Alias : Carlos; Marcos;
Rut: 4.837.529-4
Cargos:
Grado :
Rama : Investigaciones
Organismos : Dirección Nacional de Inteligencia (DINA)
CNI
Agrupacion Tigre
Villa Grimaldi
Lo que no dice el Informe Valech Los torturadores : quiénes son y dónde están
Fuente :rebelion.org, 10 de Diciembre 2004
Categoría : Prensa
«Fui violada, me ponían corriente, me quemaron con cigarrillos, me hacían ‘chupones’, me pusieron ratas. Creo que estuve en Venda Sexy (recinto secreto de la DINA), me amarraron a una camilla donde unos perros amaestrados me violaron. Estaba siempre con scotch, después una venda y después una capucha. Se reían, nos ofrecían comida y nos daban cáscaras de naranjas. Nos despertaban de noche para perder la noción del tiempo».
(Testimonio de una niña de 16 años, secuestrada en la Región Metropolitana, quien luego fue expulsada del país sin su familia.)
El horror se hizo presente para todos los chilenos. Algunos seguirán diciendo que es mentira, que a los sobrevivientes «les pagaron para hablar contra las Fuerzas Armadas», o por último que «se lo merecían». Pero el país ya supo la verdad y hasta una modelo-animadora quiere «saber los nombres de los torturadores». Esa es la idea de este especial: entregar una parte de la verdad que no tiene por qué esperar 50 años para ser conocida.
Esa es una de las tantas críticas que se hace al Informe sobre Prisión Política y Tortura presentado por Ricardo Lagos, en la noche del domingo 28 de noviembre, a través de un discurso pregrabado para la cadena nacional transmitida antes de comenzar los espacios noticiosos de los canales de televisión. Solo, sin víctimas ni familiares a los que mirar a los ojos, el Presidente de la República cumplía con el ritual de informar a sus conciudadanos.
No hubo entrega simbólica del texto, no hubo posibilidad de consultar nada, no hubo reconocimiento de los motivos que llevaron a tantos hombres y mujeres a torturar a sus compatriotas, no hubo crítica certera, no hubo nombres de víctimas ni de victimarios, no se entregaron los antecedentes a la Justicia, como se había hecho luego del Informe Rettig y hasta de la Mesa de Diálogo.
Reacciones desde el odio
Senadores designados y ex uniformados reaccionaron descartando participación en los delitos. El ex almirante Jorge Martínez Bush exigió un «punto final» para terminar con las «mentiras» contra su institución. El otro ex almirante, Jorge Arancibia, negó rotundamente la posibilidad de «dar de baja» a La Esmeralda, «que sólo puede ser dada de baja en combate» y amenazó: «Yo no puedo comprometerme, ni nadie puede hacerlo, a que algo no ocurra nunca más si no sé qué lo origina». Muchos insistieron en la tesis de Hermógenes Pérez de Arce sobre los infundios sin base contra los uniformados y el «gobierno militar», repetidos en boca de los generales y almirantes en retiro.
El senador designado y ex comandante en jefe de la FACH Ramón Vega apoyó la declaración oficial de su institución y agregó que: «las consecuencias hoy día las estamos lamentando y las estamos investigando, pero una planificación de tortura yo por lo menos jamás la escuché, nunca se analizó, ni en la Academia de Guerra ni en la Escuela de Aviación ni en ninguna escuela de instrucción se escuchó nunca la palabra tortura».
Los senadores Rodolfo Stange y Fernando Cordero, ex generales directores de Carabineros, no aceptaron responsabilidad institucional en las torturas y aseguraron que «no hay motivos para que la policía uniformada pida perdón».
Stange criticó el informe sobre tortura «porque raya en lo inconstitucional, poniendo en tela de juicio a las instituciones y no a las personas. Yo participé en la junta de gobierno, pero no hago un mea culpa porque no me siento responsable de ninguna situación extrema como se está indicando en la comisión del obispo Valech», señaló.
