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Academia de Guerra del Ejército – Memoria Viva

Academia de Guerra del Ejército


Ubicación:San Ignacio N° 242 Santaigo Región Metropolitana

Rama:Ejército

Geolocalización: Google Maps Link


Descripción General

Categoría : Otra Información

La Academia de Guerra del Ejercito (ACAGUE), ubicada en San Ignacion N° 242, Comuna de Santiago, fue utilizada como recinto de detención e interrogatorio de presos políticos en los dia posteriores al golpe Militar.

En este recinto el teniente coronel David Reyes Farías, profesor de Inteligencia de la ACAGUE, asesinó a sangre fría, el 18 de octubre de 1973, al Mayor de Ejercito Mario Luis Iván Lavanderos Lataste por haber liberado a 68 presos políticos bolivianos y uruguayos que estaban detenidos en el Estadio Nacional.

 

Fuentes de Información Consultada: Informe Valech; Cambio 21; Memoriaviva;


Jaime García Covarrubias, ex jefe represor de la DINA, es hoy profesor en Colegio del Pentágono.

Fuente :El Correo.eu.org , 19 de Diciembre 2010

Categoría : Prensa

El pasado siempre vuelve a buscar respuestas. Y las máscaras suelen caerse con el peso de la verdad. El ex militar chileno Jaime García Covarrubias se jactaba de haber sido casi un administrativo sin « responsabilidades operativas » durante el sangriento régimen de Augusto Pinochet Ugarte. Retirado del Ejército de su país, y camuflado en democracia, se dedicó al estudio. Es desde hace años un respetado catedrático en temas de seguridad y defensa y trabaja para un centro que depende del Pentágono estadounidense. Pero hace unos meses esa máscara cayó. Se conocieron en Chile denuncias en su contra : ex detenidos políticos y hasta ex soldados subalternos le imputan actuar con « crueldad y tratos inhumanos » mientras era amo y señor del «Regimiento Tucapel », en la sureña ciudad de Temuco. No sólo eso : lo acusan de ser el responsable de los asesinatos de seis prisioneros y de ser el jefe de Contrainteligencia de la DINA, la temible Dirección de Inteligencia Nacional. García Covarrubias estuvo esta semana en Buenos Aires.

Memoria Viva es un archivo digital sobre las violaciones de los derechos humanos en Chile. En el sitio se acusa a García Covarrubias de ser miembro de la Sociedad Pedro Diet Lobos : una fachada comercial de la DINA para encubrir actividades en Chile y el exterior. Informan : « En noviembre de 1988 asume la Subsecretaría General de Gobierno. Y fue durante tres años asesor de la Secretaría General de la Presidencia. Se comentaba que era una de las personas que le escribía o le asesoraba los discursos a Pinochet. Se acoge a retiro en 1981 como oficial de Estado Mayor de la Academia de Guerra ».

El represor está « inculpado » en el expediente que se le sigue en la Justicia chilena por delitos de lesa humanidad. Se le imputan los asesinatos de seis militantes comunistas, ocurrido en de noviembre de 1973, cuando tenía el grado de teniente. El hecho se encubrió como un falso ataque al cuartel, porque los presos políticos estaban detenidos allí. La acusación tiene un fuerte aval: las declaraciones de al menos 25 ex detenidos y militares que escuchó el juez Fernando Carreño, de la Corte de Apelaciones de Temuco.

Hace tres meses García Covarrubias tuvo que viajar a Chile por orden de la Justicia. Fue interrogado y sometido a careos. El ex detenido Herman Carrasco, por ejemplo, lo acusó de haberlo torturado. « El oficial García Covarrubias comenzó a golpearnos y, desnudos, nos obligó a efectuar actos sodomíticos, sin éxito », dijo. El represor negó todo. En sus declaraciones procesales sostuvo que « no había personas detenidas en el regimiento ». Y que la muerte de los seis detenidos ocurrió en un « enfrentamiento ».

Otro ex detenido, Víctor Maturana, también lo identificó. Y el ex soldado Héctor Barra Reyes declaró en la Justicia que « los hermanos García Covarrubias interrogaban a los detenidos en el lugar donde los torturaban ». Su ex colega Oscar Inostroza agregó : « El teniente Jaime García se destacaba por su crueldad y tratos inhumanos hacia los detenidos y los propios conscriptos ». Igual cargo le formuló el ex soldado Enrique Moreno : « Del teniente García recuerdo su crueldad con los prisioneros ».

