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Bascuñán Mourgues Dewet Carlos – Memoria Viva

Bascuñán Mourgues Dewet Carlos

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Rut : 4.467.491-2
Fecha Detención :
Comuna Detención :

Fecha Asesinato : 16-09-1973
Comuna Asesinato : Potrerillos


Fecha Nacimiento : 10-02-1945 Edad : 28


Comuna Nacimiento : Santiago

Partido Político : Partido Comunista (PC)
Oficio o Profesión : Periodista

Estado Civil e Hijos : Casado
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Corporacion)

Categoría : Antecedentes del Caso

DEWET CARLOS BASCUÑAN MOURGUES: 28 años, casado, periodista, asesinado el 16 de septiembre de 1973 en Potrerillos.

 Dewet Carlos Bascuñán Mourgues murió ese día a las 22:00 horas, en Potrerillos Interior, por congelamiento, inanición y fatiga física, según consta en el Certificado de Defunción. Dewet Bascuñán, militante del Partido Comunista, se desempeñaba como Jefe de la Sección Prensa del Departamento de Comunicaciones de la División El Salvador de CODELCO.

 El 13 de septiembre de 1973, el Jefe de Zona en Estado de Sitio lo destituyó de su cargo, determinando su arresto domiciliario.

 De acuerdo con declaraciones de testigos, días después del golpe militar, junto con otros cuatro personeros de la empresa, tomó la decisión de dirigirse hacia Argentina, cruzando la cordillera. La primera parte de la travesía la hicieron en un vehículo, el que luego dejaron abandonado para continuar a pie.

 Dos de los integrantes del grupo fueron encontrados a comienzos de octubre de 1973 por una patrulla de Carabineros que realizaba su búsqueda. Estas personas fueron sometidas a Consejo de Guerra y condenadas a diez años de presidio.

 El 5 de noviembre de ese mismo año, el cuerpo de Dewet Bascuñán fue ubicado por efectivos del Ejército en una hondonada, en el kilómetro 160 del camino internacional.

 No obstante que su muerte se debió a causas naturales, el Consejo Superior, considerando que ésta se produjo como consecuencia de su huida desesperada provocada por su legítimo temor de que sus derechos humanos fueran violados por agentes del Estado en caso de ser aprehendido, declaró a Dewet Carlos Bascuñán Mourgues víctima de la violencia política imperante en esa época.

 


Carlos "Dewet" Bascuñán : Poeta adelantado y ecologista precoz.

Fuente :morir es la noticia sin fecha

Categoría : Prensa

 

Nombre
Carlos Bascuñán Mourgues-Dewet

Fecha y lugar de nacimiento
Santiago, 10 de febrero de 1945

Especialidad
Periodista formado en la Universidad de Concepción, poeta y ecologista precoz.

Fecha y lugar de muerte
Sus restos aparecen en la cordillera, 225 Kms. al sur de Copiapó, el 5 de noviembre de 1973. Estaba congelado en posición fetal (versión oficial). Probablemente fue asesinado en septiembre de 1973. No hay datos de su defunción en el Registro Civil.

Actividades
Director del semanario El Andino, de la compañía de cobre El Salvador. Potrerillos.

Dewet no podía creerlo. La tierra estaba poblada por bárbaros en pleno siglo veinte y a nadie le importaba. Hoy no estaba tan feliz de caminar por las calles de Concepción, de respirar un aire penetrante, frío, limpio y después encontrarse con sus compañeros del propedéutico en la Ciudad Universitaria. A veces le parecía que vivía un universo maravilloso, que le hacia frotarse las manos de emoción o de deseos de apurarse para hacer cosas. Rodearse de un mundo de jóvenes para respirar libertad, disfrutar de los seres humanos, de los discursos diferentes que poblaban las aulas, los rincones, el café, los jardines. Total tenía veinte años y esta mañana, una amargura muy especial.

Su emocionalidad adquiría una fuerza interior muy difícil de expresar. Muy introvertido, pero capaz de transmitir afectos a su alrededor.

