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Ojeda Aguayo Juan Ángel – Memoria Viva

Ojeda Aguayo Juan Ángel

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Chihuío  Cementerio Municipal
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Valdivia -monumentos.gob.cl
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museoneltume.cl
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villagrimaldi.cl Homenaje al MIR
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Museo Memoria Neltume
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Neltume
Neltume


Rut : 7.460.264-9
Fecha Detención :
Comuna Detención :

Fecha Asesinato : 28-10-1981
Comuna Asesinato : Neltume


Fecha Nacimiento : 22-11-1954 Edad : 27

Partido Político : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
Oficio o Profesión : Obrero maderero

Estado Civil e Hijos : Soltero
Nacionalidad : Chilena

caso
Neltume


Neltume

Fuente :Informe Rettig

Categoría : Antecedentes del Caso

A mediados de 1981 fue denunciada por campesinos de la zona de Neltume, Décima Región, la existencia de un campamento de guerrilleros en ese sector. Se trataba de militantes del MIR ingresados clandestinamente al país como parte de la llamada Operación Retorno, quienes intentaban establecer una base en la zona cordillerana del sur el país, donde se instalaría a futuro la dirigencia de su colectividad.

A raíz de esta información se inició un intenso operativo con agentes de la CNI enviados desde Santiago y personal de Carabineros y del Ejército.

En julio de 1981 fue descubierto por los efectivos de seguridad el campamento, el que se encontraba en etapa de construcción. En esa oportunidad fue incautada gran cantidad de material y documentación. El grupo huyó hacia zonas más altas, siendo seguido por los agentes.

En el mes de agosto los militantes del MIR decidieron enviar a dos de sus miembros a las ciudades del llano con el fin de buscar alimentos y reanudar los contactos partidarios. Sin embargo, ellos fueron detenidos por agentes de la CNI y conducidos a Santiago. Estos detenidos revelaron el lugar en que debían juntarse con sus compañeros, y el santo y seña que debían emplear.

Aprovechándose de esta información los agentes dieron muerte a Raúl Rodrigo OBREGON TORRES, técnico topográfico, el 13 de septiembre de 1981 cuando concurría a reunirse con sus compañeros, teniendo la Comisión la convicción de que fue ejecutado, valiéndose los agentes del conocimiento que tenían del lugar del encuentro y del santo y seña. Por lo anterior es falsa la versión oficial que en el caso de ésta, como de la mayoría de las restantes muertes, se difundió a través de comunicados por DINACOS, en donde se señaló que se produjeron a consecuencias de enfrentamientos.

El 17 de septiembre fue también ejecutado por las fuerzas de seguridad Pedro Juan YAÑEZ PALACIOS, ayudante de electricista, quien se había separado del grupo debido a que se encontraba en muy malas condiciones físicas, dadas las adversidades climáticas que debían soportar, habiéndole sido amputado por sus compañeros un pie que se le había congelado y gangrenado. Este hecho le permite a la Comisión llegar a la convicción de que es altamente improbable de que haya opuesto resistencia.

Por esa fecha el grupo se dividió y tres de ellos se dirigieron al sector de Remeco Alto, a casa de una pariente de uno de ellos, con el fin de obtener alimentos. Los militares fueron alertados de la presencia de estas personas por los propios moradores de la casa y los sorprendieron mientras dormían, dándoles muerte. Fallecieron así los obreros Patricio Alejandro CALFUQUIR HENRIQUEZ y Próspero del Carmen GUZMAN SOTO, en el interior de la vivienda, la que quedó totalmente destruida por los disparos. José Eugenio MONSALVE SANDOVAL, también obrero, alcanzó a huir algunos metros de la casa, siendo alcanzado y ejecutado. Le consta a la Comisión que en ninguna de estas muertes hubo resistencia previa por parte de las víctimas. Todo esto sucedió el 20 de septiembre de 1981.
Al día siguiente fueron ejecutados los dos miembros del grupo que habían sido detenidos al principio de los hechos, de nombres René Eduardo BRAVO AGUILERA y Julio César RIFFO FIGUEROA, ambos obreros, quienes habían sido conducidos al lugar del operativo desde Santiago. En el comunicado distribuído por DINACOS no se señala la forma en que fallecieron estas personas y no se reconoce el que estaban detenidas en forma previa. Otras informaciones provenientes de la CNI dan cuenta de la detención pero señalan que habrían sido muertas al intentar darse a la fuga, versión que resulta inverosímil dado lo amplio del despliegue militar y la celosa custodia a que deben haber estado sometidos, lo que se ratifica con la omisiones del comunicado oficial.
Finalmente, el 28 de noviembre de 1981 en Quebrada Honda, fue ejecutado por efectivos del Ejército, el practicante Juan Angel OJEDA AGUAYO. El relato de un testigo presencial de los hechos le hace fe a esta Comisión en el sentido que tampoco hubo realmente un enfrentamiento en esta oportunidad.

Al ponderar estos casos, debe tenerse presente lo que se ha dicho en la Primera Parte, Capítulo II de este Informe. Es preciso separar claramente los hechos o intenciones que puedan imputársele a los que fueron muertos, e incluso las consideraciones sobre su peligrosidad, de la licitud o ilicitud de los actos de la autoridad en combatirlos.

Desde luego, ninguna norma puede pedir que el Estado renuncie a combatir una insurgencia. Incluso más, ninguna norma puede pedirle que la combata con medios poco eficaces. Pero sí cabe exigir el cumplimiento, en toda circunstancia, de ciertas normas que regulan el empleo de la fuerza.
Teniendo esto en cuenta, la Comisión considera que en los hechos de Neltume las autoridades, que ya habían detenido a dos de ellos, estuvieron en posición de aprehender a los restantes, en todos menos en uno de los casos, en lugar de darles muerte. Si Neltume quiso ser, en los deseos de sus participantes, el comienzo de una guerrilla, fue, en la práctica, dado el fracaso y lamentable estado de los militantes del MIR envueltos en esta operación, y la enorme superioridad de las fuerzas del Estado, una operación más policial que propiamente militar. Existiendo racionalmente la alternativa de una aprehensión, en cada una de las situaciones examinadas, no fue lícito optar por ejecutarlos, menos aún a quienes estaban físicamente en poder de sus captores.
El único enfrentamiento real en estos hechos tuvo lugar entre Miguel CABRERA FERNANDEZ, obrero, quien cayó el 16 de octubre de 1981 en la localidad de Choshuenco al ser descubierto por carabineros y luego de producirse intercambio de tiros entre ellos. La Comisión considera que su muerte se produjo a consecuencias del enfrentamiento, y sin violación de sus derechos humanos.

