Fecha Detención : 29-06-1975
Lugar Detención : Santiago
Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Obrero portuario
Estado Civil e Hijos : Casado, 1 hija
Nacionalidad : chilena
Relatos de Los Hechos
Fuente :Vicarìa de la Solidaridad
Categoría : Antecedentes del Caso
Rut : 3.617.995
F.Nacim. : 10-04-36, 39 años a la fecha de su detención
Domicilio : Tocornal 557, casa D., Santiago
E.Civil : Casado, 1 hija
Actividad : Obrero Portuario
C.Repres. : Partido Socialista; Comisión Política; ex-dirigente portuario; ex-dirigente de la CUT.
F.Detenc. : 25 de junio de 1975
SITUACION REPRESIVA
Exequiel Ponce Vicencio, casado, una hija, obrero portuario, miembro de la Comisión Política del Partido Socialista, fue detenido el 25 de junio de 1975, alrededor de las 01:30 de la madrugada, junto a Mireya Rodríguez, en la pieza que arrendaban en calle Tocornal de la capital. Hasta hoy, ambos permanecen detenidos-desaparecidos. La acción la practicaron 4 agentes, armados y de civil, de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), quienes se introdujeron violentamente en la casa, mostraron unas placas y se identificaron como "agentes especiales" ante el dueño de la residencial, Joaquín Palacios.
Los hechos -según el testigo- se dieron en medio de un escándalo, del allanamiento de la morada y, lo que más le llamó la atención, fue que los funcionarios de la DINA sabían exactamente que Exequiel Ponce y Mireya Rodríguez ocupaban la última pieza. Al irse, junto con detener a la pareja, se llevaron todos los efectos personales que poseían. En la calle había, a los menos, tres vehículos que participaron en la aprehensión. Uno de los agentes era chico, de bigotes tupidos y anchos.
Cuando los individuos se retiraron, Joaquín Palacios constató que el teléfono de la residencial no funcionaba. Al parecer le habían sacado alguna pieza para evitar que se hicieran llamadas.
Aunque no hay testimonios directos de la permanencia de Exequiel Ponce en algún recinto de detención, su nombre fue escuchado por testigos en Villa Grimaldi. Héctor Riffo Ramos, militante socialista, recluido a la fecha en este recinto secreto de la DINA, fue sacado en una oportunidad por los agentes y llevado a reconocer a "Gino" (enlace de Ponce). La diligencia falló y Riffo fue acusado por los funcionarios de la DINA de "haberles dado un punto falso". Cuando el testigo les hizo notar que no era él quien había dado los antecedentes, los agentes comentaron "el Viejo fue el que nos jugó chueco". Riffo tuvo la clara impresión que se estaban refiriendo al afectado. También Lautaro Videla -recluido en Villa Grimaldi- supo de la detención de Ponce. Por su parte, cuando a Edwin Patricio Bustos, detenido en la Villa, lo interrogó Osvaldo Romo Mena, éste le manifestó "así que tu hacías el mismo trabajo (relaciones con el exterior) que hacía el viejito Exequiel Ponce". Riffo había sido detenido el 24 de junio de 1975 al acudir a un encuentro con Ricardo Lagos, quien ya se encontraba en poder de la DINA. En Villa Grimaldi había sido interrogado acerca de la ubicación de Ponce.
Posteriormente, Luz Arce, quien fuera militante socialista y se transformara en colaboradora de la DINA a raíz de las torturas y amenazas sufridas durante su detención, declaró ante la Comisión Verdad y Reconciliación, en octubre de 1990, señalando que cuando conversó con Ricardo Lagos Salinas en Villa Grimaldi, éste le dijo que también estaban detenidos Exequiel Ponce y Carlos Lorca. Después, en 1976, la testigo preguntó al General Manuel Contreras por Lagos, Lorca y Ponce, y él le manifestó que estaban en libertad. Por otra parte, Mireya Rodríguez -detenida junto al afectado- fue vista en Villa Grimaldi, en julio de 1975, por Gladys Díaz.
Juan Carlos Ruiz Villarroel, que en marzo de 1975 cumplía las funciones de secretario y enlace de Exequiel Ponce, quien en esa época era el dirigente máximo del Partido Socialista y quien se encontraba en la clandestinidad desde el mismo 11 de septiembre de 1973, señaló que el afectado era apodado "El Viejo", y que solía acudir al domicilio que Ricardo Lagos y Michelle Peña tenían en la Villa Japón. El 23 de junio de 1975 -posterior a la detención de estos dos últimos- Juan Carlos Ruiz se encontró en la calle, fortuitamente, con Exequiel Ponce. Ahí el declarante se dio cuenta de que el afectado sabía de la detención de Lagos y de Michelle, puesto que le pidió a Juan Carlos Ruiz que se "sumergiera" y que él se encargaría de contactarlo por teléfono. Ponce portaba una caja de zapatos donde llevaba documentos. El 24 de junio de 1975, Ponce llamó efectivamente al testigo, en dos oportunidades, pero no lo encontró.
