Rut:
Cargos: Creador del CIRE (Centro de Inteligencia Regional) Intendente: Magallanes y Antártica (1977), Bio-Bio (1977-1978) Embajador en Israel (1983)
Grado : General
Rama : Ejército
Organismos : Servicio de Inteligencia Militar (SIM)
Año Fallecimiento : 2013
El torturador que pasó por víctima
Fuente :lanacion.cl, 22 de Abril 2007
Categoría : Prensa
En 1974, el detective Arturo Eugenio Garay González se integró a un grupo similar al Comando Conjunto que operó en la Base Naval de Talcahuano . Participó en la desaparición del ex GAP Rudy Cárcamo, presenció el asesinato del alcalde de Cañete, Elías Jana, y fue reconocido como un feroz verdugo. Hoy recibe beneficios destinados a prisioneros políticos.
El protagonista de esta historia no tiene rostro. No hay fotos suyas en la prensa. Sólo existe registro de su voz. De la ocasión que llama a este diario la noche del jueves 12 de abril, para inquirir por este artículo. “Qué te preocupái ahora de un agente olvidado”, se queja con amargura. Abrumado por deudas, considerado un traidor por sus ex compañeros, cuenta que lo andan buscando, que se mueve de un lado a otro, que tiene una vida jodida. Antes de colgar promete fijar un encuentro. Éste jamás se lleva a cabo.
Lo cierto es que la vida de Arturo Eugenio Garay González, subcomisario retirado de Investigaciones, 61 años, víctima inscrita en el Informe Valech con el número 9.481, se jodió hace tiempo. Para ser exactos, 33 años atrás. En los primeros meses de 1974, el día en que flanqueó la entrada de la Base Naval de Talcahuano e ingresó a un sector convertido en campo de prisioneros y centro de tortura.
Ese día, el joven Garay dejó de ser detective y se convirtió en verdugo. Como agente del Centro de Inteligencia Regional (CIRE), una especie de Comando Conjunto creado en enero de ese año por el jefe de la Tercera División del Ejército, Nilo Floody Buxton, y el comandante de la Base Naval, Antonio Costa Bobadilla, para actividades represivas en la Octava Región, Garay se dedicó un año a detener gente y aplicarle tormentos. Hay gente que lo recuerda.
“ÉL FUE MI TORTURADOR”
El siquiatra Luis Enrique Peebles Skarnic tiene un año menos que Garay. Fue una de las personas que sufrió su mano en la picana eléctrica. Cuando habla, la voz de Peebles se hace leve como los murmullos de un niño. O los de un cura confesor. Sentado detrás de un pequeño escritorio en un box del área de salud mental del Hospital Barros Luco, su aspecto calmo no se condice con el infierno que se lo tragó en diciembre de 1974. Ese mes, el joven secretario general de lo que quedaba del MIR en Concepción fue detenido en el Paso Los Libertadores y trasladado a la Base Naval de Talcahuano.
A merced de Garay y el grupo de interrogadores del CIRE (compuesto por el jefe de Inteligencia Naval de la zona, Hugo González D’Arcangelis: los oficiales navales José Cáceres González y Víctor Donoso Barrera; el funcionario de Investigaciones Osvaldo Harnisch Salazar y el oficial de Carabineros Conrado Sesnic), Peebles se inició en los laberintos del horror. Éstos, más tarde, lo conducirían a Colonia Dignidad, Villa Grimaldi, Tres y Cuatro Álamos, las otras estaciones de su averno que terminó en julio de 1975, cuando fue expulsado del país y se exilió en Bélgica.
Peebles tiene clara la participación de Arturo Garay González en sus sesiones de tormento. “Él fue uno de mis torturadores directos”, dice. “Al principio no sabía quién era. Pero después de una hora escuchas las voces, te das cuenta de a quién pertenece la voz de mando. Y este tipo era el jefe de grupo de los cinco o seis que torturaban y salían a detener gente. No sólo lo oí, también lo vi”, dice Peebles, y prosigue su crudo relato: “Después de meterme electricidad por todos lados, de hacerme ‘el submarino’ en un tambor con agua asquerosa, de darme guaraca, terminaba la tortura”, dice y toma aire. “Ahí le preguntaba si esa noche pensaba hacer el amor con su mujer. Si le habían pagado bien. Si lo que hacía cumplía las expectativas que tenía cuando entró a la institución. Si después del trabajo tenía reunión de apoderados. O si acaso éste era el gobierno de las Fuerzas Armadas que esperaba”.
