Fecha Detención : 12-12-1985
Lugar Detención : Osorno
Actividad Política :
Actividad : Estudiante
Estado Civil e Hijos :
Nacionalidad : Holandesa
El holandés desaparecido en el volcán
Fuente :3 de Marzo 2005 La Nacion
Categoría : Prensa
A las 08:30 horas y a mil metros de altura en el volcán Osorno, el juez Juan Guzmán toma juramento a los brigadistas del Cuerpo de Socorro Andino, Zonal Sur. El juez viste parka azul, pantalón grueso y bototos.
Mil 600 metros más arriba, la punta casi perfecta del Osorno muestra su capucha blanca de nieve eterna. Y también sus grietas profundas, semiocultas bajo los glaciares. Paulus y Loes Visser, un matrimonio holandés, y el embajador de Holanda en Chile, Hinkynus Nijenhuis, acompañan al grupo y observan. También lo hacen funcionarios de la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones que laboran junto al juez y su actuaria Malvina Pinto.
Abajo, la inmensidad del lago Llanquihue. Al norte, una densa niebla amenaza subir. Pero el sol platina el sombrero blanco del volcán. Un viento helado balancea las ramas de los coigües. Los rescatistas quedan juramentados en calidad de ministros de fe. Después de 20 años, se reinicia la búsqueda del joven holandés Maarten Melle Visser. Sus padres, Paulus y Loes, nunca lo abandonaron. Desde diciembre de 1985, cuando desapareció en el nevado un miércoles 11, viajan cada año a Chile para celebrar el rito de la ascensión del Osorno. Sienten que pondrán fin a su duelo sólo al encontrar el cuerpo de Maarten. El 2003 le contaron su dolor a la Reina Beatriz. Ella los escuchó y el asunto se transformó en tema de Estado.
El mapa de los brigadistas está zonificado. Esta vez la búsqueda será distinta. Cada zona de rastreo está marcada en una plastificada carta geográfica. Un helicóptero de Carabineros los transporta cada mañana hasta el refugio Teski, a mil metros de altura, y desde ahí peinan cada cuadrado numerado. El grupo comienza a subir. El terreno se torna agresivamente pedregoso, con una piedra áspera y filuda de lava que alguna vez brotó. Sobre todo afuera de la huella que lleva a la base de la punta, donde comienzan los últimos 600 metros de sus glaciares.
El sábado pasado acompañamos a los brigadistas hasta los mil 400 metros en el reinicio de la búsqueda. Las faenas de rescate no tienen límite, pero se les pondrá fin si no hay resultados en marzo. El peligrosamente cambiante microclima del volcán impide continuar más allá.
El juez Guzmán busca al joven en el marco del proceso caratulado “Volcán Osorno”. Pero su desaparición está rodeada de misterio. Probablemente pudo ser un accidente, como creen los brigadistas. Hasta ahora, los antecedentes del proceso no aportan pistas para establecer responsabilidad de terceros. En los padres ronda el fantasma del secuestro. Y una vez más el espectro se parece a Colonia Dignidad, definida en varios procesos penales en Chile como una asociación ilícita. Una secta de “beneficencia” que desde 1961 encubre objetivos criminales, con más de 70 procesos en su contra. Durante la dictadura, tras sus alambradas la DINA y la CNI escondieron prisioneros, instruyeron a sus agentes, y oficiales de toda gama y civiles encontraron la paz de la tarde y los manjares alemanes, de todo tipo, para vacacionar.
Itinerario
El joven VISSER llegó a Chile el 9 de diciembre de 1985 con 18 años. Lo atrajeron las maravillas del sur, especialmente el volcán Osorno. Ese lunes alojó en Puerto Montt en casa de María Torres y Luis Higueras. El martes se enfrascó en una discusión con los dueños porque criticó al régimen de Pinochet y el tipo de Estado policial que percibió en esas pocas horas. Nada serio, al parecer. El miércoles viajó hasta el refugio Teski del volcán y salió a excursionar, con ropa de calle. Sus pertenencias eran mínimas. En Puerto Montt dejó algunas cosas, pues regresaría pronto, dijo. Pero no volvió más. Todo se asemejó a un accidente. Permanentemente el volcán cobra la vida de los inexpertos que se aventuran en sus zonas más delicadas. Con Maarten, hasta ahora, han desaparecido seis personas en el nevado.
