Jeldres Riveros Reinaldo Luis

Rut       : 126.201, Chillán

F.Nacim. : 01-02-40, 33 años a la fecha de su detención

Domicilio : Isabel Riquelme 632, Chillán

E.Civil  : Casado, 2 hijos

Actividad : Empleado del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP); a la fecha de su detención se encontraba en comisión de servicio en el Servicio Agrícola Mecanizado (SEAM) de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO)

C.Repres. : Movimiento de Acción Popular Unitaria, MAPU

F.Detenc. : 19 de septiembre de 1973

  SITUACION REPRESIVA

            Reinaldo Luis Jeldres Riveros, casado, 2 hijos, funcionario de INDAP, militante del MAPU, fue detenido el 19 de septiembre de 1973, a las 09:00 de la mañana, cuando se presentó voluntariamente en el Regimiento de Infantería de Montaña N°9 de Chillán, para retirar un salvoconducto que le permitiera cambiarse de casa. El 23 de septiembre de 1973, María Teresa Ferrada del Pino -cónyuge de la víctima- concurrió a dicho recinto militar para preguntar sobre su marido; el Comandante de la Unidad le informó que había sido entregado a Carabineros el mismo 19 de septiembre, los que, en las últimas horas de ese día, lo ejecutaron en el río Ñuble. Ello -según otra alta autoridad militar- se había debido a presiones ejercidas por los agricultores de la zona. Oficialmente nunca se reconoció ni la detención ni la muerte de Reinaldo Luis Jeldres.

            Reinaldo Luis había sido detenido por primera vez el 14 de septiembre de 1973 por personal del Ejército y Carabineros, en su domicilio de Chillán y en presencia de testigos. En esta oportunidad fue trasladado a la Cárcel de la ciudad -este hecho quedó establecido judicialmente- desde donde fue sacado el 15 del mismo mes para ser llevado a la Isla Quiriquina. Jeldres Riveros regresó a última hora del 18 de septiembre de 1973, relatándole a María Teresa Ferrada su permanencia en dicha Isla.

            El 19 de septiembre de 1973, se presentó en su lugar de trabajo, SEAM-CORFO, en donde se le autorizó un día de permiso con el objeto de tramitar en el Regimiento de Chillán un salvoconducto para cambiarse de casa. Efectivamente se presentó en ese recinto militar acompañado por su amigo Arturo Bonometti Brogi. El testigo -quien declaró ante el Tribunal- recuerda que, alrededor de las 09:00 de la mañana, acudió junto a la víctima al Regimiento de Infantería de Montaña N°9 de Chillán. A una cuadra de distancia del recinto, y en razón a que el perímetro estaba acordonado por los militares, sólo dejaron pasar a la víctima, debiendo quedarse el testigo en Avenida Ecuador con Argentina. Lo vio entrar al Regimiento y, cuando ya eran las 15:00 horas, sin que su amigo retornara, decidió irse. No se volvió a saber del afectado.

            Al cuarto día de ocurridos estos hechos, María Teresa Ferrada se dirigió al Regimiento en donde el Comandante le informó de la ejecución de la víctima, la que fue llevada a cabo por Carabineros. Al concurrir a las instituciones policiales, se le dijo que ellos no habían ejecutado a nadie y que los "militares se lavaban las manos" y "les echaban la culpa a ellos".

            Sin embargo, nunca ha sido oficialmente reconocida la muerte de la víctima, permaneciendo éste en calidad de desaparecido.

 

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

            El 22 de mayo de 1975, ante la Corte de Apelaciones de Chillán, se interpuso un recurso de amparo por el afectado, el que fue rolado con el N°95.296. Durante su tramitación, el Fiscal Militar de Ñuble, Coronel de Ejército Mario Romero Godoy, informó que Reinaldo Luis Jeldres no había sido detenido ni procesado por dicha Fiscalía, (23 de mayo de 1975). En relación a la primera detención de la víctima, el Coronel de Carabineros y Prefecto de la Prefectura de Ñuble N°17 Guillermo Carrasco Acuña, ofició comunicando que, revisados los Libros de Guardia de las Unidades y Destacamentos de esa dependencia, no figuraba Jeldres Riveros como detenido el 13 de septiembre de 1974, (24 de mayo de 1975).

            Sólo con estos dos antecedentes, se rechazó el recurso de amparo el 29 de mayo de 1975, remitiéndose las compulsas al Juzgado del Crimen correspondiente.