"Tenía su estilo, era como un poema", recuerda su amigo Héctor Vera. Esa mañana estaba más desolado que nunca; cada cosa lo conmovía hasta el dolor, pero era un malestar que nunca tenia solución. El podía expresar, compartir, discrepar en sus ámbitos universitarios, pero a pocas cuadras había una realidad imposible de ignorar: miseria endémica, un mundo de hacinamientos e injusticias increíbles. Su dolor sólo podía sanar con la acción.

Tal vez no militaba y si lo hizo, seguramente no se caracterizó por la obediencia porque ya había dado algunas luchas solitarias. Esa mañana iniciaría una más, en la que nadie le acompañaría. Los titulares de El Sur exhibido en el quiosco de la plaza le parecieron una aberración más de las que había visto frecuentemente, pero ésta era peor porque venia de un mundo ajeno. Era tan absurdo como la muerte de mujeres, hombres y niños marcados por la pobreza.

"Francia detona bomba nuclear en el pacifico Sur". Con letras enormes se destacaba la primera explosión en el Atolón de Mururoa. Científicos vaticinaban que la radioactividad llegaría hasta la cordillera de los Andes.

Entró con su andar lento a las aulas. Nadie pudo disimular que ignoraba su presencia, total no había muchos que midieran un metro noventa y caminara con cierta dificultad. Aquejado por pie plano o por cualquiera otra causa, su andar era pesado.

–¿Por qué tan serio?, se atrevió a preguntarle Héctor.

Nos están matando y nadie reclama, dijo con su tono serio y desesperanzado. Los franceses nos están envenenando el aire. Tenemos que salir y movilizar a la gente. Han tirado una bomba atómica en el Pacífico. Hay que hacer algo, no pueden usamos como conejillos. ¡Hasta, cuando...!

Sentado tras el escritorio de una sala de clases, el profesor universitario Héctor Vera, recuerda:

"Era el año 1966 y muy pocos escuchamos ese discurso ecologista, que revelaba en él a un hombre bastante adelantado para su época. Ambos fuimos compañeros de propedéutico. Era una persona que llamaba la atención porque era muy alto, más que lo común. Era. característica su manera reposada de conversar y de moverse. Pero lo que más lo destacaba era su conciencia y profundidad para abordar los problemas sociales. Diría que se distinguía por plantear su pensamiento desde el ámbito literario y cultural, más que en lo político propiamente tal. Me impresionó mucho su lucha por sacar una revista literaria."

Durante las manifestaciones callejeras contra los gobiernos de Alessandri y de Freí, las pancartas revolucionarias reflejaban los pensamientos de los estudiantes: "Alessandri, viejo idiota, él jamás podrá entrar a Lola»; "Frei, la CIA, son la misma porquería"; "Pan, justicia y libertad"; "Yanquis, go home" y decenas de otra consignas".

En medio del tumulto, Dewet gritaba las folklóricas frases, pero su pancarta contenía otra historia- "A nosotros nos llamaba la atención que, en medio de tanta consigna política, Carlos Bascuñán caminara con pancartas que condenaban los experimentos nucleares de los franceses en el Atolón de Mururoa. Lo encontrábamos muy extraño porque nos parecía que no era el momento para ese tipo de protesta. Era como un problema mas bien lejano, que no nos concernía. Sin embargo, él tenía una conciencia muy crítica y muy aguda, frente al tema del medioambiente".

Su posición política era un enigma para sus compañeros. Quienes lo recuerdan hoy, piensan que era un "mirista". Otros aventuran que simpatizaba mucho con el "socialismo". Pero su ficha oficial afirma que era "comunista", aunque estas señas de identidad fueron confeccionadas por sus captores.

'No puedo asegurar que fuera comunista", reflexiona Vera. "Fue siempre muy original en la forma de entender la postura de ser una persona de izquierda. Estaba mucho más allá de un partido político. Manifestaba, una, profunda, adhesión nacía quienes estaban en una situación desmedrada. Su sentido de solidaridad era, extremadamente fuerte. Podría decir que él estaba más allá de la militancia. Su familia era comunista, gente de la pequeña burguesía penquista, como la generalidad de los estudiantes de la Universidad de Concepción".