Cordero, por su parte, dijo que habría que «completar la tercera pata de la mesa, porque en este minuto la mesa está coja, hay que hacer el mea culpa por lo que se produjo antes del 11 de septiembre del 73, que fue el causante de todas las situaciones que se produjeron con posterioridad».
El actual Director General, Alberto Cienfuegos, también se mostró lejano a la posibilidad de pedir perdón o asumir institucionalmente la responsabilidad, aunque debería responder sobre cuál fue su función, desde el 25 de marzo de 1974, cuando como teniente fue nombrado en comisión de servicio para desempeñarse como Jefe de la Oficina de Informaciones de la Secretaría Ejecutiva Nacional de Detenidos, recordada por mucha gente por su sigla: SENDET.
La UDI, Renovación Nacional y Lavín, apostaron por bajarle el perfil, por mostrarse en profunda conmoción, asegurando incluso que su participación en la dictadura era, justamente, para evitar que se cometieran más atropellos y abrir camino a la democracia. Nadie les creyó. Sergio Fernández continuó tratando de descartar su participación en las violaciones a los derechos humanos, pero su compañera de gabinete Mónica Madariaga aseguró que en los centros clandestinos de tortura los agentes lo conocían como «el car’e jote».
Pronto deberá iniciar continuas visitas a tribunales, junto a Sergio Onofre Jarpa, Sergio Diez, Ambrosio Rodríguez, entre tantos, para responder a tanta interrogante que surge sobre sus responsabilidades como autoridades civiles. Una nueva avalancha de querellas por torturas, como las que ya han presentado cientos de ex presos políticos, se anuncia tras la entrega del informe. Fernández Fernández deberá responder, por ejemplo, por que negó a la Justicia la existencia de Villa Grimaldi, como lo demuestra el oficio reservado en que responde el 18 de mayo de 1978 a la pregunta del Tercer Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía de Santiago.
Exigencias desde las organizaciones
La conjunción de organizaciones de ex presos políticos reaccionó al unísono (ver página 2), las agrupaciones de familiares de las víctimas se sumaron a la denuncia. El Partido Comunista anunció nuevas querellas y agregó que «la principal reparación que esperaba el país es la que dice relación con que ésta fuera proporcional al daño causado. Esto implica verdad y justicia plena para todas las víctimas. Demandamos que en aras de esos principios, el Informe se haga público en su totalidad; que los nombres de los torturadores sean entregados a los tribunales de justicia y se inicien todos los procesos judiciales que se requieran; que sus archivos sean desclasificados en forma inmediata y no en 50 años; que sean removidos inmediatamente de las fuerzas armadas y policiales todos los responsables de torturas y vejámenes; que se termine con la doctrina militar cuya matriz es instaurada por el imperialismo norteamericano, y en la cual son y han sido instruidos sistemáticamente los cuadros militares y policiales chilenos, para reprimir a su propio pueblo».
El tema de la reparación monetaria no fue el centro de la polémica, excepto por el intento de Ricardo Lagos de chantajear a los torturados con la amenaza de tener que sacar dineros de los programas sociales para cancelarles la indemnización.
Desde el CODEPU se hizo otra exigencia: «Así como se van abrir nuevos plazos para reconsiderar la calidad de víctimas de las personas que no calificaron, planteamos que por tratarse de un crimen de lesa humanidad no puede existir un plazo excluyente para la calificación. En este sentido, el Estado debe abrir un nuevo plazo, para nuevas presentaciones de personas que por diversas razones no concurrieron al llamado inicial, más cuando el propio Informe señala que los testimonios recogidos ‘sólo representan una muestra parcial del universo total de personas afectadas por dichas violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar'».
Así, ni el mea culpa que intentaron hacer algunos medios de comunicación, como Canal 13, o el «asombro» de algunos funcionarios de la dictadura como Jorge Hevia, han logrado sacar del centro el tema principal: en Chile se torturó. La tortura fue sistemática y organizada, apoyada con toda la infraestructura del Estado convertido en terrorista; cientos de hombres y mujeres fueron adiestrados para someter a las más terribles vejaciones a otros hombres y mujeres.
