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Testimonio de Manuel Cabieses Donoso(Periodista. Ex Director de la Revista “Punto Final”) Señores miembros de la Comisión Internacional, de la Junta Investigadora de los Crimenes de la Junta Militar en Chile - Ciudad de mexico 1975 Señor Presidente. Yo fui detenido el día 13 de septiembre de 1973. Estuve prisionero hasta el 16 de enero de este año. En el transcurso de esta prisión conocí, desde luego, una Comisaría de Carabineros, el Ministerio de Defensa Nacional, el Estadio Chile, el Estadio Nacional, el Campamento de Prisioneros de Chacabuco, el Campamento de Prisioneros Puchuncaví o de Melinka, como lo llama la Armada Nacional, el Campamento de Prisioneros de Tres Alamos, situado en Santiago, que está a cargo del Cuerpo de Carabineros. Solamente deseo agregar, en lo que se refiere a campos de prisioneros, subrayando las intervenciones que aquí se hacían ayer, particularmente la del compañero Armando Uribe sobre la actuación del imperialismo yanqui en el drama chileno, que a todos los que pasamos por campos de prisioneros nos consta como esa intervención sigue manifestándose, no sólo en el armanmento, en el equipo, que siguen revibiendo los miltares chilenos, sino también en el adiestramiento especial que oficiales y suboficiales han recibido en escuelas de adiestramiento de la Zona del Canal de Panamá y, según algunos de ellos nos decían en Puchuncaví, por ejemplo, que está a cargo de la Infantería de Marina, un cuerpo selecto de represión, algunos de ellos habían sido entrenados por oficiales norteamericanos veteranos de las guerras de Vietnam y Corea. En noviembre de 1974 mi nombre fue incluído en una lista de cien prisioneros que el Ministro del Interior, gerneral Benavides, anunció que serían puestos “en libertad” siempre que se fueran del país. Al día siguente de este anuncio fuimos trasladados al Campamento “Tres Alamos” en Santiago, que está a cargo de Carabineros. El comandante de ese campo es el teniente coronel Conrado Pacheco Cárdenas, contra el cual numerosos presos han formulado denuncias de maltrato y vejaciones. Antes de salir de Puchuncaví recibí numerosos testimonios de compañeros que fueron torturados en el Fuerte “Silva Palma” de la Infantería de Marina en Valparaíso, descrito como un cuartel donde se cometen torturas y al cual está prohibido el acceso de comisiones internacionales. Uno de los presos más torturados en la “Silva Palma” ha sido el médico Alejandro Romero, militante del MIR, condenado a 30 años por un Consejo de Guerra en Los Andes, y que se encuentra actualmente en Ritoque. El Dr. Romero fue condenado junto con otro compañero de apellido Estrella, también a 30 años. A este último la sentencia del Tribunal Militar lo consideró responsable de haber aceptado instrucciones del MIR, para encargarse de dar el “inicio de la lucha de clases” (sic) en el presunto plan zeta. En Tres Alamos hay unos cuatrocientos presos, entre ellos casi 90 mujeres en un pabellón separado. Hay cuatro pabellones, aislados entre sí, uno fue destinado al grupo de cien personas que seríamos obligados a abandonar el país. En la puerta de uno de los pabellones hay un letrero que dice “¡Peligro, no entre, explosivos, material de guerra!”. Allí no tiene acceso la Cruz Roja Internacional, ni siquiera el propio comandante del Campo de Prisioneros, al que hemos visto – cuando nos sacaban a trabajar – atisbando por un agujercito. Se trata del pabellón de los “incomunicados”, o sea de las personas que todavía están siendo interrogadas y, por tanto, torturados por la DINA. Son los agentes de la propia DINA los que se encargan de la vigilancia de ese pabellón y a cualquier hora del día o de la noche, preferentamente de noche, van a buscar a los prisioneros para llevarlos a interrogar en las llamadas “casas del terror” en diversos puntos de Santiago. En este pabellón de aislamiento se encuentra la exdiputada socialista Laura Allende, hermana del Presidente asesinado el 11 de septembre, y madre del compañero Andrés Pascal Allende, actual Secretario General del MIR. Quienes la han visto, señalan que se encuentra con su salud muy deteriorada, que ha enflaquecido mucho, pero que se mantiene firme y serena. El padre de Andrés Pascal Allende, el señor Gastón Pascal Lyon, estuvo meses detenido enotro pabellón de “Tres Alamaos”. Las mujeres son frecuentemente