Retén de Carabineros, Riñihue


Ubicación:Ruta T 45, Riñihue s/n, Los Lagos Los Lagos X Región

Rama:Carabineros

Geolocalización: Google Maps Link


Descripción General

Categoría : Otra Información

El Reten de Carabineros, Riñihue fue citado en Informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura (Valech) como centro de detencion de presos politcos.

 

Fuentes de Información Consultadas: Informe Valech;


Entrevista con Leonel Sánchez Espinoza y Ana María Rivas Sánchez

Fuente :memoriasdelsigloxx.cl, 26 de agosto de 2009

Categoría : Testimonio

a) Orígenes familiares 

• Antes de de 1973, Leonel y su familia (compuesta por 15 personas) vivían en Riñihue. En esa localidad  fue a la escuela, la que cursó desde los nueve a los doce años de edad, pero no pudo continuar sus estudios,  puesto que fue necesario ayudar al sustento familiar. Para eso trabajó, junto con sus hermanos, en el fundo  Orozco de “bueyerizo”, tirando carretas con bueyes. 

• Luego, a los 14 años, Leonel trabajó cargando madera en ferrocarriles, en la zona de Riñihue. En tanto sus  hermanas hacían trabajos de casa en una pensión en Los Lagos. Paralelamente, los padres mantenían  pequeños negocios, un restaurante, una pensión y una carnicería, mientras que los hermanos más pequeños  se preocupaban de los chanchos y las gallinas que criaban. Hasta el año 1973, la familia de Leonel tenía  tres casas y una hectárea de terreno. 

• Por su parte, Ana María –sobrina de Leonel- recuerda que pasó su niñez en una casa cerca del lago, en  compañía de su abuela, que la criaba a ella y a su prima, que dormían en un canasto cuando eran muy  pequeñas, al mismo tiempo que atendían el negocio familiar. Ana María tiene muy buenos recuerdos de su  infancia, había de todo en casa, y era feliz. 

• Leonel coincide con Ana María respecto de los buenos tiempos que vivían antes de 1973, puesto que no  había grandes carencias. Toda esa tranquilidad cesó con el golpe de Estado, puesto que buena parte de la  familia de Leonel y Ana María eran militantes del Partido Socialista. 

b)Detención y tortura de los hermanos Sánchez Espinoza 

• El 14 de septiembre la familia de Leonel y Ana María sufrió la detención por parte militares y carabineros,  quienes llegaron a su casa, los sacaron y los golpearon. Leonel recuerda que los militares les dieron  culatazos en la boca del estómago, incluso hasta perder el conocimiento; cuando lo recobró se dio cuenta  de que estaba detenido en el retén de Riñihue, donde estuvieron un par de horas, para luego ser trasladados  a Los Lagos. Pero antes, los uniformados pasaron por otros fundos como el “Vergel”, para tomar más  prisioneros. 

• Los detenidos llegaron a Los Lagos la tarde del 14 de septiembre. Esa misma noche ya empezaron a sufrir  torturas, “nos sacaban, nos ponían sacos mojados en la espalda, corriente en los pies”, cuenta Leonel,  quien permaneció cuatro días detenido, y luego fue puesto en un furgón grande, junto con sus hermanos. 

• Paralelamente a las torturas que estaban recibiendo los hermanos Sánchez Espinoza, la madre de estos se  encontraba en casa, rezando para que fueran liberados pronto. A raíz de esto, se frenó el traslado desde el  retén de Los Lagos; Leonel escuchó a un capitán decir “oye, deja a esos cristianos adentro, porque la vieja  tal por cual es como abogada”, haciendo referencia a la madre de Leonel -conocida por este capitán-, que  de seguro, estaría buscando a sus hijos. 

• Ana María recuerda cómo trataron a los hermanos heridos, una vez que estos fueron liberados. Con un  lavatorio de porcelana lleno de agua curaban las heridas de los torturados, lo que impactó mucho en Ana  María, que era pequeña en ese entonces, “en un momento el lavatorio estaba lleno de sangre”. 

