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Joui Petersen María Isabel – Memoria Viva

Joui Petersen María Isabel


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AFDD y EP

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Rut : 6.872.216-0

Fecha Detención : 20-12-1974
Lugar Detención : Santiago


Fecha Nacimiento : 22-06-1955 Edad : 19

Lugar Nacimiento : Vallenar

Actividad Política : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
Actividad : Estudiante de Economía

Estado Civil e Hijos : Casada
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :informe corporación

Categoría : Antecedentes del Caso

 

(Con su marido tambien desaparecido, Renato Sepulveda Guajardo)

Rut       : 6.872.216 Santiago

F.Nacim. : 22-06-55, 19 años a la fecha de la detención.

Domicilio : Brasil 268, departamento 14, Santiago.

E.Civil  : Casada

Actividad : Estudiante de Economía de la Universidad de Chile.

C.Repres. : Movimiento Izquierda Revolucionaria, MIR.

F.Detenc. : 20 de diciembre de 1974

*****************************************************************

Nombre : RENATO ALEJANDRO SEPULVEDA GUAJARDO

Rut       : 6.025.494-K Santiago

F.Nacim. : 15-07-53, 21 años a la fecha de su detención.

Domicilio : Brasil 268, departamento 14, Santiago.

E.Civil  : Casado

Actividad : Estudiante de medicina de la Universidad de Chile, Sede Norte, Santiago.

C.Repres. : Movimiento Izquierda Revolucionaria, MIR.

F.Detenc. : 12 de diciembre de 1974

 

Nombre : MARIA ISABEL JOUI PETERSEN

Rut       : 6.872.216 Santiago

F.Nacim. : 22-06-55, 19 años a la fecha de la detención.

Domicilio : Brasil 268, departamento 14, Santiago.

E.Civil  : Casada

Actividad : Estudiante de Economía de la Universidad de Chile.

C.Repres. : Movimiento Izquierda Revolucionaria, MIR.

F.Detenc. : 20 de diciembre de 1974

 

SITUACION REPRESIVA

            Renato Alejandro Sepúlveda Guajardo, 21 años de edad, casado, estudiante de Medicina de la Universidad de Chile, militante del MIR, fue detenido el 12 de diciembre de 1974, a las 09:00 de la mañana, en la Sede Norte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en circunstancias que se encontraba en clases de Bioquímica y ante la presencia del resto de los alumnos que allí se encontraban. De acuerdo a versiones de testigos junto a él fueron aprehendidos otros alumnos más del mismo plantel, como es el caso de María Cristina Zamora Eguiluz, quien fue dejada en libertad el 10 de diciembre de 1976.

            En ese mismo mes de diciembre, son aprehendidos varios jóvenes estudiantes de medicina o de carreras relacionadas con el tema de la salud. Es el caso de Jorge Ortiz Moraga, también detenido el 12 de diciembre, en la tarde, en la vía pública y desaparecido hasta hoy; Fátima Mohor Schmessane; Armando Pardo Balladares y Cristina Godoy Hinojosa.

            El 13 de diciembre a las 23:00 horas, fue allanado el domicilio del afectado, Brasil 268, depto. 14, en el que vivía con su cónyuge, María Isabel Joui Petersen. El personal que practicó el allanamiento, según informaron vecinos del lugar, llegó con la llave del inmueble y se identificaron como miembros del Servicio de Inteligencia Militar ante los vecinos que, preocupados, concurrieron al departamento al ver que a altas horas de la noche era abierto por personas distintas a sus dueños. La familia supone que por la tenencia de la llave, se trataba del mismo personal que detuvo el día anterior a Renato Sepúlveda.

            El 14 de diciembre, concurrieron hasta el domicilio de la Sra. Elba Marina Petersen Lena, madre de María Isabel Joui, seis agentes de civil, en busca de su hija, que no se encontraba allí. Estos civiles, quienes dijeron ser del Servicio de Inteligencia Militar, portaban armas cortas y metralletas y ante los requerimientos del dueño de casa para que se identificaran, se limitaron a advertir que "cumplían órdenes" y "que debían llevarla para interrogarla". En esos instantes se encontraba presente otro hijo de la familia Joui Petersen, Oficial de la Marina, quien hizo notar su calidad de tal ante los agentes, pudiendo de esta manera, según relata la Sra. Petersen, lograr un comportamiento razonable por parte de quienes hasta ese momento habían demostrado prepotencia y poco respeto hacia ellos. Uno de los sujetos se identificó en esa oportunidad como el "Suboficial Castro" y hacía de jefe del grupo de agentes.

            El 15 de diciembre, este mismo "Suboficial Castro" llamó a la casa de la Sra. Petersen consultando si habían tenido noticias de María Isabel, luego de ello no llamó más.

            María Isabel Joui Petersen,19 años de edad, estudiante de Economía de la Universidad de Chile, fue detenida el 20 de diciembre de 1974, por agentes de la DINA, en calle Compañía 1741, departamento 4, de Santiago.

            Ese día se encontraba de visita en la casa de Francisco Javier Alejandro Rozas Contador; había llegado 20 minutos antes que se hicieran presente en el lugar los efectivos de la DINA, quienes conducían con ellos a Alfredo Gonzalo Reveco Sapiaín, quien a su vez había sido aprehendido el 17 de diciembre de 1974. Iban en busca de Francisco Rozas Contador y al pedir la identificación de los presentes, se dan cuenta que ella era una de las personas que andaban buscando en esos días. Detienen a Francisco Javier Alejandro Rozas Contador, a María Isabel Joui Petersen y a una tercera persona, Narciso Alfredo Gálvez Fuentes, quien estaba allí por amistad con una de las hermanas de Francisco Rozas. De estas 3 personas detenidas, sólo Narciso A. Galvez Fuentes recuperó su libertad, en tanto que Francisco Rozas Contador y María I. Joui Petersen desaparecieron.

            Los sacan a todos vendados y amarrados de la casa y los trasladan en una camioneta Chevrolet roja, con toldo negro, patente BI-896 de Conchalí del año 74 a un recinto que identificaron como "Venda Sexy", ubicado en calle Irán con Los Plátanos de la comuna de Macul.

            En la causa 83.109 del Segundo Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía de Santiago, por presunta desgracia de María Isabel Joui, declara ante el Tribunal, el 3 de noviembre de 1975, Alfredo Gonzalo Reveco Sapiaín, quien se encontraba detenido en el Campamento de 3 Alamos en esos momentos. Relata que él fue arrestado el 17 de noviembre de 1974 por efectivos de la Dirección de Inteligencia Militar, DINA, porque querían saber la dirección de una persona que estos individuos deseaban ubicar. Es así como el 20 de diciembre de 1974 lo llevaron en una camioneta a una casa ubicada en calle Compañía, no sabía el número, sólo conocía el lugar.

            Una vez allí entraron varios agentes y procedieron a detener a Alejandro Rozas a quien Reveco conocía y también detuvieron a María Isabel Joui Petersen. Dice que a ésta última la andaban buscando, pero que él ignoraba que se encontraba allí.

            A los tres los trasladaron a una casa, cuya ubicación desconocía, después de vendarlos. Estuvo en ese lugar hasta el 30 de diciembre de 1974. Durante su permanencia, continúa relatando Reveco, estuvo en todo momento en una pieza con unos 17 a 20 hombres más y al frente de esta misma, había otra pieza con mujeres. En ese recinto y en la pieza de hombres, conoció a Renato Sepúlveda Guajardo, quien le manifestó que era el esposo de María Isabel Joui. En algunas oportunidades los guardias de la DINA permitieron que María Isabel visitara a su marido, incluso en una ocasión les permitieron tomar onces a todos juntos.

            Por las conversaciones entre ellos, supo de la militancia partidaria de María Isabel y de acuerdo a lo que le contó a su esposo, ella había llegado a la casa de Roza Contador sólo veinte minutos antes que se produjera la detención de ambos.

            Termina diciendo el declarante, que él fue trasladado el 30 de diciembre de 1974 al campamento 4 Alamos, lugar hasta donde no llegaron María Isabel Joui y Renato Sepúlveda, ya que ellos quedaron en el recinto secreto de detención, denominado "Venda Sexy".

            Narciso Alfredo Gálvez Fuentes, en declaración jurada ante Notario, hecha el 24 de enero de 1979 hace una muy detallada relación de los hechos. El 20 de diciembre de 1974, aproximadamente a las 13 horas se encontraba de visita en la casa de Francisco Javier Alejandro Rozas Contador, jugaban ambos una partida de ajedrez mientras eran observados por una amiga de Francisco, María Isabel Joui Petersen. Fueron violentamente interrumpidos por tres sujetos de civil, armados, los cuales les obligaron a ponerse de pie con los brazos en alto y apoyados en una pared. Se les exigió que dieran sus nombres. Al señalar Francisco Rozas el suyo, los agentes acotaron "tú eres el tal René". A María Isabel Joui le dijeron al indicar ella su nombre, "la suertecita nuestra, tú eres la chica Ximena", dando a entender que también la buscaban para detenerla, pero que no esperaban encontrarla en la casa de Rozas Contador. El testigo insistió ante los aprehensores que él no tenía ninguna responsabilidad en nada, y que su presencia allí se debía a su relación amorosa con una de las hermanas de Francisco Rozas. Uno de los sujetos, al escucharlo le dijo: "si tú no estás metido no te preocupes, pero si lo estás, no vas a salir con vida de esto".

            Ingresó al lugar un cuarto agente, armado con un fusil ZIC, y procedieron a un completo allanamiento del lugar, encontrando un laboratorio fotográfico perteneciente a un familiar de Rozas, se llevaron también numerosas fotografías correspondientes a diversos eventos sociales, tales como casamientos, bautizos, etc., que encontraron junto al equipo fotográfico.

            Después de este registro, vendaron la vista y amarraron a cada uno de los detenidos con elementos que encontraron en la misma casa. En esas condiciones les sacaron a la calle y obligaron a subir a la parte posterior de una camioneta C-10, de color rojo, con toldo. En el interior se encontraba Alfredo Gonzalo Reveco Sapiains en calidad de detenido.

