Gaete Balmaceda Luis Alberto


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Paine - monumentos.gob.cl

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Rut : 6.565.471-7

Fecha Detención : 16-10-1973
Lugar Detención : Paine


Fecha Nacimiento : 29-06-1953 Edad : 19

Lugar Nacimiento : Paine – RM

Actividad Política :
Actividad : Obrero Agrícola

Estado Civil e Hijos : Casado, 1 hijo
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Informe corporación)

Categoría : Antecedentes del Caso

LUIS ALBERTO GAETE BALMACEDA

Rut : 6.565.471-7
F.Nacim. : 19-06-52, 21 años a la fecha de la detención
Domicilio : Asentamiento Nuevo Sendero. Paine
E.Civil : Casado, 1 hijo póstumo
Actividad : Obrero Agrícola
C.Repres. : Sin militancia política conocida
F.Detenc. : 16 de octubre de 1973

Luis Alberto Gaete Balmaceda, de 20 años al momento de los hechos, casado, un hijo póstumo, obrero agrícola, sin militancia política, domiciliado en el Asentamiento Nuevo Sendero de Paine, fue detenido a las 04:00 de la madrugada del día 16 de octubre de 1973 en su domicilio y en presencia de su familia. Sus aprehensores fueron Militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo que llegaron al domicilio de Gaete Balmaceda pateando la puerta y diciendo su nombre en voz alta. Irrumpieron en el hogar, allanaron el domicilio a la vez que preguntaban por el lugar donde tenían ocultas las armas. Fue llevado por los militares aduciendo que debía prestar una declaración. No se les exhibió la orden correspondiente al procedimiento. Su esposa, al amanecer, concurrió a la Escuela de Infantería de San Bernardo donde fue negada su detención. A partir de su arresto se ignora su paradero. Luis Alberto Gaete Balmaceda permanece detenido desaparecido.
Esa noche fueron detenidas 22 personas en la localidad de Paine, en un vasto operativo efectuado por Militares bajo las órdenes del Teniente Andrés Magaña. En ninguno de los casos se contó con la autorización correspondiente para allanar y detener.
Los efectivos Militares que participaron en las detenciones vestían trajes de campaña o bien uniformes grises y sobre estos una capa del mismo color, llevaban brazalete y en sus cabezas tenían puesto boina negra o bien casco. Sus rostros en algunos casos estaban tiznados, en otros estaba cubierto con pasamontañas. Se movilizaban en al menos un camión rojo con barandas y un jeep. Todos andaban fuertemente armados, alumbraban las habitaciones con linterna impidiendo a los moradores prender la luz. El operativo se inició a primera hora del día 16 de octubre y se prolongó hasta las 04:00 de la madrugada. Las personas que resultaron detenidas, todas simpatizantes del gobierno depuesto y en su mayoría asentados que eran parte del proceso de Reforma Agraria, figuraban anotados en una lista que portaban los militares. Sus domicilios fueron allanados y los detenidos sacados de sus casas, con la advertencia a las familias que volverían durante el día después de prestar declaración en San Bernardo. Todos fueron subidos a un camión que esperaba en el camino principal. El operativo fue realizado silenciosamente y a los familiares de las víctimas se les prohibió asomarse de sus casas.
Las acciones se iniciaron con la detención de Andrés Pereira Salsberg, industrial, dueño de una maestranza; luego se detuvo a René del Rosario Maureira Gajardo, comerciante, en seguida los militares se dirigieron hacia el sector correspondiente al Asentamiento 24 de abril, donde se detuvo a Patricio Loreto Duque Orellana, a los hermanos Raúl Antonio, a Silvestre René y Jorge Hernán Muñoz Peñaloza, su cuñado Basilio Antonio Valenzuela Alvarez, a Germán Fredes García, Carlos Enrique Gaete López, Carlos Alberto Nieto Duarte, Laureano Quiroz Pezoa, Rosalindo Delfín Hernán Muñoz y Ramón Luis Silva Carreño. A continuación se dirigieron al Asentamiento El Tránsito, donde fueron detenidos Pedro Antonio Cabezas Villegas y Roberto Servando Galaz. Finalmente, se dirigieron al Asentamiento Nuevo Sendero, donde se detuvo a Enrique Lazo Quintero, su hermano Samuel Altamiro Lazo Quinteros y sus hijos Luis Rodolfo y Samuel Lazo Maldonado, José Domingo Adasme Núñez, Luis Alberto Gaete Balmaceda y José Ignacio Gaete Maldonado.
El 10 de octubre Carabineros de la Subcomisaría de Paine había detenido en su domicilio en el Asentamiento El Tránsito, a Samuel Altamiro Lazo Quinteros el que había quedado en libertad transcurridas las 24:00 horas de reclusión en dicha Subcomisaría. Este campesino fue arrestado nuevamente la madrugada del 16 de octubre de 1973. Con posterioridad a su primera detención, dio a conocer a sus compañeros de Asentamiento que había sido advertido por los carabineros que en días posteriores vendrían Militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo y procederían a detener a los asentados. Idéntica información habían recibido los campesinos de dicho asentamiento que se habían acercado a la Subcomisaría, donde entablaron una conversación con el Sargento Reyes acerca de la situación en que ellos se encontraban.
De todas las personas detenidas el 16 de octubre de 1973 se desconoce su permanencia en algún recinto de reclusión. Hasta la fecha no existen testigos al respecto. Antecedentes judiciales dan cuenta que habrían sido llevados esa madrugada en dirección de los cerros de Codegua, cercanos a Melipilla, donde se procedió a su ejecución. Sus restos no han sido hallados.
La detención y posterior desaparecimiento de estos casos se enmarca en lo que fue la represión en Paine 1973. (Mayores antecedentes en José Domingo Adasme Núñez).