El 21de febrero de 2006, Peebles volvió a ver a Garay. No lo reconoció hasta que empezó a hablar, dice el facultativo. Fue en las propias dependencias de la Base Naval de Talcahuano, en la reconstitución del asesinato y desaparición del mirista y ex GAP Rudy Cárcamo Ruiz, “El vietnamita”, ordenada por el juez Carlos Aldana. Junto a Peebles, otro ex prisionero, Jaime Oehninger, reconoció a Garay como uno de sus celadores, e identificó también a los procesados por la desaparición de Cárcamo: González, Cáceres, Donoso, Harnisch y Sesnic.
El siquiatra estuvo a escasos centímetros de distancia del torturador. Como en una broma macabra del destino, les tocó compartir el bus que la Armada destinó para el juez y las víctimas. Los ex compañeros de Garay en el CIRE no estuvieron dispuestos a recibir a un traidor en su vehículo: el detective estaba allí en calidad de testigo, ratificando el siguiente testimonio judicial donde relata lo que le pasó a “El vietnamita”:
“Fundamento mi presunción de que fueron el teniente Cáceres, Sesnic y el inspector Harnisch quienes participaron en el interrogatorio en que falleció Rudy Cárcamo, ya que la mayoría de los interrogatorios al interior de la base naval los practicaban ellos tres junto a mí. Como ese fin de semana yo estuve en Cañete, y ellos se quedaron, lo más probable es que hayan sido ellos los que interrogaron a Cárcamo. Al llegar ese lunes a la base naval, mis compañeros de interrogatorio me comunicaron que había un ‘fiambre’, por lo que había que deshacerse de él. En ese momento consulté de quién se trataba, y a regañadientes me respondieron que era ‘El vietnamita’”.
En la reconstitución salieron a la luz otros homicidios cometidos por la Armada en ese recinto. Entre ellos, el asesinato en febrero de 1975 de Elías Jana Santibáñez, alcalde socialista de Cañete en la época del golpe de Estado, relatado al juez por Peebles y confirmado por Garay.
“ÉL FUE MI INTERROGADOR”
En 1975, Garay volvió a Investigaciones. Pero su pasado le había dejado secuelas. Fue sancionado varias veces por faltas consideradas graves en la institución y se desmoronó de a poco hasta que pasó a retiro, en septiembre de 1986.
Quizá por esto, la historia que contó a los profesionales de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura no es la del carnicero que evocan los ex presos de la base naval. En la ficha que llenó para el Informe Valech dice que fue prisionero político. Que en la mañana del 11 de septiembre de 1973 fue apresado por su presunta militancia comunista y que estuvo detenido durante 20 días en la Isla Quiriquina. Así lo aseguró en una declaración judicial, al menos.
Su relato fue convincente y pudo acogerse a los beneficios que se otorgan a los “Valech”: una pensión mensual de 112.817 pesos, bonificación de 100 puntos en la postulación al subsidio habitacional, acceso a salud gratuita en el Programa de Reparación y Atención Integral en Salud (Prais) y una beca de estudios de educación superior, que él probablemente no usará debido a su edad. Como víctima acreditada, Garay postuló y accedió a un bono de 184 dólares otorgado por la Fundación Presidente Allende, de España, proveniente del fondo de 9 millones de dólares que ésta obtuvo del Banco Riggs de Washington, como indemnización por haber escondido los dineros negros del ex dictador.
Pero dos detectives de la Prefectura de Investigaciones de Concepción cuentan una historia distinta a la de Garay. Dicen que él nunca estuvo detenido en isla Quiriquina. Y lo saben porque ellos estuvieron allí. En la mañana del Golpe, funcionarios de Carabineros llegaron muy temprano y se tomaron la prefectura, con un saldo de dos muertos. A medida que los detectives iban llegando a su trabajo, los carabineros salían de su escondite y los reducían. Detuvieron a 100 policías y los trasladaron a la base naval; luego, algunos fueron enviados a la isla. “En la época, Garay no estaba en la prefectura”, dice Renato Czischke, uno de los efectivos. “Tampoco lo vi en los 18 días que estuve preso en la Quiriquina. Yo fui de los últimos en abandonar la isla. Si hubiese estado me acordaría”, agrega.
El relato de Roberto Arriagada Venegas es similar. Pese a que alcanzó a estar tres días en la isla antes de ser liberado y devuelto a sus funciones en Investigaciones, nunca vio a Garay en el lugar.
