Fuenzalida Morales Francisco Antonio


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museodelamemoria.cl

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cerronavia.cl

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Cementerio General Santiago

Cementerio General Santiago

Fecha Detención :
Lugar Detención :

Fecha Asesinato : 27-03-1987
Lugar Asesinato : Cerro Navia – Vía Pública


Fecha Nacimiento : 09-02-1972 Edad : 12

Actividad Política : Desconocida
Actividad : Estudiante de Enseñanza Básica

Estado Civil e Hijos :
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :Informe Rettig

Categoría : Antecedentes del Caso

El 27 de marzo de l984 murieron once personas en hechos vinculados a la Octava Jornada de Protesta Nacional:

Francisco Antonio FUENZALIDA MORALES, de 12 años, estudiante de enseñanza básica, resultó herido en horas de la tarde, falleciendo a causa de un traumatismo torácico por balín de plomo.  Carabineros se había hecho presente en la población Lo Amor (Santiago) con buses y helicópteros.  Los pobladores se aglomeraron a cierta distancia.  Los policías lanzaron bombas lacrimógenas y dispararon con sus armas de servicio.

Diversos testimonios verosímiles llevan a esta Comisión a presumir que Carabineros hizo un uso excesivo de la fuerza, violando así los derechos humanos de Francisco Antonio FUENZALIDA.

 

 


Rompiendo el silencio de niñas, niños y adolescentes ejecutados políticos durante la dictadura cívico-militar 1973-1990 (LIBRO)

Fuente :cultura.gobierno.cl 20/4/2023

Categoría : Prensa

Testimonios, fotografías, cartas, testimonios y otros documentos que familias, amigas y amigos entregaron o escribieron especialmente para ser publicados incorpora el libro “Rompiendo el silencio de niñas, niños y adolescentes ejecutados políticos durante la dictadura cívico-militar 1973-1990”, el que fue realizado por la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP) con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de la Unidad de Cultura, Memoria y Derechos Humanos, y a la Cátedra de Derechos Humanos de la Universidad de Chile.

La publicación basada principalmente en el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (1991) y el Informe de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (1996), busca reconstruir de forma integral y cuidada cada una de las vidas e historias de las víctimas.

Durante la investigación se accedió al archivo de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, donde se custodian documentos que las familias han preservado a través de años. También se incluyeron ilustraciones que estuvieron a cargo de Álvaro Gómez.

El proceso de creación fue un desafío complejo que implicó conjugar delicadeza, respeto y rigurosidad metodológica para enunciar en esta obra una verdad dolorosa e ineludible.


Construyendo la ruta de la memoria en Cerro Navia, libro que reúne los testimonios de las familias de ejecutadas y ejecutados políticos de Cerro Navia

Fuente :corporacion.cerronavia.cl 30 agosto

Categoría : Prensa

Este miércoles 30 de agosto se lanzará Construyendo la ruta de la memoria en Cerro Navia, publicación que rescata las historias de vida de cada uno de los ejecutados políticos de la comuna, como hermanas y hermanos, como hijas e hijos, como amigas y amigos.

En el libro participaron las familias de cada ejecutada y ejecutado político, además de la familia del único desaparecido político de la comuna, quienes con su testimonio permiten construir una ruta de la memoria, espacios para el encuentro y el recuerdo de las y los caídos en la sangrienta dictadura cívico militar. Parte de esta historia está replegada en los espacios de la comuna, ya sea con un mural, memorial ciudadano, animitas, árboles plantados en homenajes simbólicos, entre otros tipos de recuerdos que han dejado las familias de cada uno de ellos.

La Ruta de la Memoria de Cerro Navia está compuesta en nombre de la memoria de: Juan Antonio Aguirre Ballesteros; Juan Segundo Pino Elizondo; María Loreto Castillo Muñoz; Iván Marcelino Aqueveque Antileo; Felipe Segundo Rivera Gajardo; Francisco Antonio Fuenzalida Morales; Héctor Enrique González Yáñez; Luis Reinaldo Díaz Muñoz; Mauricio Alfonso Cancino Garín y Juan Fuentes Rojas; Héctor Segundo Pacheco Avendaño; Máximo Astolfo Bermúdez Ballón; Juan Rafael Bermúdez Gaete y Mauricio Armando Maigret Becerra.