"Muy alto y muy delgado ", para algunos; "enorme, grande como un oso", para otros. Era como su militancia, nadie estaba seguro de su posición política, pero sí que estaba fuertemente unido a los problemas humanos y sufría, más que lo común, por las injusticias. En lo que sí hay acuerdo es en que era "extremadamente introvertido ".

"Muy silencioso siempre", recuerda Vera. "Se comunicaba con muy poca gente. Creo que sufría una depresión aguda, motivada por la observación de una sociedad muy poco sensible, sin interés por los dramas que se vivían en el país y en el mundo. Sentía, eso con una fuerza muy intensa. Después que egresamos, le perdí la pista. Lo último que supe fue que estaba en Calama y que lo habrían fusilado en el norte. Nunca conversé con alguien que me confirmara esa versión. En todo caso él muere casi inmediatamente después del golpe".

Los personajes de la mitología griega pintados en el Arco de Medicina fueron testigos de los amores de Dewet y su "pololita", como solía decirle. Desde otra escuela, ella venía a buscarlo al ala subterránea donde funcionaba periodismo. Era un personaje muy importante. Arreglaban juntos el mundo y de paso podían sanar las heridas y frenar las ansiedades de la vida cotidiana. Juntaban soledades y caricias.

"Más que periodista, diría que era un poeta", recalca Vera. "Se daba explicaciones acerca, de la vida y de lo demás en una dimensión que no es la descriptiva que usa el periodista. Su perspectiva tenía gran profundidad sentimentad y emotiva".

Su compañera de curso Mónica Silva lo recuerda de aspecto severo, pero con gran ternura y sentido del humor: "Nosotros lo llamábamos Carlos, pero nos gustaba, decirle en broma "Dewet". Nunca supimos el por qué de ese nombre. Cuando digo que tenía un aspecto severo es porque contrastaba su seriedad con su juventud. Tenía ademanes de viejo, aunque era un muchacho, No era un tipo de pelea, sino más bien tranquilo. Diría que era un no violento. Lo único que me acuerdo es que se recibió con todos nosotros y que se fue a trabajar al norte".

Todos hablan del norte y su figura se pierde en el desierto y la cordillera. Queda una brecha larga por comprobar, por investigar. Surgen algunos antecedentes y también varias fechas.

Un martes de septiembre de 1973 todo se acabó para Dewet. Lidia, su mujer, lo vio a la hora de almuerzo: "Fue la última vez que conversamos. Volvió a. su trabajo y no regresó Jamás. Pregunté en la empresa y me afirmaron que había huido con otros compañeros de oficina". 

Un mes indagó en Potrerillos, pero la respuesta siempre fue la misma: "Huyó hacia la cordillera, para cruzar a Argentina. Para eso robaron un auto a la empresa cuprífera".

"Don Julio", una fuente creíble, también dio una información parecida: "Carlos Bascuñán, junto a Mario Mancilla, Carlos Montenegro, Daniel Zepeda y Ronnie Ramírez intentaron huir hacia Argentina para escapar de la persecución que se desataría en contra de los partidarios de la Unidad Popular. Sin embargo, Dewet no soportó el frío y murió a causa del congelamiento y la inanición. Sus compañeros fueron atrapados y detenidos".

El 13 de septiembre de 1973 fue destituido por una resolución militar del cargo que ocupaba en Potrerillos, al mismo tiempo que se le acusó de "extremista y posible gestor de una. resistencia peligrosa que podría paralizar las faenas del centro minero".

1º de octubre de 1973: el diario "Atacama" de Copiapó informa: "Tres de cinco altos funcionarios de "Cobresal", que intentaron huir hacia Argentina a través de un paso cordillerano, se encuentran desaparecidos en la montaña helada. Patrullas han salido en su búsqueda. Entre los desaparecidos está el director del semanario El Andino, Carlos Bascuñán Mourges. La información fue confirmada desde Potrerillos por el jefe de la Zona en Estado de Sitio, Mayor Luis Alarcón ".