La detención y desaparición de Exequiel Ponce Vicencio, se inscribe en una acción de la DINA en contra de los dirigentes del Partido Socialista, miembros de la Comisión Política, sus enlaces y correos, realizada en los meses de junio y julio de 1975. En este operativo se efectuaron -entre otras- las detenciones de Ricardo Lagos Salinas, Michelle Peña, Mireya Rodríguez Diaz, Carlos Lorca y Modesta Carolina Wiff, además de la del afectado. Después, en el mes de julio, fueron detenidas Rosa Elvira Soliz Poveda y Sara Donoso Palacios. Todos ellos permanecen en calidad de detenidos-desaparecidos hasta el día de hoy.
GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS
El 19 de agosto de 1975, se interpuso un recurso de amparo por el afectado ante la Corte de Apelaciones de Santiago, rol 982-75. Este fue rechazado el 4 de septiembre del mismo año. En marzo de 1977, organizaciones laborales italianas recurrieron de amparo en favor de Exequiel Ponce y otros detenidos (Rol Nº 107-77). Durante la tramitación de éste, el General de División y Ministro del Interior, Raúl Benavides Escobar, informó al Tribunal que, en relación a Exequiel Ponce, era buscado por "presunta participación en internación de armas" y que existía la "presunción de encontrarse prófugo en el extranjero", (31 de marzo de 1977). Este recurso fue rechazado en atención a que existían otros amparos interpuestos anteriormente en favor de los recurridos, el 29 de junio de 1977.
El 17 de febrero de 1976, en el 4º Juzgado del Crimen de Santiago se presentó una denuncia por arresto ilegal e incomunicación indebida de Exequiel Ponce. Se instruyó el sumario rol Nº 108.636. En esta oportunidad, el Ministro del Interior Subrogante, Enrique Montero Marx, informó que el afectado no se encontraba detenido por orden de esa Secretaría de Estado (febrero de 1976). Después que se tomara declaración a Joaquín Palacios -dueño de la residencial- quien relató los hechos, se cerró el sumario y se sobreseyó temporalmente la causa, el 3 de mayo de 1976. La Corte de Apelaciones confirmó el fallo el 26 de junio del mismo año.
Catorce años después, el 26 de julio de 1990, se solicitó la reapertura del sumario, lo que fue concedido el 27 de julio del mismo año. Sin haberse logrado ni un sólo avance en la investigación, el sumario fue nuevamente cerrado en agosto de 1990, sobreseyéndose temporalmente la causa el 6 de septiembre de 1990. El dictamen del Fiscal señaló "El estudio de este proceso, que había sido archivado, y fue revivido, demuestra que Exequiel Ponce Vicencio pasa a la lista de los detenidos-desaparecidos. Sus parientes lo seguirán buscando y la policía, los Tribunales, hoy como ayer, no les entregarán respuesta adecuada". El 15 de octubre de 1990, la Corte de Apelaciones confirmó el fallo.
El 6 de febrero de 1991, la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación envió al 4º Juzgado del Crimen de Santiago la declaración de Luz Arce Sandoval, señalando que los antecedentes allí mencionados podrían ser de utilidad en la investigación relativa al desaparecimiento de Exequiel Ponce. La causa fue reabierta el 13 de febrero de 1991, bajo el rol Nro. 108.636. A diciembre de 1992, la causa se encontraba en estado de sumario.
Exclusivos disminuyen a cuatro
Fuente :PRIMERA LÍNEA – 23 de abril 2002
Categoría : Prensa
En un dictamen que ya se preveía, el pleno de ministros de la Corte de Suprema determinó que sólo cuatro de los ocho jueces con dedicación exclusiva seguirán en esta condición, y los restantes pasarán a conformar un tribunal con dedicación preferente.
Basado en los antecedentes recopilados por el máximo tribunal, se determinó que el Primer Juzgado de Letras de San Bernardo, a cargo de la jueza Cecilia Flores; Octavo del Crimen de Santiago, con María Ines Collins; Noveno del Crimen de Santiago con Raquel Lermanda y Décimo del Crimen con Juan Antonio Poblete siguen como jueces exclusivos.
Además, el Cuarto Juzgado del Crimen de San Miguel, a cargo de María Teresa Díaz se mantendrá en la misma condición, aunque sólo por un plazo de un mes.
En el caso del Primer Juzgado del Crimen de Santiago, Quinto del Crimen de Santiago, Primer Juzgado del Crimen de Arica, Juzgado de Letras de María Elena, Primer y Segundo Juzgado del Crimen de Valparaíso, Primer Juzgado Civil de Chillán, Primer Juzgado del Crimen de Chillán, Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano, Juzgado de Letras de Pucón y Segundo Juzgado del Crimen de Valdivia se sumarán al grupo ya existente de jueces preferentes.
