.

Álamos Rubilar Salvador – Memoria Viva

Álamos Rubilar Salvador

Rut : 2.867.785-5

Fecha Detención : 10-10-1973
Lugar Detención : Liquiñe


Fecha Nacimiento : 07-02-1928 Edad : 45

Lugar Nacimiento : VALDIVIA

Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Industrial maderero

Estado Civil e Hijos : Casado, 9 hijos
Nacionalidad : chilena

Documentos Asociados

Fallo Corte Suprema


Relatos de Los Hechos

Fuente :Vicarìa de la Solidaridad

Categoría : Antecedentes del Caso

Con fecha 10 de octubre de 1973, entre las 21:00 y las 23:00 horas, fueron detenidas en el sector de Liquiñe, dentro del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, las siguientes personas: Luis Alfredo Rivera Catricheo, obrero maderero, sin militancia política conocida; Eliseo Maximiliano Tracanao Pincheira, obrero maderero, vinculado al Movimiento Campesino Revolucionario (M.C.R.); Miguel José Tracanao Pincheira, obrero maderero, vinculado al Movimiento Campesino Revolucionario (M.C.R.); Alejandro Antonio Tracanao Pincheira, obrero maderero, vinculado al Movimiento Campesino Revolucionario (M.C.R.); Salvador Alamos Rubilar, Industrial maderero, militante del Partido Socialista; José Héctor Bórquez Levicán, obrero maderero, jefe de faenas del fundo Trafún, militante del Movimiento Campesino Revolucionario (M.C.R.), Alberto Segundo Reinante Raipán, obrero maderero, militante del Movimiento Campesino Revolucionario (M.C.R.); Ernesto Reinante Raipán, obrero maderero, militante del Movimiento Campesino Revolucionario; Modesto Juan Reinante Raipán, obrero maderero, militante del Movimiento Campesino Revolucionario (M.C.R.); Luis Armando Lagos Torres, obrero maderero, militante del Partido Socialista; Carlos Segundo Figueroa Zapata, obrero maderero, consejero por el Fundo Paimún ante el Sindicato del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, militante del Partido Socialista; Mauricio Segundo Curiñanco Reyes, artesano carpintero, militante del Partido Socialista; Isaías José Fuentealba Calderón, Jefe de Area en el Fundo Trafún, del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, miembro del Movimiento Campesino Revolucionario (M.C.R.); Daniel Antonio Castro López, comerciante, corresponsal del diario "El Clarín" en Temuco, militante del Partido Socialista.

Por su parte el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación incluye formando parte de esta misma situación represiva los nombres de las siguientes víctimas: Carlos Alberto Cayumán Cayumán; y a la profesora de Puerto Fuy, de 27 años de edad, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR, Bernarda Rosalba Vera Contardo.

Las detenciones fueron practicadas por personal uniformado quienes portaban una lista con los nombres de los detenidos. El grupo aprehensor estaba compuesto por efectivos militares que vestían uniforme de combate y que pertenecían al Grupo N°3 de Helicópteros Maquehua de la ciudad de Temuco, de la Fuerza Aérea de Chile; algunos funcionarios de Carabineros de la dotación del Retén de Liquiñe y civiles del sector.

Se movilizaban en vehículos de particulares, una camioneta del Servicio Agrícola y Ganadero (S.A.G.), un vehículo policial, una ambulancia del Retén de Liquiñe y contaron también con el apoyo de un helicóptero de la FACH. Los aprehensores actuaron divididos en varios grupos, que se juntaron en el cruce de Coñaripe, cercano a todos los lugares en que se practicaron las detenciones. Allí tomaron el camino a Villarrica, y alrededor de las 2:00 horas del día 11 de octubre de 1973, en el puente sobre el río Toltén procedieron a darles muerte y a arrojar sus cuerpos a las aguas.