16 de octubre de 1973: el mismo diario vuelve al tema: "Prácticamente por perdido se ha dado a Carlos Bascuñán, ex director de El Andino, de Potrerillos, quien junto con algunos ejecutivos de "Cobresal" huyó con rumbo a Argentina a poco de producirse el movimiento militar que instauró a la Junta de Gobierno. Dos de sus acompañantes retornaron hacía el mineral y fueron rescatados, víctimas de graves quemaduras provocadas por los hielos cordilleranos. Bascuñán continuó en la camioneta y todos los esfuerzos realizados hasta ahora por encontrarle han sido infructuosos."

7 de noviembre de 1973: el diario da cuenta del hallazgo del cadáver el día 5 de noviembre: "El hallazgo ocurrió cerca del kilómetro 225 del camino internacional que une Copiapó con Tinogasca. El deceso de Bascuñán ocurrió por inanición y por las inclemencias del tiempo, ya que hubo en la fecha de la huida intensos temporales de lluvia y de nieve que impidieron a los fugados alcanzar a cruzar la cordillera".

8 de noviembre de 1973: El Mercurio de Santiago dice en las páginas de crónica: "una patrulla militar realizó el hallazgo, a doscientos veinticinco kilómetros de Copiapó, en la zona cordillerana, del cadáver del periodista, Dewet Bascuñán, quien se encontraba desaparecido desde más de cincuenta días. Luego del pronunciamiento militar había huido hacia el desierto con otros personeros de la Compañía de Cobre El Salvador. La versión conocida en este mineral señala que el periodista salió de Potrerillos el día 11 de septiembre, con la intención de llegar hasta Tinogasca, en territorio argentino, por el camino internacional, al sur de inca de Oro. Bascuñán había, dirigido el semanario "El Andino" durante dos años, otorgándole una línea de plena concientización marxista".

Aura, que vivía en Potrerillos, escuchó muchas veces esta historia. La versión siempre fue la misma. La muerte o desaparición de Dewet coincide con el paso de la caravana de la muerte al mando de un conocido general. "Muchas veces vi a Dewet pasar de su casa al trabajo. Le costaba caminar porque tenia pie plano. Vivía en la parte baja de Potrerillos y para él era un sufrimiento subir a la oficina que quedaba en una, pendiente muy alta. Personas que vieron su cuerpo dijeron que estaba congelado y en posición fetal. Yo me pregunto sí este gigante, con aspecto de oso y pies de "patito ", pudo alguna vez pensar que podía cruzar la cordillera con las intensas tormentas y nevazones de septiembre y octubre. Creo que nunca huyó. Lo mataron el 11 o el 18 de septiembre. Todo lo demás es historia oficial".por Eliana Cea


Día del Periodista: La dictadura mató a periodistas, pero no al periodismo

Fuente :diariolaquinta.cl 11/7/2019

Categoría : Prensa

Quienes nos dedicamos a informar, ya sea a través de medios de comunicación tradicionales o medios alternativos como el nuestro, no podemos olvidar a esos trabajadores y trabajadoras de la prensa que arriesgaron sus vidas por informar durante la dictadura cívico-militar, en aquella época en que no existía internet y tampoco teléfonos celulares.

La web hoy nos permite informar “en tiempo real” y denunciar abusos y violaciones a los derechos humanos de manera inmediata. Hoy podemos crear redes de información para difundir aquellas noticias que los grandes medios de prensa escrita, consorcios radiales y canales de televisión privados, controlados por un puñado de grupos empresariales, prefieren callar o tergiversar. Nuestros colegas que trabajan en estos medios lo saben, y no son pocos los que aprovechan medios alternativos para difundir información sin censura. La mayoría lo hace bajo algún seudónimo; otros, con cierta valentía y, quizás, un dejo de masoquismo, creamos nuestros propios medios en línea abiertos para garantizar el derecho a la información.

Esto, en aquella época de dictadura, no habría sido posible.

En recuerdo de las y los trabajadores de la prensa detenidos desaparecidos y ejecutados políticos durante la dictadura cívico-militar que sufrió nuestro país, y para no olvidar, dejamos plasmados sus nombres en este pequeño y sentido homenaje.

