Fecha Detención :
Comuna Detención :
Fecha Asesinato : 19-10-1973
Comuna Asesinato : Antofagasta
Partido Político : Partido Socialista (PS)
Oficio o Profesión : Estudiante de Periodismo
Estado Civil e Hijos :
Nacionalidad : Chilena
Episodio Calama
Relatos de Los Hechos
Fuente :por Sonia Leyton
Categoría : Antecedentes del Caso
Luis Eduardo Alaniz:
"Cuando al alba nos quiten la vida…"
El estudiante de periodismo de la Universidad del Norte Luis Eduardo Alaniz fue fusilado en la Quebrada del Way de Antofagasta, cuando la comitiva del general Sergio Arellano Stark llegó a la región, al amanecer del día 19 de octubre de 1973.
Refugio en Arica
Según el informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, al producirse el golpe, el joven buscó refugio en Arica, en casa de los padres de su amigo Jaime Cossio, pero fue requerido por bando para presentarse ante la autoridad militar de Antofagasta. A fines de septiembre, ambos amigos decidieron entregarse y fueron destinados a la cárcel. Alaniz, que era militante socialista, fue acusado de "posesión de armas y explosivos".
("Ya no hay dolor… las heridas no me duelen, más aún si recuerdo que no hablé, que no dije nada, porque nada tiene que ver mi madre, mis hermanos, mi familia, mis amigos, mis compañeros, ni siquiera yo.
Me alzan como a un bulto, me llevan en brazos porque no puedo caminar y ellos tienen prisa. Siento frío, escucho sollozos…, somos catorce.
Alguien me estrecha la mano…, también tiembla en la oscuridad que pronto terminará. Seremos catorce los que quedaremos en el desierto, cuando nos quiten la vida…, esa corta vida que hoy se me va").
Al despuntar el alba del 19 de octubre, el joven que nunca llegaría a ser un periodista fue sacado de su celda junto a trece prisioneros que también cayeron bajo las ráfagas de metralleta, en otro hecho sangriento amparado en la impunidad.
("Permanecía sentado sobre aquel muro mientras con mi boca y la pequeña peineta unida al papel entonaba "salta, salta pequeña langosta", ésa que cantábamos con nuestros compañeros. Esperaba en aquella cancha deportiva que se me uniera el grupo de jugadores que había prometido la "pichanga" de esa mañana tibia.
Mi pelo era de color miel y cuando este sol nortino decidía acariciarme la cabeza, las chiquillas me decían que parecía rubio. Esto soñaba semidespierto cuando los escuché acercarse, con el ruido de sus botas que al caminar daban golpes secos. Me temblaban las manos, mi sudor era helado. Está oscuro y yo en el camastro estoy hinchado y mis ojos casi no ven").
Los catorce elegidos para morir se encontraban en condiciones extremas a causa de la tortura previa: Luis Eduardo Alaniz Alvarez, Mario Arquero Silva, Alexis Valenzuela Flores, José García Berríos, Washington Muñoz Donoso, Norton Flores Antivilo, Dinator Avila Rocco, Danilo Moreno Acevedo, Nelson Cuello Alvarez, Darío Godoy Mancilla, Marcos de la Vega Rivera, Miguel Manríquez Díaz, Mario Silva Iriarte y Eugenio Ruiz Tagle.
La muerte truncó sueños juveniles
Los años no pasan en vano y el olvido salpica al tiempo. No obstante, quienes recuerdan aún a Luis lo describen como un muchacho de carácter tranquilo. Le gustaba la música y se divertía sacándole notas a su peineta con papel por los pasillos de la Universidad Católica del Norte cuando estudiaba periodismo, carrera que sólo cursó hasta segundo año. Ingresó en 1971, después de incursionar en enfermería de la Universidad de Antofagasta.