También se describen los memoriales de la Cruz de las y los Detenidos Desaparecidos y las y los Ejecutados Políticos y el Memorial de Huelén con Mapocho.

Este libro fue un trabajo realizado por la Dirección de Cultura, a través de sus equipos de Identidad y Patrimonio y Participación, la Editorial Popular de Cerro Navia, Cerro Ediciones y, en colaboración directa, con las y los familiares de ejecutadas y ejecutados políticos y la familia del último detenido desaparecido de la comuna durante la dictadura y democracia.

Esta entrega, que se publicará física y digitalmente, es el cuaderno II de la colección Memorias de Cerro Navia, la cual está dedicada a investigar y relevar hitos socioculturales más importantes de la comunidad, en la voz de cada vecina y vecino. 

El libro será lanzado el miércoles 30 de agosto a las 19:00 horas, en una ceremonia en el Teatro de la Casa de las Culturas, las Artes y las Ciencias Violeta Parra, ubicado en Mapocho Nª7360, Cerro Navia. La entrada es liberada.

 


Testimonio de su hermana Jenny Fuenzalida

Fuente :ok-libro-ruta-de-la-memoria. cerronavia.cl

Categoría : Otra Información

Nosotros éramos cinco hermanos y mis abuelos se hicieron cargo de nosotros cuando falleció mi mamá, pero mi hermano mayor fue criado por mis otros abuelos, por parte de mi mamá. Él no se crió con nosotros, entonces quedamos cuatro hermanos. Antonio [Francisco] era el menor de los cuatro, yo la mayor. Cuando mataron al Toño yo tenía diecisiete años. Le decíamos el loco Toño porque era un loquillo. Le gustaba hacer travesuras… y siempre hacía como que le pasaban cosas, entonces era como el cuento de Pedrito y el lobo, que después cuando dicen la verdad, una no les cree. Era un loquillo… le gustaba andar haciendo travesuras. Todos los días llegaban las niñas a decir que el Antonio les había escondido la mochila y no se las quería entregar. Al Toño le gustaba andar en la calle, era muy callejero. También era enamoradizo, les escondía la mochila a las niñas para que lo siguieran y estuvieran con él y él abrazarlas y darles besos. Era medio irrespetuoso, aunque con mis abuelos no, y a mí también me debía respeto, como era su hermana mayor. Aunque no era muy cercano conmigo, era más cercano con mi otra hermana, con Mónica, y la Mónica también con el Toño, porque ellos eran los dos menores, entonces ellos se juntaban, conversaban, jugaban, pero yo con el Antonio no tenía tanto eso… Eso sí que todos lo amaban porque era el hermanito menor.

Al Antonio no le gustaba mucho el deporte. No hacía deporte, porque era asmático, entonces no podía. Además que en esos tiempos las enfermedades no eran como ahora, porque ahora uno se puede sanar, cuidar, todo. Él no… corría un poco, se agitaba y le venía la tos y el asma. Y tenía una tos fea, cuando él estaba muy enfermo, tosía y era como una tos de perrito, le decíamos nosotros. “Ya empezó el perrito”, le decíamos y le empezábamos a ladrar [ríe]. Los amigos iban a verlo cuando él estaba acostado. El Toño se entretenía saliendo a buscar cachureos. Cachureando en las basuras… por las calles andaba siempre buscando cosas para vender. Iba en séptimo básico cuando murió, tenía doce años. Le tuvieron su banco ahí [en la sala], su mesa, nadie la ocupaba. Era como el espacio de él que quedó ahí. [Cuando lo mataron] había entrado al colegio hacía poquito también, si murió el 27 de marzo. Sus compañeros, sus profesores, todos fueron al velorio, al funeral. Fue como bien… en el colegio fue bien homenajeado, y lo triste es cuando quedan todas sus cosas. Su mochila, su ropa… El Toño estudiaba en el colegio 422. En ese tiempo se llamaba así, ahora es Paulo Freire. Todos estudiábamos en ese colegio de la población, primos, tíos y hermanos. Me acuerdo de que veíamos Los Tres Chiflados para divertirnos. Todos nosotros lo veíamos, los primos, todos, era tan divertido para nosotros. Yo ahora los veo y no me divierten nada, pero cuando los veía en ese tiempo era pura risa.

