Brignardello Lara Eduardo Guido

Fecha Detención :
Lugar Detención :

Fecha Asesinato : 12-06-1986
Lugar Asesinato : Valparaiso


Edad : 41

Actividad Política : Desconocida
Actividad :

Estado Civil e Hijos :
Nacionalidad : chileno


Relatos de Los Hechos

Categoría : Antecedentes del Caso

12 de junio de 1986

Manuel Guerrero Muñoz, militante del FPMR, muere en la ciudad de Valparaíso, V Región. La versión oficial emitida por la Jefatura de Zona en estado de emergencia para las provincias de Valparaíso e Isla de Pascua, señala que se produjo un “enfrentamiento” entre una patrulla naval y “extremistas” en intento de explosión por volar una torre de alta tensión (fuente: Codepu)

Eduardo Guido Brignardello Lara, miembro del FPMR, muere en circunstancias similares al caso anterior. (fuente: Codepu).

 

 


EDUARDO BRIGNARDELLO LARA (1945 – 1986)

Fuente :Publicado por miguel corrales en http://accionrodriguista.blogspot.com/ 12 de junio de 2011

Categoría : Antecedentes del Caso

Eduardo Guido Brignardello Lara, nació en el seno de una familia obrera del
puerto de Valparaíso el 13 de agosto de 1945. Hijo de Domingo y Adriana,
vivió su primera infancia en las calles del barrio puerto donde su familia
paterna se había establecido desde principios del siglo XX, a la llegada de su
abuelo Doménico Brignardello Baffico oriundo de Né, un pequeño pueblo al
interior de Genova.
Siendo un niño la familia se destruye, sus padres se separan y queda al
cuidado de su abuelo italiano en la población El Retiro de la ciudad de
Quilpué. Su madre trabajaba en labores domésticas en la casa de una
pudiente familia italiana dedicada al rubro industrial y se mantiene en
largas temporadas alejada de Eduardo quien crece entre los niños del barrio
y el cuidado de sus tías y abuelo.
La infancia es sencilla. Su abuelo es panadero y el resto de la familia aporta
desde sus respectivas labores productivas especialmente como jornaleros en
empleos precarios. Eduardo tiene 9 años cuando fallece su abuelo y lo
recordaría cariñosamente durante su vida a partir del misterio de su cultura
extranjera a la que nunca se vio involucrado, empujado tal vez por el
resentimiento producto de la extraña conjunción de conocer las dos caras
de la moneda; el inmigrante pobre enraizado en la cultura que lo cobija, y
aquel que forma parte del bando de los patrones, poderoso y que se
atribuye la representación de su cultura y construye para una minoría
privilegiada colegios, clubes, restaurantes y un prestigio patrimonial que
excluye a una gran parte con los que comparte una misma nacionalidad.
Su vida infantil estuvo fuertemente marcada por su participación en el Club
Deportivo El Bosque de Quilpué. Guardaría en su vida, como gran tesoro,
haber participado en el equipo de 1ª infantil Campeón del Campeonato de
1956. Comentaría años más tarde que esa temporada le tocó enfrentar a
Elías Figueroa quien jugaba por el equipo de Alto Florida y a quien admiró
toda su vida. Siempre fue un entusiasta del fútbol y un hincha de Santiago
Wanderers a quien disfrutó como niño cuando este fue campeón en los años
1958 y 1960.
Su educación se realizó en la escuela 98 del sector de El Retiro y solo
alcanzó el Sexto de Preparatoria, pues la situación económica de la familia
lo empujó a iniciarse muy temprano en el mundo del trabajo, primero en
labores precarias e informales, y cuando cumplió 15 años, ingresó a la
fábrica de los patrones de su madre CODARTE, una empresa de impresión
gráfica de gran prestigio en el país y que se especializó en
tarjetas, álbumes y todo tipo e impresos en color.
En dicha fábrica, junto con aprender el oficio de obrero gráfico, conoció a
la que sería su esposa, Patricia Valdivia con la que contrajo matrimonio en
1967 en la pequeña Iglesia de El Retiro y con la cual formó una familia de
donde nacieron Andrés(1968); Álvaro(1969); Yasmina(1977) y Sebastián
(1979).
Eduardo y Patricia compraron un pequeño lote en la calle Rubén Darío de la
población La Unidad en Forestal Alto y durante más de 15 años Eduardo fue
construyendo poco a poco su casa. El trabajo por turnos en la empresa
sumado a su permanente labor de autoconstructor, hacían que la mayor
parte de su vida la dedicara al trabajo. La conciencia de su rol de
productor, sumado a los importantes cambios sociales de la década de los
sesenta, empujaron a Eduardo a asumir un compromiso político el que fue
entusiastamente aplaudido por la familia de Patricia, la que provenía de
una larga tradición de izquierda encabezada por el patriarca Carlos
Valdivia, su suegro, quien desde muy pequeño había abrazado las banderas
comunistas como parte de las filas de obreros viñamarinos que trabajaron
junto a Ramón Sepúlveda leal y Luis Emilio Recabarren cuando estos
vivieron en la Viña del Mar y encabezaron, durante casi 5 años, la comisión
política del PC que durante aquellos años tuvo como sede la ciudad jardín.
Es así que durante el año 1969 Eduardo ingresa formalmente al Partido
Comunista en el barrio de Forestal donde participó en el desarrollo y