La telaraña de la secta “Dignidad”
Es imposible no vincular el caso Maarten Visser con la misteriosa desaparición, el 4 de enero de 1985, del matemático ruso-judío -nacionalizado estadounidense- Boris Weisfeiler, en la intersección de los ríos Ñuble y El Sauce en la precordillera de la comuna de San Fabián de Alico en la VIII Región. Al igual que con el alto funcionario de la embajada alemana en Chile, Hans Buss, desaparecido el 19 de diciembre de 1989 en el volcán Casablanca, a 77 kilómetros de Osorno.
En estos tres casos está la sombra de Colonia Dignidad, o su presencia directa, como en Weisfeiler. El estadounidense fue arrestado por una patrulla militar que lo entregó en el predio de la secta, al este de Parral. Así lo declaró en 1987 un integrante de la patrulla a un funcionario de la Embajada de Estados Unidos.
Hans Buss era el encargado de la documentación clasificada de la embajada alemana, entre ella todo lo relacionado con la organización de Paul Schäfer. Buss subió ese día al volcán de paseo. Un monte de mil 990 metros sin riesgo alguno. Abajo quedaron sus hijos y esposa. Pero nunca regresó. El sacerdote chileno-germano Vinzenz Gottschalk, dijo a la viuda que recibió información en confesión, respecto de la “mano” de Colonia Dignidad en el destino final del diplomático.
En una calle de Puerto Montt, hace algún tiempo, un extraño detuvo a los padres de Maarten Visser para decirles: “su hijo está vivo, pero prisionero en Colonia Dignidad”. En la época de la desaparición del joven holandés y Weisfeiler, colonos de Dignidad y agentes de la CNI realizaron búsquedas en la zona sur, tras los pasos de Hugo Baar, uno de los fundadores de la secta que se fugó y volvió a Alemania.
Madre de holandés desaparecido en 1985, en el Volcán Osorno: “Espero algún día encontrar los restos de mi hijo”
Fuente :radiosago.cl 5/12/2022
Categoría : Prensa
Radio Sago conversó con los padres de Maarten Melle Visser, joven holandés que desapareció el 12 de diciembre de 1985 a la edad de 18 años y cuya última pista es que había sido visto en las inmediaciones del volcán Osorno.
Desde aquella fecha hasta hoy los padres de Maarten, Paulus y Loes, -ambos octogenarios- viajan una vez al año a Chile para buscar nuevos datos que den con el paradero o los restos de su hijo.
Según el relato de la familia, el joven habría dormido una noche en el refugio Teski y a la mañana siguiente salió a tomar fotografías, perdiéndose desde ese momento todo rastro.
Padres de joven holandés desaparecido hace casi 35 años en Volcán Osorno piden pistas de su paradero
Fuente :biobio.cl 4/11/2020
Categoría : Prensa
Los padres de Maarten Melle Visser viajan a Chile año a año para visitar el sector en donde se perdió el rastro a su hijo, pero por el contexto de pandemia no podrán hacerlo este 2020. Pese a ello, en esta ocasión entregaron una carta en donde emplazan a quienes puedan tener alguna pista en relación al paradero del joven.
El caso de Maarten, extraviado desde el 12 de diciembre de 1985, forma parte del informe Rettig desde la década del 90, sin embargo, nunca fue sindicado como un hecho de violación a los derechos humanos durante la dictadura.
“Ya han pasado casi 35 años desde que recibimos la terrible noticia que nuestro hijo Maarten había desaparecido en Chile. Él ya llevaba diez días desaparecido desde el 12 de diciembre de 1985. A nosotros nos dijeron que no tenía sentido viajar a Chile, porque seguramente había tenido un accidente y ya no estaba con vida. Un aviso semejante, sin ninguna prueba, era para nosotros inaceptable”, señalan en la misiva.
En esa línea, mencionan que tenían poca confianza en las autoridades de aquella época, agregando que “aparte de un accidente habían más posibles explicaciones sobre su desaparición”.