Hugo Araya González, 37 añosReportero gráfico, asesinado el 12 de septiembre de 1973 en la Universidad Técnica del Estado producto de disparos de efectivos del Ejercito que rodeaban el recinto.

Diana Frida Arón Svigiliski, 24 años. Periodista egresada de la Universidad Católica y funcionaria de Editorial Quimantú. Detenida desaparecida, arrestada por agentes de la DINA en Santiago el 18 de noviembre de 1974.

Mario Barrios Gallardo, 36 años. Editor, periodista e impresor que trabajó en Puro Chile y El Popular (Arica) y El Siglo, entre otras publicaciones. Muere en Santiago el 24 de julio de 1984 en extrañas circunstancias luego de un accidente vehicular.

Carlos Bascuñán Mourgues-Dewet, 28 años. Periodista formado en la Universidad de Concepción, jefe de prensa del Departamento de Comunicaciones de Codelco (Div. El Salvador). Detenido el 16 de septiembre de 1973 en Potrerillos. Sus restos aparecen en la cordillera, 225 km al sur de Copiapó, el 5 de noviembre de 1973.

Carlos Berger Guralnik, 30 años. Periodista, abogado, director de Radio El Loa y jefe de RRPP de Chuquicamata. Abogado titulado en la Universidad de Chile. Detenido el 11 de septiembre de 1973, torturado y sometido a Consejo de Guerra, fue fusilado el 19 de octubre de 1973 en las afueras de Calama. Sus restos fueron identificados en 2013, 40 años después de haber sido arrojados a una fosa ilegal al norte del kilómetro 16,5 del camino que une Calama y San Pedro de Atacama. Carlos Berger fue una de las 26 víctimas asesinadas ese día por la comitiva militar conocida como la “Caravana de la Muerte”, dirigida por el delegado directo de Augusto Pinochet, Sergio Arellano Stark.

Juan Manuel Bertoló Rivas, 48 años. Periodista del diario Proa Regional de San Antonio, corresponsal de Las Últimas Noticias y Radio Cooperativa. Detenido el 10 de febrero de 1990 por Carabineros mientras investigaba casos de corrupción policial. Su muerte no está aclarada.

Mario Eduardo Calderón Tapia, 31 años. Periodista, egresado de la Universidad de Chile de Valparaíso el 1971. Detenido en Bandera con Catedral en Santiago el 25 de septiembre de 1974 por efectivos del Servicio de Inteligencia Nacional y llevado a los centros de tortura de José Domingo Cañas, Villa Grimaldi y Cuatro Álamos desde donde se le pierde el rastro.

Augusto Heriberto Carmona Acevedo, 38 años. Egresado de Periodismo de la Universidad de Chile, jefe de prensa de Canal 9, redactor de revista Punto Final. Detenido y luego asesinado por la CNI el 7 de diciembre de 1977 en un operativo (“supuesto enfrentamiento”) en calle Barcelona Nº 2524, San Miguel, Santiago.

José Humberto Carrasco Tapia, 43 años. Periodista, Universidad de Chile, editor internacional de la revista Análisis y corresponsal de Uno más Uno (México). La madrugada del 8 de septiembre de 1986 es sacado de su casa por agentes del “Comando 11 de septiembre” de la CNI. Horas después, su cuerpo fue encontrado acribillado, con 13 impactos de bala, en uno de los muros exteriores del cementerio Parque del Recuerdo. Fue compañero de la periodista brasileña Jane Vanini, exiliada de la dictadura de Brasil, asesinada por efectivos de la Armada el 6 de diciembre de 1974 en Concepción.

Daniel Antonio Castro López, 68 años. Corresponsal del diario El Clarín en Temuco. Detenido por efectivos de la FACH y Carabineros el 10 de octubre de 1975 en Liquiñe junto a 14 personas, asesinadas y lanzadas al río Toltén. Algunos cuerpos fueron encontrados dentro de sacos con piedras para que no flotaran.