constitución de las organizaciones comunitarias de base de las nacientes
poblaciones y la organización territorial de la campaña presidencial de
Salvador Allende.
La llegada al poder de Salvador Allende sorprendió a Eduardo como
Presidente de la Junta de Vecinos y en medio de la gran tarea de resolver
los crecientes problemas sociales que había acarreado el rápido
poblamiento del sector. La falta de agua potable, luz eléctrica
alcantarillado tenían un gran impacto sanitario entre las familias
pobladoras. La urbanización iniciada en el gobierno de Eduardo Frei
Montalva continuaba en el gobierno de Allende extendiéndose a las nuevas
poblaciones que surgían en lo barrios y en el sector del barrio "La Unidad" se
hacía gala de su nombre con acciones de trabajo voluntario y apoyo del
gobierno en materiales y maquinarias.
La crisis política golpea a los pobladores a través de la escasez de
alimentos. Eduardo como presidente de la junta de vecinos, organiza junto
a los compañeros militantes de los partidos de la Unidad Popular la JAP
(Junta de Abastecimiento y Precios) del barrio donde se abastecía
y distribuía la alimentación a las familias a través de un orden basado en las
necesidades surgidas a partir del grupo familiar, la presencia de niños y los
artículos de primera necesidad tanto alimenticios como del hogar.
Su vida laboral continúa en CODARTE y se sumerge además en las relaciones
y contactos con el sindicalismo gráfico de la región. Eduardo es parte del
movimiento de obreros de imprenta con una larga tradición política que se
destacaba en el mundo popular por su alta conciencia de clases y capacidad
de difusión de ideas socialistas.
Eduardo vive en plenitud la vida social y familiar de los años del gobierno de
Allende, junto a la maduración política desarrolla una vocación de luchador
social que canaliza en el barrio y en la fábrica. Su familia participa en la
dinámica de los procesos políticos como defensores del proyecto socialista y
paga los costos cuando el sueño de un país más justo se viene al suelo por el
golpe militar de 1973.
La mañana del 11 de septiembre, Eduardo no puede ir a su trabajo debido a
que las fuerzas navales y militares cortan los accesos al centro de la ciudad
y obligan a los trabajadores a regresar a sus casas. Mientras escucha las
noticias, comprende lo que se avecina y convoca a una reunión política en
su casa donde se analiza la situación. Junto a un grupo de compañeros
observan desde el cerro, con lentes larga vista, las operaciones militares
que se producen en Viña del Mar y cuando es impactado por las noticias del
bombardeo y la muerte de Allende decide convocar a una reunión de la
Junta de vecinos, en la sede del sector, donde da a a conocer las
informaciones y deciden las formas de organizarse. Aquella noche no había
conciencia aún de la magnitud de la tragedia y cuando se dirige a los
vecinos hace pausas y pide silencio cada vez que un helicóptero se acerca
con un potente foco en una actitud intimidatoria hacia los barrios
populares.
Días después es detenido por efectivos navales quienes lo conducen
vendado al Fuerte Miller del cuerpo de Infantería de Marina ubicado en el
sector de Las Salinas donde es torturado y fichado como activista
comunista. Dos días después volverá a su casa, pero la situación volvería a
repetirse semanas después cuando nuevamente es detenido por el SIM
(Servicio de Inteligencia Naval) estando esta vez una semana en poder de
sus captores.
A partir de 1974, integra en clandestinidad la resistencia a la dictadura en
Valparaíso y Viña del Mar. Establece redes con militantes del mundo gráfico
provenientes de diversas empresas de la zona y organizan un frente de
trabajadores que se expresa básicamente en la recomposición de las redes
destruidas por los embates de la represión. Participa en el sindicato de la
fábrica CODARTE donde empieza a ser hostigado por los directivos y
acusado abiertamente de comunista. Al mismo tiempo instala en su casa
una pequeña maquina impresora del tipo linotipia donde
realiza públicamente pequeños trabajos de impresión de tarjetas para la
venta y trabajos políticos clandestinos para las distintas estructuras de la
resistencia.
A partir de 1977 pasa a formar parte de una estructura regional encargado
de la propaganda del Partido Comunista. Es reclutado para imprimir de
manera clandestina ejemplares de las distintas declaraciones públicas
comunistas así como trabajar en la rearticulación de los distintos frentes de
masa que tímidamente van surgiendo en distintos sectores de la población.
La relación de Eduardo con los diversos movimientos de resistencia lo hace
ponerse en contacto con jóvenes militantes del MIR del barrio que acuden a
él para que en la pequeña imprenta de su hogar pudiera imprimir volantes
para una actividad de liberación que organizaba una célula mirista en el
barrio de Forestal. La actividad es detectada por los servicios de
inteligencia, los jóvenes son detenidos, se les encuentra un arma y los