“Ese mismo día viajamos a donde por última vez se había visto a Maarten, el Volcán Osorno. Desde entonces hemos viajado todos los años a Chile para intentar encontrar alguna pista. Sabíamos que nuestro esfuerzo personal iba a ayudar a que la desaparición de Maarten no fuera a quedar en el olvido. Cada año esperábamos encontrar alguna pista. Y sí las encontrábamos, pero lamentablemente, sin datos reales sobre Maarten”, indican.
Explican que durante los últimos años han recibido finalmente información más concreta sobre personas que posiblemente estuvieron involucradas en la desaparición de Maarten, y que, sin embargo, estas personas “lamentablemente se envuelven en una red de mentiras y todavía no podemos sacar conclusiones concretas”.
“Pareciera que existiera un pacto de silencio entre los involucrados. Estamos agradecidos de que nuestros abogados, el Gobierno Chileno y el Poder Judicial estén enfocados y entreguen ahora toda su atención y colaboración para desenmarañar estos secretos”, aducen.
Asimismo, señalan que les hubiera gustado “viajar este año nuevamente a Chile. Lamentablemente debido a la pandemia de covid-19 no es posible. Tal vez sí el próximo año. Tan pronto sea factible queremos ir a Chile. No saber qué ocurrió en 1985 con Maarten es para nosotros como familia una carga demasiada pesada”.
“Nosotros estamos muy contentos con la ayuda que durante estos años también hemos recibido de ustedes. Sin el apoyo incansable de muchos, nosotros no hubiéramos podido aguantar”, explican.
Mencionan que esperan y rezan para que “alguien tenga alguna información adicional y que tenga el coraje de quebrar el pacto de silencio. No duden en compartir esa información con nosotros, cuan pequeña que sea.
Piden a cualquier persona que posea alguna información la haga llegar a Miguel Aylwin Oyarzun, de “Aylwin & Cía” en Santiago, al teléfono 222280890, inclusive de forma anónima.
“El aclarar los secretos alrededor de la desaparición de Maarten tiene para nosotros como padres y para el hermano y dos hermanas de Maarten un valor incalculable”, sostienen.
Finalmente, declaran: “Chile, y muchos chilenos queridos, están por siempre en nuestro corazón. Tal vez hasta el próximo año. We thank everybody wholehearted who helped us during all those years! (traducción: ¡Agradecemos de todo corazón a todos los que nos ayudaron durante todos estos años!)”.
Documental "Twee Levens" subtitulado al español. disponible en youtube.com "UNA VIDA DESAPARECIDA"
Ministro Álvaro Mesa realizó diligencias en causa de joven holandés perdido en el Volcán Osorno en 1985
Fuente :eha.cl 6/7/2018
Categoría : Prensa
El ministro en visita extraordinaria para causas de derechos humanos de las Cortes de Apelaciones de Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, se constituyó el miércoles 4 de julio en la capital regional en el marco de las diligencias que realiza para esclarecer dos causas que se encuentran en etapa de sumario (investigación).
"En esta oportunidad estamos realizando diligencias sobre causas que no son de Puerto Montt, pero hay que interrogar a testigos aquí en Puerto Montt. Así que estamos tomando declaraciones a diferentes testigos a fin de profundizar la investigación", indicó.
Una de estas causas (rol 25-2011-V) corresponde a la víctima Reinaldo Patricio Rosas Asenjo, joven de 17 años, militante socialista y presidente del Centro de Alumnos del Liceo de Hombres de Osorno, quien fue muerto el 13 de septiembre de 1973 y en cuya causa existe procesamiento en contra de Gustavo Santibáñez.
Joven holandés
"En la otra causa (rol 7-2015), que está en sumario al igual que la anterior, la víctima es Maarten Melle Visser. Sabemos que es un ciudadano holandés de 18 años, que ingresó a Chile con la intención de conocer el volcán Osorno, en el contexto de un viaje de exploración por Sudamérica. El 12 de diciembre de 1985, una vez en el volcán e instalado en el refugio Teski Club ubicado en sus faldas, decidió salir a recorrer el sector para sacar fotografías, no regresando después y desconociéndose su paradero actual", detalló el ministro Mesa.
