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Aron Svigilsky Diana Frida – Memoria Viva

Aron Svigilsky Diana Frida

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Rut : 5.026.771-7

Fecha Detención : 18-11-1974
Comuna Detención : Santiago


Fecha Nacimiento : 15-02-1950 Edad : 24

Comuna Nacimiento : Santiago
Partido Político : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
Oficio o Profesión : Periodista

Estado Civil e Hijos : Soltera
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :Vicarìa de la Solidaridad

Categoría : Antecedentes del Caso

Diana Frida ARON SVIGILSKY, egresada de periodismo, militante del MIR, fue detenida por agentes de la DINA el 18 de noviembre de 1974, alrededor de las 15:00 horas, en circunstancias que transitaba por Avda. Ossa con el fin de dirigirse a casa de unos amigos. Al percatarse que iba a ser aprehendida por civiles que se movilizaban en una camioneta Chevrolet nueva, intentó huir del lugar resultando herida por impactos de bala en el pulmón y en el riñón, según le refirieron a su novio Luis Muñoz González los propios agentes cuando éste se encontraba recluido en Villa Grimaldi. Tras ser detenida y herida, fue trasladada a Villa Grimaldi y en horas de la noche de ese mismo día fue trasladada a una Clínica de la DINA ubicada en calle Santa Lucía, desde donde desaparece.

A fines de noviembre de ese año, fue allanado su domicilio de calle Rosita Renard 1289, de Ñuñoa, el cual se encontraba sin moradores, ella vivía con su novio, siendo detenido con posterioridad el propietario del inmueble, don José Pedro Benforado Carreño a quien se le interrogó sobre si conocía a la víctima y a su novio y si sabía que éstos eran "extremistas". El 16 de enero fue recluido por 12 días en un recinto de la DINA acusado de prestar protección al MIR, por haberle arrendado la casa a Diana Aron.

El 10 de diciembre de ese año, fue detenido Luis Alfredo Muñoz González, novio de la afectada con quien vivía en el domicilio de Rosita Renard. Tras su arresto fue trasladado a Villa Grimaldi en donde fue intensamente interrogado y torturado. En ese recinto, un agente, al parecer Capitán, alto rubio, de unos 28 años, le dijo que Diana Frida había sido detenida y que él mismo había participado en la diligencia efectuada en Avda. Ossa de la capital; le agregó que en la operación Diana Aron intentó huir y que había sido alcanzada por 4 disparos, debido a lo cual estaba internada en el Hospital Militar desde el día en que ella desapareció. En medio de las torturas de que era objeto, se le dijo que de él dependía que su novia viviera, ya que estaba en tratamiento intensivo y él debía cooperar dando domicilios de otras personas. Finalmente, alrededor del 20 de enero de 1975, el mismo Capitán le informó que Diana había muerto el 10 de enero. Luis Muñoz, indica en su declaración judicial, que estando detenido en el Campamento Puchuncaví, tuvo oportunidad de conversar con un joven que fue detenido dos días antes que Diana Aron, quien le dijo que fue mantenido en una Clínica clandestina en donde había conocido a una niña de nombre Diana, cuya descripción física coincide con la víctima.

Don Cristián Mallol Comandari, ex detenido, sobreviviente de la DINA, da cuenta en su testimonio que fue detenido el 7 de diciembre de 1974 y trasladado a Villa Grimaldi, en donde en una oportunidad estuvo encerrado en un cajón con el "Hallulla Muñoz" que se llamaba Luis Muñoz González, a quien le habían detenido a su mujer a balazos. Según comentara el agente Capitán Miguel Krassnoff, habría muerto del balazo, pero a Luis Alfredo Muñoz le decían que estaba viva y que si colaboraba la atenderían y la salvarían. La mujer de Muñoz González se llamaba políticamente "Juana" y después "Alba" y de nombre verdadero Diana Aron. Según recuerda (con poca precisión) quien le disparó a "Juana" fue Romo o el Troglo.

Don Héctor Hernán González Osorio, también sobreviviente de la DINA, da cuenta en su testimonio que tras haber sido detenido el 6 de diciembre de 1974, fue trasladado a Villa Grimaldi. Allí se enteró por boca del propio "guatón Romo" (Osvaldo Romo Mena) que fue asesinada en ese recinto Diana Aron o "Juana" durante las torturas.

De especial relevancia es la declaración de Ofelia Nistal Nistal, quien expone que en febrero de 1974, concurrieron a casa de sus padres, miembros de Investigaciones con el fin de preguntar por su cónyuge Héctor Hernán González Osorio, dejando en el domicilio una citación. Ella se presentó en el Cuartel Central de Investigaciones siendo interrogada sobre su cónyuge y sobre Diana Aron, de la cual le muestran muchas fotos y un carné de identidad. Ella la conocía muy bien, ya que también había sido militante del MIR, al igual que ella en una época anterior a 1973. El interrogatorio sobre Diana Aron fue una sorpresa para ella sobre todo por la cantidad de fotos que tenían, y por el interés que ellos demostraban en ella.
Su familia realizó numerosas gestiones y diligencias con el fin de dar con su paradero, pero ellas no dieron resultado alguno, y aún desconocen la suerte que corrió en manos de la DINA.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS
El 13 de diciembre de 1974 se presentó recurso de amparo en su favor ante la Corte de Apelaciones de Santiago, rol 1562-74, en la cual se expone que fue detenida por civiles movilizados en una camioneta Chevrolet nueva, en momentos que transitaba por Avda. Ossa. Durante la tramitación del recurso se requirió informes al Ministerio del Interior, al Comandante en Jefe de la Zona en Estado de Sitio y al Comando de Aviación de Combate, recibiéndose respuestas negativas de las respectivas autoridades. El 22 de enero de 1975 se requirió informes a la DINA, organismo que informó a la Corte que debía dirigirse al Ministerio del Interior o al SENDET, que tiene como misión dar ese tipo de información. El 3 de marzo el Ministerio del Interior volvió a informar que la amparada no se encontraba detenida por orden de ese Ministerio.

Ese mismo mes, doña Ana María Aron, recurrente de amparo, pone en conocimiento de la Corte, haber visitado en 3 Alamos al marido de la amparada, quien le refirió que un Oficial de Ejército le había manifestado que Diana Aron en su detención habría resultado herida en un pulmón y en un riñón, llegando al lugar de reclusión en estado inconsciente y con mucha pérdida de sangre, siendo trasladada al Hospital Militar. El 17 de marzo, la Corte de Apelaciones rechazó el recurso de amparo con el mérito de lo informado por la autoridad administrativa, a la vez que remitió los antecedentes al Undécimo Juzgado del Crimen a fin de instruir proceso en consideración a lo informado por la recurrente.

El 25 de marzo de 1975, el Undécimo Juzgado del Crimen de Santiago dio inicio a la causa 1803, ante la cual compareció la recurrente quien ratificó los términos de su denuncia, agregando que un joven cuyo nombre desconoce, le contó haber visto a su hermana en una Clínica ubicada cerca del Cerro Santa Lucía, a la cual él fue llevado el 25 de noviembre.
Con fecha 7 de abril de 1975, el Hospital Militar informó al Tribunal que en ese centro asistencial no ha sido atendida doña Diana Aron. En la orden de investigar diligenciada por la Policía de Investigaciones, se informó que se entrevistó a la denunciante, y que indagaciones realizadas en Avda. Ossa no dieron resultado alguno; que consultado el Departamento de Asesoría Técnica del Servicio, la causante registra una orden de aprehensión pendiente de fecha 24 de diciembre de 1973 emanada de la Oficina de Coordinación Militar, en Tiempo de Guerra, de la Dirección General de Investigaciones, la que a la fecha se encuentra sin resultado.

En junio de 1975 compareció en la causa don José Pedro Benforado Carreño, quien expuso los hechos que ya fueron relatados. En septiembre de 1975, Luis Alfredo Muñoz González, encontrándose recluido en 3 Alamos fue llevado al Tribunal, relatando los hechos que conoció de boca de un Oficial de la DINA en momentos que se encontraba en Villa Grimaldi.

El 3 de octubre de 1975, el Undécimo Juzgado del Crimen se declaró incompetente de seguir conociendo la causa, remitiendo los antecedentes al Octavo Juzgado del Crimen, en donde se instruía la causa 11.844, que conocía de los mismos hechos y la que fue iniciada por una denuncia de presunta desgracia el 7 de marzo de 1975.

El 30 de octubre el Octavo Juzgado del Crimen aceptó su competencia y acumuló los antecedentes al proceso 11.844. En la tramitación de esta última causa, se habían recibido informes negativos del Instituto Médico Legal, del Hospital Militar, del SENDET, y se había tomado declaración a Luis Muñoz González.

El 14 de enero de 1976, la causa fue sobreseída temporalmente con el fundamento de que de los antecedentes existentes en autos no resulta suficientemente acreditado el delito que ha dado motivo a la formación del sumario. Con fecha 19 de marzo la Corte de Apelaciones confirmó el auto de sobreseimiento.

El 16 de noviembre de 1992 fue detenido el ex agente de la DINA Osvaldo Romo Mena, el referido agente, en 1975, reconoció a un detenido de Villa Grimaldi que Diana Aron había sido asesinada. Romo Mena se había mantenido en Brasil por más de 17, años oculto para evadir sus responsabilidades en causas por violaciones a los derechos humanos. A diciembre de 1992, había declarado en varios procesos por detenidos desaparecidos y en 6 de ellos había sido encargado reo.


¡Te recuerdo, Diana!… La joven periodista asesinada vilmente tras el golpe de estado de Pinochet

Fuente :elclarin.cl 13/9/2021

Categoría : Prensa

El dramático caso de Diana Arón, joven periodista egresada de la Universidad Católica y quien se integró al equipo de la revista juvenil “ONDA”, publicada por Editorial Quimantú. Allí aportó su aún joven experiencia periodística. Tras el golpe de Estado pinochetista, fue apresada malherida a fines de 1974, torturada y asesinada. Diana integra la larga lista de detenidos-desaparecidos de este país.

Desde que se incorporó a la redacción de “ONDA”, en 1971, Diana Arón nos cautivó con su transparente actitud. Asidua a la polémica, en las reuniones de pauta se caracterizaba por la claridad de sus argumentos. Su posición era claramente política y aportaba al debate periodístico una necesaria mirada contingente. Su incorporación generó gran riqueza de análisis, sin proscribir la indispensable objetividad de un profesional de las comunicaciones.