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS
El 24 de marzo de 1974, se interpuso un recurso de amparo masivo por 131 personas ante la Corte de Apelaciones de Santiago, el que fue rolado con el N°289-74. Luis Roberto Gaete Balmaceda fue incluido en él.
Se consultó a las autoridades sin que se lograra establecer la situación particular de cada uno de los amparados. El 28 de noviembre de 1974, el amparo fue rechazado. Se apeló de la resolución. El Pleno de la Corte Suprema confirmó el fallo el 31 de enero de 1975, acordando nombrar Ministro en Visita Extraordinaria que se abocara a la investigación correspondiente. La designación recayó en el Ministro Enrique Zurita Camps, quien el 24 de febrero de ese año instruyó el proceso N°106657 en el Primer Juzgado del Crimen de Santiago. Los familiares de Gaete Balmaceda fueron citados a declarar por el Ministro Zurita, quedando una nueva constancia de las circunstancias de su detención.
El 25 de septiembre de 1975, sin que se hubiese profundizado en ninguno de los casos denunciados, se cerró el sumario por "no poderse adelantar más en la investigación". El 29 de septiembre del mismo año el Ministro dictó fallo, en el caso de Gaete Balmaceda así como en otros 27 casos de detenidos de Paine, sobreseyó temporalmente la causa por cuanto no quedaba plenamente justificada la existencia de algún hecho delictuoso. El 10 de mayo de 1976, la Corte de Apelaciones de Santiago aprobó la resolución del Ministro Zurita Camps.
El 21 de marzo de 1975 se interpuso ante el Juez de Letras Maipo- Buin, una denuncia por presunta desgracia, la que roló con el N°24005-1, a raíz de la detención y posterior desaparecimiento de 23 lugareños de Paine, en su gran mayoría campesinos detenidos por Militares, salvo uno detenido por Carabineros, y entre los cuales se incluía el caso de Luis Alberto Gaete Balmaceda. En el mes de julio de ese año se decretaron las primeras diligencias del sumario. Se ofició a la Secretaría Ejecutiva Nacional de Detenidos (SENDET) y a la Escuela de Infantería de San Bernardo. Ambos en sus Oficios respuesta manifestaron no tener antecedentes acerca de las personas consultadas. El Instituto Médico Legal, por su parte, respondió que los nombres de esas 23 personas no figuraban en el libro de índices de ingreso de cadáveres a ese establecimiento. El Tribunal impartió orden amplia de investigar a Carabineros e Investigaciones. Carabineros se limitó a tomar declaraciones a las denunciantes, en tanto que Investigaciones además de realizar diligencias similares a la efectuada por carabineros, informó al Tribunal haber realizado averiguaciones a fin de "ubicar e individualizar a las personas que al parecer vestían de militares el día de los hechos sin resultados favorables". Sin haber decretado otras diligencias, en noviembre de 1975 el Tribunal cerró el sumario y sobreseyó definitivamente la causa, por aparecer "del sumario presunciones de que se hayan verificado los hechos denunciados". El 20 de enero de 1976, la Corte de Apelaciones de Rancagua confirmó el sobreseimiento estableciendo que debía ser temporal. El 23 de marzo de 1977, la causa fue reabierta al ser acogida una petición de la parte denunciante. La solicitud de reapertura se fundamentó en el hecho que 10 casos incluidos en la causa 24005-1, figuraban formando parte de una nómina de 63 personas de las cuales el gobierno chileno en el 30° período de sesiones de la ONU en el año 1975, planteaba que no eran "detenidos desaparecidos" -como lo denunciaban sus familiares- sino que eran personas muertas cuyos cadáveres estaban consignados en los libros de índice de ingresos del Instituto Médico Legal. Esta lista de 63 nombres estaba incluida en el documento titulado "Situación actual de los Derechos Humanos en Chile" (volumen II pág.381-382-383). Los antecedentes contenidos en el informe -agregaban los denunciantes- eran contradictorios con los que ese Tribunal había recibido del mismo Instituto Médico Legal al serle consultado. Luis Alberto Gaete Balmaceda formaba parte de la nómina y se le asignaba el protocolo N° 3368.
El 3 de abril de 1979 fue designado para seguir conociendo de la causa al Ministro de la Corte de Apelaciones de Rancagua, Sr. Juan Rivas Larraín, en respuesta a una petición formulada por la Iglesia Católica a fin de que Ministros en Visita se avocaran al conocimiento de los casos de detenidos desaparecidos en todo el territorio nacional. Es así como transcurridos dos años de la reapertura de la causa, al asumir el Ministro Rivas ordenó las primeras diligencias orientadas a esclarecer la contradicción entre la información que poseía el Tribunal, respecto a las 10 personas, y aquella que entregaba el gobierno chileno ante la ONU. En el mes de abril ofició al Ministerio de Relaciones Exteriores, a fin de que se le informara de los antecedentes y procedimientos que permitieran confeccionar la nómina de "personas presumiblemente desaparecidas" que habían sido ubicadas en relaciones del Instituto Médico Legal. En mayo de 1979, el Ministro se constituyó en el Instituto Médico Legal e hizo una inspección ocular, solicitó y le fueron presentados el índice general de ingresos de cadáveres correspondientes al 2° semestre de 1973 hasta la fecha de la diligencia, verificando que las personas cuya presunta desgracia se investigaba no figuraban. También revisó el libro "Indice general de Registro de Autopsias". Al examinar especialmente los números de protocolos de autopsia que en el informe del Gobierno Chileno se asignaba a las personas que indicaba como ingresadas al Instituto Médico Legal, constató que dichos protocolos hacían referencia a personas no identificadas asignadas como NN. Ninguno de esos protocolos consignaba una identificación posterior. Se trataba de cadáveres que carecían de epidermis en sus manos. Además verificó que todos esos NN se trataban de personas muertas con posterioridad al 11 de septiembre de 1973 a causa de heridas de bala cuyas muertes habían ocurrido en Santiago y sus alrededores. En la oportunidad el Dr. Claudio Molina Fraga, Director del Instituto, informó al Tribunal que con ocasión de la investigación practicada por el Ministro en Visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Adolfo Bañados, por el hallazgo de cadáveres en la localidad de Lonquén, se había evacuado un informe dirigido a ese Ministro, relativo a la identidad de la firma y timbre que aparecían al final de la nómina en referencia y respecto a las cuales existían muchas dudas de si correspondían la primera a la del Dr. Alfredo Vargas Baeza (QEPD) y al Instituto la segunda. El Oficio en cuestión contenía antecedentes sobre el posible origen de las discrepancias entre los antecedentes del Instituto y aquéllas consignadas en la nómina ocupada por el gobierno. En la oportunidad el Ministro Visitador solicitó copia de ese Oficio (of. N°36 del 12 de febrero de 1979) petición que le fue objetada por el asesor jurídico del establecimiento manifestando que el documento original había sido remitido con carácter de reservado al Tribunal, cuyo expediente se encontraba en Fiscalía Militar por incompetencia del Ministro en Visita Adolfo Bañados. El Ministro en Visita Rivas ofició a la Fiscalía Militar (mayo 1979) a fin de que se autorizara al instituto Médico Legal la entrega de copia del Oficio N°36. En el mes de junio del mismo año el Fiscal Militar, Gonzalo Salazar Swett, responde negativamente al Ministro en Visita textualmente "pongo en su conocimiento que no resulta posible acceder por ahora a la solicitud por US Iltma., atendido al estado de la causa". Ante tal respuesta el Ministro en Visita oficia a la I. Corte de Apelaciones de Santiago a fin de que le sea remitida copia autorizada del Oficio N°36, teniendo por respuesta firmada por su Pdte., Don Enrique Paillás P., la negativa a tal solicitud expresando textualmente "el Tribunal en pleno de esta Corte acordó no acceder a su solicitud, en atención a que el informe referido, pertenece a antecedentes confidenciales de esta presidencia. Sin perjuicio de lo que quiera resolver el Ministro señor Bañados".