"Aunque nos inclinábamos para que continuara su primera elección, nuestro pequeño soñaba con ser periodista. Era tranquilo y reservado, pudo haber tenido una opción política, pero esto lo supimos cuando nos entregaron su cadáver acribillado". Estas palabras del anciano tío Jorge surgen mientras contempla el único retrato de Luis adolescente, posando para el fotógrafo con sus manos en la cintura en la plaza de Arica, durante un viaje con los tíos.
Con 24 años de edad, Luis Alaniz fue el más joven de los catorce fusilados en Antofagasta por la "caravana de la muerte". La información oficial a la prensa se dio por pequeños grupos de muertos; así, la noticia de la muerte de Luis apareció en El Mercurio de Antofagasta del 24 de octubre de 1973, con un titular muy común en la época:
«Fusilan a 3 extremistas»
Un comunicado de relaciones públicas de la jefatura de la zona en estado de sitio informaba: "Por resolución de la honorable Junta de Gobierno, el día 20 en la madrugada se procedió al fusilamiento de tres personas: Luis Eduardo Alaniz Alvarez, Danilo Alberto Acevedo y Nelson Guillermo Cuello Alvarez, comprometidos en el activismo político y conspiración terrorista".
Socialista de corazón
Realmente, no tenía remedio para el mal que le encontraron sus captores. Desde adolescente se interesó por las desigualdades sociales, la brecha entre pobres y ricos, la concentración de la riqueza, la solidaridad con los desposeídos, entre otros ideales, que lo llevaron a integrarse al partido Socialista y a pertenecer a la brigada universitaria de su colectividad.
En su trayectoria como líder fue jefe de núcleo de la juventud Socialista. Luego, en una asamblea de Periodismo, lo eligieron presidente del centro de alumnos y llegó a ser dirigente de la Federación de Estudiantes. Llegó a ser un miembro de confianza del partido. El 11 de septiembre de 1973 lo sorprendió en Arica. Su nombre surgió en el interrogatorio a un torturado. Se ordenó su inmediata detención que se produjo en Chacalluta. Ingresó a la cárcel de Antofagasta en los primeros días de octubre.
"Las torturas no pudieron con él. No hablaba, llegaba muy mal como todos nosotros; pero ni siquiera le sacaron un nombre. Muchos de los fusilados junto a Luis se habían convertido en "estropajos" humanos. La muerte fue un descanso", dijo un compañero de prisión.
"Lo recuerdo porque era quitado de bulla, buen mozo, medía un metro 75, tenía tez blanca, pelo castaño semi liso y ojos claros. Lo miraba siempre, creo que una vez estuve enamorada de él. Muchas veces me sonrió y sacó la famosa peineta para tocarme alguna canción de esa época. Su muerte y la de muchos chilenos me convirtieron en una activa opositora a la dictadura militar", relató Viviana, una compañera de la Universidad.
La última oración
El padre José Donoso se ofreció como capellán de la cárcel ante los acontecimientos que se suscitaban. Sintió que debía estar junto a esos hombres que rezaron y escucharon con atención lo que sería la última oración de un pastor de la Iglesia Católica. En los primeros días de libre plática Luis estaba entre el semicírculo de hombres que rodeaba al sacerdote para escuchar sus palabras sobre la fe.
"Les leí la escritura de los primeros cristianos, la vida de los apóstoles. Conocí a Alaniz: era rubiecito y delgado", dijo el religioso. "Confiaban como yo en que no sucedería nada; así se los decía también su conciencia, aunque muchos llegaban muy torturados", contó Donoso. "En una de las pocas oportunidades que tuve de rezar junto a ellos, casi al final de nuestra oración alguien me dijo: Padre, yo no soy católico; pero con esta fe que usted nos habla, yo me convierto".
Hasta el 19 de octubre los prisioneros tenían prohibición de salir de sus celdas. El número aumentaba constantemente con los que llegaban de otros centros, siempre en estado calamitoso por las torturas.