Los días domingo, por ejemplo, me acuerdo que nos bañábamos temprano, a las cuatro de la tarde ya teníamos que estar todos bañados para el día lunes ir al colegio y salíamos a jugar hasta las ocho. Hasta las ocho jugábamos… Nos daban plata, una moneda, y con eso arrendábamos un monopatín, que era con ruedas como las de los triciclos antiguos, con goma. Un caballero lo hacía con una tablita, dos ruedas, un palo y el manubrio [ríe]. Ese era el monopatín en el que andábamos nosotros. Y en eso nos entreteníamos toda la tarde, jugando al luche, jugando al tombo, y a las ocho teníamos que estar todos adentro, tomar once y acostarnos.

Y al otro día mi abuelita a las siete nos hacía levantar para ir al colegio… pero al Toño no le gustaba estudiar. No le gustaba levantarse. Era flojito para estudiar, lo tenían que estar siempre retando para que se levantara para ir a estudiar y como era regalón, enfermizo y era el menor, era el bebé de la casa. Hacía lo que quería con mis abuelos, que decían “ya, dejen al niño en la cama” y se quedaba en la cama. Y al otro día el mismo show, que el niño no quería ir a estudiar [ríe]. Era como bien llevado a sus ideas, se aprovechaba del cariño que le tenían [ríe]. Afuera de la casa tenemos un arbolito como recordatorio. La Mónica Aqueveque parece que fue la que dio esa idea de plantar un arbolito y tenerlo ahí. Cuando hacemos algún encuentro, un recordatorio o algo así, ahí vamos. Le ponemos una mesita, las velitas, globos blancos. Así que tenemos ahí algo que lo recuerde siempre.

Casa de las Culturas, las Artes y las Ciencias Violeta Parra, Cerro Navia, 01 de junio de 2023.


Testimonio de su prima Susana Fuenzalida

Fuente :cerronavia.cl 19 de junio de 2023.

Categoría : Otra Información

Recuerdo mi vuelta de vacaciones en Las Cruces. Mi tío almorzaba en casa de su mamá y yo estaba ahí, esperando que me fuera a dejar a mi casa, que estaba dentro de la iglesia y daba a la cancha. Esperé hasta que mi tío me llevó en bicicleta y el Toño estaba justo fuera, me vio pasar y corrió, saltando y gritando muy feliz “abuela, abuela, llegó la cabezona, la cabezona llegó”, y me hizo bajar de la bicicleta y me abrazó. Saltábamos de alegría, abrazados, y me quería llevar altiro a la casa de mi abuela, pero yo tenía que decirle a mi mamá que ya había llegado. Luego estuvimos jugando hasta el anochecer y cantando canciones con la letra cambiada, por ejemplo, la canción de Claudio Reyes que decía “la tarde está llorando y es por ti”, y él [Toño] decía “la tarde está llorando y es por tu hermana” [ríe]. Fuimos felices con nada. Mi abuela nos hacía pan frito y ulpo para pasar el hambre, pero no nos importaba… También me acuerdo de que cantábamos Yo tenía diez perritos y a cada estrofa le cambiaba la letra… mi primo Toño fue un niño travieso, a ratos llorón, pero lleno de amor. No debió recibir esa bala nunca. Tenía doce añitos y yo, nueve. Ese día no se entendía lo que pasaba, pero los gritos nos hacían sentir que era grave… jamás olvidaré su risa contagiosa y la tos tan fuerte que tenía…

Yo quería a mi primo y jamás lo olvidaré. Son muchas historias, pero esta jamás la olvidaré. El Toño fue el más feliz con mi vuelta a casa. Él me quería mucho y yo a él. El Toñito fue feliz, fuimos felices porque a pesar de la pobreza tuvimos mucho amor.