La situación más difícil la enfrentan los jueces del Tercer Juzgado del Crimen de Santiago, Mario Carroza; Tercer Juzgado del Crimen de San Miguel, María Teresa Díaz; Juzgado de Letras de Santa Barbara, Loreto Jara que en adelante se convertirán en jueces preferentes.
Pero la Corte Suprema también ordenó al Décimo Juzgado del Crimen que anexe los procesos que correspondan a las causas que tramita de manera de avanzar en la investigación, sin embargo, no entrega más detalles al respecto.
Todos los jueces exclusivos y preferentes deberán informar al cabo de un mes sobre su gestión y nuevamente serán evaluados por el tribunal superior.
En el detalle de las causas, el proceso por la muerte de Juan Luis Rivera Matus rol 107.716-9 comenzará a ser visto de manera preferente por el titular del Primer Juzgado del Crimen de Santiago Joaquín Billard, quien también tramitará la causa rol 107.254.
En el caso del Quinto del Crimen conocerá el rol 167.716-16 caratulado como desaparecidos de La Moneda, que ya estaba en calidad de preferente.
En el Primero de Arica y Cuarto de esta misma ciudad se conocerán las causas rol 51925 y 13.322-A, respectivamente.
En María Elena se indagará de manera preferente el proceso 31-91, Mientras que en el Primero del Crimen de Valparaíso se verá la causa del sacerdote británico Michael Woodward rol 140.454.
En el Segundo del Crimen de Valparaíso se conocerá la causa rol 127.298-1.
En Chillán en tanto el Primer Juzgado Civil conocerá la causa 11.599 que de acuerdo al Fasic no corresponde a proceso de derechos humanos, en cambio en el Primero del Crimen de esta misma ciudad se indagará la desaparición de Ernesto Torres Guzmán, rol 70.927-6.
En el caso de Talcahuano se anexa como prefente el rol 24.776, en Pucón el rol 4.473 y en Valdivia el rol 75.858.
Por el contrario, se verán perjudicadas por el dictamen de la Corte Suprema las causas sobre la desaparición de Daniel Reyes Piña, Leopoldo Muñoz Andrade, Víctor Morales Mazuela y Víctor Cárdenas Valderrama que tramitaba el Tercer Juzgado del Crimen de San Miguel ya que ahora tendrán carácter preferente. En todo caso,juega a su favor que ya se dictaron procesamientos en el caso de las causas de Morales y Cardenas.
En el Tercero del Crimen de Santiago serán ahora causas preferentes la desaparición a manos de la DINA DE Iván Carreño Aguilero, y las muertes de Luis Moraga Cruz, Juan Orellana Catalán y Ricardo Weibel Navarrete que perecieron a causa del Comando Conjunto. También este tribunal conoce el proceso por la desaparición del ex GAP Domingo Blanco Tarres.
En el caso de Santa Bárbara se ve perjudicada la investigación sobre los casos de Luis Bastias Sandoval, Luis Cid Cid, Cristino Cid Fuentealba, José Molina Quezada, José Pinto, Raimundo Salaza, Segundo Soto, Gabriel Viveros desaparecidos en los primeros días del Golpe Militar.
En el Décimo del Crimen de Santiago se indaga cuatro casos informados en la Mesa de Diálogo por las Fuerzas Armadas se trata de la desaparición en 1975 de Ricardo Lagos Salinas, Carlos Lorca Tobar, Michelle Peña Herreros y Exequiel Ponce Vicencio.
Exequiel Ponce Vivencio
Fuente :pschile.cl sin fecha
Categoría : Prensa
Exequiel Ponce nació en la pequeña localidad de Las Palmas de Quebrada Alvarado, a 30 kilómetros de la ciudad de Limache, en el seno de una familia de origen muy humilde. Era el segundo hijo de sus progenitores.
En esa pequeña localidad conoció de primera mano las dificultades y penurias de los campesinos pobres, lo que desde temprano le hizo desarrollar una profunda conciencia social. Pese a que abandona la escuela, para trabajar con su padre, se perfeccionó de modo autodidacta, leyendo y estudiando por las noches, al tiempo que se revelaba como un hombre intransigente en la defensa de los derechos de los trabajadores.
Según recuerda su hermano Renán -un destacado poeta de la Quinta Región-, Exequiel fue un niño «más bien introvertido, distante, obsesionado por alguna razón que sus hermanos ignorábamos. Quizás maduró antes de tiempo, prematuramente consciente de la fragilidad social de su entorno, y de esas infinitas necesidades cotidianas que siempre resultan más severas entre los desposeídos.
Parte de nuestros deberes diarios era sacar agua del pozo, ir en busca de la mejor leña, ya fuese al cerro más próximo o bien al estero, ‘ese ancho mundo’ no ajeno a mis miedos ancestrales. Una vez posesionado del escenario, Exequiel siempre elegía el estero, la rutina comenzaba siempre del mismo modo, como si fuese un acto fatalmente repetido. Había en el lugar una piedra de por lo menos dos metros de altura, y se podía subir a ella con relativa facilidad. Yo tiraba mi soga al suelo y comenzaba a seleccionar los restos de leña seca, que allí abundaban como por milagro.