"En el mes de marzo –continuó– estuvimos en terreno con el Centro de Estudios Científicos de Valdivia que nos colaboró con especialistas, un glaciólogo y un experto en alta montaña y también estuvimos con expertos de la PDI en alta montaña y perros, para buscar en el bosque posibles rastros de Maarten Melle Visser. Esto fue bien planificado y nos acompañaron tres días de buen tiempo, pero no se pudo llegar a más porque hubo un accidente de la Policía de Investigaciones cuando estaba en la parte alta del volcán; pero queremos insistir en verano, con un mejor estudio satelital del tiempo, porque tenemos bien delimitado en qué lugares hay que buscar, según los expertos".
Un joven holandés y el misterio de su pérdida llegan el miércoles con el film «Una Vida Desaparecida»
Fuente :puertomontt.bogspot.com 21/1/2014
Categoría : Prensa
Una viaje de ensueño trocado en una probable pesadilla con uno de una de las organizaciones mas más oscuras que han existido en Chile –Colonia Dignidad- son la obsesión de un padre y una madre holandeses que buscan a su hijo desaparecido desde 1985 y que cuenta la película “Una Vida Desaparecida” que se exhibe el miércoles a las 20 horas en la Sala Mafalda Mora de la Casa del Arte Diego Rivera. Entrada liberada.
Maarten Melle Visser tenía 18 años cuando visitó Chile atraído por los parajes turísticos de la zona sur. Sin embargo, su rastro se perdió el 12 de diciembre de 1985, tras ascender hasta los faldeos del Volcán Osorno.MISTERIO
A partir del relato anónimo que un ex habitante de Colonia Dignidad le entrega a la familia, en el cual se menciona que Maarten fue secuestrado y trasladado hasta dicho lugar, sus padres no tienen seguridad sobre lo que pudo haber pasado realmente.
Desde entonces, Paulus y Loes Visser, viajan a Chile para investigar o visitar a algunos testigos y para ponerle flores a la cruz que recuerda a Maarten en el Volcán Osorno. La realizadora Fifi Visser acompaña a sus padres para documentar la búsqueda incansable de su hermano y para investigar cómo eso ha afectado a sus padres.
Una vida desaparecida ha tenido una gran recepción en Holanda, primero en festivales y el cine y luego en la televisión holandesa, exhibiéndose en múltiples ocasiones. Fifi todavía hace televisión y documentales, y recientemente comenzó a hacer cortometrajes de ficción.
30 años buscando al hijo perdido
Fuente :latercera.cl 9/2/2016
Categoría : Prensa
Al matrimonio holandés de Paulus y Loes Visser se les perdió en 1985 un hijo en Chile: Maarten, de 18 años, que andaba mochileando por Sudamérica y cuyo rastro se esfumó en el volcán Osorno. Lo buscó Socorro Andino y el juez Juan Guzmán también investigó el caso. Nunca lo encontraron. Los padres han mantenido una perseverancia sin tregua: en diciembre de cada año vienen al sur a hacer su propia investigación. No se resignan a dejar de buscarlo.
Las cabañas Vista al Lago se ubican en Ensenada, a orillas del lago Llanquihue, en medio de un bosque. Ahí se hospeda la familia Visser en pleno: los patriarcas Loes (77) y Paulus (73) en una cabaña. Mientras sus tres hijos, Pieter, AnneMarie (Mimi) y Friederike (Fifi), ocupan otras tres, con sus respectivos cónyuges e hijos. En total los Visser suman 17 personas. Y, a simple vista, podría parecer que se trata de una familia holandesa que viene a hacer turismo en el sur de Chile. Pero no es así. Ellos están haciendo un viaje a la memoria, porque en diciembre se cumplieron 30 años desde que Maarten, el segundo de sus hijos, se perdiera en estas tierras. "Treinta años son una razón más que suficiente para venir todos a Chile", explica el padre, Paulus. Maarten tenía 18 años, había terminado el colegio y quería viajar. Tuvo la intención de ir a India, pero sus padres le aconsejaron cambiar de destino, porque India les parecía peligroso. Optó por venir a Sudamérica. Trabajó en un barco que lo trajo hasta Brasil. Y de ahí siguió recorriendo, solo, Paraguay y el sur de Argentina. Estuvo en Bariloche, desde donde los llamó el 5 de diciembre. Sus padres recuerdan que se oía contento y que les dijo que cruzaría a Chile. Alcanzó a estar dos días antes de desaparecer. Cautivado por la imponencia del volcán Osorno, se hospedó en el refugio Teski, un club andino que hay en el macizo. Era verano, había sol y el 12 de diciembre le dijo a la gente del refugio que iría a dar una vuelta y sacar unas fotos, porque era aficionado a la fotografía. Nunca regresó.
