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Sepúlveda Sánchez Manuel Jesús – Memoria Viva

Sepúlveda Sánchez Manuel Jesús


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Rut : 8.163.362-2

Fecha Detención : 09-09-1987
Lugar Detención : Santiago


Fecha Nacimiento : 13-07-1959 Edad : 28

Lugar Nacimiento : Villa Alemana

Actividad Política : Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR)
Actividad : Tornero mecánico

Estado Civil e Hijos : Casado, 1 hijo
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Categoría : Antecedentes del Caso

Rut       : 8.163.362-2 Valparaíso

F.Nacim. : 13-07-59, 28 años a la fecha de su detención

Domicilio : Diagonal Los Presidentes, Ñuñoa, Santiago

E.Civil  : Casado, un hijo

Actividad : Tornero mecánico

C.Repres. : Militante Partido Comunista. Miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.

F.Detenc. : 9 de septiembre de 1987

                                                                   

SITUACION REPRESIVA

            Manuel Sepúlveda Sánchez, casado, un hijo, tornero mecánico, militante del Partido Comunista, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), fue detenido el 9 de septiembre de 1987 pasadas las 18:00 horas, por agentes de la Central Nacional de Informaciones CNI, luego de salir del domicilio de unos amigos a los que visitaba regularmente, ubicado en Narbona con Ramón Cruz en la Villa Frei, comuna de Ñuñoa, Santiago.

            El afectado se trasladó a vivir a Santiago en el mes de septiembre de 1985, permaneciendo en su ciudad de origen, Valparaíso, su cónyuge e hijo, a quienes continuó apoyando económicamente y visitando en forma esporádica. En cierta oportunidad le comentó a su cónyuge que había salido un retrato hablado de él en El Mercurio, con sus señas, reconociéndole en ese momento su militancia en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Después de ocurrida la llamada "Operación Albania", en que los organismos de seguridad asesinaron a 12 personas haciéndolo aparecer ante la opinión pública como un enfrentamiento, Sepúlveda Sánchez fue objeto de seguimiento por parte de la CNI.

            El afectado entre los días 5 y 8 de septiembre de 1987 había visitado a su familia en Valparaíso, regresando a Santiago en el transcurso de la tarde del día 8 de septiembre, concurriendo a su domicilio ubicado en Diagonal Los Presidentes en la comuna de Ñuñoa de esta capital. Desde allí salió el día 9 en la mañana quedando de regresar a las 16:00 horas aproximadamente; posteriormente, en la tarde avisó que iba a tardar pero que llegaría a su casa. Alrededor de las 16:15 horas, Sepúlveda Sánchez concurrió a casa de unos amigos en la Villa Frei, Ñuñoa. Y al respecto es doña María Cantillana Gómez, quien en declaración prestada ante Tribunal señala: "El mismo día en que él desapareció, el día 9 de septiembre, concurrió a nuestra casa alrededor de las 16:15 horas, allí estuvo con mi hermano. Alrededor de las 18:00 horas él se retiró, ya que dijo que iba a buscar una moto y ahí no hemos tenido más noticias, ya que él no llegó a buscar la moto…".

            Por otra parte, esta misma testigo, y en relación con una publicación aparecida en la revista "Pluma y Pincel" referida a una interferencia de comunicaciones de los servicios de seguridad el día 9 de septiembre de 1987, y que trata de un operativo para "detener sin testigos" a tres personas -antecedentes que constan en cintas magnéticas acompañadas al Tribunal- señala reconocer con certeza que una de las detenciones corresponde a la de Manuel Jesús Sepúlveda Sánchez, ya que coincide plenamente con el día, la hora, características del afectado, descripción de la propia casa de la testigo ubicada en el sector de las calles Narbona con Ramón Cruz. Sepúlveda Sánchez permanece desde esa fecha 9 de septiembre de 1987 en calidad de detenido desaparecido. Su detención y posterior desaparecimiento forzado por parte de agentes de la CNI, como asimismo la de otros cuatro jóvenes militantes del Partido Comunista que aparecen vinculados al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR): José Julián Peña Maltés detenido el 9 de septiembre de 1987; Julio Orlando Muñoz Otárola detenido el 9 de septiembre de 1987; Gonzalo Iván Fuenzalida Navarrete detenido entre el 7 y el 10 de septiembre de 1987 y Alejandro Pinochet Arenas detenido el 10 de septiembre de 1987, ocurren paralelamente a una serie de operativos tipo rastrillo llevados a cabo por la CNI y fuerzas de seguridad, que actuaron conjunta y coordinadamente con efectivos policiales, a fin de dar con el paradero del Coronel de Ejército, Carlos Carreño, ingeniero de la Fábrica de Armamentos y Maestranza del Ejército (FAMAE), secuestrado con fecha 1° de septiembre de 1987, desde su domicilio en la comuna de La Reina, en Santiago, por un grupo de FPMR, quienes lo liberaron posteriormente en la ciudad de Sao Paulo, Brasil.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

            Con fecha 22 de septiembre de 1987 se interpuso ante la Corte de Apelaciones de Santiago, el recurso de amparo rol 1082-87 en favor de José Julián Peña Maltés, Manuel Jesús Sepúlveda Sánchez, Alejandro Alberto Pinochet Arenas y Gonzalo Iván Fuenzalida Navarrete, informándose al Tribunal que sus detenciones ocurrieron en la semana del 7 al 11 de septiembre de 1987, y que en relación a uno de los amparados -Pinochet Arenas- existe un testigo que da cuenta de su aprehensión ocurrida el 10 de septiembre de 1987, en la intersección de las calles Catedral con San Martín de esta capital, por parte de individuos de civil quienes se movilizaban en un vehículo utilitario marca Dahiatsu, color celeste, año 80-83, cuya patente sería EG-2102 o EG-1202. Consultados distintos organismos al respecto informaron: La CNI, mediante respuesta telefónica de fecha 22 de septiembre de 1987 y posteriormente por Oficio Reservado N°A-4/212-011 del 29 de septiembre de 1987, suscrito por su Director Nacional, Brigadier General Hugo Salas Wenzel, señaló que los afectados no han sido detenidos por dicho organismo. En iguales términos responden la jefatura de Zona Metropolitana de Carabineros; la Jefatura de la III Zona Policial de Investigaciones y Gendarmería. Por su parte el Ministro del Interior de la época, Sergio Fernández Fernández, informó a la Corte que "no se ha dictado orden o resolución alguna que afecte a los amparados". El Jefe del Registro Nacional de Vehículos Motorizados allegó a la causa los certificados de anotaciones de los vehículos correspondientes a las patentes mencionadas en la presentación del recurso, ninguna de las cuales coincidió con las descripciones dada por el testigo del vehículo en que se movilizaban los aprehensores.

            Con fecha 13 de octubre de ese año, la Corte de Apelaciones, a petición de la parte recurrente, resuelve oficiar al entonces Subsecretario del Interior, Alberto Cardemil, quien en publicación del diario La Tercera, de fecha 7 de octubre de 1987 señaló: "…que el gobierno se había enterado a través de los medios de comunicación social del presunto desaparecimiento de esos cuatro sujetos …que inmediatamente se había solicitado a los servicios de orden y seguridad que hicieran las averiguaciones correspondientes", a fin que informe a la Corte esos antecedentes reunidos en dicha investigación. La declaración de Alberto Cardemil, agrega que "no debe extrañar mayormente esta situación. La acción comunista mezcla la espectacularidad y la publicidad con la clandestinidad. Ese es su modo de trabajar y actuar, así es que es muy probable que esto se deba a un 'sumergimiento' de esta naturaleza".

