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Espinoza Ojeda Joaquín Segundo – Memoria Viva

Espinoza Ojeda Joaquín Segundo

regionalista.cl
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Antofagasta- monumentos.gob.cl
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Cementerio General Santiago
Cementerio General Santiago

Partidosocialista.cl - Paris 873 stgo
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Rut : 4.029.911-7
Fecha Detención :
Comuna Detención :

Fecha Asesinato : 15-09-1973
Comuna Asesinato : Antofagasta


Fecha Nacimiento : 24-09-1927 Edad : 36


Comuna Nacimiento : Antofagasta

Partido Político : Partido Socialista (PS)
Oficio o Profesión : Marinero mercante

Estado Civil e Hijos : Casado 3 hijos
Nacionalidad : Chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Informe Rettig)

Categoría : Antecedentes del Caso

El 15 de septiembre de 1973 fue muerto por funcionarios del Ejército, Joaquín Segundo ESPINOZA OJEDA, de 36 años de edad, marinero de cubierta, militante socialista.

                                                        Según la versión oficial, aparecida en el diario El Mercurio de Antofagasta de 17 de septiembre, bajo el titular "Activista Muerto en Intendencia", "un activista político que provocó el volcamiento de un vehículo militar en el sector de El Trocadero y posteriormente agredió a un jefe del Ejército que lo interrogaba, fue muerto en la tarde del Sábado por la escolta del oficial militar…".  El certificado de defunción del afectado indica como causa de la muerte, heridas a consecuencia de proyectil de arma de fuego. 

                                    Según testimonios recibidos por la Comisión, el día de los hechos, el automóvil de Espinoza sufrió un desperfecto en una calle de la ciudad de Antofagasta, deteniéndose para tratar de repararlo.  En ese momento y cerca del lugar en que se hallaba estacionado, chocó un jeep militar con una camioneta, accidente del cual se responsabilizó al afectado, llevándolo detenido a la Intendencia.

                                    Al enterarse de los hechos, su familia concurre a la Intendencia y luego al Hospital, donde encuentra sus restos mortales, los que son entregados el día 17. 

                                    La Comisión se formó convicción que Joaquín Espinoza fue ejecutado por agentes del Estado, en ejercicio de violencias innecesarias, produciéndose violación de sus derechos humanos, en atención a las siguientes consideraciones:                     –                                                                                              

                        –            No resulta coherente la versión oficial en orden a que el afectado, sin contar con ayuda alguna hubiese intentado atacar a un vehículo militar, en plena ciudad y durante el día;

                        –            Aún cuando así hubiese sido, no parece verosímil que encontrándose en poder de sus aprehensores, al interior de la Intendencia, desarmado y dentro de un recinto fuertemente custodiado como lo estaba dicha dependencia, haya agredido al oficial que lo interrogaba, y

                        –            Aún cuando le hubiere atacado, no se justifica porqué los militares que lo interrogaron habrían necesitado dar muerte a una persona desarmada para reducirla. 

 


Joaquín Espinoza Ojeda no murió en la Intendencia: Fue asesinado

Fuente :regionalista.cl 6/9/2020

Categoría : Prensa

Por Agrupación por la Memoria Histórica Providencia Antofagasta

El 17 de septiembre de 1973, hace casi 47 años, el diario El Mercurio de Antofagasta lanzaba una portada titulada: “Activista muerto en la Intendencia”. La noticia se refería a la ejecución de Joaquín Espinosa Ojeda, un trabajador portuario de 36 años, acusado de volcar un vehículo militar en las proximidades del Trocadero y de agredir al oficial militar que lo interrogaba durante su detención. Pero, hoy sabemos que la historia no ocurrió así. Muchos de los crímenes de la dictadura se erigieron sobre esta misma mentira: la supuesta peligrosidad de ciertos sujetos/as, en cuyo artificio comunicacional se cimentó la práctica del terrorismo de Estado.