            De esta manera, en el 3er. Juzgado del Crimen de Chillán se instruyó la causa rol N°7.419, el 30 de mayo de 1975. Consultadas la Comisaría de Investigaciones de Chillán, y la 2a. y 6a. Comisarías de Carabineros de dicha ciudad, informaron, en junio de 1975, que el afectado no registraba detenciones en esas Unidades Policiales. Sin embargo, el 7 de junio de ese mismo año, el Alcaide de la Cárcel de Chillán, Hermes Sandoval Salazar, ofició al Tribunal informando que Reinaldo Luis Jeldres había ingresado a dicho recinto carcelario el 14 de septiembre de ese mismo año "en forma confidencial de la Fiscalía Militar de esta ciudad". Este antecedente estaba en abierta contradicción con lo informado por el Fiscal Militar de Ñuble a la Corte de Apelaciones de Chillán durante la tramitación del recurso de amparo.

            Por su parte, el Capitán Ramón Romero Pelayo, Jefe del CIRE (Comando de Inteligencia Regional) de Chillán, señaló, el 12 de junio de 1975, que el afectado no registraba antecedentes políticos en dicho organismo. Además, Investigaciones dando respuesta a una orden judicial, informó que la víctima no registraba detenciones en el Regimiento, Comisarías de Carabineros ni Retenes Locales, sólo en la Cárcel Pública entre el 14 y el 15 de septiembre de 1973, fecha esta última en que quedó en libertad.

            El 6 de agosto de 1975, "estimándose agotada la investigación" se cerró el sumario y se sobreseyó la causa por no estar "totalmente justificada la comisión de un hecho punible". La Corte de Apelaciones de Chillán rechazó dicha resolución el 19 de agosto de 1975 "a fin de que el Juez esclarezca la contradicción que existe entre lo informado por la Fiscalía Militar en el recurso de amparo" referido que la víctima no había sido detenida ni procesada por dicho Tribunal, y el certificado emanado del Alcaide de la Cárcel de Chillán, "documento que establece que el mencionado Jeldres fue ingresado y posteriormente egresado de dicha Cárcel, en ambos casos por orden de la Fiscalía Militar de esta ciudad".

            En esta etapa del proceso, el Fiscal Militar, ahora Mayor de Ejército, Mario Romero Godoy, señaló, el 23 de septiembre de 1975, no tener registrada una orden de egreso a la Cárcel de Chillán de Reinaldo Jeldres, por lo tanto "las órdenes aludidas no corresponderían a este Tribunal". A su vez, el 23 de octubre de 1975, el mismo Alcaide Hermes Sandoval Salazar informó que las órdenes de reclusión del afectado en ese establecimiento penal las había dado "el señor Jefe de Plaza en Estado de Sitio" -agregando- "se hace presente que el egreso del recluido fue extendida por la Autoridad Militar en forma confidencial". Sin más, el 20 de octubre de 1975 se cerró el sumario y se sobreseyó temporalmente la causa. El 6 de noviembre del mismo año, la Corte de Apelaciones de Chillán aprobó la resolución consultada, sin considerar que cuando ordenó la reapertura de la causa, producto de la contradicción existente, señaló la necesidad de que el Juez "practicará todas las diligencias que sean necesarias para el debido esclarecimiento de los hechos".

            El 10 de octubre de 1979, ante el mismo Tribunal, 3er. Juzgado del Crimen de Chillán, la familia interpuso una querella criminal por los delitos de secuestro y posible homicidio calificado cometido en la persona de Reinaldo Luis Jeldres Riveros, en contra de personal del Regimiento de Chillán y, eventualmente, en contra de los funcionarios de Carabineros que lo habrían ejecutado.

           

 

El ministro condenó al coronel (r) del Ejército Abel Antonio del Carmen Arellano Avellano y al general de división (r) Guillermo Toro Dávila a 3 años y un día de presidio, en calidad de autor y encubridor, respectivamente, del delito de secuestro calificado de Reinaldo Luis Jeldres Riveros.

El ministro en visita para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones de Concepción y Chillán, Carlos Aldana Fuentes, condenó al coronel (r) del Ejército Abel Antonio del Carmen Arellano Avellano y al general de división (r) Guillermo Toro Dávila a 3 años y un día de presidio, en calidad de autor y encubridor, respectivamente, del delito de secuestro calificado de Reinaldo Luis Jeldres Riveros, ilícito perpetrado a partir del 19  de septiembre de 1973, en la comuna de Chillán.

En el fallo, rol 13-2017, el ministro en visita aplicó, además, a Arellano Avellano y Toro Dávila las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras duren las condenas; más el pago de las costas de la causa.

Por cumplir los requisitos legales, el ministro Aldana concedió al condenado Arellano Avellano la medida de libertad vigilada, debiendo quedar sujeto al control de un delegado de Gendarmería de Chile por el lapso de tres años y un día y a cumplir con las demás exigencias indicadas en el artículo 17 de la citada ley y de su Reglamento.

