus profesores y compañeros. También sus dotes de líder emergían y es así como fue presidente del Centro de Alumnos de su colegio y más tarde de la Federación de Estudiantes de Ñuble. Para entonces, su opción política estaba clara, abrazando los principios socialistas.

Fue a fines de 1970, cuando Patricia Paredes Parra y Ricardo Lagos Salinas se casaron. 17  años tenía ella y él 19.

Fueron tiempos vertiginosos. Ricardo aún no cumplía 21 años, cuando integra la Comisión Política del Partido Socialista, Poco antes había empezado a estudiar Economía en la Universidad de Concepción, pero sus nuevas responsabilidades políticas lo obligan a trasladarse a Santiago. En pleno gobierno de la Unidad Popular nace su primer hijo y dados los complejos momentos que se vivían, empieza a preparar a Patricia para lo que pudiese venir.

Para el golpe del 11 de septiembre de 1973, el segundo hijo del matrimonio estaba en camino, pero Ricardo debe sumergirse en la clandestinidad pues era intensamente buscado. Un duro golpe azotará a su familia cuando su padre, Ricardo Lagos Reyes, alcalde de Chillán, su hermano Carlos y su madrastra Sonia Ojeda, son  brutalmente asesinados en su hogar.

El cerco represivo amenaza al joven matrimonio y es cuando Ricardo decide que Patricia salga del país junto a sus hijos. Es así como parte al exilio, mientras él se queda en Chile, asumiendo los riesgos que ello supone. Pero su destino estaba sellado. El 24 de junio de 1975 es detenido por la DINA y trasladado al centro de torturas de Villa Grimaldi. También se dice que estuvo en Colonia Dignidad.

Fue en 1978 cuando Patricia retorna del exilio a iniciar la dolorosa búsqueda de su esposo, junto a sus pequeños hijos.

"Lo único que quería era volver al tiro a Chile. Hablé con Clodomiro Almeyda y otros dirigentes, pero no tuve apoyo. Recién en 1978 pude regresar y de ahí me dediqué a buscar a mi marido. Durante 8 años hice de la Vicaría de la Solidaridad nuestra segunda casa, trabajé en la Comisión Chilena de Derechos Humanos y traté de darles a mis hijos una vida normal. En 1986 nos volvimos a Chillán”, relata 40 años después de la experiencia que marcó su vida para siempre.

Con los años, la búsqueda permanece y tiene claro que a su marido lo detuvieron en un departamento que compartía junto a otra militante socialista, Michelle Peña Herreros, también desaparecida. Al momento de su detención, Ricardo Lagos estaba solo y lo trasladaron a Villa Grimaldi.
Pero no es allí donde se pierde su pista. Hay varias versiones, reconoce Patricia, pero afirma que existe un testimonio de un ex militante socialista, René Muñoz, quien no resistió la tortura y se convirtió el delator.

“Él luego siguió colaborando con la DINA y en 1979, porque ya no podía con su conciencia, llegó hasta la Vicaría para contar todo lo que sabía a cambio de que le buscaran asilo en alguna embajada. Ahí él entregó detalles y dijo que Ricardo, Carlos Lorca, Exequiel Ponce, Ariel Mancilla y otros 100 detenidos habían pasado por Colonia Dignidad y sometidos a torturas y experimentos químicos por Paul Schäfer y el médico nazi Josef Mengele. Incluso en ese momento, Muñoz creía que podían estar con vida, en muy malas condiciones, pero vivos”.

Agrega que Muñoz fue asesinado de 17 puñaladas al día siguiente de la entrevista, pero las diligencias que ha realizado recientemente el juez Mario Carroza le dan crédito a esa versión.

Patricia reconoce que hasta hoy, todos los meses va a Colonia Dignidad. Y lo dice claramente: “Para mí, mientras no encuentre sus restos, Ricardo está vivo. A veces me pasa que voy en la calle y veo a un mendigo y pienso que podría ser él. No es que esté loca, nos pasa a muchos familiares de detenidos desaparecidos. Yo sueño con él, me pide ayuda. Es el amor de mi vida, fuimos muy felices juntos, desde que nos conocimos en el Insuco, cuando yo tenía 13 años”, rememora.