De pie en ese sitio tan privilegiado, podíamos ver todas las casas, en su digna transparencia, de Quebrada Alvarado. Exequiel respiraba profundo y pronunciaba su acostumbrado discurso: «Pueblo de Quebrada Alvarado, el que les habla, Exequiel Ponce Vicencio, mañana, en el más próximo futuro, les guiará en la conquista de sus derechos más queridos. Les abrirá los ojos, les enseñará a defenderse, les ayudará a conseguir que esta querida patria, sea más justa para todos.
Acto seguido, con la soga que ya disponía en sus manos, la enarbolaba sobre mi cabeza, y exclamaba con profunda convicción: «¡Trabaja esclavo, júntame leña!». El tácito pacto de honor suscrito entre ambos -que yo mandaba en la casa y Exequiel fuera de ella- se había cumplido a cabalidad«.
Obrero en Polpaico
Muy joven, se incorporó como obrero en la fábrica de cementos Polpaico, en la que se desempeñó por algunos años, hasta que fue despedido por constituir un sindicato y reclamar mejores condiciones laborales. Estando en la cementera, conoció y contrajo matrimonio con Margarita Luque, una joven de origen aún más humilde, que se desempeñaba como costurera. Luego de su despido, la pareja se trasladó a Valparaíso. Allí, Ponce se desenvolvió en múltiples oficios, hasta que en 1962 logró ingresar a la Empresa Portuaria de Chile. Será en ella donde desarrollará su principal trabajo político y sindical.
En efecto, en el período en que estuvo empleado en EMPORCHI apoyó activamente el fortalecimiento del sindicalismo portuario, llegando a ser dirigente nacional de ese tradicionalmente combativo gremio. En representación de la Confederación de Trabajadores Marítimo- Portuarios Mariano Valenzuela, fue electo al Consejo Ejecutivo Nacional de la Central Única de Trabajadores y luego asumió como Sub-secretario Provincial de la CUT en Valparaíso.
Andrés Sepúlveda, ex diputado PS por Valparaíso e histórico dirigente de los empleados municipales -fallecido en marzo del 2007-, recordaba frecuentemente que Ponce, al asumir sus nuevas responsabilidades direccionales, constató las limitaciones evidentes de su escasa escolaridad y que, lejos de amilanarse por esa situación, decidió enfrentarlas sin vacilaciones ni complejos, matriculándose en una escuela nocturna. A partir de ese momento, según su amigo, «su vida comenzó a girar como un torbellino que lo envolvía, exigiéndole cada día más esfuerzo, sacrificio y abnegación, pues tenía que cumplir con la jornada del trabajo diario, luego, en el sindicato y más tarde en la CUT, sin descuidar el trabajo propiamente partidario ni dejar de responder adecuadamente en la escuela...»
En el partido
La vinculación de Ponce con el PS (al que ingresó en 1954, en la Seccional Limache) fue, probablemente, el momento más significativo en su vida como dirigente y luchador social. Por años ocupó diversas responsabilidades partidarias, siendo electo en 1969 secretario regional del PS en Valparaíso.
Con la notoriedad que adquirió en la vida política y social porteña, Exequiel logró recomponer, al menos parcialmente, la distante relación que siempre mantuvo con su padre. Pese a esa mayor visibilidad, se caracterizó siempre por cultivar un perfil más bien discreto y reservado. Francisco “Pancho” Mouat, que trabajaría muy cerca de él durante la UP e inmediatamente después del golpe militar, recordaba que «el viejo era absolutamente reservado y con un alto sentido de la disciplina y de la seriedad en el trabajo partidario: era de los que llegaba primero y se iba último del local del Partido. No le gustaba figurar, al punto que, durante el período de la dictadura, cuando lo detuvo la DINA, estuvimos mucho tiempo sin poder realizar la campaña de solidaridad internacional por su libertad, simplemente porque no habían fotos de él«.
Hacia 1970, la casa que el matrimonio arrendaba en la actual Subida Ecuador se incendió. La pareja se trasladó entonces al vetusto local del regional del partido. Su hermano Renán, hombre aficionado a la literatura y reacio a las rigideces de la militancia, recuerda hasta hoy que cuando iba a visitar a Exequiel, «indefectiblemente terminaba participando en las reuniones políticas. Y cómo no, si su casa, en ese tiempo, era literalmente la misma casa del partido».
En la dirección del Partido
Finalizada su gestión en el Regional Valparaíso, en el marco del XXIII Congreso del PS –realizado en enero de 1971, en La Serena- Ponce fue electo a su Comité Central y a la Comisión Política, haciéndose cargo de la Subsecretaría del Frente Interno, cargo que desempeñaría hasta el mismo 11 de septiembre de 1973.