Algunos de los cadáveres fueron encontrados días después, por un grupo de personas que efectuaban trabajos en las orillas del río Toltén. Los cuerpos estaban metidos en sacos con piedras a fin de que no flotaran; no obstante ello, algunos cadáveres salieron a la superficie. De esta situación se dio aviso de inmediato a Carabineros, los cuales por orden del jefe de turno procedieron a empujar los cuerpos a la corriente del río.

Entre los testimonios obtenidos consta el de Honorinda Lagos Sepúlveda, cónyuge de Isaías Fuentealba Calderón, Jefe de Area del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, quien señala respecto de su marido que salió temprano en la mañana del 10 de octubre de 1973 luego que lo pasara a buscar su chofer, y se trasladaron de Trafún a Liquiñe, distante a unos 14 kms. Al regresar en horas de la tarde, en el lugar llamado Los Canelales, el afectado fue detenido por carabineros, quienes dejaron en poder del chofer el portadocumentos de Isaías Fuentealba, que contenía documentación del Complejo Maderero, a fin de que lo hiciera llegar a la cónyuge. En parte de este testimonio se señala que los detenidos fueron llevados a la Hostería de Liquiñe de propiedad de Tulio García, en donde fueron golpeados y se les mantuvo en una cabaña. Luego de ello fueron sacados amarrados y con su vista vendada siendo trasladados en vehículos. 

Por su parte, la familia de Salvador Alamos Rubilar señaló que el afectado fue detenido con anterioridad permaneciendo en esa condición desde el 18 al 28 de septiembre de 1973, por presunta vinculación con una emboscada fallida al Retén de Neltume. Sus aprehensores en dicha oportunidad fueron carabineros; lo detuvieron junto a su hijo Salvador de 17 años de edad. Alamos Rubilar fue torturado. Su arresto del día 10 de octubre de 1973 lo efectuaron militares en presencia de su hija Mirta Alamos, quien señaló que en el vehículo en que subieron a su padre amarrado de pie y manos, había más detenidos. La cónyuge del afectado, doña Elcira Figueroa, de inmediato inició su búsqueda en distintos lugares tales como: Batallón Logístico de Valdivia, Cárcel Pública, Fiscalía Militar de Temuco, etc. En cierta oportunidad y al entrevistarse con el Fiscal Militar, un Oficial de alta graduación que se encontraba allí presente intervino señalándole que el operativo lo llevaron a cabo Comandos Boinas Negras de Colina, por lo que las autoridades militares locales nada tenían que ver en ello, agregándole: "mejor guarde luto y duelo por el muerto".

Todas las víctimas antes señaladas, ejecutadas al margen de todo proceso, por agentes del Estado que violaron su derecho a la vida y luego ocultaron sus cuerpos impidiendo a sus familiares darles una digna sepultura, permanecen en calidad de detenidos desaparecidos.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS
No se tiene conocimiento que se hayan realizado gestiones judiciales.

Eliseo Maximiliano Tracanao Pincheira aparece en el informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, y en declaración jurada de su madre, Señora Margarita del Carmen Valenzuela González como Eliseo Maximiliano Tracanao Valenzuela. Debió rectificarse este apellido, debido a que el joven efectivamente en el Registro Civil aparece inscrito por su abuela con los apellidos Tracanao Pincheira. 
 


Someten a proceso a involucrado en caso Liquiñe

Fuente :El Mostrador – 23 Mayo 2001

Categoría : Prensa

El ministro de fuero, Juan Guzmán Tapia, resolvió esta noche someter a proceso en calidad de autor de secuestro calificado a Luis Osvaldo García Tapia, por el caso de Luis Armando Lagos Torres, de 50 años -obrero del complejo madaderero Panguipulli- militante socialista detenido en Curranco en 1973. 
Luis Lagos fue detenido en 1973 junto a otras 15 personas en el sur, en la denominada Caravanita Chica, en la Novena Región. 