Diana había hecho su práctica periodística en Canal 13 y luego se incorporó al equipo de “ONDA” donde, sin duda, jugó un papel relevante. Nadie ignoraba el compromiso político de Diana Arón con el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), organización con la cual continuó trabajando de manera clandestina tras el sanguinario golpe cívico-militar del 11 de septiembre de 1973. 

Diana Frida Arón Svigilsky, nacida el l5 de febrero de 1950 —hija de Luis Arón, director de la revista “Radiomanía”— fue detenida el 18 de noviembre de 1974 en inmediaciones de la Av. Ossa por agentes de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional, órgano represivo del gobierno militar). El día de su detención se produjo una confusa balacera. Diana resultó seriamente herida y, en ese estado, además de su avanzado embarazo, fue trasladada hasta el centro de detención Villa Grimaldi. Allí fue brutalmente torturada pese a su evidente estado de embarazo. Ante la gravedad de sus heridas fue trasladada durante la noche a una clínica que la DINA controlaba en la calle Santa Lucía, en pleno centro de Santiago. Allí se le perdió el rastro.

En posteriores indagaciones se determinó que Diana Arón había recibido cuatro impactos de bala el día de su detención, complicándole seriamente los pulmones y el riñón. Habría fallecido, finalmente, el 10 de enero de 1975. Diana tenía, a la sazón, 24 años de edad. Su vil asesinato pasaba a engrosar la siniestra lista de crímenes registrados tras el feroz golpe que derrocó al Presidente Salvador Allende Gossens.En otras gestiones judiciales y en un recurso de amparo en su favor presentado ante la Corte de Apelaciones de Santiago el 13 de diciembre de 1974, se requirió información de la joven periodista al Ministerio del Interior, al comandante en Jefe de la Zona en Estado de Sitio y al comandante de Aviación de Combate. Ninguno de estos organismos proporcionó información pertinente. La Corte recurrió a la DINA pero fue remitida al Ministerio del Interior. El 3 de marzo de 1975 ese ministerio reiteró que no existía ninguna mujer detenida con el nombre de Diana Arón.

Diversos testigos comparecieron en la causa, aportando antecedentes sobre Diana conformando un cuadro del dramático destino de nuestra querida colega. Entre los testigos, declaró también Luis Alfredo Muñoz González, pareja de Diana Arón, detenido en Villa Grimaldi y posteriormente trasladado al campo de concentración Tres Álamos. No obstante, meses más tarde, el 3 de octubre, este juzgado se declaró lisa y llanamente incompetente, asumiendo la decisión de remitir los antecedentes al Octavo Juzgado del Crimen. Allí se abrió la causa 11.844 iniciada con una denuncia de presunta desgracia el 7 de marzo de 1975. Sin embargo, la causa fue sobreseída temporalmente el 14 de enero de 1976.

Se argumentó que los antecedentes existentes no eran suficientes para acreditar delito. El 19 de marzo de ese mismo año la Corte de Apelaciones confirmó al auto de sobreseimiento. Un hilo de claridad comenzó a tejerse a partir del 16 de noviembre de 1992 tras la detención de Osvaldo Romo Mena, conocido como “el Guatón Romo”, siniestro ex agente de la DINA involucrado por testigos en el asesinato de Diana. Este hombre se había jactado, en 1975, de poseer antecedentes del asesinato de Diana Arón. “El Guatón Romo”, involucrado en numerosos casos de violaciones a los Derechos Humanos, entre ellos dos miristas detenidos-desaparecidos —Manuel Cortéz y Ofelio Lazo—, se escabulló a Brasil donde permaneció oculto 17 años. Capturado y extraditado a Chile, “el Guatón Romo” fue encargado reo en diciembre de 1992 en seis procesos de detenidos-desaparecidos. Considerado como uno de los torturadores más sanguinarios de la dictadura militar, aparte de violar indiscriminadamente a mujeres encarceladas, padeció su propia tortura. Aquejado de diabetes, falleció el 4 de julio del 2007 víctima de una insuficiencia cardíaca. Sus funerales se efectuaron en absoluto desamparo. Los primeros días de mayo del 2002 la magistrada María Inés Collins, del Octavo Juzgado del Crimen, dictó autos de procesamiento en contra de dos ex militares —el general (r) Manuel Contreras y el coronel (r) Miguel Krassnoff— rechazando así las apelaciones presentadas por los abogados defensores, ambos ex uniformados procesados por secuestro y posterior desaparición de la joven periodista.No obstante las flagrantes evidencias acreditadas entonces por la pericia del juez Juan Guzmán, su sucesor resolvió amnistiar a la cúpula de la DINA, irritante información que trascendió el 1 de junio de 2005. Así lo informó ese día el diario “La Nación”: “La Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago resolvió, al amparo del decreto de Ley de Amnistía, indultar a la cúpula de la DINA de la condena dictada por el ministro Alejandro Solís en el proceso por secuestro calificado de la militante del MIR, Diana Aron.

“La resolución, de dos votos contra uno, fue redactada por el ministro Víctor Montiglio, el mismo que fue designado por la Corte Suprema para sustanciar los procesos que dejó el ministro Juan Guzmán Tapia tras su partida del Poder Judicial.

“Montiglio votó a favor de absolver a la cúpula del organismo represor de la dictadura, junto a la abogada integrante Ángela Radovic, mientras el voto disidente corrió por cuenta del ministro Carlos Gajardo, otro de los magistrados que tiene a su cargo causas de Derechos Humanos. Esta es la primera vez que el tribunal de alzada capitalino aplica la Ley de Amnistía a una sentencia condenatoria dictada por un magistrado en causas de Derechos Humanos.

“El dictamen favoreció a Manuel Contreras, Miguel Krassnoff Marchenko, Pedro Espinoza, Marcelo Moren Brito y Osvaldo Romo. Los dos primeros habían sido condenados a 15 años, y el resto a 10 años y un día por el delito de secuestro calificado. Los fundamentos del fallo acogieron la tesis de la defensa de que la Ley de Amnistía es aplicable a este caso debido a que el secuestro propiamente tal no puede tener carácter de permanente, dado que el cuerpo no ha sido habido.

“Los magistrados en el voto de mayoría sostuvieron que en el proceso se encuentra acreditado que Diana Arón fue detenida por la DINA, herida a bala, y llevada hasta la clínica de este servicio llamada Santa Lucía, y luego trasladada a Villa Grimaldi donde se perdió su rastro”.

Airadas voces internacionales se alzaron tras la irritante resolución de amnistiar a la cúpula de la DINA involucrada inobjetablemente en el crimen de Diana Arón. El portal de noticias “El Mostrador”, publicó el 24 de mayo de 2006 un severo reproche de Amnistía Internacional ante la aplicación de la Ley de Amnistía en el caso de Diana Arón. Reproduzco algunos párrafos de lo publicado en la ocasión:

“La organización Amnistía Internacional lamentó la aplicación del decreto ley sobre Amnistía en los procesos sobre violaciones a los Derechos Humanos cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet, aunque valoró los avances registrados en los juicios contra el general retirado.

“En su informe sobre la situación de los Derechos Humanos a nivel mundial en el último año, la entidad reprochó que cinco ex agentes de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) hayan sido exculpados de su responsabilidad en el secuestro de la periodista Diana Arón Svigilsky, en 1974.

“En junio pasado, la Quinta Sala de la Corte Suprema resolvió favorecer con el decreto ley de Amnistía al general (r) Manuel Contreras, al brigadier (r) Miguel Krassnoff, al brigadier (r) Pedro Espinoza, al coronel (r) Marcelo Morén Brito y al civil Osvaldo Romo, que habían sido condenado en primera instanciaAunque esta ley –que seguía en vigor a pesar de haber sido promulgada mediante un decreto militar– contravenía las obligaciones contraídas por Chile en virtud del Derecho Internacional, se invocó para absolver a los acusados”, recordó Amnistía Internacional en su informe.

“Se espera que en las próximas semanas la Segunda Sala (Penal) de la Corte Suprema se pronuncie sobre la decisión del tribunal de alzada capitalino. 

“Diana Frida Arón Svigilsky, egresada de periodismo, militante del MIR, fue detenida por agentes de la DINA el 18 de noviembre de 1974, luego de ser herida por impactos de bala en el pulmón y en el riñón. Tras su arresto, fue trasladada a Villa Grimaldi y la noche de ese mismo día fue llevada a un recinto del organismo represivo de la dictadura situado en calle Santa Lucía, donde fue vista con vida por última vez.

“En este ámbito, Amnistía Internacional también resaltó que haya quedado sin efecto una decisión de la Corte Suprema, que en enero de 2005 había establecido un plazo de seis meses para concluir las investigaciones judiciales sobre ‘desapariciones’ y otras violaciones de Derechos Humanos”.

Sin embargo, el acontecer noticioso sobre el caso de nuestra querida Diana Arón originó una nueva información el 30 de mayo de 2006, esta vez más auspiciosa que la anterior, donde se anunciaba que la Corte Suprema anulaba la amnistía y confirmaba la condena a la cúpula de la DINA. En diarios de la época, incluso conservadores, se informó que “en un fallo unánime, la Segunda Sala de la Corte Suprema anuló la aplicación de la Ley de Amnistía que había dejado sin efecto las condenas a los ex miembros de la DINA sindicados como responsables del secuestro de la militante del MIR, Diana Arón”, advirtiendo que “el tribunal firmó la esperada resolución mediante la cual deja sin efecto el fallo que a comienzos de junio del 2005 absolvió de cargos al general Manuel Contreras, y a los ex agentes Marcelo Moren Brito, Pedro Espinoza Bravo, Miguel Krassnoff y Osvaldo Romo, aplicando el polémico decreto de Ley de Amnistía”.

Se concluía, entonces, que “de esta manera, quedan vigentes las condenas de primera instancia que había dictado en contra de los ex DINA, el ministro de fuero Alejandro Solís, quien investigó la situación de la periodista del MIR. El fallo fue redactado por el ministro Enrique Cury, que integró la sala junto a los magistrados Alberto Chaigneau, Nibaldo Segura, Jaime Rodríguez y Rubén Ballesteros”.