Es así como debe oficiar directamente al Ministro don Adolfo Bañados, el cual hará llegar copia del mencionado Oficio. En agosto de 1979 el Comandante en Jefe de la II Div. del Ejército y Juzgado Militar hacía llegar al Tribunal su autorización para que el Instituto Médico Legal entregara copia del Oficio 36 al Ministro en Visita Extraordinaria, don Juan Rivas.Este hacía pocos días se había declarado incompetente para seguir investigando la causa 24005, por haberse creado recientemente la Corte de Apelaciones Pdte. Aguirre Cerda a cuya jurisdicción correspondía el Juzgado de Buin-Maipo. Al momento de su incompetencia, dejó establecida la falsedad de la nómina empleada por el organismo chileno en su informe sobre la "Situación actual de los Derechos Humanos". La investigación la continuó a partir del 13 de agosto de 1979, el Ministro en Visita Humberto Espejo C., bajo el rol 1-79.
Durante la investigación en torno a las irregularidades contenidas en informes evacuados bajo la responsabilidad del Instituto Médico Legal, el Director de dicho Instituto había expresado al Tribunal el interés en iniciar un sumario interno a fin de esclarecer tal irregularidad. Al requerírsele información en noviembre de 1979, respecto al resultado de dicho sumario, su director Claudio Molina Fraga respondió, en abril de 1980, informando textualmente en una de sus partes "no se efectuó sumario alguno ni nadie lo solicitó y, si se hubiera hecho, se habría llegado a las mismas conclusiones contenidas en el Oficio remitido al Sr. Ministro en Visita don Adolfo Bañados Cuadra, quien no estimó necesario solicitar mayores informaciones en relación con este proceso".
En mayo de 1980 el Ministro en Visita Extraordinaria Don Humberto Espejo, por instrucción de la Corte de Apelaciones Pdte. Aguirre Cerda, envía Oficios al señor fiscal de la Excma. Corte Suprema comunicando que los diversos antecedentes que obraban en el proceso, hacían presumir la existencia de una posible irregularidad en la confección de "una nómina de personas desaparecidas", esto lo ponía en su conocimiento por corresponderle la supervigilancia de los servicios del Instituto Médico Legal. Al Oficio se le acompañaron las fojas pertinentes de la causa 24005-1.
El 4 de mayo de 1977 había sido presentada una nueva denuncia por la detención y posterior desaparecimiento de Luis Alberto Gaete Balmaceda ante el Juzgado de Letras de Maipo-Buin. La causa fue acumulada desde su inicio a la causa rol 24005-1 del mismo Tribunal. La denuncia incluía un relato pormenorizado acerca de las circunstancias del arresto e identificó a los aprehensores como Militares.
Con fecha 13 de junio de 1979 fue acumulada a la causa rol 24005-1 una querella en contra de los efectivos de la Escuela de Infantería de San Bernardo, por el delito de secuestro de Luis Alberto Gaete Balmaceda, que interpusiera su cónyuge en esa fecha.
A diciembre de 1979 se encontraban acumuladas a la causa 1-79 nueve querellas criminales en contra de la dotación de la Escuela de Infantería de San Bernardo, por los delitos de secuestro en las personas de Luis Alberto Gaete Balmaceda, José Germán Fredes García, Pedro Hernán Pinto Caroca, Ramón Luis Silva Carreño, Laureano Quiroz Pezoa, Ramiro Antonio Muñoz Peñaloza, Silvestre René Muñoz Peñaloza, José Ignacio Castro Maldonado, Luis Alberto Gaete Balmaceda y Carlos Gaete López. Cinco querellas en contra del Coronel Jorge Dawling Santa María por el encubrimiento del delito de arresto ilegal en las personas de Jorge Hernán Muñoz Peñaloza, Carlos Enrique Lazo Quinteros, Carlos Alberto Nieto Duarte, José Domingo Adasme Núñez, Samuel Altamiro Lazo Quinteros, Samuel del Tránsito Lazo Maldonado, Luis Rodolfo Lazo Maldonado. Querella por el secuestro y homicidio calificado de Juan Guillermo Cuadra Espinoza e Ignacio del Tránsito Santander Albornoz, perpetrado por efectivos de la Escuela de Infantería de San Bernardo. Una querella en contra del Teniente Andrés Magaña Bau, por el delito de arresto ilegal de René del Rosario Maureira Gajardo; querella por secuestro de Andrés Pereira Salsberg y una querella por el delito de secuestro en contra del Sargento de Carabineros Manuel Reyes, de la Subcomisaría de Paine, por el delito de secuestro de Mario E. Núñez Peñaloza. (Mayores antecedentes respecto a esta última querella en caso de Mario Enrique Muñoz Peñaloza).
Respecto al inculpado Coronel Jorge Dawling Santa María, que en el año 1979 se desempeñaba como Director de la Escuela de Infantería de San Bernardo, con fecha 26 de septiembre de 1978 se le envió Oficio solicitándosele toda la información que él tuviera de su repartición, relativa al personal de esa unidad que cumplía funciones en los meses de septiembre y octubre de 1973. La respuesta no llegó. De tal comportamiento el Tribunal dio cuenta a la Corte de Apelaciones la cual, con fecha 14 de noviembre de 1978, resolvió en Pleno que el mencionado Coronel se atuviera a lo prescrito en las normas legales vigentes. (Vale decir, según fuera su rango comparezca o no). El Oficio respuesta finalmente llegó firmado por el nuevo Director de la Escuela de Infantería, Carlos Meirelles Müller, en el cual se limitaba a expresar que no había ánimo de ocultar información, que existían documentos con la información solicitada y agregaba que el Coronel Dawling Santa María había entregado el mando y dejado de pertenecer a la institución. El 7 de febrero de 1979 en un nuevo Oficio se solicitó al Coronel Meirelles la nómina del personal de la institución a octubre 73, respondiendo que él no tiene atribuciones para entregar esa información y que debe solicitarse al Ministro de Defensa Nacional. A partir de abril de 1979 y estando a cargo de la investigación el Ministro Humberto Espejo, tras haberse creado la Corte de Apelaciones Pdte. Aguirre Cerda, a la que correspondía territorialmente continuar con la causa, se diversificaron los Oficios a fin de establecer la identificación de quienes participaron en los operativos ocurridos en Paine y sus alrededores. Se ofició al Ministro de Defensa Nacional, no sólo para consultar por el personal ya señalado, sino que también a fin de solicitar la comparecencia del Coronel Dawling Santa María, del Teniente Andrés Magaña Bau -identificado por familias de las víctimas como la persona a cargo del operativo del 16 de octubre de 1973- y del Coronel Pedro Montalva Calvo, Subdirector de la Escuela de Infantería a octubre de 1973.
En abril de 1979, el Teniente Andrés Magaña Bau compareció ante el Tribunal, oportunidad en la cual negó su participación en el operativo del 16 de octubre de 1973, como en cualquier otro que se hubiera realizado en Paine. Al ser careado con familiares de uno de los detenidos desaparecidos del 16 de octubre, René del R. Maureira Gajardo, negó conocer a los integrantes de esa familia pese a que estos afirmaron haber estado en más de una oportunidad juntos en eventos sociales previos al 11 de septiembre de 1973.
Respecto al Coronel Jorge Dawling Santa María, el Tribunal en Oficio respuesta había sido informado que desde agosto de 1978 se encontraba nombrado Agregado Militar en la Embajada del Uruguay, cargo que se prolongaría por más de un año. Por su parte, el Coronel Pedro Montalva Calvo al concurrir al Tribunal el 10 de diciembre de 1979, declaró afirmando la existencia de un Campo de Detenidos en el Cerro Chena dependiente de la Escuela de Infantería, que según lo declarado por él dejó de funcionar en diciembre de 1973, en momentos que él asumía la Dirección de la Escuela. Previo a ello, su Director había sido el Coronel Leonel Koning Altterman, quien daba las órdenes por escrito acerca de quienes ingresaban como detenidos. Al ser citado a declarar el entonces Director de la Escuela, Coronel Koning, el Tribunal fue notificado que éste se había suicidado el 21 de junio de 1979.
