Silberman Gurovich David


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Rut : 3.830.399-6

Fecha Detención : 04-10-1974
Lugar Detención : Santiago


Fecha Nacimiento : 10-06-1939 Edad : 35

Lugar Nacimiento : Concepcion

Actividad Política : Partido Comunista (PC)
Actividad : Ingeniero Civil

Estado Civil e Hijos : Casado
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :Vicarìa de la Solidaridad

Categoría : Antecedentes del Caso

Rut       : Sin información

F.Nacim. : 10-06-39, 35 años a la fecha de la detención

Domicilio : El Ulmo 4050, Santiago

E.Civil  : Casado

Actividad : Ingeniero Civil

C.Repres. : Gerente General de Cobre Chuqui al 11 de septiembre de 1973. Militante del Partido Comunista

F.Detenc. : 4 de octubre de 1974

 

                                                                   

 

SITUACION REPRESIVA

            David Silberman Gurovich, casado, ingeniero civil, Gerente General de Cobre Chuqui al 11 de septiembre de 1973, militante del Partido Comunista, se presentó voluntariamente el 15 de septiembre de 1973 al Comandante Militar de Calama, Mayor Fernando Reveco Valenzuela, quedando detenido y sometido a proceso por un Tribunal Militar de Tiempo de Guerra de Calama. El 28 de septiembre de ese año el Consejo de Guerra dictó sentencia condenándole a la pena de 10 años de prisión por delitos contemplados en la Ley de Seguridad del Estado y a 3 años por Ley de Control de Armas, debiendo cumplir su condena en Santiago, por haber sido requerido desde aquí por bando. Alrededor del 2 de octubre fue recluido en la Penitenciaría de esta ciudad. El día 4 de octubre del mismo año, es sacado de la Penitenciaría y llevado a la Academia de Guerra de la Fuerza Aérea a declarar en el proceso rol 1-73 de la Fiscalía de Aviación, permaneciendo en dicho recinto hasta el 20 de octubre, día en que fue devuelto a la Penitenciaría de Santiago. En el intertanto, en la Cárcel de Calama, en donde cumplían condenas del mismo Consejo de Guerra varias personas, ejecutivos de Cobre Chuqui y militantes de los Partidos Socialista y Comunista, el 19 de octubre de 1973 fueron sacados alrededor de 25 prisioneros quienes fueron fusilados y sus cuerpos ocultados a sus familiares. Entre las víctimas se encuentran Aroldo Cabrera, Gerente de la misma empresa, quien seguía en jerarquía a Silberman; Carlos Berger, Jefe de Comunicaciones de la empresa y David Miranda, también ejecutivo de Cobre Chuqui. Sus ejecutores, fueron miembros de la Comitiva del General Sergio Arellano Stark, entre los que se encontraban los Oficiales de Ejército: Marcelo Moren Brito, Sergio Arredondo, Pedro Espinoza y Armando Fernández Larios. Todos ellos pasarían a formar parte de la plana mayor de la DINA.

            David Silberman, permaneció en la Penitenciaría de Santiago hasta el 4 de octubre de 1973. En esta fecha, fue sacado del recinto carcelario por agentes de la DINA que falsificaron documentos del Ejército a fin de engañar a Gendarmería y lograr la entrega del detenido. Una vez fuera del recinto, David Silberman fue trasladado a la casa que ese organismo de seguridad mantenía en José Domingo Cañas. De allí, el 5 de octubre fue llevado a 4 Alamos, para ser luego, el 6 ó 7 de ese mes, nuevamente conducido a José Domingo Cañas, en cuyas dependencias permanece hasta mediados del mismo mes en que es trasladado a 4 Alamos, desde donde desaparece a fines de octubre o primeros días del mes de noviembre.

            Acerca del operativo de la DINA que sacó a David Silberman Gurovich de la Cárcel, da cuenta el propio Director General de Prisioneros al ser requerido por los Tribunales de Justicia. Dice el Director que "con fecha 4 de octubre de 1974, a las 18:40 horas se entregó al detenido David Silberman Gurovich al Teniente de Ejército Alejandro Quinteros Romero -identificado mediante su correspondiente Tarjeta de Identificación Profesional- quien lo retiró con una orden escrita del Coronel don Marcelo Rodríguez U., Asesor Militar de los Consejos de Guerra en los Tribunales Militares. El reo fue retirado en un vehículo color blanco marca Willys, de fabricación argentina Ika-Renault, en cuyo interior había personal de Ejército uniformado al igual que el Teniente señor Quinteros, y armados con fusiles".

            En el proceso instruido en la Justicia Militar consta la misma versión de Gendarmería, en la que se agrega que en el Oficio que portaba el Teniente Quinteros se indicaba que el Alcaide debía entregar a Silberman al Teniente Quinteros, por su participación en infiltración militar, asalto a sucursal del Banco de Chile y sedición. La orden debía confirmarse al teléfono 516403, al Auditor señor Leyton o al Comandante Rodríguez. El Teniente Quinteros, al ingresar al Penal, dio el "Santo y Seña" e ingresó junto a otro Oficial, quedando otros dos afuera. Uno de estos habitualmente había llevado detenidos a la Penitenciaría y era, por tanto, conocido de los Gendarmes. Confirmada la orden al teléfono citado, el Alcaide entregó a Silberman, levantando un Acta firmada por él y por Quinteros, quien se identificó con su TIFA 245-03. Posteriormente, se confirmó que ninguno de los Oficiales nombrados en el Oficio, como asimismo el propio Quinteros, pertenecían al Ejército, siendo inexistente el organismo denominado "Asesoría Militar a Tribunales de Tiempo de Guerra", ni existiendo la TIFA 245-03. Por su parte, el detective a cargo de la orden de investigar emitida en el proceso, se constituyó en la Planta Chiloé de la Compañía de Teléfonos y constató que el 3 de octubre de 1974 concurrió a dicha Planta el Jefe Alejandro Olivos Olivos, quien con el pretexto de hacer una conexión de prueba a Isla de Maipo, pidió entrar al "Pararrayos" (lugar en donde están todas las conexiones) y con un "enrulador" hizo algunos trabajos en el panel donde están los teléfonos desde el 516401 al 516449, encontrándose rastros en el 516403. Por su parte, el señor Olivos, en su declaración judicial, afirma que efectivamente concurrió a dicha Planta en cumplimiento de una misión confidencial encargada por el Supervisor de Asuntos Especiales de la Compañía, Mayor Marcos Derpich Miranda; que dio como pretexto la prueba de Isla de Maipo; que pidió el enrulador y que rechazó toda ayuda; que su misión consistía en habilitar provisoriamente un teléfono para abastecer a la Avda. Pedro Montt conectando el 516403; finalmente, señaló en su declaración desconocer el objeto de este encargo especial y confidencial.

            De la estadía de David Silberman en los recintos de la DINA, tras haber sido secuestrado de la Penitenciaría, dan cuenta los testimonios de ex-prisioneros que sobrevivieron a las torturas y a los métodos de muerte y desaparecimiento.

            Doña Rosalía Martínez Cereceda, expone en su testimonio haber sido detenida el 23 de septiembre de 1974, siendo trasladada al recinto de José Domingo Cañas. Encontrándose en ese recinto, llegó directamente desde la Penitenciaría David Silberman Gurovich, a quien conocía desde antes. David se mostró muy preocupado ya que no entendía la finalidad de su traslado tan repentino, también le contó anécdotas de su vida en la Penitenciaría de Santiago. El 5 de octubre, la testigo junto a otras personas, entre ellas David Silberman, fueron trasladados a 4 Alamos en donde quedaron todos los detenidos registrados en el respectivo libro. El esposo de la detenida, Julio Manuel Laks, detenido junto a ella, quedó en José Domingo Cañas en donde se encontró nuevamente con David a mediados de octubre de 1974.

            Don Manuel José Salinas Letelier, expone en su testimonio haber sido detenido el 16 de enero de 1974 permaneciendo recluido en los recintos de Londres 38, Tejas Verdes, Cárcel de San Antonio, 4 Alamos y Puchuncaví. En los dos primeros recintos fue intensamente torturado. Durante su estadía en 4 Alamos, recuerda a varios prisioneros entre ellos a David Silberman quien fue sacado por segunda vez de la Cárcel.