            Fueron trasladados a un lugar que el declarante no pudo identificar, pero lo supone en el sector Oriente de la ciudad. Efectivamente, por otros testimonios se pudo establecer que ese recinto era la "Venda Sexy", lugar de reclusión y torturas secreto ubicado en calle Irán con Los Plátanos, comuna de Macul.

            Al bajar del vehículo, Francisco Rozas, María Isabel Joui y el testigo son introducidos en una de las dependencias de la casa, en tanto que Gonzalo Reveco fue llevado a otra.

            Son introducidos en una pieza grande, y un individuo de voz ronca y autoritaria procedió a tomar los datos de los detenidos, luego de haberles quitado todas sus pertenencias. Sacaron de ese lugar a Francisco Rozas y María Isabel Joui y al cabo de una hora a Narciso Gálvez, lo trasladan a otra habitación donde procedieron a interrogarlo bajo apremios, a fin de obtener que declarara su supuesta militancia. Le dijeron que si no contaba todo, correría la suerte de "ese que está muerto". Se referían a una persona que estaba tirado en el piso y que al escuchar esto emitió un quejido, se trataba, según pudo reconocer el testigo, de su amigo Francisco Javier Alejandro Rozas, quien se veía muy maltratado.

            Terminada la sesión de tortura de ese día, Gálvez fue llevado a una pieza donde pudo darse cuenta que había varios detenidos más y que a su lado se encontraba Francisco Rozas. Allí también vio a Renato Sepúlveda Guajardo, de quien dice que en su calidad de estudiante de medicina, prestaba ayuda a otro detenido a quien conoció como Isidro, y que tenía una herida a bala en el muslo y en el tobillo del mismo pie. El mismo Sepúlveda señaló que en los interrogatorios que le habían hecho, a él le habían fracturado dos costillas.

            Sigue relatando Narciso Gálvez que el día 21 de diciembre de 1974 sacaron a interrogatorio a su amigo Alejandro y volvió después de un rato bastante golpeado, y que también vio cuando en algunas oportunidades permitieron a María Isabel Joui y a su esposo Renato Sepúlveda, estar juntos por momentos.

            Recuerda el declarante, el día 23 de diciembre de 1974 como de especial agitación. Poco después de las 8 de la mañana llamaron a Francisco Rozas Contador a un nuevo interrogatorio. A él también lo llamaron y lo cambiaron de habitación hacia una donde había un escritorio y una máquina de escribir. Pudo darse cuenta que en ese mismo lugar estaba María Isabel Joui, y la interrogaban sobre su participación política, y escuchando como ella reconoció su militancia en el MIR, a la vez que recriminaba a los agentes el que tuvieran ideas que calificó de "fascistas".

            Después del interrogatorio, lo llevaron de regreso a la pieza del primer piso donde había estado anteriormente, mientras María Isabel Joui continuó en el mismo lugar.

            A esa pieza de encierro ya habían devuelto a Francisco Rozas Contador. En la tarde, después de almuerzo, se permitió a Renato Sepúlveda salir fuera para ver a su mujer, y al regresar contó a los demás que había estado con ella.

            Ese día 23, es el último día en que Narciso Gálvez Fuentes tuvo información y/o vio a las 3 víctimas detenidas y desaparecidas.

            Pero existen más testimonios de personas que declaran haber estado con los afectados.

            Cristina Godoy Hinojosa refiere haber estado detenida en el lugar denominado Venda Sexy, entre el 7 y el 20 de diciembre de 1974; la pieza en que a ella la pusieron y que compartió con otras mujeres detenidas estaba con la puerta permanentemente abierta por lo que pudo ver el traslado de los detenidos o escuchar las voces de ellos. Es así como oyó la voz de Renato Sepúlveda Guajardo, de Jorge Ortiz Moraga y de Isidro Pizarro Meniconi, entre otros detenidos desaparecidos de los que ella conoció en ese recinto.

            Por su parte, Beatriz Bataszew Contreras, estuvo detenida en la Venda Sexy entre el 12 y el 17 de diciembre de 1974. La recuerda como una casa de dos pisos, de estructura sólida, grande, casi lujosa, con una escalera blanca, al parecer de mármol para ascender al segundo piso. En ese segundo piso, habían tres piezas, debajo de la escala un baño chico y con una ventana redonda.

            Ella estuvo siempre en la pieza destinada a las detenidas, salvo un día, el 13 de diciembre en que sacaron a algunas al pasillo y las acostaron en una colchoneta, donde pusieron a hombres y mujeres, ella quedó al lado de Renato Sepúlveda Guajardo a quien conocía de antes. Renato Sepúlveda se quejaba mucho, estaba muy mal y la declarante supuso que tenía un ataque de apendicitis o algo similar. Llevaba puesto aún su delantal blanco que usaba en la escuela de medicina. Después no supo más de él.

            Olga Cortés Bruna en declaración jurada ante Notario, dice que fue detenida el 28 de diciembre de 1974 y llevada a Villa Grimaldi. Allí conoció a María Isabel Joui Petersen, de quien dice, era una joven muy buenamoza, inteligente y de gran valor. Les explicó que venía de otro recinto. La traían junto a su marido Renato Sepúlveda Guajardo a "declarar". La amenazaban continuamente con la parrilla, lo que le causaba gran angustia.

            Finalmente, relata también que María Isabel, Renato, María Teresa Eltit Contreras y un joven moreno cuyo nombre desconoce, son sacados en una oportunidad del recinto de Villa Grimaldi y con destino desconocido.

            María Stella Dabancens Gándara en una declaración jurada hecha en el extranjero expone que estuvo detenida en Villa Grimaldi entre el 2 y el 6 de enero de 1975. Entre otras cosas refiere que durante cuatro días convivió en la misma pieza con María Isabel Joui Petersen, con quien tenían amistades en común. María Isabel le contó detalles de la detención de ella y de su esposo y de la estadía de ambos en la Venda Sexy, donde pasaron las Navidades. En Villa Grimaldi también estaba Renato Sepúlveda, la declarante pudo verlo una mañana cuando lo llevaban al baño.

            María Stella Dabancens salió de la Villa Grimaldi el 6 de enero de 1975 y antes de partir pudo despedirse de María Isabel, quien le hizo un regalo que a la fecha de su declaración todavía conserva. Es una cruz confeccionada con hilos de una frazada y astillas de una silla de madera del cuarto de Villa Grimaldi que compartieron.

            También en declaración jurada Angeles Beatriz Alvarez Cárdenas, relató que estuvo detenida en Villa Grimaldi entre el 6 y el 15 de enero de 1975. Dice que, a manera de identificación, a las personas que iban llegando al recinto se les colocaba un número colgado del cuello, a ella le tocó el 816. Fue llevada a una pieza donde habían otras dos mujeres, María Teresa Eltit Contreras y María Isabel Joui Petersen, con las que estuvo hasta que ellas fueron sacadas de allí, entre el 7 y 8 de enero de 1975.

            Doña Patricia Guzmán Pardo, en Declaración Jurada ante Notario Público relató que ella estuvo detenida en el recinto secreto de detención llamado Villa Grimaldi, entre el 1° y el 17 de enero de 1975. Durante su permanencia estuvo por cuatro días en la misma pieza con María Isabel Joui Petersen. A través de sus relatos pudo enterarse de los detalles de la detención de Renato Sepúlveda, a quien apodaban "El Chueco".

            María Isabel Joui le cuenta que ella y su cónyuge estuvieron en la Venda Sexy, donde fueron, según sus palabras, duramente maltratados, e incluso fueron torturados juntos. Gran parte de los interrogatorios estaban dirigidos a obtener información sobre Andrés Pascal Allende. María Isabel le mostró en ocasiones a su marido, cuando era traído desde el sector denominado La Torre de Villa Grimaldi para llevarlo al baño. La declarante pudo apreciar las evidentes huellas de tortura, refiere haberle visto cojeando y era notorio que había sido golpeado y sometido a apremios ilegítimos.

            Según testimonia Patricia Guzmán, Marcelo Moren Brito había dado la orden para que a Renato Sepúlveda Guajardo lo trasladaran de la Venda Sexy a Villa Grimaldi. El mismo Moren dirigía los interrogatorios, colaboraba en esta labor el llamado Teniente Pablo Fernando Laureani Maturana.

            El 8 de enero de 1975 es la última vez que Patricia Guzmán vio a Renato Sepúlveda, lo sacaron junto a su cónyuge María Isabel Joui, a María Teresa Eltit Contreras, también detenida desaparecida y otro joven, delgado de pelo negro. Cuando deja el cuartel de Villa Grimali, Renato iba cojeando, en mangas de camisa, y su ropa en mal estado, casi andrajoso. Se lo llevaron en una camioneta C-10 roja, marca Chevrolet con capota negra, dos individuos de civil iban custodiando adelante y otros dos atrás.

            Por su parte, María Alicia Salinas Farfán, hizo una extensa declaración jurada ante notario público donde hace constar su permanencia en los distintos lugares de reclusión y en particular en Villa Grimaldi entre el 3 y 10 de enero de 1975. El mismo día 3 de enero de 1975 en que llegó al recinto, la torturaron; recuerda entre los agentes especialmente a quien apodaban "El Ronco" o "El Coronta", Marcelo Moren Brito, y también al "Teniente Pablo", Fernando Laureani Maturana. Finalizado ese primer día de interrogatorio la llevaron a una pieza donde había más detenidas mujeres y entre ellas estaban María Teresa Eltit Contreras y María Isabel Joui Petersen, a quienes conocía desde hacía tiempo antes. Al tercer día de su reclusión, el 6 de enero de 1975, alrededor de las 3 de la tarde se ofreció a lavar los platos, junto a María Isabel Joui para aprovechar de ver a los demás detenidos. Es así como presenció cuando eran traídos 2 filas de hombres, unos venían por el lado derecho y eran los que estaban en el sector denominado "La Torre" y otros que venían desde el sector llamado "Casas Corvi". Mientras lavaban los platos, vio por primera vez a Renato Sepúlveda Guajardo a quien también conocía de antes; encabezaba la fila de los detenidos de "La Torre" y llevaba puesto un delantal blanco.