"Frente a mi ausencia obligada, un legado invita a vivir". El Memorial levantado veinte y dos años después con los nombres de los caídos durante la dictadura militar mira de frente al visitante en la entrada del cementerio general de Antofagasta. A lo lejos, un muchacho entona una canción con una peineta y papel.
Sonia Leyton es profesora de la Universidad Católica del Norte, presta asesorías de prensa a instituciones de Antofagasta y es dirigenta regional del Colegio de Periodistas. Corresponsal de radio Cooperativa, del diario La Epoca y colaboradora de Punto Final. Se desempeñó como profesora de castellano en Alemania (1988/1991).
Categoría : Antecedentes del Caso
Luis Eduardo ALANIZ ALVAREZ
Nombre: Luis Eduardo Alaniz Alvarez
Lugar y fecha de nacimiento: Chuquicamata, 9 de diciembre 1949
Especialidad: Estudiante de tercer año de periodismo de la Universidad del Norte.
Lugar y fecha de muerte: Antofagasta, 19 de octubre de 1975. Fusilado sin juicio, en nombre de la "honorable Junta de Gobierno "Junto a otras 13 personas.
Actividades: Dirigente de la federación de estudiantes de Antofagasta, militante socialista, aficionado al fútbol y a la música.
El 19 de octubre de 1973 a la 01:.20 horas, fueron ejecutadas por efectivos del Ejército, cerca de Antofagasta, las siguientes personas:
– Luis Eduardo ALANIZ ALVAREZ, de 23 años de edad, estudiante de Periodismo de la Universidad del Norte, militante socialista; quien a fines de septiembre se entregó voluntariamente a las autoridades militares de Arica, ante el requerimiento público hecho por las autoridades de Antofagasta. Desde aquella localidad fue trasladado a la Cárcel de esta última ciudad, donde al parecer se le inició un proceso, acusado de poseer armas, el que no fue concluído.
– Dinator Segundo AVILA ROCCO, de 32 años de edad, empleado de la Sociedad Química y Minera de Chile (SOQUIMICH), militante socialista; quien fue detenido el 29 de septiembre en María Elena y trasladado primero a la Comisaría de Tocopilla y luego a la Cárcel de Antofagasta.
– Guillermo Nelson CUELLO ALVAREZ, de 30 años de edad, funcionario de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), militante socialista, quien se presentó voluntariamente el 13 de septiembre a la Comisaría de Antofagasta, desde donde fue llevado a la Cárcel de esa ciudad.
– Segundo Norton FLORES ANTIVILO, de 25 años de edad, asistente social de la Sociedad Química y Minera de Chile (SOQUIMICH) en María Elena, militante socialista; detenido el 1º de octubre en su domicilio de María Elena, desde donde es trasladado a Tocopilla y a la Cárcel de Antofagasta, posteriormente.
– Darío Armando GODOY MANSILLA, de 18 años de edad, estudiante de enseñanza media, militante socialista; detenido en Tocopilla y desde allí trasladado a la Cárcel de Antofagasta.
– José Boerlindo GARCIA BERRIOS, de 66 años de edad, trabajador marítimo y dirigente sindical, militante comunista; detenido en Tocopilla el 12 de septiembre, llevado a la Comisaría de esa ciudad y de ahí trasladado a la Cárcel de Antofagasta. En varias oportunidades, durante su detención, fue llevado junto a su hija a interrogatorios en Cerro Moreno.
– Miguel Hernán MANRIQUEZ DIAZ, de 25 años de edad, profesor, empleado de la industria de cementos INACESA, militante socialista; quien fue detenido el 20 de septiembre por detectives y efectivos militares y llevado al Cuartel de Investigaciones de Antofagasta y desde allí a la Cárcel Pública de esa misma ciudad.
– Danilo MORENO ACEVEDO, de 28 años de edad, chofer en la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y dirigente sindical, militante socialista; quien se presentó voluntariamente el 8 de octubre al Cuartel de Investigaciones de Antofagasta ante un requerimiento público. Permaneció allí, incomunicado, hasta el 15 de octubre, cuando fue trasladado a la Cárcel Pública.
