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Antiguo Hospital Naval – Memoria Viva

Antiguo Hospital Naval


Alias:Palacio de las Sonrisas

Ubicación:Avenida Colón N° 636, Punta Arenas XII Región

Organismos:Servicio de Inteligencia Militar (SIM)

Rama:Ejército

Geolocalización: Google Maps Link


Descripción General

Categoría : Otra Información

En la Zona de Magallanes se utilizó Regimientos, Recinto Navales, Aéreos y Policiales como centros de detención y tortura para los prisioneros políticos de la región.  Era entonces jefe provincial de Punta Arenas el general ®-Manuel Torres de la Cruz. En febrero de 1974 la comandancia de esta zona pasó a manos del General Augusto Lutz. Uno de los centros de detención y tortura usados en esa época fue el Antiguo Hospital Naval, ubicado en pleno centro de la ciudad de Punta Arenas, en Avenida Colón, contiguo a la Compañía de Teléfonos. Conocido como el "Palacio de las Sonrisas”, este centro de tortura comenzó a funcionar desde el mismo día 11 de septiembre de 1973, interrogando a detenidos transferidos desde otros centros. El Palacio de las Sonrisas  era el principal centro de torturas e interrogaciones de Punta Arenas  y Magallanes. Esta era  también la sede central de operaciones  del  Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la región.

El edificio donde  funcionaba el Palacio de las Sonrisas  tiene tres pisos con varias salas y cuartos.  Este centro tenia la peculiaridad de tener en el mismo lugar dependencias de torturas y administrativas,  conjuntamente con los archivos y fichas de los detenidos. Por un lado tenían  equipos de oficina. Habían  maquinas de escribir, gabinetes de archivo, mesas, estantes y escritorios, como también fotocopiadoras, bastantes teléfonos y radios de comunicación. Por otro lado estaba habilitado con equipos especiales de torturas, tales como  camillas de metales, equipos eléctricos de tortura, y pequeños espacios que se utilizaban como celdas provisorias.

El espacio de torturas estaba dividido por separadores de ambiente de oficinas. En las salas grandes funcionaban varias camillas de torturas También había una sala de primeros auxilios.

Este centro se  caracterizaba, además de ser tenebroso, por ser álgido y bullicioso. Se empleaba varias decenas  de personas en su funcionamiento – agentes  torturadores e interrogadores, personal  administrativo, personal militar de guardia, y los militares que se encargaban del transporte de los detenidos( principalmente del Regimiento de Telecomunicaciones). Generalmente se escuchaba, además de los gritos de los torturados,  ruidos de maquinas de escribir, teléfonos, radios de comunicación, copiadoras, comandos y  ordenes militares como también conversación y música..En este centro de detención se torturaban simultáneamente a decenas de detenidos  por diferentes grupos de interrogadores. La sala de primeros auxilios veía a los torturados en mas mal estado – asegurándose de que sobrevivieran las torturas.  Esta sala atendida principalmente por enfermeros – y uno o dos doctores que pasaban periódicamente. En este  mismo recinto se escribían  las declaraciones  que hacían firmar  a los detenidos  vendados y bajo torturas. En el Palacio de las Sonrisas se interrogaron y torturaron a la mayoría de los preso políticos de Magallanes. Se estima que entre 1200 a 1500 personas fueron victimas de  torturas en este centro. Las declaraciones de uno de los sobrevivientes de este centro de tortura señala:

 

Fuentes de Información Consultadas: La Prensa Austral; “La represión política en Chile: los hechos”; www.dawson2000.com; Memoriaviva;


Testimonios

Fuente :Informe Valech, 2004

Categoría : Testimonio

             “..a mí me arrestaron el día 5 de octubre de 1973 y la tortura comenzó en el instante mismo del arresto. Allí mismo, frente a la modesta casa que arrendamos en el Barrio Sur me vendaron y amarraron para golpearme y amenazarme en frente a los gemidos de terror de mi madre de fusilarme en el acto. El simulacro de fusilamiento terminó en las risotadas de burla de los fusileros. Me llevaron entonces a un local habilitado para torturar en la Avenida Colónun hospital abandonado, donde como era tratamiento habitual para todos los prisioneros fui despojado de mis ropas y sometido a golpizas con patadas, palos, puños y culatazos, mientras permanecía amarrado y con los ojos vendados. Los gritos de terror de hombres y mujeres se escuchaban por todos lados, mientras los valientes soldados de la patria se ensañaban contra un enemigo desarmado.

Luego de varias horas de golpiza, fui sumergido en un pozo de excrementos humanos, donde la fetidez y los líquidos nauseabundos me asfixiaban. Luego, fui sacado de allí para ser metido en un baño donde me manguerearon con agua fría para limpiarme un poco de los excrementos y continuar torturándome.

Bajo el agua fría me siguieron golpeando con palos, para eventualmente sacarme de allí y meterme a la “parrilla”. La “parrilla” era un catre de metal donde fui tendido y amarrado. Luego hicieron un circuito con cables que partían desde los dedos de los pies, las rodillas, el esfínter, los testículos, el pene, el estómago, las tetillas, los dedos de las manos, el cuello, los labios, la nariz, los ojos, para terminar en las sienes. Luego, el torturador al mando ordenaba las descargas eléctricas que provenían de un dínamo manual. Todo mi cuerpo se convulsionaba de dolor y emitía alaridos desgarradores, a los cuales los torturadores contestaban con gritos, insultos y risotadas.

Cuando ya los torturadores pensaban que habían culminado el “tratamiento” fui vestido, tirado siempre amarrado y vendado en un camión del Ejército y transportado al centro de detención, el Regimiento Pudeto. Al llegar allí me encontré con que ya habían cientos de presos, muchos compañeros a los que reconocí, que ya habían pasado por similar tratamiento. Debo decir que tal vez debo dar gracias que a mí solamente me dieron un tratamiento de tortura “suave”, porque con otros compañeros practicaron aun torturas más horripilantes. También hay que decir que parte del tratamiento general de las compañeras estaba la violación, vejación y abuso sexual.

 Estas sesiones de tortura se repitieron hasta que se estableció una causa de acusación en Enero de 1974. El fiscal a cargo de mi caso era un oficial de la Marina, Walter Radic. Al final fui condenado a 5 años y un día y en Febrero de 1974 nos mandaron a los primeros “rematados” de Magallanes a la Isla Dawson. Mi número era “remo 14”.


Senador Pedro Muñoz rechaza licitación de ex Hospital Naval en Punta Arenas

Fuente :radio.uchile.cl, 2 de Febrero 2013

Categoría : Prensa

El senador socialista se mostró en contra de la licitación que abriera el ministerio de Bienes Nacionales por el edificio de Colón 636, en Punta Arenas, principal centro de detención y tortura en la región magallánica. Agrupaciones de DDHH esperan convertir el edificio en un museo de la memoria.

El senador del Partido Socialista Pedro Muñoz rechazó la licitación del antiguo Hospital Naval, ubicado en calle Colón 636 de Punta Arenas, que funcionó como centro de detención y tortura durante la última dictadura militar.

El inmueble había sido traspasado el año 2006, por la Armada de Chile al Gobierno Regional, quien lo cedió a las organizaciones de promoción de los Derechos Humanos de Magallanes.

El legislador calificó como muy lamentable y grave la eventual enajenación del recinto, por cuánto señaló que “éste constituye un símbolo de las atrocidades cometidas durante la dictadura a tantos magallánicos que debe servir para que las futuras generaciones conozcan esta parte oscura de nuestra historia y reafirmen su compromiso de no volver a cometer estos horrores”.

Muñoz valoró en ese sentido, la propuesta de ex presos políticos de la región que aspiran a crear un museo y centro cultural a cargo de las organizaciones que agrupan a ex detenidos y torturados.


Agrupaciones de DDHH buscan detener licitación de centro de tortura en Magallanes

Fuente :radio.uchile.cl, 1 de Febrero 2013

Categoría : Prensa

La Unión Comunal de Agrupaciones de Derechos Humanos de Magallanes presentó distintos reclamos por la licitación del ex Hospital Naval, inmueble destinado durante dictadura a centro de detención y torturas. El alcalde de la comuna, Emilio Bocazzi, comprometió interceder ante el ministerio de Bienes Nacionales y el Presidente Sebastián Piñera para mantener el inmueble como un Museo de la Memoria en esta ciudad.

La Unión Comunal de Agrupaciones de Derechos Humanos de Punta Arenas inició una serie de diligencias y reclamos públicos por el llamado a licitación que el ministerio de Bienes Nacionales, que busca entregar el inmueble de calle Colón 636, el ex Hospital Naval que fue utilizado como centro de detención y tortura durante el régimen militar.

La licitación busca concesionar gratuitamente la propiedad, a través de la ejecución de un proyecto cultural, lo cual es refutado por grupos locales, quienes trabajan por crear ahí un Museo de la Memoria que honre los Derechos Humanos.

El documento apunta que “el año 2006, fue el propio comandante en Jefe de la Armada, Rodolfo Codina, quien luego de reunirse con organizaciones de Derechos Humanos, hace traspaso de dicho inmueble al gobierno regional, quien a su vez lo cede a las organizaciones de Derechos Humanos de la región”.

El presidente de la unión comunal, Francisco Alarcón, quien durante la dictadura fue recluido y torturado más de una vez en este recinto, recalcó que la postura tiene el apoyo de distintas agrupaciones sociales, políticas y de distinta índole.

“La cohesión de las agrupaciones de derechos humanos, respaldada por organizaciones sociales, partidos políticos, iglesias y otros sectores, es para rechazar el llamado a licitación. Se trata de borrar las huellas de lo que ocurrió en este edificio en tiempos de dictadura. Acá se alojó el aparato represivo y de inteligencia de la dictadura el mismo día 11 de septiembre de 1973”, declaró.

Consultada la secretaría regional de Bienes Nacionales, nos indican que el seremi Alfonso Roux está de vacaciones, pero medios locales recogen declaraciones donde indica que las agrupaciones de derechos humanos no han presentado un proyecto serio y hoy el inmueble se encuentra en avanzado deterioro.

Ante ello, Alarcón responde que la autoridad no ha transmitido al poder central el interés de la comuna por preservar la Casa Museo: “Nosotros no conversamos, fuimos a entregarle un documento. Consideramos que no ha jugado ningún papel conociendo la realidad de Magallanes. La mayor parte de los seremis son bolsones que transmiten y ejecutan las acciones que ordena el centralismo. Por lo tanto tenemos una crítica muy fuerte contra el seremi de Bienes Nacionales, porque él como magallánico pudo haber tenido opinión para defender la causa de los Derechos Humanos”.

El alcalde de Punta Arenas, Emilio Bocazzi, recibió a los voceros y comprometió su ayuda para mantener el inmueble en manos de grupos sociales, y destacó además la intención de recuperar la casa, residencia de uno de los principales arquitectos fundadores de la comuna.

“Lo que nosotros hemos señalado es nuestra disponibilidad como municipio para pedirle al ministerio de Bienes Nacionales que ponga freno a esta licitación. Creemos que no es la manera de hacer las cosas, si es necesario disponer que el municipio pueda tomar en comodato directo, no por licitación, desde el ministerio el inmueble y ponerlo en valor. Es un inmueble importante, fue residencia del arquitecto Antoine Beaulier, luego fue un centro de detención y tortura, entonces nos interesa que sea un lugar preservado por la ciudad”, declaró el edil.

Durante la dictadura la casa era motejada despectivamente como “Palacio de la Sonrisa”, y hoy presenta deterioro por dos aluviones que han afectado a la comuna. Pese a ello, familiares de desaparecidos y ex pesos políticos de Magallanes esperan crear en el inmueble un punto de homenaje a víctimas de la violación a los derechos humanos.


Violaciones a los derechos humanos en la Duodécima Región

Fuente :Vicarial de la Solidaridad, 1989

Categoría : Otra Información

Al igual que en el resto del país, en la Duodécima Región, las Fuerzas Armadas asumieron el control político y militar de la zona luego del golpe de estado de septiembre de 1 973. En virtud de la nueva situación creada a partir de este hecho de fuerza, intervinieron los centros productivos (minera, petróleo, pesca y ganadera) y educativos de la zona (sede de la Universidad Técnica del Estado); interrumpieron el funcionamiento de los partidos políticos y de las organizaciones sociales, iniciando un desmantelamiento progresivo del tejido social de la región; y por último, dieron comienzo a una violenta represión organizada y dirigida sistemáticamente desde el aparato del Estado. Como Jefe de Zona en Estado de Sitio para la provincia de Magallanes fue designado el General División (Ejercito), Manuel Torres de La Cruz, quien meses antes del golpe militar ordeno efectuar un allanamiento a la industria "Lanera Austral" de Punta Arenas, basándose en la recientemente aprobada Ley de Control de Armas y con el pretexto de buscar armamentos que -supuestamente habrían existido en la mencionada fabrica.

Sin duda, la ciudad donde se produjo la mayor cantidad de represión fue Punta Arenas, capital de la provincia de Magallanes, en donde los Servicios de inteligencia mantengan varios lugares de interrogatorio y detención provisoria. Entre ellos destacan el antiguo Hospital Naval de Punta Arenas (más conocido bajo la denominación de "Palacio de las Sonrisas" que le daban los propios presos), el Regimiento Pudeto, la Base Aérea de Bahía Catalina y el Regimiento de infantería de Marina Cochrane; sin perjuicio de lo anterior, en los primeros momentos después del golpe, también se utilizaron Comisaras de Carabineros y Cuarteles de la Policía de investigaciones para detener personas.