castigadas, como respuesta a la valiente y digna actitud que ellas mantienen en prisión. Cuando México, dando un ejemplo al mundo, rompió relaciones con la Junta gorila las mujeres prisioneras en “Tres Alamos” lo celebraron cantando canciones de la Revolución Mexican, por lo cual fueron trasladas al peor pabellón del Campamento, uno de madera que dispone de un patio muy pequeño. La comida en este campamento es pobre y de mala calidad. La actitud de los carabineros a cargo, especialmente de los oficiales, es mucho más hostil que en otros Campos de prisioneros. Entre los torturadores de la DINA más conocidos allí, por la frecuencia con que acude a buscar o a dejar prisioneros torturados, se encuentra Osvaldo Romo (“el Comandante Raúl”), un traidor a su clase, exdirigente de Lo Hermida, una población proletaria de Santiago. Terminados los interrogatorios y torturas, los prisioneros son traslados del pabellón de incomunicados a otros pabellones, donde ya pueden revibir visitas. Recién es ese momento, luego de meses, la tiranía admite que los tiene prisioneros. Las visitas son de 5, 10 ó 15 minutos. Colocan una mesa entre el preso y la visita, generlamente su mujer, y le impiden tocarse con las manos. Las prisioneras que son madres pueden recibir una vez al mes a sus bebés y niños, que son allanados por los carabineros. Incluso despojan de sus pañales a los más chiquitos para impedir que con ellos entren a salgan mensajes. Compañeros del MIR y de otros partidos, que procedían del pabellón de incomunicados, me relataron que los interrogatorios se hacían en casas de torturas ubicadas en diferentes zonas de Santiago, de preferencia en áreas poco habitadas. Una de las peores está situada en Pañalolén, comuna de La Reina, en los faldeos pre-cordilleranos, cerca del Club de Carabineros. Al paracer esta “casa del terror” fue anteriormente un local de la Junta de Auxilio Escolar y Becas. Ahí llevan de preferencia a militantes o gente relacionada con el MIR, partido el cual se ha centrado la represión. Uno de los prisioneros que por allí pasó, el sicólogo Héctor Hernán González Osorio, de 27 años, sabemos que fue torturado salvajamente aplicándole electricidad en los testículos, dientes, oídos, piernas, vientre y cabeza, golpes en todo el cuerpo, le fracturaron la nariz y le rompieron los tímpanos, le taponaron la boca y la nariz para producirle asfixia, le introdujeron la cabeza en cubos de agua y lo amenazaron con torturar a su esposa, Ofelia Nistal, odontóloga, y a su hijita de 8 meses de edad, en su presencia. Parecidas torturas recibió en esa misma “casa del terror” otro compañero que estaba, asimismo incomunicado, en “Tres Alamos”: Cristián Mayol Comandari. Las dos personas mencionadas se encontraban en el pabellón de incomunicados de “Tres Alamos” pero pudimos entrar en contacto y saber qué les había pasado. Prisioneros más antiguos en “Tres Alamos” me aseguraron haber visto entre las mujeres incomunicadas a Lumi Videla Moya, cuya cadáver apereció posteriormente en los jardines de la Embajada de Italia. Incluso algunos de estos prisioneros, valientemente, se ofrecieron para testificar que Lumi Videla estuvo prisionera en “Tres Alamos” ante el ministro de la Corte de Apelaciones que “investiga” ese suceso que conmovió a la opinión públic mundial. La tiranía, como se sabe, ha pretendido hacer creer que Lumi Videla, esposa de Sergio Pérez Molina, dirigente del MIR, también asesinado por la tortura, fue muerta en el interior de la Embajada italiana, donde se encuentran numerosos asilados. Otros prisioneros, hablando sobre la “casa del terror” de Peñalolén nos informaron que allí se encuentran, entre otros, el periodista Hernán Carrasco, Eva Palominos, Isable Ortega Fuentes, Wahington Cid, Claudio Silva, María Teresa Bustillos, Mónica Hermosilla, Juan Carlos Rodríguez (ingeniero de la Universidad Católica), Cecilia Castro, Diana Aaron,alejandro Schneider, y otros que no recuerdo. Calculaban en 60 a 70 las personas que son permanentamente torturados en Peñalolén. Los mantuvieron atados y a veces encadenados de pies y manos, en su mayoría sentados todo el día en sillas; en las noches les permiten tenderse pero siempre atados, los sacan tres veces al día al baño, la alimentación apenas alcanza para no morir de hambre. En esa y otras casas de torturas el método más usado es la “parrilla”, o sea una cama metálica