– Washington Radomil MUÑOZ DONOSO, de 35 años de edad, Interventor en la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU); detenido en Antofagasta en fecha indeterminada y recluído en la Cárcel de esa ciudad.
– Eugenio RUIZ – TAGLE ORREGO, de 26 años de edad, ingeniero, Gerente de la Industria INACESA, militante del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), quien se presentó voluntariamente a la Intendencia de Antofagasta el 12 de septiembre, ante un requerimiento público. Desde ese lugar fue trasladado a la Base de Cerro Moreno, donde permaneció hasta el 23 de septiembre, cuando fue trasladado a la Cárcel de Antofagasta. La tortura a que fue sometido se relata en la parte general de este período.
– Héctor Mario SILVA IRIARTE, de 38 años de edad, abogado, Gerente de la Corporación de Fomento de la Producción CORFO-Norte, ex-Regidor de Chañaral, Secretario Regional del Partido Socialista; quien viajó desde Santiago, donde se hallaba, para presentarse voluntariamente en la mañana del día 12 de septiembre ante las autoridades militares, junto a otras personas, en las oficinas de la Intendencia.
– Alexis VALENZUELA FLORES, de 29 años de edad, empleado de la Sociedad Química y Minera de Chile (SOQUIMICH), Presidente del Sindicato de esa empresa y Tesorero de la Central Unica de Trabajadores CUT Regional, Regidor de Tocopilla, militante comunista; detenido el 17 de septiembre en su domicilio de Tocopilla, llevado a la Cárcel de esa misma ciudad y trasladado el 15 de octubre a la de Antofagasta. Permaneció incomunicado durante toda su detención.
– Marco Felipe DE LA VEGA RIVERA, de 46 años de edad, ingeniero, Alcalde de Tocopilla, militante comunista; detenido el 15 de Septiembre por efectivos de la Policía de Investigaciones y Carabineros, llevado a la Comisaría de Tocopilla y el 15 de octubre, a la Cárcel de Antofagasta.
– Mario del Carmen ARQUEROS SILVA, de 45 años de edad, Gobernador de Tocopilla, militante comunista; detenido el 14 de Septiembre en su domicilio por efectivos de Carabineros y conducido a la Comisaría de Tocopilla, donde permanece hasta el 15 de octubre cuando es trasladado a la Cárcel de Antofagasta. Durante el período de su detención permaneció incomunicado.
El 21 de octubre de l973 se publicó en la prensa de Antofagasta un comunicado oficial que daba cuenta de la ejecución de Mario Silva, Eugenio Ruiz-Tagle, Washington Muñoz y Miguel Manríquez, señalándose que "las ejecuciones fueron ordenadas por la Junta Militar de Gobierno…". El 24 de octubre apareció un segundo comunicado público que daba cuenta de las ejecuciones de Luis Alaniz, Danilo Moreno y Nelson Cuello, indicándose que por "resolución de la Honorable Junta de Gobierno, el día 20 en la madrugada se procedió al fusilamiento de tres personas…", las ya indicadas.
No hubo versión oficial de los restantes siete ejecutados del día 19 de Octubre.
