Berger Guralnik Carlos

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Rut : 4.489.453-k
Fecha Detención : 11-09-1973
Comuna Detención : Chuquicamata

Fecha Asesinato : 19-10-1973
Comuna Asesinato : Calama


Fecha Nacimiento : 01-06-1943 Edad : 30


Comuna Nacimiento : Santiago

Partido Político : Partido Comunista (PC)
Oficio o Profesión : Periodista

Estado Civil e Hijos : Casado 1 hijo
Nacionalidad : Chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Rettig)

Categoría : Antecedentes del Caso

El 19 de octubre de 1973 fueron ejecutados por personal militar, en el camino entre Calama y Antofagasta, las siguientes 26 personas:

Carlos BERGER GURALNIK, de 30 años de edad, periodista y abogado, director de la Radio El Loa y jefe de Relaciones Públicas de Chuquicamata, militante comunista; detenido el 11 de septiembre en las dependencias de Radio Loa, sometido a Consejo de Guerra el 29 de Septiembre y condenado a 60 días de prisión. Al momento de su ejecución se encontraba cumpliendo su condena.

Los últimos diez mencionados prestaban servicios en la planta de Explosivos Dupont de empresa ENAEX y fueron detenidos en dependencias de la empresa el día 12 de octubre de l973 a mediodía, por personal de Carabineros, siendo llevados inmediatamente a la Comisaría ubicada en el sector de Dupont. El mismo día los detenidos fueron trasladados a la Comisaría de Calama, donde permanecieron en calidad de incomunicados alrededor de cinco días. Durante su detención en ese Recinto fueron llevados en diversas oportunidades a otros lugares para ser sometidos a interrogatorios y torturas. El día 17 de octubre fueron ingresados en la Cárcel Pública. No existen antecedentes precisos sobre los cargos que se les imputaban, como tampoco sobre su situación procesal a la época de sus ejecuciones.

El día 20 de octubre de 1973 se dio a conocer por medio de la prensa una información oficial emanada del Jefe de Plaza, que señalaba que 26 detenidos de la Cárcel de Calama habían sido muertos por el personal militar que les transportaba a la Cárcel de Antofagasta, cuando aquellos intentaron huir aprovechando un desperfecto eléctrico del vehículo en el que eran trasladados.

Idéntica versión se dio a los familiares directos de los ejecutados, a quienes además no se les hizo entrega de sus restos, sino solo de certificados de defunción que indicaban como lugar de la muerte, Calama, y como causa, fusilamiento. Respecto de los cuerpos, existió un compromiso de la autoridad militar de la época en orden a entregarlos al cabo de un año, compromiso que no obstante constar en documentos entregados a las familias, jamás se cumplió. A pesar de las sucesivas investigaciones para lograr dar con el paradero de los cuerpos, sólo durante 1990 se logró hallar el lugar en el que al menos durante un tiempo estuvieron ilegalmente inhumados y desde donde fueron retirados o explosionados en alguna ocasión. A pesar de ello, pudo identificarse pericialmente restos de Aroldo Cabrera.

En cuanto a los hechos que condujeron al fusilamiento de los 26 detenidos de Calama, la Comisión se formó convicción que todos ellos fueron ejecutados al margen de la ley, con crueldad y ensañamiento, hecho ilícito de responsabilidad de agentes del Estado. Se fundamenta tal convicción en las siguientes circunstancias :

– La versión de la autoridad en orden a que haya existido un traslado de los reos resulta inverosímil, sobretodo cuando se hallaba en el lugar una comitiva procedente de Santiago precisamente para revisar la situación procesal de los detenidos, sosteniéndose incluso, aunque ello no ha podido ser comprobado, que cuando los detenidos fueron sacados de la Cárcel se hallaba sesionando un Consejo de Guerra que les afectaba, lo que hace aún mas absurdo que estos fueran llevados hacia otro lugar. Tampoco tiene sentido el traslado si se considera que un significativo número de los detenidos tenía a esa fecha dictada sentencia condenatoria en su contra, otros estaban siendo procesados, otros debían ser relegados y algunos no tenían siquiera proceso iniciado, lo que contribuye a desvirtuar la existencia de algún motivo o razón que explique la necesidad de trasladar a todos ellos y en conjunto, a la ciudad de Antofagasta.
– Es improbable que haya existido un intento de fuga, entre otras cosas, por encontrarse entre los detenidos personas que estaban condenadas a penas relativamente muy bajas; por haber otros que estaban en precarias condiciones físicas producto de las torturas recibidas; y finalmente por la extrema dificultad de huir estando custodiados por un grueso destacamento militar;
– Aún más importante que lo anterior es que en las declaraciones públicas de las diversas autoridades y oficiales que tuvieron participación en los hechos, se ha discutido sobre quién dio la orden de proceder a las ejecuciones, sin aducir que se habría tratado en realidad de un intento de fuga, desmintiendo todos ellos la explicación inicial;
– Diversos testimonios confiables hacen concluir que en los fusilamientos participaron oficiales del Regimiento de Calama y de la comitiva venida desde Santiago;
– En relación a estos hechos no hubo investigación institucional que ordenaran las autoridades competentes para lograr el debido esclarecimiento de los hechos y delimitar las debidas responsabilidades, como era procedente. Asimismo, los procesos judiciales, que terminaron siendo de la competencia de la Justicia Militar, fueron sobreseídos por aplicación del Decreto Ley de Amnistía;
– El hecho que sus cuerpos no hayan sido entregados a sus familiares, hace presumir una afán de ocultar los sucesos.

 


Carmen Hertz tras condena a asesinos de su pareja: «Justicia tan tardía, es casi denegación de justicia»

Fuente :eldesconcierto.cl, 24 de Septiembre 2022

Categoría : Prensa

La parlamentaria del PC expresó sus descargos en redes sociales luego del fallo de la Corte Suprema que condenó a exagentes de la comitiva Caravana de la muerte por el asesinato de 26 prisioneros políticos en 1973, entre quienes se encontraba su esposo.

La abogada de Derechos Humanos y diputada del Partido Comunista, Carmen Hertz, publicó este viernes por la noche en su cuenta de Twitter su descargo por el tardío fallo de la Corte Suprema contra los exagentes del Ejército que asesinaron a su pareja, Carlos Berguer, en 1973.

«Finalmente después de 49 años de ejecutada la masacre de 26 prisioneros políticos, entre ellos mi esposo el abogado y periodista Carlos Berguer Guralnik, en Calama por la Caravana de la muerte, se dictó fallo definitivo de la Corte Suprema», escribió la parlamentaria para comenzar su hilo en redes sociales.