En todos los demás casos, y dado lo que se ha expuesto, la Comisión considera que trata de ejecuciones, en violación de los derechos humanos de los afectados.

 


Relatos de Los Hechos

Categoría : Antecedentes del Caso

Juan Ángel Ojeda Aguayo, Nombre político, Gabriel, Pequeco;  muerto asesinado el 28 de Noviembre del 81. era obrero maderero; originario de Neltume; soltero. Tenia 27 años de edad.

Amaba la montaña como el que más. Era un explorador nato pero basaba su instinto en una especial relación con la naturaleza. Según él los montes hablaban, reían, lloraban. El seguramente le conversaba secretamente al monte. Era un tipo buena gente el Pequeco Le gustaba también la música, claro que más la tropical, y hacia gala de dotes de baterista. Pequeco era muy preocupado de su forma física, junto con Pablo era de los que más tiempo le dedicaban y más provecho le sacaban y más exigían a la preparación física. Pero también era de los mas preocupados por su aspecto; siempre tratando de andar bien vestido, bien presentado, era pinturita.

Durante su exilio en Holanda, empezó a dedicarse a aprender enfermería, sin prever que después seria su rol dentro de la fuerza: el sanitatio del destacamento

 

Comité Memoria Neltume

Guerrilla en Neltume

Una historia de lucha y resistencia en el sur chileno

(Este libro fue escrito por los sobrevivientes de la experiencia guerrillera en Chile)

 


Memorias Rebeldes: Juan Angel Ojeda Aguayo, Pequeco y la futura escuela de medicina en la Cordillera

Fuente :museoneltume.cl 28/11/2021

Categoría : Prensa

Desde el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume hemos querido homenajear a Juan Angel Ojeda Aguayo «Pequeco”; con una cápsula de Memorias Rebeldes y video con un homenaje sonoro en su memoria de la canción Alturas de Inti Illimani, interpretado por el músico valdiviano, Juan Fritz ; por conmemorarse este domingo  28 de noviembre de 2021, cuarenta años de su asesinato por efectivos militares en el sector de Quebrada Onda, cercano a la localidad de Puerto Fuy, en la Comuna de Panguipulli.

A continuación les dejamos un texto escrito por Pedro Cardyn, habitante de las cordilleras de panguipulli y médico del DGTL

Quiero recordar a mi amigo y compañero Gabriel. En el DGTL, el Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, lo conocíamos como Pequeco o Gabriel.

Pese a que era uno de los más chicos de porte entre nosotros, era reconocido por su habilidad para desplazarse en los montes más tupidos y escabrosos. Un de repente se escuchaba: “Ya Cabros, se puso penca esta cosa. Que venga el Pequeco adelante, mejor”. Y como arañita de monte, nos sacaba en un ratito del embrollo en que estábamos metidos. Era un buen vanguardia en situaciones difíciles para la mayoría.

Recuerdo este trozo de poema del libro Pisadas de Riomonte:

¿Qué siniestros pretextos portalianos

fueron cuchicheados

en télex y pasillos,

para decidir tu muerte,

Gabriel-Pequeco,

pequeña araña

trepadora infalible

de las marchas más nocturnas?

¿Qué malditas agallas, qué sórdidas entrañas

pueden existir

para matar en Diciembre sin piedad

a un Pequeco desarmado y solo,

escondido desde julio

en casa del tío maderero?

Yo sé lo que habrán sido, Gabriel,

esas incontables noches

de sobresaltos.

Una sola micro,

un disfraz,

o una marcha nocturna hacia Loncoche,

habrían bastado

para devolverte la libertad

y el camino de la lucha.

Mas, digo que tuviste suerte,

Pequeco:

Nadie dudará de tu nombre.

Pequeco, el enfermero del DGTL

En el DGTL estábamos organizados en escuadras de cuatro o cinco compañeros. Éramos un total de quince. No recuerdo si con Pequeco estábamos en la misma escuadra ni en la misma carpa. Lo que sí recuerdo es que cuando yo llegué al destacamento, ya había alguien a cargo de la salud de los compañeros. Ese era Pequeco. A poco andar de mi llegada, Paine me pidió que me haga cargo de la situación sanitaria de todos los compañeros. “Habla con Pequeco, que se ha ocupado del tema todo este tiempo”.

Nos juntamos con Pequeco esa mañana –debe haber sido al día siguiente de mi llegada- y me relató en primer lugar el estado de un par de compañeros que estaban enfermos y en cama en sus carpas respectivas. Uno era VÍctor, el Grande, (Próspero del Carmen Guzmán), que en uno de los trabajos de construcción de tatú (cada refugio subterráneo o tatú solo era conocido por los dos compañeros que lo hacían y por uno de los dos hombres de jefatura, Paine (Miguel Cabrera Fernández, jefe del DGTL), o Pedro (Patricio Calfuquir,segundo en el mando), bueno, la cosa es que Víctor había recibido sobre su cabeza unos cuantos kilos de tierra que se habían derrumbado. Eso lo había dejado bastante dolorido en el cuello. Pero también bastante asustado. Esa situación había sido un factor para que el partido apurara la incorporación de un médico al DGTL. Me dí cuenta que Pequeco, por no tener estudios ni título de médico no se atrevía a pronunciarse, dar diagnósticos, ni tomar algunas decisiones. Como por ejemplo, la de decirle al compañero: “Ya compadre, estás mejor, fuera de peligro, y puedes volver a las labores cotidianas”.

Examiné al compañero Víctor. El accidente había ocurrido hacía varias semanas, tal vez un mes o más. Tenía movilidad cervical, no había puntos sensibles a la palpación. Pequeco me miraba. Examinamos al otro paciente: Moisés, que si mal no recuerdo, tenía dolores lumbares desde algún tiempo. No tenía signo de Lasegue ni hormigueos en las piernas. Sostuve una pequeña conversación con Pequeco: “¿Qué opinas de los compañeros?”; “No sé pus León, si tú eres el médico. Pa’ eso te pedimos”; “Bueno ya, pero tú eres el que los conoce y los ha visto todo este tiempo”; “Ah, bueno, si es por eso, yo creo que los cabros hoy día están bien y que podrían volver a sus pegas”; “Viste compadre, no estudiaste alguna profesión de la salud, pero tenís más criterio que muchos profesionales y especialistas”.

