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Torres Flores Henry Francisco – Memoria Viva

Torres Flores Henry Francisco


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Rut : 8.138.971-3

Fecha Detención : 15-07-1974
Lugar Detención : Pisagua


Fecha Nacimiento : 17-03-1958 Edad : 16

Lugar Nacimiento : Iquique

Actividad Política :
Actividad : Pioneta

Estado Civil e Hijos : soltero
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Informe Rettig)

Categoría : Antecedentes del Caso

En julio de 1974 desapareció Henry Francisco TORRES FLORES. Consta que en esa época él envió una carta a sus familiares desde Pisagua, timbrada por las autoridades del recinto donde se encontraba detenido. Con posterioridad a ella no se volvieron a tener noticias de él.

Acreditada su detención, la Comisión está convencida de que su desaparición fue obra de agentes del Estado, quienes violaron así sus derechos humanos.

 


La desaparición del niño Henry Torres en Pisagua

Fuente :pciquique.blogspot.com 3/01/2009

Categoría : Otra Información

Al iniciar este nuevo año y como si no quisiera continuarlo en una ya muy larga y penosa espera, falleció la madre del niño detenido y desaparecido en Pisagua, Henry Torres Flores. Efectivamente pues tras un largo y penoso calvario de espera por Verdad y Justicia acaba de fallecer Rogelia Flores Mejías, madre de Henry Torres, quien contando con tan solo 16 años es detenido en Iquique el mes de julio de 1974. Este es uno de los casos más dramáticos de un niño detenido desaparecido que se suma a la casi treintena de casos similares ocurridos en el país bajo la dictadura de Pinochet.
Henry Torres era un muchacho con cierta madurez adquirida en el temprano trabajo como pioneta que realizaba para ayudar en el hogar. Vivía con su madre en Calama y había viajado hasta Iquique donde su padre, que vivía en la población San Carlos, también fallecido tras dolorosa espera por conocer el paradero de su hijo. Al ser detenido por una patrulla militar el muchacho es trasladado al campamento de prisioneros de Pisagua y su madre se entera de su situación por una carta que su hijo le envía a Calama desde ese campamento de prisioneros políticos, fechada el 23 de julio de 1974 y con un timbre de censura militar.
Al recibo de la misiva de su hijo la madre viaja inmediatamente hasta Iquique y se dirige al recinto de la comandancia de la VI División de Ejército a inquirir información de su hijo. La atiende el mayor Enrique Cid Coubles quién la cita por la tarde para indicarle terminantemente que no existe registro de la detención de su hijo. El siguiente es el tenor de la carta enviada por su hijo, único documento que prueba de su detención, además del testimonio del preso político Moisés Azola, quien lo conocía y lo ve en Pisagua mientras estuvo en cautiverio:

“Pisagua 23 de julio de 1974. (hay timbre CENSURA)
Señora
Mercedes Flores Mejías.
Mi querida y recordada mamita espero que al recibo de esta carta le deseo que se encuentre ud. muy bien de salud, como también mis hermanos y hermanas, yo regular de salud, y después de saludarla paso a decirle lo siguiente: Mamá, esto para Ud., es muy triste si es que mi papá no le ha escrito dándole a saber que me encuentro detenido en Pisagua, junto con mi tío Hugo. Mamita, cuando Ud. sepa el motivo del porqué en el juzgado, no se sorprenda, todo tiene su explicación.
Pasando a otro punto le pido si me puede mandar cigarritos, confor, pañuelo. Mamá le pido por favor hable con mi papá para que él la ayude en mandarme algunas cositas, como bloc de cartas, sobres, lápiz de pasta, galletas, cigarros, máquina de afeitar, un espejo, jabón de cara, pasta de dientes y cepillo y una máquina de afeitar.
Mamita digale a mi hermana que se acuerde de mí y que me mande algo, cualquier cosita, sobretodo dinero para comprar pan, al mismo tiempo le pido a Ud., mamá le diga a mis hermanos que también cooperen con un granito de arena cada uno, sea cualquier cosa, ahora que estoy en desgraciado apuro y donde más los necesito. También mamita mándeme a decir como se encuentra la guagüita de mi hermana Uberlinda y que escriba, también la Celinda, sintiendo mucho la amarga noticia, me despido de Ud. mamá junto con mi tío Hugo, saludos para todos en general y Dios guarde a Ud. e hijos.
Mándeme pantalones, sleep y calcetines.
Saluda atentamente a Ud. Henry Torres Flores, su hijo”

No obstante esta contundente prueba documental, el general Forestier negó sostenidamente la detención del niño Henry Torres en Pisagua. Aún falta por conocer las circunstancias extrañas de la detención y desaparición del muchacho pero era esperable lo peor dada las características criminales de sus captores, empezando por el entonces comandante del campamento de prisioneros, el entonces teniente coronel Ramón Larraín, amén de lo ya conocido de su jefe Forestier y de todos los esbirros torturadores que estuvieron a cargo de ejecutar criminales torturas y hasta la muerte a detenidos políticos. El año 2001 y a raíz de la mentirosa “mesa de diálogo” las Fuerzas Armadas terminaron reconociendo su muerte y destino: al ser asesinado habría sido enviado al servicio medico legal de Iquique, pero sin certeza del paradero de su cuerpo.

Epifanio Flores.

Partido Comunista de Chile – Comite Regional Iquique


Historia: Un nombre en un telegrama

Fuente :theclinic.cl 9/02/2016

Categoría : Prensa

Por estos días se presentará una querella criminal en Iquique, la que busca reabrir la causa por el secuestro y desaparición del menor Henry Torres en 1974 en Pisagua, e investigar la existencia y destino de su acompañante, Hugo Martínez Martínez, ausente en los informes Rettig y Valech. Un importante hallazgo material, un telegrama emitido por el Ejército, podría sumar un nuevo nombre a la lista oficial de detenidos desaparecidos, el número 1211.“Ha llegado carta para la señora Rogelia Flores Mejías. Debe retirarla en la radio”. Parecía una frase pedestre, un mensaje más que se pierde en el espacio radiofónico. No lo fue. Cuando la aludida llegó a la emisora se enteró de que esa carta la había escrito Henry Torres Flores, su hijo menor, quien le informaba de su detención en el centro de detención que la dictadura montó en Pisagua, pueblo ubicado a 192 kilómetros al norte de Iquique.

