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Díaz Muñoz Luis Reinaldo – Memoria Viva

Díaz Muñoz Luis Reinaldo

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cerronavia.cl  Memorial
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Cementerio General Santiago
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Fecha Detención :
Comuna Detención :

Fecha Asesinato : 29-12-1984
Comuna Asesinato : Santiago


Fecha Nacimiento : 31-12-1961 Edad : 23

Partido Político : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
Oficio o Profesión : Músico

Estado Civil e Hijos :
Nacionalidad : Chilena


Relatos de Los Hechos

Categoría : Antecedentes del Caso

La  informacion y material  de esta pagina fue enviada por su hermana Lucy Díaz:

Fecha de nacimiento 31 de diciembre de 1961 
Fecha de su asesinato 29 de diciembre de 1984
Existe una página web en homenaje a él:  www.luchodiazmunoz.com


Quien era Lucho: Su vida

Fuente :Boletín Informativo de la Coordinadora de Organizaciones Populares de Pudahuel

Categoría : Antecedentes del Caso

Lograr extractar una vida en síntesis apresurada de hechos, realmente poco ayudará a reconocer la semblanza de un compañero que algo más que compromiso, militancia y música fue un hombre conciente, una integridad que aportó a este largo combate por la libertad y contra la explotación capitalista como tantos jóvenes, hoy los mejores, que dan sus días y horas en pos de un mañana y un presente de justicia.

La fuerza de la historia decide por nosotros al ser conciente de ésta y la realidad que ésta impone y en un poblador de Pudahuel, Lucho Díaz, hijo de esta proletaria comuna, de una regidora comunista, la historia de la lucha de clases en Chile, impuso compromiso y fue asumido el compromiso ; impuso decisión de lucha y luchó ; impuso cambios y asumió cambios, aquellos radicales, estructurales ya que el compañero, desestructuró en sí mismo casi todo lo que el sistema imponía y se entregó cien por ciento a una causa revolucionaria. En la organización intentaba desestructurar la dictadura, el sistema.

Un músico combatiente, un combatiente músico, [de] esta dicotomía en Lucho resulta su gran integridad, su particularidad esencial que da cuenta del carácter del compañero. Su sensibilidad artística está registrada en más de treinta canciones y arreglos, su combate lo registra la historia, el pueblo, más allá de incorrecciones técnicas o de otro tipo. Su breve recorrido, a pesar de lo breve, es hoy un aporte indiscutible para muchos compañeros que le vimos de cerca.

Qué quedará que decir :
¿De su profunda vocación musical y su trabajo de vendedor ambulante en las ferias de Pudahuel, para costear sus estudios de composición, armonía y piano donde destacó entre muchos alumnos ?
¿De su vehemente discurso, de su convicción revolucionaria que llevó hasta el fin ?
¿De su clandestinidad en donde dejó familia y mínimas comodidades por una vida de sobresalto y permanente riesgo de caer en manos de los tiranos ?

¿De sus convicciones que era necesario experimentar, un hombre nuevo desde hoy, en valores socialistas ?
Hablar de sus años de estudiantes y sus primeras rebeliones frente a la exigida corbata escolar ; hablar de su amor, de un profundo amor por una justa causa, amor que fue capáz de asumir en relaciones concretas, en consecuencia máxima. Hablar de sus primeros años aportando en grupos juveniles, culturales, en el movimiento popular en Pudahuel hasta que dió pasos mayores y se integró a las milicias de la resistencia, porque convirtió su rabia en fuerza y su fuerza en combate.

Cada aporte teórico fue de interesante agudeza, incansablemente creyente en el poder del pueblo, marchó a la acción sabiendo que había un futuro de victoria y una historia que como explotados haríamos nuestra.
A los 24 años (dos días antes de cumplirlos) efectuando una recuperación fue alcanzado por una bala asesina, él disparó en una calurosa tarde de diciembre al corazón del sistema. Nuestras avenidas y calles de Pudahuel quedaron desprovistas de sus pasos, huérfanas de su mirada, su guitarra olvidada de sus acordes.