Como en otros lugares, hubo gente que se presentó voluntariamente ante las nuevas autoridades luego de ser llamada mediante bandos y otros que fueron arrestados en sus domicilios o en la va publica. La preminencia en las actividades represivas de esta zona la tuvo el Ejercito y Carabineros, especialmente el SIM (Servicio de inteligencia Militar del Ejercito) en coordinación con la DINA (Dirección de inteligencia Nacional) a partir de 1974, servicio en el cual se va delegando paulatinamente la dirección de las actividades represivas. En una primera etapa la represión tiene un carácter indiscriminado y afecta a dirigentes políticos, sociales y autoridades del depuesto gobierno de la Unidad Popular, así como a simples militantes de los partidos declarados fuera de la ley e, incluso, a personas meramente relacionadas con todos estos; posteriormente, se vuelve más selectiva. Los detenidos son llevados inicialmente a centros de interrogatorio en donde, generalmente, se les tortura para obtener información; luego son trasladados a otros recintos de detención mas permanente en donde esperan un eventual proceso o su puesta en libertad.

En Punta Arenas se celebraron varios Consejos de Guerra, en los cuales se violaron abiertamente las garante as procesales de los afectados, sobre todo en las limitaciones impuestas a su derecho a una adecuada defensa. Fruto de esta situación de violación masiva de los derechos de las personas se produjeron ejecuciones extrajudiciales, detenciones seguidas de desaparecimiento, torturas, amedrentamientos y otros actos de "terrorismo de Estado", como se verá más adelante.

El principal campo de prisioneros que hubo en esta zona fue Isla Dawson, recinto que se encontraba bajo la jurisdicción de la División de Ejercito con asiento en Punta Arenas y en cuya custodia se alternaban infantes de Marina y efectivos del Ejército. En esta isla también funcionaba un campamento de ingenieros de la Armada. El 1 6 de septiembre de 1973, cuando llevaron a este lugar a los principales personeros del gobierno de la Unidad Popular que se encontraban detenidos, ya habían otros prisioneros de la zona.

Las habitaciones del campamento eran inadecuadas para el inhóspito clima de la región y carecían de servicios higiénicos apropiados: Los detenidos deban lavarse en un canal de aguas servidas y la comida era insuficiente, lo que facilitaba el debilitamiento de los presos.

En un comienzo, además de los principales personeros del gobierno depuesto -que estaban separados del resto- habían alrededor de 300 prisioneros de la provincia de Magallanes, incluyendo condenados y arrestados por infringir las normas del Estado de Sitio. Los detenidos eran sometidos a trabajos forzados; así, se instalaron entre 16 y 18 kilómetros de alambradas y postes telefónicos, con un poste cada 50 metros.

Otro tipo de trabajos forzados se efectuaban en las llamadas "tuberas", que consistan en una especie de tango o lodazal en los cuales se produce una descomposición de helechos que, según los militares, era buen material para abono; los detenidos deban hundirse en el fango y sacar los helechos en descomposición, apilándolos en grandes montones. Otros trabajos consistían en cargar camiones con piedras grandes, limpiar caminos, hacer canales, abrir zanjas, alambrar, acarrear ripio en sacos (al hombro y al trote), etc. A los detenidos se les obligaba, además, a marchar y a hacer diversos tipos de formaciones militares y ejercicios físicos.

No se permitan visitas de familiares, pero de manera irregular los detenidos recibían correspondencia y encomiendas, todo lo cual era rigurosamente censurado. Eran comunes los simulacros de fusilamiento y los grandes despliegues de fuerza que realizaban las guardias para amedrentar a los detenidos.

Los principales personeros de la Unidad Popular fueron trasladados a Santiago a comienzos de junio de 1974 y posteriormente, en octubre del mismo año, el campo fue cerrado. Los condenados fueron recluidos en la Cárcel de Punta Arenas y otros detenidos puestos en libertad.

Posteriormente, dentro del marco de las "protestas nacionales" que caracterizaron los años 1983 a 1986, se volvieron a registrar situaciones de represión masiva en Punta Arenas. Uno de los casos más graves se verifico el 26 de octubre de 1984, con ocasión de una gran manifestación de repudio a la visita del General Pinochet a esa ciudad, hecho conocido como el "Puntarenazo". En esa oportunidad se produjeron serios incidentes cuando centenares de personas realizaron una manifestación contra el Jefe de Estado, mientras este participaba en una ceremonia oficial de izamiento del pabellón nacional en la Plaza de Armas de Punta Arenas. Carabineros y efectivos de seguridad se abalanzaron contra los manifestantes, golpeándolos duramente y persiguiéndolos hasta la Iglesia Catedral, donde estos se refugiaron y continuaron su manifestación antigubernamental. La policía y los agentes de seguridad procedieron a sitiar el templo durante tres horas, sin dejar salir a quienes se hallaban en su interior y produciéndose una tensa situación en la que debió mediar el párroco subrogante, sacerdote Enrique Gomez Martínez. Además, grupos partidarios del Gobierno, principalmente conscriptos de civil que obedecían ordenes, se abalanzaron contra las rejas de la Catedral insultando a la Iglesia, lanzando piedras y otros objetos contra el Templo y las personas que intentaban calmar la situación. Como resultado de todo esto, Carabineros detuvo a 1 6 personas, entre ellos el presidente del sindicato de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), Jose Ruiz Di Giogio, quien debió ser hospitalizado con traumatismo encéfalo craneano, producto de los golpes dados por carabineros. Los detenidos fueron incomunicados y 9 de ellos procesados por presunta infracción a la Ley de Seguridad del Estado. Las autoridades regionales y el general Pinochet responsabilizaron a la Iglesia por estos hechos.

Meses después, el 6 de octubre en horas de la madrugada, la Parroquia Nuestra Señora de Fátima ubicada en la "Población 18 de Septiembre" de Punta Arenas, fue objeto de un atentado terrorista consistente en el estallido de un artefacto explosivo de alto poder, que demolió una de las dependencias del recinto eclesiástico y causo daños de consideración en otras dieciocho viviendas del sector. En la explosión murió en forma instantánea el teniente de Ejercito, Patricio Contreras Martínez, experto en explosivos destinados al Departamento Especial de inteligencia. En el lugar de los hechos se encontró gran cantidad de panfletos firmados por la Acción Chilena Anticomunista (ACHA) en los que se lefa: "En nuestra Iglesia queremos religión y no políticos con disfraz de cura".

Finalmente, a esta región fueron relegadas una cantidad considerable de personas, sobre todo aquellas detenidas en el periodo de las protestas nacionales. Entre otros, fueron utilizadas como lugares de relegación las localidades de Porvenir, Puerto Natales, San Gregorio y Rifo Seco.

Persona Desaparecida en la Duodécima Región

BETTANCOURT BAHAMONDE, SILVIO FRANCISCO; ingeniero petroquímico. 23 anos a la fecha de su desaparecimiento, militante del MAPU. Desaparecido en una fecha no precisada después del 21 de septiembre de 1973, en circunstancias que se disponía a viajar a Rio Gallegos (Argentina) desde Punta Arenas. Una de las ultimas personas que estuvo con el (entre el 14 y 1 6 de septiembre), Libio Pérez, fue detenido el 23 de septiembre e interrogado por miembros de los Servicios de Seguridad sobre Silvio Bettancourt, de quien sabían sus planes de viajar a Rio Gallegos e incluso la ruta que trazo para ello. El afectado fue intensamente buscado por las autoridades militares apenas producido el golpe de estado.

Personas Fusiladas O Asesinadas en la Región

BAIGORRI HERNANDEZ, CARLOS.

CARCAMO CARRASCO, GERMAN.

GONZALEZ ORTEGA, RAMON; funcionario del Servicio de Impuestos lnternos de Punta Arenas. El Mercurio del 2 de noviembre de 1973, bajo el título “Tres extremistas muertos cerca de Punta Arenas”, informa que tres personas que se habían fugado del Regimiento de Porvenir, en la Isla Grande de Tierra del Fuego, fueron ubicadas veinte kilometres al norte de la ciudad y muertos al no obedecer la orden de “alto". La información agrega que Ramon Gonzalez había viajado desde la Isla Dawson (donde estaba) a Porvenir con el objeto de hacer la entrega final de la Cooperativa Pesquera COPETIF, de la que era interventor. La información no entrega la fecha en que ocurrieron los hechos.

PARRA ALARCON, JORGE MANUE: El 26 de octubre de 1973 el lntendente de Magallanes, General Manuel Torres de la Cruz, informo a los periodistas que en la localidad de Cerro Sombrero -ubicada en Tierra del Fuego- fue muerto Jorge Manuel Parra, militante comunista, al intentar agredir a un oficial de Ejercito que lo estaba interrogando. Las informaciones de prensa no indican el lugar ni la fecha en que ocurrieron los hechos.

ALVAREZ BARRIA, JOSE; dirigente sindical, militante socialista. Diversas informaciones de prensa del 2 de octubre de 1973 dieron cuenta que Jorge Parra Alarcón falleció en el Hospital Regional de Punta Arenas, tras haber sido detenido y herido a bala por una patrulla militar que lo habría sorprendido en una reunión clandestina en la calle Arturo Prat de esa ciudad junto a otras 5 personas. Según el comunicado de la lntendencia Regional, el occiso habría intentado agredir al oficial que comandaba la patrulla militar. Jose Alvarez Barria era secretario del Sindicato de Trabajadores de Barrancas de elaboración de maderas, de puertas, ventanas, mueblería y ramos similares; y ocupaba el segundo lugar de la lista que habrá entregado la lntendencia sobre personas que debían ser detenidas. El intendente indicó que se trataba de "un individuo muy peligroso".


Organizaciones de DDHH, Orlando Letelier del solar y Dawson 2000 intervienen en polémica por bautizar calle con el nombre de medico director del Hospi

Fuente :radiopolar.com, 28 de Mayo 2011

Categoría : Prensa

En relación al reconocimiento que por decreto No 1640 de fecha 12 de Mayo de 2011, la Ilustre Municipalidad de Punta Arenas realizó al otorgar a una Calle de la Comuna el nombre de quien en su calidad de médico y oficial de la Armada de Chile se desempeñó como director del Hospital Naval de Punta Arenas, desde el año 1973, nos dirigimos a la comunidad de Magallanes y a la opinión pública para expresar lo siguiente:

1. Con posterioridad a la dictación del mencionado decreto, algunos familiares de queridos y recordados compañeros de prisión e infortunio y que hoy no están con nosotros, opinaron favorablemente sobre esta medida. Frente a estas declaraciones decidimos reservarnos nuestra opinión. Sin perjuicio de lo anterior, no hemos podido dejar de recordar entonces y como siempre, la extrema crueldad y ensañamiento con que nuestros carceleros y sus cómplices procedieron en contra nuestra.

2. Sin embargo, y en vista de las insólitas declaraciones del Señor Concejal de la Democracia Cristiana don Jose Saldivia publicadas el martes 24 de mayo el Diario La Prensa Austral de manera destacada (página 2) hemos resuelto responder a tan infundadas afirmaciones. El Sr. Saldivia ha declarado: No cabe duda que se va a valorar el testimonio de gente importante que reconoce al doctor Babaic como una figura seria en la defensa de los Derechos Humanos. En nuestra opinión, tales inexplicables y excesivos conceptos no pueden quedar sin la debida expresión de rechazo y aclaración publica por nuestra parte.

3. Afirmar que el doctor Babaic constituye una figura seria en la defensa de los derechos humanos constituye una falsedad, un despropósito y una afrenta para los auténticos defensores de los derechos humanos.

4. Como todo el país conoce, durante la dictadura militar, se cometieron graves, masivas y sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos, causadas por agentes del Estado que según la doctrina Internacional de los Derechos Humanos, estos delitos son imprescriptibles e inamnistiables.

5. Tales delitos correspondieron no a excesos individuales, sino a una política de estado, y en el caso de Magallanes, fue organizada y dirigida por los más altos mandos en la región y de cada lugar de detención. Es decir, las torturas, las detenciones ilegales de más de 2000 hombres, mujeres y adolescentes, la reclusión en campos de concentración, la expulsión de los lugares de trabajo o estudio, las múltiples vejaciones y tormentos, los vergonzosos Consejos de Guerra que debimos sufrir fue parte de una política premeditada, de la cual son responsables sus ejecutores directos, sus inspiradores y sus cómplices o encubridores, tanto por acción como por omisión.

6. Puede ser que este oficial haya tenido gestos de cordialidad hacia algunos prisioneros, pero quienes pasamos por interminables sesiones de torturas, sabemos que a menudo entre los torturadores y sus cómplices haba uno que jugaba el papel de bueno. En este caso y según nos consta, ostentando el grado de Capitán de la Armada de Chile y ejerciendo el cargo de Director del Hospital Naval, que opero en los hechos como centro de detención, incomunicación y encubrimiento, nunca se interpuso o realizo gestión alguna para impedir los abusos de los agentes de los servicios de seguridad, las cuales de ningún modo poda ignorar, puesto que estaban teniendo lugar en su entorno inmediato e implicaban directamente a colegas suyos y subordinados. Todavía más, el doctor Babaic no pudo dejar de conocer directamente del estado de los presos políticos que fueron llevados de urgencia al establecimiento que dirigiría, con el fin de ser tratados de quemaduras graves, contusiones y fracturas múltiples entre muchos otros efectos de las brutales golpizas y torturas a las que habían sido sometidos, hombres y mujeres, para ser luego dados de alta por el personal médico bajo su mando, y ser devueltos a los recintos de detención para volver a ser torturados.

7. Adicionalmente hay que dejar constancia que el campo de concentración de Isla Dawson, donde hubo más de 700 presos políticos dependa de la Armada, institución de la cual en su rea, era el oficial de mayor jerarquía, también el Regimiento Cochrane, que se caracteriza por la extrema crueldad que se dio a 300 detenidos que allí estuvieron. Suponer que este oficial ignoraba todo lo que allí pasaba, o que tampoco sabía lo que ocurra día a día en el centro de torturas habilitado en el corazón de Punta Arenas, a dos cuadras de la Plaza de Armas, en el antiguo Hospital Naval (Av. Colon No 636), también dependiente de la Armada constituye una ingenuidad manifiesta.