“Mi querida y recordada mamita espero que al recibo de esta carta le deseo que se encuentre Ud. muy bien de salud, como también mis hermanos y hermanas, yo regular de salud, y después de saludarla paso a decirle lo siguiente: Mamá, esto para Ud., es muy triste si es que mi papá no le ha escrito dándole a saber que me encuentro detenido en Pisagua, junto con mi tío Hugo. Mamita, cuando Ud. sepa el motivo del porqué en el juzgado, no se sorprenda, todo tiene su explicación”, comienza la misiva fechada el 23 de julio de 1974 y en la que le solicita dinero y utensilios de aseo.

La información era perturbadora pero no alarmante. A pesar de tener sólo 15 años, Henry ya no vivía con su madre en Calama. Sin terminar el colegio y con la osadía de quien madura tempranamente ante circunstancias difíciles, había viajado a la población San Carlos de Iquique para trabajar con su padre como peoneta, descargando camiones. A veces volvía a Calama, a veces no. Que estuviera detenido junto a otros presos comunes por violar el toque de queda, como narraba el papel, en ese entonces era una posibilidad.

Con la carta en sus manos, Rogelia fue a comprar cigarros, un bloc de cartas, confort, máquinas de afeitar. Tomó la cédula de identidad que su hijo había olvidado en Calama y partió a la Sexta División del Ejército con la certeza que nuevamente cuidaría de su retoño. Probablemente la tranquilizó el hecho que Henry no estuviese solo. Lo acompañaba “el tío Hugo”, a quien ella no conocía, pero que había escrito la carta. Henry era analfabeto.

Una cosa sí le preocupó. La carta, sacada por algún detenido del campo de concentración, estaba timbrada por el Ejército con la palabra “censura”. Por eso prefirió no llevarla consigo. Hizo bien. Cuando llegó, Pedro Collao Martí, jefe de Inteligencia de la comandancia de la Sexta División del Ejército, le indicó terminantemente que no existía registro de la detención de su hijo y le pidió la carta de regreso. Nunca la entregó, así como tampoco nunca volvió a ver a su hijo.

Rogelia murió el año nuevo de 2009, años después que el padre de sus hijos. Hoy esa carta, guardada con celo por la madre, es el único recuerdo que conserva la familia Torres Flores del desaparecido adolescente. Lo más importante, sin embargo, fue que la carta constituye una contundente prueba física para determinar la detención y desaparición de Henry, y también, a la luz de un nuevo antecedente, la existencia y destino del “tío Hugo”, hasta ahora un “fantasma” en el proceso judicial.

El tío Hugo Martínez de Antofagasta

Florencio Torres Flores hoy vive en Iquique, la misma ciudad donde nació. Es el mayor de los tres hermanos hombres de Henry. Con él, eran seis. Siendo un veinteañero, a principios de los años setenta llegó a vivir a Calama. Partieron todos los hermanos con su madre, pero dice que Henry se devolvía siempre donde su papá porque no le gustaba ir al colegio y, por eso, era analfabeto.

“No había posibilidades de restringirlo. Pero era un chico normal, alegre, se reía con todos, jugaba con todos, como cualquier niño. No participaba en partidos políticos, pienso yo, si no sabía leer ni escribir. Ninguno de nosotros participaba en política tampoco”, recuerda.

Cuando a mediados de 1974 le negaron la presencia de Henry en Pisagua, acompañó a su madre a poner la denuncia al primer juzgado de Iquique, por presunta desaparición. Además de la carta, con los años otros presos comunes del tristemente célebre centro de detención les entregaron más información sobre Henry.

“Adentro de Pisagua había mucha gente conocida que nos decían que a Henry se lo habían echado (asesinado). Por algo cuando fue a buscarlo mi mamá, le dijeron que no estaba y querían quitarle la carta. Ahora la carta la tiene mi hermano Pascual. Le sacaron copias y las pusieron en el proceso. Hasta hoy pensamos que puede aparecer, vivo o muerto, pero mi mamita falleció con ese dolor. Me dijo ‘usted va a tener que seguir los pasos que he seguido yo, como el hermano mayor que es'”, cuenta.

Durante la dictadura nunca tuvieron una respuesta. Recién en democracia llegó la PDI a tomarles declaración por el caso de Henry. “Ahí nos preguntaron por primera vez por el ‘tío Hugo’, pero no sabíamos nada. Nosotros supimos de él por intermedio de la carta que Henry le envió a mi mamá, nunca lo vimos antes, no sabemos si era joven o viejo, sólo sabíamos que estaba nombrado en la carta. Quizás mi hermano Pascual lo conoció”.

La información la completó hace un tiempo Freddy Alonso, un ex preso político que ha reconstruido minuciosamente la historia del centro de detención y tortura de Pisagua. Fue él quien dio con un dato clave, el apellido del acompañante de Henry. Le preguntó a Pascual Torres Flores quién era “el tío Hugo” y éste le contestó “Hugo Martínez, un amigo de mi hermano de Antofagasta”.

reddy Alonso fue detenido en Iquique en noviembre de 1973. Técnico en Administración Pública y militante del MAPU, permaneció en Pisagua durante un año y después cumplió condena de arraigo en Iquique por dos años más. Sus investigaciones sobre los crímenes en Pisagua lo llevaron a trabajar estrechamente con Sola Sierra, la emblemática presidenta de la AFDD. Es el exdetenido que más sabe sobre lo que ocurrió en la corta pero letal existencia de este campo de concentración.

“Empecé a investigar mientras estuve preso. Y esto es algo que no me da vergüenza contar: anotaba todo en papelitos chicos que saqué en el poto cuando salí en libertad. Cuando llegamos a la aldea de Huara con la patrulla militar, entramos a un restaurante donde habían unos compañeros, aproveché de ir al baño y metí los papeles en los zapatos”. Así Freddy Alonso dio inicio a la reconstrucción de una historia que se convirtió en el libro “La verdad de Pisagua”, publicado en 2004.

l campo de prisioneros de Pisagua se levantó los primeros días tras el Golpe de 1973 y se destinó a los perseguidos políticos por la dictadura cívico militar hasta el 6 de mayo de 1974, cuando el ejército trasladó a todos los presos políticos al segundo piso de un supermercado en el mismo caserío. Diez días después llegaron 126 presos comunes al campo, donde Freddy volvía todas las mañanas, junto a dos conscriptos, a buscar los fondos (ollas de 30 litros) y llevarlos al improvisado nuevo centro de detención.

Otra vez allí, fue testigo del trato que los militares daban a lo presos comunes, el mismo que les daban a ellos y que ha testificado frente a los Ministros Juan Guzmán, Daniel Calvo, Joaquín Billard y Mario Carroza. “Por Pisagua pasó la mentalidad enfermiza del nazismo, practicamente se desarrolló una suerte de morbosidad y sadismo de parte de nuestros custodios: golpizas, flagelaciones, torturas, simulacro de fusilamiento y ejecuciones”.