            El 7 de enero nuevamente se ofreció a lavar los platos y fondos y volvió a ver a Renato Sepúlveda, quien iba con otros detenidos, también desaparecidos: Herbit Ríos Soto, Carlos Eduardo Guerrero Gutiérrez, José Patricio León Gálvez y Gilberto Patricio Urbina Chamorro.

            Durante su permanencia en la Villa Grimaldi, la declarante conversó con María Teresa Eltit y María Isabel Joui Petersen quienes le relataron las circunstancias de sus respectivas detenciones. María Isabel Joui le contó de su paso y el de su marido Renato Sepúlveda por Venda Sexy.

            María Alicia Salinas testimonia también como el agente Osvaldo Romo Mena fue en varias ocasiones a la pieza de las detenidas y, dirigiéndose directamente a María Isabel Joui, le daba informaciones sobre su familia. En una oportunidad le dijo que había visto a su padre en el Ministerio de Defensa y que no había puesto Recurso de Amparo por ella.

            El día 8 de enero de 1975, en horas de la mañana, María Teresa Eltit Contreras y María Isabel Joui Petersen fueron sacadas de la pieza y nunca más las volvió a ver. Creían que las trasladaban a libre plática, junto a Renato Sepúlveda, y con esa convicción se despiden de ella. María Isabel Joui vestía en esa oportunidad con pantalones negros, blusa a cuadrillé rosada de manga corta y un blazer o chaqueta corta blanca.

            Desde esa fecha, no hay más testimonios de que hubieran sido vistos o escuchados en otro lugar.

            El nombre de María Isabel Joui Petersen fue incluido en la nómina que publicó el diario brasileño "O'DIA" y que reprodujeron medios nacionales el 25 de julio de 1974, dando cuenta de supuestos enfrentamientos y en los cuales habrían muerto 59 chilenos. Cabe destacar que esta publicación brasileña apareció por única vez a propósito de esta información, sin editor responsable y sin dirección conocida y que los nombres que componían esta lista de supuestos muertos, corresponden todos a personas que fueron detenidas por el Gobierno Militar de Chile y que continúan desaparecidas.

           

 

GESTIONES CIVILES Y/O ADMINISTRATIVAS

            El 19 de diciembre de 1974, doña Sonia Sepúlveda Santiago, tía de Renato Sepúlveda Guajardo, interpuso ante la Corte de Apelaciones de Santiago el recurso de amparo rol 1624-74.

            La Corte ordenó pedir informes al Ministro del Interior, al Comandante en Jefe de la Zona en Estado de Sitio y al Comando de Aviación de Combate, todos los cuales informaron no tener antecedentes sobre la detención del afectado.

            El 27 de enero de 1975 la Corte declaró sin lugar el amparo y ordenó remitir los datos pertinentes al Juzgado del Crimen que corresponda.

            El 8 de febrero de 1975, en el 3er. Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía de Santiago, comenzó a instruirse la causa rol 117.524, se abrió sumario, se despachó orden de investigar y se ordenó citar a doña Sonia Sepúlveda González.

            El 5 de agosto de 1975, se dejó constancia por parte del Juez Titular de este Juzgado, Carmen Canales Lavín, que al hacerse cargo del puesto y realizar una revisión del estante a cargo del actuario Manuel Riveros, se encontró con que esta causa estaba traspapelada. El 31 de octubre de 1975, la magistrado ordenó dar cumplimiento a lo decretado en el proceso, es decir, a las diligencias solicitadas anteriormente. Sin embargo, el 11 de febrero de 1976, el Secretario del Tribunal se constituyó nuevamente en el estante del actuario Manuel Riveros, constatando que la presente causa no contiene providencia de instrucción de sumario, ni ninguna otra tendiente a dar curso progresivo a los autos.

            El 20 de abril de 1976 se reiteró la citación a doña Sonia Sepúlveda S., se dio orden de investigar el paradero de Renato Sepúlveda Guajardo y se pidió el extracto de filiación del afectado. Por fin el 4 de mayo de 1976 compareció la denunciante, reiteró lo que había expuesto en el recurso de amparo y agregó los antecedentes que ella había recopilado, proporcionando los nombres de 2 personas que fueron testigos de la detención y reclusión de la víctima: María Cristina Zamora Eguiluz y Patricia Guzmán y citando a Villa Grimaldi como el recinto donde vieron al afectado.

            Ninguna de las diligencias decretadas por el Tribunal, tanto las tendientes a ubicar el paradero de las testigos anteriormente citadas, como el del afectado dieron resultados positivos. A través de sucesivos Oficios el Ministerio del Interior reitera su desconocimiento sobre la suerte de Renato Sepúlveda; por su parte Investigaciones sólo logra saber respecto de la testigo María Cristina Zamora Eguiluz, que fue estudiante de Medicina de la Facultad Norte de la Universidad de Chile y detenida el día 12 de diciembre de 1974.

            El 31 de octubre de 1978 se declaró cerrado el sumario y se sobreseyó temporalmente la causa, resolución que fue aprobada por la Corte de Apelaciones el 18 de mayo de 1979.

            El 30 de diciembre de 1974, la Sra. Elba Petersen Lena, madre de María Isabel Joui, presentó ante la Corte de Apelaciones de Santiago, el recurso de amparo rol 1658-74, en favor de su hija. Hizo presente en el mismo recurso la detención del esposo de María Isabel, Renato Sepúlveda Guajardo acaecida el 12 de diciembre de 1974.

            La Corte pidió informes sobre la detención de la afectada al Ministerio del Interior, al Comandante en Jefe de la Zona en Estado de Sitio y al Comando de Aviación de Combate, todos los cuales respondieron no tener antecedentes sobre la detención de la amparada.

            El 11 de febrero de 1975, el recurso de amparo es declarado sin lugar y se ordenó remitir los antecedentes al Juzgado del Crimen correspondiente.

            El 25 de febrero de 1975, el 2° Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía de Santiago comenzó a instruir la causa rol 83.109, decretando abrir sumario, ordenó investigar y ofició al Ministerio del Interior, Ministerio de Defensa Nacional y Dirección de Inteligencia Militar, para que informen si tienen antecedentes de la detención de María Isabel Joui Petersen. Todos ellos respondieron que no poseen información sobre el punto.

            El 15 de marzo de 1975, Investigaciones informó que dando cumplimiento a la orden del Tribunal, entrevistó a la Sra. Elba Petersen, quien ratificó la anteriormente expuesto y agregó que su hija se encontraría en 3 Alamos o en Villa Grimaldi.

            El parte agrega "trasladado hasta el camino a Peñalolén, en donde está ubicada la Villa Grimaldi, en el lugar se entrevistó a Rodolfo Wenderoth Pozo, carné de identidad N°3.870.222 de Santiago, quien manifestó: "Soy Mayor de Ejército y puedo informar que en este lugar no tenemos prisioneros ni detenidos de ninguna clase, en esta Villa sólo estamos dedicados a las labores inherentes y que dicen relación directa con la carrera de las armas. No tengo nada más que decir". Las otras diligencias practicadas por Investigaciones tampoco dieron resultados positivos.

            El 1° de agosto de 1975, la madre de la afectada hizo presente al Tribunal la publicación de una nómina de chilenos presuntamente muertos en el exterior, y en la cual se incluye el nombre de su hija.

            El 9 de septiembre de 1975, ante un Oficio del Tribunal, el Mayor de Ejército, Enrique Cid Coubles, de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, responde textualmente: "1) Que la noticia publicada por la revista "LEA" de Buenos Aires, habría provenido de México vía FONEL (Fondo Editorial Latinoamericano), agencia periodística especializada en actividades marxistas.

            Respecto "O'DIA" se nos ha informado que no existiría esa publicación en Curitiba (Brasil) pero sí que existe en esa ciudad un tabloide denominado Novo Dia, de escasa circulación, que publicó el día 23 de julio pasado la noticia sobre extremistas chilenos muertos, heridos o evadidos en enfrentamientos con fuerzas de seguridad en diversos puntos de la Argentina.

            2) No hay antecedente oficial alguno de que las personas nombradas en las nóminas publicadas en "LEA" y en "O'DIA" hayan fallecido en el extranjero.

            3) Tampoco hay antecedentes de que estas personas hayan salido del país (de haberlo hecho tendría que haber sido en forma clandestina.

            4) Las autoridades de los países, en que, de acuerdo a las publicaciones, habrían ocurrido los hechos, nada han informado sobre el particular".

            El 12 de agosto de 1975, compareció la madre de María Isabel Joui Petersen a fin de aportar más antecedentes sobre la detención de su hija. Proporcionó al Tribunal la fecha de la detención de la afectada, la patente del vehículo, una camioneta Chevrolet, año 74, roja con toldo negro, patente BI-896 de Conchalí del año 74 y también el nombre de Gonzalo Reveco, como fuente de su información, ya que él fue detenido en la misma ocasión que su hija y actualmente se encuentra recluido en el campamento de Tres Alamos.

            El 3 de noviembre de 1975, previa autorización de la Secretaría Ejecutiva Nacional de Detenidos, declaró Alfredo Gonzalo Reveco Sapiaín, quien a esa fecha aún se encontraba en Tres Alamos, ratificando lo que había dicho a la Sra. Elba Petersen L., esto es que fue detenido el 17 de diciembre de 1974, llevado a la casa de Alejandro Rozas (Francisco Javier Alejandro Rozas Contador) el 20 de diciembre de 1974, donde fue aprehendido Rozas y María Isabel Joui Petersen por agentes de la DINA y llevados a un lugar que desconoce, donde estuvo junto a ellos y el marido de María Isabel Joui hasta el 30 de diciembre de 1974, fecha en la que Reveco fue trasladado al campamento Tres Alamos.