Con fecha 12 de diciembre de 1979 el Ministro Espejo se declara incompetente y remite los antecedentes a la Fiscalía Militar, en atención que todas las denuncias y querellas contenidas en esta causa (rol 1-79) adjudicaban la autoría de los arrestos a personal de las Fuerzas Armadas y Carabineros, tanto de la Escuela de Infantería de San Bernardo como de la Subcomisaría de Paine. El 6 de marzo de 1980 la Corte revocó la incompetencia y ordenó diligencias a fin de avanzar en la investigación. A consecuencia de ello es citado nuevamente a declarar el coronel Jorge Dawling Santa María. El 2 de abril de 1980 el Ministro de Defensa, teniente General Raúl Benavides E., informa al Tribunal que el señor Dawling Santa María tiene calidad de General de Brigada y en conformidad a las normas vigentes debe declarar por escrito. El Ministro envía pauta erróneamente formulada lo que da pie para que el General Dawling responda "en relación a las preguntas 2 a la 13 no tengo antecedente alguno que poder señalar".
El 5 de junio de 1980 el Ministro Espejo se declara por segunda vez incompetente. Hubo apelación y el 25 de julio de 1980 se revoca la resolución y la Corte de Apelaciones ordenó al Ministro Visitador elaborar un nuevo cuestionario dirigido al General Dawling, en base a las acusaciones formuladas en su contra y que son parte del proceso.
En julio de 1980 el Tribunal recibió Oficio respuesta del General de Brigada cuyo contenido no aportó antecedentes, argumentando que en el año 77 ya no había relaciones escritas en la Escuela de Infantería sobre maniobras militares y operativas. Su Oficio concluía manifestando que los antecedentes de la causa 1-79 las había puesto en conocimiento de la Comandancia en Jefe del Ejército, toda vez que se le imputaba en las querellas transcritas una participación como encubridor en "supuestos delitos" que habría cometido en acto de servicio".
El 17 de octubre de 1980 los antecedentes son definitivamente remitidos a las II Fiscalía Militar, en la oportunidad operó la inhibitoria de jurisdicción.
El 24 de mayo de 1982 la causa fue sobreseída total y temporalmente "no obstante encontrarse agotada la investigación no resulta completamente acreditada la perpetración de los hechos denunciados a fs.1 y que imputa a personal de las Fuerzas Armadas y de Orden, sujetos a la jurisdicción militar".
Tal resolución fue apelada y revocada en marzo de 1984 por la Corte Marcial, ordenando diligencias orientadas a completar la investigación. Durante 1985 declararon al menos 26 Oficiales y Suboficiales que cumplían funciones a septiembre octubre de 1973 en la Escuela de Infantería. Todos ellos negaron su participación en operativos en Paine y sus alrededores, negaron saber de la presencia de detenidos en el Campamento de reclusión de Chena así como saber de su existencia.
El 22 de noviembre el Fiscal Militar de la II Fiscalía Militar Enrique Ibarra Chamorro se hizo parte en representación del Ministerio Público Militar y solicitó la aplicación de la Ley de Amnistía D.L. 2991-78. El Juez Militar sobreseyó la causa total y definitivamente, por encontrarse extinguida la responsabilidad penal de las personas presuntamente inculpadas en los hechos denunciados. Tal resolución fue revocada en febrero de 1992 por la Corte Marcial, este Tribunal instruyó que la causa volviera a estado de sumario y ordenó la diligencia de la exhumación de las seis tumbas en el Patio 29. Dicha exhumación no se pudo realizar por orden de este Tribunal, ya que en septiembre de 1991 en la causa 4449-AF del 22 Juzgado del Crimen de Santiago, se había practicado la exhumación del total de restos de personas no identificadas enterradas entre septiembre y diciembre de 1973 en el referido patio en el Cementerio General. La causa a diciembre de 1992 continuaba en tramitación.
Cabe hacer presente que en esta causa también se realizaron investigaciones en torno al Patio 29 del Cementerio General a partir de noviembre de 1979, oportunidad en la cual Monseñor Ignacio Ortúzar R. -en su condición de Vicario General y Vicario Subrogante de la Vicaría de la Solidaridad- denunció al Tribunal la existencia de inhumaciones masivas e irregulares de personas en el Patio 29 del mencionado cementerio y que afectaría a cerca de 200 tumbas. De la investigación, el Tribunal pudo concluir que al menos 6 tumbas podían arrojar antecedentes relativos a detenidos desaparecidos incluidos en el proceso. Entre los años 1981-1987 en cinco oportunidades se solicitó al Tribunal la exhumación de esas seis tumbas, siendo denegada la petición aduciendo ser inconducente atendido el tiempo transcurrido.
En agosto de 1990 se inició en el Juzgado de Letras de Buin-Maipo la causa 2-90-E con la designación del Ministro en Visita, don Germán Hermosilla, por la Corte de Apelaciones Presidente Aguirre Cerda. Dicha designación obedeció a una solicitud en tal sentido de la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago, dada la existencia de inhumaciones ilegales de personas en la localidad de Paine y que afectaba a detenidos desaparecidos. Los antecedentes de Luis Alberto Gaete Balmaceda fueron entregados al Tribunal.
Con fecha 15 de marzo de 1991, doña María del Tránsito Venegas Cortés declaró ante el Ministro en Visita Don Germán Hermosilla, en su condición de madre de Jorge Reyes Cortés, a quien en el año 1973 le correspondió hacer el servicio militar en la Escuela de Infantería de San Bernardo. En el expediente quedaron consignadas sus palabras que dan cuenta de la suerte corrida por los 22 detenidos el día 16 de octubre de 1973. Textualmente en una de sus partes dijo "pocos días después que tomaron detenido al marido de mi prima Luisa, Roberto Serrano, yo fui de visita a la casa de mi tía Rosa y vi que ella estaba muy desesperada y lloraba por la suerte de su marido. Entonces yo le dije 'no llorís más Lucha, que a tu marido se lo llevaron los militares, el Jorge andaba con ellos'. Yo me refería a que a mi hijo le tocó practicar esta detención. Mi hijo Jorge me había contado de esto unos meses después, no recuerdo exactamente cuándo; yo lo supe unos días después como dije anteriormente. A ellos los tuvieron meses sin salir después del Golpe así que cuando fue a la casa me lo contó. El no estaba tranquilo, estaba como asustado, desesperado y no sólo él sino que también sus compañeros. Mi hijo no conocía a Roberto Serrano, cuando fueron a la casa de ellos Jorge conoció a la Luisa. El me contó que estas detenciones las hacían de noche. Si, es verdad que mi hijo me contó que a él le tocaba disparar en contra de Serrano, pero que él le pidió a un compañero que le cambiara de lugar. Me contó también que si él decía que no disparaba, lo mataban a él. Esto es efectivo que se lo conté a la Luisa, ya que ella le estaba llevando ropa a su marido al Cerro Chena y allá se la recibían, cuando Serrano estaba muerto". Jorge Reyes Cortés, actualmente se desempeña en el Regimiento de Los Andes desconociéndose en qué grado militar. Pese a que la Sra. María Venegas Cortez declaró no recordar haber indicado como lugar de ejecución los cerros cercanos a Codegua y Melipilla, sí lo recordaba la esposa de Serrano Galaz, según quedó consignado en sus declaraciones ante el Ministro en Visita Humberto Espejo. El 22 de abril de 1980 Jorge Reyes Cortez compareció ante el Tribunal en la causa rol 1- 79. En su declaración negó toda participación en los hechos, textualmente en una de sus partes dijo: "nunca participé en algún operativo de Paine, nunca supe que hubiera detenidos en el Cerro Chena, tampoco reconocí a ninguno de los detenidos en las pocas veces que me tocó estar en guardia cuando llegaban". El Ministro en Visita ha realizado diversas inspecciones oculares en sectores rurales en alrededores de Paine, sin resultados positivos para el caso de los detenidos desaparecidos del día 16 de octubre de 1973.
El 22 de agosto de 1991 se inició la causa 4449-AF, en el 22° Juzgado del Crimen de Santiago al darse curso a la investigación judicial del delito de inhumación ilegal de personas que actualmente, y desde 1973, permanecen sepultadas en calidad de NN en el Patio 29 del Cementerio General, antecedentes contenidos en querella criminal que presentara la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago. La información antropomórfica de Luis Alberto Gaete Balmaceda fue entregada en esa causa. En el mes de septiembre 1991 se procedió a la exhumación de 108 tumbas en el Patio 29, en diciembre de 1992 las osamentas extraídas se encuentran en el Instituto Médico Legal sometidas a proceso de identificación.