El Informe Rettig es para Chile lo que el Nunca Más para Argentina. Un detallado texto que enumera los crímenes de la dictadura pinochetista. La comisión investigadora señaló que « con la consolidación de la Dina, las víctimas fueron seleccionadas por las unidades de inteligencia y mantenidas por lo general en lugares secretos de detención, donde se les interrogó por personal especializado y se les sometió a torturas. Los cuerpos de quienes murieron en estas circunstancias desaparecieron en forma tal que, en buen número, todavía no han podido ser encontrados ». La policía de Pinochet funcionó entre 1974 y 1977, cuando se disolvió. « Las desapariciones se hicieron mucho menos frecuentes, aunque continuó la tortura con su secuela de muerte. »

Por estas acusaciones, dos diputados chilenos reclamaron al gobierno de Estados Unidos destituir a García Covarrubias del Centro de Estudios Hemisféricos para la Defensa(CHDS), donde enseña. Hugo Gutiérrez, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Diputados, dijo : « Es de extrema gravedad que un ex agente de la Dina, que permanece acusado en un proceso de torturar prisioneros y luego convertirse en instructor para técnicas de represión, permanezca en una institución dependiente del Pentágono de Estados Unidos ». Gutiérrez integra el Partido Comunista y es abogado especialista en derechos humanos.

Al pedido lo acompañó el diputado socialdemócrata Tucapel Jiménez. Los legisladores quieren reunirse con el embajador de Estados Unidos en Chile, Alejandro Wolff. « Se puede pensar que Estados Unidos está protegiendo a este ex agente chileno, por ello el gobierno debe actuar con rapidez », afirmó Gutiérrez. Avalan el pedido ex detenidos. Uno de ellos, Carrasco, consideró « impactante que este individuo esté hoy paseándose por Estados Unidos, trabajando como profesor para un centro de estudios del Pentágono ». Y concluyó : « Debe ser expulsado ».

Sabe/contesta poco

García Covarrubias es brigadier retirado. Y tiene una larga carrera académica. Tiene un doctorado en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Una maestría en Ciencias Políticas de la Universidad de Chile y una licenciatura en Ciencias Militares. Es también graduado del Centro de Estudios Diplomáticos y Estratégicos de París, Francia, y de la Sociedad de Estudios Internacionales de Madrid, España. Es profesor de Política y Seguridad Nacional desde marzo de 2001 en el Chds.

« Con anterioridad enseñaba en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, en la Universidad Central, Universidad Bernardo O’Higgins y en la Universidad Andrés Bello », dice su CV, publicado en la web del CHDS. García Covarrubias está especializado en estrategia, geopolítica, política de defensa y sociología militar. « Tuvo variadas asignaciones durante su carrera militar en Chile, incluyendo un profesorado en la Academia de Guerra del Ejército, el comando de una unidad de infantería en 1994 y la dirección de la Academia de Guerra, de 1995 a 1997. »

El ex militar chileno estuvo esta semana de paso en la Ciudad de Buenos Aires. Vino a participar de unas jornadas organizadas por el CHDS sobre Seguridad y defensa en tiempos del Bicentenario : visiones desde Argentina y Chile, realizadas en el hotel Marriot Plaza. No es la primera vez que viene al país. Ya en abril de 2001 había participado del simposio regional La Defensa en la subregión. Nuevos desafíos, nuevas respuestas. En esa oportunidad, la organización había sido del club de graduados argentinos del CHDS y contaba con el auspicio del Ministerio de Defensa, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Nada más y nada menos.

García Covarrubias tuvo la mala suerte de que su llegada coincidiera con las denuncias por torturas que se le hicieron desde la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de su país. Por eso el martes no se lo vio. Una fuente que participó los dos días de las actividades confió a Miradas al Sur : « No apareció en la charla porque lo mandaron a pasear. Ese día se reunió con la embajadora de Estados Unidos y a la noche estuvo en un cóctel que se realizó en el hotel. Allí recibió el apoyo de John Thompson ». Se refiere al ex militar que es el actual decano de Estudiantes, Administración y Extensión del CHDS. Según la fuente –que pidió anonimato- Thompson « le palmeó el hombro » y le dijo : « Estoy para lo que necesites ». El miércoles sí participó del panel que presentó el libro Seguridad y defensa en tiempos del Bicentenario, compilado por el investigador argentino Mariano Bartolomé.