La alarma sobre este caso la dio Erick Zott, otro ex prisionero del campamento de Talcahuano . Radicado en Austria , Zott vino a Chile el año pasado para prestar declaración en el caso de Rudy Cárcamo. Cuando se enteró que Garay aparecía como víctima en el Informe Valech se escandalizó. “Por el rol que él cumplía en los interrogatorios no era un cualquiera. Era de los que llevaba la investigación sobre el MIR en la zona de Concepción”, dice Zott, quien conoció a Garay en el campo de prisioneros donde estuvo detenido a fines de 1975. “En la base naval debo haber estado tres a cuatro semanas. Pero como yo llevaba un año detenido, el proceso no era el característico de cuando te detenían. Obviamente había presión. No hablo de torturas, pero él fue uno de mis interrogadores”, cuenta Zott. “Si se coló en el Informe Valech un agente de los organismos represivos, ¿por qué no podría haber otros más?”, se pregunta.
Imposible saberlo, explica la ex vicepresidenta de la comisión, María Luisa Sepúlveda. Cuando se presentó el informe, el Gobierno decretó que los antecedentes de las víctimas acreditadas en él son secretos y sólo podrán conocerse en 50 años más. Es más, la propia Sepúlveda desconoce qué documentos presentó Garay al Informe Valech.
Oficiales del CIRE a rueda de presos
Fuente :piensachile.com, 25 de Febrero 2009
Categoría : Otra Información
Comunicado de Prensa
Comisión de Trabajo de ex PP MIR Concepción
Los cinco oficiales de la Armada Nacional y de la Policía de Investigaciones y Carabineros de Chile, en retiro, procesados por el secuestro en noviembre de 1974 y ejecución del militante de la resistencia popular y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Rudy Cárcamo Ruiz, deberán comparecer el próximo 22 de febrero a la diligencia procesal de Reconocimiento en Rueda de Presos, decretada por la Corte de Apelaciones Concepción recientemente.
Estos malhechores constituían parte de la jefatura del grupo operativo instalado en dependencias de la Base Naval de Talcahuano, conocido como Ancla Dos, integrante del Centro de Inteligencia Regional (C.I.R.E.) dirigido por el Jefe del Departamento de Inteligencia del Ejército de la Tercera División Sergio Torres Gundian.
Para la diligencia será necesario trasladar hasta las oficinas del Ministro en Visita Extraordinaria Carlos Aldana, juez sustanciador del proceso, a un conjunto indeterminado de delincuentes comunes actualmente recluidos en la cárcel El Manzano, para mezclarlos con cada uno de los procesados a fin de que testigos del secuestro de Rudy Cárcamo puedan establecer la identidad de los secuestradores. Se hará una combinación de quienes actualmente purgan sus delitos en la cárcel local con los procesados por el secuestro y muerte en tortura de Rudy Cárcamo en la Base Naval de Talcahuano.
Los procesados por crímenes de lesa humanidad que deberán comparecer junto a sus colegas maleantes comunes son:
HUGO NELSON GONZALEZ D’ARCAGELI, Capitán de Navío (R) Jefe del Departamento de Inteligencia Naval y Jefe del campo de prisioneros de la Base Naval de Talcahuano, Ancla Dos, lugar de reclusión, tortura y muerte de los combatientes de la resistencia popular, domiciliado actualmente en calle Vicuña Mackenna Nº 626, Reñaca.
JOSÉ RAÚL CACERES GONZALEZ, Capitán de Navío (R), Oficial de Infantería de Marina, el mejor oficial de inteligencia (torturador) del Ancla dos, certificado por el Comandante del C.I.R.E. de probada crueldad en el Fuerte Borgoño de Talcahuano en la represión en agosto de 1973 a los marinos constitucionalistas que se oponían al golpe de estado; actualmente domiciliado en calle Los Abedules 1240 Bosque Montemar Con-Con y profesor de la Universidad de Chile.
VICTOR DONOSO BARRERA Capitán (O.M.) (R) de la Armada, secuaz de González D’Arcangeli, jefe de torturadores del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E, domiciliado en 3 Norte N° 916 depto. 22 en Viña del Mar.
CONRADO ALFREDO CESNIC GUERRICABEITIA
Coronel (R) de Carabineros, miembro del SICAR (Servicio de Inteligencia de Carabineros) integrante del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E. domiciliado en Colón 4840, Las Condes, Santiago.