            El 22 de noviembre de 1975 se declaró cerrado el sumario y se sobreseyó temporalmente la causa, resolución que fue aprobada por la Corte de Apelaciones el 19 de enero de 1976.

            Sin embargo, la madre de María Isabel Joui Petersen sigue adelante con sus gestiones. El 14 de agosto de 1975 envió una carta al Presidente de la Corte Suprema de la época, Sr. Rubén Galecio, haciéndole presente la situación de detención de su hija y de su yerno, Renato Sepúlveda Guajardo, y el no tener noticias sobre sus paraderos a pesar de las numerosas gestiones que ella ha hecho.

            El Presidente de la Corte Suprema ordenó remitir los antecedentes al Tercer Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía de Santiago, donde el juez ordenó la tramitación regular y se le asignó a la causa el rol 117.534. El proceso fue sobreseído por el Tribunal el 25 de septiembre de 1976 resolución aprobada por la Corte de Apelaciones el 28 de enero de 1977 sin lograr alguna respuesta positiva de las autoridades sobre el destino de los afectados.

            El 21 de marzo de 1979, la Corte Suprema ordenó la designación del Ministro Servando Jordán como Ministro en Visita Extraordinaria, para conocer los casos de denuncias de detenidos desaparecidos de la jurisdicción de Santiago. El Ministro Jordán solicitó se le remitan los procesos rol 83.109 el 31 de octubre de 1979 y el proceso rol 117.534, el 8 de abril de 1980 para tenerlos a la vista.

            Por su parte, en el mismo mes de abril de 1980, doña Sonia Sepúlveda Santiago, tía de Renato Sepúlveda Guajardo, presentó ante el Ministro Jordán una querella criminal por secuestro de María Isabel Joui Petersen y su sobrino Renato Sepúlveda Guajardo, en contra de agentes de la DINA, entre los cuales identifica a Marcelo Moren Brito y pidió se cite a declarar a otros como el Teniente Pablo, Fernando Laureani Maturana, al Teniente Marcos, a Luz Arce Sandoval, Osvaldo Romo Mena y Manuel Contreras Sepúlveda.

            El 25 de abril de 1980, el Ministro Sr. Servando Jordán se declara incompetente para continuar la tramitación de este proceso y ordena remitir los antecedentes al Segundo Juzgado Militar en atención a que, de acuerdo a las casi doscientas causas que ha visto, en la mayoría de ellas se inculpa a personas con fuero militar, particularmente y en especial a miembros de la ex DINA, y según su concepto, basta la inculpación de personas del fuero para que la competencia de los Tribunales Militares proceda. Agrega que en este expediente y en el cuaderno de instalación de la Visita, existen múltiples antecedentes de la presencia en el lugar denominado Villa Grimaldi o Campamento "Terranova" como también se le denomina, de la mencionada María Isabel Joui Petersen en enero de 1975, y que en causa 1071-74 de la Primera Fiscalía Militar, instruida en octubre de 1974, María Isabel Joui Petersen figura entre otros inculpados, con el apodo de "Marisa", e imputada de la posesión de armas y explosivos.

            El 29 de mayo de 1980 de acuerdo a lo resuelto por el Ministro Sr. Jordán, la Segunda Fiscalía Militar de Santiago aceptó la competencia y continuó la tramitación de la causa bajo el rol 361-80.

            En el transcurso del proceso, la parte denunciante aportó diversas declaraciones juradas hechas ante Notario Público por personas que estuvieron detenidas junto a María Isabel Joui Petersen y Renato Sepúlveda Guajardo y que testimonian al respecto.

            También se citó a declarar a los colaboradores de la DINA, Alicia María Gómez Gómez a) Carola; Luz Arce Sandoval y Osvaldo Romo Mena, quienes nunca son habidos por Investigaciones y por tanto, nunca concurrieron al Tribunal Militar.

            Finalmente, sin arribar a ninguna conclusión sobre el destino de María Isabel Joui Petersen, el 21 de septiembre de 1982 el Juez Instructor emitió el Dictamen donde solicita el sobreseimiento total y temporal de la causa, lo que fue aprobado por la Corte Marcial el 29 de agosto de 1987. El 16 de octubre de 1989, el Teniente Coronel y Fiscal General Enrique Ibarra Chamorro se hizo parte en los autos y solicitó aplicar la Amnistía contemplada en el Decreto Ley 2.191 y dictar sobreseimiento total y definitivo de la causa. Sin demora, el 30 de octubre de 1989 el Juez Militar, Brigadier General Carlos Parera Silva acogió la solicitud, la que no obstante es apelada el 31 de enero de 1990 por la parte perjudicada. Sin embargo, el 2 de enero de 1991, por fallo de mayoría de la Segunda Sala de la Corte Marcial se confirmó el sobreseimiento definitivo, ante lo cual, esta vez, la familia de María Isabel Joui Petersen recurre de queja el 11 de enero de 1991. La Corte Suprema a diciembre de 1992 no había dictado fallo en esta queja.

            Hasta la fecha, María Isabel Joui Petersen y Renato Sepúlveda Guajardo siguen en la calidad de detenidos y desaparecidos, sin que alguna autoridad haya informado sobre su detención y destino.

            Osvaldo Romo Mena, uno de los agentes de la DINA comprometidos en la detención y desaparecimiento del matrimonio Sepúlveda Joui, y que no fue habido al ser citado a declarar en el proceso 361-80 de la Segunda Fiscalía Militar, fue detenido en noviembre de 1992. El mencionado agente había permanecido oculto en Brasil durante 17 años. A finales de 1975 estaba siendo citado por varios Tribunales que sustanciaban causas por detenidos desaparecidos; a causa de esto, la DINA resolvió que hiciera abandono del país y entre otros medios le proporcionó documentos con identidad falsa para él, su cónyuge y sus hijos. En julio de 1992 fue ubicado en el señalado país, tras una serie de diligencias decretadas en la causa por el desaparecimiento de Alfonso Chanfreau Oyarce. Las autoridades brasileras lo detuvieron y luego expulsaron del país.

            A diciembre de 1992, había sido declarado reo en seis causas por detenidos desaparecidos y tenía pendientes varias citaciones a otros Tribunales.

 


¿Dónde están? Ningún nombre está olvidado

Fuente :villagrimaldi.cl 23/8/2019

Categoría : Prensa

Un mural con el rostro de María Isabel Joui Petersen y una placa con su nombre, instalados en el frontis del Liceo Polivalente ‘Mercedes Marín del Solar’ recuerdan a la ex estudiante  y también ex presidenta del centro de alumnas del establecimiento. Desde enero de 1975 su nombre engrosa la lista de víctimas de desaparición y tanto el mural como la placa manifiestan una exigencia tácita por políticas y acciones que permitan conocer el destino final de las y los detenidos desaparecidos y hacer justicia. Una demanda que se potenciará este próximo Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas exigiendo al actual gobierno la reactivación de la política de búsqueda que ha paralizado.

“María Isabel estuvo secuestrada en un lugar muy cercano al liceo, un sitio que por su crueldad llamaron ‘Venda Sexy’ y luego en otro llamado Villa Grimaldi desde donde nunca más volvió -recuerda la académica María Eugenia Letelier, amiga de infancia-, y ahora forma parte de los más de mil chilenos y chilenas de los que aún no sabemos donde están, no sabemos qué pasó con ellos, se negó a los familiares su detención, se negó incluso su existencia, se dijo y se publicó que se habían matado entre ellos”.

El crimen de la desaparición forzada es considerado uno de los más devastadores para las familias y las comunidades, al impedirles asumir la pérdida y completar el duelo, ocultando la verdad y todo rastro que permita recuperar los restos. Esto se ha traducido, en el caso chileno que del total de detenidos desaparecidos apenas se han  encontrado 104, un magro resultado al que contribuyen no sólo los métodos usados para deshacerse de los cuerpos y los pactos de silencio entre los criminales, sino también el descompromiso del conjunto del Estado chileno con esta causa. 

A lo anterior se sumaría el proceder del actual gobierno, que la dirigenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro, responsabiliza de haber paralizado las labores de búsqueda y de boicotear los avances en la materia. Esta visión es compartida por otras organizaciones de memoria y derechos humano que hacen notar la inoperancia del programa «Búsqueda y destino final de detenidos desaparecidos», lo cual hace dudar que en 2021 pueda presentar resultados sustantivos.

Esta parálisis en el trabajo de búsqueda motivó la preocupación del Comité Contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas y recomendó a Chile «intensificar sus esfuerzos para incoar las investigaciones o acelerar las que están en trámite”. La tarea no es fácil, los agentes del Estado se esmeraron por hacer desaparecer los cuerpos ya que tal era el objetivo. Sin embargo, el Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas plantea la necesidad de presionar al Estado para reactivar la búsqueda y multiplicar las acciones de memoria, rescatando desde el olvido las historias de las y los detenidos desaparecidos, como la iniciativa de la comunidad del Liceo ‘Mercedes Marín del Solar’ y su homenaje a María Isabel Joui.


María Isabel y María Teresa

Fuente :archivochile.com sin fecha

Categoría : Testimonio

Nunca olvidaré a María Isabel Joui, que venía de la que llamaban "venda sexi". Me contó que allí, después de la tortura, la dejaban dormir con su compañero, Renato que era médico. Ella tan fina, estaba muy entera, no le daba miedo ser. Tal es así, que un día se acercó aquella protuberante alimaña conocida con la chapa del "ROMO" y se puso a discutir con ella sobre política y valores. El la azuzaba desde su omnipotente sitial, al otro lado de los barrotes, le quería destruir sus ideas, su línea de análisis, a ella que era militante del MIR. La última vez que la vi, la sacaban junto con María Teresa Eltit, una muchacha colorina que llevaba más tiempo con nosotras en Villa Grimaldi y parecía defenderse de la incertidumbre en posición fetal. Quizá el pánico le provocaba frío y así, quedita, se sentía más niña, más segura. María Teresa, estuvo sin ser percibida durante varios días, hasta que cayó un tal Emilio que la conocía y descubrieron con él su importancia dentro de la organización. En semejante trance nos contó que le habían dado con todo y muy fuerte, y que estaba atrapada por Emilio Iribarren, porque él sabía demasiado y desgraciadamente su quebrantamiento era severo, se había convertido en un traidor. Debemos decir en favor suyo, que para quebrarlo, le llevaron incluso a los interrogatorios a su guagua con síndrome de Down. MARIA ISABEL Y MARIA TERESA, fueron sacadas de Villa Grimaldi un día de Enero del 75, para volver siendo partes de las listas de desaparecidos.