Se destacó, además, que “esta es la segunda condena por secuestros que la Corte Suprema deja a firme en contra de la cúpula de la DINA. A fines del 2004 el Máximo Tribunal ratificó la sentencia en el caso del también mirista Miguel Ángel Sandoval”.

El 14 de junio de 2006 el diario “La Nación” publicó el siguiente título en su edición matutina: “Brigadier (r) Espinoza comenzó a cumplir condena por crimen de Diana Aron”. Y en el cuerpo de la información se publicó que el brigadier en retiro Pedro Espinoza, ex agente de la DINA, comenzaba a cumplir la condena a 10 años de cárcel por el secuestro y desaparición de la periodista y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), Diana Aron.

“El cumplimiento de la pena —señaló la información— se llevará a cabo en el Penal Cordillera de Gendarmería y fue posible luego que a fines de mayo pasado, la Corte Suprema decidiera condenar a penas de cárcel a cinco ex miembros de la DINA, revocando la aplicación de la Ley de Amnistía decidida por la Corte de Apelaciones.

“La decisión del máximo tribunal permitió que se repusiera la condena a 15 años en contra del ex director de la DINA, Manuel Contreras, y del retirado brigadier Miguel Krasnoff. En tanto, a 10 años fueron condenados, además de Espinoza, el coronel en retiro Marcelo Moren Brito y el civil Osvaldo Romo.

“Al interior del Penal Cordillera, Espinoza se encontrará con Manuel Contreras, quien ya cumple condena por el mismo caso, además de otros 12 años y un día de prisión por el crimen de Miguel Ángel Sandoval, en 1975”.

A mediados del 2007, la Escuela de Periodismo de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC) inauguró un moderno centro de computación para sus alumnos, a la que denominó “Sala de Redacción Diana Arón”. Un significativo reconocimiento de esta casa de estudios para nuestra querida colega, en cuyo acto de inauguración se recordó su labor periodística en revista “ONDA” y su total entrega profesional en el ejercicio de la noble misión del periodista. En aquella ocasión se me permitió decir unas breves palabras que titulé “Te recuerdo, Diana…” Destaqué su habilidad profesional y su calidad como periodista; y mencioné su entrega incondicional a la noble tarea de informar, —en este caso al mundo juvenil—… Destaqué su calidad humana y su férreo compromiso con la verdad; un compromiso tan sólido que, a no dudarlo, le costó la vida.

“Te recuerdo, Diana”, a 48 años del cruento golpe de Estado cívico-militar: “Ni perdón, ni olvido”. 

 Francisco Leal Díaz

 


En memoria de Diana Aarón decimos basta de apologías a la violencia

Fuente :colegiodeperiodistas.cl 13/9/2019

Categoría : Prensa

En una nueva conmemoración del 11 de septiembre y gracias al espacio que la prensa les da, un grupo de indolentes vuelve a violentar a los/as muertas/os, desaparecidas/os o torturadas/os por la dictadura y sus familias, entre ellos la periodista Diana Aarón.

“Todavía en nuestro país hay personas que son capaces de rendir homenaje a un asesino”, escribió, en noviembre del 2011, la periodista María Eugenia Camus, en memoria de su colega Diana Aarón. Hoy, a 46 años del Golpe Militar y tras conocer el repudiable inserto publicado en las páginas de El Mercurio, estas dolorosas palabras aun siguen vigentes.

En la columna, publicada en El Mostrador, María Eugenia rindió un sentido homenaje a su amiga Diana, periodista, judía y militante del MIR, que a los 24 años fue torturada y asesinada por la dictadura de Augusto Pinochet.

“Ella venia de Periodismo de la Universidad Católica. Yo de la Chile. No fue casual que optáramos por el periodismo: ambas creíamos que es una responsabilidad, con la sociedad, informar lo que sucede, con las armas de la verdad, moleste a quien moleste”, narró.

Según María Eugenia, Alba, su apodo como militante del MIR, o Úrsula, como era llamada en la clandestinidad, “encontró el amor, con quien quería construir familia y futuro sin hacer caso al miedo y la incertidumbre. No pudimos compartir ni conversar lo nuevo que le estaba pasando. Tampoco su felicidad cuando supo que esperaba un hijo. Una muestra más de su coraje y amor por la vida en medio de esos días oscuros”, explicó la periodista.

En memoria de Diana Aarón decimos basta de apologías a la violencia

  • En una nueva conmemoración del 11 de septiembre y gracias al espacio que la prensa les da, un grupo de indolentes vuelve a violentar a los/as muertas/os, desaparecidas/os o torturadas/os por la dictadura y sus familias, entre ellos la periodista Diana Aarón.

“Todavía en nuestro país hay personas que son capaces de rendir homenaje a un asesino”, escribió, en noviembre del 2011, la periodista María Eugenia Camus, en memoria de su colega Diana Aarón. Hoy, a 46 años del Golpe Militar y tras conocer el repudiable inserto publicado en las páginas de El Mercurio, estas dolorosas palabras aun siguen vigentes.

En la columna, publicada en El Mostrador, María Eugenia rindió un sentido homenaje a su amiga Diana, periodista, judía y militante del MIR, que a los 24 años fue torturada y asesinada por la dictadura de Augusto Pinochet.

“Ella venia de Periodismo de la Universidad Católica. Yo de la Chile. No fue casual que optáramos por el periodismo: ambas creíamos que es una responsabilidad, con la sociedad, informar lo que sucede, con las armas de la verdad, moleste a quien moleste”, narró.

Según María Eugenia, Alba, su apodo como militante del MIR, o Úrsula, como era llamada en la clandestinidad, “encontró el amor, con quien quería construir familia y futuro sin hacer caso al miedo y la incertidumbre. No pudimos compartir ni conversar lo nuevo que le estaba pasando. Tampoco su felicidad cuando supo que esperaba un hijo. Una muestra más de su coraje y amor por la vida en medio de esos días oscuros”, explicó la periodista.

Según indica el Informe de la Comisión para la Verdad y Reconciliación (1990), Diana Frida Aron Svigilsky “fue detenida el 18 de noviembre de 1974, en la vía pública, por agentes del Estado, ocasión en la que fue herida de bala. Se tienen antecedentes de su permanencia en Villa Grimaldi y en la Clínica de la DINA, ubicada en calle Santa Lucía Nº120”. Desde ahí se pierde su rastro, tras ser torturada cruelmente por Miguel Krassnoff.

Las palabras de María Eugenia Camus fueron redactadas luego de saber que, el mismo día que se cumplían 37 años de la desaparición de su amiga (2011), la comuna de Providencia rindió un homenaje a Krassnoff, torturador que hasta ahora niega su responsabilidad en el crimen de una mujer embarazada.

“Pienso en que habría estado ahora y la imagino escribiendo, opinando, criticando y aportando. La veo indignada con la situación vergonzosa que vivió la comuna de Providencia por el homenaje a un torturador sobre cuya cabeza pesan 140 años de cárcel por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad”, indicó Camus.

APOLOGÍA A LA VIOLENCIA

Una vez más, y no siendo suficiente el dolor de tantas familias que perdieron a sus seres amados, por pensar distinto, la prensa indolente publicó un inserto que a nadie le extraña, pero que violenta tanto como los “homenajes” a los torturadores.

Ante esto, periodistas y comunicadores de los más diversos medios (escritos, radiales, digitales y audiovisuales) de todo el país, de forma individual y colectiva, incluso un grupo de periodistas del mismo medio, repudiaron el texto publicado en el Diario El Mercurio, a través de acciones que incluyeron cartas, fotografías, palabras en redes sociales y actos públicos.

El Consejo Nacional del Colegio de Periodistas de Chile, en su cuenta de twitter, señaló que “la libertad de expresión fue una lucha de 17 años que significó censura y muerte de colegas. Conquistarla significó recuperar un derecho, pero también una responsabilidad. La prensa no puede ser promotora del negacionismo y tergiversación histórica”, palabras que compartieron los Consejos Regionales de todo el país.

Del mismo modo, la Comisión de Género, Rosario Orrego, del Consejo Regional Atacama rechazó, categóricamente, la publicación en el pasquín nacional. “En memoria de Diana Arón, de Pepe Carrasco, de Jaime Sierra Castillo -locutor copiapino de Radio Atacama asesinado por la Caravana de la Muerte-, y por tantos colegas que murieron en dictadura, repudiamos inserto que apareció en la página C5 del diario El Mercurio”.

“Por el dolor ante la muerte de Diana Arón, y por la lucha contra el olvido de las mujeres y disidencias sexuales desaparecidas, torturadas y ejecutadas durante la dictadura, exigimos justicia por las violencias vividas y por las que aun vivimos; pero sobre todo, decimos basta a los medios cómplices de la ignominia, que fomentan la ignorancia y el desconocimiento de la verdad”, concluye la Comisión de Género, Rosario Orrego.


Luis Hernán Schwaner U. ex Presidente del Colegio de Periodistas de Chile.

Fuente :pagina19.cl 18/11/2018

Categoría : Prensa

Recuerdo nítidamente aquel lunes 1° de abril de 1968, el día de sol otoñal en que conocí a Diana Arón Svigilsky. Éramos una alegre mancha juvenil arribando por primera vez a la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica, situada en San Isidro 562, una vieja casona que alguna vez debió albergar alguna escuela de iglesia, con corredores, patio, capilla, biblioteca y campana… a cargo de la buena de doña Brígida, la portera. Era por primera vez también que muchachos de clase media, venidos de liceos públicos, muchos de nosotros provincianos, convivíamos en la Universidad Católica de Chile con niñitas del barrio alto, provenientes de colegios como el Villa María Academy u otros, “pelolais” que dirían los jóvenes de hoy. Esa amalgama extraña y provocadora tenía una razón de ser.