Por eso, después de 40 años, lo único que espera es conocer la verdad y hallar sus restos, si es que está muerto. Y agrega: “Solo así tendré paz”.

por V.Yéber y M.E.Vega


Ricardo Lagos Salinas

Fuente :pschile.cl sin fecha

Categoría : Prensa

El otro Ricardo Lagos

El joven Ricardo Lagos se incorporó a la JS en Chillán, durante 1965, en donde llegó a ser presidente del Centro de Alumnos del Instituto Comercial de esa ciudad, donde estudió Contabilidad, y más tarde mientras cursaba Economía, fue vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Desde pequeño, Ricardo Lagos Salinas demostró una tendencia natural  al liderazgo: algunos de los amigos de su familia aún recuerdan que, con 11 años y acompañando a su madre, se subió a un estrado durante una asamblea en una toma de terrenos, para hablarle a la gente sobre su derecho a una vivienda digna. 

Por su capacidad y responsabilidad militantes fue electo al Comité Regional Ñuble del PS y delegado al XXIII Congreso Nacional, resultando miembro del Comité Central y la Comisión Política del Partido, con apenas 20 años de edad. El PS le asignó la responsabilidad de dirigir su Secretaría Nacional de Educación Política (EDUPOL) cargo que desempeña hasta el 11 de septiembre de 1973.

Un año antes se había casado con Patricia Paredes. Se conocieron mientras ambos estudiaban en el Instituto Comercial. Se casaron muy jóvenes: ella con 17 y él con 19 años. La pareja pronto se trasladó a la capital, en donde nació su hijo. En ese período alternaba su trabajo partidario con sus estudios en la Universidad de Chile, en la que había retomado la carrera de Economía.

En la dirección del Partido

A partir de sus funciones dirigentes en el PS, Lagos Salinas asumió la dirección general del Instituto de Estudios Sociales de América Latina (INESAL), una suerte decentro de extensión y formación política en el que colaboraban intelectuales como Marta Harnecker, Gabriela Uribe, Theotonio Dos Santos y Carmen Sabaj. El local, ubicado en Bustamante N° 12, era también el centro de operaciones de la llamada “Comisión de Defensa” de la colectividad.

Sergio Martínez, responsable de una de las áreas del INESAL, recuerda con especial cariño a Ricardo Lagos Salinas: “Era una persona muy particular, en el sentido de proyectar distintas imágenes. Por su apariencia física, se veía más joven de lo que en verdad era, uno podría engañarse, pero bastaba oírlo hablar para darse cuenta que se trataba de alguien con ideas muy claras, muy serio en la dedicación a su trabajo y en exigir de los demás idéntica dedicación. Pero eso no significaba necesariamente que fuera grave, al contrario, era muy afable y de sonrisa contagiosa, al punto que muchas compañeras lo encontraban encantador y se sabe que tenía varias admiradoras en el PS. Era cercano al grupo de los elenos y en tal calidad formaba parte de la comisión política del Partido”.

Como centro de estudios y de extensión, una de las principales actividades que el INESAL realizó, bajo la coordinación de Ricardo, fue un seminario en julio de 1973, en el Salón de Conferencias del Edificio Gabriela Mistral (UNCTAD) y en el que participaron Jorge Arrate, Armando Cassigoli, Theotonio Dos Santos y Pedro Holtz.

Al mismo tiempo, el INESAL operaba como una entidad funcional al PS. Por ejemplo, el Departamento de Extensión Política -coordinado por Sergio Martínez y Eduardo Charme- era en los hechos la Escuela de Educación Política del Partido, la que a su vez se bifurcaba en dos ramas: una de formación política  propiamente tal (con cursos de marxismo, historia del movimiento obrero, fundamentos de teoría económica, análisis de coyuntura y talleres de oratoria) y otra «técnica», vinculada a los equipos que coordinaba Arnoldo Camú y que dirigía Eduardo Charme. Todo bajo la supervisión periódica de Ricardo Lagos Salinas.

El asesinato de su familia

Los tres años del Gobierno Popular pasaron rápidamente para la joven pareja. Una semana antes del 11, Ricardo le expresó a su compañera su visión respecto a la inminencia del golpe. La persuadió que quizás sería necesario que ella y su hijo se fueran del país, máxime considerando que se encontraba embarazada de su segundo hijo.

El 11 de septiembre, la joven pareja abandonó muy temprano su hogar. Después de dejar a su pequeño hijo al cuidado de una tía de Ricardo, el joven se dirigió a FESA, una empresa de envases del área social, parte del Cordón Cerrillos, donde debería encontrarse la Comisión Política. Llegaron Rolando Calderón, Exequiel Ponce, Arnoldo Camú, Luis Lorca, Hernán Coloma, entre otros. Desde el primer momento, se integró al trabajo de la Dirección Clandestina del PS.