Los 16 desaparecidos
Salvador Alamos Rubilar
José Héctor Bórquez Livican
Daniel Antonio Castro López
Carlos Alberto Callumán Callumán
Mauricio Segundo Curiñaco Reyes
Carlos Figueroa Zapata
Isaías José Fuentealba Calderón
Luis Armando Lagos Torres
Alberto Segundo Reinante Raipán
Ernesto Juan Reinante Raipán
Modesto Reinante Raipán
Luis Rivera Catricheo
Alejandro Antonio Tracanao Pincheira
José Miguel Tracanao Pincheira
Eliseo Maximiliano Tracanao Valenzuela
Bernarda Rosalba Vera Contardo


Juez Solís dictó la pena más alta hasta el momento en causas de DDHH

Fuente :26 de Enero 2006 El Mostrador

Categoría : Prensa

El magistrado condenó a 18 años de presidio mayor en su grado máximo a un retirado teniente coronel del Ejército por el secuestro calificado de 11 campesinos en Liquiñe.

El ministro Alejandro Solís dictó este jueves la pena más alta conocida para una causa vinculada a violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar encabezado por el general (R) Augusto Pinochet.

El magistrado condenó a 18 años de presidio mayor en su grado máximo como autor de delitos reiterados de secuestro calificado al teniente coronel (R) Hugo Alberto Guerra Jorquera, en el denominado “episodio Liquiñe”.

El fallo se basa en la represión que sufrieron a contar del 10 octubre de 1973 un grupo de 11 campesinos que simpatizaban con la Unidad Popular (UP), en el sector precordillerano de la Décima Región de Los Lagos.

Entre las víctimas se cuentan a Salvador Álamos Rubilar, José Héctor Bórquez Levican, Daniel Antonio Castro López, Carlos Alberto Cayuman Cayuman, Mauricio Segundo Curiñanco Reyes, Carlos Figueroa Zapata, Isaías José Fuentealba Calderón, Luis Armando Lagos Torres, Ernesto Juan Reinante Raipan, Modesto Juan Reinante Raipan y Luis Alfredo Rivera Catricheo.

El retirado oficial del Ejército fue además condenado a pagar una suma total de $ 250 millones como indemnización, en virtud de una demanda civil presentada en su contra por cinco familiares de los malogrados.

Los beneficiados, con $ 50 millones para cada uno, serán Miguel Ángel e Isaías Julián Fuentealba Lagos, así como Héctor Hernán, Hugo Raúl y Didier Antonio Figueroa Arraigada.

Adicionalmente, fue condenado el dueño de las Termas de Liquiñe, un civil identificado como Luis Osvaldo García Guzmán, quien en calidad de autor del secuestro calificado de Luis Armando Lagos Torres recibió una pena de cinco años y un día.

 


Corte confirma mayor condena por violaciones a DDHH en dictadura

Fuente :03 de Agosto 2007 El Mostrador

Categoría : Prensa

La Corte de Apelaciones de Santiago confirmó este viernes la condena a 18 años de prisión contra el coronel retirado Hugo Alberto Guerra Jorquera por el secuestro de 11 campesinos que fueron ejecutados en 1973 pero cuyos cuerpos nunca aparecieron, informaron fuentes judiciales.

Los campesinos eran de la localidad de Liquiñe y trabajaban en un complejo maderero de la zona.

El tribunal de alzada rechazó un recurso interpuesto por Guerra Jorquera para invalidar la condena impuesta por el juez Alejandro Solís en enero de 2006, que en la actualidad es la sentencia más dura dictada por violaciones de los derechos humanos.

El coronel retirado del Ejército fue condenado, asimismo, a pagar 250 millones de pesos (unos 480.000 dólares) como indemnización, en virtud de una demanda civil entablada en su contra por cinco familiares de las víctimas.

Según el Informe Rettig, que documentó las violaciones de los derechos humanos durante el régimen del fallecido dictador Augusto Pinochet (1973-1990), los obreros agrícolas fueron detenidos en un operativo conjunto de la policía de Carabineros del retén de Liquiñe, efectivos del Ejército y civiles.

Los campesinos fueron trasladados hasta el puente Villarrica, sobre el río Toltén, donde fueron ejecutados y sus cuerpos nunca fueron encontrados.

