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Nilo Alfredo Floody Buxton

General de Ejercito

Creador del CIRE (Centro de Inteligencia Regional)

falleció en julio de 2013

Nilo Floody Buxton, general de Brigada e Intendente de la VIII Región, Jefe de la Tercera División del Ejercito; Director Escuela Militar Bernardo OHiggins. Junto con el comandante de la Base Naval, Antonio Costa Bobadilla crearon el Centro de Inteligencia Regional (CIRE), una especie de Comando Conjunto en enero de 1974 para actividades represivas en la VIII Región.

El coronel Floody se formó como oficial de Caballería. En 1964, siguió un Curso para Oficiales de Blindados en Fort Knox , Estados Unidos. Inmediatamente después del golpe, el mismo año 1973 fue promovido a general de Brigada.

En septiembre de 1973 Nilo Floody Buxton era coronel de Ejército y director de la Escuela Militar, en donde se instaló el Puesto Nº 3 de enlace. 

En diciembre de 1973, el general Nilo Floody, enviado especialmente por el general Pinochet, estuvo al mando de la llamada "Operación Peineta", que consistió en un operativo del Ejército en la zona cordillerana, comprendida entre Concepción y Valdivia, y cuyo objetivo era la captura de "extremistas armados". Como resultado de esta operación, varios campesinos fueron detenidos, ya que el único "extremista" individualizado de la zona, el "Comandante Pepe", José Liendo, había sido fusilado poco antes, durante el paso de la Caravana de la Muerte por Valdivia. (88)

En 1974, fue designado Intendente de la VIII Región, y comandante de la III División del Ejército, con sede en Concepción.

Posteriormente, fue enviado como jefe de la Misión Militar de Chile en Washington.  A su regreso a Chile, en marzo de 1977, fue ascendido a general de División. En esa fecha, asumió el cargo de Intendente Regional de la Zona Austral, y comandante de la VI División del Ejército, con sede en Punta Arenas. Era la época de la Guerra de las Malvinas. La dictadura militar chilena apoyó a Inglaterra, facilitando, entre otros, las bases aéreas de la Zona Austral para el abastecimiento de combustible de los aviones ingleses. El general Floody se distinguió en ello.

En 1983, fue designado embajador de Chile en Israel.

Comandó la Brigada Especial Contraguerrillas, que operó durante tres meses en las provincias de Arauco a Llanquihue con fines "antisubversivos". Su segundo en el mando era el teniente coronel Alejandro Medina Lois.

Desde 14/12/78 - 15/02/79 Nilo Floody Buxton fue Comandante en Jefe del Comando Conjunto Austral, sección de las Fuerzas Armadas encargada de la seguridad de las Regiones de Magallanes y Antártica Chilena, incluyendo el trabajo coordinado con la XII Zona de Carabineros y la XII Región Policial de Investigaciones.

Fuentes de Información: Libro: Páginas en blanco. El 11 de septiembre en La Moneda; La Nación; Archivo Memoriaviva


Nación Domingo

El torturador que pasó por víctima

En 1974, el detective Arturo Eugenio Garay González se integró a un grupo similar al Comando Conjunto que operó en la Base Naval de Talcahuano . Participó en la desaparición del ex GAP Rudy Cárcamo, presenció el asesinato del alcalde de Cañete, Elías Jana, y fue reconocido como un feroz verdugo. Hoy recibe beneficios destinados a prisioneros políticos.
 

El protagonista de esta historia no tiene rostro. No hay fotos suyas en la prensa. Sólo existe registro de su voz. De la ocasión que llama a este diario la noche del jueves 12 de abril, para inquirir por este artículo. “Qué te preocupái ahora de un agente olvidado”, se queja con amargura. Abrumado por deudas, considerado un traidor por sus ex compañeros, cuenta que lo andan buscando, que se mueve de un lado a otro, que tiene una vida jodida. Antes de colgar promete fijar un encuentro. Éste jamás se lleva a cabo.

Lo cierto es que la vida de Arturo Eugenio Garay González, subcomisario retirado de Investigaciones, 61 años, víctima inscrita en el Informe Valech con el número 9.481, se jodió hace tiempo. Para ser exactos, 33 años atrás. En los primeros meses de 1974, el día en que flanqueó la entrada de la Base Naval de Talcahuano e ingresó a un sector convertido en campo de prisioneros y centro de tortura.

