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Baeza Michelsen Ernesto – Memoria Viva

Baeza Michelsen Ernesto

Memoriaviva
Memoriaviva


Rut:

Cargos: Director General de la Policia de Investigaciones (1973-1980) Jefe del COVEMA (Comando Vengador de Mártires))

Grado : General

Rama : Ejército

Año Fallecimiento : 2008

Escuela de las Américas (1964)
COVEMA


Biografía Ernesto Baeza Michelsen

Fuente :Libro Páginas en blanco, El 11 de septiembre en La Moneda, 2001

Categoría : Otra Información

Ernesto Baeza Michelsen nació en 1916. Alférez de Artillería y destinado en 1939 al Regimiento de Artillería 2 de La Serena. En 1940 fue ascendido a subteniente y en 1942 a teniente. En 1943, fue destinado al Grupo de Artillería a Caballo 2 "Maturana" en Santiago. El mismo año, al Regimiento Artillería Nº 1 "Tacna" de Santiago, y ascendido a capitán. En 1945, fue instructor de la Escuela Militar en Santiago. En 1946, fue destinado al Destacamento Andino Nº 4 "La Concepción" de Lautaro. En 1950, al Grupo Artillería a Caballo Nº 2 "Maturana" de Santiago; En 1952, fue designado subdirector de Deportes del Estado. Fue ascendido a mayor en 1954. En 1956, fue nombrado segundo comandante del Regimiento "Maturana" en Santiago. Desde 1958 a 1963, se desempeñó en el Departamento de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, siendo ascendido a teniente coronel en 1959.

En 1964, fue destinado a Fort Gulick, zona del Canal de Panamá, al Curso de Comando y de Estado Mayor, graduándose como Oficial de Estado Mayor del Ejército norteamericano. Curso en la Escuela de las Américas en marzo de 1964. Regresó a Chile y fue nombrado comandante del Regimiento Artillería Nº 2 de La Serena. En 1966, fue ascendido a coronel. De 1967 a 1969, actuó en el Departamento IV de Servicios Especiales, de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército. En ese período, viaja a Estados Unidos a realizar cursos de Altos Estudios en el Colegio Interamericano de Defensa. En 1970, fue ascendido a general de Brigada y nombrado agregado militar en Washington, jefe de la Misión Militar, y delegado del Ejército ante la Junta Interamericana de Defensa. Baeza, fue uno de los generales chilenos más cercanos al Departamento de Estado norteamericano.

En 1971, regresó a Chile y fue nombrado comandante en jefe de la I División del Ejercito, con sede en Antofagasta. En 1972, designado comandante en jefe de Comando de Infraestructura del Ejército en Santiago y, ese mismo año, ascendido a general de División. En septiembre de 1973, era general de División y jefe del Comando de Infraestructura del Ejército. Cuando Pinochet, en su libro se refiere al Jefe de Operaciones, como uno de los oficiales que desempeñarían un rol fundamental en la dirección del golpe de Estado, se pudo haber referido al general Ernesto Baeza.

El 28 de diciembre de 1973, en una entrevista de prensa Baeza relató esa mañana del golpe: "Yo estaba en el Ministerio de Defensa. Los edecanes decidieron servir de enlace con las Fuerzas Armadas. Allende quería que los comandantes en jefe concurrieran a La Moneda para presentarles la renuncia a ellos. Allende quiso hablar conmigo. Le comuniqué la opinión de Pinochet, pero se negó terminantemente a salir de La Moneda. Cuando faltaban quince minutos para la hora señalada para el bombardeo, Allende volvió a comunicarse conmigo. Pidió diez minutos para que salieran las mujeres. Ningún hombre va a salir, dijo". Baeza continúa: "Efectuado el ataque, se produjeron incendios. Le sugerí a los comandantes Brady y Arellano, que se emplearan masivamente gases lacrimógenos, misión que cumplió Carabineros".