panfletos y denuncian en medio de las torturas a Eduardo como el impresor
de dicho material.
Eduardo es detenido por la policía de investigaciones, trasladado a la
prefectura donde es torturado y luego pasado a la fiscalía militar acusado
de ser parte de una célula comunista que organizaba actos terroristas en la
zona. Fue enviado a cárcel pública donde vive tristes días de soledad, pues
hacía poco tiempo antes se había producido la amnistía general declarada
por la dictadura y habían salido la casi totalidad de presos políticos
detenidos en las postrimerías de 1973.
Junto con su detención recibe el despido de su trabajo por razones de
ausentismo laboral y se le engaña con las remuneraciones de la
indemnización por causales políticas lo que lo deja con una pérdida en sus
derechos de más de 18 años de trabajo en la fábrica a la que había
ingresado a los 15 años.
Luego de ser liberado, nace su hija Yasmina quien alegra su vida enmarcada
por una fuerte cesantía. Inicia un peregrinaje por diversas imprentas de la
región perseguido por sus antecedentes y por la implementación de
políticas neoliberales, no logra establecerse en un empleo por mucho
tiempo enfrentando junto a Patricia su mujer diversas estrategias de
sobrevivencia económica en venta de ropa, tejiendo en lana con una
pequeña máquina industrial y apoyado por alguna institución de solidaridad
como FASIC que permitió acceso a mercadería y alimentación.
Para 1979 nació el menor de sus hijos, Sebastián y empezó un pequeño
momento de estabilidad emocional solamente roto por problemas de salud
provocado por el rompimiento de úlceras estomacales para los cual fue
operado a inicios de 1980 problema asociado a los maltratos sufridos en sus
tres detenciones por los militares.
A partir de su salida del hospital, encuentra trabajo en una imprenta de
calle Serrano en Valparaíso donde se mantiene varios años hasta la crisis de
la recesión económica en 1983. Para esos años ya se había contactado
nuevamente con la estructura del Partido Comunista y formaba parte de la
incipiente unidad del llamado "Frente Cero" equipo militar del partido y que
empezó a reclutar compañeros para un par de años más tarde organizar en
la región el Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
Las acciones de este equipo se desarrollan para la habilitación de las
condiciones de la lucha enmarcada en las nuevas líneas políticas del PC
sustentadas en la Política de rebelión Popular de Masas donde a través de
una presión popular de desobediencia y organización, apoyada por acciones
militares de sabotaje y ataque frontal a la institucionalidad represiva de la
dictadura.
Fue en 1983 cuando se funda en el país el Frente Patriótico Manuel
Rodríguez que Eduardo se integra de lleno a una vida clandestina
desarrollando variadas acciones militares de sabotaje contra el régimen de
Pinochet. Voladuras de torres de alta tensión, atentados contra cuarteles
militares y de la policía secreta, toma de radioemisoras para acciones de
propaganda armada, formación militar para cuadros juveniles fueron parte
de la dinámica en la que entró hasta pasada la mitad de la década de los 80
cuando en pleno apogeo de lucha antidictatorial el destino le tendría
preparado una mala jornada.
La noche del 12 de junio de 1986 y en circunstancias aún no aclaradas, fue
muerto Eduardo Brignardello Lara por efectivos de la Armada en el sector
de Villa Dulce en Viña del Mar. Según informaciones Oficiales fue
sorprendido por efectivos que montaban guardia en las torres de alta
tensión tratando de depositar una carga explosiva junto a tres personas,
todas presumiblemente miembros de un grupo subversivo. Murió junto a
otro miembro de su unidad de combate, Manuel Genaro Núñez, el otro
miembro del grupo pudo escapar y dar aviso a la familia y al movimiento.
Su muerte produjo una ola de detenciones en los barrios pobres y populares
de Viña del Mar. Su cuerpo fue enterrado en un multitudinario funeral en el
cementerio de Santa Inés de Viña del Mar y fue acompañado por decenas de
personas que indignadas pedían justicia y ofrecían honor al sacrificio de
Eduardo. Las banderas rojas de la lucha por la libertad flameaban aquel
mediodía y los gritos de combate hablaban de una multitud desbordada por
sus deseos de democracia y futuro.
La vida de Eduardo Brignardello estuvo condicionada por las condiciones
materiales de existencia a los que estaban sujetos millones de seres
humanos en todo el planeta. Su única esperanza era un mundo mejor, un
mundo nuevo. Aquel mediodía mientras su cuerpo era depositado en la
tierra, las voces que rodeaban su féretro entonaban el himno de los
trabajadores del mundo y coreaban su letra:
"…el día que el triunfo alcancemos ni esclavos ni hambrientos habrá, la
tierra será el paraíso de toda la Humanidad. Que la tierra de todos su
frutos y la dicha en nuestro hogar. El trabajo es el sostén que a todos en la
abundancia hará gozar. Agrupémonos todos en la lucha final y se alcen los
pueblos con valor…Por la Internacional…¡¡¡
…¡¡¡