Ese día, el joven Garay dejó de ser detective y se convirtió en verdugo. Como agente del Centro de Inteligencia Regional (CIRE), una especie de Comando Conjunto creado en enero de ese año por el jefe de la Tercera División del Ejército, Nilo Floody Buxton, y el comandante de la Base Naval, Antonio Costa Bobadilla, para actividades represivas en la Octava Región, Garay se dedicó un año a detener gente y aplicarle tormentos. Hay gente que lo recuerda.

“ÉL FUE MI TORTURADOR”

El siquiatra Luis Enrique Peebles Skarnic tiene un año menos que Garay. Fue una de las personas que sufrió su mano en la picana eléctrica. Cuando habla, la voz de Peebles se hace leve como los murmullos de un niño. O los de un cura confesor. Sentado detrás de un pequeño escritorio en un box del área de salud mental del Hospital Barros Luco, su aspecto calmo no se condice con el infierno que se lo tragó en diciembre de 1974. Ese mes, el joven secretario general de lo que quedaba del MIR en Concepción fue detenido en el Paso Los Libertadores y trasladado a la Base Naval de Talcahuano.

A merced de Garay y el grupo de interrogadores del CIRE (compuesto por el jefe de Inteligencia Naval de la zona, Hugo González D’Arcangelis: los oficiales navales José Cáceres González y Víctor Donoso Barrera; el funcionario de Investigaciones Osvaldo Harnisch Salazar y el oficial de Carabineros Conrado Sesnic), Peebles se inició en los laberintos del horror. Éstos, más tarde, lo conducirían a Colonia Dignidad, Villa Grimaldi, Tres y Cuatro Álamos, las otras estaciones de su averno que terminó en julio de 1975, cuando fue expulsado del país y se exilió en Bélgica.

Peebles tiene clara la participación de Arturo Garay González en sus sesiones de tormento. “Él fue uno de mis torturadores directos”, dice. “Al principio no sabía quién era. Pero después de una hora escuchas las voces, te das cuenta de a quién pertenece la voz de mando. Y este tipo era el jefe de grupo de los cinco o seis que torturaban y salían a detener gente. No sólo lo oí, también lo vi”, dice Peebles, y prosigue su crudo relato: “Después de meterme electricidad por todos lados, de hacerme ‘el submarino’ en un tambor con agua asquerosa, de darme guaraca, terminaba la tortura”, dice y toma aire. “Ahí le preguntaba si esa noche pensaba hacer el amor con su mujer. Si le habían pagado bien. Si lo que hacía cumplía las expectativas que tenía cuando entró a la institución. Si después del trabajo tenía reunión de apoderados. O si acaso éste era el gobierno de las Fuerzas Armadas que esperaba”.

El 21de febrero de 2006, Peebles volvió a ver a Garay. No lo reconoció hasta que empezó a hablar, dice el facultativo. Fue en las propias dependencias de la Base Naval de Talcahuano, en la reconstitución del asesinato y desaparición del mirista y ex GAP Rudy Cárcamo Ruiz, “El vietnamita”, ordenada por el juez Carlos Aldana. Junto a Peebles, otro ex prisionero, Jaime Oehninger, reconoció a Garay como uno de sus celadores, e identificó también a los procesados por la desaparición de Cárcamo: González, Cáceres, Donoso, Harnisch y Sesnic.

El siquiatra estuvo a escasos centímetros de distancia del torturador. Como en una broma macabra del destino, les tocó compartir el bus que la Armada destinó para el juez y las víctimas. Los ex compañeros de Garay en el CIRE no estuvieron dispuestos a recibir a un traidor en su vehículo: el detective estaba allí en calidad de testigo, ratificando el siguiente testimonio judicial donde relata lo que le pasó a “El vietnamita”:

“Fundamento mi presunción de que fueron el teniente Cáceres, Sesnic y el inspector Harnisch quienes participaron en el interrogatorio en que falleció Rudy Cárcamo, ya que la mayoría de los interrogatorios al interior de la base naval los practicaban ellos tres junto a mí. Como ese fin de semana yo estuve en Cañete, y ellos se quedaron, lo más probable es que hayan sido ellos los que interrogaron a Cárcamo. Al llegar ese lunes a la base naval, mis compañeros de interrogatorio me comunicaron que había un ‘fiambre’, por lo que había que deshacerse de él. En ese momento consulté de quién se trataba, y a regañadientes me respondieron que era ‘El vietnamita’”.