            Con fecha 18 de noviembre de 1987, y pendiente aún la respuesta del citado Subsecretario del Interior del gobierno militar, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el recurso de amparo, ordenando remitir los antecedentes al Tribunal del Crimen correspondiente. Apelada dicha resolución, ésta fue confirmada con fecha 26 de noviembre de 1987 por la Corte Suprema de Justicia.

            Con fecha 30 de octubre de 1987, su cónyuge doña Verónica Bravo Rodríguez, interpuso ante el Décimocuarto Juzgado del Crimen de Santiago, una denuncia por Presunta Desgracia en favor del afectado, rol N°93.230 VF. La CNI, por intermedio de su Vice Director Nacional, Brigadier Humberto Leiva Gutiérrez, informó al Tribunal que el afectado no registra antecedentes en dicho organismo. En iguales términos informaron Investigaciones de Chile y el Departamento OS-7 de Carabineros. Por su parte, la jefa administrativa del Servicio Médico Legal de Santiago, informó con fecha 23 de Febrero de 1987 que el afectado no figura en los registros de dicho servicio. En el mes de diciembre de 1987 el Tribunal reiteró citación a tres personas individualizadas en el escrito principal, quienes compartían con el afectado el inmueble ubicado en Diagonal Los Presidentes en la comuna de Ñuñoa, Santiago. Se desconocen los antecedentes referidos a la tramitación posterior de esta causa.

            Por otra parte, en los autos rol 148.956-H, del Tercer Juzgado del Crimen de Santiago, por secuestro de Alejandro Pinochet Arenas, con fecha 14 de Abril de 1989 se acompañó fotocopia de la revista "Pluma y Pincel" N°66 del 16 de Mayo de 1989, en la que se publicó un reportaje basado en cintas magnéticas que contienen la grabación de las comunicaciones radiales de los Servicios de Seguridad del día 9 de septiembre de 1987, y que trata del despliegue llevado a efecto para "detener sin testigos" a tres personas, a las que se menciona en esa comunicación mediante apodos. Por tanto, en mérito de ello, se pidió al Tribunal investigar dichos antecedentes, por la vinculación que pudiese existir con la desaparición de los cinco jóvenes comunistas acaecida en el mes de septiembre de 1987. Compareció ante el juez don Francisco Herreros Mardones, periodista, quien tuvo a su cargo la publicación del artículo en la citada revista, el que señaló que el reportaje tuvo su fuente en tres cassettes grabados que se hicieron llegar a "Pluma y Pincel", junto a una breve nota suscrita por la Comisión Política del MIR, con la indicación de que se trataba del secuestro de algunos de los desaparecidos en septiembre de 1987. Se trata de un trabajo de interferencia de las comunicaciones de los servicios de seguridad, cuya finalidad era establecer los procedimientos y modus operandis de dichos servicios. Este testigo señala haberse contactado con algunos familiares de las personas desaparecidas en dicha oportunidad, una de las cuales reconoció como su casa uno de los lugares mencionados en la grabación, ubicada en Narbona con Ramón Cruz, Villa Frei, Santiago. Al respecto, los agentes vigilaban a un tal "Silvio" (el afectado era admirador del trabajo musical del cantautor cubano Silvio Rodríguez), que de acuerdo a los hechos consignados en las cintas magnéticas, y no obstante el lenguaje en clave utilizado por los agentes, pudo tratarse de la detención de Manuel Jesús Sepúlveda Sánchez quien se encuentra en calidad de detenido desaparecido desde el 9 de septiembre de 1987.

            El Informe final de febrero de 1991 de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, consigna que Manuel Jesús Sepulveda Sánchez fue detenido el día 9 de septiembre de 1987 en Santiago, en la vía pública, por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI). Desapareció junto a otros cuatro militantes del Partido Comunista. Meses antes de su detención, el domicilio de su conviviente había sido allanado por agentes que lo vigilaron durante varios meses.      


Piloto de Augusto Pinochet confesó haber lanzado al mar a cinco frentistas en 1987

Fuente :La Nación 17 de Julio 2006

Categoría : Prensa

Un hombre al que Augusto Pinochet siempre le confió su vida fue quien rompió el silencio en el proceso por la desaparición de los cinco militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), ocurrido en 1987, sustanciado por el ministro Hugo Dolmestch.

Apodado el “Chino Campos” por sus camaradas en el Comando de Aviación del Ejército -y uno de los pilotos de confianza del ex dictador- contó hace algunas semanas al magistrado cómo en septiembre de 1987, su jefe, el coronel Mario Navarrete, le ordenó usar uno de los helicópteros institucionales para viajar junto a un subalterno hasta la zona de Peldehue a buscar unos paquetes.

Estos últimos eran nada menos que los cuerpos de los frentistas Gonzalo Fuenzalida Navarrete, Julio Muñoz Otárola, José Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas y Manuel Sepúlveda Sánchez, quienes habían sido detenidos días antes por agentes de la desaparecida Central Nacional de Informaciones (CNI), para canjearlos por el coronel Carlos Carreño, secuestrado por el grupo

paramilitar de izquierda.

Viaje secreto

El ministro Dolmestch hizo un verdadero trabajo de joyería junto con la Policía de Investigaciones en este caso. Y ello, porque el círculo estaba completamente cerrado y compartimentado en torno al manejo de la información sobre estos hechos. Pero el tiempo pudo más.

El “Chino Campos” relató que para dicha operación viajó junto a su copiloto, un oficial que aún está en servicio activo en la institución, en una agregaduría militar en Europa, cuya identidad este medio se la reserva hasta que, posiblemente, el ministro lo procese en los próximos días.

De hecho el jefe de la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos Humanos, Rafael Castillo y su colega Mario Zelada, recorrieron el viejo continente buscando precisamente a un testigo clave para el proceso.

Para el caso del oficial activo, y como ha sido la tendencia en el Ejército con los funcionarios que estén involucrados en casos de violaciones de los derechos humanos, será alejado de la institución.

Pero el hecho de que se haya ocupado uno de los helicópteros de Pinochet no era una prueba suficiente, salvo porque el “Chino Campos” aseguró en su testimonio que la orden provino del ex dictador.

Pasos macabros

¿Pero cómo se configuró la operación? El ministro Dolmestch acreditó que la misma estuvo separada en tres etapas. La primera de ellas fue la detención de los frentistas. Por ese hecho -que sirvió en primera instancia para que fueran luego asesinados- están sometidos a proceso desde el 2002, el jefe de la CNI, general (R) Hugo Salas Wenzel, el comandante (R) Krantz Bauer Donoso, mayor (R) Álvaro Corbalán, capitán (R) Luis Sanhueza Ros; los suboficiales (R) Manuel Ramírez y René Valdovinos y los empleados civiles de Ejército César

Acuña, Manuel Morales, Luis Santibáñez y Víctor Ruiz Godoy.

Ahora bien, el ministro tiene una segunda convicción. Una vez detenidos los frentistas la orden venida desde el alto mando fue que el régimen no negociaba con terroristas. La sentencia de muerte entonces estaba firmada.

Fue así como en la CNI se designó a Francisco “Gurka” Zúñiga para que coordinara con el Ejército esta operación. El magistrado confirmó entonces cómo se consiguieron los fierros para amarrarlos a los cuerpos y lanzarlos al mar frente a San Antonio.