8. La sobrevivencia , no fue fácil, pero recordamos con orgullo y gratitud los grandes valores presente en estas situaciones límites; la solidaridad, fraternidad y la dignidad puesta a prueba de quienes sobrevivimos en los más de 30 lugares de detención dispuesto en Magallanes; en este contexto constituye un deber destacar con emoción y orgullo, el coraje y la valentía de los médicos que estuvieron detenidos y torturados junto a nosotros: NUNCA ALGUIEN ENNOBLECIDO TANTO LA PROFESION DE MEDICO, COMO LOS QUERIDOS DOCTORES JUAN LUIS ROJAS, OSCAR RODRIGUEZ Y ARTURO JIRON, QUIENES A LOS PROPIOS DOLORES , PENAS Y SUFRIMIENTOS PERSONALES, SE TUVIERON QUE HACER CARGO DE LOS NUESTROS.

9. Por lo expuesto, estimamos como injusta e infundada la decisión adoptada por el Concejo Municipal de la Ilustre Municipalidad de Punta Arenas a favor de una persona que no merece tal reconocimiento, pues la cobarde moral de los vivos o de los ya fallecidos, de ningún modo debe ser homenajeada, ni del modo que se ha resuelto ni de ningún otro, pues constituye un grave atentado para la memoria histórica de nuestro pueblo y un contrasentido y retroceso en la construcción de una ciudadana respetuosa de los derechos humanos.

10. Finalmente, esperamos que el Sr. Concejal Saldivia pueda tomarse el tiempo para investigar un poco más sobre las materias que opina con tanta soltura como ignorancia, y consiguientemente, en honor y reconocimiento a la verdad, proceda a retirar sus lamentables afirmaciones.

Ángel Vera Fernández, Presidente, Agrupación Orlando Letelier del Solar

Baldovino Gómez Alba, Organización No Gubernamental, Dawson 2000


La Armada en un mar de sangre

Fuente :puntofinal.cl, 2 de Mayo 2008

Categoría : Prensa

La peor tormenta de que se tenga memoria en Valparaíso se formó un martes de tardío invierno en las profundidades del mar. Ni siquiera la estupefacta luna alcanzó a derramar una lágrima de plata por el temporal de terror que se avecinaba. Tal vez porque nunca imaginó la ferocidad de los que salieron a matar en una guerra inventada. Cuando se sacudió su asombro y quiso gritar para que la gente del puerto escapara por los cerros hacia el cielo, le perforaron el pecho, le destrozaron la mirada y le enturbiaron para siempre su luz de faro eterno. Y en medio del miedo cayó Miguel, irremediablemente y para siempre: la Armada lo hizo desaparecer, como a muchos. Porque los ricos no perdonan, simplemente matan cuando tienen que matar, y los marinos torturan cuando tienen que torturar para luego ocultarse en las sombras del olvido.

A Miguel Woodward, sacerdote del pueblo, lo torturaron en la Academia de Guerra Naval, lo asesinaron en la Esmeralda y lo hicieron desaparecer en la bruma porteña, hasta que su hermana, Patricia Woodward, y el esposo de ésta, Fred Bennetts, comenzaron el sinuoso periplo para desentrañar la verdad y hacer justicia en un país sin justicia. La resultante de sus esfuerzos -34 años después del golpe y 6 años después de haber presentado una querella ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso- ha sido la resolución de la ministra Eliana Quezada, quien declaró reos a los vicealmirantes (r) Adolfo Walbaum Wieber; Guillermo Aldoney Hansen y Juan Mackay Barriga; a los capitanes de navío (r) Sergio Barra Von Kretschmann y Ricardo Riesco Cornejo, así como al médico Carlos Costa Canessa.

Walbaum era jefe de la I Zona Naval y, además, intendente designado de la dictadura; por su parte, Aldoney era jefe del Estado Mayor de la I Zona Naval. El vicealmirante Juan Mackay es vicepresidente del Consejo de Almirantes y Generales en Retiro de Valparaíso, el capitán Barra era jefe de Inteligencia Naval en 1973 y el doctor Costa firmó el certificado de defunción de Woodward sin jamás haber examinado o visto el cadáver del sacerdote. Lo hizo en el antiguo Hospital Naval de Playa Ancha, donde se habilitó una sala, en el último piso del recinto, para albergar a los prisioneros políticos torturados en la Academia de Guerra Naval que requerían atención médica para, posteriormente, continuar siendo interrogados y torturados por el Servicio de Inteligencia de la Armada. Médicos, enfermeras, sacerdotes y marinos colaboraban con los servicios de seguridad intentando obtener información de los detenidos.

La utilización de diversos recintos navales, la participación del alto mando en la planificación e implementación de la represión implican responsabilidad institucional en la represión. Para Patricia Woodward, “la Armada debería hacerse responsable, como institución, de todas las violaciones de derechos humanos infligidas bajo su mando en todas sus dependencias en Chile”. Más aún, señala categóricamente Bennetts, la Armada “debe reconocer que no tiene sentido alguno -y nunca lo tuvo- insistir en la tesis articulada por el actual comandante en jefe de la Armada, almirante Rodolfo Codina, sobre que las responsabilidades podrían llegar hasta el nivel de ‘mandos operacionales’, pero nunca hasta los altos mandos”.

La resolución de la jueza Quezada “ya ha llegado a este último nivel y los altos mandos, por definición, sí tienen autoridad, y por lo tanto responsabilidad institucional en el sentido político y moral, y en todos los demás sentidos, salvo, evidentemente, en lo puramente judicial, puesto que la ley penal sólo es aplicable a personas”. Además, sostiene Fred Bennetts, “el almirante Codina ha dicho que él es el único alto mando de la Armada que estaba en servicio en septiembre de 1973. No es así. Y puesto que la Armada tiene plenos poderes para investigar a sus funcionarios en servicio activo para garantizar que ninguno de los oficiales del actual alto mando participaron en las acciones represivas después del 11 de septiembre de 1973”, debería investigar “a nivel del Consejo de Almirantes a los vicealmirantes Mariano Sarratea Saint-Lawrence, director general de Finanzas; Cristián Gantes Young, director general de los Servicios y, Sergio Robinson Prieto, jefe del Estado Mayor General de la Armada”. Quizás se desentrañaría el misterio y el secreto que circunda a la acción represiva de la Armada, y se ensancharía el horizonte de justicia.

UN POCO DE JUSTICIA EN MEDIO DE LA IMPUNIDAD

De repente son sólo ramalazos de luz en la neblina porteña de esos días, minúsculos fragmentos de verdad, retazos de memoria y atisbos de justicia. Sin embargo, para Patricia Woodward, el fallo de la ministra Quezada constituye un paso adelante, un paso esperanzador, no sólo porque identifica y procesa a oficiales del alto mando, sino porque “es significativo que la base de los cargos sea secuestro, no asesinato”. Efectivamente, el fallo judicial somete a proceso y declara reos por secuestro calificado y torturas a varios prisioneros políticos lo cual, para Jaime Contreras, integrante del Grupo de Amigos de Miguel Woodward y amigo personal del sacerdote, significa “un paso de primera importancia hacia la verdad y la justicia, no sólo respecto al caso de Miguel, sino de todos los torturados y muertos por la Armada. Es claro que este paso debería seguir con declarar reos y procesar a los mandos medios, ejecutores y encubridores del ‘secuestro calificado’ -entiéndase asesinato- de Miguel y por resoluciones similares en otras querellas”.
No obstante este alentador paso, y el coraje de la ministra Eliana Quezada -subrayado por los querellantes toda vez que ha sido amenazada de muerte y además sometida a presiones por parte de la Armada-, todo puede quedar en nada debido al clima general de impunidad que se ha entronizado en el país y, en particular, por la conspiración de silencio en torno al caso de Woodward. Conspiración, según Patricia, “difícil aún ahora de descifrar, pero ciertamente la Armada no actuó sola. Yo diría que los vínculos entre distintos estamentos de la sociedad chilena todavía siguen vigentes”. Por lo demás, afirma Bennetts, esta “conspiración de silencio tiene muchas ramificaciones. Por ejemplo, el Ministerio del Interior es pieza clave en el supuesto apoyo del gobierno en al esclarecimiento de las violaciones de derechos humanos, pero el caso de Miguel ha dejado claro que este Ministerio ni siquiera está permitiendo que toda la información que custodia el Archivo de la Comisión Rettig sea facilitada a los tribunales cuando éstos la requieren”.
Asimismo se ha sabido que el Consejo de Defensa del Estado (CDE) estaría por hacerse parte del proceso, lo cual es rechazado por los familiares del asesinado sacerdote toda vez que “el papel de este organismo ha sido muy cuestionable en materia de derechos humanos. Es motivo de escándalo entre la propia gente del CDE que su procurador fiscal en Valparaíso, Enrique Vicente, es imputado en el caso Miguel Woodward y ha hecho grandes esfuerzos para informarse sobre el contenido del expediente. El teniente (r) Vicente, ex-fiscal naval, se encuentra bien acompañado en el CDE por otro ex-fiscal naval, Luis Winter, nombrado por el actual gobierno como consejero abogado a pesar de las quejas de las organizaciones de derechos humanos. En años anteriores, entre los consejeros abogados nombrados por el gobierno de Lagos estaba Gonzalo Vial -falsificador del “Plan Z” y manipulador del Informe Rettig- tal como fue denunciado en Punto Final. Por si fuera poco, el CDE cuenta como gerente con un ex-oficial de la Armada, quien, hace pocos años cuando comandaba la Esmeralda, en un crucero a Halifax dijo de Patricia Woodward, por sus declaraciones a la prensa canadiense: ‘La dama miente’”.

El manto de silencio y encubrimiento de las atrocidades cometidas por la Armada no se circunscribe a la institución o a órganos del Estado, sino que se extiende también a la Iglesia a la cual pertenecía Miguel. En este contexto, Patricia asevera que “en 1986 intentamos conseguir información sobre Miguel en el Obispado de Valparaíso. No conseguimos nada. En una conversación con el ya entonces anciano y enfermo ex obispo Tagle, me dijo que no recordaba si lo habían muerto o fusilado. Y ahora, aunque pueda parecer que los tiempos cambian, la Conferencia Episcopal no ha emitido ninguna declaración para restituir la dignidad al trabajo entre los pobres de mi hermano. En este país muchos católicos todavía creen las historias que contaban de los curas ‘comunistas’, puras falsedades y mentiras”. Fred, por su parte, indica haberse “enterado recientemente que un sacerdote amigo de Miguel, preocupado por su detención, contactó al obispo Emilio Tagle y fue informado por éste que estaba bien. Por lo demás, el entonces vicario general de la diócesis, Jorge Bosagna -que tenía una oficina en el buque Lebu, centro de detención y tortura de la Armada, y que hoy es director del Hogar de Cristo- es imputado por encubrimiento en el sumario de Miguel”.

Pero, además, existe una especie de blanqueamiento sistemático de la imagen de la Armada y de su rol real en la represión post-golpe por parte del Estado y de sus principales autoridades políticas que se expresa, por ejemplo, en que la “presidenta Bachelet no contesta las cartas enviadas sobre el caso de Miguel Woodward. No sabemos qué relaciones puede tener el gobierno con el alto mando de la Armada, sólo los vemos a ambos en eventos públicos: en la llegada de nuevos barcos, en la despedida de la Esmeralda en cada crucero de instrucción, como si nada hubiera pasado en ese barco”. De hecho, parece haberse estructurado, desde el Estado, y particularmente desde el gobierno, un espeso manto de olvido sobre todo lo acaecido en Valparaíso, a pesar de las evidencias disponibles acerca de la violenta represión ejercida por la Marina.

 

por Mauricio Buendia


«¿Glorias navales?»: Crónica del desfile militar del 21 de mayo en Valparaíso

Fuente :eldesconcierto.cl, 22 de Mayo 2017

Categoría : Prensa

El cambio de fecha de la cuenta pública presidencial hizo que este 21 de mayo fuera distinto al de otros años. Valparaíso quedó a libre disposición de la Armada para hacer un homenaje a las Glorias Navales, pero aún así un grupo de organizaciones de Derechos Humanos salió a protestar contra la impunidad y los pactos de silencios de las Fuerzas Armadas.

Valparaíso fue copado este 21 de mayo por la Armada de Chile, realizando un desfile que cubrió todo el plan del puerto, para regocijo de las autoridades regionales y municipales quienes, en forma transversal, se la jugaron por cambiar la fecha de la cuenta pública presidencial y dejar la ciudad “ libre y a completa disposición” de la Marina.

A muchas autoridades les molestaba que el día 21 de mayo se expresara el “Chile real” acá en Valparaíso. En efecto, hasta el año pasado en esta fecha podíamos observar al Poder Ejecutivo y Legislativo enclaustrado en el Congreso Nacional, mientras en la Plaza Sotomayor realizaban una ceremonia y desfilaban las Fuerzas Armadas. En el centro de Valparaíso, en medio de ambos poderes, el político y el militar, el pueblo chileno protestaba manifestándose con fuerza en defensa de sus reivindicaciones y derechos. Esta incómoda imagen no era del agrado de las elites, razón por la cual emplearon todos sus medios para terminar con ella.

Este 21 de mayo, en medio de este enorme despliegue militar, que en algunos rincones de Valparaíso parecía estar en lugares tan apartados como Irak, con enorme sorpresa pude constatar como un uniformado de la Armada ostentaba con desvergüenza en su pecho la medalla pinochetista “misión cumplida”, una clara demostración de la impunidad conferida por los gobiernos civiles de la post dictadura que incluso permiten que, hasta el día de hoy, exista una estatua gigante en los jardines del Museo Naval, en “honor” a José Toribio Merino, principal promotor y ejecutor del Golpe de Estado de 1973.

Pero en medio de esta parafernalia militar, la dignidad se hizo presente y distintas organizaciones de Derechos Humanos, haciendo uso del legítimo derecho a manifestarse libremente, consagrado en el Artículo N°19 de la Constitución Política de Chile que expresa “el derecho a reunirse pacíficamente sin permiso previo y sin armas”, se dispusieron sobre las escalinatas de la Plaza Aníbal Pinto, un espacio de uso público, con lienzos y pancartas, para expresar su repudio a los “pactos de silencio” que no han permitido conocer la verdad en la gran mayoría de los casos de Detenidos Desaparecidos y las violaciones sostenidas de los Derechos Humanos cometidas por personal uniformado durante la dictadura cívico-militar.

La Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos de Valparaíso repartió un comunicado titulado: “La Armada debe ser digna de su pueblo y responder», en el cual se podía leer: “Nuestro país y la Comunidad internacional conocen la gran responsabilidad de la Armada en el golpe de Estado en contra del gobierno constitucional de Chile y en la aplicación del terrorismo de Estado que significó que miles de chilenas y chilenos fueran expulsados de sus trabajos, detenidos, secuestrados, torturados, asesinados y más de 2.500 hechos desaparecer. La Armada, hasta ahora, no entrega ninguna información de lo ocurrido…”.

Por su parte, Javier Rodríguez, vocero de la Agrupación de Amigos de Miguel Woodward, sacerdote asesinado por miembros de la Armada, cuyo cuerpo permanece como detenido desaparecido, manifestó:

“Estamos acá, una vez más, para exigir verdad y justicia por los crímenes de lesa humanidad. Esta vez también estamos acá para exigir a la Armada que entregue de una vez por todas, todos los antecedentes que tiene en sus cuarteles. Estamos acá para exigir a la Armada y a las Fuerzas Armadas en general, que pidan perdón a Chile, que se terminen los pactos de silencio, que el Buque Escuela Esmeralda deje de navegar como Embajadora de Chile, sino que simplemente sea declarada un barco normal, porque ahí en el Buque Escuela murió el Sacerdote Miguel Woodward con un balazo en el pecho.

Entonces sabemos que la Armada no ha hecho ningún acto de reconocimiento en ese sentido. Tampoco ha pedido perdón a las víctimas. Estamos acá también para exigir que saquen el monumento a José Toribio Merino Castro, que está en el Museo Naval, que es una vergüenza que se haga honor y gloria a un asesino. Estamos acá también para que se cierre Punta Peuco para que todos los criminales de lesa humanidad paguen en una cárcel común y corriente. Estamos acá para exigir verdad y justicia, estamos acá para saber dónde están todos los cuerpos de los detenidos desaparecidos».

Las Fuerzas Especiales de Carabineros, en forma arbitraria y violenta, procedieron a disolver esta manifestación pacífica, confiscando lienzos y llevándose detenidos a varios manifestantes, entre ellos a Javier Rodríguez, integrante de la Agrupación de Amigos de Miguel Woodward, y a Gladys Barrios, integrante de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y hermana de Marcelo Barrios, estudiante de Historia y Geografía de la universidad de Playa Ancha, que fue asesinado por una patrulla naval el 31 de agosto de 1989 en el cerro Yungay de Valparaíso.

Esta es la cara de la “democracia pactada” por civiles y militares, que acordaron obedecer el itinerario fijado por la propia dictadura encabezada por Pinochet en la Constitución del ’80 e impulsaron entusiastamente el Plebiscito del Sí y el No, en donde daba lo mismo el resultado, ya que lo importante era legitimar el modelo impuesto a sangre y fuego. Los gobiernos civiles, desde el año ’90 en adelante, se han dedicado a administrar y profundizar el modelo instaurado en dictadura, realizándole algunas reformas cosméticas, pero garantizando una “justicia en la medida de lo posible”, que se ha traducido en la política de impulsar mecanismos que han buscado asegurar la impunidad, incluso construyendo cárceles especiales como Punta Peuco, impunidad que ha podido contrarrestarse, con un éxito relativo, gracias a la lucha constante y tenaz desarrollada por las Organizaciones de Derechos Humanos y de Familiares de Víctimas de la Represión.

El 21 de mayo de 2107, en el denominado “Día de las Glorias Navales”, ha quedado al descubierto el rostro de la democracia que impera en nuestro país, que continúa tutelada por los poderes fácticos, sin hacerse cargo realmente del papel que jugaron las Fuerzas Armadas en el derrocamiento del gobierno legítimo y constitucional del presidente Salvador Allende, y la secuela de horrores que siguen sin verdad ni justicia plena.

En el sitio web Memoria Viva se menciona una enorme cantidad de centros de detención y tortura entre los que aparecen respecto a la Armada en la V Región: la Academia de Guerra, la Base Aeronaval El Belloto, el Buque Escuela Esmeralda, el Cuartel Silva Palma, la Ex Escuela Naval, el Fuerte Papudo, la Fiscalía Naval, el Fuerte Vergara, la Gobernación Marítima y el antiguo Hospital Naval.

No está de más recodar, en este “día de las glorias navales”, que el edificio de la Academia de Guerra fue recientemente demolido, en el mes de febrero de este año. Tal vez como una manera de querer borrar nuestra dolorosa memoria histórica.


Ex preso político Manuel Aguilante “Nos metían dentro de un polígono y ahí nos aplicaban corriente eléctrica”

Fuente :laprensaaustral.cl, 5 de Mayo 2015

Categoría : Prensa

Lleva ocho días adherido al movimiento que un centenar de huelguistas a nivel país, asumió como medida de presión para que el gobierno cumpla con el compromiso de elevar las pensiones a quienes sufrieron detención política y tortura.

Han pasado más de cuatro décadas desde que Manuel Eduardo Aguilante Barrientos (68 años), fue detenido en Punta Arenas y llevado al Campo de Concentración habilitado en el Regimiento Cochrane de Río de los Ciervos, uno de los tantos centros de detención que operaron en la Región de Magallanes, tras el Golpe de Estado del 73’. El relato de Aguilante Barrientos es similar a la experiencia de detención vivida por muchos adherentes del gobierno de la Unidad Popular, quienes fueron trasladados por diferentes centros de tortura, desde que fue instalada la Junta Militar. Si bien, Manuel Aguilante logró recuperar su libertad, luego de transitar por diversos lugares de detención, no todos “sus compañeros” de partido lograron correr la misma suerte. Es por ello que, adhiriéndose a la demanda de un centenar de ex presos políticos del país- que se mantienen en huelga de hambre, exige el cumplimiento de medidas reparatorias- se declara un sobreviviente de la dictadura.

– ¿Cuál es la principal petición que los ex prisioneros políticos chilenos -hoy en huelga de hambre- están planteando al gobierno?
– “Pedimos a la Presidenta Bachelet que envíe un decreto de gobierno, para que se eleven las pensiones que recibimos, las que actualmente bordean en promedio los 160 mil pesos y que son incompatibles con otros beneficios del Estado e incluso, con la pensión de exonerado. En mi caso, siendo exonerado y ex preso político, opté por esta última calificación, dado que no incluía el descuento del 7% en el acceso a la salud. Por otro lado, hay una realidad que asiste a aquellos exonerados que no han podido acceder a una pensión, dado que no alcanzan a llegar a los 10 ó 15 años de imposiciones. De ahí que solicitamos además, que se reunifiquen ambas calificaciones, la de exonerado con la de ex preso político”.

– Se ha dicho que el Programa de Reparación y Atención Integral en Salud -Prais- también estaría cuestionado, dada las limitantes que tiene…
– “Así es, el acceso a la tarjeta de salud Prais -si bien otorga la entrada a la atención en la salud pública- no implica ningún beneficio para nosotros, dado que al final, debemos someternos a todas las listas de esperas. Entonces creemos que es necesario que el sistema Prais se transforme en Ges (Garantías Explícitas en Salud), para que así se permita que -en un tiempo limitado- se pueda acceder a beneficios efectivos en salud”.

– ¿A qué atribuye que no se hayan plegado más personas a esta huelga?
– “No está descartado del todo que se plieguen más personas a esta huelga de hambre. Si las negociaciones que se están dando a nivel central no surten efectos, es posible que esto se amplíe. Y si eso ocurre, en mi caso evaluaré pasar desde una huelga de hambre líquida a una seca”.
Detención política
– ¿En qué circunstancia de participación política se encontraba cuando se produce el Golpe de Estado?
– “Era militante del Partido Comunista, donde fui designado como encargado sindical de “la Jota” (Juventud Comunista), dada mi calidad de trabajador del Supermercado Cofrima, donde llegué a ocupar el cargo de secretario del primer Sindicato creado en esa empresa. A poco andar de mi participación sindical, me incorporé al PC, porque me interesaba integrarme al proceso de formación política que dicho partido estaba consolidando a nivel de los sindicatos. Eso obviamente me permitiría obtener las herramientas, para poder defender a los trabajadores en sus demandas”.

– Usted transitó por varios centros de detención en Magallanes, incluida esta misma casa donde hoy se ha plegado a la huelga de hambre ¿qué recuerdos tiene de esos días?
– “A mí me detuvieron el 18 de septiembre del 73’, ese día fui ingresado al Regimiento Cochrane. La recepción consistía en que te obligaban a desvestirte y durante 6 horas sucesivas a la intemperie, te mantenían desnudo, aplicándote entrenamiento militar. Luego de ello, nos metían dentro de un polígono y ahí nos aplicaban corriente eléctrica. Dado que la tortura es un procedimiento reiterado, se genera en algún momento un bloqueo. El recuerdo en imágenes que tengo de esos episodios es que después de ser sometido a todo eso, mi cabeza quedó desdoblada, no puedo decir si era una sugestión, pero me mantuve así varios días”.

– Luego lo trasladaron a isla Dawson…
– “El 21 de diciembre del 73’, me trasladaron a isla Dawson y posteriormente me devuelven a Punta Arenas para llevarme a un Consejo de Guerra el 26 de mayo del 74’. El campo de concentración de Dawson fue un centro de detención donde se sometía a los presos políticos a trabajos forzados, pero -con toda responsabilidad puedo decir- que no fue el peor centro de tortura. Yo diría que aquí en Magallanes los centros intervenidos por la Fuerza Aérea de Chile, fueron donde los vejámenes se tornaban mucho más severos. A la gente la apilaban en container y ahí procedían a efectuarles distintos tipos de tortura. Es lo que ocurría, en Bahía Catalina, donde según lo que declaran los mismos torturados, las personas eran ingresadas dentro de un container y al interior de ellos, eran botados al mar, durante todas las noches”.

– ¿Qué pasó después de Dawson?
– “El 26 de mayo de 1974 me devolvieron a Punta Arenas y fui trasladado al estadio Fiscal. Desde ahí en dos oportunidades me trajeron a la hoy Casa de los Derechos Humanos (antiguo Hospital Naval). Ahí fui interrogado por un Consejo de Guerra. El fiscal que me acusaba se llamaba Mario Casas Barril y sé que aún está vivo. Se me pidió una pena de expulsión, pero nunca supimos bien el contenido de la acusación, porque a los abogados de los presos estaba prohibido entregarle las copias de los cargos, que nos imputaban. Finalmente el 10 de octubre de 1974 fui dejado en libertad, y condenado a 1.082 días de pena remitida, debiendo firmar una vez a la semana en el Patronato de Reos de Punta Arenas”.

– Tras su experiencia que es común a muchos otros ex presos políticos ¿siente decepción que hayan pasado tantos años y sus demandas sigan sin ser escuchadas?
– “Después del triunfo de Aylwin nunca hubo reparación para los ex presos políticos. Por lo tanto, la gente empezó a apartarse de todo lo que había sido la lucha contra la dictadura y a la vez, de todas las inquietudes que representaban esa lucha. Creemos, sin embargo, que hoy que existe una mayoría parlamentaria que puede empujar cambios, este gobierno debe cumplir con el programa al que se comprometió en materia de derechos humanos. No podemos desconocer que han habido gestos. Yo sé que hay mucha gente que ha estado oficiando para que este tema se solucione lo más rápido posible. Hay mucha preocupación, la misma bancada parlamentaria del Partido Comunista ha gestionado a la Presidenta Bachelet que escuche nuestras demandas. A nivel regional, el intendente de Magallanes Jorge Flies prontamente se trasladará a Santiago y también llevará la demanda que en Magallanes asiste a los ex presos políticos. Esperemos que la solución se dé a corto plazo”.


El Fatidico 11 de Septiembre de 1973

Fuente :laisladeloscaiquenes.blogspot.com, 26 de Noviembre 2018

Categoría : Testimonio

Ese día 11 yo me levanté escuchando por la radio La Voz del Sur de Punta Arenas el llamado que hacía la diputada comunista Mireya Baltra, recuerdo que denunciaba sobre el golpe de estado que ya estaba en curso y llamaba a los trabajadores a movilizarse.

Me levanté más que rápido y como nadie estaba preparado para nada, había que seguir los acontecimientos como vinieran. En la casa todos estábamos perplejos (mis padres, Flor y yo, más la Jana que tenía un año). Yo salí con el auto para ver que pasaba en las calles, pasé por Indap y estaba todo cerrado, muchos autos en las calles y alcanzo a divisar a Francisco Alarcón bajando por la calle Roca, parece que ahí mismo lo detuvieron, las radios tocaban canciones militares, la radio Presidente Ibañez, la Polar, y otras, la única que estaba dando cuenta de lo que sucedía la La Voz del Sur conectada con radio Magallanes de Santiago que fue la radio en que salió la voz del presidente Allende primero dando cuenta de los aviones que circundaban la Moneda y después con sus últimas declaraciones donde habla que se abrirán las grandes alamedas donde pase el hombre libre.

Volví a casa, entretanto llegaron a mi casa el flaco Cádiz que trabajaba en Indap y estudiaba en UTE a él le pasé mi colección de revistas del Mapu "De Frente" , después pasó Eduardo Leiva y más tarde Darío Román, ambos asustados y temerosos de lo que venía en curso, cuando iban a dar las 11 me llegaron a detener, en mi casa los militares en un camión del ejercito.

Muy amable el oficial a cargo me dijo que llevará toalla, útiles de aseo y que posiblemente en la tarde estaría de vuelta. Me despedí de todos en la casa la Jana lloraba siendo una guagua, yo creo que más bien por que nadie la atendía, mis padres asustados, Flor perpleja. Me subieron a la parte de atrás del camión que venía con toldo gris, o sea tapado. Venían soldados conscriptos sentados a ambos lados con fusiles listos y yo quedé al fondo solo y por lo tanto veía para atrás todo. Pasamos por la Cora y estaba cerrada, el camión pasó por la Plaza y alcanzo a ver el tanque que estaba frente a la Intendencia. Impactante el espectáculo. El camión siguió por José Nogueira y al llegar a Errázuriz se siente un tremendo choque, en un segundo los cuerpos de los conscriptos se me vienen encima y quedó la tremenda confusión.