Un hecho que nunca pudo olvidar Alonso, fue el ingreso de los 126 presos comunes a Pisagua, mientras iba buscar dichos fondos. Según su relato, “el comandante Ramón Larraín Larraín, a cargo del campo de concentración, les preguntó ‘¿quiénes son las señoritas que vienen en este grupo?’. Volvió a preguntar amablemente, pero a la tercera gritó ‘¿quiénes conchesumadres son los maricones que vienen en este grupo?’ Salieron dieciocho. ‘¿Y quiénes son los pololitos?’… Él mismo los emparejó, levantó la mano, apareció un camión Pegaso y los subieron arriba con destino al norte. Nunca más los vi”.

Aunque no existe evidencia de fusilamientos masivos de presos comunes, pues no hay denuncias, en 1998 Carlos Herrera Jiménez, ex agente de la CNI y asesino confeso de Tucapel Jiménez, echó algo de luz sobre la interna del campo en una entrevista con Mónica González. Destinado en Pisagua para el golpe, reconoció haber participado en la ejecución de delincuentes y menores de edad y contó que hubo un tiempo en que los fusilamientos se sucedían unos tras otros.

Aunque el Ejército de Chile, con ocasión de la Mesa de Diálogo, reconoció haber ejecutado a Henry Torres Flores en de julio de 1974, en la localidad de Pisagua, nada se sabe de los detalles de su muerte ni de la identidad de los responsables. El caso de Hugo Martínez Martínez es aún peor, pues nadie nunca presentó algún recurso por él y no figura en ningún informe del Estado. Esta nebulosa, sin embargo, podría despejarse a la luz de un nuevo antecedente.

Nueva evidencia: un telegrama del Ejército 

El abogado de Derechos Humanos, Adil Brkovic, interpondrá por primera vez una acción judicial para dar con el paradero de Hugo Martínez Martínez. Esto, en el marco de una querella que exige la reapertura de la causa de Henry Torres Flores por secuestro calificado y sobreseída temporalmente.

Brkovic dio con su nombre hace unos meses, por otra causa. Investigando la responsabilidad de Enrique Fuenzalida Puelma (fiscal militar de Arica entre abril de 1974 y junio de 1976), en la muerte de otro detenido, Manuel Sanhueza Mellado, tuvo acceso a un importante material reportado por el Ejército: un telegrama a medio quemar que da cuenta del destino final de Henry y el “tío Hugo”.

Oficialmente el telegrama, que cuenta con los timbres y rúbrica de la VI División de Ejército de Chile, informa que don Manuel Sanhueza Mellado, se ahogó el 2 de octubre de 1974, en Pisagua, en un accidente pesquero, junto a los delincuentes comunes Henry Torres Flores y Hugo Eugenio Martínez Martínez.

“El antecedente determinante es que los militares, mediante este telegrama, los dan por muertos junto a Sanhueza, dirigente comunista detenido en Arica el 10 de julio de 1974 y trasladado a ese campo de prisioneros el 28 de julio junto a su suegro y cuñado, siendo fusilado, presuntamente, el mismo día que llegó. Anecdótico es que el telegrama está fechado el mismo día en que oficialmente se cierra el campo de prisioneros”, explica Brkovic.

Manuel Sanhueza fue encontrado en la fosa clandestina de Pisagua el 2 de junio de 1990, cuando la Vicaría de la Solidaridad dio con veinte cadáveres ordenados por fecha de ejecución en el cementerio del pueblo. Fue un descubrimiento que se preveía por las organizaciones de Derechos Humanos, pero que igualmente conmocionó al país entero.

Esta importante prueba está en el expediente que actualmente se encuentra en poder del ministro en visita Mario Carroza Espinosa, en el marco de la investigación por secuestro agravado de Manuel Sanhueza Mellado y acompañan la querella criminal que interpondrá Florencio Torres Flores en contra de todos aquellos que resulten responsables en calidad de autores, cómplices o encubridores del delito de secuestro calificado de su hermano menor.Brkovic reflexiona sobre las motivaciones de estos absurdos crímenes. “No tenemos explicación para las ejecuciones de Torres y Martínez, salvo la ‘limpieza social’, que fue uno de los criterios de la dictadura para ejecutar personas, además de las que consideraban militarmente peligrosas. Y es importante investigar la muerte de Hugo Martínez, porque al hacerlo se le devuelve la dignidad a la víctima, independientemente de su condición social, y nos dignifica a todos como sociedad”.


En memoria de las 35 víctimas de la dictadura en Iquique y Pisagua asesinadas entre 1973-1974

Fuente :edicioncero.cl 11/9/2016

Categoría : Prensa

Anyelina Rojas Valdés.- Pese a que los procesos avanzan, incluso, con varias sentencias que condenan a los autores de los crímenes que se cometieron en Iquique y Pisagua, entre 1973 y 1974, las familias sienten el dolor porque muchas de ellas, no han encontrado los restos de sus seres queridos, porque las penas parecen desproporcionadas en relación a la gravedad de los delitos y porque, llega después de 43 años de ocurridos los hechos.

Por esto, por los familiares, por los sobrevivientes y por los que murieron, es necesario recordar a los ejecutados y detenidos desaparecidos. Son parte del Patrimonio de nuestra Memoria.

POR LA MEMORIA

Después del 11 de septiembre de 1973, de inmediato comenzaron las detenciones de militantes y simpatizantes de los partidos de la Unidad Popular o de todo aquel que resultara sospechoso.

En Iquique, los presos políticos pasaban primero por el Regimiento de Telecomunicaciones, para luego ser trasladados, en su gran mayoría, al campo de prisioneros de Pisagua.  Era el periplo obligado…

La primera querella por la muerte de los detenidos desaparecidos y los ejecutados políticos de Iquique y Pisagua, se presentó en 1987 por el abogado de la Vicaría de la Solidaridad, Carlos Fresno, es decir, 14 años después de ocurridos los crímenes. La causa pasó a la Justicia Militar y fue sobreseída.

El 2 de junio de 1990, fue descubierta la fosa clandestina de Pisagua, donde aparecieron  osamentas, que daban cuenta de muertes por impactos de bala, vista vendada, ataduras de mano, y ensacados.

Este hecho conmocionó a la ciudad de Iquique, a Chile y el mundo entero. Desde las entrañas de la tierra salía a la luz una verdad sistemáticamente negada por las autoridades militares y el Ejército de Chile, que administraba el campo de prisioneros de Pisagua.