Rieles de la muerte

A fojas 1.655 del proceso declaran Romilio Lavín, por entonces jefe del cuartel Loyola, donde se arreglaban los autos de la CNI y su subordinado el oficial (R) Adrián Herrera Espinoza. El primero aseguró que Zúñiga le pidió “unos rieles que serían la base de un box de estacionamientos” que se construía, pero no se los entregó.

Sin embargo, una vez que abandonó el cuartel, supo que Zúñiga había vuelto a sus andanzas y, a través de una orden de Salas Wenzel, logró que Herrera Espinoza entregara los “materiales”.

“Fui informado, no recuerdo por quien, que retiraban unos trozos de rieles para un operativo que se iba a realizar en la noche por agentes operativos de la CNI”, dijo en su testimonio a fojas 1.723.

Pero el detalle más escalofriante vendría en la segunda etapa. Los frentistas, estando detenidos en el cuartel Borgoño de la CNI, fueron inyectados por un enfermero apodado “El Qüincy” con un veneno que los mató. Este verdadero doctor de la muerte se suicidó hace aproximadamente tres años en su casa.

Una tercera etapa fue el traslado hasta la zona de Peldehue, donde el rastro de los frentistas se perdió para siempre.


Fallo establece responsabilidad institucional de mandos del ejército

Fuente :La Nación Viernes 18 de julio de 2008   

Categoría : Prensa

El ministro Mario Carroza encausó también en calidad de autor del secuestro de los cinco militantes del FPMR al coronel activo Marco Antonio Bustos. El crimen fue coordinado entre la jefatura del Ejército, su Dirección de Inteligencia, y la CNI. En la operación también participó el Comando de Aviación de esta rama castrense. Ya van 27 oficiales y suboficiales retirados declarados reos por este crimen.

Una acción coordinada entre la comandancia en jefe del Ejército, la Dirección Nacional de Inteligencia del Ejército (DINE) y la Central Nacional de Informaciones (CNI), además del Comando de Aviación de la institución, fue la operación para eliminar en septiembre de 1987 a cinco militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).

La coordinación al más alto nivel la establecieron en la investigación judicial los ministros Hugo Dolmetsch, Haroldo Brito y Mario Carroza, quienes han tenido la causa en sus manos.

El actual magistrado a cargo de la indagatoria, Carroza, procesó ayer al ex vicecomandante en jefe del Ejército y ex integrante de la Junta Militar, general (R) Santiago Sinclair Oyaneder; al general (R) y ex jefe de la DINE, Hugo Prado Contreras, y el ex integrante del Batallón de Inteligencia Militar (BIE), actual coronel en servicio activo, Marco Antonio Bustos Carrasco, quien es el jefe del Departamento de Planificación de la División de Logística del Ejército.

Los tres fueron encausados en calidad de coautores del delito de secuestro calificado de los cinco militantes del FPMR.

Los dos oficiales generales y el oficial superior fueron arrestados y quedaron internados en el Batallón de Policía Militar en la comuna de Peñalolén.

Con estos tres encausados llegó a 27 el número de oficiales y suboficiales retirados declarados reos por este crimen.

En el marco de esta operación coordinada, el 21 de septiembre de 2006 el juez de Haroldo Brito procesó al entonces director de la CNI, general (R) Hugo Salas Wenzel, y a otros diez ex agentes de ese organismo, entre ellos el jefe operativo Alvaro Corbalán y el jefe de la Brigada Antisubversiva, Kranz Bauer Donoso.

En la investigación logró establecerse que los cinco frentistas, Julián Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas, Manuel Sepúlveda Sánchez, Gonzalo Fuenzalida Navarrete y Julio Muñoz Otárola fueron secuestrados entre el 9 y 10 de septiembre de 1987, como posibles rehenes de canje por el coronel de Ejército Carlos Carreño Barrera, secuestrado el 1 de septiembre de 1987 por el FPMR. Carreño apareció finalmente el 3 de diciembre de 1987 en la ciudad Sao Paulo, Brasil, tras 93 días de cautiverio.

El juez Carroza sostiene en su auto de procesamiento que los cinco militantes fueron muertos "una vez que el coronel Carreño apareció". El dato es relevante, pues nunca se ha podido precisar la fecha exacta en que fueron asesinados.

Esa información agrega coherencia a la tesis jurídica de que la dictadura mantuvo vivos a los cinco frentistas para el probable canje hasta el último momento y que su muerte se decidió sólo después de que Carreño fue liberado por sus captores.

Es en este momento en que, según los antecedentes del proceso, entra a participar en el caso el general Santiago Sinclair, en su cargo de vicecomandante en jefe del Ejército, o más bien, de comandante en jefe en ejercicio o ejecutivo, dado que Augusto Pinochet ejercía como autodesignado Presidente de la República.

Una vez liberado Carreño, se produjo una reunión entre Sinclair, quien llevaba allí la voz del dictador Pinochet, el jefe de la DINE, Prado, y el director de la CNI, Salas Wenzel. En esa reunión Sinclair ordenó que había que hacer desaparecer a los cinco prisioneros.

La razón fue que ya a esa fecha y por la reestructuración que se había realizado, la CNI no podía mantener prisioneros en sus cuarteles. Los cinco militantes llevaban ya tres meses secuestrados, interrogados y torturados y el caso podía convertirse en otra arma en contra de Pinochet a un año del plebiscito de 1988.

Cuando secuestran a Carreño, la DINE, a través de su organismo operativo, el Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), formó un equipo a cargo de la investigación del secuestro del coronel.

Los oficiales de ese equipo, entre los que estaba el actual coronel activo Marco Antonio Bustos y el entonces jefe del BIE, actual general (R) Julio Cerda Carrasco, también encausado, mantuvieron durante todo el tiempo de cautiverio de Carreño un estrecho vínculo con la CNI. Incluso sus integrantes estuvieron varias veces en el cuartel Borgoño.

Prisión de sinclair

“Mi general, su Ejército está listo, para lo que usted lo necesite”, le dijo el general Santiago Sinclair al general Augusto Pinochet la noche del 5 de octubre de 1988, cuando internamente ya se sabía que el dictador había perdido el plebiscito y tendría que abandonar el poder.

Ese episodio da cuenta de la estrecha lealtad de Sinclair hacia su superior. En ese entonces, como cuando se decidió la muerte y desaparición de los cinco frentistas por lo que ahora está procesado y detenido, formalmente Sinclair era el vicecomandante en jefe del Ejército, pero en la práctica era su máxima autoridad, porque Pinochet ocupaba la primera magistratura nacional por obra y gracia de su Constitución.

De ahí que su procesamiento y detención sea recibida en el mundo de los derechos humanos como una señal que allana el camino a otros procesamientos a altos mandos de entonces. La noticia tiene además otro ribete institucional. Otro de los procesados está aún al servicio de la institución. Se trata del coronel Marco Antonio Bustos, jefe del Departamento de Planificación de la División de Logística del Ejército. El ministro Mario Carroza, a cargo de la investigación, encausó también en calidad de autor del secuestro de los cinco militantes del FPMR al entonces director de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), Hugo Prado Contreras.

El magistrado estableció que el crimen fue coordinado entre la jefatura del Ejército, la DINE y la CNI y que en la operación también participó el Comando de Aviación de esta rama castrense.