• Otro recuero vívido en la mente de Ana María es el allanamiento de la casa familiar, “dieron vuelta todo,  no quedó nada, porque, según ellos, teníamos armas, eso buscaban”.

c)Traslado de Riñihue y travesía por la cordillera 

• Casi inmediatamente después de la liberación de los hermanos Sánchez Espinoza, el padre decidió el  traslado familiar desde Riñihue a la zona del desagüe. Esos momentos fueron de mucho miedo en el  entonces adolescente Leonel. 

• Ya en el desagüe del Riñihue, una vez instalada la familia, Ana María solamente tiene recuerdos ingratos y  tristes de esa época, “no me recuerdo de haber vivido un día feliz ahí”, sentencia Ana María, quien  rememora otra detención de sus familiares por parte de militares. Alcanzaron a escapar hacia las montañas,  al ser advertidos de la presencia de uniformados. Estos los siguieron y dispararon. Al mismo tiempo, en la  casa carabineros y militares golpearon duramente con las armas a familiares de Ana María, quien se  escondió debajo de un catre, del que fue sacada del pelo por un militar. Además, los niños fueron forzados  a mirar cómo eran torturados sus parientes mayores. 

• En un mes y medio que estuvieron en la zona del desagüe del Riñihue, uniformados allanaron la casa tres  veces, tomando detenidos y torturando a Leonel y sus hermanos en el retén de Riñihue, “nos llevaban sólo  para golpearnos, por el gusto de torturarnos”, señala Leonel, quien recuerda que siempre llegaban a la  misma hora a buscarlos, por lo tanto pudieron escapar en una cuarta ocasión. Fue en ese momento en que  el padre de Leonel decide irse de la zona, aún cuando los hermanos habían encontrado trabajo. 

• La familia, entonces, emigró a la zona de Enco. En el fundo “la montaña” tenían botes escondidos, esto  porque el objetivo era cruzar la cordillera, hacia Argentina. Este trayecto fue muy duro pues casi tuvieron  que escapar con lo puesto, sin la ropa de abrigo adecuada para enfrentar el rigor del frío de la montaña, los  niños usaban bolsas de nylon en los pies. Con todo, se mantuvieron firmes en el objetivo, el padre de  Leonel incluso dijo “si he de morirme, moriremos todos juntos”. 

• En plena cordillera la caravana de 15 personas se encontró con una nevazón, y se refugiaron en una lenga.  Ana María tenía seis años cuando se hizo este viaje, y con una prima de la misma edad, tuvieron que  caminar en la nieve sin ayuda, en medio de la alta montaña.  

• Cuando ya se les había acabado la comida, comían lo que la abuela de Ana María llamaba la “yerba del  chancho”, que era una especie de yuyo. También se les daba café a los niños, pues era lo único que había  para darles para tomar. 

• Leonel recuerda cómo su hermano sufrió de hipotermia, esto porque se cayó al río, “mi hermano cayó, no  daba más, y mi papá dijo, déjenlo ahí, si está destinado de Dios que muera aquí, irá a morir”. Para salvar a  su hermano, Leonel lo desnudó, y lo arrastró por espigas para estimular la circulación sanguínea, así se  pudo recuperar. Luego llegaron a un galpón de aserradero en el sector de Rucanahuel, donde había paja, y  pudieron hacer una fogata. 

• La madre de Ana María, que entonces además estaba embarazada, también sufrió de hipotermia. Llegó un  punto en que los hombres del clan fueron a pedir comida a la gente que los conocía por el pasado de la  familia como comerciantes en Riñihue, mientras las mujeres y niños permanecieron en el aserradero. Para  esto, los hombres debían recorrer una distancia de 20 kilómetros. Además debían cuidarse de ser  denunciados a las autoridades. 