Entre los ejecutados se hallan los hermanos Modesto, Ernesto y Alberto Reinante Raipán, los tres obreros y miembros del sindicato del complejo maderero Panguipulli.

El abogado querellante, Nelson Caucoto celebró el dictamen porque, según dijo, confirma los crímenes y establece castigos ejemplares contra los imputados.


Labbé y el asesinato de 15 campesinos en Liquiñe a manos de los boinas negras

Fuente :elmostrador.cl, 23 octubre, 2012

Categoría : Prensa

Ni el actual alcalde ni ningún otro integrante de ese destacamento pudo ser procesado y condenado por estos crímenes de lesa humanidad, pese a estar consignada su participación en el operativo. Fuentes de tribunales y policiales coinciden en manifestar que “el pacto de secreto” que se juraron y la “nula colaboración con la justicia”, fueron dos razones para lograr eludir responsabilidades. Actuaron con vestimenta sin distinción de grados, de noche y con el rostro semicubierto según declaran testigos de las detenciones y para los habitantes de estos lugares precordilleranos “fue imposible reconocer a alguno”.

Cae la noche en un Santiago que aún tiembla bajo las bombas de los Hawker Hunter. Los hombres del teniente coronel Alejandro Medina Lois, descansan en el regimiento de Telecomunicaciones en Peñalolén. Son “la reserva estratégica” del general Augusto Pinochet instalado allí durante los primeros días del Golpe Militar. Comandos de elite de la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales que dirige Medina. Son los boinas negras.

Luego de las primeras 48 horas del asalto al gobierno de Salvador Allende, todo está bajo control. Allende muerto. Resistencia popular armada no hay. Los principales colaboradores del Presidente están detenidos. La revolución socialista ya es recuerdo. Humeante. Pesaroso. Trágico.

Pero una estocada inquieta la seguridad de los alzados victoriosos. La madrugada aún oscura del 12 de septiembre de 1973, un grupo de campesinos y jóvenes revolucionarios del sur en la precordillera de Valdivia, se convierte en alarma. Rodean el retén policial de Neltume, y exigen a los carabineros les entreguen armamento y munición si no están dispuestos a combatir a los golpistas. Entre ellos está el militante del MIR José Liendo Vera. El mítico y temido “Comandante Pepe”.

Los policías se niegan y abren fuego. Se inicia un tiroteo. Luego de un par de horas, el grupo que actúa desde el exterior se dispersa. Vuelve el silencio. No hay muertos ni heridos de ningún bando. A partir de entonces, el Complejo Forestal y Maderero de Panguipulli se torna uno de los principales objetivos de los militares. Se presume que en la zona operan guerrilleros de peligro. Pinochet ordena su eliminación. Nace la “Operación Leopardo”.

Para ello Pinochet crea la “Brigada Especial Antiguerrilla” con los boinas negras de la Escuela de Paracaidistas de Peldehue y otros preparados hombres para el combate. Al mando del general Nilo Floody, entre 250 y 300 militares son enviados a reprimir la insurgencia. Uno de aquellos, es el joven oficial Cristián Labbé Galilea.

La mayoría son máquinas de matar. Sus especialidades: instructor militar de montaña, con cursos de paracaidistas, comandos, guerra especial, asalto, guía, y explosivos y municiones.

Días después del Golpe, la brigada inicia el viaje desde Peñalolén a bordo de camiones militares. Llevan suficiente armamento y munición liviana y pesada. Van dispuestos a la guerra y a matar guerrilleros. “La brigada se hizo porque podía existir una guerrilla rural en el Complejo Maderero Panguipulli. Había que barrer con esos focos y si se producían enfrentamientos, la orden era abrir fuego”. Es Labbé quien declara ante los tribunales en diciembre de 2003 por los crímenes de 15 campesinos de Liquiñe, 150 kilómetros al este de Valvidia, cerca de la frontera argentina. Por primera vez, Labbé destapa su bien guardado secreto: reconoce que efectivamente fue parte de ese operativo.