donde ponen desnudos a los prisioneros. Además de electricidad les aplican golpes en el cuerpo, a veces con asesoría de un médico que va indicando las partes dodnde los verdugos deben golpear; es frecuente la ruptura de tímpanos por los golpes llamados “telefono” (con las palmas abiertas sobre ambos oídos). También aplican quemaduras de cigarrillo o de fuego y hierros candentes. Muy usado es el taponamiento de narices y boca para producir asfixia y que parece haber sido la tortura aplicada a la compañera Lumi Videla. Introducción de la cabeza en cubos de agua, violaciones múltiples de mujeres (en ocasiones en presencia de sus esposos o compañeros), violaciones de mujeres por perros, introducción de fierros calientes en la vagina, introducción de fierros por el ano. También obligan a grupos de prisioneros a masturbarse y ponen al centro del grupo a una o más compañeras desnudas; así mismo se usan torturas psicológicas. La más frecuente es la amenaza de torturar a familiares a los cuáles detienen para esos efectos, o de violar las hermanas, madres, esposas o novias de los compañeros. Muchas compañeras, víctimas de violaciones, han quedado embarazadas. Ahora último, según nos informó, la Junta en un rasgo “humanitario” está permitiendo que médicos militares hagan abortar a las mujeres en estado. Algunas personas son torturados en parejas y sometidas a increíbles vejámenes. Por ejemplo, Humberto Edgardo Mewes y su compañera Adriana Urrutia Asenjo, ambos actualmente presos en “Tres Alamos” fueron horrendamente tortuados juntos. A ella, entre otras cosas, le pasaron un vehículo sobre las piernas. El, hombre de 55 años, enfermo de corazón, sufrió varias crisis cardíacas en la tortura con electricidad. El 16 de enero de 1975, a primera hora, fui sacado del pabellón donde me encontraba en Tres Alamos y trasladado a un avión donde me encontré con mi mujer y mis hijos. En ese momento me enteré que viajabamos a Cuba, país hermano que ha ortogado generoso y fraternal asilo a muchos chilenos. Al hablar de miles de presos políticos, hombres y mujeres, incluso niños, que hoy padecen en las cárceles y campos de concentración, en los cuarteles, en las academias de “estudios” militares, en las bases aéreas y navales, en islas inhóspitas, en comisarías policiales y en las malditas “casas del terror”, donde la locura homicida de la Junta se manifiesta en magnitudes dantescas, no puedo sino destacar también el indomable coraje, el espíritu unitario, la fortaleza moral y la formidable dignidad de los que fueron mis compañeros de prisión durante dieciséis meses. Para ellos, chilenos y revolucionarios ejemplares, como Laura Allende, Bautista Van Schowen, Luis Corvalán, Pedro Felipe Ramírez y miles y miles de mujeres y hombres de nuestro pueblo, hoy encarcelados por la tiranía, no hay mejor solidaridad que, junto con reclamar respeto para sus vidas y que sean puestos en libertad, redoblar y llevar adelante la lucha popular contra la criminalo dictadura que el imperialismo y la gran burguesía instalaron en el poder. Su valor, su fe en el futuro y su indestructible moral unitaria caracterizan hoy a los presos políticos de mi país. Esos rasgos admirables contrastan todavía más el abismo que separa a los gorilas, traidores, asesinos y cobardes, del pueblo chilen y de sus dirigentes. En la reciedumbre moral y en la tranquila confianza de los presos, en la valentía de las mujeres y niños, diariamente encarando el vejámen de los carceleros y esbirros, residen las mejores y más honrosas tradiciones del pueblo chileno. Al describir la situación de los presos, no podemos dejar de rendir un homenaje emocionado a su admirable conducta, que el Chile de mañana reconocerá y valorará en toda su magnífica dimensión, y que ya es orgullo y patrimonio de los revolucionarios y de todo nuestro pueblo. El sadismo de la tiranía gorila se expresa actualmente en un ángulo de represión sobre el cual llamamos la atención de esta Comisión Investigadora y, a través suyo, de la opinión pública mundial. Los familiares de los combatientes de la clandestinidad o de simples personas buscadas por la dictadura, son apresados y muchas veces torturados para obligar a sus parientes a entregarse. Los rehenes pueden ser niños pequeños, que son llevados como prisioneros a los Hogares de Menores del Cuerpo de Carabineros, o a otros lugares. A los padres se les deja