• La familia se enteró de que había posibilidades de trabajo en el sector de Quechumalal, por lo tanto  emigraron allí desde Rucanahuel. Una vez que los hombres obtuvieron trabajo como cargadores de  madera, el padre de Leonel dispuso que él, las mujeres y los niños se trasladaran a Panguipulli a vivir. 

d)Vida en Panguipulli 

• En Panguipulli fueron acogidos por una señora que conocía a la familia, y les facilitó una pieza, sin  consentimiento del marido. Éste no quería albergar a la familia de Ana María, por su pobreza. • El abuelo de Ana María, mientras transitaba por el centro de Panguipulli, se encontró con José Mercedes  Vergara y le contó la precaria situación en que vivía su familia. Ante esto, Vergara los cobijó en su amplia  casa, “él fue como un ángel caído del cielo, no le importó la condición en la que andábamos”, recuerda. • Mientras tanto, Leonel en Quechumalal empezó a fabricar, con sus manos, muebles para la familia, ya  instalada en la casa de José Mercedes Vergara, los cuales eran enviados por barco, que cruzaban el lago  Panguipulli. 

• Cuando la empresa maderera cerró, Leonel se trasladó a Panguipulli, para reunirse con el resto de su  familia. Nadie en el clan –compuesto por 15 personas- tenía trabajo, sobrevivieron gracias a la generosidad  de José Mercedes Vergara, a quien Ana María llamaba “tío segundo”. Aún así, las condiciones de vida  eran difíciles, puesto que además de la escasez material, estaba el miedo a los uniformados durante la 

dictadura. Dadas estas condiciones, la gente creía que la familia de Ana María eran gitanos, por sus  traslados y la pobreza. Además ella durante la dictadura no podía ver un carabinero sin sentir miedo. • Cuando carabineros se enteró de que Leonel y sus hermanos volvieron a Panguipulli, retomaron la  persecución. Entre 1973 y 1978 no tuvieron tranquilidad, ante el acoso de los uniformados, quienes los  sacaban en medio de la noche, y los golpeaban y torturaban. Por esta misma razón, siempre estaban alerta,  para poder escapar de los carabineros cuando se presentía que iban a buscar a Leonel y sus hermanos. En  este mismo sentido, Ana María y sus primas debían acostarse temprano y no hacer el menor ruido en la  noche, y también en el día, “no sabíamos jugar, porque teníamos que estar escondidos”. • En 1978 sufrieron las torturas más extremas, tanto así que los hermanos de Leonel quedaron con secuelas  permanentes, como la ceguera de uno de ellos, como consecuencia de los golpes. 

• Asimismo, luego de que cesaron las persecuciones, la familia pudo también sembrar y alimentarse de lo  cosechado, a partir de semillas que le regalaban a la abuela de Ana María. 

• Ya en sus años escolares, Ana María recuerda la ayuda que recibió de las monjitas del colegio donde  estudiaba, especialmente en lo que se refiere a la alimentación. Esta ayuda también se entregó a gente que  venía de Quechumalal. 

• Leonel recuerda que hubo dificultades para encontrar trabajo, ni siquiera en el Programa de Empleo  Mínimo (PEM), porque el alcalde de la época era enemigo de José Mercedes Vergara; además, se suma su  pasado político, por lo que no había acceso al PEM ni al Programa Ocupacional de Jefes de Hogar (POJH),  pues ambos programas los manejaba el municipio. Solamente encontraban “pololitos” y otras tareas de  campo. 

e) José Mercedes Vergara y la vida en la población Lolquellén 

• José Mercedes Vergara era militante del Partido Socialista, de ahí la rivalidad mencionada por Ana María,  con el alcalde de Panguipulli, partidarios de la dictadura militar. 

• Leonel cuenta que, producto del cierre del aserradero de Quechumalal, muchos de los trabajadores de este  aserradero y sus familias llegaron en camiones a Panguipulli. Varios llegaron a donde José Mercedes  Vergara.  

