de Almeida Ferreira Luis Carlos

Brasileño, casado, profesor universitario, detenido desaparecido el 14 de septiembre de 1973 en Santiago.

Luiz Carlos de Almeida fue detenido ese día por efectivos de Carabineros y trasladado Estadio Nacional, y desde esa fecha permanece desaparecido. De acuerdo al testimonio de un sobreviviente, ambos, exiliados políticos y simpatizantes del MIR, fueron detenidos por Carabineros en su domicilio, ubicado en la entonces comuna de Barrancas, y conducidos a una Comisaría del sector; durante la noche los trasladaron hasta el Estadio Nacional, donde se les interrogó bajo torturas. Luego, acompañados de un tercero, también extranjero en no ha podido ser identificado, fueron trasladados por una patrulla militar una de las riberas del río Mapocho. Allí los militares los obligaron a adentrarse en las aguas mientras los ametrallaban por la espalda.

Considerando los antecedentes reunidos y la investigación realizada por esta Corporación, el Consejo Superior llegó a la convicción de que Luiz Carlos de Almeida fue detenido y hecho desaparecer por agentes del Estado mientras lo mantenían privado de libertad. Por tal razón, lo declaró víctima de violación de derechos humanos.

LUIZ CARLOS DE ALMEIDA

Brasileño, casado, profesor universitario, detenido desaparecido el 14 de septiembre de 1973 en Santiago. Profesor de la Universidad Tecnica del estado

Luiz Carlos de Almeida fue detenido ese día por efectivos de Carabineros y trasladado Estadio Nacional, y desde esa fecha permanece desaparecido. De acuerdo al testimonio de un sobreviviente, ambos, exiliados políticos y simpatizantes del MIR, fueron detenidos por Carabineros en su domicilio, ubicado en la entonces comuna de Barrancas, y conducidos a una Comisaría del sector; durante la noche los trasladaron hasta el Estadio Nacional, donde se les interrogó bajo torturas. Luego, acompañados de un tercero, también extranjero en no ha podido ser identificado, fueron trasladados por una patrulla militar una de las riberas del río Mapocho. Allí los militares los obligaron a adentrarse en las aguas mientras los ametrallaban por la espalda.

Considerando los antecedentes reunidos y la investigación realizada por esta Corporación, el Consejo Superior llegó a la convicción de que Luiz Carlos de Almeida fue detenido y hecho desaparecer por agentes del Estado mientras lo mantenían privado de libertad. Por tal razón, lo declaró víctima de violación de derechos humanos.

del secuestro y muerte no han sido identificados y su cuerpo nunca ha sido localizado.

 REPORTE DE UN CASO

 Hijo de Euclides Ferreira de Almeida y Herotildes Mattos de Almeida. Desaparecido el 14 de septiembre de 1973 en Chile. Fue miembro del Partido Comunista de los Trabajadores (POC).

Luiz Carlos se graduó en Física en la USP (Universidad de São Paulo) y trabajó como profesor de Física Experimental en la misma universidad. Soltero y, según un documento de 1971 encontrado en el archivo del DOPS / SP (Departamento de Orden Político y Social), tenía 25 años, pero no hay fecha de su nacimiento.

Según un documento del Servicio de Información DOPS / SP, fechado el 22 de abril de 1975, en 1970 Luiz Carlos participó en una serie de reuniones realizadas por miembros de la cumbre POC, en la región de São Roque (SP). Pertenecería a la célula ABC de esa organización.

En febrero de 1970, dejó el POC para colaborar en la reconstrucción de Polop (Política Obrera) bajo las siglas OCML-PO (Organización de Combate Marxista Leninista – Política Obrera) y continuó haciendo trabajo político en la misma región.

Fue conocido por los nombres en clave Sérgio, Tavares, Álvaro y Morais.

Documento de la División de Orden Social de 27 de septiembre de 1976 informa que: “El 15 de febrero de 2014 fue juzgado y absuelto en el Proceso. 135/71 por la 2da Aud. del 2º CJM ”.

