Fecha Detención : 24-09-1973
Lugar Detención : Paine
Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Obrero agrícola
Estado Civil e Hijos : Casado 2 hijas
Nacionalidad : chilena
Relatos de Los Hechos
Fuente :Informe Rettig
Categoría : Antecedentes del Caso
Juan Bautista NUÑEZ VARGAS
El día 24 de septiembre de 1973, aproximadamente a las 16:00 horas llegaron hasta la Viña El Escorial de Paine, efectivos pertenecientes al Regimiento de Infantería de San Bernardo, movilizados en un camión y en un jeep, procediendo a detener a cinco trabajadores agrícolas, los que fueron conducidos hasta una cancha de fútbol, donde los hicieron tenderse en el suelo. Desde allí fueron trasladados al Regimiento de Infantería, donde permanecieron hasta cerca de las 22:00 horas, cuando fueron vendados y subidos a un camión con destino al Centro de Detención del Cerro Chena. Los arrestados eran:
– Héctor CASTRO SAEZ, 18 años, soltero, sin militancia política;
– Juan Guillermo CUADRA ESPINOZA, 26 años, casado, militante socialista;
– Gustavo Hernán MARTINEZ VERA, casado, sin militancia política;
– Juan Bautista NUÑEZ VARGAS, 33 años, casado, militante socialista; e
– Ignacio del Tránsito SANTANDER ALBORNOZ, 17 años, soltero.
El 3 de octubre en la madrugada, se realizó un operativo en el cual se detuvo a otros trece obreros agrícolas de la localidad de Paine. En esta ocasión, los efectivos pertenecientes al Regimiento de Infantería de San Bernardo se trasladaban en un camión rojo, con sus caras pintadas de negro. Ingresaron a los domicilios desde donde sacaron a los detenidos, para trasladarlos hasta San Bernardo y de allí al Centro de Detención del Cerro Chena. Estas trece personas fueron detenidas esa noche, junto a otras que posteriormente quedaron en libertad:
– José Angel CABEZAS BUENO, 21 años, soltero;
– Francisco Javier CALDERON NILO, 19 años, soltero;
– Domingo Antonio GALAZ SALAS, 23 años, soltero;
– José Emilio GONZALEZ ESPINOZA, 32 años, casado;
– Juan Rosendo GONZALEZ PEREZ, 23 años;
– Aurelio Enrique HIDALGO MELLA, 22 años, soltero;
– Bernabé del Carmen LOPEZ LOPEZ, 23 años, soltero;
– Carlos Manuel ORTIZ ORTIZ, 18 años, soltero;
– Héctor Santiago PINTO CARORA, 34 años, casado;
– Pedro Hernán PINTO CAROCA, 42 años, casado;
– Aliro del Carmen VALDIVIA VALDIVIA, 39 años, casado;
– Hugo Alfredo VIDAL ARENAS, 27 años, casado; y
– Víctor Manuel ZAMORANO GONZALEZ, soltero.
Varias personas que estuvieron detenidas en el Centro de Detención del Cerro Chena, relatan haber sido trasladadas hasta allí junto a los detenidos ya individualizados. En ese lugar se les mantuvo generalmente vendados, siendo sometidos a torturas e interrogatorios. Posteriormente algunos de ellos fueron dejados en libertad.
Los familiares de los desaparecidos concurrieron en varias oportunidades hasta ese Centro de Detención donde no se reconoció oficialmente la detención. Sin embargo, en el Recurso de Amparo 283?79 interpuesto en favor de Ignacio Santander Albornoz y Juan Cuadra Espinoza, se informó con fecha 16 de abril de 1974, por el Jefe de Zona Interior de los Departamentos de San Bernardo y Maipo que “los detenidos Ignacio Santander Albornoz y Juan Cuadra Espinoza, fueron dados de baja por los centinelas del Campo de Prisioneros de Chena el día 4 de octubre de 1973”.