Ese mismo día Miradas al Sur intentó entrevistarlo en el hotel. García Covarrubias acusó cansancio y se negó. Ante la insistencia del cronista, concedió unos minutos para hablar por teléfono.

¿Usted integró la DINA, la ex policía secreta de Augusto Pinochet ?

– No, dijo, lacónico. El tono de voz, que en un principio rebosaba amabilidad, empezó a endurecerse. Pese a negarlo, en la Justicia de su país García Covarrubias reconoció que fue instructor de agentes en la Dina. Los instruyó en técnicas de interrogatorio y contrainteligencia.

Lo acusan de torturar a detenidos.

– Son puras calumnias e injurias. Las denuncias fueron debidamente rechazadas por la Justicia chilena, y estoy libre de culpa y cargo. Nunca tuve que presentarme a declarar.

¿Podría precisar cuáles fueron sus funciones en los años ’70 ?

– Era docente, como profesor en la Escuela de Inteligencia Nacional. Mi cargo era el de teniente. Serví como oficial de la Secretaría de Inteligencia, pero nunca tuve responsabilidades operativas dentro de las Fuerzas Armadas.

¿Qué opina de los juicios por delitos de lesa humanidad que lleva adelante la Argentina ?

– Me parece bien, si esa es la decisión política de vuestro país– dijo, seco y solemne.

¿En Chile deberían investigarse los crímenes de la dictadura pinochetista ?

– No tengo una evaluación. Confío en el funcionamiento de las instituciones de nuestro país.

¿Usted fue uno de los responsables de confeccionarle los discursos a Pinochet ?

– De ninguna manera– se desmarcó.

Fue la última pregunta que pudo hacer este diario. García Covarrubias dio por terminada la breve charla.

El Chds se creó en 1997. La iniciativa la habían tenido varios ministros de Defensa de América Latina un año antes, durante la segunda Cumbre Ministerial de Defensa de las Américas, realizada en Bariloche. En ese momento habían expresado « preocupación por la relativa falta de civiles preparados para enfrentar con éxito problemas militares y de defensa en sus países », según informa la Chds en su web. Es decir : instruir y adoctrinar a funcionarios civiles, militares y de fuerzas de seguridad en cuestiones de Defensa. El centro está bajo la orbita del Pentágono. No es un dato menor. Y lo dirige Richard Downie, un ex marine yanqui que tiene un profundo conocimiento de la región. Del Chds depende la Universidad Nacional de Defensa (NDU). Allí también es profesor el periodista estadounidense Martin Andersen. Ex corresponsal del Washington Post y de Newsweek en Buenos Aires, mientras vivió en la Argentina no pudo sacarse de encima la sospecha de ser agente de la CIA.

García Covarrubias tiene una decena de libros escritos. En uno de ellos, La modernización militar, escribió : « Hoy, el tema de la modernización militar es preocupación en todo el mundo. La sociedad ha evolucionado y las características de la guerra han cambiado ». Hoy la guerra que enfrenta García Covarrubias es su pasado. El pasado que siempre vuelve buscando respuestas. Y Justicia.


Corte de Apelaciones eleva condena por crimen del militar que liberó a 68 prisioneros del Estadio Nacional en 1973

Fuente :Cambio 21,12 de Febrero 2015

Categoría : Prensa

El mayor Mario Lavanderos, tras el 11 de septiembre de 1973, cumplió labores en la sección "Extranjería" del campo de prisioneros del Estadio Nacional, donde el 16 de octubre liberó a 55 ciudadanos uruguayos y 13 bolivianos, entregándolos al embajador de Suecia, como refugiados.

La Corte de Apelaciones de Santiago elevó la condena contra el coronel de Ejército en retiro David Reyes Farías en la investigación por el homicidio calificado del entonces mayor de Ejército Mario Lavanderos, ocurrido el 18 de octubre de 1973 al interior de la Academia de Guerra del Ejército.

En fallo unánime, la Cuarta Sala del tribunal de alzada integrada por los ministros Juan Manuel Muñoz Pardo, Dobra Lusic y el abogado integrante Patricio González dieron 5 años de presidio a Reyes por su responsabilidad en este caso de homicidio calificado. En primera instancia, el ministro Mario Carroza había decidido una pena de 3 años y un día de presidio. Sin embargo, el condenado mantendrá el beneficio de la libertad vigilada intensiva.