            Doña Cecilia Jarpa Zúñiga, expresa en su declaración haber sido detenida el 3 de octubre de 1974 siendo trasladada a José Domingo Cañas en donde fue interrogada y torturada. Alrededor del 12 o 15 de octubre llegó a la pieza en que se encontraba Silberman Gurovich, quien había sido traído desde la Penitenciaría. Posteriormente fue trasladado a una pieza vecina, constatando que estaba ahí por escuchar su nombre en la lista de la guardia de turno. De ahí fue sacado y llevado con otros detenidos a 4 Alamos.

            Don Juan Ramón Ramírez Cortés declara haber sido detenido en enero de 1974 permaneciendo recluido en Londres 38, Tejas Verdes, 4 Alamos, Ritoque y Puchuncaví. Llegó a 4 Alamos en agosto de 1974 cuando aún ese pabellón de Incomunicados estaba bajo control de Carabineros; después se hizo cargo la DINA. Allí ingresaron varios detenidos, entre ellos David Silberman. Se veía maltrecho y decaído. Conversó con él, manifestándole que lo conocía desde cuando había estado en MADECO participando en un foro sobre el Cobre. Le preguntó algo más sobre su salud y no insistió más por cuanto se notaba muy retraído.

            Don Cristián Van Yurick Altamirano, detenido por la DINA el 12 de julio de 1974, cuenta en su testimonio que a finales del mes de octubre de 1974, encontrándose en la pieza N°13 de 4 Alamos llegó David Silberman Gurovich. El le contó que venía de la pieza N°12 del mismo recinto en donde había permanecido solo.

            También le contó que lo habían sacado de la Penitenciaría de Santiago llevándolo a José Domingo Cañas, en donde lo habían torturado e interrogado acerca de las mismas materias sobre las cuales versó el proceso en el cual se le había condenado. En la conversación le manifestó su temor de que su traslado estuviera relacionado con un sumario interno en las Fuerzas Armadas, contra un Oficial que lo detuvo en el norte y que no habría cumplido una orden de matarlo. En la casa de José Domingo Cañas, fue interrogado por Marcelo Moren Brito y por Miguel Krassnoff Martchenko, quienes se jactaban de "que a ellos no se les escapaba nadie", por lo cual él temía que se cumpliera la orden de asesinarlo. Agrega el testigo en su testimonio que David tenía los efectos de la tortura, pero se encontraba en recuperación y lúcido. Permanecieron juntos tres o cuatro días, y una mañana lo sacaron.

            Luz Arce, una ex detenida que colaboró con la DINA después de ser sometida a crueles torturas, expone en su testimonio que en su segunda detención ocurrida en agosto de 1975, se la interrogó mucho sobre David Silberman y sobre una maleta que tendría con dólares.

            Otro antecedente, lo constituye el testimonio de Otto Eduardo Becerra Schwartz, ex Comandante de Escuadrilla de la FACH, detenido tras el 11 de septiembre de 1973, quien expone que en circunstancias que se encontraba recluido en la Penitenciaría de Santiago, en una misma celda junto a David Silberman, éste le confidenció un hecho que le preocupaba y que había tenido relación con el General Augusto Pinochet Ugarte. "Sucedió que en cierta oportunidad, durante el Gobierno de la Unidad Popular, Pinochet desempeñó alguna actividad o cargo relacionado con la minería; y en una reunión en que se encontraban, entre otros, Silberman y Pinochet, este último hizo una pregunta, a lo que Silberman le respondió que no preguntara estupideces, o algo por el estilo". El testigo agrega en su declaración, que le "consta haber escuchado algún discurso o declaración de Pinochet, en que se refirió en términos muy negativos respecto de David Silberman".

            Su cónyuge, Doña Mariana Abarzúa Rojo, realizó múltiples gestiones para dar con su paradero luego de ser sacado de la Penitenciaría. Entre ellas, habló con el General Sergio Arellano Stark, quien se mostró sorprendido por el hecho, manifestando que no había proceso pendiente en contra del afectado y él no había firmado orden alguna para su movilización. Posteriormente le respondió que no lo tendía ninguna Fiscalía ni tampoco ningún Servicio de Inteligencia y que debía encauzar sus averiguaciones a través de la Dirección General de Prisiones y el Ministerio de Justicia. Sin embargo, y pese haber consultado a todas las autoridades administrativas aún desconoce la suerte que corrió su marido en manos de la DINA.

           

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

            El 14 de octubre de 1974 se presentó recurso de amparo en su favor ante la Corte de Apelaciones de Santiago, rol 1249-74, en el cual se requirió información a los Ministros del Interior y de Defensa. El 11 de noviembre de 1974 el Ministro del Interior, General Raúl Benavides Escobar, informó a la Corte que el amparado fue condenado a cumplir pena corporal para cuyo efecto fue trasladado a la Penitenciaría de Santiago y que no está en condiciones de aportar mayores antecedentes en relación al afectado, por cuanto no se han ejercido en su contra las facultades del Estado de Sitio. Ese mismo mes, el Ministro de Defensa señaló que David Silberman no ha sido denunciado a la Justicia Militar y no registra antecedentes en ese Ministerio. Resulta incomprensible la respuesta del titular de Defensa, toda vez que el amparado había sido condenado por un Tribunal Militar. En el mismo mes de noviembre, la parte recurrente pone en conocimiento de la Corte que la víctima fue visto el 8 de octubre en el Campamento 3 Alamos (cuyo pabellón de incomunicados es 4 Alamos). A su vez, el Tribunal requirió informes al Ministerio de Justicia y a la Dirección General de Prisioneros. La Secretaría de Justicia informó en su respuesta que denunció los hechos a que se refiere el recurso al 2° Juzgado Militar de Santiago, iniciándose el sumario criminal 1053-74 en la 2a. Fiscalía Militar. Por su parte, Gendarmería dio cuenta del procedimiento utilizado para sacar a Silberman de la Penitenciaría cuyo contenido ya fue expuesto. Con el mérito de los antecedentes reunidos en autos, el recurso fue rechazado el 27 de noviembre de 1974, a la vez que los antecedentes fueron remitidos a la citada Fiscalía para que los agregue al proceso. La Corte desechó la indicación del señor Ministro Paillás en el sentido que se oficiara al Alcaide de la Penitenciaría, a la DINA, y al Comandante de 3 Alamos. La resolución de la Corte fue apelada por la parte recurrente. El 4 de diciembre la Corte Suprema ofició al Comandante del Campamento 3 Alamos, y a la 2a. Fiscalía Militar a fin informara si se había constituido en el referido campamento. El Fiscal Rolando Melo Silva, de la 2a. Fiscalía, informó al Máximo Tribunal que no se había efectuado esa diligencia y que ese Tribunal consultó al organismo, bajo cuya tuición se encuentra el campamento mencionado, habiéndose recibido respuesta negativa. El 14 de enero de 1975, la Corte Suprema, ante la negativa del Comandante de 3 Alamos a responder los Oficios del Tribunal Superior, representó el hecho al Ministro de Defensa a fin fijara un plazo breve y perentorio al Comandante para responder a lo solicitado. El 22 de enero, en atención que aún no había respuesta a dichas autoridades, los antecedentes fueron remitidos al Tribunal pleno para los fines pertinentes. El 23 de enero, el Tribunal Supremo acordó dirigir Oficio al Presidente Augusto Pinochet, representándole el expresado incumplimiento. Con fecha 28 de enero de 1975, el Ministro del Interior respondió el Oficio enviado al General Pinochet, señalando que ese Ministerio ha solicitado un informe acerca de las razones por la cual no se respondió oportunamente a lo solicitado por la Corte Suprema, a la vez que indica que David Silverman no ha estado detenido en 3 Alamos. Con el mérito de esta respuesta, el 31 de enero de 1975 se confirmó la resolución apelada, a la vez que se acordó oficiar al señor Fiscal Rolando Melo, con el fin que active con la mayor acuciosidad el proceso 1053-74, debiendo dar cuenta sobre la marcha del mismo a la Corte Suprema cada 15 días.