A bordo del puma

La forma que se eligió para hacer desaparecer a los cinco militantes fue la misma que utilizó la DINA para hacer desaparecer a sus víctimas: matarlas y tirar los cuerpos al mar. De esta manera, a través de Sinclair y con conocimiento de Pinochet, se autorizó la operación para que un helicóptero del Comando de Aviación del Ejército (CAE) fuera utilizado para lanzar los cuerpos al mar. Éstos fueron asesinados en Borgoño y sus cuerpos, debidamente ensacados y amarrados a trozos de rieles, son llevados al predio militar de Peldehue, al norte de Santiago, donde son cargados a bordo del helicóptero Puma del CAE que comandaron los oficiales Víctor Campo Valladares y Hugo Barría Rogers. Comandante del CAE en 1987 era el coronel Aquiles Navarrete Izanortegui, quien también está encausado en el proceso.

Los últimos desaparecidos

José Julián Peña Maltés: Soltero, 36 años al momento de su secuestro. Salió al exilio en Francia en enero de 1974. En 1985 se levanta su prohibición de ingreso al país. No se sabe la fecha exacta de su regreso a Chile, pero sí que estaba clandestino al momento de su secuestro. Fue visto la última vez con vida el 9 de septiembre. Su familia supo de su desaparición el 15 de septiembre de 1987, por la llamada telefónica de una mujer que no se identificó. En noviembre de ese año, Investigaciones informó que no registraba ingreso al país “por lo que es dable suponer que aún no retorna”. Fue rechazado su recurso de amparo.

Julio Muñoz Otárola: Separado, 27 años al momento de su desaparición. Estuvo casado con Cecilia Magni, la comandante Tamara, integrante del comando que atentó contra Pinochet en septiembre de 1986, asesinada luego en Los Queñes junto al comandante José Miguel, ambos del FPMR. Según informó Investigaciones, cuando desapareció tenía dos órdenes de detención pendiente en su contra, “por lo que es presumible que se encuentre oculto tratando de eludir la acción de la justicia”. El recurso de amparo a su favor fue rechazado.

Manuel Jesús Sepúlveda Sánchez:Casado, 27 años al momento de su detención. Vivía en la comuna de Ñuñoa, pero su familia residía en Valparaíso, en donde le vieron por última vez el 8 de septiembre. Sus amigos le vieron en Santiago el 9 por la mañana y quedaron de juntarse con él en la tarde; nunca llegó. Según informó entonces la CChDH, algunos testigos informaron que fue detenido el 10 de septiembre en Catedral con San Martín, por civiles que lo introdujeron a la fuerza dentro de un furgón utilitario. Se rechazó su recurso de amparo.

Alejandro Pinochet Arenas: Soltero, 23 años al momento de su desaparición. También domiciliado en Valparaíso y de paso por Santiago, debía regresar a su casa el 18 de septiembre, pero no fue así. Según testigos, fue secuestrado el 10 de septiembre, mientras viajaba en un bus de la locomoción colectiva, desde el que fue bajado a la fuerza por civiles en la esquina de Compañía con Amunátegui. En 1986 había sido buscado en su casa en el puerto, por orden del fiscal Torres, en relación al atentado contra el general Pinochet ocurrido el 7 de septiembre de 1986 en el Cajón del Maipo.

Gonzalo Iván Fuenzalida Soltero: 25 años al momento de su desaparición. Su novia fue la última persona en verlo, el 8 de septiembre, cuando el pasó a verla a una ferretería donde ella trabajaba. Quedaron de verse más tarde en un restaurante en Estación Central, pero nunca se vieron de nuevo. En esos días, la novia también fue detenida por un “caso sobre el cual existe prohibición de informar”, sostenía El Mercurio. Luego se supo que se trataba de Patricia Cancino, detenida el 4 de octubre. Su recurso de amparo también fue rechazado.


Magistrado Carroza imputa a cinco ex miembros de la CNI por casos de detenidos desaparecidos

Fuente :Radio universidad de Chile 8 de Octubre 2010

Categoría : Prensa

Fueron cinco las acusaciones que dictó el ministro en visita Mario Carroza en contra de ex agentes de la CNI por la desaparición de un grupo de militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, el último ocurrido durante la dictadura que encabezó Augusto Pinochet.
 

Entre los acusados están el ex general de Ejército Hugo Salas Wenzel, además del ex jefe operativo de la CNI, Álvaro Corbalán Castilla, y los agentes Kranz Bauer, Arturo Sanhueza Ross e Iván Quiroz Ruz.
 

Los militantes del FPMR desaparecidos son Gonzalo Fuenzalida Navarrete, Julio Muñoz Otárola, Manuel Sepúlveda Sánchez, Alejandro Pinochet Arenas y Julián Peña Maltés.
 

En la acusación presentada por el ministro Carroza afirma que los cinco frentistas fueron detenidos para realizar un canje con el entonces secuestrado teniente coronel Carlos Carreño.

 


Carta a Manuel Jesus Sepulveda

Fuente :“GRUPO 1110 PRESENTE. HONOR Y GLORIA A MANUEL JESUS SEPULVEDA”

Categoría : Antecedentes del Caso

Manuel, tengo la necesidad de escribirte, de traer a la memoria aquellos años en que te conocí. Llegaste a la Población flaco, con los ojos encendidos de sueños Revolucionarios, hablándonos del hombre nuevo, de la disciplina a cabros super indisciplinados, de la compartimentación, de la sublevación, de las nuevas formas de lucha para derrotar al tirano.

Recuerdas aquella pequeña pieza la primera vez que nos juntamos, éramos cinco entusiasmos, cinco corazones apretados y tu desplegaste toda tu magia para explicarnos a que nos enfrentábamos desde ese momento, de cómo cambiarían nuestras vidas. Seriamente nos hablabas de métodos conspirativos, de chequeos, contrachequeos, de medios, las formas de enfrentarse al enemigo y tu cuerpo demostraba con movimientos teatrales que causaban risas a esos muchachos que te bautizaron como “tiro loco”.

En aquel año ochenta y seis entrabas por las puertas de nuestras casas, nuestras viejitas te servían un tecito y luego te perdías por las calles de la Bandera a seguir tejiendo la red insurrecta. Nada sabíamos de ti, de donde venias, de tu familia porque nada debíamos conocer. Imagino que te alegraste cuando tus muchachos de la Bandera izaron el estandarte en la antigua plaza del 25 de Sta. Rosa, dando inicio a un nuevo foco de resistencia. Son tantas las acciones que se guardan compartimentadas en la memoria, tantas madrugadas Manuel, tantos amaneceres imaginando encontrarnos al fragor de los combates. Nadie imagino que nos ibas a dejar de la forma en que te fuiste. Que descuido se dejo deslizar, que error se filtro, que delación llego hasta los aparatos de seguridad. Conciencia existía de la probabilidad de caer, pero combatiendo. Para eso siempre se estaba preparado, no dejarse atrapar sin resistir. Demasiados ejemplos teníamos de tantos compañeros, devorados por la garra animal de las fuerzas de seguridad del dictador.

Tu ausencia se hizo presente en la Población, ya no aparecía el desgarbado flaco, el tiro loco no aparecía. Se hablaba de cinco compañeros desaparecidos, cinco frentistas. Hasta que mostraron sus rostros y entre ellos estabas tu. Tu Manuel Jesús Sepulveda, nuestro Tiro Loco nos sonreía, desde la portada. Te habían atrapado junto a otros hermanos, ocultados, desaparecidos.