recado diciéndoles que sus hijos permanecerán retenidos y que sufrirán torturas, o serán entregados a la “vigilancia” de pervertidos sexuales, si no se presentan en un determinado plazo a los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas. Un niño de 4 años, Dagoberto Pérez Videla, fue torturado en presencia de sus padres, Sergio Pérez y Lumi Videla, heroicos compañeros que ni aún así hablaron y prefirieron morir antes que delatar. En el campamento “Tres Alamos”, cuando yo estuve, había un niño detenido de 13 años, a favor del cual presentó un recurso de “habeas corpus” el Comité Pro Paz en Chile. Hay familias completas repartidas en distintos campos, cuarteles y cárceles. Los compañeros Ayress, padre y dos hijos, socialistas, por ejemplo, en el campamento Puchuncaví y en “Tres Alamos”. Los hermanos Ruilova, comunistas, en “Tres Alamos” y Ritoque, etc. Las esposas de muchos compañeros persiguidos son arrestadas y se las mantiene indefinidamente en la cárcel. Por ejémplo, Soledad Jaña, de 24 años, en “Tres Alamos”, esposa de un luchador de la resistencia popular, y sus pequeños hijos. A María Isabel Eyzaguirre, se la obligó a buscar asilo en la Embajada de Colombia, después que su madre y hermanas fueron detenidas, torturadad y vejadas por los esbirros de la DINA. Cristián Castillo Echeverría, hermano de la compañera Carmen Castillo, que libró con vida pero herida de gravedad en el enfrentamiento en que cayó el compañero Miguel Enríquez, ha sido arrestado el 3 de febrero de este año, en Santiago y se ignora su paradero. Los recursos de amparo o “habeas corpus”, ante las Cortes de Apelaciones, resultan infructuosos debido a la complicidad de los Tribunales con la dictadura y a la obsecuencia de los jueces con los gorilas. Cristián Castillo, arquitecto, de 27 años, por cuya vida se teme, es hijo del ex Rector de la Univesidad Católica, Fernando Castillo Velasco, cuya familia ha sufrido el peso de la represión gorila. Esta política de mantener rehenes, incluso niños, y aún de torturarlos, es otra práctica abominable de la tirnía gorila. El caso más connotado, por supuesto, es el de la compañera Laura Allende, admirable mujer y revolucionaria, sobre cuya situación en extremo peligrosa llamó la atención el MIR el 10 se septiembre dde 1974, al denunciar y repudiar públicamente la maniobra del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA) que, como se sabe, pretendió aislar al Partido Comunista para golpearlo, ofreciéndonos garantías para que nuestros dirigentes salieran al exilio, a cambio de que depusiéramos las armas y renunciáramos al rol conductor de las masas que nos hemos ganado, junto a los otros partidos revolucionarios, mediante nuestra lucha, sacrificio y convicción unitaria. Al denunciar y repudiar esa maniobra del SIFA, nuestro partido alertó al mundo sobre el peligro que corría la compañera Laura Allende, quien, junto con otras personalidades, aceptó la riesgosa misión de precisar ante los oficiales del SIFA, conocidos por el sadismo de las torturas que aplican en la tenebrosa Academia de Guerra Aérea, los términos de la inescrupalosa proposición. En efecto, no tardaron mucho en hacerse sentir las represalias de los gorilas. Laura Allende, madre del Secretario General del MIR, Andrés Pascal, permanece prisionera en “Tres Alamos”, donde también estuvo hasta hace poco el señor Gastón Pascal, padre de nuestro máximo dirigente en la clandestinidad. Los familiares de la esposa de Andrés Pascal, Mary Ann Beausire, han sufrido la persecución policial por el solo hecho de su parentesco con nuestro dirigente. William Robert Beausire, de 26 años, hermano de la compañera de Andrés Pascal, fue detenido en Montevideo, Uruguay, y torturado en la “casa del terror” de Peñalolén, en Santiago, y sigue aún detendido en “Tres Alamos”. La señora Inés Alonso de Beausire, de 66 años, madre de la compañera de Andrés Pascal, fue detenida el 2 de noviembre de 1974 y sólo fue liberada el 21 de enero de 1975, debido a las gestiones que a favor de esta familia ha hecho la Embajada de Gran Bretaña en Santiago. Diana Beausire, de 28 años y su esposo, Germán Holtheur, hermana y cuñado de Mary Ann Beausire, fueron también arrestados. Otra hermana, Juana Francisca Beausire, de 29 años, tuvo que ocultarse de la policía y finalmente asilarse en la Embajada de Italia, junto con la pequeña hija de Andrés