El año nuevo '75 de Marisa: Infierno en La Torre

Fuente :archivochile.com sin fecha

Categoría : Testimonio

Para María Isabel Joui

María Isabel Joui Peterson, de 19 años, estudiante de economía en la Universidad de Chile, casada, militante del MIR, fue detenida el 20 de diciembre de 1974, en un departamento de calle Brasil, en Santiago. Por su desaparición está procesada la plana mayor de Villa Grimaldi en la causa que sigue el Juez Guzmán. Testimonios de presos dan cuenta que desapareció luego de ser torturada en los días de Navidad en la llamada "Venda Sexy" (recinto clandestino de Irán con Los Plátanos) y luego en Villa Grimaldi, junto a su marido, Renato Sepúlveda (de 21 años) en el sector llamado La Torre, desde donde ambos desaparecieron. Su nombre fue incluido en la llamada "Lista de los 119", como parte de una maniobra de encubrimiento realizada por la DINA en el marco de la Operación Cóndor y acogida por la prensa chilena en julio de 1975. A María Isabel sus amigos la llamaban Marisa. Ella se crió en un barrio de Ñuñoa, en el seno de un hogar más bien tradicional. Era la única mujer entre tres hermanos, uno de los cuales eran cadete y el otro oficial de la Escuela Naval al momento de su detención. Su amiga María Eugenia Letelier afirma: "Desde el inicio Marisa nos dejó claro ciertas claves para recordarla, que había como relacionar lo cotidiano con la historia. Por ejemplo, me decía, no puedes olvidar el número de mi casa, porque es el 1541 , el año del descubrimiento".La JEC y el Centro de Alumnos Marisa descubrió su vocación revolucionaria, cuando ingresó a la Juventud de Estudiantes Católicos, JEC. Ella entendió el cristianismo como lo explicaba la teología de la liberación, es decir, como un compromiso con la lucha por liberar a los oprimidos y construir un mundo más justo. "Se nos abrió el mundo. La acciónreflexión-acción se hizo norma de vida. Cada pequeño acto tenía un sentido de fe y de transformación de un mundo injusto, para construir el Reino de Dios en la tierra", recuerda su amiga y compañera María Eugenia. El año 70, Marisa ganó por amplia mayoría la Presidencia del Centro de Alumnas del Liceo de Niñas Nº 3, ubicado entonces en Manuel Rodríguez con Alameda, como cabeza de la lista A, de izquierda, que representaba un gesto de audacia no visto antes en ese liceo. Ganaron por amplio margen. Cada lunes la directiva se reunía con las delegadas de curso y buscaba formas de generar espacios de participación. María Eugenia Letelier, su compañera en el Liceo, la describe como una alumna muy destacada, desde los inicios. En la prueba de medición de la calidad del aprendizaje, Marisa obtuvo el mejor puntaje de los octavos años de todos los liceos. Ella integró la primera promoción de octavo básico, justo en los años de la reforma educativa del 68 que extendió la educación en un año, en todo el país. La FESES, el FER y las marchas Fue el tiempo de las primeras lecturas de Marx y del evangelio interpretado en el contexto de la efervescencia social de esos años. La directiva que integraba Marisa comenzó a participar en la Federación de Estudiantes Secundarios, FESES, donde llegaban todos los liceos, y allí conoció el FER, el Frente de Estudiantes Revolucionarios, el brazo estudiantil del MIR. Las propuestas del FER la convencieron más que otros llamados que recibió desde sectores juveniles demócrata cristianos y católicos que también frecuentaba, entre los que estaban jóvenes como Guillermo Yungue o Víctor Barrueto, hoy diputado. Junto a sus compañeras del liceo, Marisa participó en las protestas contra el imperialismo yanki frente a la embajada de Estados Unidos, en el Parque Forestal y conoció el ruido y los efectos de las bombas lacrimógenas. Pero también vivió la alegría propia, y la del pueblo, con el triunfo de Salvador Allende. Ella y sus amigos de la JEC estuvieron esa noche del 4 de septiembre hasta muy tarde en la fiesta de la Alameda, donde todo era carnaval. A la mañana siguiente, sin embargo, surgieron las contradicciones a nivel familiar, porque sus padres no entendían su alegría y pensaban que no había nada que celebrar.

El amor y el trabajo voluntario Comenzó a ir a los trabajos voluntarios en las poblaciones, donde como muchas jóvenes de su generación conoció no sólo la pobreza y la solidaridad, sino también el amor. Se enamoró de Renato Sepúlveda, también mirista, estudiante de medicina. Cuando el mundo en que habían vivido se derrumbaba, en diciembre del 73, decidieron casarse, sin fiesta, y continuaron militando, ahora clandestinamente. Marisa estudiaba Economía en la Universidad de Chile, pero pronto la Facultad fue cerrada y sólo continuó estudiando Renato. A él lo detuvieron primero, en la Escuela de Medicina.. Marisa se fue de la casa de su madre y comenzó la búsqueda frenética de un lugar seguro para vivir. Allanaron la casa de los Joui, y su hermano Hernán, oficial de la Marina, recibió a la DINA y explicó que ella no estaba. La persecución continuó y el cerco se cerró cuatro días antes de la Navidad. El nuevo año 1976 comenzaba recién, mientras ella y Renato eran trasladados de uno a otro centro de detención, hasta desaparecer un día de enero. Nunca más vio nadie a Marisa, que en palabras de su amiga María Eugenia, "Tenía 19 años y una vida entera por construir La cruz de Grimaldi La sobreviviente María Stella Dabancens declaró que estuvo detenida en Grimaldi entre el 2 y el 6 de enero de 1975, y que compartió pieza con María Isabel, con quien tenían amistades en común. Cuando María Stella fue trasladada de la Villa, Marisa le regaló una cruz, confeccionada por ella con hilos de una frazada y astillas de una silla de madera que había en la habitación en que vivieron juntas. Alfredo González Reveco, testigo de la detención de María Isabel declaró que ésta fue detenida en forma fortuita al ser identificada cuando la DINA allanó el domicilio de otra persona, Francisco Rozas, ubicado en la calle Brasil. Posteriormente todos fueron llevados al recinto clandestino conocido como "Venda Sexy" de Irán con Los Plátanos, comuna de Macul. Similar declaración prestó otro de los detenidos en ese lugar, Narciso Gálvez Fuentes. María Alicia Salinas Farfán, otra sobreviviente, declaró que conocía de antes al matrimonio y los vio en Villa Grimaldi. Renato encabezaba la fila de hombres que venía desde el sector llamado La Torre y aún vestía su delantal de estudiante de medicina.

Morén y Laureani

Patricia Guzmán Pardo declaró que estuvo cuatro días en la misma pieza con María Isabel. Ella le contó que la torturaban para tener información sobre Andrés Pascal Allende, entonces Secretario General del MIR. Los interrogatorios a Marisa y su marido los dirigía Marcelo Morén Brito, secundado por el teniente Pablo Fernando Laureani Maturana. Olga Cortés Bruna, ex detenida sobreviviente declaró ante notario que vio a Maria Isabel Joui en Villa Grimaldi, y la describe como "una joven muy buenamoza, inteligente y de gran valor". Relata que vio como ella y tres personas más fueron sacadas de Villa Grimaldi con destino desconocido. Otra ex presa, Angela Alvarez, estima que fue sacada de allí entre el 7 y el 8 de enero de 1975. Por su parte la sobreviviente María Alicia Salinas Farfán sostiene que en la mañana del 8 de enero, María Isabel Joui y María Teresa Eltit fueron sacadas de la pieza donde estaban todas las detenidas y nunca más las volvió a ver.


Grupo de Trabajo Memoria Histórica Coordinación Central

Fuente :archivochile.com sin fecha

Categoría : Testimonio

María Isabel Joui tenía 19 años y una vida por delante.

No recuerdo el momento en que conocí a Marisa, como todas las personas, los lugares, las cosas que acompañaron mi infancia, simplemente estaba. Nuestras casas quedaban próximas, atravesando una calle podíamos encontrarnos, en aquella época el tránsito no era problema para jugar, sólo había que tener cuidado con la Liebre 20 que pasaba por Crescente Errázuriz. Marisa vivía en República de Israel, en aquella época Nueva Ñuñoa y para que nunca olvidásemos el número o al revés para que recordáramos mejor las preguntas en las pruebas de historia, vivía en el 1541, “año del descubrimiento ” .Tampoco se puede olvidar el número del teléfono 44441. Así, desde el inicio Marisa nos dejó claro que habían claves para recordarla, que había cómo relacionar lo cotidiano con la historia. Mis primeras imágenes son de una niña gordita, pequeña, con los ojos negros de almendra, el pelo largo y, sobre todo, una sonrisa expresiva que la acompañará en todos sus momentos. No nos conocimos en la Parroquia San Bruno, ella no iba para allá, tampoco fue en el colegio de Don Roland ella no estudió allí. A lo mejor la primera vez que la vi fue en la botillería que tenían mis padres en la casa donde vivíamos, a lo mejor fue con su mamá a comprar y ahí la vi por primera vez; pero no me acuerdo.Tal vez fue andando en bicicleta, nos dejaban pasar sólo por la vereda, dar vueltas a la manzana y, quizás, allí comenzamos a conocernos. Ella era un año menor, tenía dos hermanos grandes y uno más pequeño. Todos éramos parte de la vida del barrio, en el verano nos encontrábamos y jugabamos ping-pong en el patio de mi casa, largas partidas jugadas en pareja, allí surgieron las primeras miradas, los primeros gestos de la adolescencia. Nos paseábamos de una casa a otra: los mellizos, las Lineros… recuerdo muchas tardes en que “te voy a dejar a tu casa” y de vueltas “ahora te voy a dejar yo” y así