El camión había chocado con otro vehículo (camioneta parece) y se estrelló contra la tienda González Rojo quedando incrustado en la puerta que estaba en la esquina. Yo no sentí nada, salvo el golpe y la aplastada contra el fondo del camión, pero veo que hay conscriptos heridos, tirados, algunos con daños en la cara y los dientes por que los fusiles que tenían se los habían clavado en la cara, recuerdo que se quejaban mucho. Pensé en fracciones de segundos pensé que empezaba la contrarepresión, nada de eso, si nadie estaba preparado para un golpe estado, éramos demócratas que estábamos en el gobierno, ni sabíamos y ni esperábamos un golpe de estado de la magnitud que sería este. El choque fue casual y la camioneta con la que chocamos fue de Brescovic que era instalador de gas, nada que ver. (Pero me cuentan después en forma de anécdota que a Brescovic le preguntaron de que partido era y dijo, comunista. El hecho es que esa noche viajó a Dawson con los detenidos, sin parca, solo con yersey. Pero a él lo trajeron de vuelta, no se desembarcó en la isla, lo mismo pasó con con el Sr. Néstor Tadic, que viajó y volvió.

A mi me llevaron en un auto particular al hospital regional custodiado por un soldado. En el hospital en una sala del segundo piso me constataron que tenía un hematoma en el sector cervical más tirado a la cintura, me aplicaron una inyección de antiinflamatorio y me dieron una receta. Durante toda la permanencia en el hospital estuve custodiado por un soldado y pasó el Dr. Jorge Mihovilovic a saber que me pasaba, él era Director del hospital y también era del Mapu, otro que me atendió y conversamos fue Enso Vidal también mapucista, la verdad es que estábamos todos preocupados por lo que vendría, que ni siquiera sabíamos que sucedería un rato más. Estuve en el hospital un buen rato imposible calcular cuánto, pero después me fueron a buscar mis captores y la salida fue de película porque me llevaban entre dos soldados y todos los funcionarios del hospital estaban mirando temerosos el espectáculo que significaba ver a un detenido político saliendo custodiado del hospital por las fuerzas armadas y además herido (más bien machucado por el golpe del camión).

Afuera nos fuimos en un vehículo más chico y con el mismo oficial que me fue a buscar a la casa que resultó ser dentista y que era totalmente amigable incluso me contó que estaba preocupado por una prima mirista que era estudiante en Concepción. Después supe el apellido de este oficial (que parece era reservista), pero se me olvidó y fue mi política la de no aprenderme los nombres ni apellidos de los captores en general pues no valía la pena. Son más importantes los hechos. Esta patrulla (digámoslo así) me fue a dejar al Regimiento Pudeto, en ese momento que calculo serían las 3 o 4 de la tarde habían llegado algunos detenidos vi a José Bosic, el Ché Francisco Márquez y otros, seguían llegando de a poco y vi llegar a Manuel Chaparro, Patricio Retig, y varios más. Nos tomaron algunos datos y una foto (me gustaría tener esa foto). El trato fue bueno, me parece que los militares del Pudeto estaban tan confundidos como nosotros sobre lo que estaba sucediendo y no sabían como tomarlo. Nos entregaron una lista en la que pedían una colchoneta, saco de dormir, ropa de trabajo, botas, ropa, etc. Lo más divertido era que debían, nuestros familiares, llevarla al regimiento a la brevedad.

Entregamos el No de teléfono los que teníamos y ellos se conectaron con los familiares. En mi caso me llegó a tiempo, me imagino preparándome todo en la casa y después salir a dejarlo al regimiento en el auto opel con mi padre manejando. Menos mal que yo tenía saco de dormir y colchoneta y botas. La cosa se veía distinta, ya no era como creía el dentista que iba a volver en la tarde a la casa. Menos mal que mi golpe en la espalda no me molestaba mucho, seguramente por el antinflamatorio que me pusieron en el hospital, pero igual me dolía un poco. No sé a qué horas partimos del Pudeto, pero ya éramos como 25 o 30 detenidos. afuera nos esperaba una micro medio vieja que empezó a avanzar por Zenteno hasta la Avenida Independencia y a bajar por ella, cuando diviso las banderas chilenas izadas en las casa de la avenida Independencia por el lado de enfrente, lado norte, impresionante.

El día que se acababa la democracia en Chile parece que lo celebraban muchos y yo me preguntaba que pensarán los DC de esta situación. Seguimos avanzando y vamos llegando a las puertas de la maestranzas de la armada en calle 21 de Mayo. Hasta aquí llegamos señores, nos bajamos, bien sin presión, ni malos tratos. Creo que nos formamos y nos pasaron lista, a todo esto cada uno llevaba los útiles que habían pedido, por lo tanto algunos llevaban bolsos, maletas, sacos. Ahí estuvimos durante un buen rato, hasta que, sorpresa, viene otro bus con detenidos, estos por los infantes de marina y en su mayoría eran militantes del partido comunista, veo a Mario Galetovic, Gerente Copeaustral, a Américo Fontana director regional de la Conaf, a Francisco Alarcón Barrientos, Secretario Gral. PC. y una larga fila de detenidos, pero estos venían caminado, parece que la micro los dejó como a dos cuadras de donde estábamos nosotros y traían los brazos esposados y colgando las maletas y bolsos, era impresionante. Se notó al tiro que el trato de los infantes de marina con estos detenidos fue brusco.

 todo esto veo llegar de los patios de Asmar unos oficialillos de la armada muy jóvenes que se abrazan y están contentos, parece que son de los barcos pequeños de la marina y que están a la deriva y llegan a buscarnos. Viva derrotamos al Gobierno Marxista de la UP, seguramente pensaban. Pero esto no era todo faltaba llegar otra micro o bus con los detenidos de la Fach, llegaron rápido y cuando se van acercando parecen de los judíos de la 2ª Guerra Mundial por que vienen todos rapados al cero son irreconocibles, estos son de variadas militancias predominando los mirista, socialistas y otros, acá viene mi futuro gran amigo Ramón González Ortega, el Peye Urrutia, otros. Ya se van las luces del día y se nos pone más oscuro. Pasamos por los barcos fondeados llamados pontones, por uno, por dos hasta llegar al barco de la armada en el cual nos embarcaron fusil en mano, llegamos a una especie de salón doble en la parte baja del barco con fusilero mirándonos desde la escalera y apuntándonos. Ahí comenzamos algunos a saludarnos y se tejieron varias teorías, que nos llevaban a Porvenir, otros decían a Puerto Williams, más de alguno temía que nos tiraran al agua, bueno el hecho es que navegábamos sin saber adonde íbamos, ni cual sería nuestro destino.

A todo esto yo iba sentado frente a Francisco Alarcón y me acordé de la fecha y le digo "sabes Pancho hoy es mi cumpleaños a lo que me responde pasándome la mano, feliz cumpleaños" me resultó simpático el gesto y quedó guardado en el recuerdo. Otro que me saludó antes afectuosamente (no por el cumpleaños) fue el Peye Urrutia que estaba pelado a cero y a quien yo no conocía, pero el sí, a mí. Después fuimos grandes amigos.
Yo venía con dolores después del gran choque en la mañana, a las 12 horas, y en el hospital regional me dieron una receta de antinflamatorio para que yo lo adquiriese y tomara. Bueno como me molestara mi hematoma fui a decirle al guardia que tenía una receta por lesión y me llevaron a un lugar del barco más arriba y me di cuenta que era el puente de mando donde me atendió un marino que me trajo el antinflamatorio que decía la receta y me lo cobró, menos mal que yo siempre ando con plata en el bolsillo y lo pagué. Pero lo más relevante fue que yo estuve en el puente de mando creo que era eso, pues había un timón, y como dos marinos de buena presencia y que uno de ellos dijo falta como una hora para que lleguemos a Dawson. Cuando vuelvo donde los detenidos les comento que "vamos a isla Dawson". Ya sabíamos nuestro destino. Al poco tiempo llegamos a la isla cuyo viaje demoró como 3 horas. Nos preparamos para desembarcar con nuestros respectivos equipajes. Serían las 10 de la noche. No sabíamos nada de lo que pasaba en Chile ni en Punta Arenas, estábamos solos, desconectados del mundo. (Sigue.)

Salimos de los salones que estábamos con nuestros bultos y pasamos a la cubierta de la barcaza que lentamente fue bajando su rampla donde se pusieron dos tablones para que bajáramos a tierra, desde la orilla oscura de la isla Dawon nos empezaron a iluminar reflectores fuertes de luz y empezamos a bajar. Yo caminé por los tablones con mi hematoma en el cuerpo, con mi saco de dormir (que era un bulto grande) y con mi bolso con ropas, botas y otras cosas. Afuera ya en tierra de la isla había una camioneta vieja que llevó a algunos, pero yo me fui caminando por orgullo y por que podía, llegamos a nuestro destino que estaba como a dos cuadras del lugar de desembarque. Sorpresa, era una barraca de madera rodeada con alambres de púas, la cual sería por un tiempo nuestra jaula dorada. Entramos medio sorprendidos y pensando como sería esto. Fuimos revisados por un enfermero creo, pues no era un médico, este a todos les revisó los testículos y preguntó si teníamos alguna enfermedad.  Nos hicieron sentar en unos pupitres antiguos y nos dieron café y una hallulla. Posteriormente pasamos más adentro y teníamos a disposición literas de fierro para dormir. Bueno ahí colocamos nuestros sacos de dormir y por supuesto conversábamos cualquier caldo de cabezas.

Recuerdo para el bronce que don Carlos Vega Letelier, escritor y profesor universitario, con buen ánimo, dijo  "No podemos negar que esta noche nos vieron las guevas". Creo que para mi fue el día mas largo de mi vida. A dormir señores políticos de la UP hasta mañana.

Compingin, al otro día y siguientes: Nos acostamos en literas, no teníamos guardias adentro, podíamos conversar lo que quisiéramos. Nos avisaron que la levantada sería a las 8 de la mañana. Creo que dormí sin problemas, además estaba super cansado. Al otro día nos avisan que la levantada será a las 9, teníamos una horita más de descanso.

La barraca era grande y primero estuvimos en un sector de ella. Después nos cambiaron al otro lado. Salíamos a buscar leña para alimentar un calentador grande de fierro. El bosque estaba al lado y también salíamos a buscar leña más lejos, siempre en compañía de un guardia de los marinos. Teníamos un río donde nos lavábamos, era más bien un chorrillo y nunca supe cómo se llamaba, trataré de ubicarlo en algún mapa. Al otro lado del río estaba la cocina y ahí fueron enviados a ayudar algunos de los detenidos, recuerdo a Livacic, le llamaban rancheros (por que preparaban el rancho). La comida la repartían en marmitas en la misma barraca y teníamos nuestros propios utensilios, plato y servicios. En el calentador grande hervíamos agua para tomar café. Esto que cuento sucedió los primeros días. Pero.

Al día siguiente, es decir, el 12 de septiembre en la tarde llegaron otro lote de detenidos, entre ellos los hermanos Asencio (Cachencho era de la Cora), llegaron unos conscriptos de la Fach más asustados que otro poco. Uno flaco que parecía un enfermo de TBC, estos fueron cachados que eran de la UP y parece que les dieron fuerte y los tiraron al agua en Bahía Catalina y los mandaron a Dawson, junto a los políticos.

Cuando llega este grupo con muchos conocidos nos enteramos que Allende había muerto. Claro si nadie podía saberlo, estábamos aislados y los marinos no nos iban a informar. Nos sorprendió bastante, pero lo más importante era saber que iba a pasar con nosotros. Le pregunto al Cachencho por mi compañero Francisco Betancurt (por que el Pancho se alojaba en su casa cuando venía de Posesión) y me responde que se fue a la Argentina. Después supimos que el Pancho se volvió a Punta Arenas por su polola la Toña y no supimos más de él.

Les cuento que al tercer día en el patio de la barraca se hizo una fogata y se rindió homenaje a Salvador Allende el orador fue Carlos Vega Letelier. Yo creo que este fue el único homenaje que hicieron los detenidos en todo Chile. Es para la historia no. Cuando en ese momento la represión en el país era increíble (de eso nos enteramos más adelante). A todo esto don Carlos también fue designado como nuestro delegado de la barraca en Compingin por nosotros. El comandante de la base conversaba afuera de la barraca con don Carlos, parece que de literatura y de como asumir los desafíos de la situación.

En este campamento no veíamos el mar, solo bosque nativo de lenga y coigue, el riachuelo y lomajes. El olor a hojas de lenga quemándose es muy agradable y lo sentíamos a menudo, ya por la fogata que hacíamos afuera de la barraca o por hojitas puestas en la tapa del calentador.

Lentamente vamos haciendo amistades y uno que se me acercó rápidamente y se hizo muy amigo fue el Aristóteles España. Una vez me hizo una pregunta muy infantil que me quedó dando vuelta. Eduardo "te volverías a meter en política". "Por ahora no, el tiempo lo dirá". Ese no era el momento de hacer este tipo de preguntas.

En una oportunidad nos llevaron a hacer unos trabajos de postes (cuestión que era normal), si salíamos todos los días, en un camión e íbamos en la camada (atrás), el José Bosic dele cantar "Donde iremos a parar, si se muera Valderrama" que era una canción del folklore argentino y que caía muy bien para este caso. Ese día supe que iban a construir un campo de concentración más grande y a ese lugar fuimos a colocar unos postes. También las revolvía en sentido positivo el chico Gregorio Brevis de la Enap. Fulvio Molteni, profesor, con sus guantes para proteger las manos. Mi amigo Antonio Bianchi (que había sido inspector del Liceo) también andaba en el lote. A los 3 o 4 días se llevaron a algunos entre ellos al Sr. Arturo Ampuero Navarro, periodista y de la Cruz Roja. Los sacaron en la noche y el Mario Galetovic (Gerente de Copeaustral) le decía "Arturo, Arturo, Arturo….." quería mandar un mensaje, pero no le salía, solo Arturo. Resultó simpático.