Pascal, Francisca Pascal Beausire, de 2 años, a la cual también buscaban los chacales y asesinos de la DINA como rehén. La represión alcanza a todos los niveles de nuestro pueblo. Por ejemplo, al arrestar a la señora Inés Alonso, madre de la compañera de Andrés Pascal, los agentes de la DINA también detuvieron a Luis Opportot Trucco, del cual la señora Alonso era secretaria en una oficina de publicidad de Santiago, y que nada tiene que ver con nuestro dirigente. Una mujer que se encontraba junto con la señora Alondo, doña Silvia Erlwein de Hunneus, también fue arrestada y permaneció en “Tres Alamos” casi dos meses, por el sólo hecho de visitar a su amiga en el momento de la detención. Caso parecido es el de Jorge Montes, dirigente comunista, actualmente prisionero, cuya esposa e hijas fueron detenidas y torturados. La compañera de Montes sigue presa en Tres Alamos. Los rehenes, en especial mujeres y niños, y los prisioneros vuya existencia la dictadura se niega a admitir con el evidente propósito de asesinarlos en cualquier momento, constituyen el centro de nuestra preocupación enlo que se refiere a la situación de miles de detenidos en Chile. Nuestro compañero Bautista Van Schowen, miembro de la Comisión Política del MIR, y otros dirigentes como Roberto Moreno, Arturo Villavela, Luis Retamal, Ricardo Ruz, Victor Toro, etc., están prisioneros y han sido bárbaramente torturados. Pero la tiranía hasta ahora no ha reconocido que los tiene en su poder, y lo mismo ocurre con centenares de militantes de la resistencia popular Bien conocido es el caso de nuestro camarado Bautista Van Schowen, médico de 31 años, dirigente revolucionario de conocida y brillante trayectoria. Van Schowen fue detenido el 14 de septiembre de 1973. Los esbirros de la tiranía han extremado el celo para impedir que se conozca su paradero y exacta situación. Sin embargo, en enero de 1974 la generosa e infinita solidaridad con que el pueblo rodea a los combatientes de la resistencia, permitió a nuestro partido lograr acceso al hospital militar de Santiago. Allí, a pesar de la gravedad de sus lesiones que le provocaron entre otras cosas la parálisis parcial de las extremidades inferiores, Bautista Van Schowen continuaba siendo torturado. El sadismo de la dictadura gorila alcanzó, en este caso, niveles increíbles. Como se recordará, mediante el testimonio de una valiente enfermera del Hospital Militar, la opinión pública supo que Bautista Van Schowen, héroe de nuestro pueblo, seguía siendo torturado en ese centro hospitalario. Los chacales de la tiranía actuaban asesorados por médicos militares, traidores a los humanitarios y elevados fines de una profesión que, entre paréntesis, es la misma del doctor Van Schowen. Estas revelaciones, fruto del trabajo clandestino de nuestro patido y del apoyo popular que nos rodea, provocó una ola de indignación y de protestas internacionales. Esto se expresó en grandes manifestaciones de solidaridad que comprometen nuestra gratitud. Hoy podemos informar a esta Comisión Investigadora, y a través de ella al mundo, que, gracias a la valerosa actividad de un marino, patriota revolucionario, ligado a nuestro trabajo político en el seno de las Fuerzas Armadas, disponemos de un testimonio irrefutable del paradero y de la situación en que se encuentra Bautista Van Schowen. En efecto, deseamos poner a dispocición de ustedes, rogándoles que adopten inmediatos medidas solidarias, una fotografía de Bautista Van Schowen. Fue captada en el interior del Hospital Naval de Valparaíso, el 8 de febrero recién pasado. Esta fotografía fue lograda en difíciles condiciones, ya que la presencia del compañero Van Schowen en el Hospital Naval de Valparaíso es un hermético “sectreto militar”, que se rodea de máximas medidas de seguridad. A ese Hospital son llevados, en parecidas condiciones de sigilo, los compañeros torturados en el Fuerte “Silva Palma”, sede de la Infantería de Marina de Valparaíso, el principal puerto chileno. La fotografía que hoy entregamos al conocimiento de ustedes, nos permite afirmar que Bautista Van Schowen está vivo y que la presión internacional podría obtener que la Junta militar permita verlo a testigos calificados. Van Schowen, heroico y firme, continúa negándose a prestar cualquier declaración de las que busca arrancarle la tortura. Nuestro camarada marino que logró romper mediante esta fotografía