Desde Brasil, donde antes del 11 de septiembre de 1973 cursó diversas técnicas para convertirse en la elite de la elite, Labbé retorna a la Escuela de Paracaidistas a la Dirección de Instrucción. O sea, no sólo es un boina negra común, sino es quién los adiestra. Durante el operativo en Liquiñe y otros lugares de la precordillera valdiviana, el actual alcalde de Providencia depende directamente del jefe máximo de los boinas, el teniente coronel Alejandro Medina, quien en este largo viaje fue el comandante de Estado Mayor del general Nilo Floody. “Mi labor dependía del comandante de Estado Mayor”, sostiene Labbé en su declaración judicial. Como se sabe, con esa preparación integral, fue luego uno de los adiestradores de los agentes de la DINA y propiamente un destacado integrante de esta organización ilícita criminal.

“Primero llegamos a Valdivia pero no sabíamos muy bien a qué íbamos. Se nos dijo sólo que el objetivo era combatir una guerrilla”, recuerda un suboficial boina negra que conversó con El Mostrador, pero prefirió mantener reserva de su identidad. Un día después, el suboficial sostiene que partieron rumbo a la precordillera, a la zona del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli y llegan a Liquiñe.

“Los boinas negras se instalaron en carpas en el patio del colegio de las monjas”, afirma en la investigación judicial Julián García, industrial dueño de las Termas de Liquiñe y la hostería. Se trata de la Escuela Misional Liquiñe.

Otro contingente militar al mando del teniente coronel Hugo Guerra Jorquera, que arriba antes desde Valdivia, instala su campamento en el amplio sitio de las mismas termas, según Julián García. Este es un reconocido anticomunista, de acuerdo a declaraciones judiciales de campesinos sobrevivientes.

Nace el complejo

El Complejo Forestal y Maderero Panguipulli se extendió entre los Baños de Chihuío por el sur, y Liquiñe por el norte, a unos 150 kilómetros al este de Valdivia. Llegó a contar con 360 mil hectáreas. Lo integran 22 fundos de grandes extensiones. A partir de fines de la década de los años 60, los predios son ocupados por integrantes del Movimiento Campesino Revolucionario (MCR), organización controlada por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). A 1973, trabajan allí más de 3 mil campesinos. No pocos siguen al “Comandante Pepe”, líder del MCR. Junto a Liendo Vera, a fines de los sesenta llega a la zona un puñado de estudiantes miristas para iniciar una “recuperación de tierras” junto a los campesinos.

 

Durante el operativo en Liquiñe y otros lugares de la precordillera valdiviana, el actual alcalde de Providencia depende directamente del jefe máximo de los boinas, el teniente coronel Alejandro Medina, quien en este largo viaje fue el comandante de Estado Mayor del general Nilo Floody. “Mi labor dependía del comandante de Estado Mayor”, sostiene Labbé en su declaración judicial. Como se sabe, con esa preparación integral, fue luego uno de los adiestradores de los agentes de la DINA y propiamente un destacado integrante de esta organización ilícita criminal.

 

Cuando Allende triunfa en 1970, su gobierno expropia los 22 fundos. Nace así, oficialmente, el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, como empresa filial de la Corporación de Fomento, Corfo. El sueño de construir el propio destino está cumplido. El complejo y el comandante Pepe se transforman en el terror de la derecha latifundista. Por ello, la venganza post golpe militar es feroz.

Luego del episodio del retén Liquiñe la madrugada del 12 de septiembre de 1973, el comandante Pepe junto a su mujer, Yolanda Ávila, y los militantes del MIR Luis Pezo y Pedro Barría, que usa muleta para caminar, se ocultan unos días y suben a la cordillera. Pero el 19 de septiembre son hallados y trasladados a la cárcel de Valdivia. La noche del 3 de octubre de 1973, Liendo Vera es ejecutado en el campo militar de Llancahue. Al día siguiente, son asesinados otros once miristas acusados de participar en el ataque al retén Neltume. Los crímenes son manejados por la Caravana de la Muerte del general Sergio Arellano, presente en Valdivia en esos días. Para ello, Arellano firma una sentencia de un falso Consejo de Guerra. Quien fuera luego segundo hombre de la DINA, Pedro Espinoza Bravo, asiste esa noche a presenciar la muerte de Liendo Vera.