También puedo agregar que nos reímos un poco. “Me tinca que están con más susto que enfermedad y que están sacando un poco la vuelta, los hueoncitos, jeje”. En realidad nos costaba creer que dos compañeros que habían venido hasta acá voluntariamente a jugarse la vida por una causa, estuvieran sacando la vuelta, esquivando las tareas, dejándosela a los demás, etc. No nos cuadraba el chistecito. Ahí me acordé que en medicina de guerra existe una especie de síndrome del soldado, que no es simulación ni sacadura de vuelta. Más aún en revolucionarios. Es más bien una especie de necesidad de “que mi organismo no me vaya a fallar en los momentos decisivos. En pleno combate, mi cuerpo tiene que estar tikitaka”.

Me di cuenta que Pequeco, Gabriel, tenía harto criterio y sentido común. Que, pese que, cuando mucho, había recibido una mínima instrucción de sanidad de guerra, muy básica, en Cuba, se preocupaba seriamente de sus compañeros. Tenía una libretita con una ficha clínica de cada uno, con sus antecedentes de salud, y en un breve relato me transmitió una descripción personal, e incluso global, de toda la situación de salud del destacamento.

Me dio un pequeño informe verbal, que incluía una amena y humorística descripción sicológica de la psiquis y la moral combativa global y de cada cual.

Lo anterior es esencial en toda situación de guerra. Eso no se aprende en los manuales, pero Gabriel –joven bagual del Complejo Maderero, que había trabajado como despachador de bencina y petróleo a los camiones, lo sabía como por instinto.

Comprendí que la verdadera medicina no estaba encerrada en enormes tratados, sino en la vida misma. Ahí tomé una decisión: yo le iba a enseñar todo lo que sabía de medicina. Vi que ese era el tipo de profesionales que necesitan y que se dan naturalmente en los pueblos en lucha. Un par de veces hicimos comentarios: “Entre los dos, huacho, vamos a formar la primera escuela de medicina de la revolución”.

La arrancadera en medio de la fría incertidumbre

Ocurre que el sábado 27 de junio, el fatídico “día de la arrancadera”, esa mañana vergonzosa en que una patrulla de milicos nos descubre tipo 11 de la mañana, en nuestro propio campamento base, a media hora al este del lago Quilmo.

Ocurre que Gabriel y yo estábamos ordenando remedios, botiquines y material de sanidad, bajo el toldo de la cocina, con el fuego ya apagado. Súbitamente, ambos escuchamos unos disparos a unos 50-80 metros cerro arriba, en dirección a la faena de acondicionamiento de un campamento de invierno, donde se encontraba la mayor parte de los compañeros trabajando con hacha, pala y picota.

Escuchar los disparos, quedar helados como esa nieve que nos rodeaba, ver pasar media docena de compañeros corriendo, y salir los dos en dirección a la quebradita fue casi la misma cosa.

Ese día, el DGTL quedó dividido en dos grupos.

Después de unas horas de peripecias, nuestro grupo que había quedado con el mando de Pedro, sufrió una emboscada ya entradita la noche. Aparte el mando, la mayoría ignoraba que los fusiles FAL habían llegado unos días antes y estaban guardados en un tatú, en espera de alguna ceremonia de entrega, cuya fecha el mando iba a decidir.

Entonces, aparte de la pistola que tenía Pedro, y los puñales que la mayoría tenía, andábamos desarmados. En medio de la balacera que nos daban, Pequeco quedó separado del grupo, en el bajo del camino maderero, entre el metro de nieve caída y el río Chan Chán, casi congelado.

La familia de Pequeco y el visitante misterioso

Cerca de ocho años habían pasado desde el golpe de estado. Los mapuches de la cordillera, los obreros madereros y sus familias, habían sido obligados a un olvido drástico, a un electroshock de la memoria. El recuerdo de los tres años sin patrones, de los únicos tres años libres en sus vidas, parecía casi una película de ciencia ficción en blanco y negro. Después de esos largos años de castigo, amenaza, pobreza, despojo, peores que el tiempo de los antiguos patrones, muchos ya no querían recordar. Muchas familias hasta sentían alivio que algunos hijos vivieran en el exilio, lejos del peligro. No tenían esperanza de volver a verlos algún día, pero al menos estaban vivos. Esa fría noche de invierno en el poblado de Neltume, la familia Ojeda Aguayo, se encontraba reunida cuando se escucha unos suaves golpes en la puerta de la casa. El que golpeaba discretamente era Juan Angel, alias Pequeco, el hijo mirista que estaba exiliado en Holanda.

La sorpresa fue tan grande como si hubieran visto entrar un fantasma o un marciano a su casa. Era el pasado que resucitaba. En medio del patrullaje militar exacerbado, que nadie entendía, había una sola casa en un Neltume dormido; que se inundó esa noche de los recuerdos de una época que muchos creían pasada.

Don Pedro Ojeda, el papá de Pequeco, su mamá y toda la familia se llenaron de abrazos y lágrimas de emoción. Pero no entendían nada. ¿Qué hacía Pequeco allí, si todos sabían que estaba en Holanda?

Las lágrimas se vaciaron y la despensa también.

Al día siguiente, Pequeco había vuelto a desaparecer.

Había encontrado refugio donde un tío en Quebrada Honda, cerca de Puerto Fuy.

En la capital, sus compañeros del MIR habían confeccionado documentos falsos de identidad y se estaba organizando el grupo que iba a viajar a rescatarlo de su escondite.

Las fuerzas de la dictadura descubrieron su escondite antes de que la misión de rescate se concretara. Fue asesinado en Quebrada Honda el 28 de noviembre de 1981.Desde el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume hemos querido homenajear a Juan Angel Ojeda Aguayo «Pequeco”; el siguiente homenaje sonoro en su memoria con la canción Alturas de Inti Illimani, interpretado por el músico valdiviano, Juan Fritz ; por conmemorarse este domingo  28 de noviembre de 2021, cuarenta años de su asesinato por efectivos militares en el sector de Quebrada Onda, cercano a la localidad de Puerto Fuy, en la Comuna de Panguipulli.