OSVALDO FRANCISCO HARNISH SALAZAR, prefecto inspector (R) de la Policía de Investigaciones, jefe de torturadores, miembro del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E. domiciliado en calle La Serena Nº 60 Puerto Montt.
El C.I.R.E., Centro de Inteligencia Regional, fue constituido en enero de 1974 por decisión del Comandante en Jefe de la Tercera División del Ejército General de División Nilo Floody Buxton y del Comandante de la Segunda Zona Naval de Talcahuano. Sus oficinas principales estuvieron ubicadas en Concepción, en la esquina de Barros Arana con el pasaje Portales, tercer piso. El grupo operativo encargado del secuestrado, tortura y ejecución de los prisioneros fue instalado en la Base Naval de Talcahuano, en el conjunto de edificaciones constituido por el Gimnasio techado, el Estadio Francisco Acosta y la Guardería Infantil, conocido globalmente como Ancla Dos. A esta guarida de maleantes fueron destinados numerosos infantes de marina, marinos, militares, carabineros y detectives encargados de allanamientos, secuestros, tortura y muerte de prisioneros, quienes han desfilado durante los últimos años por el despacho del Juez del Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano y recientemente por el despacho del Ministro en Visita Carlos Aldana en Concepción. Esta asociación de malhechores funcionó en estrecha colaboración con la DINA, y luego con la CNI y Colonia Dignidad, hasta fines de 1.978, intercambiando prisioneros y personal.
El jueves 22 de febrero los procesados deberán someterse al “Reconocimiento en Rueda de Presos” mezclados con maleantes habituales que purgan delitos de mínima consideración comparados con estos sujetos que gozan de libertad bajo fianza en espera de su juzgamiento y condena por sus crímenes atroces, vergüenza de nuestra comunidad.
NADIE PERMANECERÁ OLVIDADO, LA REIVINDICACIÓN DE LA MEMORIA DE LA RESISTENCIA SERÁ EL CASTIGO DE LOS CRIMINALES DE LA DICTADURA.
Rol Nº 24.428: apremios Ilegítimos en las personas de Antonio Inostroza Segura y otros
Fuente :Poder Judicial, 31 de Octubre 2023
Categoría : Judicial
A.1 ANTONIO INOSTROZA SEGURA (32 años de edad a la época de los hechos) quien declara de fs. 3 a fs. 4, de fs. 5 a fs. 7, de fs. 48 a fs. 50 (tomo I) y a fs. 779 (tomo III). En declaración judicial de fs. 3 a fs. 4 (Tomo I) divulgó que conoció personalmente al Sr. Eliseo Jara Ríos y trabajaron juntos durante varios años en la actividad política formando parte ambos de la directiva de la Unidad Popular en Victoria. Cuando él ingresó detenido a la Cárcel Pública de Victoria en los primeros días de octubre de 1973,
Eliseo Jara ya había sido encarcelado desde el 12 de septiembre. Fue sacado de la prisión para ser interrogado en el Regimiento Miraflores de Traiguén en donde estuvo una decena de días que calificó como horribles al regresar a prisión alrededor del 25 de octubre, detalló las horrendas torturas a que fue sometido, descargas eléctricas y colgamientos prolongados para ser lanzado a un tambor con agua en donde lo mantenían hasta casi ahogarlo, reanimándolo después para repetir la operación una y otra vez. Relató que estas torturas eran ejecutadas personalmente por el Capitán Bravo de esa dotación quien oficiaba al mismo tiempo de Fiscal Militar. Estaba convencido que le iban a ejecutar.
Un día sábado, el 27 de octubre tal vez, fue sacado temprano por militares. Se despidieron de él y le desearon buena suerte, pero el volvió a reiterar que no volvería vivo y se abrazó a cada uno de ellos, una veintena de prisioneros en el mismo patio Nº 5 de la cárcel. Ese mismo día sintieron los helicópteros que sobrevolaban la ciudad que correspondían según noticias radiales a fuerzas especiales al mando del Teniente Coronel Nilo Floody responsable de la "Operación Peineta", librar de extremistas todo el sur del país. Los diarios de la época dieron cuenta de la ejecución de Eliseo Jara Ríos por intento de fuga, aunque su estado físico quebrantado por las torturas en Traiguén y las esposas con que salió de la cárcel hacen ridícula tal afirmación de la información entregada por la Gobernación.