caminábamos de una casa a otra sin poder separarnos. ¿De qué hablábamos tanto?, ¿qué nos hacía acercárnos? No recuerdo, por aquella época debíamos estar por los trece o catorce años, quizás menos. No sé si por coincidencia o porque en aquella época habían menos opciones para estudiar o, quizás, porque para los padres de clase media era una buena alternativa, estudiábamos las dos en el Liceo 3, que quedaba en el centro; es decir, lejos, porque había que tomar la Catedral 10 que pasaba por la calle Salvador y pasaba sólo de vez en cuando, por lo tanto, no podíamos perderla o sino llegábamos tarde a clases. Ella iba en un curso inferior, porque era un año menor, por aquella época yo debo haber estado en séptimo y tú en sexto básico. Muchas veces íbamos y veníamos juntas, íbamos al externado; es decir, no se almorzaba en el liceo y por tanto no había nada que pagar de modo que las del “externado” eran catalogadas de manera “inferior” respecto a las del medio-pupilaje que sí pagaban algo por el almuerzo. El externado quedaba en un hermoso edificio –hoy declarado monumento nacional, pero increíblemente abandono – de la calle San Martín. Yo inicié la Enseñanza Media en el edificio de Manuel Rodríguez con la Alameda, fui la primera generación de la reforma educativa del 68, aquella que alargaba a ocho años la enseñanza básica. Tú también te trasladaste a ese edificio. El primer signo externo de que eras especialmente inteligente fue cuando entregaron los resultados de un sistema de medición de la calidad del aprendizaje (Pert) en donde obtuviste el mejor puntaje de los octavos años de todos los liceos: qué orgullo. Cuando recién llegamos lo primero fue una lucha por la “fusión” del externado con el medio-pupilaje, aunque éramos muy niñas, ya sabíamos que esa era una forma de discriminación y nos propusimos pelear por la unidad del Liceo. Fue el primer acercamiento al Centro de Alumnas. Hacia el 69, mi hermana, era Presidenta del Liceo, le ganamos a Pamela, pero al poco tiempo nos descubrimos pensando de la misma forma y de rivales pronto fuimos aliadas. En esos años mi hermana y yo entramos a la Juventud Estudiantil Católica, se nos abrió el mundo, a través de los campamentos y jornadas fui conociendo cosas que ni me imaginaba, en pocos meses las ideas bullían. Conocimos de la teología de la liberación, iniciamos las primeras lecturas de Marx y el evangelio iluminaba todas nuestras actuaciones. La acción-reflexión-acción se hizo norma de vida, cada pequeño acto tenía un sentido de fé y de deseos de transformación de un mundo injusto en el que debíamos construir el Reino de Dios en la tierra. Llegaban noticias de otros países latinoamericanos y luego llegaron amigos de la JEC provenientes de El Salvador o de Uruguay, donde pasaban cosas terribles que ingenuamente pensábamos que jamás ocurrirían en nuestro país. Cada jecista debía formar un grupo en su Liceo, invitamos a Marisa a participar, al poco tiempo ella era parte activa de todo lo que nos proponíamos realizar. Ese fue el puente para conocer que existía una Federación de Estudiantes en donde participaban todos los Liceos secundarios, allí también supimos que existían los partidos políticos y que en casi todos los Liceos habían socialistas, democratacristianos, comunistas y también existía un movimiento nuevo que a nivel estudiantil se llamaba FER. Los amigos de la JEC nos invitaron a conocer a otras personas del FER, nos dieron charlas, allí conocimos, por ejemplo, a Clotario Blest con su overol azul y su sencillez. Nos pasaron documentos, nos enseñaron que para tener argumentos había que estudiar y leer, no bastaba con querer transformar el mundo, debíamos tener una actitud ejemplar, ser buenos alumnos y opinar, tener opinión en las clases, en los centros de alumnos con los demás partidos políticos. Por aquella época nos invitaron también a reuniones en la JDC, recuerdo una vez que nos llevaron a las dos con Marisa a un edificio en la Alameda, nos pasaron un documento y luego había que contestar unas preguntas, yo no entendía mucho y me senté al lado de Marisa y copié todas las respuestas, estaban todas bien. Después nos invitaron a otra reunión en el CEPEIP, conocimos a Yungue y otras personas, recuerdo que la primera vez que fuimos al teatro a ver “Joe eggs” fue contigo y con Guillermo. A pesar de los esfuerzos no les resultó, porque a ninguna de las dos nos interesó entrar en la JDC. Recuerdo también que intentamos crear un grupo de estudiantes católicos de Santiago Centro, allí participaban no sólo liceos sino también colegios católicos, conocimos a gente como Sergio o a Victor Barrueto que hoy es diputado. Salíamos con ellos, fueron nuestros primeros amigos de fiestas lejos del barrio. En la JEC nos hicieron ver que esta organización podía ser una especie de paralelismo a la FESES, desistimos. Nuestra participación en el Centro de Alumnas del Liceo fue creciendo, el año 70 lanzamos la candidatura de Marisa como Presidenta, yo iba como Secretaria General, Jacqueline era nuestra Secretaria y Marcia tesorera, Paty tenía otro cargo… no recuerdo el nombre de las demás. Mi hermana y Pamela eran nuestras apoderadas de lista, la lista A “lista de izquierda”; decir izquierda en ese Liceo y en esa época era un gesto de audacia. Ganamos, ganamos por amplio márgen. Cada lunes en la mañana teníamos reunión con las delegadas de cada curso, conseguimos con la dirección que nos pasaran una sala, la pintamos la dejamos linda, recuerdo como discutimos el color de las paredes y de la puerta. Era una sala que daba a un patio y nos propusimos colocar música a la hora del recreo, generar espacios de participación. Salíamos a la calle, la primera vez fue a protestar contra el “imperialismo yanki”, llegamos hasta la embajada y, por primera vez, conocimos las bombas lacrimógenas que en el Parque Forestal producían todo el ruído y todos los efectos, conocí así otro miedo, supe de la inseguridad de salir a la calle. A pesar de ello, continuamos porque siempre había una causa justa por la cual protestar. Un día cuatro de septiembre llegó la profesora de historia, Viola Marshall, socialista y comprometida, en los pasillos me dijo: ¡“chiquilla Letelier” hemos ganado, hemos ganado¡. La noche anterior habíamos estado hasta tarde en la Alameda, todo era carnaval, allí estábamos con todos los amigos de la JEC. Algo grande estaba sucediendo, pero al mismo tiempo surgieron los problemas en las casas, en la tuya y en la mía, para los papás no era fácil entender que estas hijas estuvieran contentas cuando, según ellos, no había nada que celebrar y mucho que temer. Los conflictos por las salidas, por las ideas, las negaciones de permiso, los desafíos y los problemas en las casas se habían instalado como una situación permanente, hasta que la historia señaló donde estaba el verdadero peligro y quienes serían los verdaderos afectados. Entramos de lleno a la participación, había que cambiar todo. Ibamos a los trabajos voluntarios a las poblaciones, allí conocimos la pobreza en todas sus dimensiones, la dificultad de vivir el día a día, se evidenciaron las grandes diferencias y se pusieron como nunca nuestras contradicciones “pequeño burguesa” en esaa época conocimos a compañeros de otros liceos el Aplicación, el Insitituto, el INBA. Hubo uno que te llamó la atención, Renato Sepúlveda , fue amigo de ambas y después tu pololo y marido. Renato era muy inteligente, simpático, cariñoso… su vida era difícil sin padre y madre y con varios hermanos pequeños, había logrado estudiar gracias al cuidado de su tía periodista Lucía Sepúlveda, mujer a la que nunca conocí pero que ahora de adulta, me produce una enorme admiración. Por mi parte no tenía pololo, pero el primer chico que me gustó fue tu hermano Hernán. Recuerdo el día que lo fuimos a dejar a la Escuela Naval, sería el 69 o el 70 con orgullo tu padre, tu madre, tus hermanos y yo lo fuimos a dejar a Valparaíso y participamos de la ceremonia inicial de los cadetes. Después nos alejamos, no lo veo desde el 74, cuando desapareciste… Fue el 11, cada una estaba en lo que tenía que hacer. Dos años atrás yo había entrado a la UTE y el 73 tu estabas en Economía en la Chile y Renato en Medicina. Tu hermano pequeño, Sergio, también entró a la Escuela Naval. Días difíciles para todos, muy difíciles. Retomamos una relación más cotidiana, en diciembre del 73 tus padres consintieron que te casaras con Renato, hicimos una boda rápida en el registro civil y después sin brindis seguimos la vida… Había mucho que hacer. El MIR no se asila, el Mir continúa luchando. Me echaron de la Universidad, a ti te cerraron la sede y Renato continuó en medicina. Los primeros días de diciembre del 74 las cosas estaban muy mal, se hablaba de desaparecidos, de los amigos que caían… Una noche me llamaste: Queni, Renato no llegó de la Universidad, ese mismo día por la tarde habíamos estado en la casa de tu madre haciendo unos merengues, cocinando, entreteniendonos de una manera recobradamente infantil. Me voy de la casa me dijiste, puede que lo hayan detenido, buscamos donde esconderte. Acudimos a una vieja amiga del Liceo, el padre de Loreley era radical y entendió prestó ayuda por unos días. Loreley tenía un problema grave en el riñon… a los pocos meses murió. Después tuviste que salir de allí, nos encontramos en la calle y me dijiste el partido me encontró un lugar donde estar. De Renato no sabíamos nada, estaba detenido. Llegaron a la casa de tu madre, la DINA llegó a allanar… Estaba Nancho, según tu madre, dialogó con ellos para que se fueran. Esa vez en la calle, paseando por los departamentos de Antonio Varas fue la última vez que te ví, estabas muy delgada, muy preocupada, pero muy entera. Me diste consejos y nos despedimos. Por esos días también me empezaron a buscar y me tuve que ir de la casa, ni tú ni Renato me entregaron, llegaron a la casa a través de la UTE y gracias a Mario que fue avisar que ya habían ido a detener a su hermana Hilda yo logré escapar. He podido reconstruir, en parte, lo que pasó contigo. Te llevaron a la Villa Grimaldi, ahí también estaba Renato, los carearon y los torturaron en presencia de ambos… Un día los llevaron a la torre y después los sacaron de allí, no volvieron. Tenías 19 años y una vida entera por construir.