En el mes de diciembre se informó a los familiares en el Servicio Médico Legal que existía registro del ingreso de los restos de todos estos detenidos y que habían sido enterrados en el Patio 29 del Cementerio General. Por la misma fecha, lugareños descubrieron restos humanos en el sector de la Cuesta de Chada. Los familiares concurrieron hasta allí pudiendo reconocer, en su mayoría, restos de la vestimenta que llevaban los detenidos cuando fueron sacados de sus casas. Los restos, que se encontraban esparcidos en el lugar, fueron levantados por personal de Carabineros y remitidos al Servicio Médico Legal, donde se realizaron las pericias correspondientes pero no se determinó la identidad de las personas.
En el mes de septiembre de 1990, el Ministro de la Corte de Apelaciones, Germán Hermosilla, se constituyó en ese Servicio Médico con el objeto de identificar los restos que permanecían en calidad de no identificados desde 1974. Los cuerpos reconocidos finalmente corresponden a las siguientes personas: José Cabezas Bueno; Francisco Calderón Nilo; Domingo Galaz Salas; Emilio González Espinoza; Juan González Pérez; Aurelio Hidalgo; Bernabé López; Héctor y Pedro Pinto Caroca; Aliro Valdivia Valdivia; Hugo Vidal Arenas, Manuel Zamorano González, Hector Castro Saez y Juan Nuñez Vargas.
De acuerdo a los antecedentes señalados y reunidos, resulta comprobada la responsabilidad directa de los agentes del Estado y civiles de Paine, en la detención y muerte de los detenidos los días 24 de septiembre y 3 de octubre de 1973. Por ello, esta Comisión se ha formado convicción que todos ellos son víctimas de violación a su derecho a la vida, habiéndose identificado los restos de dieciseis de ellos: catorce cuyas osamentas fueron reconocidas el año 1990 y dos cuya ejecución fue reconocida por la autoridad de la época.
Caso Paine llega a su fin: Corte Suprema emite histórico fallo y condena a 11 ex uniformados por el homicidio de 38 campesinos
Fuente :adprensa.cl 15/6/2022
Categoría : Prensa
El máximo tribunal condenó a 10 funcionarios del Ejército como autores del homicidio calificado de 38 personas y a un Carabinero por el secuestro calificado de dos víctimas.
La Corte recalificó los delitos de secuestro calificado a homicidio calificado, dejando sin efecto la media prescripción, elevando las penas de los condenados.
Tras 49 años de ocurridos los hechos la Corte Suprema emitió fallo definitivo en uno de los casos más emblemáticos perpetrados por dictadura militar, a través de su Segunda Sala Penal condenó a ex uniformados por el homicidio calificado de 36 trabajadores agrícolas y 2 empresarios, todos de la localidad de Paine, quienes fueron ejecutados en la cuesta Chada y la quebrada Los Quillayes, el 3 y 16 de octubre 1973, respectivamente, a manos de funcionarios de la Escuela de Infantería de San Bernardo.
Los ministros Jorge Dahm, Leopoldo Llanos, María Teresa Letelier y los abogados integrantes Diego Murita y Leonor Etchebery, en fallo histórico condenaron a Jorge Romero Campos y Arturo Fernández Rodríguez, capitán y subteniente del Ejército, respectivamente, a 20 años de presidio mayor en su grado máximo como autores del secuestro calificados de las víctimas. En este caso, el máximo tribunal aumentó sus penas en relación al fallo de segunda instancia dictado por la Corte de Apelaciones de San Miguel, en el cual Romero venía condenado a 15 años y Fernández a 10.
Del mismo modo, la Corte elevó las penas para el cabo José Vásquez Silva y a los conscriptos Carlos Lazo Santibañez, Juan Opazo Vera y Carlos Durán Rodríguez de 5 a 10 años de presidio mayor en su grado mínimo también como autores de homicidio calificado.
La misma pena recibieron los conscriptos Roberto Pinto Labordarie, Jorge Saavedra Meza y Víctor Sandoval Muñoz.