            El 11 de junio de 1975, la parte recurrente solicitó a la Corte Suprema oficiar al Fiscal Militar exigiéndole las cuentas periódicas que se le pidieron. El Tribunal Supremo acogió dicha petición y el 3 de julio pidió cuenta al señor Fiscal Rolando Melo fijándole un plazo de 5 días; 27 días después, es decir el 30 de julio, al no existir respuesta del señor Fiscal, los antecedentes nuevamente fueron puestos en conocimiento del Tribunal Pleno, acordándose, el 1° de agosto, oficiar al Juez Militar representándole la situación a la vez que le solicitan la evacuación de los informes requeridos.

            El 5 de agosto, el Juez Militar, Julio Polloni Pérez, informó a la Corte Suprema que en la Segunda Fiscalía Militar de Santiago, se instruye la causa N°1053-74 la cual se encuentra en estado de sumario, habiéndole señalado al Fiscal una especial preocupación sobre su pronto término. Es todo cuanto puede informar. El Tribunal Superior agregó a los antecedentes el informe anterior, y desechó la indicación de 4 de sus ministros, quienes fueron de opinión de solicitar al señor Juez Militar la remisión de los autos N°1053-74. El 26 de agosto de 1975 se formó cuaderno separado de las piezas pertinentes y el recurso fue devuelto a la Corte de Apelaciones a fin de dar cumplimiento a la resolución de remitir las compulsas a la 2a. Fiscalía Militar para ser agregadas al proceso 1053-74. El 19 de enero de 1976, la parte recurrente nuevamente solicita a la Corte Suprema se oficie al señor Fiscal Militar, exigiéndole el cumplimiento de lo ordenado por el Máximo Tribunal; esta vez a la solicitud acompañan una declaración jurada de la testigo Rosalía Martínez Cereceda, quien atestigua haber estado detenida en un recinto de la DINA junto al amparado. El 23 de enero de 1976 la Corte Suprema dio a lugar la petición de pedir cuenta al señor Fiscal, a la vez que solicitó el proceso respectivo. El 2 de marzo, al no tenerse respuesta del señor Fiscal, nuevamente la situación fue puesta en conocimiento del Tribunal Pleno, acordándose solicitar explicación al señor Fiscal sobre los motivos del incumplimiento a las resoluciones reiteradas de la Corte Suprema. El 29 de marzo de 1976, por fin, el Fiscal Rolando Melo Silva tuvo a bien responder al Tribunal Supremo, expresando que en cuanto se recibió el Oficio aludido, esa Fiscalía dio cuenta a su Superior directo, el señor Comandante en Jefe de la II División de Ejército, quien manifestó que proporcionaría la información requerida en cuanto la Excma. Corte lo solicitara, disponiendo que esa Fiscalía contestara en tal sentido a este alto Tribunal. Con el mérito de esta respuesta, la Corte Suprema ordenó archivar el recurso de amparo, quedando la parte recurrente, y el propio Tribunal Supremo, sin conocer las diligencias y antecedentes allegados a la causa 1053- 74.

            Mucho tiempo después de haberse terminado el proceso 1053-74 instruido en la Segunda Fiscalía Militar de Santiago, a la defensa de la familia Silberman se le dio conocimiento del proceso con la prohibición expresa de tomar nota. En dicha causa consta lo informado por Gendarmería con respecto al procedimiento utilizado para sacar a Silberman de la Penitenciaría, consignándose que ninguno de los señores Ibáñez, Rodríguez, Quinteros y Leyton pertenecen al Ejército siendo además inexistente el organismo denominado "Asesorías Militares a Tribunal de Tiempo de Guerra"; tampoco existe la tifa 245-03 y la Compañía de Teléfonos informó que el número 516403 está vacante. También se consigna que tanto DINA como los demás organismos de Seguridad negaron toda participación en los hechos. En la orden de Investigar diligenciada por Investigaciones, consta la diligencia efectuada por el detective a cargo, quien se constituyó en la Planta Chiloé de la Compañía de Teléfonos cuyo contenido ya fue expuesto. A raíz de este informe, la Fiscalía dio orden de detención en contra de Alejandro Olivos Olivos, quien fue arrestado a la salida de la Compañía de Teléfonos con un maletín que pidió no fuera abierto por contener documentos confidenciales del Gobierno, lo que le fue respetado. En su declaración, Olivos expresa que actuó en cumplimiento a una orden del Mayor Marcos Derpich Miranda; tras su declaración quedó detenido e incomunicado. Posteriormente, compareció a la Fiscalía el Mayor Derpich, quien señaló que fue designado en la Compañía para trabajos especiales confidenciales, manteniendo contacto diario con todos los Servicios de Inteligencia de todas las ramas de las Fuerzas Armadas; cuando lo designaron para el cargo pidió una persona de confianza, recomendándosele al señor Olivos, quien hasta la fecha le ha demostrado gran lealtad. Pero después de sus declaraciones, le ha perdido la confianza. Niega terminantemente haberle dado la instrucción a que alude.

            En vista de la contradicción de ambos declarantes, se efectúa un careo en que cada uno se mantiene en sus dichos, por lo que el Fiscal Rolando Melo Silva, insólitamente, deja a ambos en libertad incondicional. Olivos estuvo detenido entre el 19 y el 25 de noviembre de 1974.

            Posteriormente, la DINA emite un informe agregado a la causa, en el que expresa que se ha comprobado definitivamente que Silberman, militante comunista, fue sacado de la Penitenciaría por el "archienemigo" del Partido Comunista, el MIR, como se demuestra definitivamente con los siguientes elementos: en un enfrentamiento murió el mirista Claudio Rodríguez (Lautaro) encontrándosele documentos que permitieron un allanamiento a la casa del mirista Alejandro de la Barra. En casa de éste se encontró una TIFA, con el nombre del Teniente Quinteros, con el N°245-03, pero con la foto de Rodríguez. Esto demuestra que fue Lautaro (Rodríguez) con individualización militar falsa a nombre de Quinteros, quien sacó a Silberman de la Penitenciaría. Agrega el informe de la DINA, que además se encontró un micro teléfono standard, que permite, según informe adjunto del Ingeniero Vianel Valdivieso Cervantes, conectarse a cualquier teléfono, con lo que se prueba que Rodríguez hizo la conexión para confirmar la orden de salida de Silberman. Hace presente la DINA al señor Fiscal, que exhibida la TIFA 243-03, con foto de Rodríguez y nombre de Quinteros al Alcaide de la Penitenciaría, este negó que la persona que sacó a Silberman correspondiera a la de la fotografía de la TIFA, razón por la cual debe investigarse exhaustivamente al Alcaide por tratarse de un encubridor de extremistas.

            Al tenor de lo informado por la DINA, el Fiscal citó al Alcaide quien expresó que la foto no es la de Quinteros que sacó a Silberman, por cuanto se puede apreciar claramente la diferencia entre el retrato hablado confeccionado por él y la foto de la TIFA. Por otra parte, la TIFA que se exhibe es de color azul, de los formularios antiguos; la TIFA de Quinteros que se le exhibió al salir Silberman, es de los formularios nuevos de color verde; que la foto que se exhibe está en blanco y negro en tanto que la fotografía que se le mostró para sacar al prisionero era en colores, como son las actuales. Citados todos los otros funcionarios de Prisiones, en forma unánime y sin dudas en sus declaraciones, expresaron que la foto de Rodríguez en la TIFA entregada por DINA no es de la persona que sacó a Silberman.

            Citado el ingeniero Valdivieso, manifestó que no concurría al Tribunal, salvo si se lo ordenaba el Comandante en Jefe del Ejército a cuyas órdenes trabajaba. El Fiscal dejó sin efecto la citación.

