Fecha Detención : 31-08-1975
Lugar Detención : Angol
Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Comerciante
Estado Civil e Hijos : Casado, 3 hijos
Nacionalidad : chilena
Relatos de Los Hechos
Fuente :informe corporación
Categoría : Antecedentes del Caso
Rut : 4.817.986
F.Nacim. : 23-05-44, 31 años a la fecha de la detención
Domicilio : Independencia 1369, Casa D, Santiago
E.Civil : Casado, 3 hijos
Actividad : Ex Detective, Comerciante
C.Repres. : Sin información
F.Detenc. : 31 de agosto de 1975
SITUACION REPRESIVA
Patricio Rivas Sepúlveda, casado, 3 hijos, ex-funcionario de Investigaciones, fue detenido el 31 de agosto de 1975, alrededor de las 13:15 horas, en circunstancias que viajaba en un bus interprovincial que acababa de salir del Terminal de Buses de Angol, perteneciente al recorrido Angol-Collipulli de la Empresa Bío-Bío. Los aprehensores fueron miembros de los servicios de inteligencia de la zona, entre los cuales se encontraba el Sargento de Carabineros Juan Torres, el Cabo de Carabineros de apellido Bravo, y el Sargento de Ejército de apellido Sandoval; todos ellos vestían de civil y se movilizaban en un jeep de Carabineros, al cual fue subido el afectado tras ser bajado del bus en presencia del conductor Ramón Unter Abarzúa y de los demás pasajeros, siendo trasladado a la 1ra. Comisaría de Carabineros de Angol.
Patricio Rivas fue funcionario del Servicio de Investigaciones de Angol desde 1971, hasta poco después del 11 de septiembre de 1973, en que fue trasladado a Santiago, siendo despedido el 3 de diciembre de ese año. A la fecha de su arresto, trabajaba junto con su madre, doña Clara Elena Sepúlveda Ponce, un negocio de peletería en la Capital, y por razones comerciales, viajó el 28 de agosto de 1975 a la ciudad de Angol de lo cual hay constancia en los Libros de Pasajeros de la Empresa Igi-Llaima con la finalidad de comprar pieles. Cumpliendo con esta labor, el 29 de agosto compró una cantidad de cueros que envió por intermedio de la Empresa Vía Sur hasta la ciudad de Santiago, permaneciendo en Angol, hospedado en la Residencia Olimpia de esa ciudad. Durante su estadía concurrió a diversas reuniones de carácter social y fue visto por numerosos conocidos suyos. El 30 concurrió hasta las oficinas de la Empresa Vía Sur a tomar pasaje, lo que no pudo hacer para ese día por no haber disponibilidad, haciéndolo sí, para el día siguiente, 31 de agosto. A las 13:00 horas de ese día, se dirigió al terminal de buses, y en la Plaza de Angol, donde se encuentra el mencionado Terminal, se encontró con su amigo Sergio Rozas, funcionario judicial de Angol, a quien manifestó su intención de viajar hasta Collipulli y proceder allí a adquirir una nueva partida de cueros. Una vez que se separó de su amigo, se subió al bus, siendo ésta la última vez que se le vio.
Su familia, al constatar que no regresaba a Santiago y no teniendo noticias suyas, viajó a la ciudad de Angol, enterándose de las circunstancias de la detención del afectado, realizando averiguaciones en la Comisaría de Carabineros de Angol y otros lugares de detención, pero en todos esos lugares se le negó la detención. Desde entonces, y pese y a las numerosas gestiones y averiguaciones realizadas por su familia, no ha sido posible conocer la suerte corrida en manos de sus captores.
GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS
El 23 de septiembre de 1975, su madre fue recibida en audiencia en la Intendencia de Malleco, no obteniendo ninguna respuesta positiva. Ese mismo mes, envió una carta al Director General de Carabineros, recibiendo respuesta el 12 de noviembre de 1975, indicándole que Patricio Rivas no ha sido detenido por funcionarios de su dependencia. La misma respuesta recibió una carta suya enviada al Ministerio del Interior. En el mes de noviembre de 1975, se entrevistó con el Director General del Servicio de Investigaciones, obteniendo el compromiso de éste de hacer lo posible por dar con el paradero de Rivas. Se encomendó a un funcionario del Servicio para realizar las indagaciones pertinentes. Este manifestó a doña Clara Sepúlveda, no saber nada de su hijo y le solicitó no regresar al Servicio de Investigaciones. Posteriormente, en noviembre de 1975, realizó presentaciones al General Sub-Director de Carabineros, al Director de SENDET, y al Intendente de Malleco. Todas estas solicitudes tuvieron resultados negativos. Asimismo, una carta enviada al Director General de Investigaciones en diciembre de ese año, se obtuvo como respuesta que "la Unidad de Angol señala que nada nuevo tiene que aportar sobre el caso…". Por último, en marzo de 1977, se presenta la situación al Ministro de Justicia, y tampoco se obtuvo resultado alguno.