En el caso del conscripto Raúl Francisco Areyte Valdenegro, la Corte aumentó su condena de 5 a 6 años de presidio mayor en grado mínimo como autor de 14 homicidios calificados.
Señalar que para todos los condenados antes mencionados, el máximo tribunal recalificó los delitos en relación al fallo de segunda instancia, de secuestro calificado a homicidio calificado. Del mismo modo, los ministros reconocieron la colaboración que tuvieron los conscriptos mediante sus declaraciones, lo cual habría aportado
en las identificaciones y les aplicó la atenuante especial de colaboración sustancial y de irreprochable conducta anterior.
Mientras que el capitán de Carabineros Nelson Bravo Espinoza fue condenado a 10 años de presidio mayor en su grado medio, cuya pena fue elevada en 5 años y su delito fue recalificado como autor de secuestro simple a secuestro calificado de Ramón Capetillo Mora y Mario Muñoz Peñaloza, ocurrido entre el 8 y 10 de octubre de 1973.
En tanto, Osvaldo Magaña Bau, Juan Guillermo Quintanilla y Carlos Kylling Schmidt, quienes habían sido condenados durante el proceso, fueron sobreseídos por encontrarse fallecidos, al igual que Víctor Pinto Pérez.
El abogado querellante Nelson Caucoto, quien representa a familiares de 37 víctimas, se mostró satisfecho ya que la Corte acogió todos los recursos de casación que presentaron y celebró el fallo señalando que “mañana habrá un día más luminoso para los familiares de las víctimas de Paine, ejecutadas por militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo, un día plagado de nuevas sensaciones y esperanzas”.
Caucoto, quien lleva el caso desde sus inicios, señaló que “El máximo tribunal de la República ha dictado sentencia definitiva, en este caso, que habla de una masacre ocurrida hace 49 años en esa localidad rural. Se ha logrado vencer la impunidad, la indolencia y la barbaridad. Lo que ha hecho la Corte Suprema es un acto de sanidad para esos familiares y para la sociedad chilena en general.
Uno de los crímenes imperdonables de la dictadura cívico-militar ha sido resuelto por la justicia chilena de manera civilizada. A pesar del largo tiempo transcurrido, la Justicia es posible”.
Mencionar que en los alegatos actuaron también como querellantes el Programa De DD.HH del Ministerio del Interior, la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) y el abogado Luciano Fouillioux, como apoderado del padre la abogada Pamela Pereira, Andrés Pereira Salsberng.
En materia civil se dejó sin efecto la cosa juzgada que había sido decretada por la Corte de Apelaciones de San Miguel y que impedía a algunos familiares de las víctimas acceder a una reparación.
LOS HECHOS
Cuesta Chada
De acuerdo a la investigación encabezada por la ministra en visita extraordinaria para causas de derechos humanos de la Corte de Apelaciones de San Miguel, Marianela Cifuentes, se puedo establecer que el día 24 de septiembre de 1973, en horas de la tarde, soldados de la Segunda Compañía de Fusileros de la Escuela de Infantería de San Bernardo se presentaron en el asentamiento ´El Escorial de la comuna de Paine y detuvieron, sin derecho, a Héctor Guillermo Castro Sáez y Juan Bautista Núñez Vargas, entre otros.
Tras su detención, Héctor Castro Sáez y Juan Núñez Vargas fueron trasladados al campo de prisioneros del Cerro Chena de la Escuela de Infantería de San Bernardo, lugar en que se les mantuvo ilegalmente encerrados.
Que, el día 2 de octubre de 1973, soldados de la Escuela de Infantería de San Bernardo se presentaron en el asentamiento ´El Escorial de la comuna de Paine y detuvieron a José Ángel Cabezas Bueno, quien, acto seguido, fue trasladadoal campo de prisioneros del Cerro Chena.