Entró en muchas casas proletarias donde durmió, comió y vivió, días de clandestinidad, tiempos de compromisos ; entró brevemente en la historia llena de sangre que sabrá rebrotar con vidas y con ejemplos de los mejores hijos como nuestro compañero Lucho.

Artículo tomado del Boletín Informativo de la Coordinadora de Organizaciones Populares de Pudahuel
BOLECOPP N°5- Año 1 1987. Publicado tal cual como documento testimonio.


AL PUEBLO Y A LAS ORGANIZACIONES POPULARES DE NUESTRA COMUNA

Fuente :ORGANIZACIONES POPULARES COMUNA DE PUDAHUEL

Categoría : Antecedentes del Caso

Su_asesinato

AL PUEBLO Y A LAS ORGANIZACIONES POPULARES DE NUESTRA COMUNA.-

El pasado 29 de Diciembre cayó bajo las balas asesinas de la Dictadura nuestro querido Compañero Lucho Díaz en una acción de recuperación de armamento para la defensa del pueblo. Mientras el Comando de la Resistencia Popular de Pudahuel se retiraba del lugar fue interceptado por un furgón de pacos. Lucho se enfrentó solo a fuego cruzado con los pacos protegiendo la retirada de sus compañeros. Fue dos veces herido mientras corría ya sin balas en su cargador. Cayó al suelo con vida y absolutamente lúcido y gritando a sus captores que su sangre sería vengada, que el pueblo no se detendría, que si eran tan cobardes lo mataran, todo esto y mientras un gran número de personas presenciaba la escena, un paco vil lo remató en el suelo.

Lucho trabajó durante años en las Organizaciones Populares integrando grupos juveniles, como el « COJUPO » y la Coordinadora « ACJ ». Estuvo organizando jóvenes y haciendo recreación en el Campamento 14 de Enero, integró la Coordinadora Juvenil “Qué Hacer”, apoyó innumerables veces las acciones culturales. Fue detenido en junio del 83 por pacos de la 26 comisaría y herido por balines en la protesta de septiembre. Lucho era de una calidad humana extraordinaria, inteligente, apasionado, excelente compositor ; estudiaba música con gran esfuerzo mientras sustentaba su hogar como vendedor ambulante en las ferias de la comuna. Años de experiencia en la lucha popular forjaron en él la conciencia de la necesidad de enfrentar la dictadura en todos los terrenos y no dudó en integrar el más difícil de los frentes : el combate armado.

Tras esta acción fueron allanadas varias casas, entre ellas la de la familia xxxx, donde fueron detenidos todos sus integrantes. Tememos por sus vidas y por ello exigimos su inmediata libertad. Esta es claramente una acción de respuesta de la represión ante el avance popular y que tiene como objeto detener y amedrentar al pueblo y sus organizaciones.

En homenaje a nuestros 23 compañeros asesinados por la dictadura en Pudahuel, llamamos hoy más que nunca a redoblar esfuerzos por mantener en primera línea de combate antidictatorial la lucha por la libertad y por los derechos del pueblo. A seguir desarrollando la autodefensa popular, a mantener activa la movilización contra el hambre, la cesantía, la represión y contra el estado de sitio que no es sino la declaración formal de guerra que la dictadura hace al pueblo.

¡¡¡CON EL EJEMPLO DE MAURICIO MAIGRET Y DE LUCHO DIAZ

AVANCEMOS A LA VICTORIA !!!

¡¡¡HONOR Y GLORIA A NUESTROS MARTIRES !!!