Marisa, te echo mucho de menos, cómo me gustaría encontrarte hoy, más viejas y más maduras. Cuánto bien habrías hecho en este mundo, cuánto se ha perdido nuestra sociedad con perderte y perder a tantos amigos. Ese tiempo no tiene cronología, algo quedó estancado en medio de la miseria humana, del odio más feroz, del horror… de sentimientos que no tienen tiempo ni palabras.     Tu amiga. María Eugenia Letelier.


CARTA A: María Isabel Joui Petersen DE: Laura Rozas Letelier

Fuente :epistolariodelamemoria.cl 11/09/2020

Categoría : Prensa

Lisboa, 22 de junio de 2021

Las cosas que hacemos en tu ausencia
Querida Marisa,
Hoy comienzo a escribir esta carta y es el día de tu cumpleaños, el número 65. Una carta que existe hace mucho tiempo y que hoy se materializa. De los 65 años -46 arrojados a la imaginación-, de los otros 19 años recojo los trazos de aquello que en su fuerza persiste en existir. La postmemoria, imbuida de ficción, historias y encuentros imaginados.
Las baldosas rojas en el patio ñuñoíno: 3 niñas en una foto en blanco y negro, y yo te veo a ti también; porque para mí, siempre fueron 4. Sin saberlo tal vez, transitaste a otros álbumes familiares, en ellos, siempre un espacio para ti. De ti aprendí lo que la ausencia no existe sin la presencia.
Te encuentro entre los tomos. Busco tu nombre en la lista, en la porosa piedra, desearía no encontrarlo, pero te nombro y existes. Así como hay cosas que no se nombran, pero que nos acompañan toda la vida.
Ella graba voces, un tono dulce y quebrado para hablar de ti. Y así te conozco yo, por la lengua materna. ¿Acaso hay otra forma de nombrarte?
Ella planta buganvilias en tu nombre, mientras sus ramas trepan en el muro de ladrillo.
Ella está parada en el anfiteatro, más de 30 años después carga con tu diploma universitario en Economía. Ella corre maratones cargando tu rostro difuminado, su hijo también la acompaña y la anima a continuar. Tu rostro habita nuevos cuerpos. Tu memoria tiene cuerpo, nos das un cuerpo y le das cuerpo a la memoria.
Escolares pintan un mural con tu rostro en azul en tu liceo, que ya no es el mismo de antes, y nos damos cuenta de que una escuela es más que un lugar. Porque habitas otros lugares que jamás imaginaste, tal como habitas esta página.
Montados en buses recorremos la ciudad y cartografiamos tu memoria. Y siempre volvemos a ti entre Crescente Errázuriz y República de Israel.
Todas estas cosas te atraviesan y vuelven a nosotras.
Y yo, yo escribo cartas y echo de menos tu abrazo, mientras siento el calor que nos deja tu sonrisa. Porque no naciste del dolor, naciste de la belleza.
Con amor,
Laura


Experiencia en un liceo en Santiago: el valor de una comunidad educativa que rescata su memoria

Fuente :UCENTRAL.CL 21/12/2016

Categoría : Prensa

Un conjunto de actividades pedagógicas, impulsadas por los profesores de historia y la académica María Eugenia Letelier de FACSO, acercaron a las estudiantes al entorno personal y político de una alumna detenida desaparecida en 1974.

El Liceo n° 5 Mercedes Marín del Solar, continuidad del antiguo Liceo n°3 de niñas en Santiago, durante este año impulsó un proyecto de investigación y rescate de la memoria de MARIA  ISABEL JOUI PETERSEN , ex alumna detenida y desaparecida en 1974, con 19 años de edad, por organismos de seguridad que actuaron con total impunidad en nuestro país.

Los estudiantes, guiados por sus profesores del Departamento de Historia, investigaron quien fue esta joven que "destacó por su inteligencia, liderazgo y compromiso", según relató una de las impulsoras de esta iniciativa, la académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central, María Eugenia Letelier.

La docente de FACSO contó que los alumnos descubrieron que era buena estudiante, que fue Presidenta del Centro de Alumnos, que participó en trabajos voluntarios, que se comprometió políticamente.

"Supieron que a pesar de su corta edad alcanzó a ingresar en la Facultad de Economía de la Universidad de Chile. Supieron que un día de diciembre de hace 43 años, la llevaron maniatada a un lugar de detención que, por su crueldad, fue llamado "venda sexy" y desde allí hacia otro lugar de detención, Villa Grimaldi. Que desde entonces no se sabe con exactitud qué sucedió con ella, que a pesar que los culpables están identificados y muchos están presos, no han confesado, no han dicho dónde están" relató la docente.

Luego de esta primera etapa de investigación, los profesores organizaron una salida pedagógica. Los estudiantes visitaron el antiguo edificio que albergaba la Educación Básica, fueron recibidos por sobrevivientes en la "venda sexy" y en la Villa Grimaldi, compartieron con amigos y amigas de María Isabel, indagaron más sobre su vida y luego elaboraron posters y carpetas con el resultado de sus investigaciones y sus propias reflexiones.

"Los estudiantes se fueron apropiando de la historia del Liceo, fueron comprendiendo mejor los diferentes períodos históricos y los vincularon con la imagen de esta joven que empezaron a incorporar como su propia compañera y amiga" destacó María Eugenia Letelier.

El proceso culminó con un acto realizado el jueves 1 de diciembre con la participación de profesores, estudiantes y ex alumnas de distintas generaciones. La actual presidenta del centro de estudiantes reflexionó sobre las vidas perdidas, habló de los más de 3.500 sueños desaparecidos de jóvenes en dictadura y valoró la importancia del proyecto; los profesores reflexionaron sobre el valor de rescatar la memoria y la identidad de la comunidad; las amigas resaltaron la importancia de una comunidad que asume a María Isabel como un legado, como una hija de sus aulas, como un modelo de compromiso ético. Los estudiantes, junto a sus profesores, pintaron un mural de homenaje, se preocuparon por la decoración, colocaron fotos, flores y paneles.

"Se proyectó así – reflexionó la académica- una comunidad llena de vida, de energía, de cariño que se siente digna y reconoce su historia, la hace suya y la reivindica creciendo, haciéndose fuerte".

Como encargada del rediseño curricular de FACSO durante los últimos 3 años, María Eugenia Letelier sostuvo que "acostumbrados a señalar los déficits de nuestro sistema escolar y a lamentar la mala educación que reciben los jóvenes de hoy, no se difunden experiencias valiosas que las comunidades educativas impulsan y que muestran la fuerza que tiene el espacio escolar como un lugar donde se construyen proyectos que enaltecen a educadores y estudiantes".

Explicó que a partir de 2017 entra en plena vigencia la Ley de Formación Ciudadana (n°20911/2016) para todos los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado.Al respecto, dijo que "la experiencia del Liceo cumple con todos los objetivos de la Ley siendo un modelo para orientar acciones similares en otros espacios educativos. El proceso seguido logró fomentar en los estudiantes el ejercicio de una ciudadanía crítica, responsable, respetuosa, abierta y creativa; logró promover el conocimiento, comprensión y compromiso de los estudiantes con los derechos humanos; logró fomentar la participación de los estudiantes en temas de interés público y fortalecer el desarrollo de una cultura democrática y ética en la escuela".


Corte confirma condena contra 11 ex agentes de la DINA por crímenes al interior de Villa Grimaldi

Fuente :elmostrador.cl 16/09/2015

Categoría : Prensa

En los casos de los agentes Manuel Contreras Sepúlveda y Marcelo Moren Brito, el tribunal de alzada capitalino dispuso que los antecedentes vuelvan al ministro de primera instancia, Leopoldo Llanos, para que dicte su sobreseimiento por fallecimiento.

La Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la sentencia de primera instancia dictada en la investigación denominada «Villa Grimaldi. Cuaderno Principal», que indagó la desaparición de 19 personas y un homicidio calificado, ilícitos perpetrados al interior del centro de detención ilegal, ubicado en la comuna de Peñalolén.

En un fallo unánime, la Sexta Sala del tribunal de alzada –integrada por los ministros Mauricio Silva Cancino, Mario Rojas y Jessica González– ratificó las condenas efectivas para 11 integrantes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) por su responsabilidad en los secuestros calificados de: Guillermo Roberto Beausire Alonso, Alan Roberto Bruce Catalán, Jaime Enrique Vásquez Sáenz, Manuel Antonio Carreño Navarro, Iván Carreño Aguilar, María Teresa Eltit Contreras, María Isabel Joui Petersen, Jacqueline Paulette Drouilly Yurich, Juan René Molina Mogollones, René Roberto Acuña Reyes, Carlos Alberto Carrasco Matus, Hugo Daniel Ríos Videla, Agustín Alamiro Martínez Meza, Juan Rodrigo Mac-Leod Treuer, María Julieta Ramírez Gallegos, Luis Jaime Palominos Rojas, Marta Silvia Adela Neira Muñoz, César Arturo Emiliano Negrete Peña, Alejandro Juan Ávalos Davidson; y por el homicidio de Humberto Juan Carlos Menenteau Aceituno.