Sólo ocho meses antes, el 11 de agosto de 1967, los más conscientes entre los alumnos del plantel universitario más conservador de Chile -presididos por Miguel Ángel Solar- habían logrado lo imposible: la Reforma Universitaria. Y gracias a la intervención del cardenal Raúl Silva Henríquez, Gran Canciller de la Universidad, por primera vez se llamó a elecciones democráticas para nuevo rector, resultando ungido el prestigiado profesor y arquitecto Fernando Castillo Velasco. Este implementó en breve plazo una profunda transformación de las diversas estructuras de la casa de estudios, entre ellas, el acceso a estudiantes provenientes de otros estratos socio-económicos que no fueran los que tradicionalmente podían llegar a la UC gracias a la fortuna de sus familias. Se estableció así el cobro de aranceles diferenciados, es decir, se pagaba según las entradas del grupo familiar. Por esa sola razón muchos estábamos ahí aquella mañana.

Éramos 42 en ese primer año de periodismo. Y muy pronto, la gran mayoría de aquel  curso fuimos reconociéndonos en nuestros planteamientos democráticos comunes, en nuestra adhesión a la Reforma, en nuestros  anhelos por profundizar los cambios que la universidad y la sociedad reclamaban, esto, mientras en el país recrudecía la lucha por las reivindicaciones y aspiraciones de los sectores más desposeídos.

Diana había regresado poco antes de un viaje iniciático a Israel, reintegrándose a la Escuela de Periodismo. Un año antes había dejado inconcluso el primer año para viajar a ese país convocada a apoyar -como miles de jóvenes judíos de todo el mundo- al Estado israelí en la “Guerra de los 7 Días”, conflicto bélico lanzado por los gobernantes de Israel contra Egipto, Jordania, Irak y Siria  (con la anuencia de Estados Unidos) y en la que Tel Aviv –militarmente superior- venció en apenas una semana, ocupando la península de Sinaí y los Altos del Golán. Diana debió captar en terreno el sentido imperialista de aquella guerra, algo que ella no compartía y que la llenaba de interrogantes, los que muchas veces compartió con nosotros.

Esa toma de conciencia la llevó a una toma de posición en el plano político nacional. No fue extraño: todos, quien más, quien menos, también tomábamos partido en aquel Chile de fines de los ’60, radicalizando nuestro pensamiento y nuestras acciones. Así, en medio de las “tomas” de nuestra Escuela, apoyo a la Reforma Universitaria (que en 1968 también prendía e inflamaba a la Universidad de Chile), estudios, “malones”, pruebas, semanas mechonas y exámenes, nuestra amistad juvenil en el grupo “reformista” -y dentro de él, ya como grupo de amigos- se fue haciendo más cercana e intensa. Ahora compartíamos ideales.

En 1970, la Reforma en la U.C implantó el sistema de “currículum flexible” que modificó planes y programas de estudio. Este hecho, más el traslado de la Escuela al Campus Oriente, tuvo como efecto que comenzáramos a vernos menos, que nuestras reuniones de estudio, sociales o político-universitarias fueran distanciándose, pero el afecto en el núcleo de amigos continuaba intacto. Permanecen inalterables para mí las muchas tardes de estudio en casa de Diana, en avenida Ricardo Lyon, cuando ella, siempre generosa, ayudaba a los más “duros de mate” a calentar la prueba o el examen del día siguiente, para después invitarnos  a tomar onces con el gentil “auspicio” de su mamá, doña Perla.

Por esos mismos días, cuando ya nos encontrábamos en tercer año de la carrera, se produjo la histórica victoria electoral de Salvador Allende y el ascenso de la Unidad Popular al gobierno. Aquel clima preñado de esperanzas incrementó y apresuró el desarrollo político interno en cada uno de los componentes de ese grupo de estudiantes que, apenas 2 años y medio antes, nos identificábamos con la Reforma en la Universidad Católica. En esa época, Diana ya integraba el Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER). Fue por esos días luminosos que, sin dejar los estudios -y con varios de nosotros ejerciendo profesionalmente en los medios- cada cual inició su propio camino para integrarse y colaborar con el proceso de cambios acelerados que se estaba creando.

Diana Arón fue una de ellas, trabajando en la revista juvenil “Onda”, de la nueva editorial estatal “Quimantú” y militando en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Fue en ese tiempo cuando contraje matrimonio e invité, por supuesto, a todos mis amigos de la universidad. En medio de la fiesta, cuando ya había perdido toda esperanza de que llegara, apareció Diana: siempre alegre, con su ojos llenos de risa, celebrando y “echando la talla” porque me había casado, en circunstancias que (muchas veces lo habíamos conversado en el grupo) “los revolucionarios no se casan, tienen compañera, pareja”… Debe haber sido la última vez que la vi y así la recuerdan las fotos que nos tomamos los novios con el grupo de entrañables compañeros que asistió: con un vestido de falda muy corta -como se usaba entonces- luciendo su bella figura y siempre alegre, siempre…

Apenas algunos años más tarde, muy lejos, en el exilio, sobrecogido por la horrible noticias, me negué a creer que un 18 de noviembre Diana había pasado a engrosar la lista de los detenidos desaparecidos… Sólo pude entrar a mi laboratorio fotográfico casero y -en medio de lágrimas irrefrenables- copiar muchas veces su hermosa imagen desde los negativos de mi casamiento, en un intento por multiplicar entre los chilenos desparramados por el mundo la sonrisa de Diana Arón.

Hoy conozco la temible verdad.

El 18 de noviembre de 1974, alrededor de las tres de la tarde, Diana, en la clandestinidad, fue reconocida en avenida Ossa por una delatora al servicio de la siniestra DINA. Cuando se percató de la trampa intentó huir y el agente Osvaldo Romo le disparó por la espalda. Diana, embarazada y malherida, fue conducida  al “Cuartel Terranova” (Villa Grimaldi) donde, pese a su estado, fue cruelmente torturada por Miguel Krassnoff Martchenko. Muchos años después, el propio Romo declararía en una entrevista: “Diana fue ultimada por el capitán Krassnoff cuando ya no podía sacarle ninguna declaración. Krassnoff la agredió con tal brutalidad que le produjo una hemorragia (y) todo el suelo quedó con un charco de sangre, que debe haber sido parte del feto que perdió por culpa de los apremios… Lo que más me impactó fue que Krassnoff salió de la sala de tortura con las manos ensangrentadas gritando: “¡¡Además de marxista, la conch ‘e su madre es judía!!… ¡¡hay que matarla!! Nosotros la asesinamos”.

Después de aquello, la huella de Diana  Arón se perdió para siempre.

Yo jamás perderé su sonrisa.


Gendarmería también le realizó "homenaje" a Krassnoff cuando llegó a Punta Peuco. Ejército le rinde culto a un asesino que mató a una joven embarazada

Fuente :cambio21.cl 15/10/2018

Categoría : Prensa

Hace cinco años casi exactos, en televisión se exhibieron imágenes inéditas del operativo para llevar a los ex militares condenados por crímenes contra los Derechos Humanos o de lesa humanidad desde el desaparecido penal de “5 estrellas” Cordillera de Peñalolén hasta su nueva residencia, Punta Peuco en Til Til.

El traslado de estos delincuentes, que incluía al jefe de la DINA, Manuel Contreras, organo represivo y criminal del la dictadura se produjo durante la madrugada del 29 de septiembre de 2013, en pleno primer gobierno de Piñera. Contreras murió poco después de su traslado de una dolencia cardiáca en el hospital militar de la comuna de La Reina.

Pero rescatamos de nuestros archivos (con el apoyo de canal 13, donde se escucha la voz del despedido periodista Jorge Hans) como algunos funcionarios de Gendarmería le rinden homenaje al genocida Krassnoff y lo tratan como blanca paloma.

Les aseguro que esos funcionarios no tratan así a un delincuente que se robó a una gallina para comer. Los funcionarios de Gendarmería le hicieron genuflexiones y les faltó besar al genocida cuando llegó a Punta Peuco. Vean esas imágenes…

Y eso que Krassnoff estaba condenado a más de 640 años de reclusión por crimenes de lesa humanidad, entre ellos asesinar a una joven de 21 años, estudiante de periodismo de la Universidad Católica, Diana Aarón, que estaba embarazada de siete meses, a la que torturó, y le produjo su perdida del bebé en gestación y la muerte de la joven.

Este caso se suma a otras numerosas causas en las que ha sido condenado. En el secuestro calificado de la periodista Diana Frida Arón Svigilsky, a quien torturó y asesinó sin tener siquiera en cuenta  de su embarazo y que por este sólo crimen recibió 15 años de privación de libertad. ¿Sabrá su hijo el coronel activo del Ejército, Miguel Krassnoff Bassa y el director de la Escuela Militar, coronel Germán Villarroel de este terrible crimen de esta joven de apenas 21 años cometido por su padre y homenajeado?

Con el tiempo los relatos de quienes lo acompañaban a Krassnoff en sus momentos de horror, son innumerables.

En el caso de Diana Arón se sabe que con posterioridad al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Diana debió pasar a la clandestinidad, utilizando los nombres de “Alba” y “Juana”. El 18 de noviembre de 1974 alrededor de las tres de la tarde fue reconocida y capturada en Avenida Ossa por el agente de la DINA Osvaldo Romo, ( un enfermo mental que era de izquierda hasta el golpe y que luego se pasó a cooperar y asesinar a sus ex compañeros) quien le disparó por la espalda cuando ésta intentaba huir.

Torturó a una mujer embarazada

Malherida y embarazada, Diana fue llevada al Cuartel Terranova, también conocido como Villa Grimaldi, donde fue cruelmente torturada por Miguel Krassnoff.

En sus declaraciones, el torturador Osvaldo Romo señaló: “Diana fue ultimada por el capitán Krassnoff cuando ya no podía sacarle ninguna declaración. La agredió con tal brutalidad que le produjo una hemorragia, que todo el suelo quedó con un charco de sangre, que debe haber sido parte del feto que perdió por culpa de los apremios… Lo que más me impactó fue que Krassnoff salió de la sala de tortura con las manos ensangrentadas gritando: Además de marxista, la conchesumadre es judía, hay que matarla. Nosotros la asesinamos”, son las palabras textuales de Romo. Después de este evento, el  rastro  de Diana  Aarón se pierde completamente.

La estudiante de periodismo Diana Frida Arón Svigilsky asesinada por Krassnoff

Hasta hoy, este "valiente soldado" homenajeado por el Ejército y por la escuela que forma a los militares del futuro, no entiende que significan los derechos humanos o la dignidad de las personas.