El día del golpe, estuvo presente en las industrias INDUMET y SUMAR, como también en la cercana Población La Legua, lugares en d
onde se libraron combates en defensa del gobierno constitucional. Los militantes que actuaron ese día recuerdan con afecto que el «Cheque» -nombre con el cual se le conocía familiarmente en el partido- participó con entusiasmo en el fragor del enfrentamiento, arengándolos y compartiendo sus riesgos, «a pesar de su alto cargo, su ligera cojera y su exceso de peso, que le dificultabanel trote y la agilidad».
En la clandestinidad
Fue en la primera reunión oficial del Comité Central después del golpe, realizada el 17 de septiembre en la zona sur de Santiago, cuando Ponce asumió como máximo responsable del PS, pasando a desempeñar la Sub-secretaría General en la clandestinidad.
En 1974, en medio del acecho represivo de la DINA, Ponce, –acompañado por el dirigente Carlos Lorca- dio una entrevista a un equipo periodístico alemán occidental, encabezado por el reportero Rolf Plufcke. La cita fue en una casa de seguridad en Ñuñoa y en el departamento de un viejo militante de Santiago.
Estas fueron algunas de las respuestas del jefe socialista:
Compañero secretario general subrogante, ¿qué tareas se le plantean al pueblo chileno en su lucha contra la dictadura?
«Las tareas que se plantea el pueblo en estos momentos, y las tareas que se plantea el PS para enfrentar la dictadura, son la parte más importante del desarrollo político que estamos viviendo. El Partido y la Unidad Popular tienen que buscar en esta etapa, fundamentalmente, una gran coincidencia orgánica y unidad de lucha.
Nosotros creemos que la lucha fundamental de la clase obrera y del pueblo pasa por recuperar para los trabajadores los derechos democráticos, las libertades públicas, el derecho a organizarse, el derecho a petición, el derecho a huelga, cosas que han sido cercenadas por la dictadura. Por eso nosotros creemos que la tarea fundamental de los partidos proletarios, del Partido Socialista y del Partido Comunista, es buscar una coincidencia en estos puntos de vista, materializarla, liderarla y dirigirla, junto a los partidos de la Unidad Popular y, más allá de la UP, todos los sectores democráticos y patriotas que estén por enfrentar a la dictadura fascista.
Creemos que una de las tareas fundamentales también es la de adecuar la organización de la UP y la organización del Partido a los nuevos objetivos que en estos momentos están planteados. Por lo tanto, la tarea de los revolucionarios, la tarea de los patriotas, es organizarse en las poblaciones, las industrias, en los sectores estudiantiles, para que desde allí, de acuerdo a las nuevas características y las nuevas necesidades que se están planteando como consecuencia de esta lucha, poder enfrentar con éxito estas tareas fundamentales (…) Por eso nosotros planteamos que lo fundamental es, repetimos, luchar por las libertades públicas, las libertades democráticas, el derecho a organizarse, y el fortalecimiento y adecuación de la organización de la clase obrera y de los partidos al nuevo momento político que vivimos.
Estamos seguros que en el combate por las libertades democráticas y los derechos del pueblo reconocerán filas la inmensa mayoría de las bases de la Democracia Cristiana y, junto a ellos, todos los dirigentes consecuentes con la vocación libertaria y pluralista de ese partido. No olvidemos que la propia directiva freísta del PDC, que participó en la confabulación, que la apoyó desde el primer momento, reconoció en su declaración del 27 de septiembre que «es evidente que en torno a los militares rondan sectores de la derecha económica y política, parcialmente encubiertos bajo el ropaje de gremialistas, como asimismo grupos de reconocida mentalidad totalitaria, que procuran orientar la acción gubernativa hacia modelos represivos de corte capitalista y hacia la consolidación permanente de un sistema de gobierno dictatorial».
¿Qué papel se propone jugar el Partido Socialista en esta lucha?
«Nosotros quisiéramos, antes de contestar la pregunta, expresar que el Partido, a lo largo y ancho de nuestra patria, ha sido brutalmente golpeado por la dictadura fascista. Creemos, sin equivocarnos, no habiendo hecho todavía una evaluación exacta, que por lo menos la mitad de nuestra dirigencia, desde Arica a Magallanes, ha sido torturada, asesinada o se encuentra en prisión.
Creemos que deben preocuparse los compañeros de la solidaridad internacional por los compañeros Alejandro Jiliberto, Erick Schnake, Uldaricio Figueroa, Héctor Martínez y tantos otros compañeros más, como Carlos Lazo, que en verdad no sabemos cual ha sido su suerte (…) Planteamos esta inquietud a la solidaridad internacional, a los organismos internacionales: esta debe ser una preocupación de la Cruz Roja Internacional, debe ser una preocupación de los organismos de las Naciones Unidas, en definitiva debe ser una preocupación de todos los revolucionarios y de todos los progresistas.»