            En el proceso constan dos declaraciones de testigos que estuvieron los días posteriores al 4 de octubre con Silberman, primero en una casa de la DINA ubicada en José Domingo Cañas y luego en 4 Alamos, también bajo control de la DINA. El 23 de agosto de 1976 el señor Fiscal en su dictamen pide sobreseimiento de la causa en razón de estar acreditado el secuestro del ofendido, pero no el autor del mismo.

            El 20 de octubre de ese año, el Juez Militar sobreseyó temporalmente el proceso con el fundamento de que no está acreditado el delito, ya que en su opinión, perfectamente Silberman pudo haber salido por su propia voluntad, y todos los testimonios en contrario provienen de personas de la misma ideología política, por lo que no puede constituir prueba.

            En cuanto a las gestiones administrativas, su cónyuge, doña Mariana Abarzúa Rojo, sostuvo conversaciones con casi todas las autoridades de la época. Es así que el 9 de octubre de 1975 conversó con un funcionario del Ministerio del Interior, quien le manifestó que su marido estaría en manos de un Servicio de Seguridad y que volvería entre el 12 ó 13 de octubre a la Penitenciaría. Sin embargo, todas las consultas posteriores resultaron infructuosas.

            El 8 de octubre de 1992 ante el 10 Juzgado del Crimen de Santiago se presentó una querella por el secuestro de David Silberman Gurovich, dicha causa ingresó a tramitación con el rol N° 53084-7 y a diciembre de 1992 se encuentra en estado de sumario y con importantes diligencias pendientes.


Confirman procesamiento de Contreras en caso Silberman

Fuente :Miercoles 12 de Septiembre 2001 YAHOO

Categoría : Prensa

La Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó el procesamiento del general (r) Manuel Contreras como autor del secuestro del ex gerente de Chuquicamata David Silberman.

Los ministros Rubén Ballesteros y Rosa María Maggi consideraron que existen presunciones fundadas de la intervención del ex jefe de la DINA por la desaparición del ejecutivo.

El voto de minoría recayó en el ministro Raimundo Díaz Gamboa, quien estimó que no existen antecedentes que vinculen a Contreras con el delito.


Dictan acusaciones por secuestro de David Silberman

Fuente :20 de Octubre 2004 La Nacion

Categoría : Prensa

El ministro Jorge Zepeda dictó acusación en el caso por el secuestro del ex funcionario de Cobrechuqui, David Silberman, causa que se acerca ahora a la etapa de sentencia y en que hasta el momento se mantienen los cargos contra los cuatro procesados.

El magistrado estimó que el ex director de la DINA Manuel Contreras y el brigadier (r) Marcelo Moren Brito son responsables en calidad de autores del secuestro de Silberman, mientras que mantuvo la tipificación de cómplices en el mismo ilícito que compromete a Marcos Derpich Miranda y Carlos Labarca Sanhueza.

El 4 de octubre de 1974 miembros de la DINA sacaron a Silbermann de la Penitenciaría en donde permanecía recluido tras ser sometido a Consejo de Guerra en Calama. De acuerdo a testigos el supervisor de la actual Codelco fue visto en cuarteles de la DINA como José Domingo Cañas y Cuatro Alamos.

Las partes ahora podrán adscribir o rechazar la acusación y una vez que el ministro recabe todos los antecedentes comenzará la fase final que incluye la dictación de las sentencia de primera instancia.


Acogen extradición de Fernández Larios

Fuente :5 de Enero 2006 TVN

Categoría : Prensa

La Segunda Sala de la Corte Suprema dio curso a la extradición del ex agente de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), mayor (r) Armando Fernández Larios, a fin de que preste declaraciones en la causa que se instruye por el secuestro y desaparición del gerente general Cobre Chuqui, David Silberman Gurovich, acontecido en octubre de 1974.

La Sala en lo Penal del máximo tribunal, de esta forma, acogió el pedido que hizo el 27 de septiembre del 2005 el ministro en visita Jorge Zepeda, en el marco de las condenas dictadas contra la plana mayor del organismo represivo del régimen militar.

El retirado mayor de Ejército reside en Estados Unidos bajo el sistema de protección a testigos tras colaborar en el esclarecimiento del homicidio del ex canciller Orlando Letelier del Solar, perpetrado en septiembre de 1976 en la ciudad de Washington.

También aparece mencionado en otras causas por violaciones a los derechos humanos, entre ellas Caravana de la Muerte, Operación Cóndor y el doble homicidio del general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert.

Antecedentes del caso

El ministro Zepeda condenó a siete años de presidio a los ex jefes de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), general (r) Manuel Contreras Sepúlveda, y al brigadier (r) Marcelo Moren Brito, como autores del secuestro del desaparecido gerente de Cobrechuqui, el ingeniero civil David Silberman Gurovich.

El magistrado, en su resolución absolvió de responsabilidad penal a Carlos Labarca Sanhueza y Marcos Derpich Miranda, quienes preliminarmente fueron investigados en este caso bajo la tipificación de cómplices.

De acuerdo a los antecedentes del proceso, el 4 de octubre de 1974 miembros de la desaparecida DINA sacaron a Silberman de la ex Penitenciaría en donde permanecía recluido tras ser sometido a Consejo de Guerra en Calama, Segunda Región. Relatos de testigos adscritos en el expediente, el supervisor de la actual Codelco fue visto en cuarteles del organismo represor como José Domingo Cañas y Cuatro Alamos.

También el juez solicitó a la Corte Suprema dar curso a la extradición del capitán (r) del Ejército, Armando Fernández Larios, quien reside en Estados Unidos bajo el sistema de protección a testigos tras colaborar en el esclarecimiento del homicidio del ex canciller Orlando Letelier del Solar, perpetrado en septiembre de 1976 en la ciudad de Washington.

Zepeda condenó además al Fisco a pagar 1.040 millones de pesos a favor de la viuda, hijos y hermanos de Silberman, por concepto de daño moral.

David Silberman Gurovich, fue el gerente general de Cobre Chuqui al 11 de septiembre de 1973, militante del Partido Comunista, se presentó voluntariamente al cuarto día de acontecido el golpe de Estado al comandante militar de Calama, mayor Fernando Reveco Valenzuela, quedando detenido y sometido a proceso por un tribunal militar de tiempo de guerra.

El 28 de septiembre de ese año el Consejo de Guerra dictó sentencia

condenándole a la pena de diez años de prisión por delitos contemplados en la Ley de Seguridad del Estado y a tres años por Ley de Control de Armas, debiendo cumplir su condena en Santiago, por haber sido requerido desde aquí por bando. Alrededor del 2 de octubre fue recluido en la Penitenciaría de esta ciudad.

El día 4 de octubre del mismo año, es sacado de la ex Penitenciaría y llevado a la Academia de Guerra de la Fuerza Aérea a declarar en el proceso rol 1-73 de la Fiscalía de Aviación, permaneciendo en dicho recinto hasta el 20 de octubre, día en que fue devuelto a la Penitenciaría de Santiago.

En el intervalo, en la cárcel de Calama, en donde cumplían condenas del mismo Consejo de Guerra varias personas, ejecutivos de CobreChuqui y militantes de los partidos Socialista y Comunista, el 19 de octubre de 1973 fueron sacados alrededor de 25 prisioneros quienes fueron fusilados y sus cuerpos ocultados a sus familiares. Entre las víctimas se encuentran Haroldo Cabrera, gerente de

la misma empresa, quien seguía en jerarquía a Silberman; Carlos Berger, jefe de comunicaciones de la empresa y David Miranda, también ejecutivo de la firma cuprífera.

Según consta, Silberman permaneció en Santiago hasta el 4 de octubre de 1973.

En esa fecha, fue sacado del recinto carcelario por agentes de la DINA que falsificaron documentos del Ejército a fin de engañar a Gendarmería y lograr la entrega del detenido.

Una vez fuera del recinto, fue trasladado a la casa que el organismo de seguridad mantenía en José Domingo Cañas. De allí, el 5 de octubre fue llevado a 4 Alamos, para ser luego, el 6 ó 7 de ese mes, nuevamente conducido a José Domingo Cañas, en cuyas dependencias permanece hasta mediados del mismo mes en que es trasladado a 4 Alamos, desde donde desaparece los primeros días del mes de noviembre.