Pasaron los años y ya ves las cosas no cambiaron como soñábamos, estamos ahora todos de alguna forma vivos. Ahora cada uno realiza sus vidas, tenemos nuestras familias, trabajamos y a veces nos juntamos para recordar y recordarte.

Nosotros ya sabíamos que habías sido lanzado al mar, la verdad siempre estuvo presente, pero nadie podía demostrarlo. Ahora aparece quien te condujo a ese viaje final, su conciencia al parecer no lo dejo tranquilo y se decidió a hablar. Te envenenaron primero junto a los otros compañeros, desde colina envuelto en sacos y con rieles de acero, los subieron a un helicóptero y los llevaron en su ultimo vuelo hacia el mar, frente a las costas de la V región fueron lanzados, fondeados, ocultándolos, compartiendo el destino de tantos y tantos que no temían luchar.
Hermano, te cuento que en uno de los homenajes de recuerdo a la memoria de Uds. conocí las calles de donde venias, desde los cerros de Valparaíso, que eras casado, conocí a tu hijo y en nombre de todos los que combatimos contigo, me cuadre frente a el, con los ojos llenos de lagrimas.

 


¿Qué significado tienen los memoriales de los detenidos(as) desaparecidos(as) para sus familiares?

Fuente :elclarin.cl, 27 de Noviembre 2021

Categoría : Prensa

La instalación de Placas y Memoriales para rescatar la memoria histórica popular y rendir homenaje a las luchadoras y luchadores populares constituyen un potente ejercicio de memoria política y de pedagogía popular, pero más allá de estos necesarios e importantes objetivos creo que es necesario asimismo preguntarse qué significado tendrán estos espacios para los familiares directos, especialmente cuando se refiere a compañeras o compañeros detenidos desaparecidos.

La desaparición forzada de personas es una de las prácticas represivas más brutales, repudiables y carentes de la más mínima consideración de humanidad, que fue utilizada masivamente en contra de los luchadores y luchadoras populares durante la dictadura cívica militar encabezada por Augusto Pinochet en nuestro país.

En septiembre del año 1987 cinco militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez fueron secuestrados, torturados, asesinados y posteriormente hechos desaparecer lanzando sus cuerpos a las profundidades del mar frente a las costas de la región de Valparaíso. Estos compañeros fueron los últimos Detenidos Desaparecidos de la dictadura y entre ellos está Manuel Jesús Sepúlveda Sánchez. Precisamente en memoria y homenaje de este compañero porteño el pasado 12 de septiembre del 2021 se instaló una Placa de Memoria en la plazoleta Carvallo, en el cerro Playa Ancha, en un lugar desde el cual al colocarse junto a ella se puede observar el mar.

Desde la instalación de este Memorial, Verónica Bravo, su esposa y compañera, acude regularmente a visitar el lugar “para conversar mentalmente con el “Lolo”, porque así lo llamaba yo, limpiar la placa y su entorno, junto con colocarle claveles rojos frescos, porque así siento que esta plaquita se ve con vida”, me dice ella.

Hoy jueves 25 de noviembre acordamos encontrarnos para conversar de lo que ha significado para ella la existencia de este Memorial ubicado en Playa Ancha. Cuando voy llegando al lugar, a la distancia la observo limpiar con un paño la plaquita de Manuel como si se tratara de un delicado y preciado cristal; de pronto percibe mi presencia, se gira hacia mí, nos saludamos y me acerco a conversar, como habíamos acordado.

Como nos conocemos desde hace algún tiempo la conversación fluyó con naturalidad, pero no puedo dejar de mencionar la emoción y el agradable impacto que me produjo el observar su rostro mientras entregaba su relato, trasmitiéndome con serenidad una paz interior, una tenue satisfacción de alegría y mucho amor cuando recordaba a su compañero Manuel, produciendo en torno a ella una atmósfera de luminosa energía que en más de una oportunidad me produjo la sensación de estar viendo la imagen de Manuel a través de la transparente mirada de Verónica.

Transcribo a continuación el hermoso y emotivo testimonio recogido en esta conversación:

Verónica, estos ejercicios de memoria que consisten en colocar una placa o construir un memorial en homenaje a las compañeras y a los compañeros que no están físicamente con nosotros son muy necesarios, pero creo que nunca me había preguntado ¿qué significa esto para ustedes, para los familiares, más allá de lo relacionado con lo político, con el aspecto militante, ¿qué me puedes decir al respecto?

“Mira, hace tiempo, cuando yo conversaba con la Rosita (1), yo tengo harta confianza con ella, le decía mira yo sé que lo que tú pasaste es muy tremendo también, muy doloroso, muy triste, pero tú por lo menos tienes donde ir, eso es lo que a mí me hace falta, porque no tengo donde ir a poner una flor; nosotros como familia lo recordamos siempre, pero desearía tener algo físico donde ir. Yo a veces vengo, me siento aquí y eso como que me da una tranquilidad. Yo digo que a este lugar vengo a ver al “Lolo”, porque así le decía, y a mi hijo le digo, Seba, voy a ver al Lolo.

Esto ha sido muy importante para mí, por eso lo cuido y me da pena cuando a veces llego y está todo rayado, pero siempre ando trayendo un pañito y otras cosas para limpiarlo. Para mí es un lugar reconfortante, porque es un espacio de él. Sería muy importante que todos los detenidos desaparecidos tuvieran un espacio así, porque no todos tienen un espacio. Uno se pregunta dónde están, pero no hay un lugar físico, es una dolorosa incertidumbre. Nosotros hemos vivido todos estos años con la incertidumbre, aunque nos dijeran que los lanzaron al mar, pero como no podemos dar certeza de aquello, entonces una se pregunta ¿será verdad que lo tiraron al mar o lo hicieron desaparecer en otra parte? Eso duele mucho.”

Tienes mucha razón, por eso te comentaba que cuando se realizan estos memoriales uno se preocupa más del aspecto político, de la memoria histórica popular, pero no del dolor, de las emociones, de las necesidades y de la intimidad de los familiares…

“Claro, mira, a estas alturas de la vida una ya sabe que él ya no está, eso lo he asumido con el pasar de los años, aunque la incertidumbre siempre estaba presente, entonces por eso viene esa necesidad de tener un espacio físico, un espacio más íntimo. Por ejemplo, yo me siento aquí con él, con él digo yo porque ahora que está esta placa  siento que está él aquí conmigo. En la plaquita está su nombre, está lo que él hacía, está quién era y entonces me empiezo a recordar de las cosas que él hacía. Él jugaba básquetbol, fue varias veces dirigente vecinal, militó en las Juventudes Comunistas, uno empieza a recordarse de muchas cosas bonitas que él hacía, tocar la guitarra y cantar y todas esas cosas te fortalecen. Te llenas de las cosas buenas de cuando él estaba y eso te fortalece, y ahora con mayor razón al tenerlo acá.”

 ¿Habitualmente te sientas acá o en ocasiones bajas a la playa, para estar a la orilla del mar?

“Mira cuando vengo lo primero que digo es que ojalá no me vaya a encontrar con una sorpresa desagradable, que hayan destruido la plaquita. Aquí encima le pusimos un acrílico, pero ese lo sacaron, y otro día estaba rayado por todos lados con plumones, pero menos mal que siempre ando con cosas para limpiarlo, entonces lo dejé impeque. Ahora tiene estas rayas que le hicieron encima, con un clavo parece, pero ya lo limpié bien y le puse estos claveles rojos porque así se ve más bonito, le da vida y me gusta que las flores estén fresquitas.