Un año después, en una carta fechada el día 7 de mayo de 1975, dirigida a su mujer -refugiada en la RDA-, Ponce hizo un completo balance de la situación política, social y económica a casi dos años de la implantación del régimen militar, al tiempo que reiteraba la pertinencia de la línea de la unidad amplia antifascista:
«Los problemas que vive nuestro pueblo cada día son más difíciles. La política ejecutada por la dictadura, de «recuperación» económica, no rectifica nada, no es nada más que la continuación y profundización de la política social de mercado, reaccionaria y pro imperialista. El efecto que produce en las masas populares cada día es más brutal. Esto significa precios prohibitivos en vestuario y alimentación, salarios de hambre, cesantía, la nueva ley de arriendos golpea al arrendatario y protege al arrendador. Los organismos estatales, CORVI, CONHABIT, no construyen, por lo tanto el déficit habitacional cada día es más grave. Esta es una pequeña muestra de cual es la situación económica y social del país. A este marco, hay que agregarle una nueva acción represiva, tanto en forma masiva, allanamientos a las poblaciones populares, como a nivel individual o dirigidas a las organizaciones populares que trabajan en el país.
La crisis y la reorganización del gabinete hecha por la dictadura en abril, no tienen otro carácter que reafirmar lo que digo anteriormente. Pensamos que en el interior de la Junta y las Fuerzas Armadas triunfarán posiciones liberales en economía y portalianas en lo político, desplazando al sector fascista o neofascista. Dicho de otra manera, hay un acuerdo táctico entre la gran burguesía nacional y Pinochet, quien logra aglutinar en torno a él un sector importante de las FFAA. Esto cuenta también con el apoyo de un sector reaccionario de la DC, que ponen sus condimentos en este proyecto. Creemos que en el caso de las Fuerzas Armadas, no están definidos los problemas, en su interior jugaran tres sectores: un sector democrático burgués, otro reaccionario nacionalista y portaliano y un tercero fascista. La situación se puede mantener hasta fin de año si este nuevo ordenamiento político y ministerial no logra controlar la inflación (1975, sobre 200%). La situación es impredecible en el interior de las Fuerzas Armadas. A la gran burguesía nacional y al imperialismo no se le presentan alternativas claras, como en 1973, para encontrar administradores del Estado y sus intereses. De allí la importancia de fortalecer y desarrollar nuestro trabajo, apurar la constitución del frente antifascista, para golpearlos, debilitarlos y desgastarlos, en el momento preciso.
Los problemas al interior del Partido, en la medida que pasa el tiempo, se aclaran más y el prestigio y respeto a la dirección interior son más grandes y fuertes. Esto no quiere decir que no existan problemas, las fracciones de todos los pelajes se siguen moviendo, avalados, desgraciadamente, por la desidia e indecisión, por un lado, de los que están afuera y, por otro, por la falta de medios que permitan dar un gran impulso al trabajo orgánico y de masas, que permita desarrollar políticas y tácticas más audaces para golpear a la dictadura y a la vez dar un fuerte impulso, por la base, al frente antifascista.
Como usted puede ver, esto fortalece mucho más la decisión de luchar desde adentro, cualquiera que sea nuestra suerte en particular, lo que importa en definitiva es nuestro aporte a la lucha liberadora de nuestro pueblo. No esperamos nada en particular por ello, solamente que se entienda que la política que elaboramos e impulsaremos tiende a encontrar el más amplio apoyo de los trabajadores y del pueblo.
Esta política pasa por los partidos de la UP y de los sectores que no estuvieron ella (el MIR, a pesar de lo golpeado que está hoy), vemos también en este frente a la DC… Entendemos que este acuerdo con la DC pasa por que el sector progresista domine en ese partido, pero un elemental sentido táctico nos indica que tenemos que llamar a la DC en su conjunto, para que no los acusen el exterior a los sectores progresistas de rupturistas, y ese partido no sea ganado por los sectores reaccionarios, léase Frei, para posiciones reaccionarias, ya sea de apoyo a la Junta, a una salida democrático liberal con algunos sectores populistas (a propósito tenemos bastantes antecedentes sobre una detención domiciliaria de Bonilla, por confirmar). Ese es el sentido y el contenido que le damos al frente que derrocará a los actuales usurpadores del poder. Para estos efectos, adecuaremos las formas y métodos de lucha a las condiciones objetivas y subjetivas que se den en el proceso, por lo tanto, formaremos al Partido, a los trabajadores y al pueblo en estos principios.
Es correcto reconocer que las condiciones y dificultades de trabajo y de lucha son muy duras, y si además agregamos a las dificultades internas los problemas externos, donde campean las deformaciones e incomprensiones de dirigentes y militantes, muchos de ellos mal intencionados y oportunistas.»