En este detalla que se condenó al general Pedro Espinoza Bravo y al coronel Juan Chiminelli Fullerton a presidio perpetuo en calidad de autores. «Únicos sobrevivientes de la comitiva criminal, los otros murieron en impunidad, entre ellos Arellano Stark«, denuncia Hertz.

Aparte de estos altos mandos, la justicia también falló en contra de los oficiales Carlos Langer, Hernán Nuñez y Víctor Santander, quienes fueron condenados 15 años y un día de presidio mayor por su participación en los hechos. Además, los pilotos del helicóptero puma que trasladó los exagentes hacia el lugar de la masacre, Emilio Mahotiere y Luis Felipe Polanco, recibieron una pena de 12 años de presidio mayor.

«Justicia tan tardía, es casi denegación de justicia», reflexionó la diputada Carmen Hertz en su último tuit, al que respondieron varios usuarios y compañeros de su partido, entre ellos el alcalde Daniel Jadue.


Identifican restos del esposo de Carmen Hertz y otras 5 víctimas de la Caravana de la Muerte

Fuente :Radio BioBio Viernes 31 enero 2014

Categoría : Prensa

El ministro en visita para causas de Derechos Humanos Leopoldo Llanos confirmó la identificación de los restos de seis de las víctimas del denominado “Caso Caravana de la Muerte-Episodio Calama”. Entre ellos, Carlos Berger, esposo de la abogada Carmen Hertz.

El ministro se reunió con los familiares de las víctimas para dar cuenta de los informes periciales remitidos por el Servicio Médico Legal, sobre las 26 personas ejecutadas por la dictadura en Calama, el 19 de octubre de 1973, cuyo proceso criminal lo investiga la ministra Patricia González.

Los resultados de los informes genéticos dieron cuenta que se logró identificar científicamente los restos de Carlos Alfredo Escobedo Caris, Hernán Elizardo Moreno Villarroel, Mario Arguellez Toro, Luis Alfonso Moreno Villarroel, Carlos Berger Guralnik y Jerónimo Carpanchai Choque.

Los restos de las personas asesinadas fueron encontrados en 1990, en una fosa ilegal al norte del kilómetro 16 y medio del camino a San Pedro de Atacama.

Las pericias iniciales establecieron que correspondían a sujetos diferentes, con una data de muerte anterior a 1975; y que, conforme a las estructuras óseas, eran odontológicamente mayores de 12 años.

En el proceso se indica que los restos permanecieron sepultados por más de 10 años, y que hubo exhumación de casi la totalidad de los restos, quedando en el lugar solo un escaso remanente de ellos.

Con estas nuevas diligencias exitosas, se llega a un total de 19 víctimas identificadas, de un total de 26 cuerpos encontrados.

Sobre las víctimas identificadas:

Carlos Alfredo Escobedo Caris: Militante socialista, de 24 años de edad al momento de su detención. Chofer de Chuquicamata. Fue detenido en su domicilio el día 24 de septiembre de 1973 y ejecutado el 19 de octubre del mismo año.

Luis Alfonso Moreno Villarroel: Militante socialista de 30 años de edad; obrero de Chuquicamata. Fue detenido el 12 de octubre de 1973, cuando se presentó voluntariamente a declarar al enterarse que existía una citación de la Fiscalía Militar en su contra, siendo ingresado a la Cárcel Pública de Calama, y ejecutado el 19 de octubre del mismo año.

Carlos Berger Guralnik: Periodista y abogado, de 30 años de edad. Era director de la Radio El Loa y jefe de Relaciones Públicas en Chuquicamata. Militante comunista. Fue detenido en las dependencias de la radio El Loa el día 11 de septiembre de 1973 y ejecutado el 19 de octubre del mismo año.

Mario Arguellez Toro: Dirigente socialista de 34 años de edad. Taxista. Fue detenido el 26 de septiembre de 1973 y condenado a prisión por Consejo de Guerra. Fue ejecutado el 19 de octubre del mismo año.

Hernán Elizardo Moreno Villarroel: Secretario de la Gobernación del Loa, militante socialista. 29 años de edad al momento de su detención. Estuvo bajo arresto domiciliario durante un mes, a partir del 12 de septiembre de 1973, y luego trasladado a la Cárcel de Calama. Fue ejecutado el 19 de octubre del mismo año.

Jerónimo Carpanchai Choque: Militante socialista de 28 años. Obrero de la Empresa Nacional de Explosivos (ENAEX). Fue detenido en dependencias de la empresa el 12 de octubre de 1973, siendo trasladado a la Comisaría de Calama y, cinco días después, a la Cárcel Pública. Fue ejecutado el 19 de octubre del mismo año.


La historia del ejecutado esposo de Carmen Hertz llegará al cine

Fuente :La Nación 27 de Julio 2007

Categoría : Prensa

“Vida con Carlos”, coproducción con España, recibió 60 mil dólares. “Es la historia de un hijo que busca la memoria de su padre”, cuenta Berger.

“Ilusiones ópticas”, de Cristián Jiménez y el documental “Vida con Carlos”, de Germán Berger, son los proyectos que se adjudicaron el fondo Ibermedia, mientras que en reserva para la segunda convocatoria quedaron los filmes “Tony Manero”, de Pablo Larraín y “La lección de pintura”, de Pablo Perelman.

“Vida con Carlos”, coproducción con España que recibió 60 mil dólares, es una película-documental que narra la historia de una familia que vive una tragedia y cómo se recompone después de lo acaecido. Berger, que es hijo de la abogada de derechos humanos Carmen Hertz, explica que “es la historia de un hijo que busca la memoria de su padre, pero la particularidad es que en este caso es la historia de mi propia familia, la historia de la búsqueda de mi padre, Carlos Berger, que es ejecutado político en 1973”, comenta el realizador, quien agrega que el filme está constituido de su archivo familiar desde la época del ’30, cuando llega su familia de Rusia y Hungría hasta archivos de “mi propia familia, de la hija que tuve”.


SLM identifica restos óseos encontrados en Calama

Fuente :18 de Mayo 2003 La Nacion

Categoría : Prensa

Tras una serie de análisis, el Servicio Médico Legal logró identificar los restos óseos correspondientes al abogado y periodista Carlos Berger y del dirigente sindical Domingo Mamani López, ambos detenidos y hechos desaparecer en el marco de la llamada Caravana de la Muerte.

