Vera Vargas Francisco

Rut:

Cargos:

Grado : Suboficial

Rama : Carabineros


Causa Rol Nº 2.182-98: episodio Coelemu

Fuente :Poder Judicial, 21 de Abril 2011

Categoría : Prensa

VISTOS:

Se instruyó este proceso, rol Nº 2.182-98, episodio "Coelemu”, para investigar la existencia de los delitos de secuestro cometidos en las personas de Luis Bernardo Acevedo Andrade, Omar Lautaro Henríquez López y de Arturo Segundo Villegas Villagrán, por los cuales se acusó a fojas 2888 a: 1) José René Jara Caro 2) Heriberto Osvaldo Rojas Jiménez 3) Beniamino Antonio Bozzo Basso 4) Juan Lorenzo Abello Vildósola 5) Carlos Alberto Aguillón Henríquez 6) Sergio Arévalo Cid 7) Renato Guillermo Rodríguez Sullivan y 8) Maximino Cares Lara.

65) Declaración de Francisco Vera Vargas, el que a fojas 1999 (copia de sus dichos prestados el 18 junio de 2006 ante el Ministro de la Iltma. Corte de Apelaciones de Concepción don Carlos Aldana) señala que, en 1974, mientras prestaba servicios en el Departamento de Inteligencia de Concepción, llegaron alrededor de 100 a 120 detenidos, a los que le correspondió identificar. Una vez identificados, eran interrogados por un equipo especial a cargo del Capitán Graff de Carabineros quien, además, decidía quien quedaba detenido y quien pasaba a la Armada y quien quedaba libre; no participó en los interrogatorios pero fue llamado por funcionarios de guardia para que fuera a ver un detenido que estaba desmayado y se veía mal. Le sacó las vendas y se dio cuenta que era la persona que se había identificado como el Alcalde de Coelemu. Le dijo a su superior, el Capitán Arévalo Cid, que había que llevarlo al hospital pero éste le señaló que no y que lo llevara a un vestuario a reponerse para que se recuperara, a cargo del Sargento Cares. Habían pasado varios días mientras se hacían los interrogatorios. El Capitán Arévalo le dijo que había que pedir autorización a la Jefatura para sacar a una persona que había fallecido y que él sabía que era el Alcalde de Coelemu. Partieron un grupo de 6 funcionarios a cargo de un Sargento 1° a la Jefatura a pedir instrucciones para ver qué se hacía con el cuerpo y en ese grupo iba “Cazuela” Muñoz, Venegas y los Capitanes Graff y Arévalo. Se trasladaron en la noche a la 1ª. Comisaría y sacaron el cuerpo del Alcalde; estaba el Teniente Rodríguez de guardia, quien le entintó el dedo pulgar al cadáver y lo puso en el Libro como que había salido en libertad e incluso le sacó una fotocopia a dicha página. El Libro fue destruido posteriormente El cuerpo fue trasladado en un auto de una funeraria. Todos fueron en el mismo vehículo. Llegaron hasta un sector del camino a Santa Juana y hacia orillas del Bío-Bío se enterró a esa persona. Cavaron con pala Graff, Arévalo y Muñoz y él se quedó haciendo guardia, junto al chofer. Se le enterró desnudo, como a metro y medio y la ropa se la pasó a él el Capitán Arévalo con la instrucción que la destruyera. Terminaron y se fueron una hora y media después. Agrega que en 1980 recibió órdenes del Capitán Vallejos, nuevo jefe de Inteligencia de Concepción, en cuanto a que por órdenes del Gobierno había que cambiar de lugar a los desaparecidos o quemarlos. Entre el personal que participó estaba él, “Cazuela Muñoz”, el Sargento Zambrano y otro de OS 7, pero que él y “Cazuela” “se pusieron de acuerdo para no ir al lugar exacto para no estar nuevamente involucrados”…A fojas 2089, en declaración prestada ante la Policía de Investigaciones, manifiesta”…el Alcalde de Coelemu fue detenido por Carabineros de esa comuna y trasladado en bus, junto a otros detenidos, hasta la 4ª. Comisaría de Concepción”. Desconoce quienes eran esos funcionarios. Señala que a principios de mayo de 1974, alrededor de las 17 horas, se encontraba en el patio del edificio ubicado en Salas con San Martín, junto a los funcionarios Venegas, Cares, “Cazuela” Muñoz, “Loco” Jara y Jorge Yévenes, custodiando alrededor de 50 detenidos con su vista vendada. En uno de esos momentos, un detenido cayó al suelo, pudiendo identificarlo como el Alcalde de Coelemu, por cuanto ya tenía conocimiento de su presencia. Se le acercó y lo vio mal de salud, dándole la impresión que había sido torturado, por lo que se dirigió hacia el Capitán Arévalo para dar cuenta de ello y con el fin de trasladarlo a un hospital, pero Arévalo le dijo que” lo dejara así no más, para que se muriera”. Luego, le ordenó a Cares y a Jara que lo trasladaran a una sala especial de detenidos donde se guardaban los equipos de Fuerzas Especiales. Luego, como a las 20,00 horas, Cares le informó que un detenido había muerto, fue a ver y constató que era el Alcalde. Fue nuevamente donde Arévalo quien le dijo que lo dejara así, porque lo iban a enterrar. Más tarde, Arévalo hizo una reunión con el personal del SICAR para informar sobre el fallecimiento, reunión en que estaban Graff, Venegas, Cerna, Hermosilla y Mardones.