El mismo día del golpe de Estado, el Ejército intervino Investigaciones, nombrando al general Baeza como director de la Policía de Investigaciones. Ocupó ese puesto hasta 1981, manteniendo además su cargo en el Ejército.En su calidad de Director General de Investigaciones, se le responsabiliza por tortura y muerte de personas ligadas al gobierno de la Unidad Popular, especialmente de los detenidos en La Moneda y sus alrededores. Además, según antecedentes de organismos de Derechos Humanos, habría ordenado "torturar al Prefecto de Investigaciones, Juan Bustos Marchant, y después de escuchar las denuncias que éste le formulara personalmente, ordenó su asesinato en el cuartel de Investigaciones de Valparaíso. La versión oficial que se dio fue muerte por suicidio".

Participó en los interrogatorios con pentotal de Samuel Riquelme, subdirector de Investigaciones del gobierno del presidente Allende. Se le involucra en el denominado Caso Covema (Comando Vengador de Mártires) en el que funcionarios de Investigaciones secuestraron y mataron mediante torturas al estudiante José Eduardo Jara y secuestraron a otras once personas. Por este motivo, Baeza debió renunciar a su cargo de director de la Policía de Investigaciones. En su reemplazo asume el general Humberto Cordón, leal a Augusto Pinochet y con buenas relaciones con Manuel Contreras, director de la DINA. Hoy su nombre aparece en la lista de personas pedidas en extradición por el juez Baltasar Garzón por sus relaciones en la Operación Cóndor, la campaña continental anticomunista.

En octubre de 2000, el abogado español, Joan Garcés, pidió el procesamiento del ex director de la Policía de Investigaciones, Ernesto Baeza, del ex director de la DINAManuel Contreras y del general Sergio Arellano Stark, por el asesinato de dos ciudadanos españoles en Chile, el diplomático Carmelo Soria y el sacerdote Antonio Llidó.

En una entrevista a la revista colombiana Semana del 3 de noviembre de 2000, Baeza declaraba:"Iturriaga fue mi yerno. El era un muy buen oficial y si cometió delito fue por acatar las órdenes. Yo nunca comenté nada de esto con él.

SEMANA: ¿Quién debe haber dado las órdenes de atentar contra el general Prats?

E.B.M.: Su superior, Pinochet. El era el superior de todos en el Ejército y en un ejército nadie se manda solo.

SEMANA: Si Pinochet resulta ser culpable del atentado contra el general Prats y su esposa ¿debería ir a la justicia?

E.B.M.: Por supuesto. Todos los culpables de crímenes deben ser juzgados. Pero tienen que probarlo.

Una de sus hijas estuvo casada con el brigadier de Ejército y ex subdirector de la Escuela de Comandos de Peldehue y jefe exterior de la Dirección Nacional de Inteligencia, DINAEduardo Raúl Iturriaga Neumann, imputado en el proceso por el asesinato del general Carlos Prats y su esposa que se sigue en Argentina.

 


Caso Anfruns: Patricio Pincheira se querella

Fuente :quepasa.cl, 21 de Mayo 2010

Categoría : Prensa

Han pasado casi 31 años desde que el menor Rodrigo Anfruns Papi fue hallado muerto en un sitio baldío junto a la casa de su abuela, luego de estar desaparecido durante 11 días. Esta semana, el único imputado como autor de ese crimen, Patricio Pincheira Villalobos, decidió querellarse.

Esta acción se suma a la del Consejo de Defensa del Estado (CDE), que se hizo parte en la investigación, luego de que en abril la Corte de Apelaciones decretara, por tercera vez, la reapertura del caso.

Pincheira -que en la época del crimen era menor de edad y se lo llamó P.P.V. para resguardar su identidad- le pidió a su abogado, José Pedro Mayol (de Montero & Mayol), que lo represente en la querella que interpondrá contra todos los que resulten responsables de su inculpación y del maltrato al que fue expuesto mientras estuvo arrestado en el cuartel de la Policía de Investigaciones, en junio de 1979.

Tanto en esa época como hoy, Pincheira ha sostenido su inocencia. Hasta ahora, dice, no se había animado a realizar acciones concretas por temor a posibles represalias contra él y su familia.

La familia de Anfruns jamás creyó la versión que entregó la justicia en esa época: que Pincheira estaba jugando con Rodrigo la tarde del domingo 3 de junio y que por un impulso repentino, lo mató. Para los Anfruns la explicación era y sigue siendo inverosímil, porque en el sitio donde apareció el cuerpo del niño buscaron cuidadosamente con perros adiestrados, sin hallar rastros del menor. Además, los informes forenses consignaron una data de muerte de no más de 72 horas.

