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Cortes Villa Luis – Memoria Viva

Cortes Villa Luis

Rut:

Cargos: Presidente de la Fundación Pinochet

Grado : General

Rama : Ejército

Año Fallecimiento : 2022


El dolor y la esperanza de Paine

Fuente :El Siglo, 25 de Febrero 2003.

Categoría : Prensa

La localidad de Paine posee el triste record de tener el mayor número de ejecutados y detenidos desaparecidos en proporción a sus habitantes. Luego del golpe militar, allí operaron bandas de civiles, policías y militares, que dejaron una reguera de sangre y dolor, asesinado a campesinos de "asentamientos" nacidos con la Reforma Agraria. En Paine aún conviven víctimas y victimarios, bajo el manto de la impunidad y el olvido. En 1979, la Justicia Militar se encargó de sobreseer los procesos abiertos por los hechos de Paine en virtud de la Ley de Amnistía de 1978, aprobada por el propio general Pinochet para cubrir sus crímenes. Luego de 29 años, la jueza María Estela Elgarrista se acerca a la verdad. La Reforma Agraria iniciada en los años 1960 y acentuada bajo el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular, permitió que muchas familias campesinas fueran beneficiadas con la asignación de tierras que, hasta entonces, pertenecían a un puñado de latifundistas. Así, los campesinos dieron vida a los "asentamientos", pero en Paine, como en el resto del campo chileno, el 11 de septiembre de 1973 volvió todo atrás. Bandas de civiles de extrema derecha, policías y militares cobraron "venganza", asesinando a dirigentes sindicales y campesinos "asentados". Los crímenes, la impunidad y el temor se extendieron por las pequeñas localidades de Paine, Hospital, Huelquén, Culitrín, Chada, Rangue, El Vínculo, Pintué y Laguna de Aculeo. Muchos campesinos y sus familias presenciaron cómo civiles de la zona guiaban a los uniformados por los "asentamientos" entregando nombres y, las más de las veces, participando directamente en la represión y crímenes. Hace dos semanas, y luego de 29 años, la jueza de la Corte de Apelaciones de San Miguel, María Estela Elgarrista, citó a familiares y victimarios a diversos careos. Holanda Vidal, esposa del detenido desaparecido Cristian Cartagena Pérez, señala: "Fui citada con objeto de la querella por el secuestro y asesinato de mi esposo, desaparecido el 18 de septiembre de 1973. Nuestro objetivo es que se procese a los culpables: carabineros de la dotación de la subcomisaría de Paine y civiles, que actuaron en conjunto. Identifiqué a varios de ellos: sargento Retamal, cabo Ortiz, Albornoz y Víctor Sagredo; y a civiles: Darío González Carrasco, hoy comerciante, miembro de Patria y Libertad, y que reconoció que detuvo a mi esposo en la Casa Escuela de Chada donde vivíamos, llevándolo a la subcomisaría, a las seis de la mañana". Los ex carabineros han negado su participación en los crímenes durante los careos, argumentando que "estaban de guardia". "Eso me produjo un schok con paralización de mis brazos, una crisis de llanto y angustia. Es terrible revivir todo lo que pasó, verlos tan cerca, su cinismo, su osadía de negar la verdad. Verlos tan soberbios, sin aceptar que lo que hicieron fue atroz. Son los primeros careos, luego de 29 años de denuncias, búsquedas y golpear puertas. Este paso se pudo dar por todo nuestro esfuerzo y trabajo como Agrupación. No hemos transado el juicio y castigo a los culpables, y que paguen con cárcel sus crímenes". Después de los careos debieran venir los procesamientos. La jueza tiene una larga lista de civiles, carabineros y militares del Regimiento de Infantería de San Bernardo. "Uno de los asesinos es el teniente Magaña Baum, y entre los carabineros, el sargento Verdugo, un torturador que ahora se presenta como un anciano que no ha hecho nada", agrega Holanda Vidal.