Así, el último en ser ejecutado, fue el primero en resurgir desde la tierra salobre. Manuel Sanhueza, militante de las juventudes comunistas, llamado cariñosamente como “Choño”.

Un rol fundamental para descubrir la fosa clandestina de Pisagua lo cumplió el entonces juez de Pozo Almonte, Nelson Muñoz, hoy fallecido. Desde muchos meses antes, el magistrado tenía a su cargo un grupo reducido con el que buscaba los restos de los ejecutados en Pisagua.  Sólo el 2 de junio de 1990, se llegó a un resultado y la verdad afloró desde las entrañas de la tierra nortina.

Fue un día tenso. Se temía que los cuerpos fueran sustraídos, como una forma de ocultar el delito. Pese a ello, los restos llegaron al Servicio Médico legal, esa noche.

Producto del Hallazgo, se designa como Ministro en Visita, al ministro integrante de la Corte de Apelaciones de Iquique, Hernán Sánchez Marré. El juez debió declararse incompetente, porque había militares involucrados, por lo tanto la causa era competencia de los tribunales militares.  De esta forma, nuevamente se amagaron los deseos de verdad y justicia.

Tras el retorno de la democracia, el presidente Patricio Aylwin, creo la  Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, que permitió, por primera vez, después de 17 años de dictadura, establecer un listado acreditado, de víctimas de derechos humanos, ya sea en calidad de ejecutados, detenidos o detenidos desaparecidos.

Este  informe, es uno de los antecedentes que ha tenido el Ministro de Fuero, Mario Carroza, juntos a cientos de testimonios, para acreditar los delitos y dictar varias sentencias.  A Carroza le antecedieron en orden cronólógico hacia atrás, Joaquín Billard, Carmen Garay, Daniel Calvo y Juan Guzmán

La causa se caratula Nash y otros y se interpuso contra de Pinochet y todos quienes resulten responsables, el año 1998.

Paralelamente, en Iquique la ministra de la Corte de Apelaciones, Mónica Olivares, fue designada como ministra en  visita paras investigar todos los casos de delitos de derechos humanos en la jurisdicción de Tarapacá, ocurridos a partir de 1973.

La Ministra trabaja en forma independiente del juez Carroza y mantiene, las causas que lleva, en completo secreto, para no dañar la investigación.  En una de ellas, referida al asesinato del gendarme Isaías Higueras, acaba de lograr una sentencia contra Blas Barraza y Miguel Aguirre, ya sentenciados en otras causas, por el Ministro Carroza.

Varias de las causas de lo ocurrido en Iquique y Pisagua, son representadas por el abogado de DDHH, Adil Brkovic. También pieza fundamental para avanzar en las investigaciones y quien tiene a su haber importante información y testimonios

 LAS VÍCTIMAS

La primera ejecución ocurrió en Iquique,  a menos de 1 semana del golpe militar, afectando la vida de:

1.- LUIS FERNANDO ROJAS VALENZUELA, de 49 años.  Según la información oficial de la época, se indica que la víctima habría puesto resistencia a su detención, por parte de una patrulla militar y que, incluso, trató de arrebatar el fusil a uno de los militares. En del Bando Militar N° 24 de la Junta de Gobierno, Luis Rojas fue ajusticiado en el mismo lugar, a eso de las 19 hrs. del 17 de septiembre de 1973. Lo cierto es que la Comisión Rettig, encuentra poco creíble la explicación y acredita que en realidad fue, al menos, víctima de violencia innecesaria.

A la luz de los sometimientos a proceso que hizo el ministro de Fuero, Mario Carroza, que investiga los crímenes ocurridos en Iquique y Pisagua, se acreditan otros crímenes.

Se trata del caso de 6 prisioneros, a los que se les aplicó una falsa ley de fuga, según antecedentes contenido en el Informe Rettig y considerado en la investigación del ministro, junto a otras tantas diligencias. Los tres primeros de este grupo, cuyos restos aparecieron en la fosa clandestina de Pisagua, el 2 de junio de 1990, son:

2.- JUAN CALDERÓN VILLALÓN: Tenía 25 años al momento de su detención, en septiembre de 1973. Era funcionario del Departamento de Investigaciones Aduaneras de la Superintendencia de Aduanas, en Valparaíso, donde fue detenido. Militante del Partido Socialista. Tras su detención es trasladado a Pisagua a bordo del Buque Maipo y ejecutado en Pisagua el 29 de septiembre de 1973.

3.- MARCELO  GUZMÁN FUENTESEducador Sanitario, de 34 años,  funcionario jefe en el Hospital de Iquique al momento de su detención. Militaba en el Partido Socialista. Se presentó voluntariamente al Regimiento de Telecomunicaciones, sin sospechar que aquel acto de cumplimiento con las autoridades militares, terminaría con su joven vida. Ejecutado en Pisagua el 29 de septiembre de 1973.

4.- LUIS ALBERTO LIZARDI LIZARDI: Empleado portuario de 29 años y militante del Partido Socialista. Fue detenido el mismo 11 de septiembre y conducido al Regimiento de Telecomunicaciones, y posteriormente trasladado a Pisagua, donde finalmente fue ejecutado el 29 de septiembre de 1973.

Estas tres personas, mientras permanecían detenidas en Pisagua, fueron sacadas de sus celdas para realizar trabajos voluntarios fuera del penal y trasladadas al sector de Pisagua Viejo, donde se ubica el Cementerio. Allí se les aplicó la ley de fuga y fueron inhumadas en el lugar.

Sus restos aparecieron en sacos de arpillera, en la Fosa clandestina de Pisagua, descubierta el 2 de junio de 1990, tras años de infructuosa búsqueda. En la investigación que lleva el ministro Mario Carroza, establece que los hechos importan la comisión del delito de homicidios calificados, previstos y sancionados en el Artículo 391 N° 1 del Código Penal.

El mismo día -29 de septiembre-  fueron sacados de sus celdas otros tres detenidos que terminaron de completar el grupo anterior, pero cuyos restos no aparecieron, manteniendo hasta hoy, la calidad de detenidos desaparecidos.  Se trata de:

5.- NOLBERTO CAÑAS CAÑAS: De 48 años, militante del Partido Socialista y ejercía a la fecha de su detención, como Interventor del Complejo Pesquero Norte.  Fue detenido en Iquique, trasladado al Regimiento de Telecomunicaciones y de allí a Pisagua, donde fue ejecutado el 29 de septiembre de 1973.