Uno de los principales golpes afectivos que sufrió fue la noticia de la ejecución de su padre Ricardo Lagos Reyes, alcalde de Chillán, su madrastra Sonia Ojeda –que estaba embarazada– y su hermano Carlos, fusilados el 16 de septiembre de 1973, en su propio hogar. En esas circunstancias, instruyó a su esposa para que saliera del país. Poco después, el 20 de enero de 1974, escribió la siguiente carta:

Queridas Patty e hijo:

Estas líneas no contienen recomendaciones ni literatura. Tampoco las elucubraciones existenciales de un padre que se siente solo. Van sólo mis sugerencias para ponerle nombres a la guagua.

Los tres queremos una hermanita, ¿no es cierto? Pero si llega otro futuro barrabás (léase varoncito) no importa, lo querremos igual ¿de acuerdo?

Ahora, mis opiniones: No quiero saber de nombres rebuscados. Que suenen bien, y punto. Tampoco de los nombres usuales de mi madre y de mi hermano. ¿Está claro? Sugiero (con mucho énfasis), que si es niña se llame como su mamita, Patricia. Para completar, me gusta Patricia María, o Carmen Patricia, ustedes dirán.

Si es varón, quiero que sea Eduardo Agustín. Tengo razones por las que ambos nombres me significan mucho.

“Eduardo” y, sobre todo, “Agustín”, eran dos de los nombres políticos que había utilizado Arnoldo Camú.

En la clandestinidad

Exequiel Ponce, jefe del PS en Chile, resolvió que Ricardo abandonara Chile, para proteger su seguridad y también para intentar distanciarlo afectivamente de la dolorosa situación vivida por su familia.

El mensaje fue transmitido por Anita Corrales, que había oficiado de secretaria de Arnoldo Camú hasta su asesinato y que luego asumió como enlace entre los miembros de la Comisión Política. Se encontraron en la Estación Central y luego caminaron hacia el centro, doblando en la calle Cumming. “Íbamos en silencio. Me atreví a romperlo para comunicarle el mandato de la dirección. Él rechazó la orden. Su deber estaba en Chile. Ambos nos abrazamos llorando”, rememora.

“Renato”, nombre que usó en la clandestinidad, no solamente no aceptó salir del país, sino que además se puso a disposición de su partido para las tareas que la organización estimara necesarias. En el transcurso de 1974 y 1975, destacó por su audacia y compromiso.

En cumplimiento de su trabajo clandestino, Ricardo fue uno de los principales redactores del “Documento de Marzo”. Vestido como un estudiante secundario –para no despertar sospechas y circular libremente por las calles–, distribuyó el texto entre los militantes del país. Incluso, visitó a miembros del Comité Central y la Comisión Política asilados en embajadas. El subsecretario general hasta el golpe, Adonis Sepúlveda, fue uno de ellos: se oponía a sus planteamientos y había exigido la presencia de un miembro de la Dirección para representar sus puntos de vista. Lagos Salinas lo visitó en reiteradas ocasiones.

En una carta dirigida a su esposa –asilada en la RDA-, fechada el 16 de junio de 1974, Ricardo Lagos sintetizaba las duras condiciones humanas y políticas en que se desarrollaban los intentos por la reorganización del Partido:

El dolor por cada camarada asesinado, la angustia por cada camarada preso y torturado, la responsabilidad ante familiares que debemos tener moral y materialmente, el vacío desesperante a cubrir en cada frente desarticulado o tocado por la represión, conforman una experiencia dramática que nos endurece más cada día. No en lo humano: tenemos la obligación de ser fríos y serenos, de seguir avanzando sin inmutarnos, pero nuestra sensibilidad necesariamente se desarrolla, buscando cauces de expresión. Sentimos más hondo y vibramos más intensamente que antes con todos, absolutamente con todos los dolores y las miserias, las alegrías y las esperanzas, los gestos heroicos de unos y los quiebres de otros, con las expresiones vitales de cada uno de los nuestros del Partido, del sufrido y noble pueblo que nos cobija. Nos endurecemos, una forma particular de madurar en lo político, en estilos de trabajo, al tratamiento revolucionario y proletario de cada uno de los problemas cotidianos que afectan la marcha del movimiento.