Desde un punto de vista discursivo, lo que le sucedió a Joaquín Espinoza es ahora un conjunto de escrituras fragmentarias repartidas en causas judiciales, entrevistas, textos periodísticos y administrativos. En el año 1991 su nombre apareció consignado en el tercer tomo del Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, en el listado de ejecutados/as
políticos/as. El año pasado, su nombre volvió a pronunciarse, públicamente, durante la marcha conmemorativa del 11 de septiembre. Y también en una entrevista realizada por el diario Regionalista a su hija, María Espinoza, quien declaró: «Mi padre fue asesinado en la Intendencia». No fue una muerte, sino un asesinato. En este caso, la sutileza es importante. A 46 años de su muerte, un medio de comunicación corregía la mentira negacionista del diario más pinochetista de Chile.

Los hechos ocurridos a Joaquín Espinoza Ojeda fueron establecidos judicialmente en noviembre del 2017, cuando se reconoció la verdad de lo sucedido. Espinoza Ojeda se vio involucrado en el accidente de tránsito de un vehículo militar que se volcó por exceso de velocidad, hecho por el cual fue responsabilizado, detenido y trasladado al segundo piso de
la Intendencia. Allí fue interrogado, torturado y asesinado por Patricio Ferrer Ducaud, Jefe del Departamento II de Inteligencia Militar de la Sexta División de Ejército. Según consigna la causa judicial asociada al caso, Ferrer Ducaud ejecutó a su víctima propinándole tres disparos con un arma de fuego, motivo por el cual fue condenado, 46 años después, como autor del delito de homicidio calificado. Sin embargo, cuando esto ocurrió, Ferrer Ducaud se encontraba cumpliendo condena en el penal Punta Peuco por su vinculación con los crímenes de la llamada Caravana de la muerte.

Según la versión oficial de la época, Joaquín Espinoza Ojeda fue un activista del partido socialista que provocó el volcamiento del vehículo militar con la intención de asesinar a los militares que viajaban en él. Horas más tarde, cuando se encontraba detenido en el segundo piso de la Intendencia habría atacado al oficial que lo interrogaba, motivo por el cual fue ejecutado. Al respecto, la Comisión de Verdad y Reconciliación consignó en su informe lo poco coherente que resultan estas versiones, puesto que no parece probable que Espinoza Ojeda haya atacado él solo un vehículo militar a plena luz del día; o que haya atacado al oficial que lo interrogaba encontrándose desarmado y custodiado por militares. Y aun cuando hubiese sido cierto, nada de eso amerita ejecutar a una persona para reducirla.

Hasta donde sabemos, la ejecución de Joaquín Espinoza Ojeda es la única de la cual tenemos certeza que haya ocurrido en el edificio del gobierno regional. Sin embargo, su caso se suma a otros episodios de detención ocurridos en el inmueble, como los sucedidos con Elizabeth Cabrera, Nenad Teodorovic y Luis Muñoz, militantes del MIR torturados/as en el subterráneo del edificio y ejecutados el día 15 de septiembre de 1973 camino a la Base Aérea Cerro Moreno.

Con base en estos antecedentes, además del reconocimiento del inmueble como centro de detención y torturas realizado por el Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura del 2004, es que el 11 de septiembre del año pasado presentamos una carta al Consejo de Monumentos Nacionales, solicitando la declaratoria de la Intendencia como sitio de memoria. Consideramos este reconocimiento como una iniciativa indispensable en los procesos de verdad y reparación de las víctimas de la violencia de estado. Y, al mismo tiempo, una arremetida en contra del negacionismo y la situación de ocultamiento e invisibilidad que cubre a muchos de los ex centros de detención y torturas de la dictadura. La Agrupación exige la reparación moral y simbólica que produce este asesinato en la familia y en la sociedad antofagastina, a través de la colocación de una placa en la Intendencia Regional de Antofagasta. Que su presencia sea un acto de reflexión permanente, para las nuevas generaciones, sobre el terrorismo de Estado

Sobre Joaquín Espinoza Ojeda, su hija recuerda haber estado con él durante el almuerzo del 15 de septiembre de 1973, luego de lo cual habría partido a trasladar unas gallinas al sector norte de la ciudad. Esa fue la última conversación que tuvieron. Según su relato, su padre no militaba en ningún partido político. Esto concuerda con la información disponible sobre él en la sección Interactivos del Museo de la memoria. Si escribimos su nombre en el buscador podemos leer una parte de su historia. Pero la ficha no tiene ninguna fotografía. Por eso la publicamos hoy, para iluminar su rostro en medio del silencio que trata de oscurecerlo.