Luiz Carlos respondió a algunas demandas y, con una orden de detención preventiva, se exilió en Chile.

Fue detenido el 14 de septiembre de 1973 en su domicilio del barrio de Barrancas, Santiago de Chile. Luego de ser torturado en el Estadio Nacional, lo llevaron a un puente sobre el río Mapocho, donde le dispararon.

El caso de Luiz Carlos de Almeida fue denunciado por otro brasileño secuestrado con él y cuyo nombre es muy parecido al tuyo, Luiz Carlos Almeida Vieira, quien recibió tres disparos pero logró escapar con vida y ahora vive en Suecia. A través de información de Vieira e investigaciones realizadas por la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Rio Grande do Sul y por la Comisión de Representación Externa sobre Muertos Políticos y Desaparecidos de la Cámara Federal, se logró incluir el caso de Luiz Carlos en la lista de investigados por la Corporación. Reparación y Conciliación Nacional – Órgano oficial encargado de los asuntos relacionados con los muertos y desaparecidos de la dictadura en Chile.

En carta del 3 de septiembre de 1993 dirigida a la Comisión de Representación Externa de Desaparecidos de la Cámara Federal, Luiz Carlos de Almeida Vieira narró los últimos momentos de Luiz Carlos de Almeida, en Chile. Dijo que lo conoció en septiembre de 1973, pocos días antes del golpe contra el presidente Allende, cuando llegó a Chile. Vivía con Luiz Carlos cuando ocurrió el golpe. El 13 de septiembre, su casa fue invadida por fusileros que los arrestaron.

Luiz Carlos de Almeida fue profesor universitario de física en Chile. Tras su detención, ambos fueron trasladados a una comisaría. Luego fueron trasladados al Estadio Nacional, donde sufrieron torturas. Posteriormente, los dos jóvenes brasileños y otro uruguayo, que también se encontraba en prisión, fueron transportados, en un vehículo militar, a la ribera del río Mapocho. El uruguayo fue inmediatamente ametrallado cuando intentaba ingresar al río y lo mismo le sucedió a Luiz Carlos de Almeida. Vieira perdió el conocimiento cuando recibió un disparo y fue llevado por las aguas del río, logrando salvarse.

Según Informe Rettig, documento final de la investigación de las desapariciones políticas en Chile, entre el 12 y 13 de septiembre de 1973 comenzaron a utilizar el Estadio Nacional, que era el centro de detención más grande de esa región, llegando a 7 mil detenido el 22 de septiembre, según la Cruz Roja Internacional. La misma fuente estima que entre 200 y 300 presos eran extranjeros de distintas nacionalidades. El lugar fue comandado por un oficial del ejército y allí fueron trasladadas personas de todo Santiago, detenidas en diferentes circunstancias y características.

El Informe Rettig concluyó que era posible formarse una convicción de que hubo ejecuciones en el Estadio Nacional, así como que varios presos fueron llevados de allí para ser asesinados. Según una encuesta de la periodista Pascale B. Miralles, al menos 46 presos corrieron esta suerte. Otro recinto deportivo fue utilizado como prisión: el Estadio Chile. El Informe Rettig, publicado el 8 de febrero de 1991, fue organizado por el senador del Partido Radical, Raúl Rettig, y presenta los resultados del trabajo investigativo realizado por la Comisión Nacional de la Verdad y Reconciliación. Esta Comisión fue creada en abril de 1990 con el objetivo de esclarecer la verdad sobre las más graves violaciones a los derechos humanos cometidas entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990, en el país o en el exterior, relacionadas con el Estado chileno. Transcurridos nueve meses, en la citada fecha, la Comisión entregó el Informe al expresidente Patricio Aylwin Azócar, en el que se consideraron 2.296 de las 3.550 denuncias recibidas.