Diez días después, el 22 de diciembre de 1985, llegaron dos policías a la casa de los Visser en Rotterdam a golpearles la puerta; les dijeron que Maarten estaba desaparecido en Chile. "Así supimos que algo terrible había pasado", dice Paulus. Ese mismo día viajaron a Chile a buscar a Maarten. Fue la primera vez.
Paulus y su mujer, Loes, vienen a Chile todos los años. Loes trae consigo varios papeles: un mapa de la zona, una hoja plastificada con los nombres y los datos de cada persona con la que han tenido alguna vinculación en la búsqueda de su hijo: guardaparques, detectives, periodistas. Y los afiches que ella misma ha confeccionado. En ellos hay varias fotografías de Maarten y esta leyenda: "Desapareció. Mide 1.84, es flaco, tiene el pelo rizado, cejas anchas, ojos color café, pantalón azul marino, jersey de lana de Angelmó, zapatillas North Star, mochila pequeña, una cámara Olympus y un reloj Seiko. Era miope y llevaba lentes con montura de metal". El afiche tiene, además, anotado el mail, teléfono y dirección de los padres en Holanda.
Loes come rápidamente una empanada de pollo y queso mientras ordena los papeles y selecciona algunos afiches. Luego se abriga con una chaqueta –es una mañana lluviosa en Ensenada– y junto a su marido e hijas sale a hacer un recorrido. Se detienen en el supermercado Los Volcanes y con un castellano chapuceado –no ha logrado aprender bien el idioma– le explica a la mujer que atiende el negocio, que es la madre de un joven holandés que se perdió en estas tierras hace 30 años y que le gustaría dejar un afiche en el ventanal que da a la calle.
Usted es la madre del holandés perdido: todos aquí conocemos esa historia, dice la vendedora.
La madre instala el afiche. Luego camina hasta la tenencia de carabineros de Ensenada, que está a unos metros, y saluda al carabinero Ojeda que está de turno. Loes le explica que le gustaría dejar ahí un afiche de su hijo perdido. El carabinero la lleva hasta el diario mural y ahí está un afiche idéntico que los Visser dejaron el año pasado.
–¿No han tenido alguna noticia, encontrado o sabido algo?, pregunta la madre.
–No, nada, responde el carabinero.
–No lo olvide, cualquier cosa que encuentren, avísenos.
Claro, le avisaremos.
*
Desde las cabañas donde se hospeda la familia Visser, cuando está despejado, se ve el volcán Osorno: grande y nevado. Y en más de una ocasión, mientras Loes se sienta en un tronco a contemplar la vista junto a su hija Fifi, observa el macizo y dice: "Han pasado treinta años y no sabemos qué pasó con Maarten".
El guardaparque Sergio Hernández estaba de turno en el volcán Osorno el día que desapareció Maarten y es u
Los padres han escuchado decenas de veces el relato del guardaparques, pero siempre lo hacen con atención, como si algo que no hayan detectado pudiera aparecer en ese relato. "El volcán es grande y si no se toman las precauciones, es fácil perderse (…). Al final de ese día, los del refugio me vinieron a avisar que no había vuelto. Fue ahí que le avisé a mi jefe del sector y se inició la búsqueda al otro día con la gente de Conaf, Carabineros, Socorro Andino", agrega Hernández, quien hoy es guardaparque en los saltos del Petrohué.
Esa primera vez que vinieron a Chile buscando al hijo perdido, los padres fueron recibidos por el cónsul de Holanda en Puerto Montt, que los llevó a hablar con la policía. Luego los subieron a un helicóptero y les mostraron desde el aire lo peligroso que era el volcán. "Antes de que nosotros llegáramos, el tribunal de Puerto Montt declaró que había muerto en un accidente y cerró la causa sin haber encontrado nada de Maarten y sin haberlo encontrado a él", dice Paulus. La policía le entregó la mochila que había dejado en el refugio, pero les llamó la atención que faltaban 4 rollos de fotos, una agenda y un librito. "Recibimos las cosas que faltaban después en Holanda, a través del embajador. Pero los rollos de fotos venían velados, lo que nos pareció muy extraño".