 


Testimonio hija de Luis Alberto Gaete Balmaceda ( EXTRACTO)

Fuente :germina.cl 2014

Categoría : Otra Información

Luis Alberto Gaete Balmaceda es uno de los setenta hombres detenidos desaparecidos y ejecutados de Paine. Tenía 21 años al momento de su detención y desaparición, se desempeñaba como obrero agrícola, sin militancia conocida. Era casado y junto a su esposa esperaban el pronto nacimiento de su hija Amparo. En su domicilio, en el asentamiento Nuevo Sendero de Paine y, en presencia de su familia, Luis Alberto fue detenido la madrugada del día 16 de octubre de 1973, por efectivos militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo. El año 2010, y luego de un largo proceso de investigación llevado adelante por el juez Héctor Solís, se pudo determinar que las personas detenidas en el operativo del 16 de octubre fueron ejecutadas ese mismo día en la quebrada Los Arrayanes, ubicada en Litueche en los alrededores del Lago Rapel, a 141 kilómetros de Paine. A continuación, presentamos el testimonio de Amparo Gaete Becerra, hija de Luis Alberto. Este testimonio se basa en conversaciones sostenidas entre Amparo y las investigadoras de Germina, conocimiento para la acción

Testimonio de Amparo Gaete Becerra

Mi nombre es Amparo Gaete Becerra, soy hija de Luis Alberto Gaete Balmaceda. Mi mamá, Rosa Becerra, tiene once hermanos vivos y por el lado de mi papá son tres, son dos hermanas, las tías Ana Álvarez y Ediviges Román y mi papá, Luis Gaete. Mi tía Ana es casada con Mario Muñoz 1) y dicen que fue él quien lo llevó cuando daban los alimentos de la JAP(2).1 Mario Enrique Muñoz Peñaloza, 24 años, es detenido y desaparecido en el operativo del 16 de octubre de 1973 en Paine. 2 La Junta de Abastecimiento y Precios (JAP) fue creada durante el gobierno de Salvador Allende con el fin que las organizaciones de poder local administraran la provisión de alimentos y suministros. Para ingresar a las JAP se debía estar inscrito

Mi papá salió dos veces a reuniones, ida y vuelta, 15 minutos, no fue más, ahí les pidieron que firmaran algo, ellos piensan que por esa firma llegaron a mi papá. Mi mamá piensa que por eso se lo llevaron. Mi abuela trabajaba en una casa patronal y mi mamá le ayudaba a mi abuela a criar a los hijos porque eran muchos, mi mamá pudo estudiar hasta 3º básico, en ese tiempo se llamaba humanidades, mi papá no sé hasta qué edad estudió, pero estudiaron muy poco porque se dedicaron a trabajar y después se casaron. Vivían en una rukita, era una casita donde cuidaban un terreno, mi mamá dice que era una pura pieza donde vivían, hacían fuego afuera, así que no tenían muchos medios, era gente pobre. Yo creo que a mi papá se lo llevaron por ignorante no más, por ignorancia del tema porque no entendía nada, siempre la gente dijo que era porque pertenecían a algún partido político, mi mamá dice que él jamás militó, ella piensa que se lo llevaron por estar inscrito en la JAP. Mis papás siempre han sido de Paine, antes donde vivían se llamaba asentamiento Nuevo Sendero y se conocieron cuando chiquititos. Eran amigos desde chicos y a los 12 años se pusieron a pololear. Mi papá fue el único pololo que tuvo mi mamá. Pololearon seis años y decidieron casarse, pero siempre fueron cercanos, mis abuelos son compadres entre ellos, los papás de mi mamá, con la mamá de mi papá. Entonces, se conocían y compartían harto, así que yo creo que el amor fue creciendo en el tiempo porque mi mamá era niña cuando empezaron a pololear. 