En 1993, la Comisión de Familiares de Políticos Muertos y Desaparecidos buscó a la familia de Luiz Carlos Almeida, quien prefirió no hacer ninguna demanda sobre su muerte.

El 24 de marzo de 2004 la revista IstoÉ publicó un reportaje de Amaury Ribeiro Jr., basado en un documento hallado en las pertenencias del general Antônio Bandeira, quien estuvo al mando de las Fuerzas Armadas hasta el final de la II Campaña contra la Guerrilla de Araguaia, en el que se reveló el contenido de un encuentro entre los generales Ernesto y Orlando Geisel y el entonces presidente de la República, general Emílio G. Médici, en el que también participó Bandeira. En el encuentro, realizado en mayo de 1973, se discutieron los lineamientos para la represión política: “(…) el uso de todos los medios para eliminar, sin dejar rastro, las guerrillas rurales y urbanas, de cualquier forma, a cualquier precio. ”.

Según el testimonio que le dio a IstoÉ un general que trabajaba en el área de información y estaba vinculado al presidente Geisel: “En 1973 llegamos a la conclusión de que o mataríamos a todo el mundo o esta guerrilla no acabaría nunca”. Según el informe:

“Surgieron dos grupos de alto secreto, uno en el CIE de Brasilia y otro en el DOI-CODI / SP, formados por menos de diez personas. Se les permitió asesinar y desaparecer con los cadáveres y fueron responsables de la desaparición de unos 80 presos políticos entre 1973 y 1975 ”.

El CIE (Centro de Inteligencia del Ejército) fue responsable de la represión de la Guerrilla Araguaia y de los militantes perseguidos por los órganos de represión política en el Cono Sur. Esta articulación entre los órganos de represión en el Cono Sur se denominó Operación Cóndor, y se formalizó en 1975. Fue organizado por miembros de las Fuerzas Armadas y policías políticos de Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú y Bolivia, quienes comandaban los “grupos de trabajo” y la coordinación de los servicios de información y represión de las dictaduras militares. Grupos estadounidenses contra grupos de izquierda en las décadas de 1970 y 1980.

El ex sargento DOI-CODI / SP, Marival Chaves do Canto Dias, en una entrevista en el artículo “Os matadores”, en la misma edición de la revista, divulgó los nombres de algunos de los involucrados en el exterminio. El coronel Paulo Malhães (Dr. Pablo) y José Brant Teixeira (Dr. César) fueron los responsables de las acciones del CIE. Malhães estaba vinculado a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía política chilena, y fue apodado “Pablo” cuando participó en los interrogatorios en el Estadio Nacional de Santiago, luego del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile.

La Comisión de la Verdad del Estado de São Paulo celebró la 68a audiencia pública sobre el caso de Luiz Carlos Almeida, el 29/08/2013 (ver transcripción adjunta – 001-audiencia-29-08-2013-n68.pdf) .

En 1993, la Comisión de Familiares de Políticos Muertos y Desaparecidos buscó a la familia de Luiz Carlos Almeida, quien prefirió no hacer ninguna demanda sobre su muerte.

El 24 de marzo de 2004 la revista IstoÉ publicó un reportaje de Amaury Ribeiro Jr., basado en un documento hallado en las pertenencias del general Antônio Bandeira, quien estuvo al mando de las Fuerzas Armadas hasta el final de la II Campaña contra la Guerrilla de Araguaia, en el que se reveló el contenido de un encuentro entre los generales Ernesto y Orlando Geisel y el entonces presidente de la República, general Emílio G. Médici, en el que también participó Bandeira. En el encuentro, realizado en mayo de 1973, se discutieron los lineamientos para la represión política: “(…) el uso de todos los medios para eliminar, sin dejar rastro, las guerrillas rurales y urbanas, de cualquier forma, a cualquier precio. ”.