En la misma misiva Ponce, da cuenta, «en caliente», de la precaria situación que vive el PS, a causa del acecho de la DINA:
«(…) La represión nos sigue golpeando a nivel de regionales y seccionales. En Santiago, sobre todo en el Comité Regional Cordillera (se refiere a las detenciones de los dirigentes Claudio Thauby y Jaime Robotham, ocurridas el 31 de diciembre de 1974, y a la captura de Alfredo Rojas Castañeda, detenido el 4 de marzo de ese año.) A nivel de dirección central, se han producido dos apresamientos muy lamentables, la compañera Fidelia H y el compañero «Gabriel» (se refiere a Fidelia Herrera y a Ariel Mancilla) asunto que desde el punto de vista de la seguridad y organización, los hemos superado, pero tememos por sus vidas, sigue siendo un trabajo de primer orden la solidaridad internacional.»
En los meses previos a su captura, Ponce llegó a la convicción que la dictadura (dado su carácter refundacional y regresivo de los avances alcanzados durante los tres años del Gobierno Popular) se prolongaría en el tiempo. A esa altura, según Francisco Mouat, «su única aspiración, en caso de llegar vivo al momento del fin del régimen, era hacerse cargo de la calificación del reingreso al PS de sus militantes. No se le pasaba por la mente reclamar un rol relevante para sí mismo». Ello quedaba de manifiesto en la última parte de la extensa carta enviada a su mujer en la RDA:
«Yo he querido plantearle estos problemas políticos porque usted no es ajena a los problemas que hay en Berlín, a la situación interna del Partido, es por esto que es bueno que sepa lo que pienso y además, de que estoy informado que algunos «próceres» del Partido, en forma desleal y paternalista, han querido interpretar mi pensamiento a su amaño y mezquinos intereses.
No tengo que recurrir a ningún argumento personal ni sentimental para que sepa la verdad con respecto a mi posición política, honestidad, decisión de luchar, el argumento más sólido es la verdad. Pero los militantes y dirigentes honestos del exterior tienen que luchar con la misma firmeza dentro y fuera del Partido, por las posiciones correctas y proletarias. No hay otra alternativa para vencer. Esa es nuestra decisión en el interior. Ya llegará la oportunidad de enfrentar a algunos de los interpretadores de pensamientos ajenos, que cínicamente también, le hacen al paternalismo. Que sepan también que no es honesto ni justo usar los compañeros en sus cabronadas, así no entiendo la lucha ideológica en el seno del Partido. Que tengan la más absoluta seguridad que no la voy a usar, pero que sepan que estos métodos no se olvidan con facilidad. Que no perderé la oportunidad de pedir cuentas a los detractores y a los interpretadores.»
La captura
En la madrugada del día 25 de junio de 1975, tres vehículos de la DINA llegaron en horas del toque de queda a la calle Tocornal N° 557, en Santiago. La puerta fue abierta por el dueño de la pensión, Joaquín Palacios Izquierdo, al que le preguntaron por el arrendatario «que trabaja en Ferrocarriles y vive en la última pieza». Efectivamente, la «leyenda» que Ponce había señalado al propietario del lugar era que se desempeñaba en la Empresa de Ferrocarriles del Estado. Los sujetos, que se presentaron como «agentes especiales», detuvieron a Exequiel y su enlace, la joven secretaria Mireya Rodríguez, a la vez que allanaban el cuarto en busca de documentos y dinero.
Con la captura de Ponce, la DINA propinó un severo golpe a la reorganización del Partido Socialista en Chile. La dictadura siempre negó su detención, pero diversos testigos detenidos por los servicios de seguridad supieron de su paso por Villa Grimaldi.
Héctor Riffo Zamorano, recluido en ese recinto secreto de la DINA, fue sacado en una oportunidad por los agentes y llevado a reconocer a «Gino», un enlace de Ponce. El operativo no funcionó y Riffo fue acusado por los agentes de haberles dado «un punto falso». Cuando les hizo notar que no era él quien había dado el antecedente, los agentes comentaron: «El Viejo nos jugó chueco»…. Riffo se apercibió que hablaban de Ponce. Ya lo habían interrogado sobre el jefe socialista.
Por su lado, cuando el joven médico Edwin Patricio Bustos militante del MIR-detenido en ese mismo centro clandestino- fue interrogado por Osvaldo Romo, éste le manifestó «así que hacías la misma pega que hacía el viejito Ponce», aludiendo a su tarea de organización de clínicas clandestinas para la resistencia y al contacto con embajadas extranjeras.
Emilio Iribarren, también militante del MIR, fue detenido el 4 de enero de 1975. Tras permanecer un tiempo en Villa Grimaldi, se convirtió en colaborador de la DINA. Antes de su fallecimiento en Nueva York, entregó su testimonio en diversas investigaciones que se siguen en torno a la actuación de la DINA. Así, señaló que a mediados de 1975 observó algo que nunca olvidó: «Un hombre fue largamente torturado por 24 ó 48 horas. Fue colgado con una soga que le amarraba las manos por detrás. La soga pasaba por encima de una viga. Unos agentes tiraban de la cuerda hacia una polea, levantando al detenido, al tiempo que lo apaleaban brutalmente. El prisionero estaba desnudo y le mojaban el cuerpo para aumentar el efecto de la electricidad. Aquella vez le dieron hasta la madrugada. Gritaba. Cada vez que miré, pude ver a Germán Barriga dirigiendo personalmente la tortura. Al Viejo Exequiel Ponce lo torturaron brutalmente».