El ex carabinero Jorge Rodríguez, que estuvo a cargo de la búsqueda en 1979, confesó en 2003 a la madre de Rodrigo que vio desde su automóvil a funcionarios de Investigaciones que depositaron el cuerpo de Rodrigo, la madrugada del 14 de junio. Este testimonio permitió la reapertura de la causa.

La tesis que maneja el abogado de la familia Anfruns, Roberto Celedón, es que el entonces director de la Policía de Investigaciones, general Ernesto Baeza Michelsen -quien murió el 4 de octubre de 2008- ordenó el secuestro de Rodrigo para amedrentar a un tío político del niño, el capitán de Ejército Luis Iracabal Lobos, con quien tenía desavenencias en un negocio que los involucraba. La indolencia de Iracabal habría precipitado la muerte del niño.

El abogado del CDE a cargo del caso Anfruns, Estanislao Duffei, realiza un exhaustivo análisis del expediente. El profesional aclara que el CDE se involucró en el caso por tratarse de un hecho de conmoción pública y que se ha enfocado a determinar si hubo obstrucción a la justicia y quiénes fueron los posibles responsables.

por Soledad Pino


'Pinochet dio la orden'

Fuente :semana.com, 20 de Noviembre 2000

Categoría : Prensa

Al iniciarse el proceso por el asesinato del general chileno Carlos Prats, que implica a Pinochet, SEMANA entrevistó a uno de los acusados por la Operación Cóndor.

Yo era la segunda antigüedad en el ejército cuando Pinochet asumió el mando en 1973”, dice orgulloso el general (r) Ernesto Baeza Michelsen al comenzar la entrevista sobre el general Carlos Prats, asesinado junto a su esposa en Buenos Aires el 30 de septiembre de 1974.

Este hombre, de 83 años, fue uno de los generales chilenos más cercanos al Departamento de Estado norteamericano. Participó en el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende. El 11 de septiembre fue quien llamó al presidente para decirle que se rindiera. Luego fue nombrado director de la Policía de Investigaciones y desde allí dirigió acciones represivas contra opositores a la dictadura. Hoy su nombre aparece en la lista de personas pedidas en extradición por el juez Baltasar Garzón por sus relaciones en la Operación Cóndor, la campaña continental anticomunista.

SEMANA: ¿Usted fue cercano al general Carlos Prats?

Ernesto Baeza Michelsen: Yo fui su subalterno y le tenía una gran admiración. Era un hombre ejemplar como militar y muy cariñoso como padre. Mi relación con él fue profesional a pesar de que, mientras estuve de agregado militar en Washington (1964), sus hijas estuvieron viviendo en mi casa y tuvimos mucha cercanía.

SEMANA: ¿Por qué el general Prats tuvo que salir de Chile tras el golpe militar?

E.B.M.: Al general le tocó ser comandante en un período muy difícil, en el gobierno de Allende, eso hizo que muchos militares lo miraran con sospechas por la cercanía que tenía con el presidente y con su gobierno. Yo no sé cuáles fueron los motivos que tuvo para irse de Chile.

SEMANA: Se ha sabido que le informaron que corría peligro, que había militares que querían asesinarlo o atentar contra su vida.

E.B.M.: Yo no sé, no supe esa información. Mire, recién acontecido el golpe militar, Pinochet me nombró director de la Policía de Investigaciones, yo me dediqué sólo a eso.

SEMANA: Algo habrá escuchado, usted era parte del gobierno.

E.B.M.: Desde el principio Pinochet se rodeó de un círculo hermético que lo aconsejaba y al cual él le comentaba sus decisiones, todos los otros generales fuimos quedando fuera. El creó su propio aparato de seguridad, la Dina, y Manuel Contreras era su hombre de confianza que lo obedecía ciegamente.

SEMANA: ¿Hasta cometer crímenes?

E.B.M.: Sí. Aunque las culpabilidades deben ser probadas en la justicia.

SEMANA: El general Sergio Iturriaga es familiar suyo y está condenado en Italia por atentado a un opositor a Pinochet, también aparece como culpable del atentado a Prats, ¿él le ha comentado algo?