Acusan a los boinas negras

La noche del 10 de octubre de 1973 jamás podrá olvidarse por los habitantes de Liquiñe. La hostería de Julián García opera como “cuartel general”. Desde allí sale la lista con los 15 campesinos que deben ser arrestados y muertos de inmediato. Según se establece en el proceso, Julián García y su hijo Luis, que esa noche visten de militar, aportan los nombres de quienes deben morir. Los boinas negras inician la redada junto a carabineros del retén Liquiñe, a cargo del suboficial Luis Anguita Castro. Ellos conocen bien a los elegidos.

De acuerdo al informe policial firmado por el subprefecto de la Policía de Investigaciones de Valvidia, Benjamín Leal Riquelme y el subcomisario Manuel Castro Contreras, en las detenciones de los campesinos del Complejo, José Miguel y Alejandro Antonio Tracanao Pincheira y su padre Eliseo Maximiliano Tracanao Valenzuela, participan “un cabo de Carabineros de apellido Quintana del retén Liquiñe y varios militares boinas negras”.

El dueño de las termas Liquiñe Julián García, declara judicialmente que “los boinas negras hacían las detenciones”.

El juez de letras de Villarrica a 1973, René García Villegas, sostiene en su libro “Soy Testigo” que uno de los cuerpos de los acribillados en el puente Toltén, permanece horas después en el río “enredado entre unas piedras, sin cabeza”.

Elcira Figueroa Arias, esposa de Salvador Alamos Rubilar, una de las 15 víctimas de Liquiñe, declaró en el proceso que, buscando a su esposo, “en la Fiscalía Militar de Temuco el capitán Ubilla me dijo que a la fecha de la desaparición de mi marido, (10 octubre 1973), se encontraba en la zona un operativo del Comando de Boinas Negras de Colina (Santiago) por lo que las autoridades militares locales ‘se lavaban las manos’ y que si mi marido cayó en manos de ellos,  ‘mejor guarde luto y delo por muerto”.

Sobre el puente del Toltén

Amarrados de pies y manos, los 15 campesinos son conducidos esa noche en dos camionetas en dirección a Villarrica. Uno de los vehículos lo aporta Julián García y lo conduce su hijo Luis. El otro lo facilita el comerciante Juan Carmach y lo maneja el chofer de la ambulancia de Liquiñe, Sixto Díaz.

En el puente sobre el río Toltén, los campesinos son  bajados y los boinas ordenan a ambos conductores alejarse. En pocos minutos, los detenidos forman una macabra alfombra humana tendida sobre el puente. De color rojo, como la sangre que mana a raudales de sus cuerpos acribillados por fusiles de repetición con munición de guerra. Abajo, las caudalosas aguas del río no alcanzan a aplacar el ruido de la metralla. Díaz y García la escuchan, como lo declaran luego judicialmente.

 

Después de Liquiñe, siempre en busca de guerrilleros, el contingente de boinas negras en que participa Labbé se dirige a otras localidades que comprenden el Complejo Maderero. Pero el suboficial con quien conversamos sostiene sonriendo irónicamente: “No encontramos a ninguno, no había nada, ni guerrilleros ni nada”. La Brigada Antiguerrilla permaneció en la zona hasta comienzos de diciembre de 1973 (…) Un par de días antes de la masacre nocturna de Liquiñe, en Chihuío, 25 kilómetros al sur de Liquiñe, son igualmente acribillados 17 integrantes del Complejo, todos campesinos que vivían en la zona con sus familias.

Uno a uno los cuerpos son lanzados al río. La lista Liquiñe está cumplida. Los ejecutantes piensan que las múltiples perforaciones de los cuerpos permitirán que se hundan y se pierdan para siempre río abajo hasta el mar.