Miguel Krassnoff: La peor cara de la dictadura que podría quedar en libertad

Fuente :radio.udechile.cl 6/08/2018

Categoría : Prensa

Si bien el abogado de los internos de Punta Peuco, Raúl Meza, anunció que suspenderá la presentación de un recurso de amparo para pedir la libertad de quien es sindicado como uno de los agentes más inescrupulosos de Pinochet, aseguró que se seguirá recurriendo a instancias judiciales para excarcelar a ex uniformados condenados por crímenes de lesa humanidad.

“Soy un Soldado al que han transformado en un perseguido político, pero no en un militar chileno derrotado, ni mucho menos en un cosaco postrado”.

Con esta frase se presenta al brigadier (r) Miguel Krassnoff en un blog en que se reivindica su figura, pero lo cierto es que ningún organismo de derechos humanos lo tiene como un “perseguido político”, sino como un criminal de lesa humanidad.

Por eso es que ven con preocupación el anuncio de Raúl Meza, abogado de los internos de Punta Peuco que afirmó a La Segunda la presentación de un recurso de amparo para pedir la libertad condicional de Krassnoff, así se sumaría a los siete ex uniformados que ya han conseguido el beneficio durante los últimos días.

Si bien la tarde de este lunes anunció que suspendería por ahora el recurso en favor de Krassnoff, el jurista aseguró que seguirá recurriendo a instancias judiciales para liberar a sus representados, según consignó El Mercurio.

Pero Krassnoff es un caso aparte, pues se ha posesionado como una de las figuras más crueles e inescrupulosas de la dictadura. El caso que más recientemente salió a la luz es su responsabilidad en los llamados “vuelos de la muerte”, donde a pocos días del Golpe de Estado arrojó –luego de las torturas correspondientes- a tres personas vivas al mar desde un helicóptero.

Este caso se suma a otras numerosas causas en las que ha sido condenado. Una de ellas, es el secuestro calificado de la periodista Diana Frida Arón Svigilsky, a quien torturó y asesinó sin tener siquiera en cuenta que la militante del MIR tenía siete meses de embarazo. Por este crimen recibió 15 años de privación de libertad.

Otros 10 años de condena tiene a cuestas como autor del secuestro calificado de Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, joven militante del MIR que hoy integra la lista de los detenidos desaparecidos.

A principios del 2018, quien participara en el asalto a la casa presidencial de Tomás Moro el 11 de septiembre de 1973, fue condenado a otros 10 años de presidio por el homicidio calificado del líder del MIR, Miguel Enríquez.

En total, su nombre aparece vinculado a 91 casos de detenidos desaparecidos o ejecutados políticos, y sumando todas sus condenas, Miguel Krassnoff Martchenko sobrepasa los 400 años de privación de libertad.

Pese a sus probados crímenes, jamás Krassnoff ha dado mínima muestra de arrepentimiento y, por el contrario, se enorgullece de sus actos justificándolos como parte importante del combate contra el “marxismo”.

Por eso, su eventual liberación sería un atentado a la democracia. Al menos así lo piensa el diputado PPD y miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara, Tucapel Jiménez, quien manifestó a nuestro medio que no puede recibir este beneficio alguien que cometió los más graves crímenes de la dictadura.

“Hoy, darle la libertad a Miguel Krassnoff, que tiene más de 300 años de condena por los crímenes más graves que pueda cometer un ser humano, me parece que es un atentado al corazón de la democracia, como ya lo han sido estas liberaciones de siete reos”.

El legislador -hijo del reconocido dirigente sindical del mismo nombre y que fuera asesinado por agentes de la dictadura el año 1982- aclaró que él no se niega a los beneficios para los privados de libertad, pero aclaró que los ex uniformados no son delincuentes comunes, pues fueron agentes del Estado que asesinaron, secuestraron y torturaron recibiendo dineros públicos.

En ese sentido, Jiménez dijo que a un antisocial común se le puede rehabilitar, no así a estos agentes de la dictadura, que se sienten orgullosos de sus crímenes.

“Pese a las acusaciones, mantengo en alto mi ánimo y mi inquebrantable fe en Dios”, escribió hace un tiempo Krassnoff, ánimo que podría dispararse y fe en Dios que podría reafirmarse si sus “ángeles” en la tierra le dan, efectivamente, la libertad condicional que tanto anhela.

Acusación Constitucional

A raíz de las siete libertades condicionales que se otorgaron la semana pasada, un grupo de diputados anunció el inicio de un estudio para evaluar una posible acusación constitucional contra los ministros que permitieron la excarcelación de los genocidas.

Esa acusación ya está tomando forma, pues hay consenso al respecto y este martes será discutida por las bancadas de la Democracia Cristiana y del Partido Radical.

Para el diputado Tucapel Jiménez este debiese ser un motivo de unidad para toda la oposición, pues la libertad de criminales de lesa humanidad que ni siquiera se muestran arrepentidos desborda lo meramente político inculcándose en el ámbito valórico.

Diputado Tucapel Jiménez

En ese sentido, expresó que hasta el oficialismo debiese estar en contra de la libertad de violadores de derechos humanos, al menos así sería en un país desarrollo.

“Entiendo que la Democracia Cristiana lo discute este martes con su bancada al igual que el Partido Radical. El resto de las bancadas estarían todas a favor de la acusación. Yo siento que tiene que ver una unidad en esta acusación, hay miles de temas que nos pueden separar en lo político, pero en esto no debiéramos tener ninguna diferencia, incluso, en un país desarrollado, con otra mentalidad, tendríamos al oficialismo en esta acusación, porque ni siquiera con ellos debiéramos tener diferencias, estos temas debiesen generar consenso en todo el país”.

Pero Chile no es un país desarrollado, y la unidad en temas tan delicados como la libertad a criminales de lesa humanidad no genera consenso en todos los sectores. Sin ir más lejos, este lunes la presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, declaró que las críticas que se han formulado a la excarcelación de los ex uniformados obedecen a un ensañamiento judicial y no a buscar justicia.

Además, expresó que no debiesen elevarse las exigencias para otorgar beneficios a violadores de derechos humanos, pues argumentó que ley pareja no es dura. Todo esto, a pesar de los principios firmados por el gremialismo hace menos de un mes, en que declaran el respeto a los derechos humanos.

Siguen las manifestaciones

La jornada de este lunes siguieron las muestras de repudio a la decisión de la Corte Suprema. Hasta el Palacio de los Tribunales llegó un grupo de dirigentes políticos de las juventudes de los partidos comunista, socialista y la Democracia Cristiana.

Los representantes de las colectividades de la ex Nueva Mayoría se encadenaron a los pilares de la puerta de ingreso del Palacio provocando el accionar de carabineros, que detuvo a ocho personas.

En el lugar, se encontraba el diputado comunista Daniel Núñez, quien afirmó que los ministros de la Segunda Sala de la Corte Suprema pasaron a llevar los tratados internacionales que Chile ha firmado, las resoluciones de la Comisión Nacional por las Libertad Condicional, y las decisiones de la Corte de Apelaciones, todas instancias que han rechazado la libertad de criminales de lesa humanidad.


Entrega de Títulos Póstumos en la Universidad Cátolica

Fuente :josedomingocañas.org 6/09/2013

Categoría : Prensa

A 40 años del Golpe de Estado, la Pontificia Universidad Católica de Chile hace entrega de Títulos Póstumos a sus alumnos Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos. El acto se realizó en el campus San Joaquin y entre los homenajeados están Diana Frida Arón Svigilsky y Juan Carlos Rodriguez Araya, ambos detenidos desaparecidos de Casa Memoria José Domingo Cañas.
Una deuda pendiente de la UC en el reconocimiento de los horrores de la Dictadura y un acto de dignidad impulsado por el Colectivo Memoria UC y la Federación de Estudiantes.


Diana Aaron, mi amiga por María Eugenia Camus

Fuente :Jueves 24 de Noviembre 2011 El Mostrador

Categoría : Prensa

Recordarla y escuchar nuevamente su risa fuerte, llena de vitalidad y optimismo que llenaba el espacio es una sola cosa. Con mi amiga Diana Aarón compartimos escritorios en la sala de redacción de la revista “ONDA” de la editorial Quimantú. Ella venia de Periodismo de la Universidad Católica. Yo de la Chile. Ambas –entusiastas integrantes del movimiento de la Reforma y de las movilizaciones estudiantiles de fines de los 60- juntamos nuestras ganas para desarrollar un proyecto periodístico innovador: la revista “Onda” que diera a conocer a los jóvenes el nuevo Chile que surgía, los incorporara y los hiciera compartir nuestros sueños. No fue casual que optáramos por el periodismo: ambas creíamos que es una responsabilidad con la sociedad informar lo que sucede, con las armas de la verdad, moleste a quien moleste. Pero también compartimos sueños y las ganas de luchar para construir un país distinto, sin desigualdad, donde los niños, no importa su cuna tuvieran las mismas oportunidades para crecer, estudiar y desarrollarse como seres humanos. Un país donde no se discriminara y que fuera tolerante. Creíamos y queríamos que en Chile eso era posible. Y durante este año, muchas veces he visto el rostro de esa Diana risueña en muchas mujeres jóvenes que llenan
las calles en marchas multicolores Paradojalmente, 37 años después, el calendario hizo coincidir la fecha de la muerte de una joven hermosa y valiente que dio su vida por lo que pensaba con el homenaje de un hombre cobarde que fue capaz de asesinarla cuando estaba embarazada y que hasta hoy no ha sido capaz de reconocer su crimen.

Diana era de origen judío y orgullosa de serlo. Inquieta, quiso conocer la realidad del país de sus antepasados. En 1967, después de la Guerra de los Seis Días, viajó a Israel para vivir y formar parte de un kibbutz. Aprender, compartir, sentirse una más entre tantos. Fue una experiencia que la marcó y la llevó a tomar decisiones importantes a su regreso: ingresó al MIR, mientras estudiaba periodismo en la Universidad Católica. Allí nació “Alba”, esa joven carismática, solidaria, llena de afecto y sentido del humor. Pero también rigurosa, disciplinada y comprometida con las responsabilidades y tareas que asumía.