Paulus y Loes sienten que tienen dos vidas: una que continúa en Holanda y otra que está detenida en Chile. "Siempre es duro venir a Chile. Pero lo es aún más irse con las manos vacías", dice la madre.
Son cinco las personas, incluido Maarten, que se han perdido en el volcán Osorno y nunca han sido encontradas; todas extranjeras. "En el volcán hay un glaciar que está a 2.300 metros de altura. Ahí nacen muchas grietas; algunas angostas y otras enormes, con 30 metros de profundidad. Son irregulares, con socavones y escalones de hielo", describe Claus Peter Stange, jefe zonal del cuerpo de Socorro Andino de la X Región y quien participó en varias búsquedas de Maarten, dos de ellas muy grandes que se realizaron en 2005 y 2006, y en las que 18 montañistas barrieron una amplia zona. Encontraron restos de huesos y zapatillas, pero al ser analizadas y comparadas con el ADN de los padres, se descartó que fueran de Maarten.
"Hoy en día, Socorro Andino cree fehacientemente que él se atrevió a aventurarse ahí, perdió pie, se resbaló y se cayó a una grieta. Y el problema de las grietas volcánicas es que son como seres vivos. Se van moviendo. Porque todo el manto glaciar de los volcanes del mundo se mueve", dice Peter Stange y recuerda que ese día el joven holandés andaba solo, apenas abrigado con una polera y sin equipo de seguridad.
Y agrega: "Frecuentemente vamos al glaciar, porque nos sirve para practicar autorrescate y ascenso. Y todos los montañistas que ahí practican conocen la historia de Maarten. Si alguna vez alguien hubiera sabido o encontrado algo, hace rato que los padres tendrían alguna noticia".
Paulus, el padre, revuelve un té con miel en la cabaña de Ensenada y dice que los primeros años ellos creyeron que Maarten había tenido un accidente en el volcán. "Pero luego apareció otra pista, muy inquietante", afirma y calla.
En 1990 alguien los escuchó en una entrevista y los llamó para decirles que tenía que hablar con ellos; se encontraron con esa persona en Puerto Montt. "El hombre estaba nervioso, fumaba y tenía un corte de pelo militar. Nos dijo que había huido de Colonia Dignidad y que nuestro hijo estaba ahí. En ese momento no teníamos idea qué era Colonia Dignidad", cuenta Paulus.
"Yo estaba desesperada, porque no hablo bien castellano y no sabía cómo preguntarle por mi hijo. Él nos describió un tamaño un poco más grande de la estatura de Maarten y nos dijo que no hablaba bien castellano; pero nosotros encontramos que Marteen sí hablaba bien. Entonces nos quedó esa duda", dice la madre. "También, ese hombre nos dijo su nombre, pero cuando fuimos a rastrearlo al Registro Civil resultó ser falso.
Es decir, nos dio una identidad falsa", agrega.
Los padres reconocen que al ser extranjeros y no entender bien castellano y la idiosincrasia chilena, varias veces les ha hecho más difícil la búsqueda de respuestas. "Obviamente, cuando uno es extranjero no conoce el camino, no conoce a nadie, es muy difícil. Por eso al principio se avanzó muy despacio, éramos muy ignorantes en cómo funcionaba el sistema", dice Paulus.
Y Loes agrega: "Además, nosotros suponíamos que si una persona se perdía en Chile, el Estado tenía la obligación de buscarlo. Por eso no iniciamos una acción judicial".
En 2003, los padres le enviaron una carta contando de su situación a la reina Beatriz de Holanda, que venía a Chile en una visita de Estado en la que se reunió con el presidente Lagos, a quien le planteó la situación. También, Amnistía Internacional le hizo llegar al presidente Lagos una carta con firmas de parlamentarios y organismos de derechos humanos de todo el mundo, para que se esclareciera el caso Visser. Al tiempo, el juez Juan Guzmán abrió una causa y viajó hasta el volcán Osorno, donde Socorro Andino hizo una extensa búsqueda.
También investigó la pista de Colonia Dignidad, pero no se logró concluir nada.
"¡Ni una pista! Nada", alega Loes, la madre.