Los boteros y la autoridad

Pero días después, boteros de la zona que ejercen la pesca descubren algunos cuerpos aferrados a ramajes de la ribera o atascados entre rocas. Dan aviso a Carabineros de Villarrica. Hasta el lugar concurre el secretario del Juzgado del Crimen de Villarrica, Osvaldo Wiegand Carrasco, con  el subcomisario de la subcomisaría de Villarrica, capitán Ramón Torrealba Guzmán.

En el proceso, el secretario Wiegand dice que logra salvar un par de cuerpos. Pero los boteros lo desmienten. Estos afirman que la orden que ellos reciben tanto del secretario como del subcomisario, es liberar los cuerpos de lo que los sujetan, y echarlos a correr río abajo para que desaparezcan. Los boteros Eliseo Rosas Maldonado y José Carrasco Rodríguez, son careados con Wiegand y Torrealba. Mantienen sus dichos en cuanto a que son obligados por ambas autoridades a soltar los cuerpos y devolvernos al torrente. Lo mismo confirman los boteros Guido Mora, Leopoldo Ghisolfo y Juan Yáñez Cares.

Después de Liquiñe, siempre en busca de guerrilleros, el contingente de boinas negras en que participa Labbé se dirige a otras localidades que comprenden el Complejo Maderero. Pero el suboficial con quien conversamos sostiene sonriendo irónicamente: “No encontramos a ninguno, no había nada, ni guerrilleros ni nada”. La Brigada Antiguerrilla permaneció en la zona hasta comienzos de diciembre de 1973.

Sin embargo, en la zona por donde se desplazan los boinas bajo el mando del general Floody y Medina Lois, además de los 15 de Liquiñe, son asesinados otros 30 campesinos del Complejo Maderero. Un par de días antes de la masacre nocturna de Liquiñe, en Chihuío, 25 kilómetros al sur de Liquiñe, son igualmente acribillados 17 integrantes del Complejo, todos campesinos que vivían en la zona con sus familias. En este operativo participan también integrantes del regimiento Cazadores de Valdivia. La razzia es apoyadas por helicópteros Puma de la Fuerza Aérea, que provienen de la Base Aérea de Maquehua de Temuco.

El secreto

Algunos otros oficiales que participan en la “Operación Leopardo” son: Carlos Parera Silva, Emilio Timmermann Undurraga, Arturo Bosch González, Manuel Pérez Santillán (agente DINA) y Sergio Candia Muñoz.

¿Por qué Labbé ni ningún otro integrante de los boinas negras pudo ser procesado y condenado por estos crímenes de lesa humanidad? Fuentes de tribunales y policiales coinciden en manifestar que “el pacto de secreto” que se juraron y la “nula colaboración con la justicia”, fueron dos razones para lograr eludir responsabilidades. De acuerdo a las fuentes, a ello se agrega que, por tratarse de un contingente desconocido de Santiago, que actuó con vestimenta sin distinción de grados, de noche y con el rostro semi cubierto según declaran testigos de las detenciones, para los habitantes de estos lugares precordilleranos “fue imposible reconocer a alguno”. El ex agente DINA, coronel retirado Cristián Labbé, sortea una vez más la cárcel, mientras espera ser reelecto como alcalde el próximo 28 de octubre.


Un día como hoy 10 de octubre hace 40 años

Fuente :resumen.cl, 10 de octubre de 2013

Categoría : Prensa

El 10 de octubre 1973, Ricardo Guillermo Pardo Tobar, 28 años a la fecha de detención, ex instructor boina negra fue detenido y ejecutado en Maipú, Santiago por Agentes del estado.

El 10 de octubre 1973, Juan Segundo Espinoza Valenzuela, 27 años, obrero agrícola, detenido en el Fundo Nehuentue, Carahue, IX Región por personal del Ejército. Desde entonces se encuentra desaparecido.

El 10 de octubre 1973, Jorge Ricardo Solar Miranda, 23 años dirigente poblacional, militante del MIR es detenido y ejecutado el día 11 de octubre en la Escuela de Infantería, San Bernardo, Stgo., por miembros del Ejército lo que indica que estaba claramente identificado como blanco militar.