La detención de mi papá Cuando detuvieron a mi papá, estaban recién casados con mi mamá, él tenía 21 años y ella tenía 19 parece, no estoy segura de la edad. Perteneció al asentamiento Nuevo Sendero(3 ), me parece que el padrastro de él estaba metido en el asentamiento que era como un sindicato que habían formado, pero mi papá no tenía nada que ver, además que mi papá era tan chico también. (3) El proceso de Reforma Agraria, llevado a cabo desde 1965 a 1973 contemplaba la entrega de tierras bajo la forma de Asentamiento, la que refiere a una sociedad entre campesinos que pondrían el trabajo, la experiencia, las herramientas y enseres y la CORA (Corporación de Reforma Agraria) que pondría el uso y goce de la tierra y el agua, semillas, abonos y dinero para que pudiese empezar a funcionar el asentamiento.)

La vida de mis papás era una vida con todos los altibajos de la pobreza en la que vivían, pero era buena. Estos días conversábamos con mi mamá y le preguntaba “¿Tú te diste cuenta antes si a mi papá le iba a pasar esto?”, ella jamás sospechó que podía pasarles a ellos, incluso un par de semanas antes ellos creían que en un helicóptero habían venido a dejar cuerpos acá, a botarlos, porque los venían a botar acá, dicen que encontraron a un señor que había caído enredado en los alambres, con la mitad del cuerpo para el lado del alambre, lastimado, herido, entonces ella lo fue a ver y como estaba tan gordita por el embarazo no la dejaron verlo, me decía ella que no entendía, no entendía por qué lo estaban haciendo, por qué pasaban esas cosas y yo le dije “¿En ese minuto tú no sospechaste nada?” “Jamás, nunca me imaginé que en una semana más iban a ir a buscar a Lucho y se lo iban a llevar, nunca, nunca me imaginé” así que fue de sorpresa.Mi mamá cuenta que se habían acostado hace poco rato, mi papá había estado cantando, porque él tocaba la guitarra. Había llegado un compadre de ellos, hicieron brasas y estaban cantando a la orilla del fuego. Se acostaron, se habían quedado dormidos y como a la media hora después llegaron golpeando, pateando las puertas y golpeando y ellos no tenían ni espacio. Buscaban armas, les pedían las armas y nada, mi mamá tenía un cuchillo papero, de esos chiquititos, que le había hecho mi abuelo para que cocinara “Una pistola de juguete que tenía Lucho -decía ella- el juguete que tenía el Lucho que pensaron que era arma de verdad y era de juguete, pero jamás tuvo nada, ni siquiera cuchillos teníamos para mostrarlos como armas”.  ( EXTRACTO)


El mosaico en memoria de mi padre

Fuente :germina.cl 2014 ( extracto)

Categoría : Otra Información

Participamos todos, participó un sobrino de mi papá, Juan Luis, que fue siempre más apegado a nosotros, participó mi padrastro que fue el que trasladó el mosaico y ayudó a pegar piezas y mis hermanos que pasaron largo rato pegando piezas también y nosotros dentro de lo que podíamos. Un tiempo lo trajimos para la casa y participábamos acá, después lo llevamos para la casa de mi mamá y lo terminaron ellos: mi mamá, mi hermana chica y mi padrastro porque vivían juntos, ellos fueron los que más trabajaron el mosaico. Después lo trajeron, lo pegaron ahí. Mi padrastro donde puede estar acompaña a mi mamá, mis hermanos estuvieron cooperando en todo, siempre pendiente y siempre han estado apoyándonos, y mi papá siempre está pendiente de lo que uno hace, es muy cooperador con todo lo que tiene que ver con el Memorial, si hay que hacer algo o si mi mamá tiene que ir a alguna parte él se encarga. Todos decidimos lo que íbamos a poner en el mosaico, siempre nos dijeron que era algo que los representara a ellos, entonces le decía “Mamá ¿qué es lo que lo representaba a él?” “La tierra –me decía- porque era campesino, la guitarra que le encantaba, tocaba guitarra muy bien, le encantaba la guitarra y su hobby era jugar a la pelota”, esos eran los hobby que él tenía y su familia, no había gente de afuera. Su núcleo era su mujer, su mamá, su hijo; en este caso yo que estaba en la guata; la guitarra porque era lo que a él más le alegraba, incluso hasta el último minuto estuvo tocando la guitarra y cantando, decía mi mamá que la última canción que le cantó fue una de Sandro, “Una muchacha y una guitarra”, esa fue la última canción que cantó, le quedó grabada a ella, no se le ha olvidado más. En el mosaico están las manitos de mis dos hijos que son lo nuevo. Fue del pasado al presente; mis hijos representan a mi papá, son su herencia, sus herederos. El mosaico tiene negro y blanco por los bordes que simboliza el luto y la paz de mi mamá, los días malos y los días buenos y el campo porque él sale en el medio con la guitarra y con una pala trabajando la tierra, las montañas las hicimos porque él vive acá y siempre se ven las montañas, hicimos la casa de mi abuela donde ella estaba esperándolo, hicimos a mi mamá con una pala, el camino de lo que es San Rafael y mi mamá con una pala, gorda, embarazada, porque siempre estuvo esperándolo a él y como yo no estaba le hicimos la imagen de una embarazada que está esperando. En el fondo es todo lo que le pasó a todas las mamás, quedaron todas esperando. Fue bien esforzado el trabajo, a nosotros nos sirvió para unirnos y relatar ahí, en el mosaico, la historia de ellos.


Alejandro Bustos: hace 45 años fue fusilado por los Kast, en Paine, y sobrevivió

Fuente :elporteño.cl 26/7/2019

Categoría : Prensa

Escalofriante relato de fusilamiento ocurrido hace 45 años exactos en Paine. Único sobreviviente: Estuvo involucrada la familia Kast. Ver Video»Vi cómo le cortaban la lengua y le sacaban los ojos»: Alejandro Bustos, sobreviviente de fusilamiento en Paine. El colorín Bustos, como le dicen nos cuenta crudo relato de cómo fueron asesinados 4 campesinos en manos de camioneros, los integrantes de la familia Kast, Francisco Luzoro y otros empresarios de derecha. Estos criminales hechos se produjeron en la madrugada del 20 de septiembre de 1973.