Las osamentas de los disidentes al régimen militar pudieron ser individualizadas tras ser sometidas a pruebas de ADN que fueron halladas en 1993, en una fosa a un costado del camino a San Pedro de Atacama. El hallazgo permitió identificar en 1995 a 13 de los 26 ejecutados el 18 de octubre de 1973.

Según informa El Mercurio en su edición de hoy, hace diez años las identificaciones se lograron con superposiciones fotográficas de los cráneos, por lo que no fue posible trabajar con los demás restos óseos debido a su pequeño tamaño.

Esas piezas fueron guardadas en el cementerio municipal de Calama hasta hace unos meses en que se comenzó a intentar nuevas identificaciones.

En el caso de Carlos Berger, el SML trabajó con un trozo del metatarso del pie izquierdo, cuyo ADN fue comparado con una muestra aportada por su hermano Ricardo, dando resultado positivo.

El pequeño fragmento de hueso fue destruido para realizar el peritaje. De los otros restos periciados, se obtuvo además un resultado positivo para identificar a Domingo Mamani.

No obstante estos avances, la identificación definitiva debe ser determinada por el Segundo Juzgado de Letras de Calama, trámite que se prevé se extenderá a lo menos unos dos meses más.

Desde Suiza, la viuda de Carlos Berger, la abogada Carmen Hertz, confirmó estos antecedentes y advirtió que la destrucción de los cadáveres se debió a la remoción de la fosa original donde fueron inhumados clandestinamente los ejecutados.

"Esto es una expresión más – dijo- de la política de exterminio que llevaron adelante el régimen militar y sus agentes, porque al asesinato se sumó el ocultamiento de los restos y a ello se sumó la remoción de los restos. El desaparecimiento sobre el desaparecimiento es una perversión brutal y una gran crueldad".

Además, advirtió que estas identificaciones revelan nuevos errores del informe de las FF.AA. a la mesa de diálogo, ya que su marido y Mamani figuran como lanzados al mar en Tocopilla.

Carlos Berger era director de la radio El Loa y jefe de relaciones públicas de Chuquicamata, cuando fue detenido el 11 de septiembre de 1973, junto a otros 25 opositores al régimen militar.

Entre ellos estaba el presidente del sindicato de la Empresa Nacional de Explosivos, Domingo Mamani López, 41 años, socialista, a quien se lo acusó de participar en sabotajes.

El 19 de octubre de 1973 todos ellos fueron ejecutados, pese a que un consejo de guerra los condenó a penas de presidio.

Estas ejecuciones y otras atribuidas a la comitiva encabezada por el general (r) Sergio Arellano Stark dieron origen al proceso que instruye el ministro Juan Guzmán y que motivó el desafuero, procesamiento y sobreseimiento del ex senador Augusto Pinochet.


Mi primo Carlos Berger (1943-1973)

Fuente :ciperchile 28/9/2023

Categoría : Prensa

Por Hernán Chaimovich Guralnik

«A finales de julio de 1973 se fueron a vivir a Calama, decisión que no les resultó fácil. Fue, sobre todo, por intención del propio Carlos […]. Le entusiasmaba la idea de trabajar en un centro de producción de cobre como Chuquicamata, donde fue nombrado director de Comunicaciones de la mina y de la emisora ??de radio El Loa».*

Carlos Berger Guralnik, mi primo hermano, tenía 30 años de edad cuando murió. Nacido en junio de 1943, murió el 19 de octubre de 1973 y sólo pudo darle cariño a su hijo Germán durante ocho meses. Esta noticia fúnebre podría interpretarse como mero dolor por el prematuro fallecimiento de un joven y cariñoso compañero, abogado, locutor de radio y reciente padre. Ciertamente, el duelo de los familiares sería pesado, el dolor tardaría algún tiempo en pasar y, durante el velorio y el entierro, los familiares de la pareja, amigos y compañeros de trabajo se reunirían para dar fuerzas a la viuda. La muerte de mi primo Carlos, sin embargo, no fue accidental ni causada por enfermedad, ni tuvo velorio ni entierro.

Comienzo este relato describiendo el documento oficial de la República de Chile que certifica su muerte. Es un certificado de defunción emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificación, el cual expresa que, en el distrito de Calama, departamento de El Loa, con fecha 23 de octubre de 1973, a fs. 316, se hace constar la muerte de Carlos Berger Guralnik. Este certificado no contiene ni el nombre de la madre ni el del padre, lo cual resulta extraño para un documento oficial. Sin embargo, parece ser que el occiso era del sexo masculino, con cédula de identidad número 90201 de la delegación de un barrio de la ciudad de Santiago de Chile. Es interesante señalar que en el certificado consta que el fallecido era soltero y no se menciona ningún hijo o pareja. La fecha de fallecimiento está anotada como el 19 de octubre de 1973, a las 6:00 pm. El lugar de la muerte fue Calama y la causa de la muerte figura como destrucción de la región del tórax y corazón, por fusilamiento. El certificado está fechado el 31 de octubre de 1973, y la copia que tengo está debidamente firmada, con el sello y el pago del impuesto correspondiente.

Esta fría descripción de un documento oficial esconde una serie de elementos que componen esta historia. Mi padre siempre tuvo buenos contactos en la Policía Civil de Chile, en parte porque su laboratorio farmacéutico estaba cerca de la jefatura general. Mi viejo, libre de prejuicios, era amigo y querido por todos. Entonces, cuando ante la desesperación de la familia quiso saber la suerte corrida por Carlos, desaparecido el 19 de octubre de 1973, alguien de la policía le envió el certificado antes descrito. Es uno de los pocos casos donde el Estado de Chile certifica oficialmente, en papel firmado y timbrado, un fusilamiento.

La pena de muerte es, en sí misma, discutible, pero uno puede preguntarse: ¿fusilado por qué?; ¿participó en un movimiento armado contra los uniformados del asesino Pinochet?; ¿fue víctima de un conflicto armado entre revolucionarios y el ejército leal al dictador? Nada de esto sucedió: Carlos nació en una familia en la que su padre y su madre eran miembros del Partido Comunista de Chile (PC). No sorprende, entonces, que habiendo sido miembro del PC desde su adolescencia, Carlos fuera activo en la política en el colegio y en la universidad. Licenciado en Derecho, siempre tuvo un interés más profesional por la política y el periodismo.