El día 3 de octubre de 1973, en la madrugada, soldados comandados por el Capitán Jorge Eduardo Romero Campos, salieron desde el campo de prisioneros del Cerro Chena, a cargo del Teniente Osvaldo Andrés Alonso Magaña Bau y los Subtenientes Carlos Walter Kyling Schmidt y Arturo Guillermo Fernández Rodríguez, con los detenidos José Ángel Cabezas Bueno, Héctor Guillermo Castro Sáez y Juan Bautista Núñez Vargas, en un camión marca Dodge de color rojo conducido por Juan Guillermo Quintanilla Jerez, se dirigieron al asentamiento ´El Escorial de la comuna de Paine y detuvieron, a Francisco Javier Calderón Nilo, Domingo Octavio Galaz Salas, José Emilio González Espinoza, Juan Rosendo González Pérez, Aurelio Enrique Hidalgo Mella, Bernabé del Carmen López López, Héctor Santiago Pinto Caroca, Hernán Pinto Caroca, Aliro del Carmen Valdivia Valdivia, Hugo Alfredo Vidal Arenas y Víctor Manuel Zamorano González.
Posteriormente, en el mismo camión trasladaron a todos los detenidos hasta una quebrada en la Cuesta de Chada y los ejecutaron, disparándoles con las armas de fuego que portaban, encontrándose tiempo después sus cadáveres abandonados en el citado lugar.
Las osamentas de los cuerpos fueron encontradas por los propios familiares tiempo después y levantadas desordenadamente por Carabineros y llevadas al Servicio Médico Legal, lugar donde permanecieron durante 20 años arrumbados en una bodega sin ser periciados para su identificación, lo que se obtuvo recién en la época de los 90.
Quebrada los Quillayes
El 8 de octubre de 1973, funcionarios de la Subcomisaría de Carabineros de Paine se presentaron en el asentamiento ´Campo Lindo de la misma comuna y detuvieron, sin derecho, a Ramón Alfredo Capetillo Mora, quien, acto seguido, fue encerrado en la referida unidad policial.
En los días posteriores, Ramón Capetillo Mora fue trasladado al campo de prisioneros del Cerro Chena de la Escuela de Infantería de San Bernardo.
Dos días después, el 10 de octubre de 1973, funcionarios de la Subcomisaría de Carabineros de Paine se presentaron en el asentamiento ´24 de Abrilμ de la misma comuna y detuvieron, sin derecho, a Mario Enrique Muñoz Peñaloza, quien, acto seguido, fue encerrado en la referida unidad policial y trasladado al campo de prisioneros del Cerro Chena de la Escuela de Infantería de San Bernardo.
En la época de los hechos, la Subcomisaría de Carabineros de Paine se encontraba a cargo del Capitán Nelson Iván Bravo Espinoza.
En tanto, 16 de octubre de 1973, en la madrugada, soldados de la misma Escuela de Infantería de San Bernardo, comandada por el Capitán Jorge Eduardo Romero Campos, salieron desde el campo de prisioneros del Cerro Chena, a cargo del Teniente Osvaldo Andrés Alonso Magaña Bau y los Subtenientes Carlos Walter Kyling Schmidt y Arturo Guillermo Fernández Rodríguez, con los detenidos Ramón Alfredo Capetillo Mora y Mario Enrique Muñoz Peñaloza, en un camión marca Dodge de color rojo conducido por Juan Guillermo Quintanilla Jerez, con el objeto de detener a veintidós personas en la localidad de Paine. Es así que, en sus respectivos domicilios, ubicados en la zona urbana de la comuna de Paine, detuvieron, sin derecho, a René del Rosario Maureira Gajardo ya Andrés Pereira Salsberg.
Mientras que en el asentamiento ´24 de Abril, detuvieron a Patricio Loreto Duque Orellana, José Germán Fredes García, Carlos Enrique Gaete López, Rosalindo Delfín Herrera Muñoz, Jorge Hernán Muñoz Peñaloza, Ramiro Antonio Muñoz Peñaloza, Silvestre René Muñoz Peñaloza, Carlos Alberto Nieto Duarte, Laureano Quiroz Pezoa, Luis Ramón Silva Carreño y Basilio Antonio Valenzuela Álvarez. En el asentamiento ´Nuevo Sendero, a José Domingo Adasme Núñez, José Ignacio Castro Maldonado, Luis Alberto Gaete Balmaceda, Luis Rodolfo Lazo Maldonado, Samuel del Tránsito Lazo Maldonado, Carlos Enrique Lazo Quinteros y Samuel Altamiro Lazo Quinteros y, por último, en el asentamiento ´El Tránsito, a Pedro Antonio Cabezas Villegas y Roberto Esteban Serrano Galaz.