El 10 de octubre 1973, Jean Eduardo Rojas Arce, 23 años, empleado de la fábrica de Cemento Melón, militante del MIR, es detenido en Quillota en casa de su novia por Carabineros y posteriormente fusilado por militares acusado falsamente de colocar carga de dinamita en la vía férrea. Ejecución Bando Nº.14.

Matanza en Liquiñe, 9 miristas ejecutados.

Con fecha 10 de octubre de 1973, fueron detenidas en el sector de Liquiñe, dentro del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, las siguientes personas:

– Luis Alfredo Rivera Catrilcheo, obrero maderero;

– Eliseo Maximiliano Tracanao Pincheira, es detenido en el domicilio de sus padres, obrero maderero, militante del MIR y miembro del M.C.R. Detenido desaparecido;

– José Miguel Tracanao Pincheira, es detenido en su domicilio, obrero maderero, militante del MIR y miembro del M.C.R. Es detenido desaparecido;

– Alejandro Antonio Tracanao Pincheira, es detenido en su domicilio, obrero maderero, militante del MIR y miembro del M.C.R. Detenido desaparecido;

– Salvador Álamos Rubilar, Industrial maderero, militante del PS;

– José Héctor Bórquez Levicán, obrero maderero, jefe de faenas del fundo Trafún, militante del M.C.R. Detenido Desaparecido.

– Alberto Segundo Reinante Raipán, obrero maderero, militante del MIR y miembro del M.C.R.;

– Ernesto Reinante Raipán, obrero maderero, militante del MIR y miembro del M.C.R.;

– Modesto Juan Reinante Raipán, obrero maderero, militante del MIR y miembro del M.C.R.;

– Luis Armando Lagos Torres, obrero maderero; Carlos Segundo Figueroa Zapata, obrero maderero, consejero por el Fundo Paimún ante el Sindicato del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, militante del PS;

– Mauricio Segundo Curinao Reyes, artesano carpintero, militante del PS;

– Isaías José Fuentealba Calderón Jefe de Área en el Fundo Trafún, del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, militante del MIR y miembro del M.C.R. Detenido desaparecido;

– Daniel Antonio Castro López, comerciante, corresponsal del diario «El Clarín» en Temuco. Carlos – – Alberto Cayumán Cayumán; y la profesora de Puerto Fuy, de 27 años de edad, militante del MIR, detenido desaparecido.

– Bernarda Rosalba Vera Contardo, profesora de educación básica, militante del MIR. Detenida desaparecida.

Las detenciones fueron practicadas por personal uniformado quienes portaban una lista con los nombres de los detenidos. El grupo aprehensor pertenecía al Grupo Nº 3 de Helicópteros Maquehua, de la Fuerza Aérea de Chile. Base en Temuco; algunos funcionarios de Carabineros de la dotación del Retén de Liquiñe y civiles del sector. Se movilizaban en vehículos de particulares, una camioneta del Servicio Agrícola y Ganadero (S.A.G.), un vehículo policial, una ambulancia del Retén de Liquiñe y contaron también con el apoyo de un helicóptero de la FACH. Los aprehensores actuaron divididos en varios grupos, que se juntaron en el cruce de Coñaripe, cercano a todos los lugares en que se practicaron las detenciones. Allí tomaron el camino a Villarrica, y alrededor de las 2:00 horas del día 11 de octubre de 1973, en el puente sobre el río Toltén procedieron a darles muerte y a arrojar sus cuerpos a las aguas. Algunos de los cadáveres fueron encontrados días después, por un grupo de personas que efectuaban trabajos en las orillas del río Toltén. Los cuerpos estaban metidos en sacos con piedras a fin de que no flotaran; no obstante ello, algunos cadáveres salieron a la superficie. De esta situación se dio aviso de inmediato a Carabineros, los cuales por orden del jefe de turno procedieron a empujar de nuevo los cuerpos a la corriente del río.