JUAN ANGEL OJEDA AGUAYO

Fuente :museoneltume.cl 28/11/2021

Categoría : Prensa

Alturas: Un homenaje sonoro a Juan Angel Ojeda Aguayo

Video disponible en youtube.com 

Desde el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume hemos querido homenajear a Juan Angel Ojeda Aguayo "Pequeco”; el siguiente homenaje sonoro en su memoria con la canción Alturas de Inti Illimani, interpretado por el músico valdiviano, Juan Fritz ; por conmemorarse este domingo  28 de noviembre de 2021, cuarenta años de su asesinato por efectivos militares en el sector de Quebrada Onda, cercano a la localidad de Puerto Fuy, en la Comuna de Panguipulli.


Procesan a otros dos ex oficiales de Ejército por crímenes cometidos en Neltume el año 1981

Fuente :serpaj.cl 2/9/2024

Categoría : Prensa

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, sometió a proceso al ex mayor de Ejercito Sergio María Canals Baldwin y al ex teniente de Ejercito, Luis Arturo Sanhueza Ross, como autores del delito consumado de homicidio calificado de Raúl Rodrigo Obregón Torres, René Eduardo Bravo Aguilera, Julio César Riffo Figueroa y Juan Ángel Ojeda Aguayo, perpetrados en la localidad de Neltume, comuna de Panguipulli, en 1981.

Los hechos criminales, que significaron la muerte de nueve militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fueron perpetrados por unidades represivas de la CNI y fuerzas comandos del Ejército que se volcaron a desarticular y aniquilar a los integrantes del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, impulsado por el MIR, que desarrollaba actividades de resistencia a la dictadura en las montañas de la cordillera valdiviana. En los operativos de exterminio participaron unidades del Batallón de Fuerzas Especiales, asentado en Llancahue, Valdivia, en particular de la Compañía de Comandos N°8, comandada el por entonces capitán del ejército Rosauro Martínez Labbé, ex diputado RN (desaforado por estos hechos).

Además, fueron movilizadas en las operaciones de aniquilamiento unidades de la CNI encabezadas por la agrupación Rojo, proveniente de Santiago y que se especializaba en la persecución a los militantes del MIR, junto con la Unidad Antiterrorista, también proveniente de la capital. A ellos se sumaban efectivos de la CNI de las unidades regionales del sur y carabineros de diversas unidades ubicadas en las localidades cordilleranas.

En la época de los hechos, Canals Baldwin, era segundo al mando de la División Metropolitana de la CNI, destinado a cumplir funciones operativas en las acciones contra el MIR en el sur. Ahora, fue procesado por el crimen de Raúl Rodrigo Obregón Torres, René Eduardo Bravo Aguilera y Julio Cesar Riffo Figueroa.

En tanto, Sanhueza Ross, que pertenecía a la Compañía de Comandos N°8, fue procesado por el crimen de René Eduardo Bravo Aguilera, Julio César Riffo Figueroa y Juan Ángel Ojeda Aguayo. Con posterioridad a estos sucesos, Sanhueza Ross fue “promovido” a la CNI en Santiago donde cumplió funciones operativas en la Brigada Azul de la División Anti subversiva hasta el término de la dictadura.

En la resolución (causa rol 1675-2003), el ministro Mesa Latorre dejó sujetos a la medida cautelar de prisión preventiva a Canals Baldwin y a Sanhueza Ross, en consideración a la naturaleza del delito y la pena que arriesgan por su responsabilidad en el crimen de lesa humanidad. Sin embargo, teniendo en cuenta que ambos criminales se encuentran cumpliendo condenas en el Centro Penitenciario Colina 1, en Santiago, por otros delitos sancionados en otras causas y por otros tribunales, suspende tal resolución hasta el cumplimiento de las penas aludidas.

En el auto de procesamiento el ministro Mesa Latorre, entre los numerosos fundamentos de su resolución, señala: “Que en todos los informes en que se da cuenta de la muerte de los integrantes del “Destacamento Toqui Lautaro”, se menciona que habrían muerto a causa de enfrentamientos, lo cual resulta inverosímil, toda vez que no se puede desconocer la desigual y desmejorada  condición en que se encontraban los integrantes del grupo “toqui Lautaro”, no solo en cuanto a armamento y preparación, sino mayormente en sus condiciones físicas, recordando que las víctimas se encontraban en estado de desnutrición y una de ellas incluso con parte de su pie amputado. La desproporción en el uso de la fuerza por parte de los agentes del Estado fue evidente, toda vez que pudieron simplemente haber aprehendido a los integrantes del grupo sin necesidad de llegar a ejecutarlos”.

Por estos hechos se encuentran procesados en anteriores resoluciones otros 6 agentes represores. Ellos son el ex diputado RN, ex alcalde de Chillán y ex oficial de Ejército, Rosauro Martínez Labbé, por el delito de homicidio calificado en carácter de delitos de lesa humanidad de los miristas Patricio Alejandro Calfuquir Henríquez, Próspero del Carmen Guzmán Soto y José Eugenio Monsalve Sandoval, ejecutados el 20 de septiembre en el sector Remeco Alto. Además, de Raúl Rodrigo Obregón Torres, ejecutado el día 13 de septiembre de ese año 1981, Pedro Juan Yáñez Palacios, ejecutado el día 16 de septiembre, ambos en el sector Pasas, y de Julio César Riffo Figueroa y René Eduardo Bravo Aguilera asesinados en el sector Cachín Alto el día 21 de septiembre de ese año.

El ex jefe operativo de la Brigada Rojo de la CNI, ex oficial de Ejército Enrique Erasmo Sandoval Arancibia como autor del delito de homicidios calificados, en carácter de lesa humanidad, de Raúl Rodrigo Obregón Torres, Patricio Alejandro Calfuquir Henríquez, Próspero Guzmán Soto, José Eugenio Monsalve Sandoval, Julio César Riffo Figueroa, René Eduardo Bravo Aguilera

El ex jefe operativo de la Unidad Antiterrorista (UAT) de la CNI y ex oficial de ejército Conrado Vicente García Giaier como autor del delito de homicidios calificados, en carácter de lesa humanidad, de Pedro Juan Yáñez Palacios, Patricio Alejandro Calfuquir Henríquez, Próspero Guzmán Soto, José Eugenio Monsalve Sandoval, Julio César Riffo Figueroa, René Eduardo Bravo Aguilera, y de Juan Ángel Ojeda Aguayo, cometido el 27 de noviembre del año 1981 en el sector Quebrada Honda en las proximidades de Puerto Fuy.