Comunicados oficiales posteriores, tanto de autoridades provinciales como nacionales, hacen referencia a esas ejecuciones como si ellas fueran la consecuencia del cumplimiento de sentencias dictadas por Consejos de Guerra. En informes entregados por el Gobierno de la época a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se señalaba que Eugenio Ruiz-Tagle y Héctor Silva, entre otros, habían sido procesados en la causa 349-73 seguida ante el Primer Juzgado Militar de Antofagasta, comprobándosele a Ruiz-Tagle "su participación en el delito de malversación de caudales públicos…y giro de fondos para adquirir armamentos para el Partido Socialista y el Movimiento de Acción Popular. Además se acreditó su responsabilidad en la organización de un plan terrorista preparado para los días 18 y 19 de septiembre de l973… el tribunal correspondiente le impuso la pena de muerte que se cumplió por fusilamiento el 19 de octubre de l973". En cuanto a Héctor Silva, según esa versión, se le habrían acreditado diversos delitos, entre ellos malversación de caudales públicos, atentado contra la Seguridad del Estado, tenencia ilegal de armamentos y explosivos, agregándose que "su participación en estos actos se comprobó fehacientemente ". En la causa confesó su participación, como propiciador, organizador y principal dirigente de una organización paramilitar…En el proceso respectivo … se le condenó a la pena de muerte, que fue cumplida mediante fusilamiento el 19 de octubre de l973".
Tras analizar detenidamente los antecedentes recibidos y los testimonios recogidos de diversas fuentes, la Comisión se formó la convicción de que las muertes de las catorce personas antes individualizadas correspondieron a ejecuciones de responsabilidad de agentes del Estado que actuaron al margen de toda legalidad, lo cual constituyó una violación de sus derechos humanos, en especial a la integridad física, al justo proceso y a la vida. Fundamenta su convicción en las siguientes consideraciones:
– Respecto de la mayoría de los ejecutados existen testimonios verosímiles de que mientras estuvieron privados de libertad y antes de ser muertos, fueron atrozmente torturados. Ello, desde luego, invalidaría cualquier confesión prestada.
– La versión oficial que daba cuenta de la existencia de un proceso judicial que habría concluído en la condena a muerte de los catorce afectados es contradictoria con la primera información que daba cuenta de una decisión de la Honorable Junta de Gobierno;
– ue a pesar de los requerimientos hechos por la Comisión, no fue posible obtener las piezas del proceso que se habría sustanciado en contra de los ejecutados, lo que junto a los demás antecedentes la lleva a concluír que este nunca existió;
– Que, además, la primera versión acerca de la decisión de la Junta de Gobierno es coherente con el hecho que al momento de los fusilamientos se hallaba presente en Antofagasta una comitiva militar procedente de Santiago con autoridad delegada precisamente de las más altas autoridades nacionales;
– Que a este último respecto, las versiones que han entregado los protagonistas son contradictorias en cuanto a la procedencia de las órdenes de ejecución, pero ninguna alega que haya existido un Consejo de Guerra;
– Que en el evento que se hubiese realizado alguna especie de juzgamiento de los ejecutados, ello ocurrió sin conocimiento de sus familiares y abogados, lo que significó que los afectados carecieran de derecho a defensa;
– ue, cualquiera que haya sido el origen de la orden de ejecutar a los catorce detenidos, en sus fusilamientos participaron oficiales y efectivos militares del Regimiento Antofagasta y oficiales integrantes de la comitiva procedente de Santiago.
(Informe Rettig)
Situación judicial (1996): Causa del Juzgado Militar de Antofagasta, Rol 516-88, sobreseída por amnistía el 1412/1988.
Con un memorial ex alumnos y familiares recordaron a estudiantes de la Universidad de Chile ejecutados en dictadura
Fuente :uantof.cl 20/10/2023
Categoría : Prensa
El hito fue inaugurado en el acceso principal del Campus Coloso de la Universidad de Antofagasta lugar en el que se realizó una ceremonia que contó con la presencia de exalumnos, familiares, amigos y autoridades académicas.
El día 19 de octubre de 2023 quedará grabado en la memoria y en los corazones de todos quienes participaron del descubrimiento de un memorial que recordará por siempre las vidas, sueños y esperanzas de siete alumnos de la Universidad de Chile sede Antofagasta, ejecutados durante los años más feroces de la dictadura de Augusto Pinochet.