ORGANIZACIONES POPULARES

COMUNA DE PUDAHUEL

2 de Enero de 1985
(Transcipcion de un documento aparecido el 2 de enero de 1985 y firmado por las ORGANIZACIONES POPULARES COMUNA DE PUDAHUEL . Publicado tal cual como documento testimonio)


Presentan querella ante Corte de Apelaciones por asesinato de joven poeta en 1984 por parte de Carabineros

Fuente :Cambio 21 18 de Abril 2014

Categoría : Prensa

Los abogados Roberto Ávila Toledo, Juan Arenas Rodríguez y Luis Toro Toro interpusieron una querella por el delito de homicidio calificado como crimen de lesa humanidad en la comuna de Cerro Navia

Ante la Corte de Apelaciones de Santiago los abogados Roberto Ávila Toledo, Juan Arenas Rodríguez y Luis Toro Toro interpusieron una querella por el delito de Homicidio Calificado como Crimen de Lesa Humanidad.

La acción judicial dice relación con el asesinato del joven poeta de 23 años Luis Díaz Muñoz que fue ultimado por personal de carabineros el 29 de Diciembre de 1984 en la intersección de las calles José Joaquín Pérez y Janequeo de Cerro Navia, cuando el país se encontraba en estado de sitio.

La acción se interpuso por mandato de su hermana Lucyla Díaz que actualmente reside en Francia.

En la querella se relata "Desde el suelo la víctima, herida y desarmada, grita consignas en contra de la dictadura militar, emplaza a los carabineros por su represión al pueblo chileno y la voluntad de su organización (MIR) en no cejar en su lucha. Estos dichos son proferidos a viva voz y escuchados por muchos testigos circunstanciales que se han reunido en el lugar… la actitud de don Luis Díaz Muñoz, empezó a despertar muestras de solidaridad en los transeúntes que comenzaron a expresar verbalmente sus simpatías con el caído y su desaprobación con carabineros…se acerca a él un funcionario de Carabineros… y le dispara un tiro de arma corta en la cabeza, específicamente en la frente".

Los abogados expresaron su esperanza en que a pesar de los años transcurridos se pueda hacer justicia en este caso, para lo cual dijeron haber presentado una abundante cantidad de pruebas. Anunciaron que esperan reunirse en los próximos días con el Ministro en Visita que seguramente la Corte designara para llevar el caso.

Luis Díaz Muñoz era una persona muy conocida en su comuna en la que se le reconocían talentos artísticos variados tales como poesía, piano, guitarra. Su memoria se ha conservado a través de sus obras, que no son pocas, a pesar de su juventud al momento de ser asesinado.

 


Testimonio de su hermano Manuel Díaz

Fuente :cerronavia.cl sin fecha

Categoría : Prensa

Nosotros éramos cuatro en la casa, pero después yo me casé y me fui. Ahí [en su casa en la población Roosevelt] todavía vive mi familia, hace sesenta y cinco años más o menos. Al Lucho le gustaba la música. Mi mamá fue la primera que se interesó en la música y compró una guitarra, a la que le teníamos tres acordes. Y como yo era el más grande, tomé la guitarra y la hice zumbar porque tenía grupos folclóricos, todo ese tipo de cosas. Grupos bailables de la época también. Y el Lucho también, chiquitito empezó con la guitarra y cantaba, porque siempre le gustó cantar, de chico. Tocaba guitarra y piano y le gustaba todo tipo de música porque a las finales, cuando uno es músico, le gusta toda la música. Pero siempre se interesó en las letras, la música de contenido social y todo ese tipo de cosas. Además de la música le gustaba estudiar. En la adolescencia empezó a estudiar en el insuco 2, en el Instituto Superior de Comercio. Ahí también fue cuando se metió de lleno en la guitarra y la música. En la escuela primaria le pusieron el Campanita porque le gustaba cantar, y creo que en un acto empezó a cantar una canción que repite campanita y ahí le pusieron Campanita [ríe]Con mis papás se llevaba superbien, pero mi mamá en la Unidad Popular fue regidora, concejala, creo que se llama ahora, entonces pasaba un poco de lado el Lucho porque mi mamá llegaba tarde y el Lucho ya estaba durmiendo y todo eso. Pero fue bien triste porque en el 73 murió mi mamá, y anterior a eso fue allanada mi casa varias veces. Fue echa pedazos y fue allanada por carabineros. Y al Lucho lo apuntaron [con armas], en el fondo del patio, ¡a un niño! Y ahí parece que quedó traumatizado, porque empezó con una militancia ya firme.