Tratamos de que esta evolución se refleje particularmente en las normas de trabajo, en las normas de seguridad y también en lo político, la defensa intransigente de la unidad y el combate violento al derrotismo y el aventurerismo, estén donde estén. Nos inquieta el no saber siempre hasta qué punto se comprenden y asimilan afuera estas lecciones que la práctica diaria nos impregna a la fuerza, con trágica insistencia. Particularmente dos cosas: la aplicación de todas las normas de seguridad elevadas hasta la exageración y la necesidad de una línea política única para todo el Partido, definida correctamente a partir de posiciones de principios.

La captura

El 17 de junio de 1975, en la Población Las Rejas, agentes de la DINA detuvieron a Ricardo Lagos Salinas, en compañía de la joven Michelle Peña Herreros.

Días después, el 24 de junio, Héctor Eduardo Riffo, también socialista, acudió a un domicilio de Villa Ríos, en Santiago, en donde había acordado reunirse con Ricardo. Llegó alrededor de las 15:30 horas y vio que cerca de la casa estaba estacionado un auto Chevrolet blanco y celeste, con patente de Quinta Normal. En su interior se encontraba el joven dirigente. Riffo pensó que venía recién llegando, así que subió al departamento. De inmediato fue detenido por dos civiles armados. El lugar estaba siendo allanando. Fue conducido a un auto MG amarillo al que habían trasladado a Ricardo. Ambos fueron trasladados a la Villa Grimaldi y torturados en ese lugar.

A Riffo le preguntaban intensamente por las actividades de Ricardo, de Exequiel Ponce y Carlos Lorca. El 26 de junio, vio a Ricardo Lagos en el sector de los baños y en el momento en el que era introducido en una pieza ubicada en un rincón del patio.

Luis Gormaz, otro recluido en Villa Grimaldi, señaló que Lagos ocultaba bajo su cama un paño ensangrentado y que sus condiciones físicas eran muy malas.

Luz Arce relató en su declaración de 1990 ante la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación haber sabido que su ex compañero de partido estaba detenido. Pidió hablar con él, se le autorizó siempre y cuando le pidiera que colaborara con la DINA.

“Ricardo Lagos me pidió dulces, yo le conseguí en la cocina de Villa Grimaldi. La conversación fue en el patio. Lo recuerdo perfectamente porque lo conocía de antes. En esa oportunidad estaba vestido con un terno azul, sin corbata, camisa abierta y sucio. Tengo la impresión que Lagos sabía que lo iban a matar. No lo volví a ver nunca más”, relató. Y agregó: “Me indicó que también estaban detenidos Exequiel Ponce y Carlos Lorca”.

Cuando Luz Arce le comentó al general Manuel Contreras, director de la DINA, que había visto a Ricardo, éste le respondió: “Te equivocaste”, para luego decirle que averiguaría. Luz Arce precisó ante la Comisión de Verdad y Reconciliación que necesariamente la Dirección de la DINA tenía que estar enterada de estos hechos, puesto que diariamente cada unidad o cuartel le enviaba un informe.

La detención de Ricardo se inscribió en una operación de la DINA en contra de los miembros de la Comisión Política del PS, de sus enlaces y colaboradores, realizada entre junio y julio de 1975, que culminó con decenas de militantes socialistas detenidos y desaparecidos.

El 3 de septiembre de 1975 se presentó en la Corte de Apelaciones de Santiago un recurso de amparo por el afectado, fue rolado con el Nº 1072–75. Después de la respuesta negativa del ministro del Interior, general Raúl Benavides Escobar, que indicó que no estaba detenido por orden de esta Secretaría de Estado, se rechazó el recurso y los antecedentes fueron remitidos al Séptimo Juzgado del Crimen de Santiago, que el 28 de octubre abrió la causa Nº 77.497–75.

El proceso estaba apenas comenzando, cuando en el vespertino “La Segunda», apareció una información el 4 de noviembre de 1975, en la que se señalaba que el representante chileno ante la Tercera Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas había señalado que Lagos Salinas “no sólo no está preso sino que la semana pasada estaba alojado en el Hotel Tudor de esta ciudad (Nueva York), y yo personalmente lo vi en el salón de delegados tomándose un aperitivo acompañado de algunos delegados de esta Comisión”. Sólo el 6 de julio del año siguiente, el comandante de grupo (a), Jaime Lavín Fariña, en nombre de la Cancillería, informó al Tribunal que se referían a Ricardo Lagos Escobar y no a Ricardo Lagos Salinas.

El ministro Raúl Benavides negó persistentemente la aprehensión de la víctima, siempre en los mismos términos: “No se encuentra detenido por orden de esta Secretaría”. Sólo que en octubre de 1977 agregó que “consultado el Gobernador Provincial de Ñuble, manifestó que indagaciones realizadas en la zona permitían concluir que el citado ciudadano habría salido subrepticiamente del territorio nacional, en fecha inmediata al 11 de septiembre de 1973”.