Contreras y Morén Brito cumplen condenas de cárcel en el Penal Cordillera por el secuestro del mirista Miguel Angel Sandoval Rodríguez.


Corte Suprema dicta sentencia definitiva en caso de secuestro de David Silberman

Fuente :Lunes 20 de abril de 2009 El Mostrador              

Categoría : Prensa

La Corte Suprema dictó sentencia definitiva en la investigación por el secuestro calificado de David Silberman Gurovich, ocurrido a partir del 4 de octubre de 1974, en Santiago.

En fallo dividido, los ministros de la Segunda Sala Penal ratificaron el fallo en el aspecto penal que había establecido las siguientes sanciones: Manuel Contreras Sepúlveda: 7 años de presidio efectivo; Marcelo Moren Brito: 7 años de presidio efectivo; Carlos Labarca Sanhueza: absuelto por falta de participación; y Marcos Derpich Miranda: absuelto por falta de participación.

En el aspecto civil, los magistrados acogieron el recurso de casación planteado por el Consejo de Defensa del Estado y acogieron la excepción de incompetencia absoluta del tribunal determinando eliminar el pago de una indemnización total de  $1.040.000.000 a la viuda, tres hijos y dos hermanos de la víctima.

El caso

David Silberman Gurovich fue un ingeniero civil casado y Gerente General de Cobre Chuqui hasta el 11 de septiembre de 1973. Militante del Partido Comunista, se presentó voluntariamente el 15 de septiembre de 1973 ante el Comandante Militar de Calama quedando detenido y sometido a proceso por un Tribunal Militar de Tiempo de Guerra.

El 28 de septiembre de ese año el Consejo de Guerra dictó sentencia condenándole a la pena de 10 años de prisión por delitos contemplados en la Ley de Seguridad del Estado y a 3 años por Ley de Control de Armas, debiendo cumplir su condena en Santiago, por haber sido requerido desde aquí por bando. Alrededor del 2 de octubre fue recluido en la Penitenciaría de esta ciudad.

El día 4 de octubre del mismo año, es sacado de la Penitenciaría y llevado a la Academia de Guerra de la Fuerza Aérea permaneciendo en dicho recinto hasta el 20 de octubre, día en que fue devuelto a la Penitenciaría de Santiago.

Silberman, permaneció en este lugar hasta el 4 de octubre de 1973. En esta fecha, fue sacado del recinto carcelario por agentes de la DINA que falsificaron documentos del Ejército a fin de engañar a Gendarmería y lograr la entrega del detenido. Una vez fuera del recinto, David Silberman fue trasladado a la casa que ese organismo de seguridad mantenía en José Domingo Cañas.

De allí, el 5 de octubre fue llevado a 4 Alamos, para ser luego, el 6 ó 7 de ese mes, nuevamente conducido a José Domingo Cañas, en cuyas dependencias permanece hasta mediados del mismo mes en que es trasladado a 4 Alamos, desde donde desaparece a fines de octubre o primeros días del mes de noviembre.

En abril de 1975 apareció en un sótano de Buenos Aires el cuerpo de un hombre destruido por una explosión con un cartel que decía “dado de baja por el MIR”.  Se dijo que era David Silberman, sin embargo se comprobó que no era Silberman, sino los primeros pasos de una campaña de desinformación que marcaría el inicio de la denominada "Operación Colombo". El cuerpo del militante comunista continúa desaparecido.


Israel empieza a desclasificar documentos relacionados con la dictadura chilena, con Daniel Silberman

Fuente :radiosefarad.com 12/10/2022

Categoría : Prensa

LA LUPA, CON PASCAL ROY – Daniel Silberman es hijo de David Silberman Gurovich, ciudadano chileno detenido en 1973 y desaparecido desde 1974, durante el régimen dictatorial de Augusto Pinochet. Junto con otros hijos de desparecidos chilenos viviendo en Israel, pide a este país que desclasifique documentos relativos a la relación militar de Israel con Chile en la época de la dictadura. Tras una petición denegada directamente por el gobierno, presentaron una querella ante el tribunal de distrito de Tel Aviv, que dio lugar a un acuerdo de conciliación invitando al gobierno israelí a descalificar paulatinamente los documentos pertinentes. Daniel Silberman nos revela el estado de las cosas a finales de 2016 e insiste en la importancia de su lucha: además de un interés personal en descubrir indicios sobre el paradero de su padre, se trata de abrir un debate en Israel sobre la prohibición de vender armas a regímenes dictatoriales o que violan los derechos humanos.


Así usó la DINA a la Compañía de Teléfonos para secuestrar y hacer desaparecer a sus prisioneros

Fuente :Roberto Garretón (fuente: The Clinic) 17.10.2017

Categoría : Prensa

Lo ocurrido con David Silberman Gurovic, ingeniero y gerente general de Cobre Chuqui durante el gobierno de la Unidad Popular, es aterrador. Fue demonizado por El Mercurio y por toda la oposición política mientras se preparaba el Golpe de Estado, atribuyéndole –una vez más la mentira— la traición de entregar secretos industriales a la Unión Soviética. A pesar de encontrarse en Calama, el mismo 11 de septiembre aparece en el Bando N°10 conminado a presentarse en el Ministerio de Defensa, antes de las 16:30 horas. Silberman no lo hace, temiendo lo peor se esconde, lo que permite a los diarios autorizados por la Junta Militar y a los canales de la televisión informar que Silberman, con miles de dólares, se había arrancado a Argentina. Otra mentira.

Silberman buscó un contacto con el mayor Fernando Reveco, la nueva autoridad de Calama y a quien había conocido profesionalmente en Chuquicamata, quien le dio garantías para presentarse. Así lo hizo el 15 de septiembre, quedando detenido. Se le acusó de delitos contra la seguridad del Estado y a la Ley de Control de Armas.

Fue difícil constituir el Consejo de Guerra en su contra: no había auditor de Ejército en Calama, y ningún abogado quiso integrar ese consejo, pues “todos en Chuquicamata le tenían respeto y aprecio”, según me contó el mismo Reveco, a quien le correspondió presidirlo. Un notario fue obligado a integrarlo, y se le condenó a 13 años de presidio.

“Si le aplicábamos la pena de muerte, se le habría ejecutado de inmediato; si lo absolvíamos o le aplicábamos una pena baja, lo habrían asesinado. Condenarlo a una pena leve –para la época— era la única manera de salvarle la vida”, me explicó el mismo mayor Reveco. Y le creo.

Como estaba requerido por el Bando N°10 fue enviado a la Penitenciaría de Santiago, ingresando a ella el 4 de octubre de 1973. Pocos días después un equipo de la FACh lo retira para interrogarlo, operación realizada por el oficial Cristián García-Huidobro Toro, y devuelto 20 días después a la Penitenciaría.

Justo un año después, el 4 de octubre de 1974, la DINA lo sacó de la Penitenciaría, perdiéndose para siempre. El Comité Pro Paz (creado los primeros días de octubre de 1973 a instancias del cardenal Raúl Silva Henríquez) me encarga el caso. Presento el recurso de amparo, que luego de alrededor de un año de decenas de diligencias que pedí y que no tuvieron ningún resultado, fue desestimado tanto por la Corte de Apelaciones de Santiago como por la Corte Suprema. Esta última, como de costumbre, dio por verdad la mentira: si el gobierno dice que David Silberman no está detenido, no lo está. Aunque en este caso se trataba de un secuestro.

Recuerdo haber dicho en la Corte Suprema que el Estado tiene la obligación de protegernos a todos, pero muy especialmente a aquellos que el mismo Estado mantiene bajo su directa dependencia, como son los detenidos: un detenido no se puede perder.

Junto con rechazar el recurso, la Corte Suprema dispuso que se investigara lo ocurrido, pero, obvio, por la justicia militar.