Seguiré este capítulo, porque me falta mucho aún por contar.

Los detenidos por la Fach llegaron con el pelo al cero, menos uno que se salvó del corte este reo Carlos Spik con el cual me hice amigo posteriormente. El Carlos llegó a Dawson con abundante y larga cabellera rubia, parecía un gringo.

Ramón González Ortega:  Nos llevaban a una cancha de futbol para estirar las piernas. Recuerdo haber conversado mucho con Ramón González Ortega, caminando por el borde de la cancha, mientras el resto jugaba y reconozco que era muy sincero y que me contó muchas anécdotas de su vida y sus temores y proyecciones que tenía ahora. Lo que pasa es que el era (o había sido) Interventor designado por el Gobierno en la Cooperativa Copetif de Porvenir, además era funcionario de Impuestos Internos. Había tenido mucha relación con las políticas de Estado y había tenido problemas con el General Torrez de la Cruz. El no pertenecía a ningún partido de la UP. Me contaba de su señora que era profesora y que una vez que nos suelten se iría a la Argentina. Una vez que comimos dentro de una carpa de campaña y que nos sirvieron porotos, el Ramón Gonzalez los encontró tan buenos que pidió más, repetición. En una oportunidad que se nos permitió hacer una carta de petición o solicitud a la autoridad el Ramón le escribió al General Torrez (que era el mandamás en la Región). A él los otros detenidos le pusieron Luthor, por que lo encontraban parecido al personaje de la historieta Superman, especialmente por el pelo cortado al cero. Un día en el patio de la barraca me contó muy sorprendido que había tenido un sueño donde veía un gran caballo blanco sobre el mar. Yo escuché su relato medio como de fantasía, pero me lo grabé en la memoria. Posteriormente, yo creo que en la segunda semana de detención al Ramón le fueron a decir los guardias que se prepare por que partía. La verdad es que todos nos alegramos, porque pensamos que se iba para su casa. Grandes abrazos de despedida, de todos que le habían tomado buena por su forma de ser.

Epílogo de Ramón González. Durante Octubre sale en La Prensa Austral la defunción de Ramón González y la noticia que fue muerto junto a otros 3 detenidos en Porvenir por intento de fuga.

Al Ramón se lo llevaron en avión desde Dawson al Regimiento Caupolicán de Porvenir, no iba de vuelta a casa como creíamos nosotros. Años después conversando con su hijo, Iván González que era guagua en ese entonces (1973), le conté cuanto me acordaba de su padre. Su hijo fue el principal defensor de la honra y memoria de su padre, años después en el juicio que se hizo contra los que lo mataron y la justicia condenó a sus verdugos, por lo menos en forma simbólica.

Después de la Tormenta viene la calma:  Los días siguientes fueron todos de tranquilidad, es decir después del 18 de Septiembre. Se habían ido los malos de la película (los del SIM). Nosotros conversábamos y se barajaban posibilidades que los prisioneros que sacaron las dos noches anteriores estuvieran en otro lado de la isla, recuerdo al director del Magallanes don Nicolás Neira que decía, mostrando el dedo para abajo, que los habían eliminado, el pato Retig creyó que decía que estaban enterrados bajo nuestro piso. La verdad es que no teníamos idea de donde pudieran haberlos llevado.

Nosotros teníamos una letra y número para identificarnos, así yo era E-3. La E era por ser capturado por el ejercito. Suporgo que algunos tenían M y F. Un día de Septiembre nos enteramos de la muerte de la madre de un compañero que estaba con nosotros, Sergio Cárdenas. Se tuvo que aguantar la pena solo ya que nada podía hacer. El Sergio era locutor de Radio Polar y yo conocía a su familia por que tenían un negocio frente al Instituto Comercial donde vendían revistas de historietas usadas y yo iba a comprar cuando era niño. El negocio se llamaba La Casa del Cachureo y vendían de todas cosas, incluidos canarios en sus respectivas jaulas y estampillas de filatelia. El Sergio tengo entendido que era hijo único y su madre tuvo que haber muerto por la situación angustiante que debe haber vivido desde la detención de su hijo. Eran de la USOPO, por lo menos el papá. Después supe que su mamá era Domitila Sanhueza Verné, familia de un regidor del P. S. allá por los años… y que el Sergio posteriormente a su detención trabajó en Radio Presidente Ibañez y Polar y después se fue a Santiago donde trabajaba en radio y doblaba voces para programas televisivos hasta que murió hace unos años. Tenía familia.

Nosotros teníamos correo con nuestras familias semanalmente y mandábamos la ropa a lavar a la casa, las cartas eran censuradas recortando lo que para ellos era sospechoso. En el correo nos llegaban comestibles, ropa limpia, cigarrillos, revistas, etc. Nótese el gasto que significaba para las familias. Un día Mario Galetovic comenzó a tararear una canción que hablaba de "mi Punta Arenas, ciudad de ensueño y amor cuando yo vuelva a tus playas renacerá el corazón" Era el Tamo Daleco que cantaban los emigrantes yugoeslavos recordando sus lejanas tierras. Claro ahora la letra estaba cambiada en castellano. En ese tiempo yo no sabía que iba a ser como el himno oficial de los presos de Dawson. A todo esto al Popeye Cárdenas le enviaron un juego de ajedrez y el Popeye como buen maestro nos empezó a enseñar a jugar a todos los interesados. Yo aprendí a jugar ajedrez en Compingin y como teníamos tiempo organizábamos competencias entre nosotros. También aprendieron los conscriptos de la Fach, Juan Ruiz y Sergio Navarro. Este último salió super bueno para jugar al ajedrez. Al Juan Ruiz le decíamos cabeza de alcancía porque como le cortaron el pelo al cero le quedo una pelada al medio como una ranura de alcancía, era del campo de Puerto Mont. Una vez que conversamos me contó que a ellos les encontraron calendarios de bolsillo con la foto del presidente Allende y de ahí los agarraron y esto fue antes del 11. También me contó que el era del Mapu Obrero Campesino y se asombró de que yo era del Mapu. Hay que explicar que el Mapu se había dividido en dos fracciones una más gobiernista (MOC) y otra más revolucionaria (MAPU); por eso se sorprendió ya que pensó que la cosa iba a ser más difícil, para los mapus. La verdad es que no fue así y todos fueron reprimidos por la dictadura.

Yo dormía en una litera y en la parte de abajo lo hacía Sergio Lausic, profesor de la Universidad Técnica del Estado a quien yo no conocía y que posteriormente fue un buen y gran amigo, hasta el presente. Yo también había sido compañero de curso en primera preparatoria del San José y en Liceo Vespertino de su hermano Chedomir Lausic que fue muerto por los servicios de inteligencia militar en Santiago dos años después y que también se fue a estudiar de Técnico Agrícola en la U. de Chile en el Norte, parece que Antofagasta. Yo lo hice en la gloriosa y combativa sede de Osorno. De a poco íbamos quedando menos en este picnic largo de Dawson y un día nos dividen la barraca en dos, totalmente aislada y comienzan en el patio a instalar planchas de zinc tapando medio el patio, así quedamos aislados a un lado y esperando que iba a pasar. Esa noche cuya fecha no recuerdo en este momento escuchamos a horas de la madrugada que llegaba gente a la barraca por el lado que quedó desocupado. Hubo mucho ruido, pero no sabíamos quienes llegaban.

Al otro día estuvimos de comentarios y algunos decían trajeron a las mujeres, otros pensaban que eran otros prisioneros políticos de otra parte. Así estuvimos sin saber nada hasta las 6 de la tarde cuando se cantaba la canción nacional ( y donde siempre salía más fuerte, casi gritando "o el asilo contra la opresión"), y escuchamos desde el otro patio unas voces graves que se notaba eran de personas adultas. Estábamos claros que teníamos vecinos, sin saber quienes eran, pero sabíamos que eran hombres adultos y de cantar muy ronco.

Pasaron dos o tres días y ya sospechábamos que eran políticos de otras zonas del país. Un día que voy al río seguramente a lavarme y veo al otro lado, entre matorrales, a nada menos que Aniceto Rodríguez, Senador de la República. Les cuento a mis amigos, vi al Aniceto Rodríguez, ya no quedaba duda eran grandes dirigentes y funcionarios del gobierno de Allende.

Otro día que fuimos a buscar leña en un bosque que estaba cerca de la barraca, entre ramas de coigues y ñirres nos topamos con los de Santiago y se acerca uno a darnos la mano, Anibal Palma (el Pibe) y contento de saludarnos nos pregunta de donde somos y le aclaramos que somos de Punta Arenas y además pregunta sobre noticias o novedades y le decimos que estamos tan desinformados como ellos. Por otro lado un día llegó un cura al campamento y dio consultas a quienes quisieran enviar un saludo o algo a sus familiares. En una carpa atendía y yo fui (muchos fuimos), en realidad el cura Tampe (ese era su apellido no aportó nada en concreto) y creo que nadie se acuerda de él. A mí me preguntó cómo estaba yo le dije que bien, pero que me gustaría saber cuándo nos largaran de este lugar. El cura no tenía idea. Lo único que le di fue el teléfono de la casa). Más adelante cuando salí en libertad me dijeron en la casa que una vez llamó un cura a altas horas de la noche, para decir que yo estaba bien.

La verdad es que estábamos bien y con la moral en alto, yo diría mucho mejor que los familiares, en general de todos los confinados (así nos llamaban), pues en Punta Arenas corrían todo tipo de rumores, poco menos que nos estaban masacrando.
A todo esto mis amigos eran Aristóteles España, Ramón González Ortega y Sergio Barría. Y otros nuevos que empecé a conocer. También había algunos que no conocía y con los cuales jamás hablé. Por ejemplo había un aviador de Fach de la escuela de especialidades que estudiaba en la noche en la UTE y que hablaba por el campeonato, le decían el Pato Lukas y que además estaba en un pensionado con otros estudiantes de la UTE. Bueno este tipo con el correr de los años nos enteramos que era un sapo enviado por los servicios de seguridad para obtener información. Y parece que no era el único.

En el campamento había un suboficial muy antiguo que era puro cariño con los prisioneros le pusimos de sobre nombre Peguitas Cortas porque siempre iba a buscar a alguien y decía: lo necesito para una peguita corta, al contrario había un sargento estúpido que una vez que salimos con él se puso a hablar de los sindicatos y se enredó totalmente y nos dimos cuenta que el tipo era ignorante y carajo, a este le decían Mala cueva porque cuentan que se calló un puente en una formación donde iba último y el se sacó la mugre. Desgraciadamente este es ensalzado en la película de Littin y esto pasa por no consultar a los protagonistas reales de este realiti. Como no teníamos informaciones, ni radio, solo comentarios o conclusiones nuestras, iban pasando los días en Compingin. Después supe que estábamos a solo 6 Km de Puerto Harris.

A todo esto se llevaron en avión a Ramón Gonzáles de quien ya me he referido ampliamente y lo despedimos con grandes abrazos pensando que se iba de regreso a casa. Y de a poco vamos quedando menos. Hasta que un día que parece que fue más o menos la segunda semana de Octubre del 73 me llaman, preparar los bultos y voy a partir. Junto a Rene Cárdenas Eugenín (Profesor,  PC), Sergio Zurita (Funcionario público, Mapu OC)  y Francisco Mariangel (funcionario del hospital,  PC). Nos íbamos de Dawson. Cuales sería nuestro destino. Nos iríamos a la casa.

La noche que tiritaban las litreras: Sin saber de nuestro futuro iban pasando los días, salíamos a buscar leña para alimentar el calentador y la rutina de siempre, comer, conversar, y a las 6 de la tarde cantar la canción nacional con el hizamiento de la bandera. A los pocos días de la llegada aparece un infante de marina con el diario La Prensa Austral que decía más o menos así "Por cada uniformado muerto serán ejecutados 10 prisioneros políticos". Para este infante al comunicarnos eso, me dio la impresión que asumía un deber sagrado con la patria y por supuesto estos sujetos se creían todas las mentiras que largaba la dictadura al principio. Un día no llevaron a dependencias navales que quedaban al otro lado del río y nos mostraron en un televisor Antú a un viejo feo y que estaba enojado hablando al país. Ese era Pinochet, primera vez que lo veía, ni idea de este tipo. Yo sabía de el general Prat que era leal a Allende, de Bachelet que era de la Fach y colaborador del gobierno, de Schneider que fue muerto por un comando de la derecha y que era constitucionalista. En todo caso esto fue un ratito y después ya no lo mostraron nunca más. Otro día en que estábamos comiendo en una carpa y con televisión que pasaba al cantante Rafael de España, el niño. En esa oportunidad fue que comíamos porotos y conversábamos con Ramón González Ortega y que los encontró muy sabrosos y se repitió.

 

A todo esto el 17 de Septiembre todo cambia cuando vemos la llegada de unos tipos vestidos de civil con el pelo largo y que parecían hipies. Eran los del Sim y nos quedaron mirando como a bichos raros y nosotros también a ellos. Ese día hicimos nuestra rutina de siempre, salir a buscar leña por las cercanías y cuando volvimos vimos el ambiente raro, se percibía que algo iba a pasar. Esa noche cuando nos acostamos y como a las 12 de la noche cuando estaba todo en oscuras abren la puerta de una patada y entran gritando FRANCISCO ALARCÓN y lo sacan bruscamente y sentimos gritos y disparos afuera. Era el primero de los que iban a salir de esa forma esa noche. Después vinieron a buscar de la misma forma a Américo Fontana (Director Regional de Conaf, PC), y a otros más, fueron como 5 prisioneros después llegaba un miliquito conscripto a buscar los bolsos de los salidos y siempre decía "pobrecito el finaito". Al otro día fue el comentario no más entre nosotros y seguimos con nuestra rutina. La segunda noche sucedió el mismo show y empezaron a sacar prisioneros y uno lo que más quería era no ser el elegido. Siempre que los sacaban se sentían gritos, disparos y carreras. Entre uno salido y otro se producía como media hora. así que no podíamos dormir tranquilos. Bueno de repente oigo una sonajera de fierros dentro de la barraca y era que muchos tiritaban y salía esta melodía y título "la noche que tiritaban las literas". Entre otros que recuerdo que salieron esas noches fueron Abramor Pancho Gonzalez (profesor del Industrial) y pariente mío, Williams Bedwel Carrasco ( Presidente de los estudiantes de la UTE),  Américo Fontana (Director Regional de Conaf) de los otros no recuerdo los nombres, pero alguien me va a ayudar. Fueron como 10 los sacados.