El 28 de junio de 1979 la tramitación del proceso continuó a cargo del ministro en visita Servando Jordán López. Sin que se produjeran mayores avances, el 11 de diciembre de ese año, el magistrado se declaró incompetente y remitió los autos a la Justicia Militar, radicándose el proceso en la Primera Fiscalía Militar de Santiago, rolándolo con el Nº 16–80. El 17 de junio de 1982 –sin mayores trámites– se cerró el sumario, y el 16 de julio del mismo año se sobreseyó total y temporalmente la causa. La Corte Marcial confirmó la resolución.

En octubre de 1989, el teniente coronel del Ejército y Fiscal General Militar Interino, Enrique Ibarra Chamorro, solicitó la aplicación de la Ley de Amnistía. El 2º Juzgado Militar de Santiago acogió la solicitud y sobreseyó el proceso total y definitivamente, lo que fue confirmado en diciembre por la Corte Marcial.

Anteriormente, el 10 de julio de 1978, en la Corte de Apelaciones de Santiago se había presentado un recurso de amparo preventivo por Patricia Paredes, los dos hijos menores del matrimonio, y Alicia Parra, suegra de Ricardo. El recurso fue rolado con el Nº 408–78.

En la presentación se señalaba que la esposa y los hijos de Lagos regresaron a Chile recién el 4 de julio de ese año. Al día siguiente habían recibido la visita de dos civiles que afirmaron ser policías de Investigaciones. El 6 de julio, también civiles habían concurrido a un departamento de propiedad de Ricardo, ubicado en Quirihue Nº 90 y conversaron con la arrendataria, manifestándole que era mejor que se marchara puesto que era “un lugar peligroso”. En el proceso se presentó una persona que en 1977 era la arrendataria del lugar, denunciando que un individuo que afirmó llamarse igual que el afectado se había comunicado con ella y le dio plazo de una semana para abandonar el lugar. El desconocido era alto, delgado, con barba, melenudo y apenas se le veía el rostro. Cuando se le mostró una foto de Ricardo Lagos la testigo no lo reconoció. La Corte rechazó el amparo el 12 de julio de 1978.

Al momento de su detención, Ricardo Lagos Salinas tenía 24 años.

Carta de Ricardo Lagos desde la clandestinidad

QUERIDOS HIJOS Y PATTY

Aprovecho este correo no oficial para escribirles estas líneas que habrán esperado desde hace tiempo. A pesar de los altibajos y dificultades seguimos bregando, y sin deseo alguno de dar en el gusto a los enemigos de adentro y a ciertos “amigos de afuera”.

Las condiciones de trabajo no son mucho mejores que el año pasado. Hemos perdido a algunos valiosos hermanos y camaradas, pero sentimos que a pesar de todo se avanza y el ejemplo heroico de nuestros amigos torturados nos fortalece y compromete a no vacilar. Me gustaría transmitirles en estas líneas todo lo que significan estos últimos meses, y toda esta etapa de lucha clandestina, en la superación de conflictos personales, en la reafirmación de un compromiso militante, en aprendizajes concretos, de la gente, de los problemas, de lo que está en la base de nuestra lucha revolucionaria en nuestra patria. Se han recibido innumerables golpes, dramáticos, dolorosos. Bajo su impacto alguno se han quebrado y muchos más han salido mejores, más fuertes, más honestos, más claros en su quehacer, más maduros y equilibrados.

Querría hacerles sentir con fuerza toda esta realidad nueva que se va sintiendo crecer bajo la piel, y que se traduce en contenidos nuevos en el trabajo, en tareas que dejan de sentirse rutinarias, en capacidad creativa y místicas nuevas que acrecientan en gran medida la calidad del aporte que uno se siente capaz de entregar. Las horas amargas que ha vivido nuestra patria, han significado tareas nuevas, han exigido la  reconstrucción de nuestro Partido definiendo categóricamente su construcción en sentido revolucionario proletario, que exige, como una condición fundamental, cuadros renovados y hombres revolucionados para ser capaces de hacer una revolución. Falta mucho que hacer pero avanzamos. Las grandes tareas, las tareas políticas que tienen relación con el destino mismo de nuestro pueblo, tienen favorables condiciones para cumplirse: la dictadura vive días extremadamente difíciles, su aislamiento es mayor, en las grandes masas oprimidas por el fascismo crece la actitud de resistencia y lucha contra la dictadura, hay cada vez mayor conciencia de la importancia de la unidad y de la lucha activa, se hace claridad sobre el camino a seguir  y se aprende a luchar de acuerdo a las circunstancias.