6.- JUAN JIMÉNEZ VIDAL: De 42 años, funcionario de Aduanas en Valparaíso y sin militancia conocida. Tras el golpe militar, se presentó voluntariamente el 13 de septiembre de 1973. Ejecutado el 29 de septiembre de 1973.

7.- MICHEL SALIM NASH SÁEZ: Joven de 19 años, que cumplía con el Servicio Militar en Iquique. Militaba en el Partido Comunista. Fue dado de baja y arrestado el mismo 11 de septiembre y trasladado a Pisagua. Hay testimonios que indican que se negó a usar su arma contra el pueblo. Fue ejecutado el 29 de septiembre de 1973. Pese a ser parte del grupo anterior donde  las autoridades militares reconocieron su ejecución por Ley de fuga y supuestamente sepultados en el Cementerio de Pisagua, sus restos no aparecieron.

En la investigación que lleva el ministro se desprenden cargos contra el militar Miguel Aguirre Alvarez, a quien se le atribuye participación como autor, en los delitos de Secuestros calificados Reiterados en contra de Juan Jiménez, Michel Nasch y Nolberto Cañas.

El Minsitro de fuero dictó sentencias en todos estos casos, este 17 de agosto de 2016. Se logró constatar lo que ya se señala en el informe Rettig donde se indica respecto a la falsa fuga:

“Explicadas sus muertes a raíz de una fuga, esta Comisión no puede creerlo así, ya que parece muy improbable, que estos prisioneros hayan tratado de huir mientras eran trasladados a hacer trabajos.  La fuerte custodia militar de estos traslados, la conformación del lugar y el estado de salud de algunos de ellos, especialmente de Cañas Cañas, hacen improbable el intento de fuga y absolutamente inverosímil, que el único medio para evitarlas, haya consistido en darles muerte”.

Así entonces, Juan Calderón, Nolberto Cañas, Marcelo Guzmán, Juan Jiménez, Luis Lizardi y Michel Nash, fueron víctimas de graves violaciones a  sus derechos humanos, cometidas por agentes del Estado.

HÉROE ANÓNIMO

Un caso emblemático es el del joven soldado  Michel  Nash, un héroe anónimo. Deja un testimonio de vida, para la historia, que no hay ley de mando ni obediencia debida cuando se trata de asesinar.  Por aquel gesto  noble, pagó con su vida. Michel Nash era militante de las Juventudes Comunistas, por lo cual, cuando ocurre el golpe de estado y sus superiores le dicen que deberá empuñar las armas contra “los marxistas”, se niega y, dice que está dispuesto a defender su Patria, pero que no dispararía contra el pueblo que juró proteger.

Acto seguido fue dado de baja del Ejército y despojado de su uniforme se soldado, el mismo 11 de septiembre y enviado al campo de Prisioneros de Pisagua. Aquel sería un viaje sin retorno.

El Ministro Carroza también logró sentencia recientemente, por los casos de

8.- JORGE MARÍN ROSSELDe 19 años, era militante del Partido Socialista y Secretario de las Juventudes de ese partido en Iquique. Se desempeñaba como funcionario de Emporchi. Era casado y tenía una pequeña hija que al momento de su detención, tenía apenas 3 meses de nacida. Fue detenido el 28 de septiembre de 1973, por agentes del Estado, en su domicilio y llevado al regimiento de Telecomunicaciones. Desde esa fecha se encuentra desaparecido.

9.- WILLIAMS MILLAR SANHUEZA: De 42 años, 5 hijos, era trabajador de la empresa de Ferrocarriles del Estado. Era dirigente gremial y militante del Partido Socialista. Fue detenido el 16 de septiembre de 1973, en su domicilio y dejado en libertad. Posteriormente, el día 24 del mismo mes, fue requerido mediante un Bando Militar, presentándose en su trabajo. De allí fue trasladado al Cuartel de Investigaciones y luego al Regimiento de Telecomunicaciones, desde donde se perdió su pista.

De acuerdo a los antecedentes recopilados en la etapa de investigación, llevada por el Ministro Carroza, tras el 11 de septiembre de 1973, el cuartel general de la VI División de Ejército, con asiento en Iquique, organizó cuerpo de inteligencia que, entre otros, detuvo a Jorge Rogelio Marín Rossel y Williams Robert Millar Sanhueza y los traslada hasta el Regimiento de Telecomunicaciones “para encerrarlos como prisioneros políticos, bajo la mirada complaciente y cómplice de los oficiales que formaban parte de dicho recinto militar (…)”

El propósito era “mantenerles en un sector del regimiento conocido como ‘La Chanchería’ donde fueron sujetos a los interrogatorios bajo tortura hasta el día 29 de septiembre de ese año (…) ocasión en que los otros prisioneros dejan de verles y un bando de la autoridad militar da a conocer a los medios de comunicación de una conjeturada fuga y ordenaba, que de ser ellos ubicados debía disparárseles en el acto, Desde ese día sus paraderos se desconocen, pese a las intensas búsquedas de sus familiares”.

 Este caso, de falso enfrentamiento, está inexorablemente conectado al del soldado

10.- PEDRO PRADO ORTIZ, también muerto, supuestamente como víctima de los dos anteriores, pero finalmente, fue víctima de la misma dictadura. La sentencia del ministro abre una arista para establecer la verdad en la muerte de este joven soldado. Para su familia, la versión de Ejército, en esa época, les pareció creíble, sin embargo, hoy es posible acceder a las otras versiones que permitan aclarar lo que efectivamente sucedió la madrugada del 1 de octubre de 1973, cuando el joven encuentra la muerte.

Otro caso, del cual no hay muchos antecedentes es el de

11.- MANUEL HERIBERTO ARAYA ZAVALA, de 29 años, quien fue detenido en su domicilio por militares, y su rastro se pierde, tras pasar por el Regimiento de Telecomunicaciones y Pisagua. Hoy es un detenido desaparecido. Según las investigaciones. el 9 de octubre de 1973 es detenido en Arica y conducido al Regimiento Rancagua, junto a otros dos militantes socialista, cuyo destino final era Pisagua. La versión oficial indica que el vehículo militar en el que viajaban, se volcó y les provocó la muerte. Años más tarde se comprobó que el vehículo fue empujado a una quebrada.

PRIMEROS FUSILAMIENTOS

Cinco destacados profesionales públicos, algunos militantes de partidos de la Unidad Popular y otros sin militancia,  fueron los primeros fusilados de Pisagua.