Y ese día del allanamiento lo interrogaron, le dijeron que la mamá ya había dicho que él dijera dónde estaban las armas. ¡Armas! Si lo único que había eran libros. Así que mi papá le rogó a un oficial, creo que era, porque andaban de civil algunos, que se lo llevaran a él y dejaran al Lucho. Así que mi papá estuvo más de un mes detenido. Y todo ese tipo de cosas que vivimos, a esa edad [doce años], lo marcaron mucho a él. Y ahí empezó a componer, a tocar guitarra. Hizo hartas canciones, tiene un cancionero grande. Después yo me fui de la casa, hacía mi vida aparte, y mi papá con el Lucho vivieron la miseria con el pem y el pojh. Al tiempo el Lucho empezó a trabajar con un amigo y fueron de los primeros coleros que se ponían en la feria. Ahí vendía artículos eléctricos, porque aquí había una fábrica de artículos eléctricos, y le iba bien porque él era muy responsable, y se pudo comprar un piano verticalAl Lucho lo mataron en el 84, cuando tenía veintitrés años recién cumplidos. En ese tiempo fueron las primeras revueltas que hubo en contra de la dictadura y yo, sin tener nada que ver, también estuve detenido. Eso también marcó al Lucho. A mí me vinieron a buscar a la casa, hicieron pedazos de nuevo la casa y me llevaron a mí. Estuve como dos meses en la cárcel pública, o sea todo un drama en mi familia, todo un problema. Me echaron de la pega también. Se veían helicópteros ese día, se veía que había un operativo, y yo salí, me acuerdo, era esa época que no estaba en la casa [paterna]. Cuando de repente llegan a allanar la casa… y nosotros sin saber qué había pasado. No sabíamos que mi hermano estaba al frente, porque lo tiraron, ya muerto, lo tiraron como saco de papas creo. Nosotros no teníamos idea.

Nosotros a veces chocábamos bastante en ideología, porque él estaba metido en el mir y yo no era tan de ese lado. Yo le decía que era peligroso, discutíamos, y así fue. Lo mataron en una de las acciones que hacía el mir, en Cauquenes con Neptuno, casi en el límite con Quinta Normal. Fue un gran vacío porque lo mataron un 29 de diciembre, más o menos. Y nosotros no lo veíamos mucho porque estaba en la clandestinidad hace dos años, pero esa vez [en navidad] llegó a mi casa y tocó el piano, cantamos canciones entre los dos, yo con guitarra y él con piano. Superbien. Y el día anterior [a su asesinato] fue donde mi pareja porque quería hablar conmigo, andaba detrás de mí y hasta el día de hoy, no me encontró y lo mataron. Esa es la gran duda: ¿para qué me andaba buscando? ¿Qué me quería contar? A lo mejor quería algún consejo, a lo mejor estaría vivo hoy día, digo yo. Antes de morir, el Lucho estaba estudiando composición, que es una de las partes más altas en piano, así que se supone que esa era su intención, llegar a ser profesor, músico quizás, cantautor. Vaya a saber uno.