Como te decía, para mí ha sido muy importante esto, es como que me da más tranquilidad, me siento aquí al lado y como ya te decía, me recuerdo como era, que era muy inquieto, hiperquinético, le gustaba hacer una cosa y otra, era súper deportista, hacía natación, básquetbol, karate, le gustaba la música de Silvio Rodríguez.”

¿Sabes si utilizó como nombre político el de Silvio?

“Sé que usó varios nombres, pero no estoy segura si usó el de Silvio, para algunos era Jackie, para otros era Andrés, para otros era simplemente el Flaco no más, porque era alto y delgado”

¿Esa parte de la vida militante clandestina, la parte afectiva entre los hermanos(as) del Frente Patriótico la has podido ir conociendo?

“Me he encontrado en estos años con compañeros que trabajaron con él y me cuentan que era hiperkinético, que le gustaba estar en una y otra actividad, muy buena persona, sin dobleces, y él era así porque a quien podía ayudar lo hacía, sin importarle quien fuera, en qué posición estuviera, porque como poblador y como dirigente poblacional trabajaba por los vecinos. Cuando entró al Frente, lo dio todo por la causa. Una de las últimas veces tuve una discusión con él, porque el Seba estaba chico, tenía como siete años, y él se fue a Santiago a trabajar por el Frente, entonces yo le decía tu hijo te necesita, que estés con él, porque está creciendo y ve que los otros niños están con sus papás, que los van a buscar al colegio y todo eso…”

Es una situación compleja esa, porque ahí aparece este aspecto del abandono, que es un fenómeno muy difícil de comprender a si no se tiene en cuenta el contexto en que se toman ciertas decisiones y opciones más radicales…

“Claro, en esos momentos él me decía yo sé que tengo mi familia, que la quiero mucho, pero es que también tengo otra familia con la que estoy muy comprometido con eso, la familia de mis hermanos del Frente y no es cosa de llegar y decirme quedo acá no más. Él había tomado una decisión, estábamos en una dictadura brutal y él tomó esa decisión con mucha responsabilidad.

Nosotros también siempre conversábamos sobre qué haría yo si a ti te pasa algo, si te detienen, qué tendría qué hacer. Nosotros nunca pensamos que lo harían desaparecer, eso nunca lo conversamos porque no se nos pasó por la mente que podía pasar.”

Esa es una de las atrocidades más grandes que se cometen porque con esa ausencia te mantienen permanentemente en estado de angustia…

“Claro, porque una está siempre esperando, no sé, que aparezca, siempre es esperar, esperar, esperar, por eso te decía que yo ahora estoy más tranquila, asumí esta pérdida y estoy haciendo el duelo con esta plaquita, a mí me ha servido mucho. Esto es algo muy simbólico.”

O sea que después de todos estos años, desde el 87 hasta ahora en el 2021 recién estás haciendo verdaderamente el duelo…

“Sí, por eso estoy más tranquila. Estoy en la casa y de repente digo ahora voy a ir donde el Lolo, vengo hasta acá, me siento, estoy un rato, además que el lugar es tan agradable, es un espacio abierto, lleno de vida, siempre hay gente, niños jugando, los jardines y flores que arreglan los trabajadores de la Municipalidad. Por eso elegí este lugar, y también porque con el Lolo veníamos a la playa y él se tiraba los tremendos piqueros de ahí de las rocas, porque era súper bueno para nadar, veníamos a las Torpederas, a la Carvallo.”

Me decías que era muy buen deportista…

“Jugaba fútbol en la población, él se iba a la cancha cuando estábamos pololeando, vivía un poco más arriba que yo, en el cerro San Juan de Dios, en la población 18 de septiembre, yo vivo a la subida del cerro y él vivía mucho más arriba, entonces lo veía cuando bajaba a jugar a la pelota en el Club 18 de Setiembre, ahí jugaba fútbol, pero esa cancha ya no está en la población, porque ahora está lleno de casas. Yo lo iba a ver jugar a la cancha del Auditorio Pérez Freire. Me acuerdo que en básquetbol jugaba por la Sportiva”

Es curioso, pero a varios compañeros militantes del Frente Patriótico que son de acá de Valparaíso les gustaba mucho jugar fútbol…

“Sí, claro, el Ramiro, el Mauricio Larenas, los del cerro Esperanza, tienes razón…”

¿Y a Manuel le gustaba algún equipo de fútbol en particular?

“Fíjate que no, no era fanático de ningún equipo en particular, a él le gustaba el fútbol no más y le gustaba jugar en la población; estoy hablando de cuando éramos cabros chicos, de los 14 o 15 años…”

¿A qué edad se conocieron?

“Desde esa época, cuando yo tenía 14 años y él tendría 15. Yo fui mamá muy joven, a los 18 años y él tenía 19, pero estábamos feliz con nuestro hijo. Nos conocimos en el 76 o 77 y nos casamos el año 80. Alcanzamos a estar juntos como diez años, porque el desapareció en el 87.”

Cuando Manuel se va a trabajar a Santiago por el Frente, ¿tuvieron contacto familiar después?

“Claro, no era muy seguido, pero él venía, o si no otras veces yo iba a verlo. Conocí hasta la población La Victoria, porque él me llevó para allá, conocí algunos compañeros que ya no están y eso me da pena, porque una dice puchas, los conocí, estuve compartiendo con ellos, estuvimos conversando, y los mataron; eso igual es muy triste. Eso es parte de mi vida y una no se lo puede sacar de la mente así como así no más.”

En medio de la conversación llegó Sebastián, el hijo de Manuel y Verónica, quien luego de saludarnos se sentó un poco más abajo de donde nos encontrábamos y permaneció en silencio hasta que finalizamos esta íntima y emotiva conversación. Un bullicio proveniente de un grupo de niñas y niños llenó de pronto el espacio en donde se ubica la Placa de Memoria en recuerdo y homenaje a Manuel Sepúlveda, observándonos con sus miradas curiosas mientras pasaban por nuestro lado descendiendo por la escalera rumbo a la playa Carvallo.

 

  • NOTA: La compañera Rosita a quien se refiere Verónica es Rosa Alfaro, una activa luchadora popular durante la dictadura, militante poblacional y de los Derechos Humanos, esposa de Julio Guerra Olivares, combatiente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez quien fue asesinado el 16 de junio de 1987 en la llamada “Operación Albania”. Precisamente fue la organización popular de carácter social y cultural Fundación Julio Guerra Olivares, por el Arte de Vivir con Dignidad, encabezada por Rosita, la que llevó adelante la iniciativa junto con Verónica para concretar la instalación de esta Placa de Memoria en homenaje a Manuel Sepúlveda.

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 25 noviembre 2021


Homenaje en Valparaíso a los últimos cinco detenidos desaparecidos en dictadura

Fuente :resumen.cl 4/9/2021

Categoría : Prensa

La Fundación Julio Guerra realizó este domingo 12 de septiembre un acto en homenaje a los cinco combatientes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que fueron secuestrados entre el 05 al 10 de septiembre de 1987 y desde esa época pasaron a formar parte de la abultada lista de detenidas y detenidos desaparecidos, crimen de lesa humanidad que constituye una de las formas más siniestras del terrorismo de Estado implementado por la dictadura. En esta operación participaron coordinadamente agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI), de la Brigada de Inteligencia del Ejército (BIE) y del Comando de Aviación del Ejército.