Mi primo era unos años menor que yo. Su coherencia política me parecía aburrida, y además era demasiado serio para mi gusto en ese momento. Nunca fuimos muy unidos. Discutíamos con bastante frecuencia sin mayores consecuencias y, como toda familia, participamos juntos en muchas fiestas. Según mi hermana menor, que era su amiga, Carlos era un hombre inmensamente dulce y profundamente culto, nunca dejaba de leer.

Carmen Hertz y Carlos se conocieron en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Ella nació en un hogar de derecha, tradicional y conservador. Por eso, encontraba cautivador el mundo que rodeaba a Carlos, la armonía familiar que reinaba en su hogar y las inquietudes culturales que todos expresaban. Poco después de graduarse como abogado, Carlos viajó a la Unión Soviética con una beca del PC para asistir a una escuela de liderazgo. La relación entre Carmen y Carlos, a pesar de la distancia, se consolidó en las cartas que iban y venían. Durante este período, Salvador Allende asumió la presidencia de Chile. Regresa a Santiago en 1971, y Carmen y Carlos inician una vida juntos.

A finales de julio de 1973 se fueron a vivir a Calama, decisión que no les resultó fácil. Fue, sobre todo, por intención del propio Carlos, que en ese momento tenía 29 años, era director de la revista juvenil Ramona, y había sido jefe de gabinete de algunos ministros. Pero le entusiasmaba la idea de trabajar en un centro de producción de cobre como Chuquicamata, donde fue nombrado director de Comunicaciones de la mina y de la emisora ??de radio El Loa. Para Carmen, quien en ese momento tenía 26 años, la decisión de mudarse fue difícil, pues trabajaba en Cora (Corporación de Reforma Agraria) y su hijo Germán tenía solo ocho meses de nacido.

La mañana del 11 de septiembre, día del Golpe militar en Chile, Carlos recibió una llamada del líder militar que había tomado el control de Calama y  del mineral de cobre en Chuquicamata, ordenándole el cese inmediato de las transmisiones de radio El Loa. Carlos reunió a los empleados, les pidió que se fueran a sus casas y continuó transmitiendo el mensaje de la Central Única de Trabajadores de Chile, que pedía a los trabajadores permanecer en sus puestos de trabajo. Poco después, una patrulla militar invade la radio, suspende las transmisiones y lleva a Carlos a la cárcel de Calama.

Carmen, en Calama, y ??la familia de Carlos, en Santiago, acogieron con alegría la noticia de que el 13 de septiembre, dos días después de esta primera detención, Carlos había sido liberado. Pero sería sólo por poco tiempo, ya que el 15 de septiembre fue nuevamente arrestado y recluido en la misma prisión. El 25 de septiembre Carlos compareció ante un Consejo de Guerra que lo condenó a sesenta días de prisión, los que cumpliría en el mismo lugar en el que se encontraba. En Historia no se pueden hacer experimentos, y de nada sirve preguntarse qué hubiera pasado si… No podemos saber qué hubiera pasado si Carlos, en esos dos días que transcurrieron entre su salida de la primera prisión y la segunda, hubiera cedido a las súplicas de Carmen y simplemente huido.

Desde la segunda detención hasta el 18 de octubre de 1973, Carmen, como abogada de Carlos, lo visitó diariamente en prisión. A mediados de octubre, ella estaba discutiendo con el fiscal la posibilidad de dejar en libertad a Carlos y transformar los pocos días que le quedaban de condena en una compensación monetaria. El 19 de octubre, el intento diario de visitar a su compañero se vio frustrado y, a partir de ese día, nadie supo dónde se encontraba realmente Carlos Berger.

Es bien conocida la historia de la Caravana de la Muerte, que bajo el mandato del general Pinochet estuvo comandada por el general Sergio Arellano Stark. Pasó por Calama el 19 de octubre, y mi primo Carlos fue fusilado ese mismo día. Los restos de Carlos fueron inicialmente enterrados en una fosa clandestina en el camino a San Pedro de Atacama, y luego retirados del lugar por otras fuerzas de Pinochet.

La búsqueda del cuerpo de Carlos duró décadas y sólo fue posible gracias a los esfuerzos de Carmen Hertz, ahora miembro del Congreso chileno. En 2010, el hijo de mi primo, German Berger Hertz, dirigió y produjo Mi vida con Carlos [imagen superior], una película en la que confronta su propia vida sin su padre, narra los horrores del pasado de su país y el efecto devastador de la pérdida de su familia.

La identificación de Carlos fue posible, décadas después, en enero de 2014, a partir de un análisis de ADN de un hueso de su metatarso. Los pocos restos de Carlos fueron enterrados el 13 de abril de 2014 en el memorial de detenidos y desaparecidos del Cementerio General de Santiago de Chile. Asistieron Carmen Hertz, su hijo Germán, familiares y amigos.

Durante el juicio a los responsables de los cobardes asesinatos de aquel octubre, uno de los militares que disparó contra Carlos declaró que, en Calama, el único que quitó el trapo con el que cubrían las cabezas de los que iban a morir fue un hombre rubio con barba y bigote. Casualidad, o no casualidad, fue mi primo Carlos. Han pasado cincuenta años desde su arresto y muerte, pero no podemos olvidar ni perdonar. Miles de familiares de tantas familias desaparecieron, o fueron encontrados muertos y torturados durante los años oscuros de la dictadura, en América Latina y otros continentes. Con asombro vemos hoy el resurgimiento de movimientos antidemocráticos y llamados a la defensa de las dictaduras. Cuando digo «Nunca más», tengo muy claro que defender la democracia es parte fundamental de mi lucha.
 


Carlos Berger Guralnik División: Chuquicamata Edad al ser detenido: 30 años Cargo: Jefe de Relaciones Públicas y director de Radio El Loa

Fuente :codelco.com 9/2023

Categoría : Prensa

La historia de Carlos Berger está íntimamente asociada a la lectura y la política. “Más que tener un hobby, diría que era un gran lector, principalmente de teoría política, pero también de novelas”, relata su viuda, la diputada comunista Carmen Hertz. En este último género, la que más recuerda es “En busca del tiempo perdido”, de Marcel Proust, obra cumbre de la literatura francesa.

Pero también devoró gran parte de los libros de teóricos marxistas, como el ruso Vladimir Lenin, el alemán Karl Marx y el italiano Antonio Gramsci. “Era parte de una generación extremadamente culta y con una formación política muy notable, que no la he visto en ninguna generación posterior”, sostiene.

“Era una persona muy abierta, con mucho sentido del humor,  riguroso y, por sobre todo, gran estudioso. A los veintitantos ya había leído completo El Capital de Marx, de más de tres mil páginas”, recuerda.