A.2 JORGE BRAVO VERGARA (32 años de edad a la época de los hechos) quien depone de fs. 10 a fs.12, de fs. 310 a fs.312 (tomo I), de fs. 367 a fs. 368 (tomo II). En declaración judicial de fecha 31 de julio de 2012 rolante a fs. 10 a fs. 12 (Tomo I) afincó que llegó al Regimiento "Miraflores" de Traiguén a fines de 1972 o principios de 1973, permaneciendo hasta fines de 1974, siendo destinado a Calama. El Comandante del Regimiento Miraflores era Elio Bacigalupo Soracco, desempeñándose como segundo Comandante el Mayor Patricio O'Ryan. Estaba encuadrado en la Batería de Plana Mayor como Comandante, pero después del 11 de septiembre fue designado Fiscal Militar dependiente del IV Juzgado Militar de Valdivia.
Después del 11 de septiembre de 1973 se creó la Fiscalía Militar en Traiguén haciéndose cargo de esta oficina. Junto con su persona trabajaba un Sargento al parecer de nombre Jorge Espinoza Véliz, aunque no está muy seguro. Recuerda que fue un Coronel de ejército, al parecer auditor, que fue desde Valdivia y le dio las instrucciones para tomar declaraciones y hacer funcionar la fiscalía. Además, hubo un abogado, cuyo nombre no recuerda, pero que fue Diputado por la UDI durante un período, quien colaboró en esta actividad como asesor. A la pregunta, como fiscal tuvo la labor de citar e interrogar a los civiles que eran reconocidos como militantes de partidos políticos en Traiguén o de aquellos que atentaran contra la seguridad del estado. Fue apoyado en las citaciones por carabineros e investigaciones de Traiguén. Recuerda al Capitán Valderrama de carabineros entre los colaboradores. A la pregunta, sí hubo detenidos por motivos políticos en Traiguén quienes permanecían en la cárcel de esa ciudad. Los detenidos eran interrogados en dependencias del casino de la unidad. A la pregunta, nunca le correspondió interrogar personas que estuvieran detenidas en Victoria. Respecto de los hechos materia de esta investigación, exclamó que no se enteró de la muerte de dos personas en Victoria.
Los nombres de Pedro Muñoz Apablaza y Eliseo Jara Ríos no le resultan conocidos. A la pregunta, recuerda la presencia de fuerzas especiales en la zona en 1973, porque un amigo suyo de nombre Gerardo Huber y que era Capitán de inteligencia pasó a saludarlo un día. Sin embargo no le dijo en qué andaba ni con quiénes. A su pregunta, de acuerdo a la información que se le da, cree que el Teniente Pereira era el oficial de Inteligencia del regimiento Miraflores. A la pregunta, puede ser que haya habido apremios ilegítimos en el regimiento Miraflores de Traiguén. Esto porque las fuerzas militares no son fuerzas policiales y no están preparadas para los interrogatorios y no tienen psicología o instrucción de tratamiento a los detenidos .
A la pregunta, podría ser que en algunos interrogatorios que él practicó haya golpeado a algún detenido. Estos fueron golpes de puños solamente y no violentos. También aplicó electricidad de bajo voltaje a algunos detenidos, utilizando un dínamo de teléfono. Esto no era una actividad usual ni atentaba contra su salud, aplicándolo sólo con los detenidos que eran agresivos y poco colaboradores.
El Tribunal le leyó la declaración de Antonio lnostroza Segura, rolante de fs. 148 a fs. 150. El deponente señaló: No recuerdo a la persona cuya declaración me ha sido leída. Es posible que lo que dice esta persona sea cierto. Hubo tantos detenidos que la cárcel estaba llena y debieron mantener a los detenidos en el casino de oficiales del regimiento. Además, algunos tenían relación con otros y los separaban para que no tomaran contacto entre ellos. También es cierto, como dijo, que aplicaron apremios ilegítimos a estos detenidos sin afectar seriamente su salud o integridad física, pero el detalle de los tormentos no los podría precisar. También es posible que el Teniente Pereira le haya ayudado en su tarea con los detenidos. Respecto de aquella parte de la declaración en que se indica que torturó a Eliseo Jara Ríos en Traiguén, expresó que eso es falso. En primer lugar no recuerda a esa persona. En segundo término nunca aplicaron torturas consistentes en colgar a alguna persona o simular ahogarlo en un tambor con agua. Finalmente, aclaró que en Traiguén no hubo muertes de civiles ni desaparecidos ni hechos de sangre, por lo que está muy tranquilo respecto de su cometido en ese lugar. Manifestó su total arrepentimiento por los hechos que he detallado.