Por Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso

Esta actividad forma parte de un trabajo que vienen realizando distintas organizaciones de derechos humanos en la región, pero en este caso específico es una actividad llevada adelante por la Fundación Julio Guerra de Viña del Mar, con el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos de Valparaíso, cuyo objetivo es ir conformando una Ruta de la Memoria mediante la instalación de Placas y Memoriales que recuerden a las luchadoras y los luchadores populares asesinados, ejecutados o hechos desaparecer durante el período de la dictadura encabezada por Augusto Pinochet. Julio Guerra es uno de los 12 combatientes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez asesinados en la denominada "Operación Albania" el 15 y 16 de junio de 1987.

La convocatoria realizada por la "Fundación Julio Guerra Olivares, Por el arte de Vivir con Dignidad", organización popular de carácter cultural y social, denominó a esta actividad "GRITOS DEL MAR: LOS 5 EN LA MEMORIA", manifestando que nada está olvidado, nadie está olvidado.

Esta ceremonia se realizó en la "Plaza de Los Loros", ubicada a un costado de la Facultad de Odontología, por debajo de un recinto de la Armada y frente a la Playa Carvallo de Valparaíso, lugar hasta donde concurrieron familiares y decenas de compañeras y compañeros, quienes dieron vida a una emotivo acto político cultural que se inició con el impactante baile de la cueca sola realizado por Olga Jeria, hermana de un detenido desaparecido, coreografía que fue creada por la Agrupación de Familiares de Detenidas y Detenidos Desaparecidos (AFDD) precisamente para simbolizar la ausencia de los seres queridos.

Luego de esta poderosa y emotiva danza, María Antonieta Vega, conductora del evento, leyó uno a uno los nombres de los cinco compañeros desaparecidos: MANUEL JESÚS SEPÚLVEDA SÁNCHEZ – JOSÉ JULIÁN PE'A MALTÉS- GONZALO IVÁN FUENZALIDA 

NAVARRETE- JULIO ORLANDO MU'OZ OTÁROLA- ALEJANDRO ALBERTO PINOCHET ARENAS, y a medida que los iba nombrando las y los participantes coreaban con sus puños en alto ¡Presente!

La música también formó parte de esta actividad, un grupo de persona entregó su arte interpretando hermosas y combativas canciones.

A nombre de la Comisión Chilena de Derechos humanos hizo uso de la palabra Alicia Zúñiga, quien además integra el Concejo Municipal de Valparaíso, para expresar que: "es un honor estar presente acá y quiero saludar a todos los compañeros y en especial a las compañeras familiares de Detenidos Desaparecidos que se encuentran hoy presentes en este acto de homenaje y memoria. Este es un acto para los cinco compañeros desaparecidos en septiembre de 1987 y quiero brindarle un gran abrazo a Verónica, puesto que este acto tiene un particular significado emotivo para ella y su familia. En ese sentido el estar acá haciendo este acto es un homenaje a nuestros compañeros en las diversas dimensiones que alcanzaron en sus vidas, hombres jóvenes llenos de fuerza, de todo ese ímpetu que los llevó a actuar sin vacilaciones en contra de la dictadura."

Antes que se procediera a destapar la Placa en Memoria de Manuel Sepúlveda Sánchez, «un ciudadano porteño que fue parte de una historia trascendental para Chile", como expresó la conductora del acto, la compañera Rosa Alfaro, Presidenta de la Fundación Julio Guerra, hizo uso de la palabra para manifestar:

"Es muy importante que cada uno de ustedes sea un mensajero de esta actividad y de este homenaje. Creo que de todos y cada uno de los compañeros Detenidos Desaparecidos debería haber una Placa o un Monolito. Es tarea de cada uno de nosotros recuperar esta Memoria en nuestra población, en nuestros barrios, en nuestras ciudades.

Hay que tomarse las plazas, la verdad es que nosotros hemos seguido una Ruta de la Memoria y nos hemos tomado las plazas, hemos pedido permiso para realizar los actos solamente, pero no para poner las Placas, así que es una tarea muy importante porque es nuestro compromiso con la memoria, porque el compromiso con los compañeros ya lo tenemos, estamos comprometidos eternamente con ellos, por lo tanto nuestra lucha es por la memoria y también por la justicia social.

Construir estos monumentos es necesario porque aquí en el entorno hay personas, hay una población que también tiene que saber quiénes son los responsables de las torturas, de los asesinatos. Más arriba hay un recinto militar, aquí estamos frente a ellos, a cara descubierta y con nuestras manos limpias diciendo que seguimos en la lucha y no olvidamos».

Verónica Bravo, cónyuge de Manuel Sepúlveda Sánchez, procedió a destapar la Placa de Memoria en donde está escrito: "HOMENAJE AL COMPA'ERO MANUEL SEPÚLVEDA DETENIDO -DESAPARECIDO EL 5 DE SETIEMBRE DE 1987".

Al cumplirse 34 años del desaparecimiento de Manuel Sepúlveda, porteño de 28 años y militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, honramos su memoria y tenaz lucha por la defensa de los derechos humanos. Fue detenido y desaparecido junto a otros militantes, a través de un operativo conjunto entre la CNI., Batallón de Inteligencia del Ejército y el comando de aviación del Ejército durante la dictadura cívico-militar. "Quiero mirar la tierra hasta encontrarte, que tenemos que hablar de muchas cosas compañero del alma, compañero". «Su esposa e hijo. Valparaíso 12 septiembre 2021".

Una vez descubierta la Placa en Memoria de Manuel Sepúlveda comenzó a escucharse la canción "Dónde Quiera que estés", de Joan Manuel Serrat, que en parte de su letra dice: "donde quiera que estés te gustará saber que te pude olvidar y no he querido, y por fría que sea mi noche triste no echo al fuego ni uno solo de los besos que me diste…"produciéndose un momento emotivo y muy sobrecogedor.

Posteriormente un compañero a nombre del FPMR hizo entrega de una bandera de la organización a Verónica y se repartieron claveles rojos a las y los asistentes para luego bajar por las escalinatas de la plazoleta, atravesar la Avenida Altamirano y descender a la Playa Carvallo, lugar donde se lanzaron las flores rojas al mar.

Las potentes olas que reventaban en las rocas de la playa emitiendo un sonido rítmico y levantando su espuma blanca, se transformó en un espacio y un grito de libertad que recibió en su vientre las flores, abrazándolas y transportándolas pausadamente mar adentro con su oleaje.

Como un símbolo más de esta ceremonia el color azul del mar, el rojo de los claveles y el blanco de la espuma se mezclaron formando el tricolor de la bandera del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.

Los cuerpos de los cinco compañeros Detenidos Desaparecidos fueron lanzados al mar frente a la costa de la localidad de Quintay, pero transformados en energía hoy son parte del inmenso mar que baña las playas de Valparaíso y las costas de todo Chile.

Una vez terminada la actividad me acerqué a conversar con la compañera Rosa para que me relatara como nació esta iniciativa, y esto es lo que ella me expresó:

"Nosotras consideramos que era muy importante colocar esta placa, aunque a la Vero le costó un poco asumirlo, porque es una manera de hacer un duelo, un rito, de saber que hay un lugar donde puedes ir a poner una flor, sobre todo cuando se trata de compañeros desaparecidos. Nos parece muy importante para las personas, para la familia, para los hijos, saber que hay un lugar determinado donde poder ir. Lo quisimos de hacer de esta forma, mirando el mar.