Luego trasladaron el cuerpo a la guardia de la 4ª. Comisaría, lugar donde el Oficial de Guardia, Subteniente Rodríguez Sullivan entintó el dedo pulgar del muerto y lo estampó en el Libro de Guardia. Alrededor de las 00,00 horas, por orden de Arévalo, el cuerpo fue sacado en un vehículo tipo carroza que tenía de cargo la SICAR, conducido por un Carabinero, cuyo nombre no recuerda, de dotación de la 4ªComisaría. Se trasladaron camino a Santa Juana para la sepultación. Concurrieron Arévalo, Graff, Hermosilla, “Cazuela” Muñoz, Venegas, Cerna, Mardones, Jara y él. En la ribera del Bío-Bío, Muñoz, Hermosilla y Jara procedieron a cavar un hoyo, desvistieron completamente el cadáver que, recuerda, usaba chomba color burdeos, metieron el cuerpo al hoyo de un metro y lo taparon. Arévalo le ordenó destruir las ropas. Al día siguiente, junto al “Cazuela”, en su vehículo particular, un furgón blanco Subaru, fue hasta la desembocadura del río, donde botó las vestimentas. Señala que Arévalo se entendía directamente con el Mayor Pinares aunque SICAR dependía de la Prefectura, pero que, sin embargo, las órdenes eran encomendadas por la Zona. Según tiene entendido, sobre diligencias y resultados de los procedimientos de SICAR no se informaba a la Prefectura de Concepción. Posteriormente, en 1980, recibió una orden del jefe de SICAR de esa época para buscar los restos del Alcalde, diligencia a la que fue junto al “Cazuela” Muñoz, Pedro Zambrano y un funcionario de OS 7, pero que con “Cazuela”Muñoz decidieron “cavar en otro lugar para no encontrar el cuerpo”. A fojas 2111, en declaración compulsada, prestada el 7 de septiembre de 2006 ante el Ministro señor Carlos Aldana, indica que el día de los hechos, vio al Alcalde vendado, amarrado, formando fila y que no fue torturado en la 4ª. Comisaría. En un momento, se derrumbó y cayó al suelo y corrió a levantarlo, pero no pudo revivirlo y llamó a Cares para que lo ayudara y lo llevaron a una pequeña oficina donde había armamento y allí lo dejaron. Cares le dijo que estaba muerto, como a la media hora después. Le dijo a Arévalo sobre la situación y que había que llevarlo al hospital pero que le dijo que lo dejaran allí. Dice que Graff no sabía de la situación porque se encontraba interrogando. Esto ocurrió alrededor del mediodía. Estima que el Alcalde no estuvo más de 24 horas en la 4ª Comisaría, desde que llegó hasta que sacaron el cuerpo. Arévalo habló con la jefatura (Zonal, según él) y le dijeron que había que enterrar el cuerpo. En la noche se formó lo que él llama “grupo de combate” integrado por “Cazuela” Muñoz, Venegas,“Loco” (Jara), que se mató tiempo después, Arévalo y “Pato” Cerna. Para sacar el cuerpo alguien trajo un auto de una funeraria, “por pura facha”, ya que metieron el cuerpo sin cajón. Antes de sacarlo, el jefe de guardia, Rodríguez Sullivan le entintó el dedo pulgar para hacerle la “filpol”, para justificar su detención, como que había sido puesto en libertad. Fueron hacia el camino a Santa Juana. Cavaron “Cazuela” y “Chico” Arévalo. Después de enterrarlo, se fueron del lugar sin conversar nada sobre ello. A fojas 2413, ratifica judicialmente sus dichos policiales