En forma paralela a las gestiones administrativas, en septiembre de 1975, su cónyuge Gladys Ester Morales Molina, con la cual tuvo 3 hijos, y su madre, Clara Sepúlveda, presentaron un recurso de amparo en su favor ante la Corte de Apelaciones de Temuco, tribunal que no acogió a tramitación el amparo, atendiendo al hecho que aparecían implicadas personas afectadas al fuero militar, remitiendo los antecedentes a la Corte Marcial, que a su vez, desestimó la resolución de la Corte de Apelaciones de Temuco y le devolvió los autos. En definitiva, el recurso de amparo fue rechazado. En ese mismo mes y año, presentaron un nuevo recurso de amparo, esta vez ante la Corte de Apelaciones de Santiago, tribunal que rechazó el recurso considerando lo informado por el Ministerio del Interior, en el sentido que Patricio Rivas no se encuentra detenido. Igual suerte corrió un tercer recurso de amparo presentado ante la Corte de Apelaciones de Concepción y remitido por esa instancia judicial a la Corte Marcial. El 4 de septiembre, se interpuso una denuncia por presunta desgracia en la persona de Patricio Rivas, ante el Juzgado del Crimen de Angol, en cuya investigación no se logró establecer la suerte corrida por el afectado.
En 1990 luego que asumieran las nuevas autoridades del Servicio de Investigaciones, su cónyuge solicitó al Director General una investigación sobre la suerte corrida por Patricio Rivas Sepúlveda. Se desconoce el resultado de dicha gestión a la fecha de este informe.
Ministro Álvaro Mesa condena a 8 años de presidio a militar (r) por secuestro calificado de exdetective en Angol
Fuente :pjud.cl 30/12/2022
Categoría : Prensa
El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, dictó la sentencia número 70 en la materia, y condenó al sargento del Ejército a la época de los hechos Juan Carlos Balboa Ortega a la pena de 8 años de presidio efectivo, en calidad de autor del delito consumado de secuestro calificado, en carácter de lesa humanidad, de Patricio Fernando Rivas Sepúlveda.
El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, dictó la sentencia número 70 en la materia, y condenó al sargento del Ejército a la época de los hechos Juan Carlos Balboa Ortega a la pena de 8 años de presidio efectivo, en calidad de autor del delito consumado de secuestro calificado, en carácter de lesa humanidad, de Patricio Fernando Rivas Sepúlveda. Ilícito perpetrado el 31 de agosto de 1975, en la comuna de Angol.
En el fallo (causa rol 63.551), el ministro en visita impuso, además, a Balboa Ortega las accesorias legales de inhabilidad absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena.
En el aspecto civil, el magistrado acogió la demanda deducida y condenó al fisco a pagar una indemnización total de $ $300.000.000 (trescientos millones de pesos), por concepto de daño moral, a las hijas de la víctima.
En la sentencia, el ministro Mesa Latorre dio por establecido los siguientes hechos:
“A.- Que para el año 1975 las instituciones de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad de la comuna de Angol se relacionaban constantemente con el objeto de compartir la información recabada sobre vinculaciones políticas de las personas de esa comuna o sucesos de esa índole, no correspondiendo estos a delitos comunes. En cada una de ellas había funcionarios designados específicamente para cumplir estas funciones, que se caracterizaban además por vestir de civil para desempeñar sus labores, es decir, sin el uniforme institucional [fs. 260 (tomo I), fs. 748, fs. 900 (tomo III) entre otros antecedentes]. Así, en el caso de Carabineros de Chile, se encontraba el Sargento Juan Torres Rivas (fallecido según fs. 931, tomo III); en la Policía de Investigaciones de Chile, el Subcomisario Pedro Ibarra (Fallecido, según fs. 936, tomo III); en el Regimiento Húsares de Angol los Sargentos Edmundo Sandoval y Juan Carlos Balboa Ortega, entre otros integrantes de cada una de ellas (fs. 252, fs. 256, fs. 259 (tomo I); fs. 640 (tomo II), fs. 746, fs. 748, fs. 900 (tomo III), entre otros antecedentes). Estos funcionarios se reunían principalmente en dependencias de la Gobernación de Angol y de la Policía de Investigaciones de la ciudad (fs. 257 (tomo I), fs. 584 (tomo II entre otros antecedentes) e incluso en algunas oportunidades practicaron detenciones en conjunto y realizaron interrogaciones o entrevistas a diferentes personas que estaban siendo investigadas (fs. 598 (tomo II), fs. 748, fs. 900 (tomo III) entre otros antecedentes).