En la mañana se hizo un rito en la playa muy íntimo donde participó la Vero y unas compañeras. Allí se quemó una carta escrita para Manuel y aún cuando estaba lloviendo la carta no se apagó y siguió ardiendo. Eso fue como a las 10.30. A las once estuvimos acá arriba entregándole algunos mensajes al Manuel y después vino el acto.
Esto está lleno de simbolismos, no solamente para la Vero, para todos, porque igual esto de los compañeros Detenidos-Desaparecidos también es un duelo eterno. Y en estos casos todos sabemos lo que significa el mar.
Paradójicamente Manuel venía a esta playa a tirarse piqueros y le gustaba mucho nadar en el mar, entonces también es simbólico, el mar en un momento le dio alegría y luego se convirtió en su tumba.

Este acto lo planteamos cuando fuimos al cementerio para conmemorar la operación Albania y allí la Vero dijo, "que pena que no tenga ningún lugar donde recordar a Manuel", entonces allí nació la idea de hacer este Memorial, de colocar esta Placa en esta plaza».

Con estos antecedentes me acerqué a conversar con Verónica Bravo, la compañera y esposa de Manuel Sepúlveda, para consultarle si era posible incluir un relato sobre la ceremonia efectuada durante la mañana, contestándome positivamente y transcribo a continuación lo expresado por ella:

"Con anterioridad a este acto público estuvimos con unas compañeras haciendo una ceremonia para despedir a Manuel en forma simbólica. Esta despedida fue muy importante, porque lo vamos a seguir recordando, pero ya no con tanto dolor, porque el siempre va a estar con nosotros en nuestros corazones.

Yo hice una carta para Manuel donde escribí todo lo que sentía, lo que siento y eso para mí tuvo un significado muy importante, porque son cosas que tenía muy guardadas en mi corazón. Me quedé como un poco más tranquila, porque de alguna manera lo solté, lo dejé ir. La carta la quemamos como una forma de que se transformara en fuego, en energía y así estará para mí presente en cualquier lugar».

 

 

 

 

 

 


Los cinco rodriguistas desaparecidos en septiembre de 1987

Fuente :elrodriguista.org 8/9/2020

Categoría : Prensa

Entre el 9 y 10 de septiembre de 1987 fueron secuestrados y desaparecidos 5 jóvenes militante del FPMR por la CNI. Fueron los últimos desaparecidos de la dictadura terrorista.

Ellos son, el ingeniero José Julián PEÑA MALTES, detenido el 9 de septiembre de 1987, el técnico Julio Orlando MUÑOZ OTAROLA, detenido en la vía pública el 9 de septiembre de 1987, al igual que el tornero mecánico Manuel Jesús SEPULVEDA SANCHEZ, detenido después de las 19:00 horas del 10 de septiembre de 1987, luego de salir de su domicilio en Santiago, el técnico automotriz, Alejandro Alberto PINOCHET ARENAS, detenido ante testigos en la vía pública en un vasto operativo el 10 de septiembre de 1987; y el mueblista Gonzalo Iván FUENZALIDA NAVARRETE, detenido entre el 9 y el 10 de septiembre de 1987, luego que agentes de la CNI el 3 de septiembre del mismo año allanaran el domicilio de su novia y llegaran preguntando por un apodo de la víctima.

A pesar que el arresto de los rodriguista fue negado por las autoridades y la jefatura de la CNI, luego fue acreditado que fueron llevados al cuartel Borgoño de la CNI donde fueron torturados y con posterioridad lanzados al mar en la costa central.

Todos los años, militantes del MPMR y de distintos colectivos de izquierda rinden homenaje a los 5 héroes populares en el Cuartel Borgoño hoy ocupado por la PDI.

Honor y gloria a José Julián, Julio Orlando, Manuel Jesús, Alejandro Alberto y Gonzalo Iván.

 

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Corte Suprema condenó a 33 represores por frentistas lanzados al mar en 1987

Miércoles, 22 de Marzo de 2017 a las 10:53hrs.  Autor: Cooperativa.cl

La Corte Suprema condenó a 33 ex agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI), del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) y del Comando de Aviación del Ejército, por su responsabilidad en los secuestros calificados de Julián Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas, Manuel Sepúlveda Sánchez, Gonzalo Fuenzalida Navarrete y Julio Muñoz Otárola, ilícitos perpetrados a partir de septiembre de 1987.

En un fallo dividido la Segunda Sala del máximo tribunal acogió un recurso de casación presentado en contra de una sentencia dictada previamente por la Corte de Apelaciones de Santiago y dictó una sentencia de reemplazo que condenó a los agentes Álvaro Corbalán Castilla y Hugo Salas Wenzel a penas de 15 años de cárcel en calidad de autores de los referidos secuestros calificados.

Iván Quiroz Ruiz, Gonzalo Maas del Valle, Raúl Durán Martínez, Luis Santibáñez Aguilera, Víctor Ruiz Godoy, Juan Jorquera Abarzúa, Hernán Vásquez Villegas, Sergio Mateluna Pino, José Fuentes Pastenes, Juan Carlos Orellana Morales, Roberto Rodríguez Manquel, Alejandro Astudillo Adonis, José Salas Fuentes, Heraldo Velozo Gallegos, Marco Antonio Pincheira Ubilla, Jorge Ahumada Molina, José Morales Morales, Ema Ceballos Núñez, Patricio González Cortés, César Acuña Luengo y René Valdovinos Morales deberán purgar 10 años y un día de presidio.

Los ex agentes Luis Arturo Sanhueza Ross, Manuel Morales Acevedo y Manuel Ramírez Montoya, Aquiles Navarrete Izarnótegui, Fernando Rojas Tapia, Julio Cerda Carrasco, Marco Antonio Bustos Carrasco, Hugo Prado Contreras y Rodrigo Pérez Martínez fueron condenados a penas de cinco años y un día de presidio.

En tanto, Mario Campos Valladares debe purgar tres años y un día de presidio, pero con el beneficio de la libertad vigilada. El agente Hugo Barría Rogers fue absuelto de los cargos.

En el aspecto civil, la Suprema confirmó las demandas de indemnización presentadas en contra del Estado de Chile y fijó en 380 millones de pesos el monto total a pagar a los familiares de las víctimas.

Lanzados al mar

En la investigación de la causa el ministro en visita Mario Carroza logró establecer que las cinco víctimas fueron secuestradas en represalia por el plagio del coronel de Ejército Carlos Carreño (ocurrido el 1 de septiembre de 1987) y hechas desaparecer en un operativo conjunto entre la CNI, el BIE y el Comando de Aviación del Ejército donde los cuerpos fueron arrojados al mar en las costas de Quintay.

Los cinco miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez fueron trasladados al Cuartel Borgoño de la CNI, y «antes de la liberación del Coronel Carreño en Brasil, no siendo posible efectuar un canje, se decide por los organismos de seguridad la eliminación de los detenidos».

«Organizan un operativo que permite sacar los cinco cuerpos como bultos del recinto en que se encontraban privados de libertad, al parecer sin vida o previamente drogados, y fueron transportados en un helicóptero del Comando de Aviación del Ejército desde el Fuerte Peldehue hasta las costas de Quintay, donde finalmente se arrojaron sus cuerpos al mar atados a durmientes», se lee en el fallo