En esa época, a los carabineros que asesinaron a más de 22 campesinos en esa zona, los llamaron «Los chacales de Paine». Fueron declarados culpables de haber participado en la desaparición de 22 pobladores o campesinos de la zona en lo que se denominó como “La matanza de Paine”, cuando estos campesinos detenidos por carabineros y civiles fueron asesinados sin ningún cargo o juicio y lanzados al río o algún canal de regadio.

Paine, en proporción a su gente, es la comuna de Chile en la que mayor cantidad de civiles participó en aquella oscura y siniestra época, entre ellos los familiares del ex candidato de extrema derecha y ex UDI, José Antonio Kast, dueños de la empresa de alimentos Bavaria, que desde el mismo 11 de septiembre de 1973 apoyaron con comidas y bebestibles a los Carabineros y grupos de civiles, que integraban, muchos de ellos el grupo fascista Patria y Libertad.

Entre los asesinados está el padre de la abogada de derechos humanos Pamela Pereira.
El testimonio del único sobreviviente, Alejandro Bustos, ‘el colorín de Paine’, es escalofriante:
«Me llevaron a la Comisaría. Vino otro carabinero con un alambre y me amarró las manos atrás por la nuca, después me empujaron de la banca para dejarme botado en el suelo. Cuando empezó a oscurecer, sacaron unas chuicas de vino y empezaron a prender fuego para un asado.

Había carabineros y civiles, casi todos camioneros. Estaban los Carrasco, el Tito y el Toño Ruiz Tagle, el peluquero Aguilera, el Pato Meza, Miguel González, Carlos Sánchez, el Jara, el Cristián Kast, Larraín, Suazo. Eran unos quince civiles y unos dieciocho carabineros, yo los veía desde mi rincón cómo se reían y emborrachaban, pero estaba muy quieto, porque cuando se acordaban de mí, se acercaban civiles o pacos a darme de puntapiés por las costillas.

Al rato vinieron a hacerme tragar más vino y uno dijo «a este guevón hay que pasarlo pa’dentro, pa’que sepa lo que es canela», entonces Retamal me sacó el alambre y empezaron a empujarme al calabozo. Estaba muy oscuro y había mucha gente parecía. Apenas cerraron la puerta las personas que había adentro empezaron a preguntarme si estaba bien. «Es el Colorín», dijo uno en voz baja que no alcancé a reconocer porque entraron los pacos casi en seguida y me sacaron al pasillo. «Tenís que decir toda la verdad, ¿son o no son comunistas los que estaban ahí adentro?».

Como yo les dije que no, me pescaron a cachetadas y el Moya gritaba que si estábamos metidos en la «JAP», estábamos en política, «y en qué entrenamiento andabai metido, guevón, p’tas que soy bueno pa’mentir». Se aburrieron de pegarme. «Vamos a comer será mejor», dijo uno y me empujaron de nuevo al calabozo. Un rato después empecé a reconocer a los compañeros, eran todos gente re buena, Carlos Chávez, Luis Ramírez, Orlando Pereira, Raúl Lazo, también Calderón el del Escorial. Empezamos a conversar entre nosotros, de quienes éramos y si estábamos heridos; varios me preguntaban si había visto a sus esposas.

Serían, creo, la una de la mañana, cuando el paco Retamal abrió la puerta del calabozo, con él entraron Leiva y Manuel Reyes, carabineros también. Nos hicieron salir por detrás de la guardia mientras Claudio Obregón y Carrasco nos nombraban por una lista. Cuando le tocó salir a Calderón, Carrasco le dijo «vos te quedai por ahora», y lo devolvieron pa’dentro cerrándole la puerta.
Atrás de la guardia nos esperaba un furgón verde y el auto crema de los Carrasco, también estaba la camioneta verde de don Jorge Sepúlveda, la camioneta amarilla de Obregón, y el auto de González. Nos subieron al furgón y los autos partieron, los propios dueños los manejaban.

El furgón iba al final de la fila y lo conducía el carabinero Juan Valenzuela. Nosotros nos preguntábamos mientras tanto que si estarían llevándonos al Estadio Nacional o al Chile o al Regimiento de Chena, sólo ese tipo de sitios nos imaginábamos pero, a pesar de la sospecha tremenda, a ninguno se le ocurrió mencionar que nos llevaban a algún escondrijo para matarnos. Mucho más allá, cuando el finao Ramírez que era evangélico empezó a orar, se me puso la carne de gallina; supongo que a todos les pasó lo mismo porque empezaron a encomendarse a Dios, a los santos; yo también recé porque soy católico, devoto de la Virgen.

Llegó un momento en que nadie más conversó de nada con nadie, no nos atrevíamos supongo porque era evidente. Recién por Champa el finado Chávez lo dijo, estábamos todos rezando y él nos interrumpió, «van a matarnos», dijo enronquecido, después en voz baja agregó, «el que quede vivo que sea hombre y cuente dónde van a botarnos». Un momento más tarde, como si hubiera tenido una revelación, me dijo, «usted Alejo, que va salvarse, avise que estamos muertos».
Cuando nos bajaron del furgón y vimos en fila los autos con los faroles encendidos, no nos cupo duda. Hasta allí yo todavía creía que podían estar amenazándonos solamente, pero empezaron a empuñar las metralletas, todos ellos, civiles y carabineros, nada más que hablar.

El sargento Reyes nos condujo a empujones a la orilla del río, y burlándose de nosotros nos hizo levantar los brazos, «¡vamos a matarlos por no ponerse de acuerdo en sus mentiras!». Sucedió todo en un segundo, lenguas de fuego salieron por los cañones y las ráfagas comenzaron a rugir.
La noche pareció iluminarse con demonios y una quemazón en el brazo me echó al suelo, cai revolcándome, Orlando Pereira cayó encima mío, su sangre corrió por mi cuerpo. Quedé de costillas al lado del sargento Reyes y Pancho Luzoro gritó «éste ya está muerto!», entonces con Daniel Carrasco me tomaron de las piernas para arrojarme al agua. Pero no alcancé a caer, unas moras me detuvieron. Desde allí alcancé a ver cómo a los otros los remataban, o no sé si estaban todavía vivos porque eran miles de balazos y les seguían disparando. Creo que casi todos ya estaban muertos, pero igual, pararon de disparar y empezaron a torturarlos.

Vi cómo a Raúl Lazo le sacaban los ojos y la lengua, pero al menos gritaba, a los otros les aplastaban la cabeza con peñascos, con palos. Parece que ya no les quedaban balas, todo era ahora con piedras y cuchillos, y entonces los empiezan a empujar al agua como a mí. Tiran a Orlando Pereira pa’abajo y cae encima mío, y ahí sí que me fui abajo, se desprendieron las moras, la corriente estaba fuerte.