Ocurrió  el 11 de octubre de 1973, tras ser procesados y sentenciados a muerte en un supuesto  Primer Consejo de Guerra, que no fue tal y que se llevó a cabo en el Campo de Prisioneros Políticos, a cargo del  fiscal militar Mario Acuña.

Acuña, -ya fallecido-   era un hombre temido por todos los prisioneros.  No por nada su suerte, que se traducía en vivir o morir, estaba en sus manos. Además poseía un verdadero prontuario, por su vinculación con el narcotráfico de drogas y contrabando.  A Iquique llegó como juez, tras ser castigado y, el golpe militar, le permitió recuperar poder, al punto de ser designado el fiscal de Pisagua.

Sobre estas muertes del 11 de octubre y mediante el Bando N° 82, el jefe de Zona en estado de Sitio de la Provincia de Tarapacá y Comandante en Jefe de la Sexta División de Ejército, Carlos Forestier Haensen (fallecido), informó de la ejecución de 5 personas, tras constituirse el Consejo de Guerra el día anterior, 10 de octubre.

El mismo Consejo que de acuerdo a investigaciones y registros posteriores, quedan desmentidas.  Los ejecutados fueron:

12.- JULIO CABEZAS GACITÚA: De 45 años, de profesión abogado, se desempeñaba como  Procurador Fiscal del Consejo de Defensa del Estado de Iquique y no militaba en partido alguno.  Tras ser llamado en un Bando Militar, se entregó voluntariamente ante las autoridades militares. Hay testimonios que lo recuerdan caminando con una frazada en el brazo, hacia la Sexta División de Ejército. Nunca pensó su trágico final.

Este es un caso de gran impacto, puesto que se atribuye que su muerte, habría sido una venganza del Fiscal Militar Acuña, involucrado en un caso de drogas y contrabandos, donde su participación ya estaba acreditada.

El abogado Cabezas, que no tenía militancia política y que no era partidario de la Unidad Popular, era considerado un hombre de gran prestigio y austeridad. Fue designado por el Consejo de Defensa del Estado, para investigar el contrabando y tráfico de cocaína en Iquique.

En 1972,  Mario Acuña, llegó trasladado a Iquique desde un juzgado de San Miguel, donde protagonizó un escándalo, siendo juez. En esta ciudad nortina asumió funciones de juez. Investigaciones periodísticas, nuevamente lo conectan con un caso delictual, ya que se le vincula a un grupo de personas que desviaban mercaderías  a Perú y Bolivia, -delito de contrabando-,  las cuales estaban destinadas desde el nivel central hacia el norte. De esta situación entrega profusos antecedentes una publicación denominada “Los Intocables”, donde se indica que con la operación contribuían al mercado negro y a cambio recibían cocaína como pago por los servicios.

Esto es lo que precisamente investigaba el Procurador del Consejo de Defensa del Estado,  Julio Cabezas. Inclusive, la Corte Suprema –relata Freddy Alonso, ex detenido que investigó el tema-  había respaldado las acusaciones en su contra de modo que su suerte ya estaba echada. El tribunal mayor había autorizado la exoneración y cárcel para Acuña. Pero, sobrevino el golpe, y los hechos tomaron otro curso.

Acuña fue designado Fiscal Militar de Pisagua y estuvo a cargo del supuesto Consejo de Guerra donde junto a Cabezas, fueron ejecutados Mario Morris Berríos, (Investigaciones Aduaneras)  Juan Valencia Hinojosa, (Administrador de la ECA), José Córdova Croxato, (Administrador del Puerto). Humberto Lizardi Flores, profesor.

Curiosamente, todos ellos –a excepción de Lizardi- conformaban hasta días antes, la Comisión Investigadora del Consejo de Defensa del Estado, por el caso de contrabando y tráfico de drogas.

13.- JOSÉ CÓRDOVA CROXATO:  De 35 años, se desempeñaba como Administrador del Puerto de la Empresa Portuaria de Iquique, siendo detenido el mismo 11 de septiembre en su lugar de trabajo Emporchi. Era militante del MAPU.

14.-HUMBERTO LIZARDI FLORES: Joven profesor de inglés de 26 años, de la sede Iquique de la Universidad de Chile (actual UNAP) y militaba en el MIR. También fue detenido el mismo 11 de septiembre, mientras hacía clases en el entonces Instituto Comercial.  Su madre, Baldramina Flores, ha dedicado su vida a honrar la memoria de su hermoso hijo.

15.- MARIO MORRIS BARRIOS: De 27 años, era funcionario del Departamento de Investigaciones Aduanera y no registraba militancia política. Acaba de ser destinado a la ciudad de Iquique, por lo que se hospedaba en un hotel, donde fue detenido el mismo 11 de septiembre.

16.- JUAN VALENCIA HINOJOSA: De 51 años, jefe de la Empresa de Comercio Agrícola, ECA de Iquique y militante del Partido Comunista. El mismo 11 de septiembre se presentó voluntariamente a la Intendencia, sin presagiar que se entregaba a manos asesinas. Un Bando Militar sobre estas personas ejecutadas, se publicó en el entonces Diario El Tarapacá, el 26 de octubre de 1973, es decir, 15 días después de producidos los fusilamientos.

“Fueron condenados por estar confesos y ser autores de los delitos de traición a la patria (nota: delito no aplicable a civiles)  y espionaje; y por infracción a la Ley de Seguridad del Estado, al participar activamente en planes subversivos y de infiltración en las Fuerzas Armadas”.

Recuperada la democracia,  la Comisión declara que le asisten serias dudas de la realización del Consejo de Guerra.

Según la versión de personas que estaban detenidas en Pisagua, “no se llevaron a cabo, en esta ocasión, los procedimientos que posteriormente se observaron,  cada vez que se realizaba un Consejo: en general, se daba a conocer el hecho de haberse constituido el  Consejo, nombrándose  a los acusados y agrupándoles según la pena solicitada a cada uno de ellos. Luego se les presentaba al abogado que los defendería. Además, no se ha tenido conocimiento de ninguna defensa efectuada por algún abogado, en este supuesto primer Consejo de Guerra”.

Hay un testimonio que indica que los 5 prisioneros fueron ejecutados en el cementerio de Pisagua y sus restos depositados en sacos. Todos ellos aparecieron en la fosa clandestina, descubierta el 2 de junio de 1990.