Al momento de su secuestro, «El Viejo» tenía 41 años de edad.
Testimonio de Máximo Pacheco
Fuente :pschile.cl sin fecha
Categoría : Testimonio
Compañero: te invito una cerveza
«Yo estudiaba economía en la Universidad de Chile y militaba en el MAPU desde que había entrado a la universidad, en 1971. A través de un compañero de la escuela, se me pidió que ayudara a montar una reunión, no se me dijo de quiénes, pero sí que eran importantes, y que por lo mismo, debían considerarse todas las medidas de seguridad, pues se trataba de personas muy buscadas por el régimen.
Tenía que trasladar a una persona al sitio de la reunión, esperar y regresarlo al lugar de origen. Se me advirtió del riesgo. Debía actuar con extremada prudencia, aplicación y cuidado. Me dieron indicaciones prácticas: auto bien lavado, yo bien vestido, con corbata, se me tenía notar que era del barrio alto.
Debía bajar por Bellavista hasta el semáforo que sigue al Colegio Patronato San José, allí iba a estar la persona junto al quiosco, leyendo y con La Segunda del día anterior bajo el brazo. Debía preguntarle: «¿Sabe usted qué micro tomar para ir a Vicuña Mackenna?». Y él diría: «Sí, yo te acompaño».
Llegué puntualmente, vi al personaje tal cual, subimos a mi auto y lo llevé adonde me habían indicado. En el camino no hablé nada y él tampoco. Pienso que se dio cuenta de mis nervios y de mi extrema concentración en lo que hacía, y no quiso añadir más tensión: tenía que respetar todas las normas, no exponerme a ser detenido por una infracción de tránsito.
Debía ser la una de la tarde. Llegue a la casa de la reunión, entré por el portón con el auto. En la casa reconocí a Jaime Gazmuri, a quien no veía hace mucho tiempo, nos dimos un gran abrazo. Jaime se mostró amistoso como siempre, carismático, simpático y extrovertido. Me agradeció. Me quedé en la casa mientras se reunían. Fue largo, más de tres horas.
Partimos de regreso en el auto. Yo más distendido, todo iba bien. Al rato, el hombre me dijo que quería pedirme un favor muy personal: que lo acompañara a tomarse una cerveza. Yo creo que se sintió seguro porque no conocía el barrio y no era conocido allí. «Yo, feliz -le dije-, pero me han pedido que sea muy cuidadoso. Me resulta muy difícil, estoy arriesgando tu seguridad, esto va en contra de todo lo que me han pedido.»
Insistió: «No te preocupes, es bajo mi responsabilidad».
Íbamos bajando por Avenida Kennedy, a la altura de Américo Vespucio. Yo conocía el sector y sabía que por ahí había una fuente de soda. Nos bajamos.
No me dijo quién era, ni yo se lo pregunté. Ya en la mesa, con las cervezas, que pagó él, solos, medio a oscuras (era un sitio frecuentado por obreros de la construcción), me dijo: «Compañero, te quise invitar esta cerveza, primero porque me produce alegría ver que hay gente joven como tú que está ayudando. Creo que nosotros, como generación, cometimos muchos errores, y como generación de dirigentes la lucha que estamos dando tiene sentido solamente porque existe gente como tú que nos va a reemplazar, porque nosotros somos todos hombres muertos. Nosotros no vamos a sobrevivir a esto. Y te quise invitar esta cerveza porque lo único que justifica nuestra lucha es que haya una generación como la tuya que le dé sentido».
No fueron más de diez minutos, me dejó muy marcado, fue muy emotivo. Obviamente, vi que era un hombre de mucho nivel. Muy afectuoso, directo, tal vez un poquito depre, pero sobre todo, lúcido: sabía que estaba acorralado, con el agua hasta el cuello.
Yo guardé silencio. Después le conté que estudiaba economía en la Universidad de Chile y que en la escuela había mucha gente como yo.
Lo dejé en la Escuela de Derecho, como me habían indicado, y llamé por teléfono a mi contacto para avisar que todo había salido bien.
Al día siguiente, en la escuela, lo comenté con el compañero del MAPU OC que me había hecho la petición: «Un solo problema, no pude convencerlo de no salirse de las reglas»: la cerveza. Entonces me enteré de quién era.
Al poco tiempo, semanas o días quizás, fue detenido con el resto de la Dirección del PS y desapareció. Cuando lo supe, no pude dejar de pensar que podríamos haber caído juntos».