Empecé a ahogarme y en mi desesperación me agarré de una raíz de sauce y un remolino comenzó a darme vueltas. Una persona a mi lado se ahogaba también, se hundía y salía a ratos; era el mismito Orlando Pereira, «soy yo Colorín», me dijo, con la cantidad de cortes y heridas que tenía logró reconocerme. Después me pidió que lo tratara de sacar del agua, pero yo no me lo podía porque estaba con el brazo dormido, ni siquiera lo sentía; él sin embargo no sé cómo pudo sacarse una chomba que llevaba puesta y se la cruzó por la cintura, quería amarrarse de la raíz pero yo no pude seguir afirmándome y el agua nos arrastró hasta otro remolino que comenzó a darnos vueltas hundiéndonos.

Trataba de respirar las veces que salíamos a flote, era lo único que me importaba, se me ocurre que yo mismo me había abandonado, aunque con el brazo bueno continuaba tomado Orlando no sé si para salvarme yo o para salvarlo a él. Veía todo negro y sólo sombras que giraban y giraban.

En una de esas vueltas el remolino nos empujó a un banco de arena y ayudándome un poco logré varar allí, pero a Pereira ya no lo alcanzaba. De repente el remolino lo reflotó y ahí sí que pude, lo tenía agarrado de la chomba apenas, pero de a poco lo fui tirando hasta que varó también al lado mío.

En ese momento justo se limpió la luna y pude verlo clarito, entonces me dijo «hasta aquí no más Rucio, voy a morirme», y se echó sobre mis piernas tiritando y tiritando hasta que ya no se movió más. Tuve que sacármelo de encima. Murió a mi lado sin que yo pudiera hacer nada, nada; me dejó ahí solo y no veía a ninguno de los otros, pero sí el resplandor de los autos de nuestros fusiladores que se retiraban, los motores me quedaron sonando el cerebro, después nada más. Tenía que reaccionar para ver al menos dónde estaba y lo conseguí en una curva un poco más allá, donde alcancé a ver esos riscos grandes donde tiraban las naranjas malas; allí mismo nos habían botado, como a fruta podrida. Trataría de salir de algún modo, además ya no había más que hacer con el pobre de Orlando, quedó allí varado en el banco de arena. Me puse su chomba en la herida y me arrastré entre medio de las moras».

Alejandro pudo sobrevivir para contar esta terrible historia que hoy cumple 45 años exactos de la venganza de civiles de derecha y uniformados contra personas indefensas.

 (Extracto de «El colorín de Paine, venganza patronal», de Martín Faunes Amigo)


CONAF entrega árboles para la vida y la memoria en Paine

Fuente :conaf.cl 6/7/2022

Categoría : Prensa

Son 70 árboles nativos en homenaje a los desaparecidos y ejecutados, cuyo recuerdo perdura en el Memorial de Paine.

“Estos arbolitos nos pueden cobijar, para tener una mirada más alegre de la vida”. Así resumió y agradeció la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados de Paine, Flor Lazo, la entrega de árboles nativos materializada por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) a través de Memorial Paine.

En total son 70 árboles nativos, bajo el concepto de “Árboles para la Vida y la Memoria”, que CONAF donó en homenaje a la misma cantidad de desaparecidos y ejecutados de Paine, durante una ceremonia cargada de simbolismo celebrada en el Memorial Paine, como parte de la conmemoración del Día Mundial del Árbol y del Programa de Arborización que impulsa la Corporación.

La gerenta de Bosques y Cambio Climático de CONAF, Constanza Troppa, destacó en la oportunidad que se trata de una iniciativa con la que, junto con garantizar sostenibilidad, es también una manera de entregar justicia.

“Lo que buscamos es entregar también justicia. Y a través de un árbol, entregar vida a pesar de todo el dolor que algún momento hubo aquí. Es tan simbólico que, mediante el programa de arborización, logremos vincularnos con lo que pasó. La Corporación también tuvo víctimas de la dictadura, ejecutados, y a través de estas acciones estamos llamando a no olvidar”, dijo la ejecutiva de CONAF.

La ceremonia de entrega contó además con la participación del delegado presidencial provincial del Maipo, Miguel Ángel Rojas; del director de CONAF Región Metropolitana, Rodrigo Illesca; la consejera regional Camila Navarro; el director ejecutivo de Memorial Paine, Juan Leonardo Maureira; y familiares de los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados de Paine.

Fue Flor Lazo, presidenta de la AFDDyE, quien valoró este homenaje a los 70 de Paine y agradeció el gesto de CONAF, señalando que “estos arbolitos tienen vida y nos van a ayudar a cobijar de mejor forma esta lucha que hemos dado durante 49 años por verdad y por justicia. (…) a mirar la vida con un aire distinto, con un aire de alegría”.

A su turno, el director ejecutivo de Memorial Paine, Juan Leonardo Maureira, resaltó la iniciativa de CONAF, indicando que “es una iniciativa muy importante, porque el árbol tiene mucho simbolismo. Colocar estos árboles en el Memorial y en los lugares de ejecución, nos permite a nosotros tener un recuerdo mucho más importante de nuestros familiares, porque el árbol es vida y memoria”.

Cabe recordar que CONAF, en su historia, también cuenta con trabajadores asesinados en el marco de la represión política ejercida por la dictadura militar. En total, son 19 trabajadores, a quienes se les recuerda en la Reseva Nacional Malleco, donde 13 de ellos fueron ejecutados, y en cuyo lugar se inauguró en el 2016 el “Sendero de la Memoria”, en el que a través de diferentes hitos se rememora el trayecto que debieron recorrer desde la zona de detención, hasta donde fueron asesinados.

En el marco del Programa de Arborización, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) busca fomentar el aumento de la cobertura arbórea, por medio de la creación de espacios arbolados construidos conjuntamente con la comunidad a lo largo de todo el país, en espacios de uso público y privado, mediante la producción, entrega de plantas a la comunidad y la asistencia técnica y educación ambiental, considerando especies con valor ornamental, patrimonial y cultural, además de las condiciones climáticas.

Para este año, la meta de entrega de árboles, a nivel nacional, es de 394 mil plantas, cantidad que se espera seguir aumentando en los próximos años, ya que la producción en los 30 viveros o centros de acondicionamiento de CONAF es de 2.344.000 plantas. Desde el 2014 a la fecha se han entregado un poco más de 20 millones de árboles a la comunidad nacional, concretando ya muchos parques urbanos.Cabe recordar que CONAF, en su historia, también cuenta con trabajadores asesinados en el marco de la represión política ejercida por la dictadura militar.