El 21 de octubre es asesinado el sacerdote salesiano

17.- GERARDO POBLETE, de sólo 31 años, profesor de filosofía, es sacado desde el colegio don Bosco y muerto a golpes en La Comisaría de Carabineros de Iquique. Por su asesinato cumplen condena de 5 años y un día: El suboficial de Carabineros BLAS ESPINOZA BARRAZA.  Junto a él, fueron sentenciados el suboficial de carabineros FROILÁN MONCADA SAEZ y el mayor de carabineros, ENZO MENICONI LORCA, -fallecido en el año 2008- que fue condenado como encubridor. Se desempeñaba como prefecto de  Carabineros de Iquique; y era además, apoderado del Colegio don Bosco

Además Blas Barraza, junto a Miguel Aguirre, fueron procesado por otros crímenes de lesa humanidad, como el asesinato de Miller y Marín; y el de Isaías Higueras, crímenes por los cuales fueron sentenciados.

El consejo de guerra, constituido en Pisagua el 29 de octubre condenó a muerte a:

18.- RODOLFO FUENZALIDA FERNANDEZ,  43 años, piloto civil, detenido el mismo 11. Era militante del Partido socialista. Como casi todos los detenidos, hizo el periplo desde su lugar de detención al Regimiento de Telecomunicaciones y de allí a Pisagua.

19.- JUAN ANTONIO RUZ, 32 años. Se desempeñaba como funcionario de Aduanas y se entregó voluntariamente en el Telecomunicaciones,

20.- JOSE SAMPSON OCARANZA,  33 años, quien se desempeñaba como relacionador público de la municipalidad de Iquique, También se presentó voluntariamente. Lo hizo ante Carabineros.

21.- FREDDY TABERNA GALLEGOS, era el más joven de este grupo, con sólo 30 años y como los otros, se presentó voluntariamente, sin presagiar que esa decisión sería sin vuelta atrás. Hoy, una calle de su barrio El Morro, le recuerda con su nombre.

Este Consejo de Guerra actuó ilegalmente, ya que el  Auditor no comparte el criterio de la pena de muerte y propone 10 años, por irreprochable conducta anterior. La legislación señala que deben estar de acuerdo en la pena la totalidad de los sentenciadores.

Además, establece que los delitos de los que se les acusó, no fueron probados. Y peor aún, si se hubiesen ejecutados, la misma condena, cita el informe, que reconoce que los delitos se cometieron “en grado de frustración”. Es decir, no se concretaron.

También reconoce el sometimiento a tortura sistemática, aplicado para obtener confesiones. Ya la Comisión establece que los 4 fueron “ejecutados por agentes del Estado en un proceso, que por no haberse ajustado a derecho, vulneró las reglas de resguardo a los derechos humanos de los procesados”.

TERCER CONSEJO DE GUERRA

Un mes más tarde, exactamente, cuando el ambiente de terror era la constante en la prisión de Pisagua, se constituye el tercer Consejo de Guerra…  Se  intuye la muerte de

22.- GERMAN PALOMINOS LAMAS, de 25 años. Es condenado a muerte. Militaba en el Partido Socialista. Era carpintero de oficio. Se le acusa de pertenecer al grupo subversivo AGP y que en la organización, era el encargado de preparar las bombas y manejar los explosivos. La acusación señala que el objetivo, era atacar el regimiento.  Palominos, dice la versión oficial, está confeso de estos delitos. Recientemente  el ministro Carroza dictó sentencia por este crimen.

23.- ISAIAS HIGUERAS ZÚÑIGA: Era gendarme en la cárcel de Iquique y militante comunista. Los hechos ocurrieron el 11 de enero de 1974, cuando Higueras encuentra la muerte producto de la brutal sesión de torturas a la que fue sometido, en Pisagua. Los familiares reciben una urna sellada, pero jamás creyeron la versión.

Consigna el Diario Fortín Mapocho, del 16 de junio de 1990, página 12… a 12 días del hallazgo de la fosa de Pisagua, Que Iván Zamora Ordenes, ex funcionario de prisiones, llamado “el alcaide”, confesó haber participado en ejecuciones, recibiendo órdenes militares. Y que su compañero Isaías Higuera, murió producto de los golpes. Fue obligado a consignar en las estadísticas que su compañero había muerto producto de un ataque fulminante al corazón.

24.- NELSON MARQUEZ AGUSTO: De  29 años, militante comunista. Vivía en la sede partidaria de calle Tarapacá y trabajaba  como tripulante pesquero.   Con sus facultades mentales perturbadas, según testigos, como consecuencia de las innumerables sesiones de tortura a las que fue sometido, intentó una fuga imposible y fue ejecutado en el campamento de Pisagua.

LOS NO POLÍTICOS

Seis prisioneros sin vinculación política y  asociados a actividades de tráfico de drogas, supuestamente fueron dejadas en libertad, según se les informó a la familia. Sin embargo sus cuerpos aparecieron en la Fosa de Pisagua.

En el Museo de la Memoria se identifica a:

25.- ORLANDO CABELLO CABELLO.   De 44 años, comerciante minorista, sin militancia política. Detenido en su domicilio por carabineros de Iquique, puesto a disposición del Regimiento de Telecomunicaciones y posteriormente trasladado a Pisagua.

26.- NICOLAS CHANEZ CHANEZ. 43 años, empresario transportista, sin militancia política. Fue detenido y enviado al Cuartel de Investigaciones de Iquique, desde allí trasladado a Pisagua.

27.- JUAN MAMANI GARCIA. 27 años, transportista, sin militancia política, fue detenido por carabineros, llevado al Regimiento de Telecomunicaciones de Iquique y desde allí trasladado a Pisagua.

28.- LUIS MANRIQUEZ WILDEN.   44 años de edad, comerciante minorista, sin militancia política.           

29.- HUGO MARTINEZ GUILLEN. 36 años de edad, comerciante minorista, sin militancia política, detenido por carabineros el día 2 de noviembre de 1973, llevado al Regimiento de Telecomunicaciones y posteriormente trasladado a Pisagua.

30.- JUAN ROJAS OSEGA, 38 años de edad, sin militancia política conocida, detenido por personal de Carabineros el 1 de noviembre de 1973, trasladado al Regimiento de Telecomunicaciones y desde allí a Pisagua.

Se les vinculó con tráfico de estupefacientes y contrabando de mercaderías, pero no se estableció judicialmente la acusación.