Berger entró a las Juventudes Comunistas siendo un adolescente de 14 años. Pocos años después era uno de los pocos militantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en plenos años 60, donde se conoció con Carmen. “Los comunistas eran contados con los dedos de una mano. Carlos era parte del senado universitario y a los 22 o 23 ya trabajaba con Luis Corvalán, el secretario general del Partido Comunista”, recuerda.

Aunque se tituló de abogado, el periodismo lo atrajo con más fuerza. Se inició en el Diario El Siglo, en el que llegó a ser jefe de redacción, y en 1970 viajó a la ex Unión Soviética con una beca para estudiar en la Universidad Central de Moscú. A su regreso, en 1971 creó y fue el primer director de la revista juvenil Ramona. 

Su cercanía con la ex URSS también influyó en otras de sus aficiones: “Hacíamos fiestas de disfraces y Carlos se vestía de ruso, y bailaba Kalinka y otras canciones de ese país”. También era aficionado a la música clásica y The Beatles. 

El golpe lo encontró en la División Chuquicamata, como jefe de Relaciones Públicas y director de la radio El Loa de Codelco. Había asumido en ese cargo apenas un mes antes, el 1 de agosto de 1973 y Carmen lo había alcanzado a mediados de ese mes con su hijo Germán.  Fue detenido el mismo día 11 de septiembre e incomunicado en el cuartel del regimiento, en Calama. Después, lo trasladaron a la cárcel, donde estaba la mayoría de los funcionarios locales del gobierno y del mineral de Chuquicamata. En la última semana de septiembre, un consejo de guerra lo condenó a 61 días , acusado de no haber cumplido la orden de suspender las transmisiones radiales. Sin embargo, el 19 de octubre se convertiría en una de las víctimas de la “caravana de la Muerte episodio Calama”, junto a otros 25 detenidos. 

Los restos de estas víctimas fueron enterrados en una fosa clandestina en el camino a San Pedro de Atacama y más tarde removidos del lugar. A partir de algunos fragmentos óseos se pudo identificar en distintas etapas, a partir de inicios de los ‘90, a un total de 19 de los desaparecidos, incluido Carlos. En septiembre de 2022 la Corte Suprema condenó en última instancia a dos exoficiales de Ejército a presidio perpetuo en calidad de autores, y otros cinco recibieron una pena de entre 12 y 15 años de presidio mayor.  

Carmen partió con su hijo al exilio en 1973, primero  a Argentina y, luego, a Venezuela. Volvió en 1977 para convertirse en una de las abogadas de la Vicaría de la Solidaridad. En 1985 fue la primera en presentar una querella criminal contra el general Sergio Arellano Stark, el líder de la comitiva asesina de la caravana. 

Los padres de Carlos, Julio Berger, un comerciante proveniente de Hungría -que había perdido a gran parte de su familia en el Holocausto- y Dora Guralnik, dentista de origen ucraniano, ambos de origen judío, no pudieron sobrellevar su arresto y desaparición. “La muerte de Carlos desgarró a la familia en lo más central de su estructura. Costó mucho que sus padres pudieran reponerse, o más bien, no se repusieron nunca. Mi suegro se suicidó en 1982 y Dora en 1988”.

Información recopilada según el testimonio de su esposa, Carmen Hertz.


"Ecos del desierto" Miniserie

Fuente :chiledramafandom.com

Categoría : Prensa

es una miniserie chilena dirigida por Andrés Wood y fue estrenada el 3 de septiembre de 2013,? que relata la vida de la abogada de derechos humanos Carmen Hertz.? Emitida por primera vez los días 9, 10 y 11 del citado mes en Chilevisión, está protagonizada por María Gracia Omegna (Hertz cuando joven) y Aline Kuppenheim (cuando adulta).

La miniserie cuenta, en dos épocas, la historia de Carmen Hertz, reconocida abogada de derechos humanos que trabajó en la Vicaría de la Solidaridad, en la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, y fue directora del tema en la Cancillería.

Una parte está centrada en su juventud, en los años 70, donde es interpretada por María Gracia Omegna. Ahí se retrata el llamado "tanquetazo" o primer intento golpista contra el Gobierno del presidente Salvador Allende, el golpe militar y, sobre todo, la Caravana de la Muerte, la comitiva militar liderada por el general Sergio Arellano Stark que recorrió el país a finales de 1973 y que terminó con 97 personas asesinadas, entre ellas el esposo de Hertz, Carlos Berger Guralnik. La otra parte está ambientada entre los años 1985 y 2000, con Hertz interpretada por Aline Kuppenheim, y se enfoca principalmente en su trabajo como abogada de derechos humanos y las continuas amenazas que recibió por parte de la policía secreta de la dictadura.


Columna de Erasmo López Ávila: Un día en la vida, con Carlos Berger Guralnik

Fuente :elagora.net 19/10/2023

Categoría : Prensa

Con el abogado y periodista Carlos Berger Guralnik fuimos compañeros de trabajo en la redacción del diario El Siglo, del Partido Comunista de Chile, desde octubre de 1969 hasta fines del año 1970 o inicios de 1971, cuando fue enviado a unos cursos de capacitación a Moscú, capital de la ex Unión Soviética.

Formaba parte del colectivo de redactores de la página editorial de El Siglo, junto a destacados colegas como Luis Alberto Mancilla, Raúl Iturra Falcka, Sergio H. Carrasco, el diputado Orlando Millas y otros.

Recuerdo perfectamente la noche del viernes 4 de septiembre que vivimos en el tercer piso del edificio de la calle Lira 363 donde estaba la editora Horizonte, de propiedad del PC.

Allí se imprimían tres diarios populares: El Siglo, Puro Chile y el vespertino Última Hora.

Éramos unos 30 o más periodistas, entre veteranos y novatos, entre ellos Berger y su barba entre rubia y colorina, que esperábamos expectantes, nerviosos, esperanzados, deambulando entre los escritorios, escribiendo o revisando las carillas que salían de nuestras viejas máquinas de escribir.

Pasadas las 22 horas, el director de El Siglo, Rodrigo Rojas, salió de su oficina, se instaló en el cabezal de la redacción, entre los escritorios del subdirector Sergio Villegas; del Jefe de Informaciones, Jorge Soza, y del Jefe de Crónica, Marcel Garcés.

Se subió a una silla y con su vozarrón grueso y autoritario nos hizo callar.

Algunos dejamos de teclear, otros se pararon y se acercaron para escuchar lo que venía y nos sumimos en un silencio total.