"Todos los vieron"

Juan Maureira es hijo de René Maureira Gajardo, detenido desaparecido el 16 de octubre de 1973 junto a otros 22 campesinos de los asentamientos Campo Lindo, 24 de abril y Nuevo Sendero. Presidente de la AFDD de Paine, recuerda que en la represión y asesinatos también participaron militares de la Escuela de Infantería de San Bernardo: "La jueza investiga cerca de 40 querellas presentadas ante el juez Guzmán. En Paine hay más de 70 víctimas, de las cuales aún están desaparecidos unas 40. Son los casos recopilados en el informe Rettig, pero otros nunca fueron denunciados. Presumimos que son alrededor de 100 los asesinados en Paine, la mayoría campesinos de asentamientos. La ministra en algún momento va a tener que procesar a los carabineros, civiles y militares implicados. Es lo que esperamos y lo que hemos pedido, que se haga verdadera justicia y podamos encontrar a nuestros familiares… Sabemos que el teniente Magaña tiene antecedentes de qué pasó con mi padre y otros 22 campesinos, entre otros casos. Él mató a nuestro familiares… Los carabineros han negado su participación, pero son los mismos que todavía viven en el pueblo. ¿Cómo lo van a negar si todos los vieron? Lo mismo ocurre con los civiles que actuaron. Paine es un pueblo chico". Según los familiares jueza ha actuado con rigurosidad, cautela e inteligencia. Confían en los testimonios y declaraciones que ha logrado recopilar. Para ellos, todo apunta a que se procesará a algunos implicados. "A muchos, incluso, se les vio entrando a las casas. Hay un sinnúmero de antecedentes recopilados desde ese tiempo". Hasta el momento, están conformes con la investigación y las diligencias realizadas por la jueza. Para ellos, es la primera investigación luego de 29 años sin conseguir justicia. Hasta el minuto se ha citado a civiles y carabineros, y se han desarrollado algunos careos: "Lo que nos da un poco de satisfacción porque nunca antes se había logrado hacer. Por el momento no hay procesados, pero la ministra sigue trabajando. Y así lo hemos podido corroborar", dice Juan Maureira. Mientras, la mayoría de los civiles y carabineros que asesinaron a los campesinos de Paine continúan viviendo en la pequeña localidad rural, en completa impunidad. "Hasta donde hemos podido ver, por primera vez se da una investigación como debe ser. Los criminales van a tener entregar información de lo ocurrido. Son los mismos carabineros, civiles y militares los que aparecen mencionados en la mayoría de los casos", concluye.

Asesinos de Paine

Carabineros

Nelson Bravo Espinoza, capitán; Raúl Ortiz Maluenda, sargento 2º; Carlos Aburto Jaramillo, cabo 1º; José Retamal Burgos, cabo 1º; Víctor Sagredo Aravena, cabo 1º; Reyes, sargento; Luis Jara, teniente de Pintué; y los carabineros Samuel Ahumada Cabello; Raúl Donoso Figueroa; Alamiro Garrido Ubal; Jorge González Quezada; Víctor Labarca Díaz; Eduardo Molina Armijo; José Piñaleo Pérez y Jorge Verdugo, entre otros.

Civiles

Hugo Aguilera, Fernando Aguilera, Francisco Luzoro, Jorge Sepúlveda, Tito Carrasco, Claudio Oregón, Darío González Carrasco, Luis Guerrero, Mario Tagle, Ricardo Tagle, Yule Tagle, Jorge Aguirre.