Con placa en homenaje a Joaquín Espinoza conmemoran 50 años del golpe de estado en Chile

Fuente :diarioangamos.com 11/9/2023

Categoría : Prensa

  • Su viuda e hija fueron invitadas a esta ceremonia, por parte del Gobernador Regional Ricardo Díaz y  la Delegada Presidencial  Regional Karen Behrens.

Con motivo de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile es que  en la región se han realizado distintas actividades este lunes 11 de septiembre. Una de ellas se llevó a cabo en el edificio que hoy comparten el GORE Antofagasta y la Delegación presidencial regional, ya que en el segundo piso de dichas instalaciones, en un solemne pero significativo acto, se descubrió una placa recordatoria en memoria de Joaquín Espinoza Ojeda, quien fue asesinado en 1.973 en este edificio, cuando funcionaba como Intendencia regional.

Rosaura Barraza viuda  de Joaquín Espinoza y María Espinoza su hija, fueron invitadas a esta ceremonia por parte del Gobernador Regional Ricardo Díaz, la Delegada Presidencial  Regional Karen Behrens y el Seremi de Justicia y Derechos Humanos Cristóbal Orellana, quienes valoraron la instalación de esta placa recordatoria  cuya leyenda señala “En memoria de Joaquín Espinoza Ojeda, asesinado en este edificio por aparatos represivos estatales y de todas las víctimas  de los delitos de lesa humanidad  ejercidos en Chile durante la dictadura  cívico-militar” con la que se busca dar cuenta de lo ocurrido. También fueron los propios familiares de Joaquín Espinoza, quienes valoraron y agradecieron el gesto de las autoridades con la memoria de su padre y esposo.

Cabe mencionar que ya el año pasado el gobierno regional junto a la delegación presidencial, habían instalado una placa recordatoria en el frontis del edificio también para resignificarlo como espacio de memoria, en conmemoración de todas las personas que en este recinto fueron detenidas y torturadas durante la dictadura. La leyenda en la placa señala lo siguiente: “Que el ejercicio de recordar se nos haga recurrente para no volver a permitir la violación de los derechos humanos, tanto en esta región, como a lo largo de todo Chile” 

Fue en este espacio, en el frontis del edificio de la ex intendencia donde se desarrolló además un acto junto a las distintas agrupaciones de Derechos Humanos, familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, que hoy siguen trabajando en esta región por la Justicia, reparación, la memoria y las garantías de no repetición, quienes tuvieron la posibilidad de brindar algunas palabras en esta dolorosa, pero insistieron ellos mismos, necesaria jornada para no olvidar, ni repetir. Fueron además las funcionarias de la seremi de educación, quienes a través de la música resignificaron este momento, que tuvo también un minuto de silencio por las víctimas de la dictadura cívico militar ocurrida en nuestro país y El Gobernador Regional Ricardo Díaz, señaló en su intervención en la ceremonia, que es necesario avanzar en justicia y reparación, dar siempre un espacio a la memoria para no olvidar y aprender de nuestra historia, pero también mirar en unidad el Chile del futuro; en consenso con tres mínimos comunes:  el respeto a la democracia, al estado de derecho y el respeto irrestricto a los derechos humanos.   Reforzando además su compromiso con seguir resignificando espacios de memoria en nuestra región.