Rojas carraspeó antes de hablar y dijo:

«Compañeros, recién recibí un llamado de Teatinos…» (todos entendimos que eso significaba que el llamado provenía desde el Comité Central del PC, ubicado en la esquina norponiente de Teatinos con Compañía, en el centro de Santiago).

«Estos cómputos son nuestros, pero son fidedignos… Son seguros…».

(Hizo una pausa, se acomodó los gruesos lentes y dirigió su mirada a un papel que estaba entre sus gigantes manotas. No podía disimular que estaba emocionado).

«Compañeros… ¡Hemos ganado!…». (Nos mantuvimos en silencio).

«¡Sacamos más de 30 mil votos que Alessandri!…¡El compañero Allende es el nuevo Presidente de Chile!…».

Sólo al término de esta frase estalló la algarabía.

Rojas no terminaba de bajarse de la silla cuando ya era abrazado por sus más cercanos.

Las risas, el llanto, los abrazos y los vivas surgieron desde lo más profundo de nuestros corazones.

Rojas nos abrazó a todos, uno por uno, y nos dio las gracias.

Su rostro siempre intimidante ahora estaba surcado por una sonrisa amplia, casi infantil, mientas pugnaba por contener las lágrimas.

Minutos después, Rojas y sus editores bajaron hasta el primer piso del taller y desde un segundo nivel de la rotativa, esa máquina gigante que diariamente imprimía decenas de miles de ejemplares que llegaban a las manos del pueblo de Chile, se dirigió a los más de 150 trabajadores que allí laboraban.

No sé si ya sabían la gran noticia, pero escucharon atentamente a Rojas.

Sólo después que anunció la voz oficial del PC: “¡Allende es el nuevo Presidente de Chile!, estalló la alegría, vinieron los abrazos y el llanto viril de esos trabajadores de mamelucos azules y con olor a tinta de imprenta.

Berger fue uno de los que celebró en la redacción.

No bajó al taller. Había recibido una instrucción precisa. Junto con Mancilla, Iturra y Carrasco tenían que escribir la página editorial, la primera que recogería las opiniones del Partido Comunista tras el triunfo de Allende y la Unidad Popular.

Esa noche fue larga, agotadora, pero ninguno de los presentes habría querido no estar allí, en el corazón del medio de comunicación más importante en la construcción del triunfo popular.

Recuerdo a varios que pasada la medianoche aún estaban pegados a sus máquinas de escribir o seleccionando fotografías o diseñando páginas: Rojas, Villegas, Berger, Mancilla, Iturra, Carrasco, Soza, Virginia Vidal, Alfredo Olivares, Hernán Meza, los diagramadores Callejas y Rodríguez, Jeanette Gallo, el jefe de fotografía Gustavo Pueller, Miguel Gómez, Sergio Carrasco, Galvarino Arqueros. el archivero Moisés Corvalán, todos ya fallecidos.

Y otros como Garcés, Jaime Chamorro, Guillermo Torres, Francisco Cataldo, Gloria Alarcón, Luis Villaflor, Ulín Urrea, Fernando Vera, Jorge Cabello y Ramiro Sepúlveda, algunos que aún viven y otros que ya fallecieron, pero que estoy seguro, atesoran o atesoraron en sus vidas esta noche fantástica, única, inédita, irrepetible.

Uno de los nuestros era ese joven de 30 años, entre rucio y colorín, de sonrisa cordial y mirada franca, Carlos Berger, que en octubre de 1973, unos mil días después, fue una de las primeras víctimas de la Caravana de la Muerte.

El 11 de septiembre de 1973 era el director de la Radio El Loa, de Chuquicamata. Su “delito” ese día fue, micrófono en mano, salir a la calle en el mineral de cobre más grande del mundo, a rechazar el Golpe de Estado y a repudiar el bombardeo a La Moneda.

Su viuda, la abogada Carmen Hertz, hoy diputada, mantuvo incólume su lucha por evitar la impunidad en el vil crimen de su compañero, de quien no tuvo rastro alguno por más de cuatro décadas.

Recién hace un par de años pudimos acompañar a Carmen y a su hijo German Berger a sepultar en el Memorial de los Detenidos Desaparecidos unos pequeños huesos de Carlos rescatados del desierto nortino.

Debo decirlo: para mí fue un privilegio haber conocido a Carlos, haber estado bajo un mismo techo en una misma casa editorial y haber sido compañeros en el Partido Comunista.

Y hoy, cuando se conmemoran los 50 años de su muerte tan injusta, hago este rescate de la memoria.

¡Colega y camarada Carlos Berger, el colectivo de El Siglo, del 4 de septiembre de 1970, no te olvida!

¡Honor y gloria, por siempre!

ERASMO LÓPEZ ÁVILA

Periodista y mediador social y familiar. Egresó de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile en 1971. En 1973 era reportero del diario El Siglo en La Moneda.


Presidente Boric y ministra Vallejo develan placa en reconocimiento de las y los periodistas y trabajadores de las comunicaciones asesinados en dictad

Fuente :msgg.gob.cl 11/6/2023

Categoría : Prensa

En el marco del Día del Periodista, las autoridades encabezaron la ceremonia conmemorativa en La Moneda junto a familiares de comunicadores y agrupaciones de DD.HH.

Este martes 11 de julio en el Día del Periodista en Chile, el Presidente de la República, Gabriel Boric; la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo; el ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Jaime de Aguirre junto a familiares y agrupaciones de Derechos Humanos, participaron de un acto de memoria y reparación en conmemoración de periodistas y trabajadores/as de las comunicaciones asesinados en dictadura.

A 50 años del golpe de Estado y desde La Moneda, se llevó a cabo el acto de homenaje, que incluyó el develamiento de una placa recordatoria con los nombres de las y los comunicadores asesinados. Además, se saludó al Colegio de Periodistas de Chile, que cumple 67 años de historia tras haber sido creado por ley en 1956. 

“Las y los hemos invitado a conmemorar el Día de las y los periodistas para construir de manera colectiva, una instancia de homenaje solemne, de memoria y de reparación, dedicada especialmente en esta ocasión a aquellos hombres y mujeres, periodistas y comunicadores que, luchando por causas nobles en las que creían entregaron su vida por la defensa del derecho a pensar distinto, a expresarse, a comunicar y a informar”, sostuvo la ministra Vallejo. 