El uso de ratas y perros para agredir sexualmente a los prisioneros, la electricidad en los rincones más delicados de sus cuerpos, los simulacros de fusilamiento, la abstinencia de comida por largos períodos y muchas otra aberraciones, fueron cometidas en contra de quienes consideraban «enemigos», «humanoides» en el decir de uno de los integrantes de la Junta Militar.
Lo otro que ha sido claro es que los sobrevivientes han tenido el coraje y la dignidad para relatar lo que sufrieron, para transformarlo en esperanza y ganas de seguir insistiendo en la necesidad de transformar este país, para continuar luchando por hacer realidad los sueños de aquellos que no pudieron acudir a dar su testimonio: los ejecutados y detenidos desaparecidos
por Julio Oliva García
Rol 2182-1998 “Villa Grimaldi” caso Guillermo Roberto Beausire Alonso
Fuente :Poder Judicial, 14 de Junio 2013
Categoría : Judicial
21°) EN CUANTO A LOS RECINTOS DE DETENCION;
Informe N° 336 del Departamento V de Investigaciones sobre las agrupaciones,cuarteles y un listado de nombre de agentes de la DINA que prestaron servicios en los diferentes recintos de detención y tortura:”Londres 38”, “José Domingo Cañas”, “La Venda Sexy” o “La Discoteca”, “Cuartel Terranova” o “Villa Grimaldi”, “Cuatro Álamos” y “Tres Álamos”.
Jefes de Brigada de Inteligencia Metropolitana: Cesar Manríquez Bravo; Pedro Octavio Espinoza Bravo, “Don Rodrigo”; Marcelo Luis Moren Brito, “Coronta” y “Ronco”; y Carlos López Tapia. Plana Mayor; Rolf Wenderoth Pozo; Enrique Jesús Fieldhouse Chávez; Higinio Barra Vega; Jaime Rubilar Ocampo, estafeta; Iván Jofré, dactilógrafo, suboficial de Ejército.
Jefe de Cuartel (José Domingo Cañas): Ciro Ernesto Torré Sáez; Francisco Maximiliano Ferrer Lima. Jefe de Brigada Caupolicán: Marcelo Luis Moren Brito.Grupo Halcón: Miguel Krassnoff Martchenko; Jorge Claudio Andrade Gómez; Alejandro Paulino Campos Rehbein; Miguel Ángel Concha Rodríguez.
Integrantes brigada Halcón: Bascaly Humberto Zapata Reyes, “Troglo”; Osvaldo Enrique Romo Mena, “Guatón Romo” y “Comandante Raúl”; Teresa del Carmen Osorio Navarro, “Marisol”, “Tere”, “Soledad”; José Abigail Fuentes Espinoza, “Car’e Santo”; Luis René Torres Méndez, “Negro Torres”; Rodolfo Valentino Concha Rodríguez, “Concha”; Carlos Enrique Miranda Mesa; Tulio Pereira Pereira; José Abel Aravena Ruíz, “Muñeca”; José Avelino Yévenes Vergara, “Kiko”; Osvaldo Pulgar Gallardo, “Lalo” y “Pulgar”; “Gordillo”; Joven rubio pecoso; “Lucas”, conscripto de Ejército; “Mario”, conscripto de Ejército. Jefe Grupo Águila: Ricardo Lawrence Mires, “Cachete Grande”.
Integrantes grupo Águila: Miguel Eugenio Hernández Oyarzo, “Paco Hernández”; Emilio Marín Huincaleo, “Indio” y “Caballo Justiciero”; Mario Braulio Marín Castro; Rosa Humilde Ramos Hernández, “Rosa”; Emilio Hernán Troncoso Vivallos; Pedro René Alfaro Hernández; Germán Alfredo Esquivel Caballero; María Órdenes Montecinos, “Guatona Gaby”; Manuel Jesús Clavijo Vera; Eduardo Garea Guzmán; Alicia Contreras Ceballos; “Gino”, de apellido Ferrada, proveniente de San Antonio; “Vitiligo” o “Manchado”; “Fritz”; “Espinoza”; “Inostroza”; “Gato”; “Villanueva”.