Fue un buen tío el Lucho. Fue bueno con mis hijos y siempre le decía a mi hijo “no, si tú vas a ser músico”, y justamente, mi hijo es músico. Salió de la universidad, se tituló de profesor de música. Tenemos una página web1 del Lucho, que la hizo mi hermana que está en Francia. También tenemos una baldosa afuera de la casa, que la hizo una organización que se llama Baldosas por la Memoria. Ellos llegaron a mi casa y, naturalmente, autorizamos que se hiciera. Se hizo un acto también. Para ese acto tuve que ir a la Intendencia para que me dieran permiso para cerrar la calle, que era bien transitada. Y se hizo el acto ahí mismo, fue superbonito.A mí me gustaría que el Lucho fuera recordado como lo que fue nomás. Como músico, compositor y luchador social, porque si no hubiera sido por ellos quizás en qué habríamos estado todavía. Mucha gente se inmoló, mucha gente, para tratar de cambiar esto y todavía estamos esperando la alegría. Y nosotros, como familia, estamos todos con el Lucho. Siempre lo hemos recordado, siempre se le hacen actos donde lo mataron y queremos poner una placa y hacer una plaza donde lo mataron.


Tu tiempo es mi tiempo de Luis Díaz Muñoz

Fuente :cerronavia.cl sin fecha

Categoría : Prensa

Mi tiempo es tu tiempo mis manos desiertas son tuyas sembradas de luz. Mil hojas de otoño obstruyen tus puertas y queda llorando mi voz. La vida se escapa y no puedo atarte la brisa te busca y tú ya no estás. Mi canto te brindo mi canto y mis versos permiten que lleguen a ti. Me miro en tus ojos y veo ternura qué ganas de amarte y tú ya no estás a pesar, que tu tiempo es mi tiempo tus manos desiertas son mías sembradas de luz. Lo nuestro es tan dulce y lleno de vida si todo lo olvidas la vida se irá.


Luis Díaz Muñoz, el Lucho de la heróica muerte *

Fuente :luchodiazmuñoz.com

Categoría : Prensa

Fue a fines de los setenta que lo conocí.
Chile estaba bajo Estado de Sitio, con toque de queda y todo eso.
El dueño del Estado, el usurpador mejor dicho, no hacía discursos, ladraba amenazas.
Los detenidos desaparecidos eran “presuntos”, la dictadura decía que se habían ido con «otra” o que se mataban entre ellos.
Un libro podía llevarte directamente a la prisión y la tortura.

Estaba con una guitarra, allí en el centro Ecuménico de Pudahuel. Un instrumento musical, ya podía ser un principio de sospecha. Todo el arte estaba en ojeriza. Con barba ya aumentabas tu puntaje de inadaptado aunque fuera una barba rala como la del Lucho.

Nos juntábamos a conversar de literatura, historia y esas cosas, un centro cultural; subversión pura para los defensores de la civilización cristiana occidental.

Un día pasamos por su casa, allí a unos metros y una calle de por medio la Tenencia de Carabineros Rooselvelt, siempre me pregunté si el nombre que tenía ese antro de violar las leyes, todas, las humanas y las divinas, era un homenaje o un agravio al presidente norteamericano.

Pasamos a su casa por un libro o algo que no me acuerdo, vi un piano, no dejó de sorprenderme. Le pregunte que hacìa allì, era como algo extraño, qué podía hacer allí?. El Lucho se puso frente al teclado y en armonía perfecta fueron apareciendo, como brotando, cadenciosamente con esa vitalidad que a uno le termina impregnando,  como que flotaba en el aire, las notas de la Internacional.

He escuchado este himno de esperanza en muchos lugares, incluido en la Habana en medio del periodo especial, pero nunca me ha parecido tan lleno de significado como en esta ocasión.

Un piano en una casa de un barrio pobre, donde no  vivíamos sino que se sobrevivíamos. Un muchacho joven, y ese virtuosismo, y el himno que venía de un  pasado prohibido y que anunciaba un futuro donde lo que estábamos viviendo sería como una pesadilla, de la que se despierta y ya. Como esos malos sueños en que uno se da cuenta que está soñando y el corazón ya no se agita tanto.

La internacional, se deslizó integra por la habitación. Un día, pensé ya embriagado de optimismo, la cantarán millones, en plena Plaza de la Constitución frente a La Moneda. Le pregunté a Lucho como la había aprendido, porque la había ejecutado también. Se sonrió, no me respondió nada y salimos de la casa.