El ex suboficial de ejército y ex miembro del grupo de comandos N°8, de Llancahue, Luis Alberto Jerez Prussing como autor de homicidio calificado de Raúl Rodrigo Obregón Torres.

El ex suboficial de ejército y ex miembro del grupo de comandos N°8, de Llancahue, Julio Mariano Araki Tepano, como autor de homicidio calificado de las víctimas asesinadas en Remeco Alto: Patricio Calfuquir Henríquez, Próspero Guzmán Soto y José Monsalve Sandoval.

El ex suboficial de carabineros Paulino Flores Rivas como autor de homicidio calificado del mirista Miguel Cabrera Fernández, perpetrado el 15 de octubre de 1981 en la localidad de Choshuenco en la misma región cordillerana.


Caso Neltume: Ministro Álvaro Mesa informa a familiares de víctimas los resultados de pericias genéticas a restos óseos

Fuente :pjud.cl /10/2022

Categoría : Prensa

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, se reunió hoy –viernes 18 de marzo– con familiares de Juan Ángel Ojeda Aguayo y José Eugenio Monsalve Sandoval, víctimas de la causa conocida como caso Neltume, registrado en 1981, para darles a conocer los resultados de las pericias genéticas practicadas a los restos óseos de sus deudos.

El ministro Mesa informó que el objetivo de la reunión es entregar reservadamente la información “(…) respecto de los resultados de informes genéticos a familiares de dos víctimas del caso Neltume, específicamente de los restos de Juan Ángel Ojeda Aguayo y José Eugenio Monsalve Sandoval. En la oportunidad nos acompañarán peritos de la Unidad de Derechos Humanos del Servicio Médico Legal y del Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia”, dijo.

El proceso (causa rol 1.675-2003) “está en estado de sumario; es decir, se encuentra en el periodo de investigación, en el cual el tribunal va reuniendo las pruebas, recopila antecedentes, toma declaraciones a diferentes testigos, realiza inspecciones personales y pide informes. Posteriormente, en virtud de los resultados de estas diligencias, si los antecedentes así lo ameritan, se puede procesar a alguien, de lo contrario, la causa se puede archivar provisoriamente”, agregó el ministro.

Los restos óseos peritados por el laboratorio del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Innsbruck (GMI) de Austria y que hoy arrojan resultados, fueron exhumados en 2015, en una diligencia instruida por la entonces ministra en visita Emma Díaz Yévenes, en el Cementerio General de Valdivia y en el cementerio mapuche de Punahue, en Panguipulli.


Ministro Mesa procesa a dos militares (r) por homicidios calificados en Neltume en 1981

Fuente :diarioelranco.cl, 30 de Agosto 2024

Categoría : Prensa

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, sometió a proceso al mayor (r) de Ejercito Sergio María Canals Baldwin y al teniente (r) de Ejercito, Luis Arturo Sanhueza Ross, como autores del delito consumado de homicidio calificado de: Rodrigo Obregón Torres, René Eduardo Bravo Aguilera, Julio César Riffo Figueroa y Juan Ángel Ojeda Aguayo. Ilícitos perpetrados en la localidad de Neltume, comuna de Panguipulli, en 1981.

En la resolución (causa rol 1675-2003), el ministro Mesa Latorre dejó sujetos a la medida cautelar de prisión preventiva a Canals Baldwin y a Sanhueza Ross, en consideración a la naturaleza del delito y la pena que arriesgan por su responsabilidad en el crimen de lesa humanidad.

“Atendido el mérito de los antecedentes, de los cuales se desprende que la libertad de los procesados constituye un peligro para la seguridad de la sociedad; teniendo en cuenta, también, la sanción legal probable de los delitos en que se les atribuye participación; y visto lo dispuesto en el artículo 363 del Código de Procedimiento Penal, no se les concederá el beneficio de la libertad provisional” señala la resolución.

“Teniendo conocimiento que los procesados actualmente se encuentran recluidos en el Centro Penitenciario ´Colina I´ de Gendarmería de Chile, cumpliendo condena por delitos investigados por otro tribunal, suspéndase el decreto de prisión preventiva hasta el cumplimiento de la referida condena e ingrésese en su oportunidad” concluye la sentencia.

En la etapa de investigación, el ministro Álvaro Mesa reunió antecedentes suficientes para tener por establecidos los siguientes hechos:

A) Que durante el mes de marzo de 1979 un grupo de exiliados chilenos pertenecientes al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), que se encontraban residiendo en Europa, decidieron crear un frente guerrillero en la zona Sur de Chile, para lo cual se reunieron en Paris a fines del año 1980, viajando desde Madrid hasta Argentina e ingresando a nuestro país, específicamente a la zona de Neltume, a través de pasos fronterizos no habilitados, creando el grupo denominado “Destacamento guerrillero Toqui Lautaro”. En este lugar comienzan un periodo de trabajos logísticos y preparación militar, confeccionando refugios con el objeto de mantener resguardados sus alimentos, armas y vestimentas. (según consta en declaración de Jorge Enrique Durán Delgado de fs. 536 (Tomo I), declaración de Jorge Antonio Acuña Reyes de fs. 542 (Tomo I), fs. 1.982 (tomo V), entre otros antecedentes)

B)Que los pobladores se percataron de esta situación y la denunciaron ante Carabineros del Retén de Neltume, actual región de Los Ríos, por lo que en el mes de junio de 1981 un grupo conformado por personal del destacamento de Tropas Especiales Comandos Nº 8 «Llancahue», por instrucción del Capitán Rosauro Martínez Labbé, se dirigió hasta ese sector con el objeto de verificar si las denuncias recibidas eran reales o falsas.