 

Dawson Nuevamente y Campamento Chico: Cuando llegamos al campamento Río Chico nos damos cuenta que no es un campamento es un Campo de Concentración tipo nazi de la Alemania de Hitler con barracas de madera y literas tipo la película La Vida es bella del actor          doble alambrada de púas por si quieren escaparse y casetas de guardias en las colinas Norte y Sur. Me tocó junto a los amigos en la Barraca Alfa que era la primera y ahí nos encontramos con Lausic, con el Peye Urrutia, Ruiz hermano del negro Ruiz y que tenían fuego prendido en el calentador que se ubicaba en el medio de la barraca y que era como un tacho redondo y grande donde se podía poner una tetera u olla para calentar agua para tomar café. Había otro para calentar el agua de las duchas que se ubicaban al final de la barraca. Lo más importante fue encontrarnos con amigos y compañeros que no teníamos idea donde estaban, y conocer un montón de gente nueva que yo no tenía idea. Yo era Alfa 66.

Del Palacio de la Sonrisa a Bahia Catalina : Estimo que serían las 11 de la mañana partimos desde el Palacio de la Sonrisa a Bahia Catalina nuevamente tirado de guata en el bus chico y con mis captores supongo que uno manejando y el otro al lado. En este recinto nuevamente comienzan las torturas físicas con golpes y patadas. Pero curiosamente parece que el cuerpo humano se sobre protege solo ya que llegando a un momento de saturación los golpes no duelen, ni se sienten. Uno de los matones  torturadores me pisó el pie derecho y eso si lo sentí. Yo no recuerdo bien lo que preguntaban y lo de las armas era recurrente, si donde estaban escondidas. También preguntaban por nombres de otros dirigentes de la UP. En todo caso estos tipos parecían sacados de la inquisición y no que eran funcionarios de las Fuerzas Armadas. Como episodio sorprendente de García Marquez de repente dicen se para todo por que viene el almuerzo, salen a esconderse los torturadores por que a uno le sacan la venda negra y uno de ellos dice a mi no me importa que me vea. Y lo veo es tipo muy alto, negro y con cara de pocos amigos y después se que se llama Marmaduque Nuñez y que juega basquetboll por la Fach. Este desgraciado fue el que me pisó el dedo gordo del pie derecho y  me lo dejó un poco chueco para siempre. Este torturador basquetbolista supe que murió unos años más tarde en Santiago atropellado por un vehículo. Me trajeron un  plato de tallarines, como si yo tuviera hambre en esas condiciones, que ridículos los captores. Yo no se lo que pasó  después, solo se que devolvieron al Regimiento Cochanne en la tarde ya oscuro, como a las 8,30 y llegué en lamentables condiciones, que hasta el Sargento Miranda exclamó pobrecito en las condiciones que lo traen. Al llegar  a mi litera el que me ayudó fue Roberto Lara, padre, y su hijo estaba en la Fach preso. Siempre me voy a acordar. Esto sucedió el entre el 19 y 21 de Octubre del 73.
En la barraca todo seguía igual, los dementes que nos custodiaban estaban detrás  y el montón de presos políticos acinados esperando saber su destino. Nos traían la comida en marmitas y cada uno tenía sus platos, servicio y jarro. Había  un campesino de Oazi Harbour llamado Marito que cantaba canciones rancheras mejicanas y que se presentaba seguido.

Yo todo embromado, acostado, recibo carta de mi padre que me comunica que había nacido una bebe y que la Flor estaba bien. Al otro día uno de los patéticos guardias que nos vigilaban me peguntó como estaba y yo le dije que bien y que había nacido una mujercita en la casa de O Higgins. Este guardia me hizo subir a un banquito y se lo comunicó a todos los detenidos y aplaudieron. Yo creo que en general no le dieron importancia ya que cada uno tenía sus propios caldos de cabeza esperando que pasaría con ellos. El hecho es que entre carta y carta con Flor le pedí que se llamara Patricia y así le pusieron en el Registro Civil Patricia Antonia Ojeda Mayorga. Salió mas activista la Paty defensora de los DD HH en años posteriores.
Todavía faltaba como dos meses para Navidad y muchos esperaban que hicieran una salida masiva de presos políticos para esa fecha. Vanas ilusiones. Se seguía con los prisioneros sacados  y trasladados por el Cochero de la Muerte al Palacio de las Sonrisas, para interrogatorios con métodos de tortura y sin ninguna esperanza de defensa, claro si querían montar el show de los consejos de guerra y así justificar el Golpe de Estado e ir eliminando a la gente de la Unidad Popular ya sea con más cárcel o echándolos del país. Ese era su propósito el Consejo de Guerra de las JJ CC, el del Hospital, el de los socialistas, el del puerto, etc.

Nos hicimos más amigos con Chulengo, con Cristie, con Benjamín Cárdenas, y un montón más.

Fue en esa época que sale publicado en la Prensa Austral que tres extremistas se habían escapado del Regimiento Caupolicán de Porvenir y los habían matado. Versión falsa, burda mentira a ellos los sacaron del conteiner donde los tenían prisioneros y los llevaron al Canelo a 60 Km donde los hicieron correr y los mataron con fusiles y balas los valientes soldados del Regimiento Caupolicán. Oye si en en Compingin (primer Campamento de prisioneros de Dawson) nos hicimos grandes amigos con Ramón Gonzalez Ortega, uno de los que mataron, era funcionario de Impuestos Internos e interventor en la Empresa Copetif de Porvenir, sin militancia política, casado con Genoveva Toro profesora de Inglés y con 3 hijos. Los otros eran Baigorri, profesor muy conocido en Porenir, y Cárcamo un joven socialista. Fue la Caravana de la Muerte que pasó por teléfono o fax y que el comandante del regimiento agarró papa y se mandó el asesinato del siglo. Los culpables fueron sancionados y condenados años más tarde por la justicia.

Ya estábamos cansados de esperar por nuestro destino y ya cerca de Navidad nos informan que vamos a partir nuevamente a Dawson y nos vamos en barco nuevamente con día de sol y en la cubierta, nos íbamos conversando y cantando hacia nuestro destino desconocido nuevamente con Chulemgo, Cristie, Oscar Briceño. y alguien más. Otros iban más preocupados ya que  sospechaban lo peor

La Aventura no Termina. Llegando al Regimeinto Cochranne 
Los cuatro viajamos en un barco de la Armada y en un camarote chico y después de tres horas de viaje desde Dawson a Punta Arenas llegamos al muelle Arturo Prat, esto pasaba en la primera quincena de Octubre, no se el día exacto. En el muelle nos esperaba un vehículo como camioneta y nos ubicaron atrás y tirados de guata. Obviamente llevábamos un guardia armado, por si se nos ocurriese escaparnos. Nos encaminamos al Regimiento de infantería de Marina Cochranne que queda como a 4 km al sur de Punta Arenas, entramos con la camioneta por la puerta y subimos a una colina pequeña donde había un galpón de fierro gigante. Primero nos chequearon en una garita u oficina chica que estaba al lado del galpón. Antes de entrar al galpón diviso una carpa al lado del galpón y un prisionero que estaba como zombi, era el Sr. Quijada, Jefe Regional del Seguro Social, militante comunista. Que hará solo en ese lugar me pregunto. Se abren las puertas del galpón gigante y empezamos a entrar los cuatro que veníamos de Dawson. Nos encontramos con un espectáculo dantesco, literas por todos lados y más de cuatrocientos prisioneros políticos que nos miraban. Y nosotros que creíamos que nos íbamos en libertad. La cosa se estaba poniendo difícil y peligrosa.

Nos ubicaron en las literas correspondientes y ahí dejamos los bultos. Nos quedamos como separados del resto y uno de los prisioneros se acercó a Popeye Cárdenas y le dijo "pendejo" me imaginé que se conocían, y se retiró sin más comentario. Ese era el flaco Manuel Parada a quien yo no conocía, este era de la UTE (Universidad Técnica del Estado) y comunista, y después nos conocíamos todos. En la entrada del galpón, a la mano derecha estaba Francisco Alarcón Barrientos, estaba en un corralito  con alambre y aislado total, no se veía bien, también parecía otro zombi. Pero se nos aclaró la película al comprobar que a los que sacaron de Dawson durante las Fiestas Patrias estaban allí. Entre ellos Américo Fontana Director Regional de la Conaf, Williams Bedwel Presidente de la Federación de estudiantes de UTE y que trabajaba en la misma UTE, el Francisco Alarcon de quien ya me he referido y la mayoría de los que sacaron, no todos, pues nos enteramos rápidamente que funcionaba otro Centro de Detención en el Pudeto y otro en la Fach. Alguien comentó que a las mujeres las tenían en el Regimiento de Ojo Bueno.

En este lugar los guardias hacían una especie de fiesta con nosotros, especialmente un guardia que se lo pasaba gritando y dando órdenes, seguramente como lo hacían con los del contingente que hacía su servicio militar. Este tipo era tambor de la banda. Pero daba la impresión que estos sujetos, los guardias eran más dementes que lo que uno podía suponer. Por lo menos en la noche respetaban el sueño de los prisioneros. Había otra pareja de guardias infantes de marina y estos si que eran locos de remate. Recuerdo que armaron un tremendo escándalo por que uno de detenidos les dijo que se le había perdido un cuchillo y poco menos que nos tuvieron formados y con retos durante más de una una hora hasta que al infeliz detenido se le apareció su cuchillo. Como todos los detenidos eran personas conocidas y respetables vecinos jamás a este incrédulo personaje se le ocurrió que iban a hacer tanto escándalo por su cuchillo. Parece que estaban alentados por otros mandos a ser rudos y despiadados con los prisioneros.

Para mi fue sorpresa encontrar a Luis Hernández Tapia en el Barracón, el era un conocido político regionalista y de derecha. Incluso fue candidato a Senador por la lista del Partido Nacional, sacando muy buena votación en Magallanes, pero mermando mucho en Chiloé y Aisén. Se hacia llamar el magallánico y recuerdo que antes fue candidato a diputado, sacando igual buena votación, pero no saliendo, recuerdo que mis padres lo apoyaron en esa elección. Por que estaba preso Lucho Hernández Tapia, igual que la gente de la Unidad Popular. La razón era simple, venganza por no apoyar los paros del comercio contra la Unidad Popular, el era un demócrata, no un fascista.

Nos vamos de puras sorpresas por que en la mañana se salía a trotar cantando, o mejor repitiendo lo que tarareaba el infante que dirigía. Algo así como QUE BONITA LA MAÑANA y todo el lote de políticos repetían QUE BONITA LA MAÑANA y así seguía el trote canción. Claro que esto no lo hacían todos los días. Me cuentan que llega todos los días un vehículo con personal de seguridad a buscar prisioneros para interrogarlos con métodos de tortura y que ese vehículo es conducido por un señor que le llamaban El cochero de la muerte. El Bosic muy preocupado, por una hendija que quedaba en las planchas de fierro del Galpón, miraba a que hora llegaba esta horrible máquina de la tortura.  Cuando me tocará a mi. Algunos de los prisioneros que llegaron al Cochrane habían sido golpeados y torturados al llegar haciéndolos pasar por los calafates que habían en el sector y muchos todavía se sacaban las espinas que tenían enterradas en el cuerpo. Me entero que al lugar de tortura se le llama "El palacio de la sonrisa" y que funciona en un edificio de la Armada en la Avenida Colón y que antes había sido un hospital naval.

Ya había un grupo que estaban acusando de ser de seguridad del puerto y recuerdo al chico Avilés que era llevado continuamente a interrogaciones y volvía muy mal. Se preparaban para ser juzgados.

El encargado del galpón era un capitán viejo de apellido Parra, este individuo era un ser que se notaba con signos de perturbación mental, era un acérrimo anticomunista y era cruel con los detenidos como si fueran delincuentes. En una ocasión nos dijo que el partido comunista no resurgiría ni en cincuenta años. Estaba equivocado el hombre. Todos los partidos trabajaron desde el mismo once en la clandestinidad. Felizmente se tocaban canciones como parte los shows que hacían los prisioneros y Lanfranco cantaba Te recuerdo Amanda de Victor Jara, como los guardias no tenían idea que esta era una canción nuestra, se permitía.

De repente los guardias son de la banda de los marinos, había uno gigante que más daba miedo por su estatura como Frankenstein, también diviso al Romeo Garcés que yo conocía por ser el hermano de la Estrella Garcés que era amiga de la Uba, mi hermana. Pero estos de la banda estaban por que los mandaban y no se metían en nada con los prisioneros. Otra guardia que llegaba era super tranquila y el sargento nos enseñó algunos términos que ellos usaban como un lenguaje alternativo, me acuerdo del chaqui-chaqui que era el vestón o la parca.

Había también un democratacristiano, que fue liberado antes de la navidad, no recuerdo su apellido solo que era uno flaco. Otro era un venezolano estudiante de la UTE y que estaba más asustado que otro poco. Un día Domingo llegaron trotando y en salida de cancha Mansilla y Coronado, llegaron para quedarse. También esos días llegó Rubio de la UTE y lo hicieron trepar hasta el cielo raso del galpón. Los días transcurrieron esperando ser llamado por los torturadores. Leíamos la prensa y de repente sale la información de la muerte de cuatro prisioneros en Porvenir a los que les aplicaron la Ley de Fuga, entre ellos mi amigo Ramón González Ortega, recién nos enteramos que no se había ido libre.