La definición leninista (revolucionaria y proletaria) del Partido, derrotando en su seno el predominio de las concepciones pequeño burguesas, no se ve tan clara… El conflicto de fondo (concepciones pequeño burguesas, contra concepciones proletarias) se manifiesta en las diferencias entre la Dirección Interior y los grupos que actúan afuera. La vigencia del principio de Dirección Interior es decisiva. Aunque caigamos todos los dirigentes elegidos en el último Congreso, sean quienes sean los dirigentes (no es un problema de nombres), la Dirección real del Partido debe estar en Chile, y la organización exterior debe ser solo de apoyo. Todas las tesis de Dirección Única Compartida, etc., no son sino contrabandos para desplazar la Dirección real al extranjero. En eso no transigiremos, aunque sea aún mayor el boicot económico y se desprestigie y se pretenda aislar a la  Dirección Interior. Nuestra opinión es la opinión del Partido en Chile.

También tenemos que superar y corregir muchas cosas acá. Estilos de trabajo, métodos de acción incorrectos que no ayudan. Sin embargo, estamos convencidos que la vitalidad revolucionaria del Partido definirá las cosas en el sentido proletario. Sabemos que afuera hay quienes, honestamente equivocados, nos acusan de negar la vigencia del Partido. Hemos demostrado que no es así. Nuestra conducta práctica, defendiendo la vigencia del Partido con nuestro propio pellejo, vale mucho más que la verborrea grotesca de las pandillas de inmorales que se las arreglan para boicotear y dividir al Partido.

Los cuadros, los hombres concretos que se necesitan para cumplir con nuestros objetivos, no son seres excepcionales, son seres humanos comunes y corrientes, están viviendo un proceso de transformación personal que empieza con la ideología, y que debe llegar a abarcarlo todo, los hábitos, el trabajo, las relaciones personales, todo. Es la experiencia que estamos viviendo, la formación de los cuadros marxista–leninistas que necesita el partido, al calor de la lucha diaria, sin un respaldo material adecuado, sin mucho apoyo para su formación teórica, pero con una convicción revolucionaria, con un entusiasmo de hacer las cosas a toda prueba.

En esa forma se dan las cosas aquí, de acuerdo a nuestras posibilidades, y se necesita contar con ustedes. Es la tarea que compromete a todos los militantes honestos del Partido que están afuera. Tarea general que, para ustedes, significa personalmente un compromiso mayor que, confío plenamente, serán capaces de cumplir. No pueden olvidar que están allá por decisión del Partido, que existe una militancia que impone tareas concretas, esfuerzos, sacrificios, y que del cumplimiento de esas tareas depende también el desenlace de la lucha revolucionaria en Chile.

En esto están muchas vidas comprometidas, y ya muchas se han perdido porque el enemigo es poderoso y brutal, pero también porque en algún momento no hemos sabido cumplir con nuestras obligaciones. Las posibilidades de desarrollo personal que les da su permanencia allá son muy grandes.

Es fundamental entender que la solidaridad internacional no es una obligación para nadie. Hay que saber agradecerla y aportar en todo cuanto se pueda. No olviden que están en un país socialista, el de mayor desarrollo en el campo socialista, que tiene  tras de sí y sus logros materiales el esfuerzo agobiador de su pueblo en la producción, y la defensa ante la agresión permanente del imperialismo, que este pueblo vivió los rigores de la guerra, y que todo lo ha conquistado trabajando y estudiando. Y no se puede esperar que su esfuerzo lo compartan, si no existe una actitud consecuente nuestra. Ustedes son representantes de la clase obrera y el pueblo de Chile y deben convertirse en avanzada de lo que será nuestra patria socialista.

Me preocupa saber si han logrado una cierta integración al modo de vida propiamente alemán (Patty en la producción, Carlos y Ricardo en algún Jardín Infantil o algo así). Sería poco productivo si permanecen aislados como “colonia chilena”, y no sólo por el idioma. Es importantísimo que cuando lleguen al Chile liberado que estamos buscando traigan el bagaje cultural que puedan obtener, principalmente el idioma, la formación ideológica marxista–leninista, adquirida directamente de sus fuentes (Marx y Engels, en alemán). Nosotros seremos felices ignorantes dispuestos a aprender de ustedes.