En el caso de Toro Dávila, por reunir los requisitos indicados en el artículo 4 de la ley 18.216, se les remite condicionalmente la pena al sentenciado, debiendo quedar sujetos al control administrativo y asistencia de Gendarmería de Chile por el lapso de tres años y a cumplir con las demás exigencias establecidas en el artículo 5 de la citada ley y de su Reglamento.
En la etapa de investigación, el ministro Aldana logró establecer los siguientes hechos:

Que alrededor de las 10 horas del 19 de septiembre de 1973, Reinaldo Luis Jeldres Riveros se presentó en la guardia del Regimiento de Infantería N° 9 de Chillán, para solicitar un salvoconducto de traslado de domicilio y así evitar pasar frente a este recinto militar y ser nuevamente detenido, por cuanto vivía al frente del mismo y el día anterior había sido liberado desde la Isla Quiriquina, donde permaneció privado de libertad por motivos políticos durante cuatro días y dejado en libertad por no existir cargos en su contra.

Que en dicha diligencia fue acompañado por su amigo Claudio Bonometti, quien lo esperó en la afueras del Regimiento hasta las 15 horas de ese día, momento en que un soldado le advirtió que era peligroso para él seguir en ese lugar, debiendo retirarse, dirigiéndose al domicilio de Jeldres Riveros para comunicar tal hecho a sus familiares.

Desde esta fecha y lugar se perdió todo rastro de Jeldres Riveros y no obstante la búsqueda tenaz y permanente de su cónyuge Teresa Ferrada Pino y de sus familiares y amigos en comisarías de Carabineros y del Regimiento de Chillán -donde se entrevistó con su comandante- y también en otros lugares de detención de personas por motivos políticos, no obtuvo antecedente de su paradero o destino hasta la fecha, desde el ingreso cierto al antes referido regimiento.

En el aspecto civil, se condenó al Fisco a pagar una indemnización de $60.000.000 a hijo de la víctima.

Un acto central de reconocimiento junto a sus familiares, una placa que quedó firme en un muro con sus nombres y la inclusión póstuma como socios de la Asociación Nacional de Funcionarios de INDAP (ANFI), recibieron los 13 trabajadores de esta institución ejecutados políticos o detenidos desaparecidos tras el golpe de Estado de 1973, en el homenaje en su memoria realizado este miércoles en dependencias de la Dirección Nacional de este servicio del Ministerio de Agricultura.

Se trata de 12 hombres y una mujer de entre 21 y 49 años, que se desempeñaban como conductor, secretaria, periodistas, administrativos, técnicos, jefes de  Área y de Zona, de los cuales 4 fueron asesinados por agentes de la dictadura y los otros 9 permanecen como desparecidos, luego de arrestos en distintas circunstancias  en varias ciudades desde Quillota hasta Quellón.

Las viudas de algunas de estas víctimas, sus hijos, un yerno y hasta el bisnieto de uno de ellos, fueron los principales invitados a la ceremonia, organizada por ANFI y la dirección de INDAP, en la que recibieron especialmente el saludo de los actuales funcionarios, dirigentes y las autoridades de Gobierno encabezadas por el subsecretario de Agricultura, Claudio Ternicier, y el director nacional de INDAP, Octavio Sotomayor.

Fernando Moraga, presidente nacional de ANFI, entidad que impulsó este acto que tuvo también la presentación del folclorista Fernando Yáñez, señaló en su mensaje a los asistentes que los homenajeados fueron ejecutados o desaparecidos “por el solo hecho de trabajar en la institución”.

El dirigente enfatizó que “aquí no hubo ninguno que fuera un peligro para la sociedad, aquí se mató porque se podía matar. La dictadura mató por matar, por un gusto, porque alguien le dijo. Nuestros compañeros fueron sacados de las oficinas para ser ejecutados, venían a devolver un vehículo y los ejecutaban. No podemos olvidar nunca lo que ocurrió en esa época y Dios quiera que se pague en esta tierra el daño causado a todos los chilenos y chilenas”.

A nombre del Gobierno, el subsecretario Ternicier entregó un mensaje en que agradeció “esta gran iniciativa de cumplir con el deber de recordar a nuestros compañeros caídos y no olvidar por lo que pasó Chile” y destacó “la solidaridad, el pésame y el compromiso por ayudar a la justicia y la verdad en Chile”. “La única manera de construir Chile en el futuro es sobre la base de la justicia y la verdad”, enfatizó.

El director Octavio Sotomayor, que también dio un saludo a los familiares e invitados al acto, señaló luego de éste su satisfacción porque se trató, dijo, de “una ceremonia muy bonita y solemne como queríamos. Además habíamos perdido contacto con los familiares. Se trata de 13 colegas que fallecieron por un compromiso con el país, eso le podía haber pasado a cualquiera de nosotros. Quisimos rememorar de manera que esto no se vuelva a repetir”. 
 