En la reconstitución salieron a la luz otros homicidios cometidos por la Armada en ese recinto. Entre ellos, el asesinato en febrero de 1975 de Elías Jana Santibáñez, alcalde socialista de Cañete en la época del golpe de Estado, relatado al juez por Peebles y confirmado por Garay.

ÉL FUE MI INTERROGADOR

En 1975, Garay volvió a Investigaciones. Pero su pasado le había dejado secuelas. Fue sancionado varias veces por faltas consideradas graves en la institución y se desmoronó de a poco hasta que pasó a retiro, en septiembre de 1986.

Quizá por esto, la historia que contó a los profesionales de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura no es la del carnicero que evocan los ex presos de la base naval. En la ficha que llenó para el Informe Valech dice que fue prisionero político. Que en la mañana del 11 de septiembre de 1973 fue apresado por su presunta militancia comunista y que estuvo detenido durante 20 días en la Isla Quiriquina. Así lo aseguró en una declaración judicial, al menos.

Su relato fue convincente y pudo acogerse a los beneficios que se otorgan a los “Valech”: una pensión mensual de 112.817 pesos, bonificación de 100 puntos en la postulación al subsidio habitacional, acceso a salud gratuita en el Programa de Reparación y Atención Integral en Salud (Prais) y una beca de estudios de educación superior, que él probablemente no usará debido a su edad. Como víctima acreditada, Garay postuló y accedió a un bono de 184 dólares otorgado por la Fundación Presidente Allende, de España, proveniente del fondo de 9 millones de dólares que ésta obtuvo del Banco Riggs de Washington, como indemnización por haber escondido los dineros negros del ex dictador.

Pero dos detectives de la Prefectura de Investigaciones de Concepción cuentan una historia distinta a la de Garay. Dicen que él nunca estuvo detenido en isla Quiriquina. Y lo saben porque ellos estuvieron allí. En la mañana del Golpe, funcionarios de Carabineros llegaron muy temprano y se tomaron la prefectura, con un saldo de dos muertos. A medida que los detectives iban llegando a su trabajo, los carabineros salían de su escondite y los reducían. Detuvieron a 100 policías y los trasladaron a la base naval; luego, algunos fueron enviados a la isla. “En la época, Garay no estaba en la prefectura”, dice Renato Czischke, uno de los efectivos. “Tampoco lo vi en los 18 días que estuve preso en la Quiriquina. Yo fui de los últimos en abandonar la isla. Si hubiese estado me acordaría”, agrega.

El relato de Roberto Arriagada Venegas es similar. Pese a que alcanzó a estar tres días en la isla antes de ser liberado y devuelto a sus funciones en Investigaciones, nunca vio a Garay en el lugar.

La alarma sobre este caso la dio Erick Zott, otro ex prisionero del campamento de Talcahuano . Radicado en Austria , Zott vino a Chile el año pasado para prestar declaración en el caso de Rudy Cárcamo. Cuando se enteró que Garay aparecía como víctima en el Informe Valech se escandalizó. “Por el rol que él cumplía en los interrogatorios no era un cualquiera. Era de los que llevaba la investigación sobre el MIR en la zona de Concepción”, dice Zott, quien conoció a Garay en el campo de prisioneros donde estuvo detenido a fines de 1975. “En la base naval debo haber estado tres a cuatro semanas. Pero como yo llevaba un año detenido, el proceso no era el característico de cuando te detenían. Obviamente había presión. No hablo de torturas, pero él fue uno de mis interrogadores”, cuenta Zott. “Si se coló en el Informe Valech un agente de los organismos represivos, ¿por qué no podría haber otros más?”, se pregunta.

Imposible saberlo, explica la ex vicepresidenta de la comisión, María Luisa Sepúlveda. Cuando se presentó el informe, el Gobierno decretó que los antecedentes de las víctimas acreditadas en él son secretos y sólo podrán conocerse en 50 años más. Es más, la propia Sepúlveda desconoce qué documentos presentó Garay al Informe Valech.


C O M U N I C A D O DE P R E N S A:  

Comisión de Trabajo de ex PP MIR Concepción.

OFICIALES DEL CIRE A RUEDA DE PRESOS

Los cinco oficiales de la Armada Nacional y de la Policía de Investigaciones y Carabineros de Chile, en retiro, procesados por el secuestro en noviembre de 1974 y ejecución del militante de la resistencia popular y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Rudy Cárcamo Ruiz, deberán comparecer el próximo 22 de febrero a la diligencia procesal de Reconocimiento en Rueda de Presos, decretada por la Corte de Apelaciones Concepción recientemente.