B.- Que Patricio Fernando Rivas Sepúlveda, 31 años, casado, tres hijos, funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile hasta el 17 de diciembre de 1973, fecha en que se le da de baja de la institución por ser simpatizante del gobierno de Salvador Allende Gossens y, además, se le acusaba de pertenecer al Partido Socialista de Chile y al Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR (según consta a fs. 368, fs. 376, fs. 374, fs. 378 (tomo II) entre otros antecedentes). A raíz de lo anterior y habiéndose desempeñado por varios años en la comuna de Angol, Patricio Rivas continuó visitando la localidad, pues en la ciudad de Santiago mantenía un negocio de peletería junto a su madre, viajando constantemente para comprar cueros en la zona [fs. 17 (tomo I), entre otros antecedentes]. Con este propósito emprendió rumbo a la comuna de Angol el 28 de agosto de 1975, concurriendo además a reuniones de carácter social, entre ellas el bautizo de uno de los hijos de Sergio Rozas Espinoza, con quien entabló una amistad mientras se desempeñaba en la Policía de Investigaciones y en el Juzgado de Letras de Angol (fs. 712, fs. 734 (tomo III), entre otros antecedentes).
C.- Que el día 31 de agosto de 1975, Patricio Rivas Sepúlveda se dirigió a tomar un bus que lo llevaría a la comuna de Collipulli para la compra de insumos, siendo acompañado por su amigo Sergio Rozas, quien lo vio abordar el vehículo, pero pocos instantes después fue bajado de este por agentes del Estado, entre ellos Juan Torres Rivas, Juan Carlos Balboa Ortega y otro funcionario del Ejército de Chile, subido a una camioneta y siendo esta la última vez que vio a Rivas Sepúlveda [fs. 17 (tomo I), fs. 460, fs. 476, (tomo II), entre otros antecedentes]. Incluso, el conductor del bus, Ramón Hunter Abarzúa, recuerda hasta el día de hoy la detención de Rivas Sepúlveda por parte de agentes del Estado, a quien ubicaba como funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile y sus viajes frecuentes en los buses de la empresa en que trabajaba [fs. 128 y fs. 230 (tomo I)].
D.- Que el 02 de septiembre de 1975, Sergio Rozas llamó telefónicamente a doña Clara Sepúlveda Ponce, madre de Patricio Rivas Sepúlveda, para informarle que su hijo había sido detenido en Angol por personal del SIRE [fs. 17 (tomo I) entre otros antecedentes] viajando de inmediato a dicha comuna, recorriendo distintos lugares para saber el paradero de Rivas, no obteniendo ninguna información, recomendándole algunas personas que no hiciera nada, por posibles detenciones en su contra.
E.- Que sobre la detención y desaparición de Patricio Rivas Sepúlveda, Sergio Rozas Espinoza no solo le comentó a la madre de este, sino también a su cónyuge y hermana [fs. 712, fs. 734, fs. 766, fs. 787 (tomo III) entre otros antecedentes]. De la misma forma, a una funcionaria de Policía de Investigaciones de Chile de la época, doña María Fuentes Cabezas, quien por conversaciones que mantuvo en varias ocasiones con Rozas, supo las circunstancia de la aprehensión y los responsables de ella, mencionando a Juan Torres Rivas, Juan Carlos Balboa Ortega y otro funcionario del Ejército de Chile (fs. 460 y fs. 476).
En la misma línea, David Muñoz Flores, funcionario de la Policía de Investigaciones, años más tarde en la ciudad de Temuco, se enteró por otro integrante de la misma institución, que Patricio Rivas fue bajado de un bus por agentes del Estado y luego había sido ejecutado en la ciudad de Angol, comentario similar al que le habría realizado un funcionario judicial de apellido Fonseca que en esos años trabajaba en la misma comuna [fs. 458 y fs. 598 (tomo II) entre otros antecedentes]. Finalmente, sobre este punto, el abogado Ángel Napoleón Rubilar Pérez quien en esa época se desempeñaba como abogado de la Gobernación de Angol, igualmente supo por comentarios sobre la desaparición de Patricio Rivas Sepúlveda, a quien también ubicaba como funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile [fs. 640 (tomo II)].
F.- Que tanto su madre como la cónyuge de Rivas Sepúlveda, doña Gladys Morales Molina, no cesaron en su búsqueda, realizando gestiones en diferentes instancias administrativas y judiciales, remitiendo comunicaciones al Ministerio de Defensa Nacional cuyas autoridades de la época insistían en no tener conocimiento de la detención [fs., 21, fs. 25, fs. 26, fs. 146, fs. 147, fs. 148, fs. 149 fs. 150, fs. 151 (tomo I) entre otros antecedentes]. A raíz de todas las averiguaciones efectuadas por sus familiares, el domicilio de Patricio Rivas ubicado en la ciudad de Santiago fue constantemente vigilado por Agentes de Seguridad del Estado [fs. 16 (tomo I)], siendo incluso amenazados y hostigados telefónicamente durante varios años posteriores [fs. 151 (tomo I)].