María Espinoza: «Mi padre fue asesinado en la Intendencia»

Fuente :regionalista.cl 9/9/2019

Categoría : Prensa

La Agrupación por la Memoria Histórica Providencia solicitó la declaración de la Intendencia Regional de Antofagasta como sitio de memoria. La solicitud nace debido a que durante la dictadura cívico-militar el recinto fue utilizado como centro de detención y tortura. En el edificio, incluso, se ha acreditado el asesinato de -al menos- una persona: El trabajador marítimo Joaquín Espinoza Ojeda.

Regionalista.cl conversó con su hija, María Espinoza Barraza, quien compartió sus vivencias de niña y los recuerdos que conserva de la época. Ella tenía 8 años cuando vio por última vez a su padre. Fue el 15 de septiembre de 1973.

«Mi papá tenía un auto afuera de la casa. Yo estaba jugando en ese momento. Fue a la hora de almuerzo. Yo me fijé que habían unas gallinas vivas detrás del auto. Yo le pregunto por qué estaban esas gallinas ahí. Qué eres sapa, me dice. Y me cuenta que tenía que llevarlas a una vecina. Entonces él almuerza y se va en el vehículo. Y en la tarde él no llegó y el toque de queda era a las 7 creo. Nunca más llegó», relata.

Lo próximo que recuerda es que su madre, Rosaura Barraza, se enteró del fallecimiento de su esposo porque encontró el cuerpo en el hospital. Allí le entregaron sus pertenencias ensangrentadas. Y allí supo que lo habían asesinado en la Intendencia Regional de Antofagasta.

«Mi padrino cuenta que él tuvo que entrar a ver el cuerpo de mi papá al hospital antiguo y había mucha gente en el piso. Él tuvo que pisar cuerpos para llegar donde estaba mi papá. Mi mamá fue escoltada por militares para reconocer el cuerpo. En ese tiempo no entregaban los cadáveres. Mi abuelo tenía contactos y al final le entregaron el cuerpo de mi papá para poder velarlo», recuerda María.

«Es triste que aún haya personas y familias que no sepan donde están los cuerpos de sus familiares. Porque igual existe el consuelo de poder enterrar a tus seres queridos. Nosotros tuvimos la desesperación de que no le entregaran el cuerpo a mi mamá. Yo como niña lo viví, fue un trauma para todos, para mi hermano. Mi hermano mayor tiene como una laguna mental de ese tiempo», relata.

La detención

María recuerda que dos días después llegó la señora que acompañaba a su padre en el auto cuando iban a dejar las gallinas. La vecina relató cómo ocurrió la detención de Joaquín Espinoza.

«Ella cuenta que iban doblando por Nicolás Tirado con Pedro Aguirre Cerda y justo en el cruce quedan en pana. Y de norte a sur venía una caravana militar y por la rapidez con que venían, al hacer el quite al vehículo de mi papá, se volcó un jeep. Y ahí tomaron detenido a mi papá y se lo llevaron a la Intendencia Regional, en el segundo piso», cuenta.

De ahí vino el montaje y las mentiras con que justificaron su detención y las de miles de personas: Lo acusaron de ser un extremista y de haber atentado contra la caravana.

«A él lo amarraron y lo torturaron. En ese tiempo estaba Adrián Ortiz, del ejército. Luego nos enteramos que el que disparó fue Patricio Ferrer»,

El asesinato

María relata que su padre solo estuvo algunas horas en la Intendencia, siendo asesinado el mismo 15 de septiembre: «Todo ocurrió en la Intendencia. Mi papá trabajaba en el puerto en ese tiempo, era marinero de bahía. Y en Las Rocas vivían los del puerto. Y mi padrino y los amigos de él se enteraron y fueron inmediatamente a la Intendencia. Y cuando ellos iban subiendo, iban bajando el cuerpo de mi papá. Y lo llevaron hacia el hospital. Iba tapado, pero todo indicaba que era el cuerpo de mi papá», recuerda.