Estos malhechores constituían parte de la jefatura del grupo operativo instalado en dependencias de la Base Naval de Talcahuano, conocido como Ancla Dos, integrante del Centro de Inteligencia Regional (C.I.R.E.) dirigido por el Jefe del Departamento de Inteligencia del Ejército de la Tercera División Sergio Torres Gundian.

Para la diligencia será necesario trasladar hasta las oficinas del Ministro en Visita Extraordinaria Carlos Aldana, juez sustanciador del proceso, a un conjunto indeterminado de delincuentes comunes actualmente recluidos en la cárcel El Manzano, para mezclarlos con cada uno de los procesados a fin de que testigos del secuestro de Rudy Cárcamo puedan establecer la identidad de los secuestradores. Se hará una combinación de quienes actualmente purgan sus delitos en la cárcel local con los procesados por el secuestro y muerte en tortura de Rudy Cárcamo en la Base Naval de Talcahuano.
 

Los procesados por crímenes de lesa humanidad que deberán comparecer junto a sus colegas maleantes comunes son:

HUGO NELSON GONZALEZ D’ARCAGELI, Capitán de Navío (R) Jefe del Departamento de Inteligencia Naval y Jefe del campo de prisioneros de la Base Naval de Talcahuano, Ancla Dos, lugar de reclusión, tortura y muerte de los combatientes de la resistencia popular, domiciliado actualmente en calle Vicuña Mackenna Nº 626, Reñaca.

JOSÉ RAÚL CACERES GONZALEZ, Capitán de Navío (R), Oficial de Infantería de Marina, el mejor oficial de inteligencia (torturador) del Ancla dos, certificado por el Comandante del C.I.R.E. de probada crueldad en el Fuerte Borgoño de Talcahuano en la represión en agosto de 1973 a los marinos constitucionalistas que se oponían al golpe de estado; actualmente domiciliado en calle Los Abedules 1240 Bosque Montemar Con-Con y profesor de la Universidad de Chile.

VICTOR DONOSO BARRERA Capitán (O.M.) (R) de la Armada, secuaz de González D’Arcangeli, jefe de torturadores del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E, domiciliado en 3 Norte N° 916 depto. 22 en Viña del Mar.

CONRADO ALFREDO CESNIC GUERRICABEITIA
Coronel (R) de Carabineros, miembro del SICAR (Servicio de Inteligencia de Carabineros) integrante del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E. domiciliado en Colón 4840, Las Condes, Santiago.

OSVALDO FRANCISCO HARNISH SALAZAR, prefecto inspector (R) de la Policía de Investigaciones, jefe de torturadores, miembro del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E. domiciliado en calle La Serena Nº 60 Puerto Montt.

El C.I.R.E., Centro de Inteligencia Regional, fue constituido en enero de 1974 por decisión del Comandante en Jefe de la Tercera División del Ejército General de División Nilo Floody Buxton y del Comandante de la Segunda Zona Naval de Talcahuano. Sus oficinas principales estuvieron ubicadas en Concepción, en la esquina de Barros Arana con el pasaje Portales, tercer piso. El grupo operativo encargado del secuestrado, tortura y ejecución de los prisioneros fue instalado en la Base Naval de Talcahuano, en el conjunto de edificaciones constituido por el Gimnasio techado, el Estadio Francisco Acosta y la Guardería Infantil, conocido globalmente como Ancla Dos. A esta guarida de maleantes fueron destinados numerosos infantes de marina, marinos, militares, carabineros y detectives encargados de allanamientos, secuestros, tortura y muerte de prisioneros, quienes han desfilado durante los últimos años por el despacho del Juez del Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano y recientemente por el despacho del Ministro en Visita Carlos Aldana en Concepción. Esta asociación de malhechores funcionó en estrecha colaboración con la DINA, y luego con la CNI y Colonia Dignidad, hasta fines de 1.978, intercambiando prisioneros y personal.

El jueves 22 de febrero los procesados deberán someterse al “Reconocimiento en Rueda de Presos” mezclados con maleantes habituales que purgan delitos de mínima consideración comparados con estos sujetos que gozan de libertad bajo fianza en espera de su juzgamiento y condena por sus crímenes atroces, vergüenza de nuestra comunidad.

NADIE PERMANECERÁ OLVIDADO, LA REIVINDICACIÓN DE LA MEMORIA DE LA RESISTENCIA SERÁ EL CASTIGO DE LOS CRIMINALES DE LA DICTADURA. 

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