Unos años después vino su muerte, como un golpe en la cabeza, noticia sorpresiva y brutal. Agentes de la dictadura, de la tenencia de metros de su casa, lo habían acribillado.

Siempre supimos que no era un víctima de un abuso, un error de la máquina de matar,  era un mártir de una generación de jóvenes que se batía sin pausa en contra de la dictadura más brutal que ha vivido la patria y que no era pura sicopatía de rufianes, eran los latigazos de la oligarquía, tratando de dar una lección eterna al rotaje y un puñado de pijes mal agradecidos y delirantes por querer construir un país distinto.

No lo mataron por error, lo mataron, por lo que decía, lo que sentía, lo que pensaba, que en él eran sólo una misma cosa. Lo habían matado porque cuando se trató de la disyuntiva seguridad o dignidad, marcó sin temores la papeleta en la última opción, aunque en ello le fuera la vida.

Pasan los años, estoy en un Tribunal, y voy leyendo las páginas que se acumulan en el expediente judicial, que investiga su muerte.

Me faltan las palabras para relatar, para reflejar, aunque sea pálidamente la envergadura de su heroísmo, quien escriba mejor, debe hacerlo. Las paginas judiciales van reconstruyendo una historia de hace treinta años, pero que cobra vida, aquí y ahora.

Una micro de pasajeros queda rodeada de carabineros, con entrenamiento y armamento de guerra, entre los pasajeros van unos pocos compañeros de buena voluntad y armas pequeñas y viejas, lo poco que se podía tener a mano.

Lucho, el de la poesía madura a pesar de la juventud, 23 años, el del piano y la guitarra se abrió paso a tiros, que eso de patria o muerte no era una coro de barra futbolera. Patria o muerte, como táctica , como estrategia, como vida, como él mismo.

La jauría, que no quedo indemne ni impune, recibió lo suyo, se concentró en él, los otros compañeros fueron desatendidos por la barbarie, el heroísmo da ejemplos, pero también salva vidas.

Roto el cerco, la persecución se desata, queda herido, dos impactos en las piernas, balas de guerra.

No puede más, ya no tiene municiones, el arma se hace inservible, ha caído lejos de su alcance. Han sido cuadras de persecución.

Cae desplomado, pero consciente. Matar a un prisionero, aún en guerras entre ejércitos se llama crimen de Lesa Humanidad. Es tan grave e ignominioso que lesiona, afecta, ofende a toda la humanidad.

Se agolpa mucha gente, es de día claro, los uniformados, con años de abusos y tropelías se han hecho aborrecibles a los ciudadanos que por ley deben proteger, pero que ellos oprimen a garrotazos, por miserable paga. Se murmura la solidaridad con el joven caído.

Está herido a balas, postrado en el suelo, ya sin atisbo de posible defensa física, pero la moral esta incólume, su voz firme y decidida anuncia a quienes le escuchan que tarde o temprano la dictadura será derrotada por el pueblo, que pagarán sus crímenes, que el Movimiento de Izquierda Revolucionaria no dejará de luchar.

El odio inculcado, como se puede inculcar a perros imbéciles, o quizás el miedo a lo que se atisba como inexorable, o las palabras solidarias con el caído que ya se hacen nítidas entre  los que miran, que van aumentando en número, o quizás todo ello junto, ponen a la bestia en el sentido de la alevosía, a traición y sobre seguro, y al héroe en su destino, un rufián con uniforme fiscal le endilga los balazos asesinos a quien ya no puede defenderse.

Los que ven el crimen protestan de viva voz, hay que disolverlos a garrotazos, se van, pero no olvidarán, por estos días cada recuerdo se va depositando en el expediente judicial, como una roja flor en un monumento.

Es el Lucho Dìaz, Luis Dìaz Muñoz, joven poeta, músico y revolucionario que muere por la libertad de la patria, fué un 29 de Diciembre,en Pudahuel, hace treinta años.

Articulo de Roberto Avila Toledo