En diciembre vino la familia Visser en pleno: los padres, los hermanos, los sobrinos; 17 personas en total, porque se cumplían 30 años desde que Maarten se perdió. Sus papás aún lo buscan.
Por su cuenta, Paulus y Loes han ido varias veces a Colonia Dignidad. Y se han encargado de entrevistar a ex colonos. Uno de ellos es Erwin Fege, que fue jefe de seguridad y huyó junto a su esposa. Hoy vive en una parcela en Puerto Octay. Llueve a cántaros la tarde de diciembre en que los padres, acompañados de sus dos hijas, Fifi y Mimi, lo visitan. Fege los recibe afectuosamente, como si se tratara de unos parientes que vienen de lejos a visitarlo. Su mujer les sirve galletas glaseadas que ella misma ha preparado. La amabilidad se vuelve tensa cuando Loes le dice que vienen
acompañados de una periodista. "Hablo muy mal castellano por eso solo hablaré en alemán", me dice. Toda la conversación se desarrolla en alemán, hasta que al momento de despedirse, me permite hacerle una pregunta:
–¿Recuerda haber visto a Maarten o algún joven extranjero de características similares en Colonia Dignidad?
–No, nunca vi a un joven así. Nunca, dice en perfecto castellano.
A 1.685 metros de altura del volcán hay una cruz en honor a Maarten Visser. Hoy es una cruz de metal, pero la primera, la que puso su padre con el nombre tallado, era de madera. Hasta ahí suben cada año Paulus y Loes a ponerle flores. Pero esta vez la visita a la cruz es especial: porque ha venido toda la familia y han caminado dos horas a pleno sol, ya que la silla del centro de esquí no estaba funcionando.
"Ha sido duro el ascenso, especialmente para mis padres, que ya están mayores", dice Fifi, que lleva un ramo de flores rojas.
Fifi es periodista y en 2005 –justo cuando se cumplían 25 años de la desaparición de Maarten– hizo un documental sobre la persistente búsqueda de sus papás del hermano perdido. Para hacerlo, viajó junto a un sonidista con sus padres a Chile y los acompañó en su recorrido habitual, en el que visitan los últimos lugares donde fue visto Maarten y se entrevistan con las personas que han estado vinculadas al caso.
Twee Levens se llama el documental y quiere decir dos vidas. "Porque hay una vida que continúa para nosotros en Holanda y otra que, especialmente para nosotros, los padres de Maarten, está detenida acá en Chile", explica Loes, la madre. El documental fue exhibido en Chile en la televisión y en varias localidades de Puerto Montt.
El 12 de diciembre de 1985 Maarten dijo que iría a caminar y sacar fotos al volcán Osorno. Al atardecer en el refugio se preocuparon: no había vuelto.
Es un momento emotivo. Están todos ahí, a 1.685 metros de altura, con una vista espectacular hacia el lago Llanquihue, rodeando la cruz. Melle, de 17 años, el hijo mayor de Fifi, lee un poema. Él, al igual que su hermano y sus primos, creció sabiendo que tiene un tío, al que no conoció, que se perdió en Chile. También vieron muchas veces el documental que hizo Fifi. "A veces pienso que son la segunda generación que carga con esto. No es que sea algo pesado para ellos. Pero está ahí, como lo está para nosotros", dice Fifi.
Los más jóvenes descienden a paso ligero por el majestuoso volcán. Pero Paulus y Loes se quedan un poco más junto a la cruz, acompañados de sus tres hijos, en silencio. Mimi les agradece por la dedicación con que han buscado a Maarten y también por los seis días espléndidos que ha pasado toda la familia en Chile. Este es su último día en Ensenada y planean hacer un asado de despedida por la noche. Luego, la generación más joven de los Visser partirá a Pichilemu a surfear. Mientras Loes y Paulus regresarán a Holanda."¿Es lindo Pichilemu?", pregunta Paulus, quien en sus más de 30 viajes a Chile buscando a Maarten no ha conocido nada más que Puerto Montt y los alrededores del volcán Osorno. Ni siquiera ha cruzado a Chiloé. "Es que venimos con la mirada puesta en Maarten: venimos a Chile para saber qué pasó con él", dice Paulus y Loes agrega: "Siempre es duro venir hasta a Chile. Pero lo es aún más irse con las manos vacías".·