«Por la defunción que aparece en el documento se habla de desprendimiento de masa encefálica. La primera versión fue que el disparo fue en la frente. Pero después por mi padrino, que lamentablemente falleció hace poquito y que tenía la historia mucho más completa, supimos que el disparo fue en la boca. Fue hecho con el arma dentro de la boca. Lo que yo escuchaba en ese tiempo es que él tenía marcas como que le quemaron con cigarro. Después también pensamos que podían haber sido las esquirlas del disparo. Pero de que estaba amarrado, que fue torturado en una pieza, eso lo supimos con el tiempo», agrega.

Tras el asesinato de su padre, María recuerda que el 17 de septiembre El Mercurio de Antofagasta dio cuenta de los hechos, transmitiendo la versión oficial de la dictadura que acusaba a Joaquín de ser un extremista. Pero, además, el diario publicó un obituario de su padre, en la misma página, lo que habría molestado a las autoridades militares.

«Lo que pasa es que mi abuelo era amigo o conocido del director de El Mercurio de esa época. Y lo que se escuchaba es que el director del diario había tenido problemas con los militares por haber publicado la noticia del fallecimiento junto con la defunción. Y eso estaba prohibido para quienes eran tratados como extremistas. Y él lo puso en honor a su amigo. Y habían hasta amenazado con cerrar el diario por haber hecho la publicación», rememora.

Proceso judicial y sitio de memoria

Actualmente hay un proceso judicial en curso que lleva adelante el Ministro en visita de causas de derechos humanos de la zona norte, Vicente Hormazábal. En octubre de 2017 se realizó una reconstitución de escena en la Intendencia y el año pasado se realizó la exhumación del cuerpo.

«Nosotros esperamos verdad y justicia. En su momento salió en el Informe Rettig. Pero igual hay gente que cree que eso es mentira. Igual hubo algunos familiares que vivían lejos y que pensaban que mi papá estaba metido en esto. Y aunque hubiese estado metido, yo creo que tampoco es justa una muerte así. Él pudo haber estado luchando, quizás, por algún interés político, legítimo, pero tampoco era la forma de morir. Pero, para ser sincero, él no estaba en ningún partido. Él nunca se interesó en nada», afirma María.

«Mi papá no pertenecía a ningún partido. No militaba. Mi abuelo tenía un letrero o una foto de Alessandri en esa época. Mi padre tenía 36 años. Era de esos que veía monitos, veía revistas de dibujos animados. Jamás lo vi enojado, jamás levantándonos la mano. Era tranquilo», agrega.

Por todas estas consideraciones, María y su familia consideran totalmente justo que se pida declarar la Intendencia como sitio de memoria: «En su momento hubo personas que trabajaban en la Intendencia que decían que eso era falso, que no hubo ninguna muerte ahí, siendo que había testigos que sí vieron cuando el cuerpo de mi papá salió. Luego también supimos que bajo de la Intendencia hay un tipo de bodegas que tienen unas mirillas, unos ventanales chicos. Es como un tipo de lugar de detención. Y eso no se sabe. Ya está claro que mi papá fue detenido y asesinado ahí, pero hay más casos. Es un tema desconocido», afirma.

Tras el asesinato de Joaquín Espinoza Ojeda, a los pocos meses falleció su padre Joaquín. Eso llevó a su esposa Rosaura Barraza a hacerse cargo de sus tres hijos y también de su suegra.

«Mi madre es súper luchadora. Se hizo cargo de todos nosotros. Se enfrentó muchas veces a los militares por pedir justicia. Por eso, las personas que tienen información de este caso y de muchos otros casos, tienen que hablar. Ya ha pasado tanto tiempo y yo conozco algunas personas que dicen que no hubo dictadura, que fue una guerra civil. Todavía niegan lo que ocurrió. Hay madres que han muerto sin saber donde están sus hijos y sus seres queridos. Para ser sincera, cuando nos llegó el Informe Rettig, que eran como cuatro tomos, yo no alcancé a leer ni siquiera la cuarta parte, porque los casos son terribles. Me impactó mucho. Casos de niños, de familias completas. Solo pedimos verdad y justicia», concluye.