Según el testimonio que le dio a IstoÉ un general que trabajaba en el área de información y estaba vinculado al presidente Geisel: “En 1973 llegamos a la conclusión de que o mataríamos a todo el mundo o esta guerrilla no acabaría nunca”. Según el informe:

“Surgieron dos grupos de alto secreto, uno en el CIE de Brasilia y otro en el DOI-CODI / SP, formados por menos de diez personas. Se les permitió asesinar y desaparecer con los cadáveres y fueron responsables de la desaparición de unos 80 presos políticos entre 1973 y 1975 ”.

El CIE (Centro de Inteligencia del Ejército) fue responsable de la represión de la Guerrilla Araguaia y de los militantes perseguidos por los órganos de represión política en el Cono Sur. Esta articulación entre los órganos de represión en el Cono Sur se denominó Operación Cóndor, y se formalizó en 1975. Fue organizado por miembros de las Fuerzas Armadas y policías políticos de Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú y Bolivia, quienes comandaban los “grupos de trabajo” y la coordinación de los servicios de información y represión de las dictaduras militares. Grupos estadounidenses contra grupos de izquierda en las décadas de 1970 y 1980.

El ex sargento DOI-CODI / SP, Marival Chaves do Canto Dias, en una entrevista en el artículo “Os matadores”, en la misma edición de la revista, divulgó los nombres de algunos de los involucrados en el exterminio. El coronel Paulo Malhães (Dr. Pablo) y José Brant Teixeira (Dr. César) fueron los responsables de las acciones del CIE. Malhães estaba vinculado a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía política chilena, y fue apodado “Pablo” cuando participó en los interrogatorios en el Estadio Nacional de Santiago, luego del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile.

La Comisión de la Verdad del Estado de São Paulo celebró la 68a audiencia pública sobre el caso de Luiz Carlos Almeida, el 29/08/2013 (ver transcripción adjunta – 001-audiencia-29-08-2013-n68.pdf) .

Fuentes investigadas:

Conclusiones del CEMDP; Dossier Dictadura – Muertes políticas y misiones en Brasil – 1964-1985, IEVE. Aporte de la Comisión de la Verdad del Estado de São Paulo: 68ª audiencia pública del caso Luiz Carlos Almeida, 29/08/2013; artículo periodístico disponible en