De a poco también soltaban gente. Conocí al Dr. Nelson Rodríguez de la Enap y militante comunista el cual que contó que estaba muy preocupado por la suerte de sus dos hijos que eran miristas en Concepción. A este Dr. después no lo ví nunca más. Nosotros enviábamos la ropa para ser lavada en la casa y nos llegaban continuamente encomiendas de los familiares. Escribíamos carta que eran censuradas.

A todo esto un día me llegó la hora, me fueron a buscar los verdugos de la dictadura. No era el cochero de la muerte el que me llevó, sino dos civiles jóvenes en un bus chico, estos eran de la Fach y uno se llamaba Luis Vidal. Me vendaron y me hicieron ir de guata en el pasillo del bus. Yo pude seguir todo el trayecto por mi sentido de ubicación, así salimos del Cochrane y avanzamos por 21 de Mayo, seguimos por Magallanes y doblamos por Colón pasando Bories y entrando por una entrada a un patio del siniestro Palacio de la Sonrisa (hoy casa de los DD. HH) donde tenían su cuartel general de las torturas. Al bajar me hacen pasar a una sala del primer piso que quedaba al fondo de la horrible casa. Aparentemente estaba solo, vendado de negro, con mis valientes captores que me querían hacer algunas preguntas. Fueron amables y me dijeron que me saque la ropa quedando solo con mi slip azul. Me hicieron sentar en un banquito y comenzaron a hacerme preguntas relacionadas sobre el Mapu y  el acontecer político hasta que uno gritó está mintiendo y siento un terrible golpe en lado derecho de mi cabeza justo en mi oído y caigo al piso, casi inconsciente. De ese golpe supe después que se llamaba el teléfono y mi oído derecho se resintió años más tarde perdiendo la audición de ese oído. Ahí comenzaba el interrogatorio en base a puros golpes y patadas con un prisionero indefenso con los ojos vendados y casi desnudo. Entre otras cosas recuerdo que mencioné la frase "golpe de  Estado" y me corrigieron al tiro diciendo "Pronunciamiento militar". Además se comunicaban por teléfono con lo que parecía ser el Comando central y daban cuenta de cómo iba el interrogatorio. Lo que más preguntaban era "donde estaban las armas". Yo estaba solo con lo que parecía ser dos torturadores, pero parece que también había un médico que me echó un vistazo para ver si seguían. Uno de los torturadores dijo perdón no tengo cenicero y apagó su cigarrillo en mi pecho, ya que estaba tendido en una mesa. De repente terminan y me visto y me llevan en el vehículo vendado y tirado en el piso a Bahía Catalina recinto de la Fach donde yo sabía que tenían prisioneros. Y  me llevaron con venda y nuevamente tirado de guata al suelo del bus y me di cuenta del trayecto otra vez por mi experiencia de conocer la ciudad y manejar mucho en ella. Que pasará en ese recinto de la Fach me pregunto.

por Eduardo Antonio Ojeda Alvarez 


Más de 20 ex presas políticas magallánicas se querellaron por secuestro, tortura y violación

Fuente :laprensaaustral.cl, 22 de Diciembre 2015

Categoría : Prensa

“Varios militantes de Patria y Libertad aparecen implicados directamente en situaciones de torturas ocurridas en Magallanes”, denunció Hiram Villagra, abogado de las querellantes.

“Al revés del resto del país -donde generalmente los perpetradores de la represión política fueron militares- aquí en Punta Arenas aparecen involucrados e identificados varios civiles. Así, varios militantes de Patria y Libertad aparecen implicados directamente en situaciones de torturas ocurridas contra mujeres, jóvenes y menores de edad en Magallanes”, afirmó el abogado Hiram Villagra Castro, quien -junto a la abogada Soledad Castillo- patrocina la querella criminal que interpusieron ayer más de veinte ex presas políticas magallánicas, ante la Corte de Apelaciones de Punta Arenas, que solicitan se investiguen los delitos de secuestro, tortura y violación.

Villagra Castro hizo alusión a civiles como el ex militante de la democracia cristiana de Puerto Natales, Otto Trujillo Miranda, quien terminó siendo militante de Patria y Libertad, apareciendo su nombre implicado en diversos secuestros y torturas, vinculado al denominado “Comando Conjunto”. Dicho organismo, que operó entre los años 1975 a 1977, tenía por objetivo eliminar a los miembros del Comité Central del Partido Comunista.

“También aparece mencionado entre los testimonios, el doctor Guillermo Araneda, quien ejerció funciones en la Casa de Avenida Colón Nº636 de Punta Arenas”, afirmó el abogado Villagra.

La querella criminal interpuesta por los abogados Villagra y Castillo representa a las ex presas políticas: Magda Ruiz, Vilma Mancilla, Flor Inés Millacari, Yolanda Alvarez, Norma y Erna Aqueveque, Laura e Isabel Eyzaguirre,  Ilse Marín, Mirna Donoso, Ema Osorio, Jeannette Antonín, Nancy Aguila, Emilia y Eliana Díaz, Esther Huala, Rosa María Lizama, Cecilia Fanjul, Aydée Alvarado y Valentina  Carrasco.

Por tratarse de una causa de Derechos Humanos, su conocimiento deberá corresponder a la ministra de Corte, Marta Jimena Pinto.


Querella por secuestro y torturas en el “Palacio de la Risa”

Fuente :laprensaaustral.cl, 25 de Mayo 2017

Categoría : Prensa

Por vejámenes atentatorios contra la humanidad, como secuestro y tortura que afectaron a 10 magallánicos detenidos tras el golpe de Estado de septiembre de 1973, este martes se interpuso una querella criminal en la Corte de Apelaciones de Punta Arenas. El libelo acusatorio pormenoriza los flagelos a los que habrían sido sometidos los presos políticos tanto en el centro de detención de isla Dawson como en las instalaciones de la Armada que con el tiempo pasaron a conocerse como el Palacio de la Risa, en Avenida Colón de Punta Arenas.

Con la finalidad de reunirse y entregar personalmente los antecedentes a la ministra Marta Jimena Pinto, delegada de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas en materia de Derechos Humanos, viajó a Magallanes el abogado Matías Coll del Río, quien representa a los 10 querellantes, quien tras el ingreso de la causa al proceso penal antiguo, se refirió a la presentación y sus pretensiones.

“Esta querella se presenta transcurridas varias décadas en virtud de antecedentes que se pusieron en conocimiento del Estado a través de la Comisión Valech, pero que sin embargo, por la Ley 19.992, sobre dicha información entregada se dispuso su secreto hasta el año 2054, por lo que la única posibilidad de que en estos casos se establezca la verdad y se persiga a los torturadores es a través de la denuncia de los familiares de los sobrevivientes o por las propias víctimas, que es lo que hemos venido a realizar en este acto”, relató el abogado.

Señaló, además, que entre las solicitudes plasmadas en la querella, figura el examen pericial psicológico de los querellantes, quienes hasta los días de hoy mantienen las cicatrices emocionales de haber sido violentados. “Pretendemos que se aplique el Protocolo de Estambul para establecer fehacientemente la veracidad de los relatos relacionados a las torturas a las que fueron repetidamente sometidos, tanto en el campo de concentración de Dawson como en el que entiendo era el ex Hospital de la Armada, conocido como Palacio de la Risa, hoy la Casa de los Derechos Humanos”.

Consultado sobre eventuales acciones civiles de carácter reparatorio, Coll subrayó que por ahora la intención de los querellantes es perseguir responsabilidades personales penales, con la identificación de los autores de los ilícitos que participaron o colaboraron en las torturas.

“Las torturas fueron una herramienta de coacción que se utilizaron de manera sistemática contra las personas que fueron detenidas tras el 11 de septiembre de 1973, es eso lo que se busca individualizar con esta querella criminal”, concluyó el abogado.


Corte de Apelaciones rebaja de 100 a $40 millones indemnización para ex preso político torturado

Fuente :laprensaaustral.cl, 12 de Julio 2017

Categoría : Prensa

Jefe (s) de Indap de Punta Arenas el año 1973, estuvo detenido en el Regimiento Pudeto y fue paseado por diferentes centros de tortura.

La Corte de Apelaciones de Santiago redujo de 100 millones a 40 millones de pesos el monto de la indemnización que el fisco de Chile deberá pagar al ex preso político, Horacio Castro Salas, de actuales 82 años, domiciliado en Las Condes, en la capital, quien demandó por torturas.

Castro Salas, ingeniero agrónomo, fue destinado el año 1964 a Punta Arenas, desempeñándose en el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), en la isla de Tierra del Fuego, donde formó una familia con Carmen Luz Morán. El año 1970 fue trasladado a Indap, en Punta Arenas, para asesorar al sector ganadero. En 1973, se desempeñaba como jefe (s) de la oficina en esta ciudad, cuando lo sorprendió el Golpe de Estado. Pese a no encontrarse enrolado en ningún partido político, aunque simpatizaba con la Izquierda Cristiana, el 11 de septiembre de ese año se presentó voluntariamente al Regimiento Pudeto, tras la publicación de un bando militar en el diario La Prensa Austral de la época. Durante su paso por el Regimiento Pudeto, el Palacio de la Risa de Avenida Colón y la base Aérea en Catalina, fue víctima de torturas, las que ahora exige indemnizar a través de la demanda civil, que había sido fallada ya en primera instancia, por el Décimo Séptimo Juzgado Civil de Santiago, que había dado lugar al pago de una compensación por 100 millones de pesos. El caso seguramente llegará a la Corte Suprema.


Ministra Pinto procesó al médico Guillermo Araneda en causa de Derechos Humanos

Fuente :laprensaaustral.cl, 16 de Junio 2022

Categoría : Prensa

El médico cardiólogo Guillermo Araneda Vidal fue sometido a proceso ayer, en el marco de la querella que investiga la ministra en visita extraordinaria de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas, Marta Jimena Pinto.

La acción, que busca responsabilidades penales, fue presentada el 21 de diciembre de 2015 por 16 mujeres, todas ex presas políticas.

Una de estas víctimas es Rosa María Lizama Barrientos, y su denuncia es la que llevó a la ministra Pinto a dictar el auto procesamiento del doctor Araneda como encubridor de los delitos de “detención ilegal, secuestro calificado y abusos deshonestos”. Y también fue procesado como cómplice del delito de “aplicación de tormentos”.

El abogado defensor del procesado, Guillermo Ibacache Carrasco, concurrió ayer en la tarde, pasadas las 18,30 horas, hasta el Palacio de la Corte de Apelaciones, en calle José Nogueira, a notificarse del auto de procesamiento de su representado, donde fue recibido por el secretario Mauricio Recabarren Fernández.

Junto con ser encausado judicialmente, sobre la marcha la ministra sumariante le concedió a Araneda la excarcelación, previo pago de una fianza de 500 mil pesos.

La figura del “auto procesamiento” viene del sistema judicial antiguo. Esto significa que existe un delito y que el juez tiene presunciones fundadas para estimar que la persona sometida a proceso tuvo participación en lo que se le imputa. Puede ser como autor, cómplice o encubridor.

Ahora viene la etapa en que Guillermo Araneda, que pasó de inculpado a procesado, podrá defenderse durante la tramitación de la causa. Incluso puede hacer uso del derecho de apelación del encausamiento ante Corte de Punta Arenas. Y es lo más seguro que lo haga su abogado dentro del plazo legal.

Dentro de la presunción de inocencia que le asiste a toda persona, Araneda tiene ahora todo el derecho a defenderse.

El nombre del médico ha sido mencionado en publicaciones de organismos ligados a la defensa de los Derechos Humanos, donde lo sindican como médico que asistía los procesos de tortura de los presos políticos en Punta Arenas.

Querella

La querella criminal, que busca responsabilidades penales, la presentaron 16 mujeres, todas ex presas políticas, el 21 de diciembre de 2015, por los delitos de “secuestro, sustracción de menores, abusos deshonestos en concurso ideal con el crimen de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes; privación ilegítima de libertad y asociación ilícita”. Una de las tantas personas mencionadas en la presentación legal es el médico cardiólogo.

Víctima Rosa Lizama

Una de las víctimas es la profesora Rosa María Lizama Barrientos, que sufrió detención ilegal o secuestro, asociación ilícita, privación ilegítima de libertad y aplicación de tormentos.

Es su denuncia la que llevó a la ministra Pinto a procesar al doctor Araneda. Por lo mismo no se descartan otros procesamientos en los próximos días, dada la cantidad de mujeres querellantes.

Rosa Lizama fue detenida en 1973 por agentes del Estado en el liceo donde estudiaba. Los soldados ingresaron premunidos de metralletas provocando intimidación con su actuar. Ella tenía 16 años de edad y cursaba tercero medio. Era dirigente estudiantil y militante del Partido Socialista.

El 26 de octubre de 1973 dos hombres de la Fuerza Aérea la sacaron del liceo y la subieron a una camioneta. Fue interrogada, sufrió golpes, perdió la conciencia y despertó desnuda.

Fue llevada al Regimiento de Ojo Bueno, recinto del que la sacaban algunas noches para llevarla al edificio de Avenida Colón, donde la torturaban e interrogaban. Producto de esto sufrió taquicardia y perdió el conocimiento.

Estuvo varias noches en el estadio Fiscal; en el Regimiento Pudeto; en Río los Ciervos; y en la Casa del Deportista, todos lugares donde fue interrogada.

Posteriormente fue sometida al Consejo de Guerra, lo cual describe como “su juicio”, siendo condenada a 4 años de presidio, incomunicada hasta el mes de enero de 1974, oportunidad en donde producto de una explosión fue trasladada a la cárcel de mujeres, aceptando más tarde una pena conmutada por extrañamiento, en octubre de 1974, regresando a su casa con arresto domiciliario.

Finalmente le acogieron un indulto, debiendo firmar en el patronato de reos durante 4 años.

Producto de los sufrimientos y torturas ha padecido dolores físicos por 27 años, pesadillas, depresión y problemas para dormir.