Durante el inicio de la ceremonia, el rector de la Universidad de Antofagasta, Dr. Marcos Cikutovic, destacó la importancia del hito. “Existe absoluta sinceridad en lo que expresamos. Porque nadie nos contó esto. Lo vivimos. Este memorial no sólo es una estructura de piedra y metal, sino un testamento vivo de la resistencia y la valentía de aquellos jóvenes que entregaron sus vidas por ideales que hasta el día de hoy seguimos abrazando con fervor”, expresó la autoridad institucional.
Semblanzas compartidas por sus familiares, amigos y cercanos evocaron el recuerdo y las vidas de los siete jóvenes asesinados por agentes del estado entre 1973 y 1985 mientras eran alumnos de la Universidad de Chile, cuando esta institución mantenía una sede en la capital regional.
“Cuando me invitaron a participar de esta ceremonia para recordar a Jorge fue emocionante y acepté de inmediato. Vinimos junto a mi madre de 95 años. No imaginé esta cantidad de personas reunidas y el compromiso de mi norte con la memoria de mi hermano Jorge Ángel Vercelotti Machuca asesinado el 18 de marzo de 1976 en la localidad de Ciudadela, Buenos Aires; Argentina”, relata su hermana Celia Vercelotti Machuca.
Un anhelo cumplido
La actividad fue organizada por la Universidad de Antofagasta junto a su federación de estudiantes y contó con la participación de ex alumnas y alumnos de la Universidad de Chile como Germán Rojas Moya, quien estudiaba Administración Pública en la sede Antofagasta en aquellos aciagos años.
“El memorial inaugurado en el Campus Coloso ratifica la hermandad que existe entre la Universidad de Chile y la Universidad de Antofagasta. Saludo a su rector Marcos Cikutovic, a su federación de estudiantes y a la comunidad universitaria por sumarse a este acto de memoria y reparación por las violaciones a los derechos humanos ocurridas a partir del 11 de septiembre de 1973.”, manifestó.
El memorial consistente en un monolito que lleva adosada una placa con los nombres de los siete jóvenes ejecutados. Fue diseñado y construido por ex alumnos de la Universidad de Chile, sede Antofagasta junto a la Federación de Estudiantes de la UA. Durante el cierre de la ceremonia se plantaron árboles de la especie chañar en franco homenaje a cada uno de ellos.
“Nosotros como grupo de ex alumnos de la Universidad de Chile, sede Antofagasta, quisimos relevar esto y dejarle a las nuevas generaciones de jóvenes el testimonio de un hecho que no debe ser olvidado”, explicó el director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (CREA), de la Universidad de Antofagasta, Dr. Carlos Guerra.
Entre varios Estudiantes esta
Luis Eduardo Alaniz Álvarez
Nació en Chuquicamata el 9 de diciembre de 1949. En el año 1968 Ingresó a la carrera de Enfermería de la Universidad de Chile sede Antofagasta. En 1971 estudió periodismo en la Universidad del Norte. El día 19 de octubre fue fusilado junto a 13 jóvenes quienes fueron sacados de la cárcel de la ciudad. Tenía 24 años de edad.
Luis Eduardo Alaniz: "Cuando al alba nos quiten la vida…" por Sonia Leyton
Fuente :Sonia Leyton – Morir es la Noticia Ernesto Carmona Editor (Periodistas relatan la historia de sus colegas asesinados y/o desaparecidos) (Tercera E
Categoría : Otra Información
Nombre: Luis Eduardo Alaniz Alvarez
Lugar y fecha de nacimiento: Chuquicamata, 9 de diciembre 1949
Especialidad: Estudiante de tercer año de periodismo de la Universidad del Norte.
Lugar y fecha de muerte: Antofagasta, 19 de octubre de 1975. Fusilado sin juicio, en nombre de la "honorable Junta de Gobierno "Junto a otras 13 personas.
Actividades: Dirigente de la federación de estudiantes de Antofagasta, militante socialista, aficionado al fútbol y a la música.