 http://www.istoe.com.br/reportagens/27937_OS+MATADORES; artículo

Biografía

Luiz Carlos de Almeida se graduó en Física en la Universidad de São Paulo y fue profesor de Física Experimental en la misma universidad. Fue miembro del Partido Comunista de los Trabajadores (POC). Formó parte del grupo que, en 1970, dejó el POC para reconstruir Polop bajo el nuevo nombre de “Organização de Combate Marxista-Leninista – Política Operária” (OCMPLO-PO, conocida por el acrónimo PO). Hizo trabajo político en la región ABC. En ese momento, utilizó los nombres en clave Tavares, Álvaro y Morais. En 1971 fue imputado en la Investigación instituida por el DEOPS/SP sobre OCMPLO-PO y, decretada su prisión preventiva, se exilió en Chile a mediados de 1972. Allí, a partir de abril de 1973, comenzó a trabajar como profesor de Física en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Técnica de Santiago, tiempo completo. Alquiló un apartamento en Las Barrancas, que compartía con otro brasileño del PO. Entre los compañeros con los que convivió en Chile, se le conocía con el nombre en clave de Sérgio. Mantuvieron relaciones con militantes del Partido Socialista, MAPU y MIR, y formaron un grupo de discusión política que llamaron Grupo de Apoio à Política Operária (GAPO). En la tarde del 13 o 14 de septiembre de 1973 – pocos días después del golpe de Estado que derrocó al presidente Allende – tres parejas se encontraban en el apartamento de Luiz Carlos: Luiz Carlos y su pareja, Linovita Nogueira Magalhães, que habían llegado de Brasil el la víspera del golpe; João Antonio Arnoud Herédia y Maria Lucia Wendel de Cerqueira Leite, que fueron allí después del golpe porque entendieron que el lugar era más seguro que su propia residencia, cerca del Palacio de La Moneda; carmen fischer, quien residía en Chile desde marzo de ese año, y su esposo Luiz Carlos Vieira, quien había llegado unos días antes para recibirla. Alrededor de las 18:00 horas, cuando João Herédia se había ido por un momento, soldados chilenos -no se sabe de qué Fuerza- invadieron el apartamento y ordenaron a los presentes que mantuvieran las manos contra la pared mientras registraban el apartamento, llevándose libros. , periódicos y documentos políticos, envueltos en sábanas arrancadas de las camas. Luiz Carlos de Almeida y Luiz Carlos Vieira fueron conducidos a la comisaría del barrio, donde sólo fueron identificados y aguardaron en una celda por unas horas, hasta que fueron conducidos al Estadio Nacional, transformado en esos días en un centro de detención. El siguiente relato es del propio Luiz Carlos Vieira: El estadio parecía estar iluminado para una noche de fútbol. Todavía no sabíamos que lo habían convertido en una enorme sala de tortura, humillación y muerte. Pasamos una fila de soldados. Pronto nos dirigíamos por un largo pasillo cuyas paredes estaban formadas por cuerpos humanos, brazos extendidos en el aire, rostros vueltos hacia las paredes de piedra del corredor del estadio. Llegamos a lo que parecía haber sido uno de los vestuarios, ahora convertido en sala de torturas. Un militante uruguayo acababa de ser sancionado. Un oficial vino a recoger nuestros documentos de identificación. La sesión de tortura comenzó. El interrogatorio giró en torno a un supuesto alijo de armas, que nos era completamente desconocido. Ante una respuesta negativa, el oficial decidió que, junto con el militante uruguayo, abandonáramos el estadio. Todos estos viajes se hicieron en una furgoneta, donde nos acompañaban dos o tres soldados armados, siempre seguidos de cerca por un camión con más soldados. El último viaje nos llevó a orillas del río Mapocho. Los soldados estaban nerviosos y actuaron con violencia. Ya no había ninguna duda sobre cuál sería nuestro destino. El uruguayo caminó hasta la orilla del río y se arrojó al agua, donde de inmediato fue ametrallado por un militar. El oficial ordenó a Luiz Carlos que hiciera lo mismo. Un soldado lo siguió y disparó un tiro largo. Luego fue mi turno. De las tres balas que me alcanzaron, una me rozó la cabeza, lo que me hizo perder el conocimiento por un momento. Cuando recobré el conocimiento me sentí arrastrado por la ligera corriente del río, escuché las voces de los soldados, vi las luces de los camiones reflejadas en las aguas del río, iluminando los cuerpos inertes de mis compañeros. El fue el unico sobreviviente. Luiz Carlos Vieira, herido, fue rescatado por religiosos y recibido en la Embajada de Suecia, desde donde partió para ese país, donde fijó su residencia. El cuerpo de Luiz Carlos de Almeida habría sido visto por vecinos a orillas del Mapocho, al día siguiente de ser baleado. No hay constancia de su detención, que no ha sido oficializada, ni de su muerte. No se sabe qué destino tuvieron sus restos mortales. En Chile: En 1993, la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, que operó en Chile entre 1992 y 1993, dando seguimiento al trabajo de la Comisión Nacional de la Verdad y Reconciliación, reconoció oficialmente a Luiz Carlos de Almeida como víctima de violaciones de derechos humanos. En Brasil: las investigaciones realizadas por la Comisión Externa de Muertes y Desapariciones Políticas de la Cámara de Diputados, en 1993, llevó al archivo del caso ante la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación de Chile. En ese momento, la Comisión de Familiares de Muertos y Desaparecidos Políticos buscó a la familia de Luiz Carlos de Almeida, quienes prefirieron no hacer ningún reclamo sobre su muerte.