Tuve el privilegio de conocer a la Diana, mi amiga y colega con la que compartí tantas jornadas en ese segundo piso de una gran casona en la Avenida Santa María, donde funcionaba la editorial Quimantú. Hicimos periodismo, sin restringirnos en pautas y contenidos: la gira de Fidel Castro a Chile, el Festival de Viña, la policía por dentro, reportajes de investigación y entrevistas a autoridades y artistas. Irreverentes y acuciosas eran las notas, las preguntas y la opinión.

Pero conocí y valoré a Alba, la mirista. A esa joven militante con una entrega apasionada y responsable que la hacía dividir su tiempo entre el trabajo profesional y político, como si el día
tuviera más de 24 horas. Tenía energía para disfrutar la vida en todas sus dimensiones. Con una inmensa capacidad de amar, de entregarse, de comprender y perdonar, si su elegido no era capaz de amarla de la misma forma. Fue una gran compañía durante mi primer embarazo, era maternal por esencia y uno de sus grandes anhelos era ser madre. Por más que trate de recordarla triste en alguno de sus momentos difíciles, solo me aparece su sonrisa, su sentido del humor y su generosidad infinita para preocuparse del otro.

El Golpe significó muchos quiebres y dolores. Quizás uno de los más fuertes haya sido la pérdida de esa cotidianeidad, y de los amigos. Nos vimos muy pocas veces después de ese fatídico día, pero siempre pensé y tuve la esperanza, de que nos reencontraríamos. Diana-Alba se convirtió en Ursula en la clandestinidad, y también encontró el amor con quien quería
construir familia y futuro sin hacer caso al miedo y la incertidumbre. No pudimos compartir ni conversar lo nuevo que le estaba pasando. Tampoco su felicidad cuando supo que
esperaba un hijo. Una muestra más de su coraje y amor por la vida en medio de esos días oscuros. Siguió trabajando con la misma fuerza de antes.

Lamento no haberle trasmitido antes mis prejuicios con una de las personas que trabajaba con ella en el MIR, que se decía su amiga, pero que no lo era. Un ser oscuro y resentido a quien Diana protegía, ayudaba y escuchaba. Marcia Gómez, colaboradora de la DINA y conocida en el MIR como “Carola”, actualmente jubilada del Ejército por sus servicios en Inteligencia, había sido detenida sin que Diana lo supiera. No tuvo ningún escrúpulo en reunirse con ella en un sector de La Reina y llegar acompañada de agentes de la DINA que dispararon contra Diana cuando la vieron. Herida fue trasladada al Hospital Militar, pero su tormento recién empezaba. Hasta allí llegó Miguel Krassnoff, que la sacó del lugar para llevarla a un centro de torturas. Hay testimonios que dan cuenta de su ensañamiento y crueldad, la que se acentuaba a medida que Diana agonizaba sin que de su boca saliera una sola
palabra. “No solo es comunista esta perra, sino que además es judía… hay que matarla”, fueron las palabras de su asesino y que escucharon otros agentes que después entregaron estos antecedentes a la justicia. Diana, embarazada, murió en ese lugar y Krassnoff ordenó hacer desaparecer su cuerpo. Eso ocurrió entre el 19 y 20 de noviembre de 1974.

Han pasado 37 años desde que esta mujer, llena de energía, dejó de caminar por las calles que tantas veces recorrimos. Pienso en que habría estado ahora y la imagino escribiendo, opinando, criticando y aportando. La veo indignada con la situación vergonzosa que vivió la comuna de Providencia por el homenaje a un torturador sobre cuya cabeza pesan 140 años de cárcel por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad. Porque paradojalmente, 37 años después, el calendario hizo coincidir la fecha de la muerte de una joven hermosa y valiente que dio su vida por lo que pensaba con el homenaje de un hombre cobarde que fue capaz de asesinarla cuando estaba embarazada y que hasta hoy no ha sido capaz de reconocer su crimen.

Me siento privilegiada y es un orgullo haber sido amiga de Diana Aaron. Creo que es necesario que su vida y testimonio se conozca, especialmente en estos días, cuando todavía en nuestro país hay personas que son capaces de rendir homenaje a su asesino: Miguel Krassnoff Marchenko, que hasta ahora niega su responsabilidad en el crimen de una mujer embarazada.


Un libro recuerda a estudiantes y profesores de la Universidad Católica asesinados o desaparecidos por Pinochet (EXTRACTO)

Fuente :rebelion.org 05/10/2010

Categoría : Prensa

Una treintena de estudiantes, graduados y profesores jóvenes de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), que la dictadura de Pinochet (1973-1990) asesinó o hizo desaparecer por  sus ideas políticas, fueron rescatados del olvido 37 años después en el libro Una luz sobre la sombra: detenidos desaparecidos y asesinados de la Pontificia Universidad Católica de […]

Una treintena de estudiantes, graduados y profesores jóvenes de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), que la dictadura de Pinochet (1973-1990) asesinó o hizo desaparecer por  sus ideas políticas, fueron rescatados del olvido 37 años después en el libro Una luz sobre la sombra: detenidos desaparecidos y asesinados de la Pontificia Universidad Católica de Chile, editado por el Colectivo Memoria PUC, integrado por una quincena de ex estudiantes sobrevivientes de la peor tragedia del siglo 20 en los celebrados 200 años de historia política de esta nación gobernada de nuevo por las mismas fuerzas que derrocaron a Salvador Allende e instalaron la dictadura.Una luz sobre la sombra… será presentado el miércoles 6 de octubre, a las 19 horas, en el aula magna del campus San Joaquín de la UC por el académico Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia y ex profesor de esa casa de estudios; Joaquín Walker, actual presidente de la Federación de Estudiantes de esa casa de estudios (Feuc); y Fernando Castillo Velasco, de 90, rector de la PUC en los años 60/70. El texto de 180 páginas refleja una investigación del equipo editor y de la periodista y escritora Nancy Guzmán, con prólogo del historiador Salazar y diseño gráfico y portada de José Bórquez. El libro tiene un rasgo atípico en el negocio editorial contemporáneo: en vez de invocar la propiedad intelectual y prohibir/amenazar, autoriza su reproducción por cualquier medio con la única condición de citar la fuente.Entre las víctimas se encuentran talentosos jóvenes, como las (os) periodistas DIANA FRIDA ARON S. y Eduardo Jara, la incipiente cinematografista Carmen Bueno y su pareja documentalista Jorge Hernán Müller Silva -cámara de La batalla de Chile–, el estudiante de ingeniería Allan Bruce, el profesor de inglés Alejandro Ávalos, el pedagogo y ex sacerdote Omar Venturelli y otras vidas truncadas. El ex fiscal del ejército Alfonso Podlech, abogado y terrateniente anticomunista que envío a la muerte a Venturelli y a decenas de personas en la Araucanía-Temuco, hoy se encuentra preso en Italia desde 2006, juzgado por un tribunal que investiga el asesinato de éste y otros ciudadanos de origen italiano ultimados en Chile, Argentina y Uruguay.  (EXTRACTO)
 


Brigadier (r) Espinoza comenzó a cumplir condena por crimen de Diana Aron

Fuente :14 de Junio 2006 La Nación

Categoría : Prensa

 

 

El brigadier en retiro Pedro Espinoza, ex agente de la DINA, comenzó a cumplir hoy la condena a 10 años de cárcel por el secuestro y desaparición de la periodista y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) Diana Aron.

El cumplimiento de la pena se llevará a cabo en el Penal Cordillera de Gendarmería y fue posible luego que a fines de mayo pasado, la Corte Suprema decidiera condenar a penas de cárcel a cinco ex miembros de la DINA, revocando la aplicación de la ley de amnistía decidida por la Corte de Apelaciones.

La decisión del máximo tribunal permitió que se repusiera la condena a 15 años en contra del ex director de la DINA, Manuel Contreras y del retirado brigadier Miguel Krasnoff.

En tanto, a diez años fueron condenados, además de Espinoza, el coronel en retiro Marcelo Moren Brito y el civil Osvaldo Romo.

Al interior del Penal Cordillera, Espinoza se encontrará con Manuel Contreras, quien ya cumple condena por el mismo caso, además de otros 12 años y un día de prisión por el crimen de Miguel Angel Sandoval en 1975.

Diana Aron Svigilski tenía 24 años cuando fue detenida por agentes de la DINA el 18 de noviembre de 1974, luego de ser herida a bala en el pulmón y el riñón. Según los datos del proceso, fue atendida de esa herida en una clínica perteneciente a la misma DINA y en seguida llevada al campo de torturas "Villa Grimaldi", donde se la vio por última vez.


Caso Arón: Suprema anula amnistía y confirma condena a cúpula DINA

Fuente :30 de Mayo 2006 El Mercurio

Categoría : Prensa

 

 

En un fallo unánime, la Segunda Sala de la Corte Suprema anuló la

aplicación de la Ley de Amnistía que había dejado sin efecto las condenas a los ex miembros de la DINA sindicados como responsables del secuestro de la militante del MIR Diana Arón.

El tribunal firmó hoy la esperada resolución mediante la cual deja sin efecto el fallo que a comienzos de junio 2005 absolvió de cargos al general Manuel Contreras, y a los ex agentes Marcelo Moren Brito, Pedro Espinoza Bravo, Miguel Krassnoff y Osvaldo Romo aplicando el polémico decreto de Ley de Amnistía.

De esta manera quedan vigentes las condenas de primera instancia que había dictado en contra de los ex DINA el ministro de fuero Alejandro Solís, quien investigó la situación de la periodista del MIR.

El fallo fue redactado por el ministro Enrique Cury, que integró la sala junto a los magistrados Alberto Chaigneau, Nibaldo Segura, Jaime Rodríguez y Rubén Ballesteros.

Aunque aún no se conoce el texto de la resolución, que se presume extenso, si se sabe que algunos magistrados hicieron breves prevenciones.

Esta es la segunda condena por secuestros que la Corte Suprema deja a firme en contra de la cúpula de la DINA. A fines del 2004 el Máximo Tribunal ratificó la sentencia en el caso del también mirista Miguel Ángel Sandoval.


AI reprocha aplicación de ley de Amnistía en caso de Diana Arón

Fuente :24 de Mayo 2006 El Mostrador

Categoría : Prensa

 

 

''Aunque contravenía las obligaciones contraídas por Chile en virtud del derecho internacional, se invocó para absolver a los acusados'', lamentó Amnistía Internacional. En los próximos días, la Suprema debe pronunciarse sobre el dictamen. La organización destacó como hechos relevantes de 2005 las detenciones de Pinochet y Fujimori. A nivel mundial, advirtió que los más vulnerables pagan los costos de la guerra al terrorismo.