E.B.M.: Iturriaga fue mi yerno. El era un muy buen oficial y si cometió delito fue por acatar las órdenes. Yo nunca comenté nada de esto con él. En España yo supe del acto terrorista donde murió el general Prats y la señora Sofía, estaba en una comida y el embajador me comentó que había ocurrido algo terrible.

SEMANA: ¿Quién debe haber dado las órdenes de atentar contra el general Prats?

E.B.M.: Su superior, Pinochet. El era el superior de todos en el ejército y en un ejército nadie se manda solo.

SEMANA: Si Pinochet resulta ser culpable del atentado contra el general Prats y su esposa ¿debería ir a la justicia?

E.B.M.: Por supuesto. Todos los culpables de crímenes deben ser juzgados. Pero tienen que probarlo.

SEMANA: ¿Pensó alguna vez que el ejército chileno iba a ser visto como el responsable de crímenes?

E.B.M.: Yo quisiera que la gente entendiera que fueron algunos los que tomaron malas decisiones y por eso no se puede juzgar a 50.000 hombres. A mí el juez Garzón me tiene pedido en extradición y yo no mandé a cometer ningún crimen, pueden investigarme.


Allende: Una lección para cobardes y traidores.

Fuente :lajornada.cl, 8 de Septiembre 2023

Categoría : Prensa

El autor es un académico chileno español con una vasta y rica bibliografía. Reunimos dos artículos severamente críticos aparecidos en La Jornada de México sobre el legado de Salvador Allende. Su libro más reciente se titula Por qué no fracasó el gobierno de Salvador Allende.

El último acto democrático del presidente Allende

Iniciado el golpe de Estado, la decisión de Salvador Allende de permanecer en el palacio presidencial corroboró su convicción democrática. Sabía las consecuencias de entregar el poder a la junta militar. Augusto Pinochet estaba histérico, los audios revelados por la periodista Patricia Verdugo en Interferencia secreta lo atestiguan. Estas eran sus palabras dirigidas al vicealmirante Carvajal al no conseguir la dimisión: Hay que lanzar un bando diciendo que no existe gobierno. El gobierno es el gobierno militar. En consecuencia la gente tiene que atenerse a lo que diga el gobierno militar. Porque hay gente que no quiere entregar sus puestos. Pinochet utilizó todo tipo de argucias para que el presidente le traspasara los poderes. El general Ernesto Baeza Michelsen hizo de intermediario, a lo cual el presidente respondió con una frase de época: Dígale que no sea maricón y venga a buscarme ­personalmente.

Los golpistas no daban crédito a la determinación de Allende de permanecer en La Moneda, defender la Constitución y el mandato que el pueblo chileno le había entregado el 4 de septiembre de 1970. Para los planificadores del golpe civil-militar no entraba en sus planes dicho escenario, convencidos que las declaraciones emitidas en diversas ocasiones, afirmando que sólo acribillándolo a balazos saldría de La Moneda era una bravuconería imposible de sostener llegado el momento. Los cobardes creen que todos son de su condición.

El asalto y bombardeo al palacio de La Moneda fue la respuesta de quienes, a pesar de tener la fuerza de las armas, no lograron que Allende claudicara de los principios democráticos. Los golpistas se quitaron las caretas mostrando su rostro, asesinos, a la par que verdugos de la democracia. Por consiguiente, el golpe de Estado quedó huérfano de legitimidad jurídica; la legitimidad política, se sobrentiende, nunca la tuvo. La junta militar sólo pudo gobernar mediante bandos militares hasta redactar su Constitución, vigente desde 1980. En este sentido, el golpe civil-militar no conseguiría argumentos legales para considerarse heredero de un gobierno al cual derrocaba constitucionalmente. En términos jurídicos, el golpe de Estado civil-militar fue una derrota estratégica para sus hacedores. Fracaso y derrota corroborada por la resolución de la Corte británica de octubre de 1998, que concedía la extradición de Augusto Pinochet a España para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad, genocidio, terrorismo y violación de los derechos humanos. En este sentido, uno de los argumentos fue el poder espurio sobre los cuales se levantó el orden impuesto por la junta de gobierno. Transcurrieron 25 años desde el golpe de Estado, pero la respuesta de Salvador Allende a los golpistas mostró su fuerza en los tribunales de justicia. Consciente de su resolución de salvaguardar los valores democráticos a costa de su propia vida, se convirtió en un acto cargado de dignidad y defensa de la democracia.