Según el Museo de la Memoria, la información oficial que se entregó mediante bando militar, de la VI División del Ejército, fue que estas personas habían sido dejadas en libertad el día 29 de enero de 1974. Es más, a algunas de las familias les fue oficialmente comunicada la supuesta libertad de sus parientes a través de una carta del Ejército de Chile. Fue así como la cónyuge de uno de los desaparecidos recibió la carta Nº 3550 380, de 19 de julio de 1974, emanada de la Comandancia de la VI División del Ejército en la cual le expresa que Nicolás Chanez fue detenido y trasladado a Pisagua “con el objeto de investigar y determinar responsabilidades en una presunta infracción a la Ley sobre Control de Armas”. “Una vez que se investigó y comprobó su inocencia, en lo que a Ley de Armas se refiere, fue puesto en libertad en la fecha antes indicada. Si a la fecha no ha llegado a su hogar, debe Ud. buscar la respuesta en otra parte o preguntarse a sí misma, a su conciencia de esposa que conoce las actividades que realizaba su esposo”.

Los cuerpos de todos ellos fueron encontrados, en 1990, en la fosa de Pisagua, ensacados, con las manos atadas, y los ojos vendados.

A esta Comisión le asiste plena convicción que Orlando Cabello, Nicolás Chanez, Juan Mamani, Luis Manríquez, Hugo Martínez y Juan Rojas, no fueron dejados en libertad sino ejecutados sin proceso previo y sus cuerpos hechos desaparecer, por agentes del Estado.

MAS EJECUCIONES

Culmina el fatídico año 1973, pero las prácticas de desaparición y muerte por parte de agentes del Estado, continúan.

31.-  ALBERTO YAÑEZ CARVAJAL, 31 años y funcionario de prisiones, fue detenido en enero de 1974. Ejecutado junto a

32.- LUIS TORO CASTILLO, 34 años  trabajador de Ferrocarriles.

Se les acusó de un supuesto Plan 22, que consistía en una serie de puntos de ataque, en caso de Guerra Civil o Golpe Militar.

Una de las muertes más impactantes, por afectar a un menor de edad, fue la de:

33.- HENRY TORRES FLORES:  De 16 años. Era pioneta, sin militancia política y residía en Calama junto a su madre. Su padre vivía en Iquique, motivo por el cual se encontraba visitándolo en esta ciudad, cuando ocurren los hechos. Fue detenido en julio de 1974 por efectivos militares  y conducido al campamento de prisioneros de Pisagua. Una carta enviada a su madre y con el timbre de la censura militar, acredita su paso por este campo de prisioneros desde donde desapareció. Desde entonces es detenido desaparecido.

34.- MANUEL SANHUEZA MELLADO  30 años, miembro del Comité Central de las JJCC.  Fue detenido el 10 de julio de 1974 y trasladado a Pisagua, en dónde desaparece. Sus restos fueron encontrados en la fosa clandestina de Pisagua. En efecto, fue un momento de especial silencio, cuando su cuerpo casi intacto, emerge, desde la tierra, con el rictus mortis, como grito desgarrador, para dejar en evidencia los crímenes de la dictadura.

35.- MARCELINO LAMAS LARGO: De 23 años, militante socialista, fue detenido por miembros del Ejército y visto en los calabozos del recinto ex aduana de Iquique. Lugar desde el que desaparece hasta la fecha.

 


Rescate de la memoria histórica: Ministra Toro visita Pisagua y se reúne con agrupaciones de DDHH de Tarapacá

Fuente :bienesnacionales.cl 25/04/2022

Categoría : Prensa

Durante su reciente visita a la región de Tarapacá, la ministra de Bienes Nacionales, Javiera Toro, se reunió con agrupaciones de derechos humanos de la zona, para ahondar en uno de los ejes de su gestión, que es rescatar y reconocer los sitios de la memoria histórica, incorporando la mirada de agrupaciones ligadas al tema.

Representantes de la Corporación de Derechos Humanos y Sitios de la Memoria, la Agrupación de Familiares de expresos Políticos y el Club Unión El Morro dialogaron con la jefa de la cartera acerca de la deuda que mantiene el Estado en materia de reparación de derechos humanos. Entre ellos mencionaron la falta de justicia en muchos casos, el incumplimiento de las garantías del Programa Valech y el nulo interés de gobiernos anteriores por desarrollar iniciativas para preservar la memoria histórica.

“Desde Bienes Nacionales hemos definido que nuestra gestión abordará como uno de sus ejes centrales el rescate de la memoria histórica, a través del resguardo o recuperación de sitios, inmuebles y patrimonio para ponerlos a disposición de todas y todos. Es fundamental que el Estado asuma un rol activo para reconocer y hacernos cargo de nuestro pasado, en gran parte violento. Recordar y no olvidar es garantía de no repetición”, expresó la ministra Javiera Toro.

Luis Caroca, encargado de la Corporación de Derechos Humanos, le entregó una carpeta con los proyectos que ha llevado adelante la organización para preservar el legado de las víctimas de la dictadura, exponiendo además su interés por contar con un inmueble para usarlo como sede y museo.

“Estoy muy satisfecho, porque (la ministra) escuchó nuestras peticiones, nuestra historia, nuestra postura. Nosotros para cualquier proyecto que queramos hacer para acceder al financiamiento, necesitamos el comodato del terreno o del lugar”, expresó Caroca, sobre la relevancia de la labor de la cartera. 

Visita a Pisagua

La ministra Toro también visitó la localidad de Pisagua -uno de los principales campos de prisión y exterminio durante la dictadura- para conocer el estado de conservación de los sitios más significativos del puerto. Uno de los puntos del recorrido fue la excárcel de Pisagua, que fue adquirida por la Gobernación Provincial y tiene pendiente su restauración. Además, conoció la fosa de Pisagua y el memorial construido en dicho lugar, en recuerdo de las víctimas.

En la localidad, la secretaria de Estado recogió las inquietudes de los pobladores, representados por el presidente de la junta vecinal N°2, Félix Parra, quien señaló que “queremos lograr una población en Alto Pisagua, poder recuperar el antiguo hospital y una sede para los sindicatos de pescadores”.

La delegada provincial del Tamarugal, Luz González, expresó que “las vecinas y vecinos de Pisagua, quieren revitalizar su caleta, la lejanía los ha llevado a un aislamiento que quieren dejar atrás. Pisagua es un pueblo con mucha historia, su arquitectura en edificaciones como el teatro, iglesia, ex hospital o su torre reloj, son espejo de un pasado glorioso y que el pueblo quiere poner en valor nuevamente, por eso es importante estar permanentemente visitando los territorios, como nos encomendó el presidente Gabriel Boric”.

Finalmente el seremi de Bienes Nacionales, Osvaldo Ardiles, explicó que, en base a los nuevos lineamientos, el equipo de la Seremi ya se encuentra trabajando en el levantamiento de los sitios de la memoria en Tarapacá, para generar una propuesta de reconocimiento de estos lugares.