La organización Amnistía Internacional lamentó este martes la aplicación del decreto ley sobre Amnistía en los procesos sobre violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura de Augusto Pinochet, aunque valoró los avances registrados en los juicios contra el general retirado.

En su informe sobre la situación de los derechos humanos a nivel mundial en el último año, la entidad reprochó que cinco ex agentes de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) hayan sido exculpados de su responsabilidad en el secuestro de la Diana Arón Svigilsky, en 1974.

En junio pasado, por la Quinta Sala de la Corte Suprema resolvió favorecer con el decreto ley de Amnistía al general (R) Manuel Contreras, al brigadier (R) Miguel Krassnoff, al brigadier (R) Pedro Espinoza, al coronel (R) Marcelo Morén Brito y al civil Osvaldo Romo, que habían sido condenado en primera instancia.

"Aunque esta ley –que seguía en vigor a pesar de haber sido promulgada mediante un decreto militar– contravenía las obligaciones contraídas por Chile en virtud del derecho internacional, se invocó para absolver a los acusados”, recordó el organismo en el informe presentado este martes.

Se espera que en las próximas semanas, la Segunda Sala (Penal) de la Corte Suprema se pronuncie sobre la decisión del tribunal de alzada capitalino.

Diana Frida Arón Svigilsky, egresada de periodismo, militante del MIR, fue detenida por agentes de la DINA el 18 de noviembre de 1974, luego de ser herida por impactos de bala en el pulmón y en el riñón. Tras su arresto, fue trasladada a Villa Grimaldi y la noche de ese mismo día fue trasladada a un recinto del organismo represivo de la dictadura ubicado en calle Santa Lucía, donde fue vista con vida por última vez.

En este ámibto, Amnistía también resaltó que haya quedado sin efecto una decisión de la Corte Suprema, que en enero de 2005 había establecido un plazo de seis meses para concluir las investigaciones judiciales sobre «desapariciones» y otras violaciones de derechos humanos.


Sucesor de juez Guzmán amnistió a cúpula de la DINA

Fuente :1 de Junio 2005 La Nacion

Categoría : Prensa

 

 

La Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago resolvió, al amparo del decreto de ley de Amnistía, absolver a la cúpula de la DINA de la condena dictada por el ministro Alejandro Solís en el proceso por secuestro calificado de la militante del MIR, Diana Aron.

La resolución, de dos votos contra uno, fue redactada por el ministro Víctor Montiglio, el mismo que fue designado por la Corte Suprema para sustanciar los procesos que dejó el ministro Juan Guzmán Tapia tras su partida del Poder Judicial.

Montiglio votó a favor de absolver a la cúpula del organismo represor de la dictadura, junto a la abogada integrante Angela Radovic, mientras el voto disidente corrió por cuenta de ministro Carlos Gajardo, otro de los magistrados que tiene a su cargo causas de derechos humanos.

Esta es la primera vez que el tribunal de alzada capitalino aplica la ley de Amnistía a una sentencia condenatoria dictada por un magistrado en causas de DD.HH.

El dictamen favoreció a Manuel Contreras, Miguel Krassnoff Marchenko, Pedro Espinoza, Marcelo Moren Brito y Osvaldo Romo. Los dos primeros habían sido condenados a quince años, y el resto a diez años y un día por el delito de secuestro calificado.

Los fundamentos del fallo acogieron la tesis de la defensa de que la Ley de Amnistía es aplicable a este caso debido a que el secuestro propiamente tal no puede tener carácter de permanente, dado que el cuerpo no ha sido habido.

Los magistrados en el voto de mayoría sostuvieron que en el proceso se encuentra acreditado que Diana Aron fue detenida por la DINA, herida a bala, y llevada hasta la clínica de este servicio llamada Santa Lucía, y luego trasladada a Villa Grimaldi donde se perdió su rastro.


Corte de Apelaciones rechaza recurso de Contreras y Krassnoff

Fuente :El Mercurio 9 de Mayo 2002

Categoría : Prensa

La Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó este miércoles las apelaciones presentadas por la defensa del general (r) Manuel Contreras y del coronel (r) Miguel Krassnoff.
El recurso buscaba dejar sin efecto los autos de procesamiento que pesan en contra de los ex militares por el caso del secuestro y posterior desaparición de la periodista Diana Aron, ocurrido en 1974.
De esta forma, el tribunal de alzada dejó a firme la decisión de la magistrada del Octavo Juzgado del Crimen de Santiago, María Inés Collins, quien dictó los mencionados autos de procesamiento.

 


La crónica que Diana Arón no pudo escribir por Lucía Sepúlveda Ruiz

Fuente :Rebelión

Categoría : Prensa

Por el secuestro de la periodista Diana Arón, el ministro Alejandro Solís condenó en mayo de 2004 a quince años de prisión al ex jefe de la DINA, General (R) Manuel Contreras y al coronel (R) Miguel Krassnoff. El brigadier (R) Pedro Espinoza, el coronel (R) Marcelo Morén Brito, y el agente y torturador Osvaldo Romo fueron condenados a diez años de cárcel por el mismo delito, que tuvo lugar hace 30 años, el 18 de noviembre de 1974. En la clandestinidad, Diana Aron cumplía tareas de propaganda e informaciones en la Resistencia a la dictadura. Para que no escribiera más, para que no luchara y no pudiera tener el hijo que esperaba, – ya que tenía un embarazo de meses para la detención- , la profesional mirista fue detenida y baleada por la espalda mientras caminaba por la avenida Oss.

En el Centro de tortura de Villa Grimaldi, el Brigadier de Ejército (R) Miguel Krasnoff (condenado a 10 años) reconoció ante la pareja de Diana, Luis Muñoz Eyraud, detenido pocos días después, haberle disparado por la espalda a "Alba", nombre de guerra de la periodista. Hay versiones disímiles sobre el lugar donde fue atendida: la Clínica Santa Lucía o e el Hospital Militar, pero los testigos coinciden en que estuvo en Villa Grimaldi, recinto de tortura que estaba a cargo de Morén Brito en ese año.

En Canal 13 y Quimantú

Nacida el 15 de febrero de 1950, Diana estudió la enseñanza secundaria en el Instituto Hebreo, y se había graduado en la Universidad Católica. Hizo su práctica profesional en el noticiero central de Canal 13 de televisión, junto a Claudio Sánchez y Hernán Olguín, y luego trabajó en la revista juvenil "Onda", de la desaparecida editorial estatal Quimantú. Colegas de la época destacan su capacidad y oficio como reportera y redactora. Como muchos colegas de su generación, Diana se comprometió políticamente, ingresando al MIR, y antes del 11 de septiembre, recopilaba informaciones sobre los sectores golpistas. Después del golpe militar, su opción fue quedarse en el país para impulsar la resistencia a la dictadura. La estructura de informaciones, a la que perteneció, trabajó estrechamente ligada al Secretario General del MIR, Miguel Enríquez, que cayó en combate el 5 de octubre, el mismo año del secuestro de Diana.

Los padres de la joven periodista, de ideas conservadoras, habían emigrado a Israel durante el gobierno de la Unidad Popular, y en 1974, ella vivía en Santiago con su pareja. Enterados del secuestro, los padres regresaron para buscarla a partir de sus contactos con sectores uniformados y de derecha, sin resultado alguno. Su hermana Ana María, hoy destacada académica de la Universidad Católica, realizó también la interminable búsqueda. En el Colegio Hebreo, la familia estableció como homenaje a Diana, una beca con su nombre, para un estudiante sin recursos.

Los careos

En diciembre del año 2002, Luis Muñoz, viajó desde Inglaterra –donde había formado parte del llamado "Piquete de Londres" durante la detención de Pinochet – a carearse con Krassnoff en el Octavo Juzgado del Crimen, en Santiago. El oficial responsable de la represión al MIR, a través de la Brigada Aguila y los grupos Halcón y Tucán, intentó entonces desconocer su rol de torturador en jefe. Pero su responsabilidad fue acreditada a través de estremecedores careos con decenas de sobrevivientes de Villa Grimaldi que dieron testimonio ante la jueza. Diana había sido reconocida en la calle por "Carola", María Ali.

Larga espera de justicia

Aunque la última etapa del proceso correspondió al Ministro Alejandro Solis, la investigación fue reactivada el 2001 por la Jueza especial María Inés Collins, del 8° Juzgado del Crimen, como parte de las medidas adoptadas conn posterioridad a la Mesa de Diálogo. La intención era investigar y/o acelerar los procesos judiciales relacionados con casos de detenidos desaparecidos. La causa había sido sobreseída el año 76. El juez Solís se hizo cargo del "cuaderno Grimaldi" traspasado en enero de 2003 por el Juez Guzmán, acelerando desde entonces las investigaciones relacionadas con esas causas. El secuestro de Diana también figuró en la querella interpuesta ante el juez Guzmán por el Colegio de Perio.

La primera victoria de Diana tuvo lugar en mayo de 2002, cuando en dictamen unánime, la Corte de Apelaciones de Santiago, rechazó los recursos interpuestos en favor del ex Jefe de la DINA, Manuel Contreras, y del Brigadier de Ejército (R) Miguel Krasnoff, procesados por la jueza Collins por el secuestro, tortura y desaparición de Diana Arón. El citado dictamen mantuvo la detención de Krassnoff y Manuel Contreras en el Comando de Telecomunicaciones del Ejército.

También por Miguel Angel

Este es el segundo fallo en contra de Contreras dictado este año por el Ministro Solis. El primero fue por el secuestro del sastre mirista Miguel Angel Sandoval Rodríguez (7 de enero de 1975). Gran parte de la carrera delictiva profesional del General Contreras y la DINA estuvo dedicada en 1974 y 75 a lograr la desarticulación del MIR, según reconoce el Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación. Resulta curioso que 30 años después, cuando el MIR de entonces no existe como tal, que Contreras acuse al juez que lo condena de ser mirista y actuar por odio. El ex jefe de la DINA defendió su actuación en la época, demostrando que sigue considerando legítimo el terrorismo de Estado que imperó en tiempos de la dictadura.