Oscar Manuel Castro Videla, 40 años. Fotógrafo de prensa y RRPP de la Empresa Nacional de Minería (Enami). Detenido el 16 de octubre de 1974. Fue llevado a los centros de tortura de José Domingo Cañas y Cuatro Álamos desde donde se le pierde el rastro.

Sergio Contreras Contreras40 años. Periodista de radio y RRPP, jefe de Prensa de la Intendencia de Santiago. Detenido en el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973 y trasladado al Regimiento Tacna, desde donde fue trasladado en camión militar con destino desconocido.

Luis Eduardo Durán Rivas 29 años, detenido desaparecido. Estudiante de periodismo de la Universidad de Chile. Detenido por la DINA a la salida de su domicilio en Santiago el 14 de septiembre de 1974. Es llevado a los centros de tortura José Domingo Cañas y Cuatro Álamos. Su nombre aparece al año siguiente en una lista de 119 personas presuntamente muertas en Argentina en julio de 1975.

Guillermo Gálvez Rivadeneira. Reportero de agencia ORBE, director de revista Hechos Mundiales. Detenido desaparecido, secuestrado el 28 de julio de 1976.

Alfonso Ambrosio Gamboa Farías, 35 años. Director de Radio Atacama. Detenido el 15 de septiembre de 1973 en su domicilio en Copiapó y ejecutado el 17 de octubre junto a otros 12 detenidos por la “Caravana de la Muerte”. Sus cuerpos fueron exhumados desde una fosa común el 31 de julio de 1990.

Máximo Antonio Gedda Ortiz, 26 años. Periodista, director de TV. Detenido en una micro en Santiago el 16 de julio de 1974 por la DINA. Es llevado al centro de torturas Londres 38 desde donde se le pierde el rastro.

Leonardo Henrichsen, 33 años. Camarógrafo argentino, corresponsal de la televisión sueca y Canal 13 de Buenos Aires. Asesinado en Santiago el 29 de junio de 1973 mientras reporteaba la sublevación militar del regimiento Blindados 2 conocida como “El Tanquetazo”, sofocada por el general Carlos Prats González. Conocido como “el periodista que filmó su propia muerte” (la foto de portada de esta editorial fue capturada de dicha filmación).

Charles Edmund Horman Lazar. Graduado de la Universidad de Harvard, periodista y guionista estadounidense. Detenido en su domicilio el 17 de septiembre de 1973 por efectivos del Ejército. Ejecutado el 18 de septiembre de 1975 en el Estadio Nacional. Su caso inspiró la película “Missing” de Costa Gavras.

Archibaldo Morales Villanueva, 43 años. Periodista autodidacta, propietario del semanario El Guerrillero y locutor. Detenido en Santiago el 20 de septiembre de 1973 por personal de Investigaciones y trasladado a la cárcel de San Fernando donde permanece incomunicado por 43 días. Fallece en el trayecto de la cárcel al hospital por “paro cardiaco” el 5 de noviembre de 1973.

Ricardo Cristian Mortecinos Slaughter. Fotógrafo independiente y cineasta chileno-norteamericano y residente en Estados Unidos. Secuestrado el 17 de octubre de 1975 desde su departamento en Santiago y fusilado esa misma noche en el túnel Lo Prado.

Augusto Olivares Becerra, 43 años. Redactor, columnista, comentarista de radio y televisión y asesor del presidente Salvador Allende. Fue el primero en morir en La Moneda el 11 de septiembre de 1973. Aunque se constató que se suicidó, la Comisión Rettig lo consideró una víctima de la situación de violencia política.

José Leonardo Pérez Hermosilla, 32 años. Periodista autodidacta del Programa de Comunicaciones del INDAP y redactor de artículos de opinión. Detenido desaparecido, fue arrestado el 5 de enero de 1974 en Santiago y probablemente, asesinado en Tejas Verdes en el mes de febrero de ese año.

José Miguel Rivas Rachitoff, 35 años. Periodista. Detenido desaparecido, arrestado por efectivos de la FACH el 3 de enero de 1974 en las inmediaciones de la Plaza de la Constitución en Santiago y entregados a la DINA. Es llevado Tejas Verdes desde donde se le pierde el rastro.