La única forma de los golpistas de legitimar el golpe, al menos de cara a la sociedad internacional, era lograr un traspaso de poderes, mediante la renuncia del Ejecutivo. Así, ofrecieron un exilio al presidente y la salvaguarda de su familia a cambio de su renuncia. Pero el ofrecimiento era la pantomima de los generales traidores. La conversación mantenida entre Pinochet y el vicealmirante Carvajal dejó a las claras su felonía.

“Pinochet: Rendición incondicional, nada de parlamentar. Carvajal: Bien Conforme. Rendición incondicional y se le toma preso, ofreciéndole nada más respetar su vida, digamos. Pinochet: la vida y se le… su integridad física y en seguida se la va a despachar para otra parte. Carvajal: conforme… O sea que se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país. Pinochet: se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país… Pero el avión se cae, viejo, cuando vaya volando. Carvajal: conforme, ja, ja, ja [se ríe]. Vamos a procurar que prospere el ­parlamento”.

El conocimiento de Salvador Allende de las circunstancias históricas por las cuales atravesaba la democracia chilena respondía a la convicción que lo acompañó durante toda su vida. Su apego a la democracia. Fue ésta lo que le llevó a entender que su decisión de permanecer en La Moneda y no dimitir era la única manera de conseguir que los responsables del golpe civil-militar acabasen juzgados. El cumplimiento de su palabra fue el último acto democrático del presidente Salvador Allende. Una lección para cobardes y traidores.

Chile: desmontando la verdad histórica

Tras el golpe de Estado que derrocó al gobierno legítimo del presidente Allende, la verdad histórica pone el acento en la falta de convicciones democráticas de la Unidad Popular (UP) y su escasa voluntad de buscar consenso de mayorías sociales. Por consiguiente, la UP fracasó y con ello la vía chilena al socialismo. Cocinada a fuego lento, la verdad histórica fue punto de encuentro que forjó la alianza contra natura que llevó al golpista Patricio Aylwin a La Moneda. La democracia cristiana impuso la verdad histórica, afirmando que la acción de las fuerzas armadas era inevitable ante el caos político. Así lo dijo Eduardo Frei Montalva al presidente de la Unión Mundial de la democracia cristiana, Mariano Rumor, el 8 de noviembre de 1974. ¿Qué ocurrió en Chile entre 1970 y 1973? “El gobierno de la UP fue siempre minoría y nunca quiso reconocerlo. Obtuvo en la elección presidencial 36 por ciento de los votos. […] En vez de reconocer este hecho y buscar consenso, trataron de manera implacable imponer un modelo de sociedad inspirado claramente en el marxismo-leninismo […]. Frente a estos hechos naturalmente la democracia cristiana no podía permanecer en silencio. Era su deber y lo cumplió, denunciar esta tentativa totalitaria que se presentó siempre con una máscara democrática para ganar tiempo y encubrir sus verdaderos objetivos. […] Este gobierno minoritario, presentándose como una vía legal y pacífica hacia el socialismo estaba absolutamente decidido a instaurar en el país una dictadura totalitaria […]”. La carta manipula los hechos y está llena de verdades a medias. Pero incluso, los dirigentes de la democracia cristiana opuestos al golpe civil-militar matizan en un comunicado conocido como la carta de los 13: “La falta de rectificación, que en definitiva nos llevó a la tragedia, es responsabilidad de todos, gobierno y oposición […]. Pero a nuestro juicio hubo quienes tuvieron mayor responsabilidad. En primer lugar, el dogmatismo sectario de la UP, que no fue capaz de construir un camino auténticamente democrático para el socialismo adecuado a nuestra idiosincrasia. […] Jamás tuvimos otra actitud parlamentaria o particular que no fuera la oposición dentro del cauce democrático destinada a obtener la rectificación de los errores cometidos por el gobierno de Allende e impugnados por nosotros”.