Creo que, llegado a este punto, es preferible remitirme al informe que emití para el Comité Pro Paz cuando se agota la investigación:

  “1.- El día 4 de octubre de 1974 se apersonó en la Penitenciaría de Santiago el Teniente de Ejército Sr. Alejandro Quinteros Romero, portando un Oficio de la “Asesoría Militar a los Tribunales de Tiempo de Guerra”, suscrito por el Coronel Ibáñez –Jefe de ese Servicio— indicando que el Alcaide debía entregar a Silberman al Teniente Quinteros, por su participación en infiltración militar, asalto a sucursal del Banco de Chile y sedición. La orden debía confirmarse al teléfono 516403, al Auditor Sr. Leyton o al Comandante Rodríguez.

El Tte. Quinteros al ingresar al Penal (18:30 horas) dio el “Santo y Seña” e ingresó junto a otro oficial, quedando otros dos afuera. Uno de estos habitualmente había llevado detenidos a la Penitenciaria y era, por tanto, conocido de los gendarmes.

Confirmada la orden al teléfono citado, el Alcaide entregó a Silberman, levantando un Acta firmada por él y por Quinteros, quien se identificó con su TIFA 245-03.

  2.- Posteriormente se confirmó que ninguno de los señores Ibáñez, Rodríguez, Quinteros y Leyton pertenecen al Ejercito, siendo además inexistente el organismo denominado “Asesoría Militar a Tribunales de Tiempo de Guerra” (fs. 179), ni existe la TIFA 245-03.

  3.- La Compañía de Teléfonos informó (fs.36) que el teléfono 516403 está vacante.

  4.- Cabe hacer presente que los secuestradores se movilizaban en una camioneta ambulancia Ika-Renault, sin disco ni patente, “de las que están al servicio en DINA” (numerosos testimonios). El chofer era el único de civil.

  5.- Tanto DINA (fs.114), como los demás organismos de seguridad negaron toda participación en los hechos.

  6.- El detective a cargo de la orden de investigar impartida por la Fiscalía se constituyó en la Planta Chiloé de la Cía. De Teléfonos, y constató:

a) que el 3 de Octubre concurrió a esa Planta el Jefe Alejandro Olivos Olivos, quien con el pretexto de hacer una conexión de prueba a Isla de Maipo, pidió entrar al “Pararayos” (lugar donde están todas las conexiones) y con un “enrulador” hizo algunos trabajos. Para hacer su prueba, rechazó –y con términos enérgicos—, toda colaboración de obreros.

b) que estuvo trabajando en el panel donde están los teléfonos desde el 516401 al 516449, encontrándose rastros en el 516403.

  6.- La Fiscalía dio orden de detención en contra de Olivos, quien fue detenido a la salida de la Cía. de Teléfonos, con un maletín que pidió no fuera abierto por contener documentos confidenciales del Gobierno, lo que le fue respetado.

7.- En su declaración, Olivos expresa: que efectivamente concurrió a la Planta Chiloé en cumplimiento de una misión confidencial encargada por el Supervisor de Asuntos Especiales de la Compañía, Mayor Marcos Derpich Miranda; que dio como pretexto la prueba a Isla de Maipo; que pidió el enrulador; que rechazó toda ayuda; que su misión consistía en habilitar provisoriamente un teléfono para abastecer a la Avda. Pedro Montt; que de los varios vacantes, utilizó –conectó— el 516403 (sic); que no sabe el objeto de este encargo especial y confidencial.

Quedó detenido e incomunicado.

  8.- La Fiscalía ordenó citar solamente al Mayor Derpich, quien expresó: “fui designado en la Compañía para trabajos especiales confidenciales; mantengo contacto diario con todos los servicios de Inteligencia de todas las ramas de las FF.AA.; cuando me designaron para el cargo, pedí, para la realización material de ellos a una persona de la más absoluta confianza, recomendándose al Sr. Olivos, quien hasta la fecha me ha demostrado gran lealtad. Pero después de sus declaraciones, le he perdido la confianza. Niego terminantemente haberle dado la instrucción a que alude. Jamás se la he dado”.

  9.- Se efectúa un careo (fs. 111) en el que cada uno se mantiene en sus dichos, por lo que el Fiscal, insólitamente, deja a ambos en libertad incondicional. Olivos estuvo detenido entre el 19 y el 26 de Noviembre de 1974.

  10.- A fs. 134 DINA emite un informe en el que expresa: “Se ha comprobado definitivamente que Silberman, militante comunista, fue sacado de la Penitenciaria por el “archienemigo” del P.C., el MIR, como se demuestra definitivamente con los siguientes elementos: En un enfrentamiento murió el mirista Claudio Rodríguez (Lautaro), encontrándosele documentos que permitieron un allanamiento a la casa del mirista Alejandro de la Barra. En casa de éste se encontró una TIFA, con el nombre del Teniente Quinteros, con el N° 245-03, pero con la foto de Rodríguez (Lautaro). Esto demuestra que fue Lautaro, con individualización militar falsa a nombre de Quinteros, quien saco a Silberman de la Penitenciaria”.

Además, se encontró un micro teléfono Standar, que permite, según informe adjunto del Ingeniero Vianel Valdivieso Cervantes, conectarse a cualquier teléfono, con lo que se prueba que Rodríguez hizo la conexión para confirmar la orden de salida de Silberman.

Hace presente la DINA al Fiscal que exhibida la TIFA 243-05, con foto de Rodríguez y nombre de Quinteros al Alcaide, este negó que la persona que sacó a Silberman corresponde a la de la fotografía de la TIFA, razón por la cual debe investigarse exhaustivamente al Alcaide por tratarse de un encubridor de extremistas”.

  11.- Con este informe el Fiscal cita al Alcaide, quien expresa: a) la foto no es la de Quinteros que sacó a Silberman. El retrato hablado de Quinteros que rola en autos hecho por mi descripción corresponde correctamente a Quinteros, y se puede apreciar claramente la diferencia entre ese retrato hablado y el de la foto de la TIFA; b) la TIFA que se exhibe es de color azul, de los formularios antiguos de TIFA; la TIFA de Quinteros que se me exhibió al salir Silberman, es de los funcionarios nuevos, de color verde; c) la foto de la TIFA que se exhibe está en blanco y negro; la que se me mostró para sacar a Silberman era en colores, como son las actuales. Luego no corresponde esta TIFA a la que se me exhibió el 4-10-74, ni es la foto de Quinteros, a quien puede reconocer en cualquier momento”.

  12.- Citados todos los otros funcionarios de Prisiones que ya habían declarado, todos unánimes y sin dudas en sus declaraciones, expresaron que la foto de Rodríguez en la TIFA entregada por DINA no es la de la persona que sacó a Silberman. Incluso uno de los gendarmes agrega: “Yo a la persona que sacó a Silberman le pregunté el Santo y Seña y como lo dijo correctamente, lo dejé entrar”.

  13.- Citado el Ingeniero Valdivieso, manifestó que no concurriría al Tribunal, salvo si se lo ordenaba el Comandante en Jefe del Ejército, a cuyas órdenes trabaja, a lo que el Fiscal proveyó; “Déjase sin efecto la citación a Vianel Valdivieso”. (fs. 203)

  14.- El suscrito presentó numerosos escritos durante el sumario, y acompañó documentos tales como declaraciones juradas de prisioneros que aseguran haber estado con Silberman en 3 Alamos y en la casa de José Domingo Cañas esquina República de Israel.

Ninguna de las diligencias solicitadas fue jamás aceptada (salvo una intrascendente, de interrogar a un periodista de La Tercera, que había expresado en una información que Silberman había sido trasladado a un penal del sur, y que ante el Tribunal declaró que solo había sido una mera suposición suya).

  15.- Se declaró cerrado el sumario, y en dictamen de 23-8-76 el Fiscal pide sobreseimiento en virtud del N° 2 del art. 409 del C.P.P., en razón de estar acreditado el secuestro de Silberman, pero no el autor del mismo.