• La familia de Ana María, que ya contaba con la experiencia de haber sido acogidos en momentos de  desgracia, ayudó a los recién llegados en pleno invierno; los recibían con leche, o con algo caliente para  tomar. 

• José Mercedes Vergara sufrió la persecución del alcalde de Panguipulli, y en más de una ocasión fue  encarcelado por carabineros o militares. Debido a que tenía más de 70 años en la época en que acogió a la  familia de Leonel y Ana María, la prisión reiterada afectó su salud. 

• Aún cuando el alcalde trancaba la puerta que daba acceso al sector de Lolquellén, igual entraba gente. Por  esta razón, se apresaba a José Mercedes Vergara. 

• Junto con lo anterior, y también por el miedo y el bajo perfil que debían mantener, la gente de Lolquellén  no pudo organizarse como comunidad.  

• Quienes llegaron desde Quechumalal a Lolquellén lo hicieron en malas condiciones. La familia de Leonel  y Ana María les proveía agua de una vertiente, las monjitas pusieron un estanque con mangueras, para  organizar la repartición de agua. 

• Tal era la precariedad de quien llegaron a Lolquellén, que muchos tenían enfermedades relacionadas con la  higiene, como piojos y sarna. Las monjitas ayudaron a combatir los piojos, además de repartir alimento. En Lolquellén recibieron ayuda internacional, con comida llegada de Estados Unidos. 

• Con los años, Leonel y Ana María formaron sus propias familias. Leonel fue el primero de la familia en  hacerse su primera casa, y abandonar a José Mercedes Vergara. También mejoró su situación laboral  cuando encontró trabajo como mediero. 

• Mucha gente le dio la espalda a José Mercedes Vergara, cuenta Ana María. Esto se vio cuando se hizo una  colecta para reunir dinero para pagar un abogado para Vergara. Poca gente dio dinero, y muchos de los  habitantes de Lolquellén no quisieron aportar. Tras la muerte de José Mercedes Vergara, los terrenos de la  población Lolquellén estaban todos repartidos. 

f) Fin de la persecución política, vida como dirigentes sociales 

• Las últimas torturas a la familia de Leonel fueron en 1978, en el río Malinhue. Varios parientes quedaron  con secuelas permanentes, como un hermano que quedó ciego, otro con problemas mentales, y una tía de 

Ana María que fue violada en un retén. 

• La llegada de la democracia trajo alivio a la familia. Sin embargo, aún había cierto hostigamiento, que  Leonel considera que fue una venganza. 

• El relato que hacen en esta entrevista es el primero que hacen de todo el sufrimiento que padeció la familia  de Leonel y Ana María. Otros familiares se opusieron a que ellos contaran su historia. Por su parte, para  lidiar con estas dolorosas memorias, Ana María empezó a poner por escrito sus recuerdos, pero la revisión  de estos hechos la afectó mucho, por lo que se sometió a una terapia, “me sané en parte”, dice.  

• Como dirigentes del comité de adelanto “Triángulo del laurel” han luchado para conseguir agua potable y  alcantarillado en la población, lo que se consiguió después de mucho tiempo. Hay todavía cosas por hacer,  como extender el servicio de electricidad para todos los vecinos de la población. 

• Ana María ve con optimismo el futuro de Lolquellén, por la tranquilidad y estabilidad habitacional de los  vecinos, así como el emprendimiento de estos con proyectos. Ambos, Ana María y Leonel, están  orgullosos de su población, especialmente porque la lucha de José Mercedes Vergara valió la pena. 

• Al cierre, ambos tienen fe en sus hijos, en que tendrán una mejor vida que la que ellos tuvieron. Leonel destaca que los carabineros de hoy los han ayudado en el trabajo del comité de adelanto. Admira a los  carabineros de hoy, pero lamenta cómo se portaron los de ayer