La hija de Frei Montalva, Carmen Frei Ruiz-Tagle, declaró en 2013: “Nunca un general de esa época acusó a la democracia cristiana de haberlo impulsado al golpe y después de haberlos traicionado. Nosotros no conspiramos contra el gobierno constitucional […]. Las causas del golpe hay que buscarlas en el partido socialista y en la ultraizquierda”. Y en 2010, Sebastián Piñera, achaca a la UP el desenlace dado la “larga y penosa agonía de los valores de la sociedad chilena –donde– el gobierno de la UP rei­teradamente quebrantó la legalidad y el estado de derecho en Chile […]”. Ideólogos de todos los colores afirman que la UP fracasó y fue derrotada ideológica y políticamente, por su carencia de convicciones democráticas. El 11 de septiembre de 1973, los golpistas circularon un apócrifo Plan Z de autogolpe que “comenzaría con la eliminación física, por comandos terroristas, de altos oficiales de las fuerzas armadas, y de Carabineros, así como de dirigentes políticos y gremiales opositores […]”.

Pese a la verdad histórica, la UP ni fracasó ni fue derrotada. El 4 de septiembre de 1970 obtuvo 36.4 por ciento de los votos y en las parlamentarias de 1973, con un proceso desestabilizador en marcha, llegó a 44. La UP tenía el respaldo popular; Allende, legitimidad y su liderazgo se agigantaba a escala internacional. Científicos sociales, socialdemócratas, democristianos, ex marxistas, ex comunistas, defensores del gobierno de Boric, unen esfuerzos para mantener la verdad histórica. A Boric le vendría bien recordar a Allende: En 1938, luchábamos por ser la izquierda de un régimen y de un sistema. En 1970 no luchamos por ser la izquierda de un régimen capitalista, luchamos por sustituir el régimen capitalista.

A 50 años del golpe, los gobiernos posdictadura han mantenido el discurso de la reconciliación. Sebastián Piñera: “El pasado ya está escrito. Podemos recordarlo, estudiarlo y discutirlo, pero ya no podemos cambiarlo. […] Invito a mis compatriotas a recordar y conmemorar en forma pacífica y reflexiva este cuadragésimo aniversario del golpe militar de 1973, con un verdadero sentido de unidad, nación y futuro”. En 2003, Ricardo Lagos declaraba: “Las últimas palabras del presidente Allende no fueron expresiones de cólera, menos de resentimiento. […] Los chilenos debemos hacerlas nuestras para construir ese futuro”. Y Aylwin, en 1990, ante la tumba de Allende: “Al rendir juntos homenaje póstumo al gobernante de quienes unos fueron seguidores y otros fuimos adversarios, reconocemos nuestra común identidad y expresamos nuestra voluntad de privilegiar el futuro de la patria, que nos exige unirnos por sobre las disputas que en el pasado nos separaron […]. Debo decirlo con franqueza: si se repitieran las mismas circunstancias, volvería a ser decidido opositor. […] Muchas fueron las causas de la crisis que sufrimos. Pero, así como ayer nos culpábamos de ella unos a otros, hoy hemos asumido –cual más cual menos– las responsabilidades que nos corresponden y, sobre todo, hemos aprendido de los errores que todos cometimos, para encaminarnos, con firme decisión, a superar el pasado doloroso, reconciliarnos y construir en conjunto el porvenir”. Y ¿cuáles serían esas circunstancias? Dejemos la palabra a Aylwin (24 de septiembre de 1973): “Tenemos el convencimiento –se refiere a la democracia cristiana– de que la llamada vía chilena al socialismo, que empujó y enarboló como bandera la UP estaba rotundamente fracasada, y eso lo sabían la UP y Allende, y por eso ellos se aprestaban a través de la organización de milicias armadas, muy fuertemente equipadas que constituían un verdadero ejército paralelo, para dar un autogolpe y asumir por la violencia la totalidad del poder, en esas circunstancias, pensamos que la acción de las fuerzas armadas simplemente se anticipó a ese riesgo para salvar el país de caer en una guerra civil o tiranía comunista”.

La verdad histórica fue la puerta de entrada para limpiar de sangre las manos de los verdaderos responsables: la derecha, la democracia cristiana, los militares traidores y la dupla Nixon-Kissinger. Desde Aylwin hasta Boric, todos los presidentes viven una mentira para justificar la traición y su apego a la economía de mercado.

p????or Marcos Roitman Rosenmann