  16.- En sentencia de 20-10-76, el Juez Militar dicta auto de sobreseimiento temporal, con fundamento en el N° 1 del art. 409 del C.P.P., toda vez que no está acreditado el delito, ya que perfectamente Silberman pudo haber salido por su propia voluntad, y “todos los testimonios en contrario provienen de personas de la misma ideología política de Silberman, por lo que no pueden constituir prueba”.En mi informe agregué que no solo durante el sumario, sino incluso “desde que se sobreseyó la causa, fue imposible, hasta fines de enero (1977) obtener que se me facilitara el expediente, en razón del estricto secreto que siempre lo rodeó. Solo en febrero logré terminar su estudio, con expresa prohibición de tomar copias ni apuntes detallados, pretextándose que se trata de causa de Tiempo de Guerra”.

Fue uno de los casos más difíciles y dramáticos en que me correspondió intervenir. Todo un operativo criminal siniestro. Para mí, durante varios meses el dato clave era el del teléfono, porque el alcaide llamó a ese número y le contestaron. El número nos lo dio el alcaide a mí y a Fernando Ostornol, un conocido abogado muy activo en estas causas, y que después Pinochet expulsó de Chile, luego de haberlo tenido preso e incomunicado largo tiempo. Tanto Fernando como yo llamamos miles de veces al 516403, a toda hora del día y de la noche. Y nunca hubo respuesta. Sólo en febrero de 1977 encontramos la explicación de lo ocurrido.

Hubo muchas otras mentiras: Mariana Abarzúa, la esposa de Silberman, se entrevistó con el general Sergio Arellano, con el ministro y el subsecretario de Defensa y el ministro de Justicia, el ayudante del ministro del Interior y muchas otras autoridades. Todas mentían: “Su marido debe haberse fugado”, le respondió el ayudante del ministro de Justicia, comandante Enzo Di Nocera García;“su marido será liberado en los próximos días”, le dijo el ministro. Mientras que el vicario general castrense, el obispo católico Francisco Javier Gillmore, quien prefería que se le tratara de general, le informó: el gobierno dispuso una investigación sobre este caso y como el documento que se exhibió es falso, quiere decir que su marido “fue sacado, con seguridad por un grupo de personeros del gobierno anterior que querían devolver la libertad a su marido y por eso no se sabe su paradero”.

El general/obispo Gillmore no respondía al cardenal. Solo a “su” general. Y “su” general también mintió, como siempre. Contaba Helmuth Frentz –obispo luterano que presidió el Comité Pro Paz- que en una entrevista que sostuvo con Pinochet junto al copresidente del Comité, el obispo Fernando Ariztía y el gran rabino Ángel Kreiman, éste último planteó el caso Silberman, a lo que el dictador respondió que éste fue sacado de la cárcel “por un comando mirista vestidos de militares”.

En esa misma entrevista, y cuando se le preguntó por el desaparecido ex sacerdote español Antonio Llidó, Pinochet respondió: “este señor no es cura, es un marxista”. Lo único claro que queda de esta entrevista histórica es que Pinochet sabía todo, absolutamente todo, desmintiendo otra de las clásicas mentiras del pinochetismo civil de que a Pinochet Manuel Contreras lo engañaba.


Hijo de desaparecido David Silberman publica libro de cuentos (homenaje)

Fuente :elmostrador.cl 9/09/2022

Categoría : Prensa

"La manito muerta" será presentado el próximo jueves 15 de septiembre en el parque de la paz Villa Grimaldi "La importancia de hablar y contar estas historias es en mi opinión crítica para el futuro de Chile. No se puede barrer debajo de la alfombra esta época oscura. Para que el pueblo chileno pueda avanzar y sanar y reconciliar, se debe contar la historia, se debe hacer justicia e implementar en el sistema educativo para asegurarse que tal historias no vuelvan a ocurrir", comenta.

Un encuentro con David Silberman Abarzúa se realizará el próximo jueves en el parque de la paz Villa Grimaldi, a propósito de su libro "La manito muerta" (Editorial Lom).

Se trata de un conjunto de cuentos que ilustra la vida de decenas de víctimas de la dictadura chilena después del golpe cívico-militar de 1973. En ellos se narra el intento de individuos y familias por continuar con sus vidas a pesar del peligro, el miedo y la violación de sus derechos más básicos, según la reseña editorial.

"La historia de nuestras culturas ha sido contada por hombres; de aquí que este libro busque ampliar la mirada y muchos de sus cuentos sean narrados por niños y mujeres. Cada uno de los relatos es una historia independiente basada en hechos reales, los que se unen para formar un libro de relatos humanos y cautivantes, lleno de emoción, agudeza y humor", señala la editorial Lom.

"El libro muestra solo una terrible parte de la historia chilena, pero su mensaje tiene un alcance global que sigue vigente. En Chile, la democracia cayó de un momento a otro, tomando al pueblo por sorpresa. Hoy muchos países viven un proceso lento y casi invisible de erosión de sus derechos humanos y valores democráticos, amenazando un devenir atroz, tal como se vivió en Chile. Así, desde la historia, el libro es un llamado a proteger la libertad".

Silberman nació en Santiago en 1967. Es hijo de Mariana Abarzúa y David Silberman Gurovich, desaparecido chileno. En 1977, al comprender que su padre ya no vivía, la familia se exilió en Israel.

Su padre era miembro del Partido Comunista, ingeniero civil y gerente general de Cobre Chuqui. Tras el golpe se presentó voluntariamente ante las autoridades y quedó detenido en manos del Ejército de Chile en Calama. Tenía 35 años.

Fue sometido a un Consejo de Guerra y condenado a 10 años de prisión, supuestamente por infringir la Ley de Control de Armas. Fue trasladado a la Penitenciaría de Santiago. Sacado de allí por agentes de la DINA, pasó por varios centros de tortura. La comisión Rettig estimó que fue secuestrado y desaparecido por dicha entidad, para "obtener una gran cantidad de dinero de la empresa donde Silberman trabajaba y que los agentes de la DINA suponían él se habría llevado consigo".

En 2005, el ministro Jorge Zepeda condenó por su muerte al ex general Manuel Contreras Sepúlveda y al ex coronel Marcelo Moren Brito (ambos fallecidos), sentencia ratificada por el a Corte Suprema en 2009.

Proceso personal

Daniel, hoy padre de tres hijos, es un autor trilingüe activista social de los derechos humanos que también lucha contra la venta de armas de Israel a regímenes autoritarios (como fue en el caso de Chile). Daniel escribe preferiblemente en hebreo. En este idioma publicó originalmente "La manito muerta", su tercer libro, el que ya ha sido traducido y publicado en inglés. Su aspiración inicial siempre fue publicar este libro en castellano – y en Chile – por lo que esta edición representa para el autor no solo la culminación de un proceso literario, sino que también personal.

"El origen del libro es principalmente autobiográfica, la historia personal de nuestra familia. Soy hijo de David Silberman, detenido desaparecido de la dictadura en Chile. En 1977 tuvimos que salir del país y llegamos a Israel, donde vivo hoy. El libro originalmente fue escrito en hebreo, fue traducido al inglés y ahora por fin también al español. Para mí es super importante y simbolico poder publicar el libro en español en Chile", comenta el autor.

El miércoles además habrá una presentación en el Museo de la Memoria.


Operación Colombo, el montaje más grande de la dictadura militar

Fuente :rebelion.org 31/05/2005

Categoría : Prensa

Su objetivo fue hacer creer que los prisioneros a quienes sus familiares daban por desaparecidos, habían huido a Argentina donde unos se mataron entre ellos y otros murieron en tiroteos con la policía de ese país. Era abril de 1975 cuando en Buenos Aires apareció el mayor de Ejército Raúl Eduardo Iturriaga Neumann. Se contactó con el agente civil DINA Enrique Arancibia Clavel, y le comentó que su misión era hacer aparecer en Buenos Aires el cuerpo del prisionero DAVID SILVERMANN. Se iniciaba la Operación Colombo, con la lista de 119 detenidos desaparecidos. El objetivo era que en Chile y el mundo se creyera que los desaparecidos no existían, que todo era un cuento del marxismo internacional. Con la entrada del próximo mes de junio se cumplen 30 años de este episodio que tuvo varias fases. Fue la farsa más grande de la dictadura de Augusto Pinochet.