La sentencia ratificó las penas en contra de:

1- Pedro Espinoza Bravo: 20 años de presidio por su responsabilidad en el homicidio de Humberto Juan Carlos Menenteau Aceituno; y 20 años de presidio por los secuestros de Guillermo Roberto Beausire Alonso, Alan Roberto Bruce Catalán, Jaime Enrique Vásquez Sáenz, Manuel Antonio Carreño Navarro, Iván Carreño Aguilar, María Teresa Eltit Contreras, María Isabel Joui Petersen, Jacqueline Paulette Drouilly Yurich, Juan René Molina Mogollones, René Roberto Acuña Reyes, Carlos Alberto Carrasco Matus, Hugo Daniel Ríos Videla, Agustín Alamiro Martínez Meza, Juan Rodrigo Mac-Leod Treuer, María Julieta Ramírez Gallegos, Luis Jaime Palominos Rojas, Marta Silvia Adela Neira Muñoz, César Arturo Emiliano Negrete Peña y Alejandro Juan Ávalos  Davidson.

2- Rolf Wenderoth Pozo: 15 años de presidio por su responsabilidad como cómplice en el homicidio de Humberto Juan Carlos Menenteau Aceituno; y 20 años de presidio por los secuestros de Guillermo Roberto Beausire Alonso, Alan Roberto Bruce Catalán, Jaime Enrique Vásquez Sáenz, María Teresa Eltit Contreras, María Isabel Joui Petersen, Jacqueline Paulette Drouilly Yurich, Juan René Molina Mogollones, René Roberto Acuña Reyes, Carlos Alberto Carrasco Matus, Hugo Daniel Ríos Videla, Agustín Alamiro Martínez Meza, Juan Rodrigo Mac-Leod Treuer, María Julieta Ramírez Gallegos, Luis Jaime Palominos Rojas, César Arturo Emiliano Negrete Peña y Alejandro Juan Ávalos  Davidson.

3- Miguel Krassnoff Martchenko: 20 años de presidio por los secuestros de Guillermo Roberto Beausire Alonso, Alan Roberto Bruce Catalán, Jaime Enrique Vásquez Sáenz, Manuel Antonio Carreño Navarro, Iván Carreño Aguilar, María Teresa Eltit Contreras, María Isabel Joui Petersen, Jacqueline Paulette Drouilly Yurich, Juan René Molina Mogollones, René Roberto Acuña Reyes, Carlos Alberto Carrasco Matus, Hugo Daniel Ríos Videla, Agustín Alamiro Martínez Meza, Juan Rodrigo Mac-Leod Treuer, María Julieta Ramírez Gallegos, Luis Jaime Palominos Rojas, César Arturo Emiliano Negrete Peña y Alejandro Juan Ávalos  Davidson.

4- Fernando Lauriani Maturana: 20 años de presidio por los secuestros de Guillermo Roberto Beausire Alonso, Alan Roberto Bruce Catalán, Jaime Enrique Vásquez Sáenz, Manuel Antonio Carreño Navarro, Iván Carreño Aguilar, María Teresa Eltit Contreras, María Isabel Joui Petersen, Jacqueline Paulette Drouilly Yurich, Juan René Molina Mogollones, René Roberto Acuña Reyes, Carlos Alberto Carrasco Matus, Hugo Daniel Ríos Videla, Agustín Alamiro Martínez Meza, Juan Rodrigo Mac-Leod Treuer, María Julieta Ramírez Gallegos, Luis Jaime Palominos Rojas, César Arturo Emiliano Negrete Peña y Alejandro Juan Ávalos  Davidson.

5- Gerardo Godoy García: 20 años de presidio por los secuestros de Guillermo Roberto Beausire Alonso, Alan Roberto Bruce Catalán, Jaime Enrique Vásquez Sáenz, Manuel Antonio Carreño Navarro, Iván Carreño Aguilar, María Teresa Eltit Contreras, María Isabel Joui Petersen, Jacqueline Paulette Drouilly Yurich, Juan René Molina Mogollones, René Roberto Acuña Reyes, Carlos Alberto Carrasco Matus, Hugo Daniel Ríos Videla, Agustín Alamiro Martínez Meza, Juan Rodrigo Mac-Leod Treuer, María Julieta Ramírez Gallegos, Luis Jaime Palominos Rojas, César Arturo Emiliano Negrete Peña y Alejandro Juan Ávalos  Davidson.

6- Ricardo Lawrence Mires: 20 años de presidio por los secuestros de Guillermo Roberto Beausire Alonso, Alan Roberto Bruce Catalán, Jaime Enrique Vásquez Sáenz, Manuel Antonio Carreño Navarro, Iván Carreño Aguilar, María Teresa Eltit Contreras, María Isabel Joui Petersen, Jacqueline Paulette Drouilly Yurich, Juan René Molina Mogollones, René Roberto Acuña Reyes, Carlos Alberto Carrasco Matus, Hugo Daniel Ríos Videla, Agustín Alamiro Martínez Meza, Juan Rodrigo Mac-Leod Treuer, María Julieta Ramírez Gallegos, Luis Jaime Palominos Rojas, César Arturo Emiliano Negrete Peña y Alejandro Juan Ávalos  Davidson.

7- Basclay Zapata Reyes: 15 años y un día de presidio por los secuestros de Guillermo Roberto Beausire Alonso, Alan Roberto Bruce Catalán, Jaime Enrique Vásquez Sáenz, Manuel Antonio Carreño Navarro, Iván Carreño Aguilar, María Teresa Eltit Contreras, María Isabel Joui Petersen, Jacqueline Paulette Drouilly Yurich, Juan René Molina Mogollones, René Roberto Acuña Reyes, Carlos Alberto Carrasco Matus, Hugo Daniel Ríos Videla, Agustín Alamiro Martínez Meza, Juan Rodrigo Mac-Leod Treuer, María Julieta Ramírez Gallegos, Luis Jaime Palominos Rojas, César Arturo Emiliano Negrete Peña y Alejandro Juan Ávalos  Davidson.

8- Manuel Carevic Cubillos: 15 años y un día de presidio por los secuestros de María Isabel Joui Petersen, Marta Silvia Adela Neira Muñoz y César Arturo Emiliano Negrete Peña.

9- Raúl Iturriaga Neumann: 15 años y un día de presidio por los secuestros de María Isabel Joui Petersen, Marta Silvia Adela Neira Muñoz y César Arturo Emiliano Negrete Peña.

10- César Manríquez Bravo: 15 años y un día de presidio por los secuestros de Guillermo Roberto Beausire Alonso, Manuel Antonio Carreño Navarro, Iván Sergio Carreño Aguilar y Jacqueline Paulette Drouilly Yurich.

11- Orlando Manzo Durán: 10 años y un día de presidio por el secuestro de Jacqueline Paulette Drouilly Yurich.

En el aspecto civil, el fallo confirmó que el Estado de Chile debe pagar una indemnización total de $1.850.000.000 (mil ochocientos cincuenta millones de pesos) a familiares demandantes, en sumas que van desde los $50.000.000 (cincuenta millones de pesos) a los $150.000.000 (ciento cincuenta millones de pesos), según se detalla en la sentencia.

En los casos de los agentes Manuel Contreras Sepúlveda y Marcelo Moren Brito, se dispone que los antecedentes vuelvan al ministro de primera instancia, Leopoldo Llanos, para que dicte su sobreseimiento por fallecimiento.


U. de Chile entregará títulos póstumos a 104 ejecutados y desaparecidos (extracto)

Fuente :latercera.cl 08/09/2017

Categoría : Prensa

Reconocimiento simbólico irá dirigido a ex estudiantes asesinados durante el régimen militar.

A través del decreto exento número 0030766 de la Universidad de Chile, autorizado por la Contraloría de la República el 4 de septiembre de este año, dicha casa de estudios quedó habilitada, por primera vez en su historia, para hacer entrega de la distinción de títulos póstumos y simbólicos a los estudiantes que fueron ejecutados políticos y aquellos que se convirtieron en detenidos desaparecidos durante el régimen militar.

La ceremonia oficial, que estará encabezada por el rector Ennio Vivaldi, se desarrollará el próximo lunes 11, en el patio Domeyko de la casa central, a contar de las 12.30. Para Vivaldi "esta iniciativa tiene dos significados muy profundos. Por una parte es un gesto de reparación para las propias víctimas y para sus familiares, quienes además asocian afectivamente a su seres querido con esta gran institución que es la U. de Chile. Por otro lado, la U. de Chile siente que está cumpliendo con su deber moral al no concederle a la dictadura el objetivo terrible de, además haberles truncado la vida, borrar sus logros como estudiantes y futuros profesionales para Chile".

La nómina incluye a 104 ex estudiantes de la universidad, quienes fueron asesinados por agentes de Estado entre 1973 y 1989.

Entre los casos más recordados destaca el del estudiante de historia Jécar Nehgme, quien figura, además, como la última víctima del régimen de Augusto Pinochet. Este ex dirigente del

Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) apareció muerto el 4 de septiembre de 1989 en la calle General Bulnes, a pocos días de que se desarrollaran las elecciones que marcarían el retorno a la democracia.

Tras un largo proceso judicial, que se resolvió en 2008, se logró establecer como autores del asesinato al jefe metropolitano de la CNI, brigadier (r) Enrique Levy Araneda; al coronel (r) Pedro Guzmán Olivares y al capitán (r) Luis Sanhueza Ross.Desde las organizaciones sociales valoraron el gesto. La presidenta de la Agrupaciones de Ejecutados Políticos (Afep), Alicia Lira, señaló que "es un gran gesto, que reconocemos enormemente. Con esto, el rector Vivaldi cumple una tarea pendiente que tenía la Universidad de Chile, ya que gestos similares ya los habían cumplido otras universidades como la U. de Santiago y la Austral de Valdivia. Pero es una señal enorme para la democracia y para que se cumpla un verdadero nunca más en Chile".

En el listado de estudiantes de la Universidad de Chile víctimas de la dictadura cívico militar , se encuentra María Isabel Joui Petersen detenida desaparecida el 20/12/1974