el secreto que rodea la presencia de Van Schowen en el Hospital Naval de Valparaíso, pudo copiar, además, la hoja de evolución diaria del paciente, documento interno de ese hospital que corresponde al día 5 de febrero de 1975. Las anotaciones es ese documento están hechas de puño y letra por un médico cuyo nombre desconocemos porque la firma o iniciales resultan ilegible. Pero los síntomas que ahí se registran, indican que Bautista Van Schowen está en condiciones que permitirían, si esta Comisión Investigadora genera las medidas de solidaridad correspondientes, exigir que el prisionero sea mostrado a una comisión internacional de médicos, a la delagación en Chile de la Cruz Roja Internacional o que, en todo caso, Van Schowen reciba el trato de otros prisioneros, permitiéndosele tomar contacto con sus familiares o con un abogado. La hoja clínica del Hospital Naval a que me estoy refiriendo, dice textualmente: “Enfermo somnoliento, no coopera, responde con monosilabos. Las contusiones, hematomas y escoriaciones en las extremidades están mejor. Lo mismo el antebrazo izq. Se reabsorben los hematomas en el abdomen y espalda. La contusión del hombro derecho continúa dolorosa. Lo mismo el acentuado edema y enrojecimiento del glande.” “Reacciona escasamente a la estimulación dolorosa en los miembros inferiores. La movilización pasiva demuestra hipotonía. Reflejos disminuídos. Se solicitan radiografías de torax y de columna dorsal y lumbar, AP y LAT.” Entendemos que estas últimas iniciales corresponden en lenguaje hospitalario a las palabras anteroposterior, AP, y lateral, LAT. Creemos firmamente que el estado aquí descrito de Bautista Van Schowen, dirigente revolucionario, joven médico y valiente cuadro de la resistencia popular chilena, permite deducir que nuestro camarada ha estado sometido a nuevas torturas. Pero que, aún así, se ha recuperado bastante en relación al estado que mostraba hace poco más de un año, cuando pudimos informar por primera vez sobre su paradero. Solicitamos a ustedes, señores miembros de la Comisión Internacional Investigadora de los Crímenes de la Junta gorila; a los gobiernos, partidos populares y organizaciones de masas de todos los países; a los médicos revolucionarios y democráticos, colegas del doctor Van Schowen; a toda la humanidad que repudia a la Junta militar, que demanden el cese inmediato de las torturas a nuestro compañero que se garantice su vida después de tantos meses de horror, y que se permite verlo a sus familiares, a un abogado o a una comisión internacional calificada. Señores: el mundo ya entiende porqué a la resistencia popular de mi país, construida paso a paso luego de la sangienta derrota que sufrió el pueblo el 11 de septembre de 1973, no le cabe sino luchar con todas sus fuerzas, y echando mano a todas las formas y métodos a su alcance, para aplastar a la tiranía e impedir que jamás nuestra Patria vuelva a sufrir este horror. Nosotros, en nombre de MIR y todo el pueblo chileno, acusamos al imperialismo nortamericano de organizar, asesorar f financiar la monstruosa represión que se ha desatado en Chile. Sostenemos aquí, y estamos en condiciones de probarlo, que la Dirección de Inteligencia Nacional Anticomunista, DINA, creada a fines de 1973 para perseguir a aniquilar a las organizaciones populares y revolucionarias, corresponde a un diseño represivo yanqui aplicado en otros países, como Brasil y Uruguay. Al igual que otras fases de un golpe fue cuidadosamente planificado, los caracteres y niveles que alcanzaría la represión fueron preparados con antelación al 11 de septiembre. Los instructores de la DINA fueron entrenados en Miami, Estados Unidos de Norteamérica, entre julio y octubre de 1973. Hoy cuenta, además, con un grupo asesor que integran “especialistas” norteamericanos y brasileños, e incluso están llegando algunos ex nazis, expertos en torturar e interrogatorios. Los esbirros de la DINA, que dispone de más de quinientos miembros y unos mil trescientos colaboradores, han sido reclutados en el lumpen y entre militantes de organizaciones fascistas como el Partido Nacional “Patria y Libertad” y una pequeña proporción de la Democracia Cristiana. Además, en el último período el Cuerpo de Carabineros, que se mantenía relativamente independiente, ha pasado a depender de la DINA para diversas operaciones. El presupuesto de gastos de esta siniestra