El estudiante de periodismo de la Universidad del Norte Luis Eduardo Alaniz fue fusilado en la Quebrada del Way de Antofagasta, cuando la comitiva del general Sergio Arellano Stark llegó a la región, al amanecer del día 19 de octubre de 1973.
Refugio en Arica
Según el informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, al producirse el golpe, el joven buscó refugio en Arica, en casa de los padres de su amigo Jaime Cossio, pero fue requerido por bando para presentarse ante la autoridad militar de Antofagasta. A fines de septiembre, ambos amigos decidieron entregarse y fueron destinados a la cárcel. Alaniz, que era militante socialista, fue acusado de "posesión de armas y explosivos".
("Ya no hay dolor… las heridas no me duelen, más aún si recuerdo que no hablé, que no dije nada, porque nada tiene que ver mi madre, mis hermanos, mi familia, mis amigos, mis compañeros, ni siquiera yo.
Me alzan como a un bulto, me llevan en brazos porque no puedo caminar y ellos tienen prisa. Siento frío, escucho sollozos…, somos catorce.
Alguien me estrecha la mano…, también tiembla en la oscuridad que pronto terminará. Seremos catorce los que quedaremos en el desierto, cuando nos quiten la vida…, esa corta vida que hoy se me va").
Al despuntar el alba del 19 de octubre, el joven que nunca llegaría a ser un periodista fue sacado de su celda junto a trece prisioneros que también cayeron bajo las ráfagas de metralleta, en otro hecho sangriento amparado en la impunidad.
("Permanecía sentado sobre aquel muro mientras con mi boca y la pequeña peineta unida al papel entonaba "salta, salta pequeña langosta", ésa que cantábamos con nuestros compañeros. Esperaba en aquella cancha deportiva que se me uniera el grupo de jugadores que había prometido la "pichanga" de esa mañana tibia.
Mi pelo era de color miel y cuando este sol nortino decidía acariciarme la cabeza, las chiquillas me decían que parecía rubio. Esto soñaba semidespierto cuando los escuché acercarse, con el ruido de sus botas que al caminar daban golpes secos. Me temblaban las manos, mi sudor era helado. Está oscuro y yo en el camastro estoy hinchado y mis ojos casi no ven").
Los catorce elegidos para morir se encontraban en condiciones extremas a causa de la tortura previa: Luis Eduardo Alaniz Alvarez, Mario Arquero Silva, Alexis Valenzuela Flores, José García Berríos, Washington Muñoz Donoso, Norton Flores Antivilo, Dinator Avila Rocco, Danilo Moreno Acevedo, Nelson Cuello Alvarez, Darío Godoy Mancilla, Marcos de la Vega Rivera, Miguel Manríquez Díaz, Mario Silva Iriarte y Eugenio Ruiz Tagle.
La muerte truncó sueños juveniles
Los años no pasan en vano y el olvido salpica al tiempo. No obstante, quienes recuerdan aún a Luis lo describen como un muchacho de carácter tranquilo. Le gustaba la música y se divertía sacándole notas a su peineta con papel por los pasillos de la Universidad Católica del Norte cuando estudiaba periodismo, carrera que sólo cursó hasta segundo año. Ingresó en 1971, después de incursionar en enfermería de la Universidad de Antofagasta.
"Aunque nos inclinábamos para que continuara su primera elección, nuestro pequeño soñaba con ser periodista. Era tranquilo y reservado, pudo haber tenido una opción política, pero esto lo supimos cuando nos entregaron su cadáver acribillado". Estas palabras del anciano tío Jorge surgen mientras contempla el único retrato de Luis adolescente, posando para el fotógrafo con sus manos en la cintura en la plaza de Arica, durante un viaje con los tíos.