C)Que posteriormente, con fecha 26 de junio de 1981, este grupo encargado de revisar el lugar, descubre uno de los campamentos creados por los integrantes del Destacamento señalado y deciden asaltarlo.  Producto de este operativo militar el grupo del Destacamento se divide y el Ejército se apodera de algunas de las pertenencias que se encontraron en sus refugios (planos, pasaportes, alimentos, armamento).(según antecedentes de fs. 1092 (tomo III), entre otros)

D)Que desde ese momento se inicia oficialmente el operativo Militar liderado por el Capitán Rosauro Martínez Labbé, que tiene como objeto el aniquilamiento de los integrantes de este grupo de jóvenes guerrilleros, participando de este operativo las siguientes unidades militares y de carabineros: Regimiento de Aviación Rancagua; Tropas Especiales Compañía de Comandos Nº 8; Prefectura de Carabineros de Valdivia, y todas sus unidades dependientes.(según consta en Oficio IV División de Ejército N° 3560/112/1184, envía orden secreta de fs. 828 y fs. 829,  tomo II).

E)Que durante la segunda quincena de agosto de 1981, y con el objeto de reforzar el batallón liderado por Rosauro Martínez Labbé, llega a la zona de conflicto la Unidad Antiterrorista de la Central Nacional de Informaciones (CNI), conformada por 15 uniformados aproximadamente, y a cargo del Capitán Conrado Vicente García Giaier. A esta fecha, al batallón comandado por Rosauro Martínez Labbé, ya se encontraban anexadas las unidades de Santiago y Valdivia de la Central Nacional de Informaciones, así como su «Grupo Rojo», el que estuvo a cargo del Capitán del Ejército de Chile Enrique Erasmo Sandoval Arancibia.

F)Que en ese contexto, debiendo además tener presente las inclemencias del tiempo y escasa alimentación que provocaron problemas de salud en los jóvenes pertenecientes al grupo “destacamento guerrillero Toqui Lautaro”, es que se dan las siguientes situaciones:

1) Que el 30 de agosto de 1981, Julio Riffo Figueroa y René Bravo Aguilera en momentos donde ambos descansaban luego de ser alimentados por los lugareños Pedro Morales y Julia Navarro, son detenidos por una patrulla compuesta por tres funcionarios de Carabineros del Retén Malalhue en el sector de Huellahue. Tras su detención son enviados a Valdivia, específicamente al Retén Las Ánimas. Allí son interrogados por Carabineros del OS7 de Santiago. Posteriormente, Julio Riffo Figueroa y René Bravo Aguilera son trasladados al Cuartel Borgoña de Santiago, de la Central Nacional de Informaciones (CNI), donde son torturados e interrogados. El 16 de septiembre de 1981, Julio Riffo Figueroa y René Bravo Aguilera son nuevamente transportados a la zona de conflicto, particularmente a Neltume, con el objeto de ser utilizados por el batallón a cargo de Rosauro Martínez Labbé, en la búsqueda de los demás campamentos guerrilleros y de sus integrantes. Finalmente, con fecha 21 de septiembre de 1981, son ejecutados, señalándose como causa de muerte para René Bravo Aguilera Herida a bala craneoencefálica y torácicas y para Julio Riffo Figueroa Herida a bala craneoencefálica. (según consta, entre otros antecedentes, en declaraciones de Adrián Ewaldo Porras Riffo de fs. 1 ,  fs. 15 (tomo I), fs.  1292 (tomo IV), de Juan Pablo Cea Villalabeitia de fs. 679 (tomo II); de José Antonio Mora Sanchez de fs. 680 (tomo II) ; de Renato Cortés Muñoz de fs. 681 (tomo II); de José Andrés Vial Martínez de fs. 682 (tomo II); de Jaime Patricio Martínez Fuentes de fs. 687 (tomo II) ; de Luis Alberto Jerez Prussing de fs. 1024 a fs. 1029 (tomo III); de Renzo Eugenio Gattavara Ghillino de fs. 1183 a fs. 1184 (tomo III); Certificado de defunción de Julio César Riffo de fs. 12 (tomo I),  fs. 658 (tomo II) , 1273 (tomo IV). Parte de fs. 624 (tomo II). Partida de defunción de Julio César Riffo fs. 26 (tomo I). Informe de autopsia de Julio César Riffo de fs. 674 (tomo II); Oficio N° B-4 2114 de 22 de septiembre de 1981 de fs. 684 a 685 (tomo II), que da cuenta de la muerte de Julio César Riffo y René Bravo; Decreto 3336 de 8 de septiembre de 1981, consigna arresto en dependencias de la CNI de Riffo y Bravo de fs. 798 (tomo II); Decreto 3370 de 12 de septiembre de 1981, amplía detención de Riffo y Bravo de fs. 799 (tomo II); Certificado de defunción de René Eduardo Bravo Aguilera de fs. 12 (tomo I) , fs. 662 (tomo II) y fs. 1272 (tomo IV); partida de defunción de René Eduardo Bravo Aguilera de fs. 26 (tomo I); Informe de autopsia de René Eduardo Bravo Aguilera de fs. 673 (tomo II))

2) Que Pedro Juan Yáñez Palacios, en el transcurso de su travesía, sufrió gangrena en los pies, por lo que tuvo que ser dejado por sus compañeros en el hueco de un tronco con un fusil, sin embargo, producto del fuerte olor  a remedios que expelía, fue detectado por el grupo de militares del Comando N° 8 de Llancahue – integrada además por Conrado García Giaier –    que vigilaba la zona, quienes le dieron muerte, siendo su causa precisa de muerte herida a bala craneoencefálica. (según certificado de defunción fs. 188 (tomo I)  y  fs. 666 (tomo II) ;  a fs. 624 (tomo II),  parte informe muerte; Informe de autopsia fs. 670 (tomo II); Declaración de Erasmo Sandoval de fs. 1941 (tomo IV), entre otros antecedentes)

3) Que  producto de la información entregada por los detenidos Julio Riffo Figueroa y René Bravo Aguilera relativa al lugar de encuentro y el santo y seña, un grupo de militares, encontrándose entre ellos Jerez Prussing y Enrique Sandoval Arancibia – ya procesados en esta causa- y otros  del Comando N° 8 de  Llancahue bajo el mando  de Rosauro Marínez Labbé, logró encontrar y dar muerte a Raúl Rodrigo Obregón Torres, el 13 de septiembre de 1981, cuando este concurría a reunirse con sus compañeros, siendo su causa precisa de muerte herida a bala cérvico toraxico.  (según certificado de defunción fs. 187 (tomo I) y fs. 654 (tomo II); parte informe fs. 624 (tomo II); informe autopsia fs. 671 (tomo II) y 1074 (tomo III); Declaración de Enrique Sandoval de fs. 1863 (tomo IV); fs. 2055 (tomo V); fs. 2118 (tomo V); Declaración de Aquiles González de fs. 3887 (tomo VII), entre otros antecedentes)