organización es superior al del Ministerio del Interior y está pidiendo aun mayores recursos. Al mando de elementos de distinta graduación de las Fuerzas Armadas, los esbirros de la DINA, que tienen autorización para matar, detener, allanar, torturar, etc., sin dar cuenta de sus actos sino a sus mandos, actúan en grupos dotados de armamento y equipos especiales. Cada miembro de la DINA dispone de una pistola Colt 38 o 45, Steyr 9 mm y un cuchillo comando, pero cada grupo que actúa en la calle lleva además una subametralladora Uzi y un fusil SIG, granados de mano, cámaras fotográficas, radios, prismaticos, linternas, ganzúas, alambre de acero, etc. El sistema que utilizan para patrullar la ciudad a la caza de miembros de la resistencia, corresponde a un método ampliamente usado por la represión en Brasil, y que han introducido en la DINA los asesores brasileños que están trabajando en Chile. Los chacales de la DINA visten indistintamente de civil o de militares. Disponen de una amplia red de soplones pagados en las industrias, hoteles, bares, universidades, tiendas, cines, taxis, etc.; los automóviles en que se desplazan, generalmente Austin Mini,MG, Fiat 125, Peugeot, etc., carecen de todo distintivo a marca visible. Sus “casas del terror”, o “vendas”, como les llaman en la DINA, están repartidas por toda la ciudad; allí se tortura y se interroga a prisioneros que permanecen encapuchados y maniatados en forma permanente. Muchos de ellos son enviados luego al Centro Nacional de Torturas en Tejas Verdes, localidad situada cerca del puerto de San Antonio, y que pertenece a un regimiento de ingenieros militares. Si se hace necesario, y en la medida que no afecte nuestro trabajo de inteligencia, destinado precisamente a combatir a los torturadores, soplones y asesores extranjeros de la represión, estamos dispuestos a aportar mayores antecedentes sobre la DINA y su personal. Conviene que al mundo conozca las características de este organismo que depende en forma directa del general de la Fuerza Aérea y miembro de la Junta miltar, Gustavo Leigh Guzmán, encargado de la Seguridad del Estado. Por ahora nos limitamos a subrayar categóricamente que la responsabilidad del imperialismo yanqui en la tradedia desatada sobre nuestra Patria, no se restringió a las operaciones del Pentágono y la CIA en el período previo al golpe y en su ejecución material. La responsabilidad imperialista – por la cual tendrán que pagar sus agentes y verdugos, y sus empresas e intereses en Chile -, sigue presente en una represión generalizada que roba, mata, tortura, humilla y golpea a miles y miles de hombres, mujeres, ancianos y niños chilenos que acumulan un odio implacable contra la Junta militar, sus esbirros y sus asesores extranjeros. Creo que resulta importante para la causa del pueblo chileno, que hoy lucha contraq una abominable tiranía, aportar al mejor éxito del trabajo que se ha propuesto est Comisión Internacional Investigadora. No sólo por la extraordinaria calidad y solvencia de esta Comisión, que hace de antemano respetables y dignas del mayor eco sus resoluciones, sino también porque para nuestro pueblo es un gran estímulo en su lucha saberse rodeado de la solidaridad y de la simpatía de la humanidad. Para todos nosotros, los que hemos pasado por las cárceles y campos de concentración de la dictadura gorila, es un deber aportar ante organismos como esta Comisión nuestras experiencias y los antecedentes que puedan contribuir a mostrar en forma irrebatible todo el horror y la tragedia que sufre nuestra Patria. No podemos aceptar pues, el chantaje de los gorilas que exigen nuestro silencio en el exterior, a cambio de un mínimo respeto por familiares inocentes, amigos y compañeros que han quedado en el país. Yo sé – estoy seguro – que todos ellos, que sufren el régimen del terror, de hambre y miseria que se ha entronizado en Chile, aman a su Patria por sobre todas las cosas y anhelan verla libre. Nuestro pueblo quiere que la humanidad sepa, que el aislamiento y repudio más absoluto caiga sobre la Junta militar. Entiende que el debilitamiento de la dictadura militar hará relativamente más fácil el combate que está librando contra los gorilas. Este combate – que reviste mil formas- necesariamente culminará con la victoria y con el castigo implacable de los asesinos, torturadores, violadores y soplones, o sea de la camarilla