G.- Que hasta esta fecha ningún funcionario público del Ejército de Chile, Carabineros de Chile o Policía de Investigaciones de Chile que se desempeñaban en la época de los hechos, ha dado algún antecedente a la autoridad respectiva en relación a lo sucedido con Patricio Fernando Rivas Sepúlveda, manteniendo hasta el día de hoy ocultamiento de todo tipo de antecedentes sobre los hechos que se han mencionado en los párrafos precedentes”.
Condenan a ex suboficial de Ejército por crimen contra detective en Angol en 1975
Fuente :resumen.cl 1/1/2023
Categoría : Prensa
El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones de Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, condenó al sargento del Ejército a la época de los hechos Juan Carlos Balboa Ortega a la pena de 8 años de presidio efectivo, en calidad de autor del delito consumado de secuestro calificado, en carácter de lesa humanidad, de Patricio Fernando Rivas Sepúlveda. El delito fue perpetrado el 31 de agosto de 1975, en la comuna de Angol, provincia de Malleco.
En el fallo (causa rol 63.551), el ministro en visita impuso, además, a Balboa Ortega las accesorias legales de inhabilidad absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena.
Patricio Rivas Sepúlveda, de 31 años de edad, militante socialista, era un ex detective que había sido dado de baja de Investigaciones el 17 de diciembre de 1973 por su afinidad con el depuesto gobierno de Salvador Allende. Era casado, tenía tres hijos, vivía en Santiago, y se dedicaba junto a su madre al comercio en el rubro de peletería, razón por la que viajaba frecuentemente a Angol a comprar cueros.En la investigación judicial realizada por el ministro Mesa Latorre han quedado acreditados los hechos que culminan con el secuestro y desaparición del ex policía. En la época en que fue cometido el delito, funcionaba en la comuna de Angol un organismo represivo denominado CIRE (Centro de Inteligencia Regional) que lo conformaban integrantes de las diversas fuerzas armadas y policiales con presencia en la zona. Éste aparato represor estaba compuesto por los sargentos de Ejército Juan Carlos Balboa Ortega y Edmundo Sandoval Torres, por los ya fallecidos sargento de Carabineros Juan Segundo Torres Rivas, y el subcomisario de Investigaciones Pedro Ibarra, entre otros. Este grupo operativo funcionaba principalmente en dependencias de la Gobernación de Angol y de la Policía de Investigaciones de la ciudad; realizaban detenciones en conjunto e interrogatorios o entrevistas a diferentes personas que estaban siendo investigadas.
El 28 de agosto de 1975, Patricio Rivas llegó a Angol a comprar materiales para su negocio familiar. En la ocasión visitó amistades que había hecho en su tiempo de permanencia en la comuna como funcionario de Investigaciones. El día 31 de agosto se dirigió a tomar un bus que lo llevaría a la comuna de Collipulli para la compra de insumos, siendo acompañado por un amigo quien lo vio abordar el vehículo y vio como pocos instantes después fue bajado de éste por agentes del Estado, entre los que identificó a Juan Torres Rivas, Juan Carlos Balboa Ortega y otro funcionario del Ejército.
Enseguida el detenido fue subido a una camioneta, siendo esta la última vez que el testigo vio a Patricio Rivas Sepúlveda. Incluso, el conductor del bus, recuerda hasta el día de hoy la detención de Rivas Sepúlveda a quien ubicaba como funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile y sus viajes frecuentes en los buses de la empresa en que trabajaba.
El amigo del joven detenido y testigo de la detención llamó telefónicamente a la madre de Patricio Rivas Sepúlveda, para informarle que su hijo había sido detenido en Angol por personal del CIRE. La señora madre viajó de inmediato a dicha comuna, recorriendo distintos recintos para saber el paradero de Rivas, no obteniendo ninguna información, recibiendo la advertencia por parte de algunas personas que mejor no hiciera nada, para evitarse posibles detenciones en su contra. En ésta búsqueda también participaban la esposa y una hermana del detenido desaparecido y persistieron en sus esfuerzos a pesar de las amenazas.
A raíz de todas las averiguaciones efectuadas por sus familiares, el domicilio de Patricio Rivas ubicado en la ciudad de Santiago fue constantemente vigilado por agentes de seguridad de la dictadura, siendo incluso amenazados y hostigados telefónicamente durante varios años posteriores.