4) Que a mediados del año 1981, aproximadamente, uno de los jóvenes, Juan Ángel Ojeda Aguayo, llega a la casa de un pariente de nombre Isaías Aguayo Márquez, ubicado en el sector de «Quebrada Honda», en las cercanías· de la Localidad de Neltume, Panguipulli, pernoctando en dicho lugar en reiteradas y discontinuas ocasiones a donde concurría a buscar alimento en diferentes oportunidades, cuando específicamente  el 28 de noviembre de 1981, un grupo de personal de Ejército y Carabineros destacados en el sector de Neltume se acercaron a la casa mencionada. en donde, luego de instar a los moradores a salir de su domicilio, Juan Ángel Ojeda Aguayo salió del lugar, en donde fue abatido por un grupo de militares quienes efectuaron múltiples disparos en su contra, resultando con herida a bala cráneo encefálico facial, además de múltiples heridas a bala cervo-toráxico con rotura y estallido de órganos y heridas a bala en extremidades inferiores, lo que le causó la muerte. (según fs. 848 (tomo II), parte informe da cuenta de la muerte; fs. 872 (tomo II) informe autopsia; fs. 874, 919 (tomo II) , fs. 1274 (tomo IV), certificado de defunción; declaración de Jorge Farías Silva de fs. 880 (tomo II); declaración de Rita Yolanda Jaramillo de fs. 988 (tomo II) y 1592 (tomo IV); de Isaías Aguayo Márquez de fs. 2.029 (tomo V); Oficio de carabineros de enero de 1982, fs. 918 (tomo II) , entre otros antecedentes)

5) Que Patricio Alejandro Calfuquir Henríquez, Próspero del Carmen Guzmán Soto, José Eugenio Monsalve Sandoval llegan hasta la casa de doña Floridema Jaramillo, en Remeco Alto, quien  les ·proporciona alimentos y de inmediato realiza acciones para denunciarlos ante Carabineros, lo que en definitiva se logra enviando a su hijo Juan Carlos Henríquez Jaramillo, quién a lomo de caballo concurre al Retén de Neltume dando cuenta de este hecho, junto con carabineros se dirigen de regreso a su domicilio y al pasar frente al colegio de Remeco dieron aviso a militares que se encontraban en un campamento en el lugar, quienes a su vez dieron aviso por radio: que al volver a la casa habían unos Carabineros apostados en diversos lugares, alrededor de cuatro, pero al mismo tiempo llegó el Capitán Rosauro Martínez Labbé acompañado de a lo menos dos militares de grado inferior –  entre ellos el cabo 2° Julio Araki Tepano  quien luego de  instarle a los guerrilleros que salieran de la casa, dispararon  contra el inmueble hasta dejarlo prácticamente inutilizado, a consecuencia de lo cual resultaron muerto Patricio Calfuquir Henríquez, Próspero Guzmán Soto y José Eugenio Monsalve Sandoval, a continuación llegó un gran contingente militar  que continuo con la operación y traslado de los guerrilleros fallecidos, señalándose como causa de muerte en los protocolos de autopsia lo siguiente: según fs. 1075 Patricio Calfuquir, como causa precisa de la muerte cinco heridas a bala tóraco-abdominal en sedal, complicadas de rotura y estallido de órganos y vísceras y los disparos presentan características de haber sido efectuados desde larga distancia con armas automáticas y de gran calibre; en fs. 1076 respecto de Próspero del Carmen Guzmán Soto la causa precisa de la muerte son veintiocho heridas a bala tórac- abdominal y extremidades en sedal complicadas de rotura y estallido de órganos, vísceras y fracturas conminutas y los disparos con características de haber sido efectuados desde larga distancia con armas automáticas y de gran calibre;  a fojas 1079 y en relación a José Eugenio Monsalve Sandoval, la causa precisa, necesaria e inmediata de la muerte: heridas (4) a bala cráneo encefálicas y tóraco abdominales, en sedal, complicadas, con rotura de órganos y vísceras, por disparos a larga distancia, con armas automáticas y de grueso calibre.

6) Miguel Cabrera Fernández, conocido como “El Paine” y quien era el jefe del grupo, muere en la localidad de Choshuenco, el 15 de octubre de 1981, en un supuesto enfrentamiento con Carabineros pertenecientes a la dotación del Retén de dicha localidad. Su causa precisa, necesaria e inmediata de muerte indica “Herida a bala cervico-toraxica, antero-posterior, en seda, complicada de rotura de vados sanguíneos y pulmón izquierdo. (Oficio envía cadáver a la morgue fs. 751 (tomo II); Parte informe carabineros sobre muerte fs. 749 (tomo II); Declaración en fiscalía de Paulino Flores Rivas fs. 753 (tomo II); declaración en fiscalía de Hernando Jara Valenzuela de fs. 753 (tomo II); antecedentes de Miguel cabrera de fs. 830 a 841 (tomo II); Informe de autopsia fs. 755 (tomo II); certificado de defunción de fojas 919 (tomo II); declaración de Héctor Rivas Bravo de fs. 842 (tomo II); declaración de Dagoberto Pineda Troncoso de fs. 1055 a 1584 (tomo IV)).

G)Que en los hechos 1 al 4 tuvo participación, en su calidad de Capitán Rosauro Martínez Labbé, quien a la época de los hechos, ostentaba el cargo de Comandante de la Compañía de comandos N° 8, del Batallón “Llancahue”, dependiente de la IV División de Ejército, Compañía que estuvo dirigiendo la operación en Neltume durante todo el periodo que esta duró. El mencionado Capitán Martínez, fue el encargado de organizar los distintos grupos que se movilizaron por el sector, proporcionando armamento  y entregando instrucciones, entre las que se destacaba que “Estaban en guerra” y que “al ver algún hombre con las característica  de guerrilleros, se debía disparar a matar”( según declaraciones de fojas 3153 , fs. 3155, fs. 3180, fs. 3182,  fs. 3219, fs. 3185, fs. 3350, fs. 3355, fs. 3368, fs. 3385,  fs. 3400,  fs. 3478 (tomo VI) , fs. 3616 (tomo VII) entre muchas otras; documentos de fojas 1085 (tomo III)  y siguientes, 1286 (tomo IV) y siguientes, 2338 (tomo V) y siguientes).