El mayor Lavanderos, tras el 11 de septiembre de 1973, cumplió labores en la sección "Extranjería" del campo de prisioneros del Estadio Nacional, donde el 16 de octubre liberó a 55 ciudadanos uruguayos y 13 bolivianos, entregándolos al embajador de Suecia, como refugiados.

En el proceso consta que "al día siguiente, en horas de la noche, el mayor llega a la Academia de Guerra de Ejército, lugar donde habitaba, y se dirige al casino de oficiales, donde se encuentra con el teniente coronel David Reyes Farías, con quien se queda conversando hasta la madrugada del día siguiente, oportunidad en que ya se habían retirado todos los oficiales y solamente quedaba el asistente de mozo, quien fue el último en retirarse, no sin antes darse cuenta que los oficiales mantenían una discusión".

"Pasados unos minutos y encontrándose a solas ambos oficiales, Reyes Farías procede con su arma de servicio a dispararle un tiro a Mario Lavanderos con el cañón apoyado sobre el lado izquierdo del labio superior, siguiendo el proyectil su trayectoria hacia arriba y atrás, provocándole la muerte por herida de bala facio-craneana con salida de proyectil", señala el expediente.

De acuerdo a la Corte de Apelaciones, "la conducta del autor correspondió a una reacción iracunda, a un arranque de ira motivado por la intervención de la víctima en la liberación de más de 30 prisioneros políticos extranjeros".

Lavanderos murió el 18 de octubre de 1973, a las 3:15 horas, en el Hospital Militar, por herida de bala facio craneana, como acredita el Certificado Médico de Defunción otorgado por el Instituto Médico Legal. Tenía 37 años a la fecha de su fallecimiento.

En marzo de 1993, la comisión Rettig resolvió que el mayor (R) fue víctima de violación de derechos humanos cometida por agentes del Estado.


Homenajeando la tortura: Ejército mantiene imágenes y placas de Manuel Contreras en Tejas verdes y la Academia de Guerra

Fuente :El Desconcierto, 10 de Septiembre 2018

Categoría : Prensa

En la Academia de Guerra del Ejército y en la Escuela de Ingenieros, donde funcionó el centro de torturas de Tejas Verdes, se encuentran fotografías y placas en recuerdo del ex general y ex agente de la DINA, Manuel Contreras, a pesar de los más de 500 años de presidio que tuvo por sus crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar.

Mañana 11 de septiembre se cumplen 45 años del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende y el inicio de una dictadura militar que trajo consigo los horrores más terribles de la historia reciente de nuestro país. Un país controlado por militares que no dudaron en reprimir, torturar y asesinar a su propio pueblo durante 17 años.

A pesar de que la justicia ha tardado, las violaciones a los derechos humanos han sido rechazadas tajantemente por los horrendos crímenes ejecutados durante la dictadura encabezada por Augusto Pinochet. Sin embargo, el Ejército mantiene en sus dependencias cinco placas y tres fotografías que recuerdan al ex General del ejército y ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Manuel Contreras Sepúlveda, condenado a más de 500 años por los crímenes de lesa humanidad en los que estuvo involucrado.

En el reportaje realizado por Radio Bío Bío, se señala que en la Academia de Guerra del Ejército se encuentran 3 cuadros con fotos del ex general y 2 placas con su nombre. En las imágenes Contreras aparece como alumno graduado y profesor de oficiales de Estado Mayor, y una que lo recuerda como director de la Academia en la galería de oficiales del recinto militar. Por su parte, una de las placas es de cuando obtuvo el mérito al honor por lograr el primer puesto como estudiante y la otra recuerda su periodo como director de la academia.

Las restantes placas se encuentran en el la actual Escuela de Ingenieros del Ejército en San Antonio, una de las placas está en el cuadro de mando de la secretaría de estudios, otra es de cuando obtuvo la primera antigüedad en un curso de tenientes y la tercera se encuentra en el patio de honor, recordando su paso como director del instituto.

Estas útlimas placas revisten la mayor gravedad y lo impresentable de esta situación, debido a que el lugar donde se encuentra la Escuela de Ingenieros, durante la dictadura militar funcionaba el Regimiento Tejas Verdes. Lugar considerado como el centro de operaciones de la DINA, y que desde el 11 de septiembre de 1973 fue utilizado como campo de concentración para prisioneros y donde se registró la cuna de los experimentos de tortura de la dictadura.