Posteriormente, los detenidos antes mencionados fueron trasladados hasta la quebrada Los Arrayanes, sector Los Quillayes, en las inmediaciones del Lago Rapel, lugar en que fueron fusilados por los soldados antes referidos y el civil que los acompañaba, quienes, acto seguido, enterraron sus cuerpos en el mismo sitio, siendo encontrados años después sólo fragmentos óseos y dentales de once de las veinticuatro víctimas, debido a que sus cuerpos fueron removidos y trasladados hasta un sitio desconocido hasta la fecha, en el marco de la Operación retiro de televisores, en 1978.
Juan Bautista Núñez VargasTestimonio de María Soto Garrido ( EXTRACTO)
Fuente :germina.cl 2016
Categoría : Otra Información
Juan Bautista Núñez Vargas, es uno de los setenta hombres detenidos desaparecidos y ejecutados de Paine. Tenía 33 años al momento de su detención y desaparición, casado, dos hijas, militante socialista1 , se desempeñaba como obrero agrícola. Fue detenido el 24 de septiembre de 1973 desde el asentamiento El Escorial de Paine, por efectivos pertenecientes al Regimiento de Infantería de San Bernardo, los que iban movilizados en un camión y en un jeep, procediendo a detener a cuatro trabajadores agrícolas más, los que fueron trasladados al Regimiento de Infantería y posteriormente al Centro de Detención del Cerro Chena. Fue ejecutado por efectivos militares el día 3 de octubre de 1973, su cuerpo permaneció en el Instituto Médico Legal desde 1974 y sus restos fueron entregados a sus familiares en 1991. A continuación, presentamos el testimonio de María Soto Garrido, esposa de Juan Núñez Vargas. Este testimonio se basa en conversaciones sostenidas entre María y la investigadora de Germina, conocimiento para la acción.
Yo me llamo María Soto Garrido y mi esposo era Juan Núñez Vargas, teníamos dos hijas, María Teresa no alcanzaba a tener cuatro años y la Ximena tenía un poco más de un año. Vivíamos en el asentamiento El Escorial. Lo detuvieron el 24 de septiembre de 1973, junto a cuatro compañeros del mismo asentamiento, militares del Regimiento de Infantería de San Bernardo y se los llevaron al Cerro Chena. Nunca supe las razones por las que se lo llevaron detenido. Juan manejaba un camión e iba a buscar alimentos para todos a la JAP2 , ahí le entregaban pollo, azúcar, todas esas cosas porque ya no había donde comprar nada. Eso era todo lo que él hacía, quizás por eso se lo llevaron. Mi familia llegó a Paine desde Navidad3 , yo tenía 12 años y éramos siete hermanos. Mi papá se vino a trabajar a la localidad de Colonias de Paine, pues allá no había trabajo y también para darnos estudios. Él tenía unos terrenos que arrendaba para talaje, que aún existen, así que nunca había trabajado y dejó todo tirado y se vino. A los 18 años yo vivía en Paine con una familia de Angol y me fui para El Escorial porque alguien le habló de mí a la dueña del fundo, Teresa Ossandón, y me mandó a buscar para que les cuidara a las dos niñitas que tenía. Así me fui a trabajar puertas adentro, yo dormía con las niñitas. Los patrones siempre se portaron bien conmigo, pero frente a la detención de Juan no ayudaron en nada. De hecho, el mismo patrón, don Patricio Gana Lyon y su cuñado dieron los nombres, apellidos y apodos de los que detuvieron en el fundo.En El Escorial conocí a mi marido, pues su familia era de ahí, y al tiempo nos casamos. Ahí dejé de trabajar cuidando a las niñas de la señora Teresa, pero nos quedamos viviendo en el lugar. El día que se lo llevaron, tenía a mi hija más chica enferma por