 

H)Que entre los integrantes de la Compañía de Comandos N° 8 que estuvo colaborando con las operaciones comandadas por el capitán Martínez, se encontraba  el cabo 2° Julio Araki Tepano, quien formaba parte del grupo de reconocimiento y entre su participación en las labores de búsqueda y detención de los guerrilleros, fue el encargado de dar aviso al jefe del grupo, Teniente Ivan Fuentes Sotomayor, que habían descubierto una base guerrillera.(fs. 2488 (tomo V) , fs. 2583 (tomo VI) , fs. 3605 (tomo VII),  fs. 3350 (tomo VI), fs.  3353 (tomo VI),  fs. 3355 (tomo VI) entre otros antecedentes ).

I)Asimismo, sobre los hechos señalados en el punto 1, esto es Julio César Riffo y René Bravo Aguilera,tuvo participación el  Teniente de Ejército Luis Arturo Sanhueza Ross, dependiente de la Compañía de Comando N° 8, quien era uno de los Oficiales a cargo de una de las secciones que fue enviada a la zona de Neltume (según declaraciones de fs. 1849, fs. 2.366, fs. 3.183, fs. 5.671,  entre otros antecedentes). Así, según declaraciones de soldados conscriptos integrantes  de la escuadra que estaba a cargo del Teniente Sanhueza Ross, han señalado su conocimiento respecto a personas detenidas que estaban a cargo de personal de la CNI , describiendo que se trataba de guerrilleros, atados de manos y que por la espalda les cruzaba un palo que estaba amarrados con alambres a cada extremo de este a la altura de sus muñecas,  relatando cómo se les ordenó custodiarlos y que posteriormente, a unos cincuenta metros de donde estaban junto al Teniente Sanhueza Ross, se  ejecutó a estos detenidos  para luego  ordenárseles  a los mismos conscriptos envolver los cuerpos en polietileno y subirlos al interior de un helicóptero  que los trasladó a la Compañía en Valdivia. (según declaración de fs. 3.353 y fs. 3.473 (tomo VI), fs. 5.711, fs. 6.856 (tomo XIV), entre otros antecedentes).

De la misma forma, sobre los hechos señalados en el número 4, esto es, Juan Ángel Ojeda Aguayo, el Teniente Luis Arturo Sanhueza Ross tuvo participación en ellos, en cuanto comandaba la patrulla que se encontraba en cercanías de la localidad de Choshuenco y al recibir un aviso de Carabineros de esa localidad, se dirigió junto a la patrulla que estaba a su cargo hasta la casa donde se hallaba Ojeda Aguayo, montando un operativo de resguardo alrededor de la vivienda y participando en los hechos que dieron como resultado la muerte de Juan Ángel Ojeda Aguayo. (según declaraciones de fs. 880 (tomo II), fs. 8.443 y fs. 8.580 (tomo XVIII).

J)Que también formó parte fundamental de este operativo laUnidad Antiterrorista de la Central Nacional de Informaciones (UAT), dirigida por el Capitán Conrado García Giaierquien participó activamente en la búsqueda, detención y posterior muerte de algunas de las víctimas mencionadas, lo cual además se encuentra acreditado en los autos de procesamientos de fojas 2.046, 2.050 y 2.052 (Tomo V) (confirmados por la Ilma. Corte de Apelaciones de Valdivia según fs. 2.169 (tomo V) (declaraciones de Luis Bascur Gaete de fs. 1500 (tomo IV); de Carlos Leonardo Ruiz Iturra de fs. 2.398 y fs. 2.431 (tomo V); de Carlos Cesar Cisternas Cofré de fs. 2.401 (tomo V);  hoja de vida de fs. 2324 a 2330 (tomo V); informe policial fs. 2.387 (tomo V), entre otros antecedentes).

 K)Que de la misma manera cumplió participación activa el Mayor de Ejército Sergio Canals Baldwin, en los hechos descritos en los números 1 y 3, esto es, Julio Riffo Figueroa, René Bravo Aguilera y Raúl Obregón Torres.  El Mayor Canals Balwin formaba parte del “Grupo Plomo” de la Central Nacional de Informaciones (CNI) y fue enviado a la zona de Neltume  apostándose junto a su grupo y junto a los demás integrantes de la CNI, en las Termas de Liquiñe, ocupando la totalidad de las cabañas durante todo el tiempo en que se mantuvieron en dicha localidad, dependencias en las que se encontraban detenidos Julio Riffo Figueroa y René Bravo Aguilera y que a raíz de la información entregada  por estos aprehendidos  se logró encontrar y dar muerte a Raúl Obregón Torres, según se detalla en el punto  3 de este auto de procesamiento.   Este Oficial  cumplía labora operativas y de reunión de información sobre las actividades de la zona y era el Oficial de Ejército con mayor grado de jerarquía del grupo de personas que integraban la Central Nacional de Informaciones (CNI) y que fueron enviados desde Santiago para apoyar las labores de otras ramas de las Fuerzas Armadas que se encontraban en la zona (según declaraciones de fs. 3.653, fs. 3.656, fs. 5.550 y fs. 8.534, entre otros antecedentes).

Que en todos los informes en que se da cuenta de la muerte de los integrantes del “Destacamento Toqui Lautaro”, se menciona que habrían muerto a causa de enfrentamientos, lo cual resulta inverosímil, toda vez que no se puede desconocer la desigual y desmejorada  condición en que se encontraban los integrantes del grupo “toqui Lautaro”, no solo en cuanto a armamento y preparación, sino mayormente en sus condiciones físicas, recordando que las víctimas se encontraban en estado de desnutrición y una de ellas incluso con parte de su pie amputado. La desproporción en el uso de la fuerza por parte de los agentes del Estado fue evidente, toda vez que pudieron simplemente haber aprehendido a los integrantes del grupo sin necesidad de llegar a ejecutarlos”.