El abogado de víctimas de Derechos Humanos, Cristian Cruz, calificó este hecho como «absolutamente impresentable», agregando que el que se rindan estos homenajes permanentes a genocidas como Manuel Contreras, demuestra que el alto mando del Ejército «se mantiene anclado a la peor etapa de la vida institucional del Ejército y desoye el reproche que una sociedad civilizada efectúa a los criminales».

Agregó que esto arriesga a comprometer el pasado de horror con las nuevas generaciones del ejército, ya que «lo que para el resto del mundo es criminal y abominable para ese alto mando resulta meritorio». Además criticó que las autoridades civiles, Chile Vamos ni Nueva Mayoría, reprendan estas actitudes ni ordenen medidas de reparación a las víctimas. Cruz hizo la petición a las autoridades de la institución para que retirasen las placas y fotos de Contreras, y aunque el Comandante Martínez Mentenau se comprometió de palanbra a ahcerlo, a un mes de esta solicitud no ha recibido respuesta alguna.

Desde el Ejército solo se limitaron a dar como respuesta que, “el Ejército de Chile hace más de 208 años de historia, mantiene en sus distintas unidades a lo largo del país, las imágenes de quienes fueron sus comandantes a lo largo de la historia de cada unidad como testimonio de quienes sirvieron en ellas, no constituyendo esas imágenes honores militares”.

En redes sociales se ha criticado al Ejército por mantener este homenaje a quien fuera a uno de los «mayores criminales» de la historia de Chile, y demandan a que se retiren estos honores a la brevedad.


El Ejército mantiene cinco placas y tres fotos de Manuel Contreras en sus dependencias

Fuente :BioBio, 10 de Septiembre 2018

Categoría : Prensa

Tres cuadros con fotografías y dos placas del ex director de la DINA están instaladas al interior de la Academia de Guerra. Y otras tres placas se encuentran dentro de la Escuela de Ingenieros, donde antiguamente funcionaba el Regimiento Tejas Verdes, que es conocido como la cuna del organismo represor, pues ahí se practicaron las primeras torturas durante la dictadura de Pinochet. Consultados en el Ejército sobre los motivos para mantener estos elementos de alguien que fue condenado a más de 500 años por crímenes de lesa humanidad, solo se limitaron a decir que no constituyen honores militares. En tanto, el abogado Cristián Cruz, quien ha defendido a víctimas de violaciones a los Derechos Humanos, lo calificó de “absolutamente impresentable”. Todo esto se da a conocer a un día de que se cumplan 45 años del golpe de Estado.
El Ejército de Chile mantiene en sus dependencias cinco placas y tres fotografías del fallecido ex director de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Manuel Contreras Sepúlveda. Lo anterior, pese a que fue condenado a más de 500 años de cárcel por su participación en diversos crímenes de lesa humanidad ejecutados durante la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet.

Así lo constata la información que la institución entregó a través de la Ley de Transparencia al abogado Cristián Cruz, quien ha representado a víctimas y familiares de víctimas de violaciones a los Derechos Humanos de la dictadura. Radio Bío Bío accedió al documento y lo publica acá de forma íntegra.

Estos antecedentes se dan a conocer a un día de que se cumplan 45 años del golpe de Estado liderado por el difunto general Pinochet y que derrocó del poder al Presidente Salvador Allende, dando inicio al régimen militar que se extendió por cerca de 17 años.

En la Academia de Guerra, ubicada en La Reina, hay tres cuadros con fotos y dos placas de Contreras. De las imágenes, dos de ellas están en la galería “promociones de oficiales de Estado Mayor”; en una aparece como alumno graduado y en la otra como profesor. La tercera, en tanto, es de cuando era director de la academia y está situada en la galería de oficiales.

Por su parte, una de las placas es de cuando obtuvo el mérito al honor por lograr el primer puesto como estudiante y la otra recuerda su periodo como director.

Las otras tres placas del fallecido general se encuentran en la Escuela de Ingenieros del Ejército, en San Antonio, donde antiguamente funcionaba el regimiento N° 2 de Ingenieros Tejas Verdes. Una está en el cuadro de mando de la secretaría de estudios, otra es de cuando obtuvo la primera antigüedad en un curso de tenientes y la tercera se encuentra en el patio de honor, recordando su paso como director del instituto.

Esto cobra especial relevancia tomando en cuenta que el Regimiento Tejas Verdes es considerado la cuna de la DINA, pues ahí se realizaron las primeras torturas, cuando Contreras era al mismo tiempo director del regimiento y de la policía secreta de Pinochet.