Jefe Grupo Tucán: Ernesto Godoy García, “Cachete Chico”;
Integrantes Tucán: Carlo Alberto Carrasco Matus, “Mauro”. Jefe Grupo Vampiro: Nibaldo Jiménez Santibáñez; Daniel Valentín Cancino Varas, “Pájaro” o “Pájaro Loco”, conductor; “Jara” o “Mora”, Carabinero.
Jefes de Brigada Purén: Raúl Eduardo Iturriaga Neumann; Gerardo Ernesto Urrich González.
Integrantes de Brigada Purén: Heriberto del Carmen Acevedo; Palmira Isabel Almuna Guzmán; Germán Jorge Barriga Muñoz, “Don Jaime”; Manuel Andrés Carevic Cubillos; Manuel Rolando Mosquera Jarpa; Ingrid Felicitas Olderock Bernhard; Antonio Paredes Pedraza, “Larry”: Marco Antonio Sáez Saavedra; Manuel Abraham Vásquez Chahuan; Irma Nelia Guareschi Salmerón; Manuel Jesús Leyton Robles; Verónica Águila Ubilla; Elsa del Tránsito lagos Salazar; Francisca del Carmen Cerda Galleguillos ; Claudio Pacheco Fernández, “Este niño” o “Inhumano”; Ximena San Juan; Viviana Ugarte; “Coja”; “Rucia”; “Piña”, “Pamela”, carabinero, esposa de guardia Clavería.
Grupo de Guardias: Óscar Núñez, “Chacra”, suboficial de Ejército; José Luis Venegas Silva, “Cabezón Venegas”; Samuel Enrique Fuenzalida Devia, “Gato”; Luis René Torres Méndez, “Negro Torres”; Jorge o Miguel Yañez; Manuel Delgado, “Chufinga”, cabo; Raúl Bernardo Toro Montes, “Toromonte”; “Obreque” cabo de Ejército; “Francisco”; “Montero”, Óscar de la Flor, “El Negro”, suboficial de Ejército.
Guardia Custodia detenidos; Juan Carlos Neira Hernández, Hugo Hernán Clavería Leiva; “Clavo”; Leonardo Mario Pampilioni Moccia, “Pam”; Juan Carlos Escobar Valenzuela, “Cacha”; Carlos Rogelio Soto Cubillos; Ricardo Tapia Báez, “Charles Bronson”.
Otros Guardias: “Jote”, soldado de la Fuerza Aérea; “Rucio”; “Cucharita”; “Tuberculoso”; “Diego”; “Crespo”; “Rucio de los Fierros”; “Otero”.
Otros Agentes no clasificados: Manuel Lucero Lobos, conductor; Hernán Eduardo Ávalos Muñoz; Nelson René Herrera Lagos; Julio José Hoyos Zegarra; Ana del Carmen Vilches Muñoz, “Pamela” o “Francesca”; Elías del Carmen Camuz Camuz; Viviana Aminta Pincetti Barra; “Loco Gangas”; Vallejos, “Gargal”; Contreras, chofer; Cavada, Sargento, Méndez, chofer.
Grupo que asesoraba a los interrogadores: Basaure, “psicólogo”.
Otros funcionarios de la Policía de Investigaciones: Jorge Alfonso Palma Franjola; Mario Santander González; Juan Ángel Urbina Cáceres; Jorge Lander Cabezas; Jorge Segundo Madariaga Acevedo; Luis Matías Olea Pineda; Flavio Rolando Olea Pineda; Miguel Aguilera Ruíz; Francisco Aladino Caamaño Díaz; Lionel Cox Roa; Manuel Gregorio Chirinos Ramírez; Carlos René Favre Bocaz.