lo que la llevé a la posta de Buin. Al regreso no encontramos micro y tuvimos que venirnos a Paine en un taxi. El taxista nos dice “Mire, yo las voy a dejar en la puerta no más, porque pa’ dentro está lleno de militares pintados, están todos pintados”. Cuando nos bajamos del auto, iba saliendo el camión con los detenidos. Se detuvo y bajó mi esposo, me pasó las llaves de la casa y me dijo “Vaya hablar con el Capitán de Paine”, pues éste, Nelson Bravo, se pasaba metido en El Escorial, se llevaba vinos y siempre les decía que si pasaba cualquier cosa le avisaran para ayudar. Esa fue la última vez que yo vi con vida a Juan.Me fui a dejar a Ximena, que tenía poquito más de un año, a la casa donde la señora María Nilo, que a su hijo, Arturo, también lo detuvieron en ese tiempo pero lo dejaron libre. Ella hace poco falleció y siempre me cuidó a las niñas. La dejé y fui a ver al Capitán, pero no salió nunca, no estaba.También, junto a otras señoras llegábamos hasta la puerta del Cerro Chena4 y preguntábamos por nuestros esposos y los militares no nos daban información, solo decían que había gente adentro. Íbamos hartas, la señora Genoveva Bozo5 , Alicia Santander6 , en realidad íbamos todas las que quedamos solas, a las que se llevaron a sus maridos de El Escorial. Así pasaron los días cuando supimos que el día 3 de octubre los trasladaron en un camión y los ejecutaron en la Cuesta de Chada , allá los fueron a matar. Mi cuñado, Marcial, que trabajaba acarreando animales para pastar por ese sector, fue quien encontró la ropa de mi marido, su pantalón, su camisa calipso, -yo me acuerdo como si fuera hoy día- un chaleco rojo y las botas de goma, pues se lo llevaron cuando él estaba regando en la viña, ese era su trabajo. Todas sus cosas me las trajeron. Mi cuñado me contó que venía con más gente bajando con los animales y se encontró con la ropa y una zanja donde había restos humanos, pero a mi marido no lo echaron en la zanja, estaban un poquito más allá, debajo de una mata de quillay, ahí estaba su ropa, el pelo y unos huesitos. Es todo lo que había, no había más. Yo partí a la Cuesta de Chada, en realidad partimos todas, en lo que fuera. Anduvimos en coloso con tractor, fuimos en coche con caballo. Toda una tarde en ir y estar allá. Algunas traían cosas que podían servir para reconocer las de su hermano, hijo, marido o papá. Toda esa ropa quedó ahí, la dejamos ahí no más. Después el lugar estaba cercado por militares, porque era recinto privado, y no dejaban subir a nadie, ni a la gente que vivía por esos lados. Además pusieron dos rieles de esos de la línea del tren y hasta ahí no más llegamos nosotros. Ahora está lindo con las cruces que pusieron. ( EXTRACTO )
El mosaico de Juan Bautista Núñez Vargas En la construcción del mosaico de mi marido participó harta gente que llegaba a ayudarnos: profesores, doctores, jóvenes y ellos hicieron casi todo, porque si bien yo siempre estaba me daba pena. Pero yo di todas las ideas para hacer el mosaico de Juan. Así, se hicieron dos palomas, la del lado derecho representa a mi marido y la de la izquierda a mí. En el centro hay un corazón con dos rositas rojas, una es María Teresa y la otra es Ximena, nuestras hijas. También se puso unos quiscos porque hay de esos en Chada, donde los encontraron; una guitarra pues la tocaba y le gustaba mucho, y una bandera chilena porque a una de las personas le parecía que venía bien. El mosaico de mi marido significa mucho para mí porque ahí está toda mi inspiración, porque de mí salió todo eso.