Y agregó: “A partir de hoy, en un acto de profunda justicia, con la memoria histórica, política y social de nuestro país, los nombres de estas y estos comunicadores quedarán estampados en este Palacio de Gobierno, a las afueras del Salón de la Agrupación de Periodistas de la Moneda. Hoy en este Palacio se les recuerda, se les rinde homenaje y se escriben sus nombres para que la historia de nuestro país conozca sus identidades, sus vidas y sus luchas, para que nunca más se vuelva a repetir esta triste, cruda y brutal historia”. 

Memoria, justicia y reparación

Ana María Arón, hermana de Diana Arón, periodista embarazada de 7 meses que fue detenida y desaparecida en 1974, señaló durante la ceremonia que “porque recibimos heridas, tenemos que contarle a los otros el sufrimiento que vivimos. No basta que yo me repare sola. Yo necesito que los otros sepan lo que yo sufrí, no lo que sufrieron nuestros familiares que ya no están, sino que es lo que sufrimos nosotros en esta búsqueda incesante, impotente, recibiendo respuestas absurdas. Nosotros somos guardianes del recuerdo y hay que recordar para poder sanar, recordar para contarle a otro, recordar para que nuestras muertas y nuestros muertos puedan estar en paz, y nosotros también”, finalizó Ana María.

n la instancia también estuvieron presentes la subsecretaria de Segegob, Nicole Cardoch; el subsecretario de DD.HH., Xavier Altamirano; la directora del Museo de la Memoria, María Fernanda García; los premios nacionales de periodismo, Faride Zerán, Sergio Campos y Mónica González; así como representantes de CNTV, Anatel, Archi y la red de Memoria. 

De acuerdo al Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, existieron cerca de 230 casos de periodistas que sufrieron prisión política, a estos hay que sumarles 70 casos más de personas que no tenían la profesión, pero estaban directamente vinculadas con la actividad.

En memoria de las y los periodistas ejecutados y detenidos desaparecidos en dictadura

Según cifras del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, fueron 37 los/as periodistas y/o comunicadores que sufrieron desaparición o ejecución:

Luis Alaniz Álvarez; Jaime Aldoney Vargas; Hugo Araya González; Diana Arón Svigilisky; Mario Barrios Gallardo; Carlos Bascuñán Mourgues-Dewet; Carlos Berger Guralnik; Mario Calderón Tapia; Augusto Carmona Acevedo; José Carrasco Tapia; José Carrasco Vásquez; Daniel Castro López; Óscar Castro Videla; Sergio Contreras; Luis Durán Rivas; Juan Espinoza Parra; Arcadia Flores Pérez; Guillermo Gálvez Rivadeneira; Alfonso Gamboa Farías; Máximo Gedda Ortiz; Leonardo Henrichsen; Charles Horman; Eduardo Jara Aravena; Richard Montecinos Slaughter; Archibaldo Morales Villanueva; Jonathan Moyle; Augusto Olivares Becerra; José Pérez Hermosilla; José Rivas Rachitoff; Jaime Sierra Castillo; Nenad Teodorovic Sertic; José Tohá González; Ernesto Traubmann Riegelhaupt;  Ricardo Troncoso León; Jane Vanini Capozi; Fernando Vergara Vargas; y Jorge Yáñez Olave. 


Carlos Berger Guralnik. Relato de la cónyuge

Fuente :derechos.org sin fecha

Categoría : Prensa

«Fue condenado a sesenta días. Fue uno de los primeros Consejos de Guerra que funcionó en el país. Yo me entrevistaba periódicamente con el fiscal para que se conmutara la condena por una multa, ya que faltaba poco tiempo para cumplirla. El fiscal me decía que esperáramos un tiempo para que yo presentara el escrito. Lo presenté el día 18 de octubre cuando faltaban veinte días para que cumpliera su pena. El fiscal me había dicho que era procedente y que él iba a aprobar esa petición: el día 19 fui al Regimiento y me recibió el actuario, quien me dijo que era imposible darle el visto bueno, acceder a la solicitud mía. Me extrañé y pregunté por qué, cuando el día anterior el fiscal me había dicho que sí. Me dijo que no tenía más antecedentes que darme, y que era simplemente que no.

»Yo fui a la cárcel por la tarde y estuve hasta las cuatro con él. Le comuniqué lo que me había pasado y que yo no sabía por qué razones habían rechazado la solicitud. "Bueno -me dijo él-, no importa; sólo faltan veinte días; vamos a tener que esperar." Alrededor de las ocho de la noche me llamaron por teléfono desde Calama para avisarme de que Carlos y 24 personas más habían sido sacadas desde la cárcel al Regimiento. Yo llamé al alcaide de la cárcel, y él me dijo que los habían sacado para interrogatorio y que no habían vuelto. Yo seguí llamando al alcaide hasta las doce de la noche, y él me decía: "No han vuelto, no han vuelto; todavía no vuelven."

»A la mañana siguiente fui a la Gobernación de Calama, y una secretaria amiga, llorando a gritos, verdaderamente descompuesta, gritaba, vomitaba, lloraba, me repetía: "Los mataron a todos, fusilaron a Carlos." La primera reacción mía fue que se había vuelto loca, que estaba completamente loca. Yo decía: "Es mentira, es completamente absurdo." Me negué a aceptarlo; además, yo había estado hasta las cuatro y media con él. ¿Cómo lo iban a fusilar faltándole veinte días para salir en libertad?

«Me fui al Regimento. Allí había un ambiente muy tenso. El fiscal militar no me recibió a pesar de mi insistencia; alegué todas las razones para que me recibiera. Apareció un suboficial y me leyó un comunicado donde se decía que Carlos había sido trasladado a Santiago para ser interrogado. Yo me asombré muchísimo; le dije que tenía que decirme, porque yo era abogado, de qué y por qué lo habían trasladado a Santiago y a qué lugar específico. Me respondió con evasivas. Me trasladé a la Gobernación nuevamente para hablar con el jefe de Plaza, quien me dijo lo mismo, que había sido trasladado a Santiago. Le dije que quería que me dijera a qué lugar, porque me iba inmediatamente a Santiago. Yo estaba realmente convencida de que lo que me decían era cierto, y esto del fusilamiento que me habían dicho por la mañana yo lo había olvidado. Era una mentira, y esta amiga mía se había vuelto loca. Cuando el coronel vio que mi decisión era irme, me dijo que esperara un poco, porque más tarde me iban a entregar otros antecedentes.