Dictan sentencia en casos de detenidos desaparecidos de Coelemu y Penco

Fuente :Tribuna del Bio-Bio, 4 de Mayo 2011

Categoría : Prensa

El ministro de fuero Alejandro Solís dictó sentencia de primera instancia en la investigación por los secuestros calificados de Luis Acevedo Andrade, Omar Henríquez López y Arturo Villegas Villagrán, ocurridos los dos primeros en la comuna de Coelemu y el último en Penco, Octava Región, a partir de octubre de 1974.

La investigación por los casos de Coelemu, que corresponden al ex alcalde Luis Acevedo Andrade, detenido el 30 de abril de 1974, y de Omar Henríquez López, militante socialista, detenido el 6 de septiembre de 1974, fueron también indagados por el ministro de fuero Juan Guzmán Tapia, en el marco de más de 200 querellas que sustanciaba en contra de Augusto Pinochet.

En el curso de esas investigaciones, el entonces ministro Guzmán realizó una serie de diligencias, incluyendo excavaciones en búsqueda de restos de posibles víctimas. Una de ellas se verificó el 14 de marzo de 2011 en el sector de Maitenco Bajo, a orillas del río Itata, en la comuna de Trehuaco, donde gracias a la información proporcionada por un testigo, se pudo exhumar los restos de un cuerpo. Sin embargo, pericias practicadas posteriormente descartaron que correspondiera a algunos de los dos casos de detenidos desaparecidos de Coelemu.

En mayo de 2001, el ministro Guzmán realizó otras indagaciones en el sector Las Nieves, a unos 20 kilómetros de Coelemu, donde se señalaba que en 1977 habría sido enterrado el cuerpo de un hombre que fue encontrado flotando en las aguas del río Itata. Posteriormente se produjo un hallazgo de osamentas en las inmediaciones de la Comisaría de Coelemu, sin que hasta la fecha se haya establecido su identidad.

Luego de la renuncia de Guzmán al Poder Judicial, el caso volvió a manos del Ministro Alejandro Solís, que lo indagaba inicialmente, quien en el 24 de agosto, sometió a proceso a cuatro carabineros en retiro como encubridores del secuestro calificado del ex alcalde de Coelemu, Luis Acevedo Andrade. El ex edil comunista fue visto con vida por última vez en la actual comisaría central de Concepción, tras ser detenido por la policía uniformada.

La resolución afectó a los generales (r) Sergio Arévalo Cid, Renato González Sullivan y los ex suboficiales Máximo Cares Lara y Francisco Vera Vargas, a quienes se les procesó por encubrimiento

La sentencia

Más de tres años después y luego de nuevas diligencias, el ministro Solís dictó sentencia de primera instancia en el caso de Acevedo y Henríquez y también en la situación que afectó a Arturo Villegas Villagrán, taxista, ex dirigente sindical de Fanaloza, de militancia socialista, que fue detenido el 18 de septiembre de 1973 por una patrulla de carabineros al mando del teniente, Juan Avello e integrada por el sargento Luis Alberto Benítez Venegas y los cabos Franklin Crisosto Maldonado y Carlos Burdiles Pedreros, todos pertenecientes a la Comisaría de Penco.

Es así como Solís dictaminó la pena de 10 años y un día de presidio, sin beneficios, para Juan Avello Vildósola, como autor del secuestro calificado de Arturo Villegas. Y de Carlos Aguillón Henríquez, a tres años de presidio como cómplice del secuestro calificado de Arturo Villegas.

En el caso de Luis Acevedo, se condenó a Heriberto Rojas Jiménez y a José Jara Caro, a la pena de diez años y un día, sin beneficios, como autores del secuestro calificado del ex alcalde de Coelemu. En tanto, que los generales en retiro Sergio Arévalo Cid y Renato González Rodríguez Sullivan y el ex suboficial Maximino Cares Lara a la pena de 541 días de presidio cada uno, como encubridores del secuestro de Luis Acevedo, pero a los tres se les concedió el beneficio de la remisión condicional de la pena.

En cuanto a la situación de Omar Henríquez, el ministro Solís condenó a Beniamino Bozzo Basso, a la pena de 3 años de presidio como cómplice del delito de secuestro, con el beneficio de remisión condicional. Ahora estas condenas deberán ser vistas por la Corte Suprema.