Militares – Escuela de Infantería de San Bernardo

Leonel Köening Alternatt, Director; Samuel Rojas Pérez, teniente coronel; Mario Morales Durán, conscripto; Andrés Magaña Baum, teniente; Pedro Montalvo Calvo, coronel; Iván de la Fuente Sáez, mayor; Hernán Pizarro Collarte, mayor; Ciro Ahumada Miranda, mayor; Juan Carlos Nielsen Stambuck, capitán; Sergio Rodríguez Rautcher, capitán; Luis Cortés Villa, capitán; Víctor Pinto Pérez, capitán; Marcial Cobos Farías, capitán; Jorge Romero Campos, capitán; Luis Villarroel Contreras, capitán; Héctor Maturana Zúñiga, capitán; Luis Garfias Cabrera, capitán; Eduardo Silva Bravo, capitán; Sergio Valdivia M., capitán; y Julio Cerda Carrasco, capitán, entre otros.

 


Sentencia aportó datos inéditos de crímenes en la fábrica Sumar

Fuente :La Nacion, 23 de Junio 2006.

Categoría : Prensa

En la “selección” de los trabajadores “buenos” y “extremistas” participó el actual general (R) Luis Cortés Villa y el ex agente de la DINA, Pedro Diet Lobos. En uno de los episodios más desconocidos tras el golpe de Estado como fue la ocupación militar de la fábrica Sumar, el juez Jorge Zepeda condenó a cinco años de presidio al coronel (R) Hernán Ovalle Hidalgo, en calidad de cómplice de los homicidios de los trabajadores Ofelia Villarroel Latín, Adrián Sepúlveda Farías y Donato Quispe Choque, este último de nacionalidad boliviana. Luego de una “selección” de los obreros, éstos fueron asesinados dentro de la fábrica por funcionarios del Ejército el 23 de septiembre de 1973, y sus cuerpos arrojados a la calle, desde donde llegaron al Servicio Médico Legal. La abogada querellante Alejandra Arriaza dijo que apelará de la sentencia puesto que, a su juicio, el juez debió condenar a Ovalle como autor “porque en esa calidad lo procesó” y porque “no se puede condenar a alguien a cinco años por tres homicidios”. De todas formas, Zepeda no aplicó la amnistía y consideró los delitos “de lesa humanidad”. La sentencia reconstruyó lo sucedido en la industria textil intervenida y en manos de los trabajadores. En los días posteriores al golpe, el Ejército diseñó operativos contra centros laborales considerados “conflictivos y extremistas”.

Aparece Cortés Villa

Si bien a cargo de la gerencia de la fábrica se nombró al entonces general (R) Pedro Hepp Dubiau y González, como encargados de seleccionar a los obreros entre “buenos” y “extremistas” fueron designados los oficiales Ovalle, entonces teniente; Luis Cortés Villa, entonces capitán y hoy general (R) y presidente de la llamada Fundación Augusto Pinochet; y el entonces mayor de Ejército (R) Pedro Diet Lobos. La sentencia aporta estas dos “sorpresas”, la de Cortés Villa y la de Diet Lobos, quien fue uno de los financistas de la DINA a través de la sociedad de pantalla “Pedro Diet Lobos” de la que fueron accionistas los más connotados agentes de la DINA, como Carlos Parera, contra quien se formalizó ayer investigación por el delito de violación.La sentencia relata que Ovalle se paseaba con un megáfono nombrando a los obreros que debían formar “a la izquierda” o “a la derecha” suya. Las listas de “buenos” y  “malos”, le fueron proporcionadas según el mismo Ovalle por Cortés Villa. Además, la sentencia establece que ayudaron a Ovalle en la selección los civiles Sergio Uribe, Adriana Valdés Illufi, Gabriel Zurita, Tomás Domínguez y Benito Galindo. De acuerdo a la sentencia, como “sapo” se quedó en el control de seguridad de la empresa ayudando a Ovalle el civil Miguel Sandoval Briones. Los cadáveres de las tres víctimas fueron sepultados clandestinamente en un mismo cajón “rústico, sin tapa y tapados con tierra” en el Patio 29 del Cementerio General. Ofelia Villarroel fue exhumada el mismo año 1973 por su familia con autorización militar, cremada y llevada al Cementerio de Nogales. Los otros dos cuerpos se hallaron recién después de 1990, cuando se exhumaron 126 cuerpos del Patio 29.