Jaime Iván Sierra Castillo, 27 años. Locutor de Radio Atacama de Copiapó, detenido el 20 de septiembre en su domicilio por efectivos de Investigaciones y luego trasladado al Regimiento de Copiapó. Es ejecutado la madrugada del 17 de octubre de 1973 junto a otras 12 personas por la “Caravana de la Muerte”.

José Tohá González, 54 años. Editorialista, dirigió el diario Las Noticias de Última Hora, Ministro de Defensa del gobierno del presidente Salvador Allende. Es detenido el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de La Moneda. Es enviado a Isla Dawson, campo de concentración del Ejército, junto a la mayoría de los miembros del gabinete detenidos. Fallece producto de “asfixia por ahorcamiento” (suicidio) en cautiverio en el Hospital Militar de Santiago el 15 de marzo de 1974.

Ernesto Traubmann Riegelhaupt, 39 años, Corresponsal, operador de radio, relacionador público de ENAMI Nacido en Checoslovaquia y nacionalizado chileno. Detenido por Carabineros en la madrugada del 13 de septiembre de 1973. Su rastro se perdió en el Ministerio de Defensa. Su cuerpo fue encontrado entre los cadáveres arrojados a una fosa común del Patio 29 del Cementerio General e identificado en mayo de 1995.

Ricardo Troncoso León, 31 años. Periodista, fotógrafo, dramaturgo, director y actor de teatro. Detenido por Carabineros en su domicilio de Chillan el 1 de octubre de 1973 y llevado a la 2ª Comisaria desde donde se le pierde el rastro.

Jane Vanini Capozi, 29 años. Secretaria de la revista Punto Final. Según testigos, fue asesinada por efectivos de la Armada al resistirse a la detención el 6 de diciembre de 1974 en su departamento de la población Laguna Redonda II en Concepción. Su cuerpo fue encontrado en 2005 en el cementerio de dicha ciudad. Había ingresado a Chile en 1971 como exiliada política de la dictadura militar brasileña e integra la lista de cinco brasileños desaparecidos en Chile. Fue compañera del periodista José Carrasco Tapia, asesinado en 1986.

Fernando Gabriel Vargas Vargas, 36 años. Diseñador gráfico, editor, operador de radio clandestina Liberación. Ejecutado por la CNI el 15 de diciembre de 1984 en el sector de Santa Elvira con Santa Elena, Santiago, en un operativo comandado por Álvaro Corbalán.

Jorge Bernabé Yáñez Olave, 29 años. Poeta y periodista egresado de la Universidad de Chile, trabajó en La Provincia y El Heraldo de Linares. Detenido por Carabineros el 16 de septiembre de 1973 en el camino de Chanco a Cauquenes. Presuntamente ejecutado en la playa Potrerillos de Constitución junto a otros prisioneros políticos. Su cuerpo nunca fue encontrado.

ESTUDIANTES DE PERIODISMO ASESINADOS Y DESAPARECIDOS:

Luis Eduardo Alaniz Álvarez, 23 anos. Estudiante de tercer año de periodismo de la Universidad del Norte. Se presentó voluntariamente ante el llamado de las autoridades de Antofagasta, siendo detenido, torturado y luego fusilado por “resolución de la Honorable Junta de Gobierno» el 20 de octubre de 1973.

Jaime Aldoney, arrestado junto a otras personas de la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) de Limache, Jaime Aldoney Vargas (30), el interventor de la empresa, fue llevado hasta la Base Naval El Belloto la tarde del 12 de septiembre de 1973. Fue visto por última vez en el buque «Lebu», convertido en centro de tortura.

Juan Elías Espinoza, 35 años. Fotógrafo. Ejecutado el 29 de diciembre de 1983 en Santiago en la vía pública luego de un seguimiento por parte de efectivos de la CNI.

Arcadia Patricia Flores Pérez, 27 años.  Luego de la detención de su cónyuge, personal de Investigaciones intentó ingresar a su domicilio en Santiago. Arcadia muere en un intercambio de disparos al resistir la detención el 16 de agosto de 1981.

Fuentes: Informe Rettig,