Al acto también asistieron autoridades de otros servicios del agro como Loreto Mery (Comisión Nacional de Riego) y Michel Leporati (Achipia), además del representante de IICA en Chile, Jaime Flores, y el director regional metropolitano de INDAP, Christian Suarez.

FAMILIARES AGRADECIDOS

El momento más emotivo de la actividad fue aquel en que los familiares fueron invitados al hall central del edificio para descubrir una placa confeccionada por ANFI con el nombre y los datos principales de cada uno de estos trece funcionarios víctimas del golpe de Estado. 

Entre los asistentes a este acto, Martín Hassler Jeldres, de 11 años, bisnieto de Reinaldo Jeldres, se refirió así a este momento y lo que significaba el recuerdo a bisabuelo: “Tengo un poco de pena, emoción e igual me sentí importante (…) Solamente sé que lo mataron y lo tiraron al río y que ya procesaron a los que lo mataron, es la única información que tengo”.  

Eduardo Cifuentes, yerno de Reinaldo Poseck, comentó que fue “súper fuerte, pero me parece que era necesario y muy importante que haya habido mucha gente de INDAP que haya venido. Desgraciadamente su esposa falleció, sus hijos están fuera de Chile y no pudieron estar”. Describió a su suegro como “una persona de un carácter muy fuerte, pero en la intimidad, en los almuerzos en la casa, era un tipo muy divertido. Además era súper trabajador y comprometido”.

Mauricio Flores, hijo de Nelson Flores Zapata, dijo estar “alegre porque hayan hecho esto, para mí es muy simbólico que lo recuerden”. Sobre la memoria que tiene de su padre con quien vivía en la Población Robert Kennedy de Maipú comentó que recuerda “algunos juegos con que hacía desaparecer palos de fósforos. Yo tenía 4 años cuando a él lo fusilaron”.

LA SIGUIENTE ES LA LISTA DE HOMENAJEADOS:

Enrique Ernesto Morales Melzer (D.D, conductor, Santiago),

Héctor Arturo Santana Gómez (D.D, Jefe de Área, Quellón),

Cecil Patricio Alarcón Valenzuela (E.P, funcionario, Chillán),

Luis Eduardo Vergara Corso (D.D, funcionario, Polcura),

Reinaldo Luis Jeldres Riveros (E.P, funcionario, Chillán),

Etienne Marie Louis Pesle de Menil (D.D, técnico cooperativista, Temuco),

Nelson Jorge Flores Zapata (E.P, funcionario, Maipú),

Reinaldo Salvador Poseck Pedreros (E.P, Jefe Zonal, Chillán),

Eliseo Segundo Jara Ríos (D.D, jefe de Área, Victoria),

Rebeca María Espinoza Sepúlveda (D.D, secretaria, Santiago),

José Leonardo Pérez Hermosilla (D.D, periodista, Santiago),

José Miguel Rivas Rachitoff (D.D, periodista, Santiago),

Pablo Gac Espinoza (D.D, oficial administrativo, Quillota).

Ricardo ALVARADO BÓRQUEZ
alvarado.chipp@surnet.cl
Ap. Postal 213
Ancud
Chile

Queridas compañeras y compañeros
Proyecto Internacional de Derechos Humanos

Primero que nada, les hago llegar un reconocimiento y mis más sinceras y fraternales felicitaciones por este esfuerzo que hacen y que llevan desde hace tanto tiempo y que tan bien nos hace para la memoria y para los que vienen.

Quería sólo hacer una pequeña corrección de fecha, aún cuando sé bien que quizá no tenga absolutamente ninguna importancia. Es respecto de un Compañero detenido desaparecido. ("..Reinaldo Luis Jeldres Riveros.había sido detenido por primera vez el 14 de septiembre de 1973 por personal del Ejército y Carabineros…" nota de Uds en Memoria viva.)

Reinaldo fue detenido el Jueves 13 y no el 14, como lo indican Ustedes. Lo sé porque en el momento en que yo mismo fui detenido y llevado al Regimiento de Chillán con dos compañeros más (Juan Aguilera y Manuel Morales O.) él ya estaba detenido y sentado en la "Sala de espera" (por lo que supongo que su detención ocurrió el mismo día)
En vuestro listado y datos de cada compañero, Reinaldo aparece siendo detenido por primera vez el día 14 de Septiembre, en circunstancias que fue entonces el día Jueves 13 que estuvimos todos los anteriormente citados, él inclusive y yo mismo, en el Regimiento Chillán, a la espera de ser interrogados por el “comandante de logística” cuyo nombre no recuerdo.

Les saludo fraternalmente desde nuestra Isla de Chiloé, un sobreviviente