Allá lejos, en la localidad de Brill, al oeste de Londres, como parte del proyecto internacional de Derechos Humanos "Eco Memoria", crece un roble chileno plantado en memoria de Diana Arón por Luis Muñoz Eyraud, ex detenido sobreviviente, el padre del hijo que Diana llevaba en su vientre cuando fue secuestrada.


Ex uniformado está condenado a más de 400 años de prisión Abogado de Krassnoff suspende presentación de recurso que buscaba su libertad condicional

Fuente :elciudadano.com sin fecha 2018

Categoría : Prensa

Finalmente, el abogado Raúl Meza, defensor judicial del ex brigadier de Ejército, Miguel Krassnoff, condenado a más de 400 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos, desistió de presentar un recurso de amparo tendiente a obtener la libertad condicional del ex uniformado

Recordemos que durante esta jornada, Meza había anunciado que pediría la libertad condicional de Krassnoff, pero luego indicó que su decisión de desistir en tal acción, para “evitar presiones políticas indebidas que puedan ejercerse” hacia los ministros de la Sala Penal de la Corte Suprema.

El abogado añadió que tras analizar las reacciones tras la reciente liberación de 7 condenados por crímenes de lesa humanidad y presos en Punta Peuco, y en particular por las acusaciones constitucionales anunciadas por parlamentarios de oposición, “se ha decidido suspender la interposición del recurso de amparo en favor del brigadier de Ejército (R) Miguel Krassnoff”.

En ese sentido, la idea de la eventual liberación de Krassnoff remeció absolutamente a la opinión pública nacional, pues se trata de uno de los asesinos más sanguinarios en la historia reciente del país, siendo condenado en numerosas causas por violación a los derechos humanos.

Por nombrar sólo una parte de su prontuario: El caso que más recientemente salió a la luz, es su responsabilidad en los llamados “vuelos de la muerte”, donde a pocos días del Golpe de Estado arrojó a tres personas vivas al mar desde un helicóptero.Esta brutal y cobarde acción se suma al secuestro calificado de la periodista Diana Frida Arón Svigilsky, a quien torturó y asesinó sin tener siquiera en cuenta que tenía siete meses de embarazo. Por este crimen recibió 15 años de privación de libertad.Asimismo, Krassnoff tiene otros 10 años de condena como autor del secuestro calificado de Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, joven militante del MIR que hoy integra la lista de los detenidos desaparecidos. Y a principios de este año 2018, Krassnoff fue condenado a otros 10 años de presidio por el homicidio calificado del líder del MIR, Miguel Enríquez.Así, en total, su nombre aparece vinculado a 91 casos de detenidos desaparecidos o ejecutados políticos, y sumando todas sus condenas, sobrepasa los 400 años de privación de libertad. Y pese a sus probados crímenes, el ex brigadier jamás ha dado una mínima muestra de arrepentimiento, por el contrario: se enorgullece de sus actos justificándolos como parte de la «guerra» contra el «marxismo».


A Tree for Diana 

Fuente :2 de February 2002

Categoría : Otra Información

On the 2nd of February 2002, an English Oak (Quercus Robur), was planted in memory of Diana Frida Aron Svigilisky, by the Bernwode Amnesty International Group – Brill – United Kingdom as part of the Ecomemoria Project

Words spoken by Luis Muñoz at the planting of a tree in memory of his partner, Diana Aron, in Brill, Great Britain.

Dear comrades and friends:

I’d like to thank the Brill community, Amnesty International and the dear Chileans who belong to Ecomemoria group for this beautiful idea

Always, when one refers to a short life, which has been lost dramatically, one refers to the qualities of the person: that she was beautiful, intelligent, and generous, etc. It would seem to be that if the person has these qualities, a murder, as it is in this case, would become more unacceptable. Let me tell you, the thousands and thousands of disappeared and executed in Chile were beautiful, generous and giving people also.

Why not say so: Diana was beautiful, extremely intelligent and very generous. But the most fundamental aspect of all is that Diana, as many of the young people of that generation, had the chance to choose, and she chose to share the destiny of the overlooked people of her country. Diana came from a wealthy family in Santiago, she could have chosen to go with the flow; to do what her brothers and sisters did, and follow the route of her normal life. She could have accepted the demands of her family to leave the country “ whatever you choose “ they said. Diana chose to stay in Chile to work together with others, organise, and minimise the impact of the barbarism that fell on the Chilean people.

Diana chose to hold on with all her strength to her dream, without giving importance to the price of her audacity. And she continued to dream of a free country, with popular rights already won, with a radiant future for the poor, the workers, the peasants and the young Chileans. Diana dreamt the impossible trying to reach the possible.

I had the privilege to love that woman, and also had the privilege to be the one who received her love in the sphere of our intimate lives. But beyond anything, Diana loved her people, and decided to prove her love with an incredible consistency.

I’d like to read now an extract of something I had written before Pinochet’s arrest in London.

Incredulity, surprise, shock are the words that come to my mind when trying to describe what is beyond description, beyond words, beyond concepts.

Until then, the language that we used to talk about life was the language of values, morals and principles, which seemed to have been always there, secure in the depths not only of our society but of humanity as a whole. They were not concepts or ideas that needed much analysis or had to be taught at length to become part of the individual and all of society. It was like in the words of my grandmothers, “things are so because life has always been like that; a custom”. In other words things are so because we have always been human, the way things have always been. That is that a mother has taught her daughters a way to be as she was taught by her mother, and she had learnt from hers and so even before them. There were times when things were taught without noticing that one was being educated or was educating, because most of the time words were not needed. It was a time when people could just be themselves, and that was enough because tenderness, solidarity, fraternity, and love were feelings that emerged from just living.

Horror, fear, suffering, extreme cruelty and sadism perpetrated by another human being, and by another compatriot, seemed only possible from someone whose mind was ill, by somebody who had become mad. But the 11th of September 1973 was something totally different. It was a calculated and premeditated act undertaken by the State to exterminate our compatriots. They were atrocities, terror and pure butchery in the name of the State. That gave way to the most incredible pathology in the minds of the Chilean armed forces.

Now I am here, after many years of distance and many years of silence. It does not make any sense to speak about something one can not do anything about. Something in front of which one could do nothing to stop it happening. I could do nothing to protect Diana, or María Cristina, or Pedro, or Pablo, or José, my comrades, my people, my grandmothers’ kisses, her songs at bed time, their wisdom. I could not protect my body so that they would not commit sacrilege against humanity and evolution through me.

It is better to keep silent. To be honest, I have no other option as words do not come out. I know that I am here and that is a fact. I am here physically and you are looking at me and can even touch me, but to be honest I did not escape. They got hold of me and now I am not even sure where I am. Sometimes I think I am here, but other times that I am there, or one part of me is here and the other part is there. Maybe you are right, what you name the dark part of yourself, that huge deep black hole, the silent part, the part with the enormous open eyes staring at you, that is the part that is not here. At this stage you might ask yourself: which is the biggest part, or what is there for you, or the girls, for life?

You tell me that I move slowly. You should know that I am carrying a heavy shadow. It is full of bodies, beautiful bodies, the bodies and the faces of the loved ones, the ones who remained too lonely while they were tormented, and they were cold and nobody gave them warmth, and they were afraid and no hand to hold. My shadow is full of their last words before they died, raped, their bodies mutilated, abused, broken and defeated. I know of their last words and their last sounds as I was there. I accompanied them up to the threshold. I can hear them clearly all the time, their laments, their calls for help, I can hear the names of their mothers, their children they had no chance to have or cuddle. I get very sad, can you understand? One of those children was mine.

Yes, I can hear their voices and I love them but can not reach them. My struggle is that one day I will be able to reach them. I’ll be able to touch them, cuddle them and close their eyes. So, I have to keep trying, because if I try with enough persistence, it might happen that I reach them, I might die and stay with them.

They are so lonely and they do not know why they have been treated like that. Their eyes are wide open – the ones who still have them – but cannot see as their eyes are blindfolded. They look in their minds for a clue that could explain the horror. They are trying to find where was all of that waiting, where were those obscure members of our society, those hidden compatriots waiting to perform the crimes they performed. Where was that hatred, that cruelty, savageness, as if they belonged to different race, unknown to us and to them? Where do they come from? They are not in our schoolbooks; they were also not in our country’s mythology nor in the stories of our old ones. They speak a strange language, insulting, obscene, monosyllabic and morbid. They do not want to talk, they shout, give orders and bursts of insults.

Comrades, friends, my loved ones, you do not understand, you cannot understand. You have not committed any crime; you have done nothing wrong. Your intentions have been noble and generous; you have not hurt anybody. You were used to dialogue, discussions, and mutual respect in understanding. You were taught that if you did wrong you would be punished according to the traditions. What is this then? This has no meaning, this is senseless.

I know, you want to die now, you have no more strength. But it is so tremendously sad to die at the hands of so much senseless brutality, at the hands of such monstrous stupidity. Now you feel responsible and ashamed. Responsible for not having recognized them before, for the incapacity to prevent, for not having seen the signs, for having allowed this bestiality to happen. You feel ashamed for being in the hands of sub-humans. In the hands of the madmen who found the golden opportunity to act out their pathologies because they have absolute power. Your hands and your feet are tied and you cannot see them. There is nothing you can do to defend yourself, to protect yourself, to protect your family, your people. They will kill you and you will not be able to explain it to yourself or to the generations to come. I know, I know, they will not find you, and even worse, you’ll be forgotten.

Diana, in my dreams you come and go, sometimes sweet, sometimes sad. In my daily routines, you appear, in the look of another woman, in a voice, in the smell of perfume. In those moments I stop and try to find you amongst the crowd, as if you would be in Santiago. I know it is useless, that I might seem crazy, but is an instinct stuck to my skin. Without being aware I turn my head when I recognize your voice, your laughter, your eyes in a London street.

Forever my heart will remain suspended by those strokes. It is as if the dagger of your absence, which I carry in my breast, would submerge a bit deeper in my broken heart when I hear you, until I have no more strength. Then I will stop, with eyes wide open, trying to find you amongst the crowd.

Diana, here is a tree in your memory.

Your tree, in this far away country of generous people.

Let it grow strong

Let it grow until it reaches your heights.