Hace 30 años, apareció en un sótano de la capital argentina un cuerpo mutilado, con un cartel que decía «Dado de baja por el MIR». En Chile el régimen informó que se trata de DAVID SILVERMAN GUROVIC. Junto al cuerpo se puso una cédula de identidad con su nombre. En dos fechas distintas de julio de ese mismo año volvieron a aparecer en Buenos Aires otros tres cuerpos en condiciones similares. Esta vez se dijo que los cadáveres correspondían a Jaime Robotham Bravo, Luis Guendelman Wisniak y Juan Carlos Perelman Ide. Los cadáveres mostraban carteles con leyendas parecidas. El ardid era hacer creer que los desaparecidos habían huido a Argentina, donde se ajusticiaban entre ellos cobrándose cuentas políticas. Pero ninguno de los cuerpos correspondía a las identidades entregadas oficialmente.

Hoy nadie duda de que todo fue una farsa. Salvo el ex dictador Pinochet y sus hombres de la DINA, incluido su ex jefe Manuel Contreras, quienes siguen negando el engaño. Pero entonces muchos creyeron lo que se les relató, porque la dictadura contó con los medios de comunicación que siempre le fueron fieles: «El Mercurio», «La Segunda», «La Tercera», «Las Últimas Noticias» y los canales de televisión.

La operación fue diseñada en el hasta ahora poco conocido Departamento de Operaciones Clandestinas de la DINA que, entre otros, dirigió el referido Iturriaga Neumann, quien también fue jefe del Departamento Exterior de la DINA. Se trataba de preparar el ambiente introduciendo en la población la idea de que «guerrilleros», sobre todo del MIR, intentaban penetrar a Chile desde Argentina en forma clandestina para combatir al régimen.

El 16 de junio de 1975 «El Mercurio» publicó en portada «Paso de miristas armados a Chile». El mismo día «Las Últimas Noticias» dijo también en portada «Extremistas cruzan la frontera». Cuatro días antes, «La Segunda» tituló «Extremistas chilenos son adiestrados en guerrillas». El 13 de junio de ese año «La Tercera» publicó «Forman ejército guerrillero contra Chile», aludiendo a «extremistas» chilenos que estarían siendo adiestrados en Tucumán, Argentina. El clima ya estaba creado.

En tanto, en Buenos Aires, Iturriaga y Arancibia Clavel, apoyados por el coronel Víctor Barría, otro oficial DINA, y por el Ejército argentino y la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), continuaban afinando el «broche de oro» en coordinación con agentes instalados en Brasil.

Este sería la publicación en dos medios escritos de aparición y desaparición repentina, el diario «O Día» de Curitiba, Brasil, el 25 de junio de 1975, y la revista «Lea» de Buenos Aires unos días después, de una lista con 119 nombres de chilenos, la mayoría del MIR. A ellos se les dio por muertos en Argentina ejecutados por sus propios compañeros, o fallecidos en enfrentamientos con la policía en ese país.

Una vez más, el régimen de facto contó con sus devotos amigos de la prensa. «Exterminados como ratones», tituló «La Segunda» el 24 de julio de 1975. «Gigantesco operativo militar en Argentina: Exterminan como ratas a miristas», continuó «La Segunda» al desarrollar la información en página interior. Allí se hacía mención a la noticia de «O Día», en la cual se dijo que 60 chilenos habían sido muertos por fuerzas policiales y militares argentinas en enfrentamientos en la ciudad de Salta. Se aludía a que éstos se preparaban para formar guerrillas.

Días antes, el 16 de julio de 1975, informando de la aparición en Buenos Aires de los «ajusticiados» Robotham y Guelndelman, «Las Últimas Noticias» tituló «Sangrienta vendetta interna hay en el MIR», agregando que «Desaparecidos en Chile resucitan en Argentina, pero ahora son ultimados por sus propios compañeros».

Desacreditar a quienes clamaban por verdad y justicia

Pero la Operación Colombo tenía una etapa más. La dictadura necesitaba desacreditar a los familiares de estas víctimas y a los organismos de derechos humanos e iglesias que denunciaban los secuestros de prisioneros. Para eso contó con el respaldo de los medios. El 24 de julio de 1975, luego de la misteriosa publicación de «Lea» y «O Día» con la lista de los 119, «La Tercera» dijo «Confirmado: han presentado en Chile amparos a favor de miristas muertos en Argentina», y agregó «Sin embargo, los terroristas no sólo no habían sido detenidos en Chile, sino que se encontraban fuera del país realizando actividades extremistas».

La información también transmitió «el sentir» del Poder Judicial: «En el Poder Judicial se advertía malestar por el hecho de que los extremistas y una serie de organizaciones que alegan defender los derechos humanos, hubieran usado a los jueces en el sucio juego de desprestigiar a Chile».

Pinochet, quien para responder de alguna manera a los desmentidos de Argentina y Brasil acerca de las referidas listas y los hechos que se hacía referencia, dijo que «se hará una investigación» cuyo resultado nunca se conoció. El 20 de agosto de 1975: declaró «Se trata de una nueva campaña del marxismo leninismo internacional para perjudicar a nuestro país».

Después de reunir antecedentes que verificaban la mentira instalada en Chile acerca de los 119, el Comité pro Paz solicitó a los tribunales la nominación de un ministro en visita que investigara lo sucedido. Pero la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó la petición.

Ocurrido en 1976 el golpe militar argentino, dos años después en Buenos Aires fue detenido el agente Enrique Arancibia Clavel, acusado de espionaje. Allanado su departamento, se encontraron decenas de cédulas de identidad que pertenecían a prisioneros desaparecidos que integraron la lista de los 119. Además se le halló una serie de copias de memorandos que había enviado a Chile al jefe exterior de la DINA.

Los procesados

Los procesados por 42 de las 119 víctimas de la Operación Colombo en la investigación que inició el ministro Juan Guzmán, y que ahora instruye el juez Víctor Montiglio, todos ex DINA y en retiro, son: el ex jefe DINA, general (R) Manuel Contreras; el ex segundo de DINA, general César Manríquez; el oficial de Gendarmería y ex jefe de Cuatro Alamos Orlando Manzo; el también ex segundo de DINA, brigadier Pedro Espinoza; ex jefe de Villa Grimaldi, coronel Marcelo Moren Brito; ex jefe de la brigada Halcón, brigadier Miguel Krassnoff; el suboficial Basclay Zapata; el ex agente civil Osvaldo Romo; el ex jefe de Tres Alamos, oficial de Carabineros Conrado Pacheco; el detective Manuel Carevic; el ex jefe del Servicio Secreto de la DINE, coronel Maximiliano Ferrer; los tenientes coroneles de Carabineros Ricardo Lawrence y Gerardo Godoy; el coronel de Ejército Gerardo Urrich; el ex jefe de la brigada Vampiro, brigadier Fernando Lauriani; y el ex jefe del Depto. de Operaciones Clandestinas y Depto. Exterior de DINA, general Raúl Iturriaga.


Chile.- La Justicia condena al Fisco chileno a pagar 1.400.000 euros a familia de un detenido desaparecido

Fuente :notimerica.com 30/04/2008

Categoría : Prensa

Una corte chilena condenó hoy al Fisco a pagar una indemnización de 1.400.000 euros (unos 1.000 millones de pesos chilenos) a la familia de DAVID SILVERMAN GUROVIC , ex gerente de Cobrechuqui, quien permanece en calidad de detenido desaparecido desde 1974.

La decisión fue adoptada por la Séptima Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, en una decisión dividida, que benefició con la indemnización a la viuda, los hijos y los hermanos de Silberman.

Chile.- La Justicia condena al Fisco chileno a pagar 1.400.000 euros a familia de un detenido desaparecido

Además, el tribunal ratificó un fallo anterior y condenó a Manuel Contreras Sepúlveda y Marcelo Moren Brito, ex integrantes de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), órgano represivo de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), a siete años de presidio por este secuestro con desaparición. David Silberman Gurovich, ingeniero civil, era militante del Partido Comunista y, tras ser convocado después del golpe de Estado, se presentó voluntariamente en una unidad del Ejé …