Con 24 años de edad, Luis Alaniz fue el más joven de los catorce fusilados en Antofagasta por la "caravana de la muerte". La información oficial a la prensa se dio por pequeños grupos de muertos; así, la noticia de la muerte de Luis apareció en El Mercurio de Antofagasta del 24 de octubre de 1973, con un titular muy común en la época:
«Fusilan a 3 extremistas»
Un comunicado de relaciones públicas de la jefatura de la zona en estado de sitio informaba: "Por resolución de la honorable Junta de Gobierno, el día 20 en la madrugada se procedió al fusilamiento de tres personas: Luis Eduardo Alaniz Alvarez, Danilo Alberto Acevedo y Nelson Guillermo Cuello Alvarez, comprometidos en el activismo político y conspiración terrorista".
Socialista de corazón
Realmente, no tenía remedio para el mal que le encontraron sus captores. Desde adolescente se interesó por las desigualdades sociales, la brecha entre pobres y ricos, la concentración de la riqueza, la solidaridad con los desposeídos, entre otros ideales, que lo llevaron a integrarse al partido Socialista y a pertenecer a la brigada universitaria de su colectividad.
En su trayectoria como líder fue jefe de núcleo de la juventud Socialista. Luego, en una asamblea de Periodismo, lo eligieron presidente del centro de alumnos y llegó a ser dirigente de la Federación de Estudiantes. Llegó a ser un miembro de confianza del partido. El 11 de septiembre de 1973 lo sorprendió en Arica. Su nombre surgió en el interrogatorio a un torturado. Se ordenó su inmediata detención que se produjo en Chacalluta. Ingresó a la cárcel de Antofagasta en los primeros días de octubre.
"Las torturas no pudieron con él. No hablaba, llegaba muy mal como todos nosotros; pero ni siquiera le sacaron un nombre. Muchos de los fusilados junto a Luis se habían convertido en "estropajos" humanos. La muerte fue un descanso", dijo un compañero de prisión.
"Lo recuerdo porque era quitado de bulla, buen mozo, medía un metro 75, tenía tez blanca, pelo castaño semi liso y ojos claros. Lo miraba siempre, creo que una vez estuve enamorada de él. Muchas veces me sonrió y sacó la famosa peineta para tocarme alguna canción de esa época. Su muerte y la de muchos chilenos me convirtieron en una activa opositora a la dictadura militar", relató Viviana, una compañera de la Universidad.
La última oración
El padre José Donoso se ofreció como capellán de la cárcel ante los acontecimientos que se suscitaban. Sintió que debía estar junto a esos hombres que rezaron y escucharon con atención lo que sería la última oración de un pastor de la Iglesia Católica. En los primeros días de libre plática Luis estaba entre el semicírculo de hombres que rodeaba al sacerdote para escuchar sus palabras sobre la fe.
"Les leí la escritura de los primeros cristianos, la vida de los apóstoles. Conocí a Alaniz: era rubiecito y delgado", dijo el religioso. "Confiaban como yo en que no sucedería nada; así se los decía también su conciencia, aunque muchos llegaban muy torturados", contó Donoso. "En una de las pocas oportunidades que tuve de rezar junto a ellos, casi al final de nuestra oración alguien me dijo: Padre, yo no soy católico; pero con esta fe que usted nos habla, yo me convierto".
Hasta el 19 de octubre los prisioneros tenían prohibición de salir de sus celdas. El número aumentaba constantemente con los que llegaban de otros centros, siempre en estado calamitoso por las torturas.
"Frente a mi ausencia obligada, un legado invita a vivir". El Memorial levantado veinte y dos años después con los nombres de los caídos durante la dictadura militar mira de frente al visitante en la entrada del cementerio general de Antofagasta. A lo lejos, un muchacho entona una canción con una peineta y papel.
Sonia Leyton es profesora de la Universidad Católica del Norte, presta asesorías de prensa a instituciones de Antofagasta y es dirigenta regional del Colegio de Periodistas. Corresponsal de radio Cooperativa, del diario La Epoca y colaboradora de Punto Final. Se desempeñó como profesora de castellano en Alemania (1988/1991).