Cabe hacer presente que la rama castrense, dirigida actualmente por el comandante en Jefe, general Ricardo Martínez Menanteau, en la respuesta que dio por Transparencia dijo no tener registro de los documentos que hayan autorizado la presencia de estos elementos.

Radio Bío Bío envió algunas consultas al Ejército para saber los motivos por los cuales mantienen las placas y las fotografías, quiénes las autorizaron, desde cuándo están instaladas y si habían evaluado retirarlas para desanclar la imagen de la entidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos en tiempos de dictadura. Sin embargo, se limitaron a dar una respuesta escueta.

“El Ejército de Chile hace más de 208 años de historia, mantiene en sus distintas unidades a lo largo del país, las imágenes de quienes fueron sus comandantes a lo largo de la historia de cada unidad como testimonio de quienes sirvieron en ellas, no constituyendo esas imágenes honores militares”, explicaron.

A su vez, el abogado Cristián Cruz aseguró que “es absolutamente impresentable que se rinda este permanente homenaje y reconocimiento a Manuel Contreras, con esto el alto mando del Ejército se mantiene anclado a la peor etapa de la vida institucional del Ejército y desoye el reproche que una sociedad civilizada efectúa a los criminales”. Dado esto, añadió, “sólo queda entender que aquello que para el resto del mundo es criminal y abominable para ese alto mando resulta meritorio, lo que de paso nos arriesga a comprometer con ese pasado de horror a las nuevas generaciones, sin que la autoridad civil -de la Nueva Mayoría ni de Chile Vamos- les reprenda u ordene las medidas de reparación a las víctimas y de no repetición que como país merecemos”.

Cruz también contó que hace cerca de un mes le pidió a las autoridades de la institución que retirasen las fotos y placas de Contreras, y que incluso el comandante Martínez Menanteu empeñó su palabra en dar respuesta a su solicitud. Pero hasta la fecha no le han respondido, precisó.

Las condenas de Contreras
Manuel Contreras murió en agosto de 2015 a los 86 años tras permanecer varios días en estado grave en el Hospital Militar. El ex director de la DINA sufría de diabetes, hipertensión y padecía un cáncer al colon.

Al morir registraba condenas que, en total, ascendían a casi 530 años de prisión por los diversos crímenes de lesa humanidad que dirigió al mando del organismo represor de la dictadura, los cuales podrían haber seguido subiendo ya que había varios juicios pendientes en su contra.

Su primera sentencia la recibió a mediados de la década de los noventa. En aquel entonces fue condenado a siete años de cárcel por ser el autor intelectual del asesinato en Estados Unidos del ex ministro de la Unidad Popular, Orlando Letelier, la cual cumplió a principios de 2001. Tras ello, se mantuvo bajo arresto domiciliario debido a las diversas causas judiciales que se habían abierto en su contra.

Otra condena por un caso emblemático se concretó a fines de junio de 2008. El 30 de ese mes, el juez Alejandro Solís le impuso una pena de doble presidio perpetuo por su participación en el secuestro y homicidio del ex comandante en Jefe del Ejército durante la Unidad Popular, Carlos Prats, y de su esposa Sofía Cuthbert. Ambos murieron al estallar una bomba instalada en su automóvil en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, Argentina, en 1974.

En septiembre de 2009, se ordenaría una nueva pena contra el ex director de la DINA. En esa fecha recibió 15 años y un día como autor de homicidio calificado de Lumi Videla Moya, una militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), y adicionalmente cinco años por su participación en el secuestro de Sergio Pérez Molina, también integrante del MIR y pareja de Videla Moya.

Su papel en el Regimiento Tejas Verdes también le valdría otra sentencia. Al inicio de abril de 2014, la Corte Suprema condenó a Contreras y otros ex agentes represores por su participación en los delitos de tortura, secuestros y homicidios calificados perpetrados en el centro de detención ilegal que se había instalado en ese lugar. A Conteras le impusieron 20 años en total: 15 años y un día por ser el autor de los delitos de secuestros calificados de Miguel Heredia, Rebeca Espinoza, Felipe Marmaduke, José Pérez y José Orellana; y 5 años y un día por el delito de aplicación de tormentos (tortura) a prisioneros de Tejas Verdes.

Parte de sus condenas las cumplió en el Penal Cordillera, hasta que fue cerrado en el primer gobierno de Sebastián Piñera, en septiembre de 2013, cuando Contreras junto a otros criminales de lesa humanidad fueron trasladados al penal Punta Peuco.