que ilegítima y arbitrariamente gobierna en mi país contra la voluntad de todo el pueblo. La solidaridad mundial con Chile no tiene parangón, y, lejos de decaer, se incrementa cada día. Pero aún es necesario más apoyo, y que éste se traduzca en medidas concretas que paralicen a los gorilas. La humanidad debe tener conciencia que el imperialismo no ha abandonado a los títeres militares que instaló en Chile. Aunque evita aparecer a su lado y siente vergüenza del primitivismo y horrible sadismo de sus testaferros, busca múltiples y secretos canales para ayudarles. Incluso ya el imperialismo baraja casi públicamente sus cartas de recambio civiles y militares. La solidaridad que hoy necesitamos debería, por lo tanto, descubrir, liqidar o al menos neatralizar los auxilios políticos, financieros o en armamento que el imperialismo está enviando secretamente a la Junta. Los asesinos encaramados en el poder en Chile, no abandonarán la escena pacíficamente. Saben que están condenados, aunque logren escapar del país. Donde vayan los seguirá la justicia popular y les hará pagar sus crímenes. Es por eso que la resistencia popular sabe aque la lucha será muy dura y larga. Se prepara para ello, y entretanto unida avanza y gana terreno. Es importante en esta lucha saber que la Humanidad, casi sin excepciones y a la cabeza de ella los Estados socialistas, respaldan la valentía del pueblo chileno, enfrentando a un régimen de terror como jamás conoció país alguno de América Latina. Pero, derrotar el aparato represivo de los gorilas, castigar sus crímenes e instalar un nuevo gobierno democrático y revolucionario, dirigido por los trabajadores en alianza con los amplios sectores que están contra la tiranía, supone una tarea y una lucha en que se precisa algo más que la simpatía internacional. Se necesita que el apoyo moral que se nos presta sin reservas, adelante otro paso e impida con acciones concretas que los gorilas reciban cualquier tipo de oxigeno político, financiero o en armas a emplearse contra nuestro pueblo. Mi partido, el MIR, se encuentra en la primera fila de los que combaten a la tiranía gorila; que esta lucha ha rendido la vida de valiosos dirigentes y militantes, como el camarada Miguel Enríquez, su Secretario General,caído en combate el 5 de octubre de 1974, reclama –en nombre de nuestro pueblo- a la clase obrera de todo el mundo, a los gobiernos y partidos revolucionarios, democráticos y progresistas, a las juventudes, a todos los hombres honrados que observan con horror lo que sucede en Chile, que amplíen todavía más su solidaridad, que denuncien e impidan toda maniobra de prestidigitación política con que el imperialismo pretende salvar un régimen represivo y reaccionario que instaló en Chile, luego de asesinar al Presidente Allende. Estamos plenamente concientes que, en definitiva, será nuestra propia lucha la que derrotará a la dictadura gorila. El pueblo de mi patria conoce cual es su deber y no lo rehuirá, y mucho menos los dirigentes y militantes de sus partidos revolucionarios. Nuestra clase obrera, víctima principal del odio insano de la tiranía militar, nuestros jovenes y mujeres, las amplias capas sociales que hoy sufren el oprobio, la represión, el hambre y la superexplotación a que los someten el imperialismo y la gran burguesia mediante el ejército antinacional de ocupación, ya están en la lucha. La resistencia popular es una realidad que da sus primeros pasos en la defensa de los niveles de vida de los trabajadores; en la multiplicación de la propaganda clandestina; en la guerra psicológica contra los gorilas y su aparato de represión; en la identificación y aislamiento de los torturadores y soplones; en la protección y hospitalidad que el publo brinda a los dirigentes políticos, sindicales, estudiantiles perseguidos; en la solidaridad con las familias de los fusilados y de los prisioneros; en las mil formas de una resistencia popular que, sin ninguna duda, adquirirá los niveles y experiencia necesarios para derrocar a la dictadura. En nombre del MIR deseamos a esta Comisión Investigadora pleano éxito en su trabajo; que sus informes e influyentes opiniones contribuyean a que la solidaridad con la resistencia, corte a la tiranía toda perspectiva de auxilio exterior en la lucha a muerte que le han declarado las masas de mi Patria. |
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