»Pasado el toque de queda volví a Chuquicamata, y a los veinte minutos de haber llegado llamaron por teléfono a mi cuñado diciéndole que saliera a la esquina de la casa. Yo lo acompañé para saber de qué se trataba. Allí estábamos en la esquina parados cuando apareció un jeep con dos oficiales del Regimiento de Calama y el capellán castrense. Se pararon delante de nosotros, sacaron una hoja y nos leyeron lo siguiente: "Carlos Berger Guralnik fue trasladado el día 19 de octubre a la ciudad de Antofagasta. En el camino los detenidos trataron de huir, y fueron todos ametrallados, muriendo en el acto." Nos dijeron hasta luego, se dieron media vuelta y se mandaron cambiar. Eso fue todo.»


Carmen Hertz: "¡Esto es un fraude y no lo voy a aceptar!"

Fuente :No se conoce, si alguien lo sabe por favor avisenos

Categoría : Prensa

Esta abogada, viuda del periodista Carlos Berger -ejecutado por la "Caravana de la muerte"-, rechaza la información que a través de la mesa de diálogo se le entregó sobre su marido, informándole que habría sido lanzado al mar. Aquí cuenta su historia, que le produjo, según dice, un quiebre "irreparable y definitivo" en su vida.

Aunque el destino de los restos de su marido, Carlos Berger Guralnik, es una verdad que ha buscado desde hace 27 años, la reacción de Carmen Hertz ante el informe entregado por las Fuerzas Armadas fue categórica: "¡Esto es un fraude y no lo voy aceptar!". ¿Por qué adoptó esa actitud, mientras otras mujeres de la agrupación de familiares de detenidos desaparecidos aceptaron la información y la agradecieron? Porque ella considera sospechoso que una explicación "tan genérica, vaga e imposible de comprobar" -como que fueron lanzados al mar (sin ningún otro detalle)-, incluya muchos casos integrados en la "Caravana de la muerte", por los que hoy se está tratando de procesar al general Pinochet.

Como abogada querellante en ese proceso y víctima directa (su esposo, Carlos Berger, abogado y periodista, fue ejecutado el ‘73 y posteriormente sus restos desaparecieron), la abogada Carmen Hertz es una voz autorizada para hablar de los últimos y relevantes acontecimientos ocurridos en el ámbito de los derechos humanos, en el que es calificada por algunos como una de las "duras". Pero ella afirma que su actitud es sólo consecuente y dice que es eso lo que le ha dado en estos años paz e incluso alegría.

Independiente de izquierda, Carmen Hertz tiene hoy 53 años, una nueva pareja -Manuel Riesco- y un hijo de su matrimonio con Carlos Berger, Germán, de 28 años, periodista titulado de la Universidad Diego Portales y hoy estudiante de cine en Barcelona.

Carmen y Carlos se conocieron en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. El militaba en las Juventudes Comunistas desde los 15 años. Pertenecía a un mundo de intelectuales judíos de izquierda, con un perfil progresista. Ella, al revés, nació en un hogar de derecha, mucho más tradicional y conservador. Por eso, le resultaba cautivante el mundo que rodeaba a Carlos, la armonía familiar que reinaba en su casa y las inquietudes culturales que en ese hogar manifestaban todos.

A fines de julio de 1973, decidieron irse a vivir a Calama, una decisión que no fue fácil para ellos, fue más bien Carlos quien la tomó. En ese entonces, tenía 29 años, era director de la revista "Ramona", una publicación juvenil que había en esa época, y había sido jefe de gabinete de los ministros de Hacienda Orlando Millas y José Cademártori. Pero se entusiasmó con la idea de trabajar en un centro de producción y en Chuquicamata se necesitaba nombrar al director de comunicaciones del mineral que era, a su vez, director de la radio "El Loa", de propiedad de esa empresa. "El tenía muchas ganas", cuenta Carmen. "Estábamos en un momento crítico del gobierno de Salvador Allende, de gran acoso y de sabotajes a centros estratégicos como era los minerales de cobre. Para Carlos, trabajar ahí era un privilegio. Nunca midió ni el sacrificio ni las ulteriores consecuencias de irse a una ‘ratonera’, como era ese lugar, estando el país al borde de un golpe de Estado. Por eso pidió el cambio". Para Carmen, quien entonces tenía 26 años, no fue fácil, pues trabajaba en la Cora (Corporación de Reforma Agraria) y su hijo Germán tenía apenas 10 meses. Aunque su cuñado, Eduardo Berger, era médico del hospital de Chuquicamata, y David Silberman, gerente general de la empresa, era muy amigo de Carlos, ella no conocía a nadie. "Siempre me resultó un lugar muy desolado, muy feo, nunca me gustó", recuerda.

Carlos viajó al norte los primeros días de agosto y ella, el 15. No alcanzó a estar ni un mes allá antes de que se produjera el golpe de Estado. Recuerda que en la mañana del 11 de septiembre, su marido recibió un llamado del jefe militar que había asumido el control de Calama y del mineral, ordenándole clausurar las transmisiones de radio "El Loa". Berger reunió al personal, les pidió que se fueran y se quedó transmitiendo el mensaje de la CUT, llamando a los trabajadores a permanecer en sus puestos.

Tras ser detenido, fue conducido al regimiento de Calama, junto a otros funcionarios, dirigentes políticos y sindicales. Luego pasó a la cárcel pública de esa ciudad. Se convocó a un consejo de guerra el 20 de septiembre y la sentencia se notificó alrededor del 24: Berger fue condenado a 60 días de prisión. Carmen Hertz, quien también actuaba como abogada de su esposo, concurrió el 18 de octubre del 73 -un día antes de las ejecuciones de la "Caravana de la muerte"-, a hablar con el fiscal militar para pedirle que los cerca de 20 días que le quedaban por cumplir fueran sustituidos por una pena pecuniaria, porque los militares de la zona –a diferencia de otros consejos de guerra- aplicaron penas menos drásticas. El fiscal le dijo que accedía y le pidió que formalizara la petición. Al día siguiente, cuando ella llevaba su escrito, notó en la fiscalía un ambiente distinto, de gran nerviosismo. "El fiscal me dijo que no podía acceder a lo acordado el día anterior, pues había llegado un grupo de oficiales de Santiago al mando del general Sergio Arellano Stark. ¡Nunca me voy a olvidar! Era primera vez que oía ese nombre".

Ahí comenzó el peregrinaje de Carmen Hertz. Fue a la cárcel a informarle a su esposo. Cuando llegó, ya habían sacado a casi la mitad de los prisioneros. La tensión era indescriptible.

-¿Su marido intuía lo que le iba a pasar?

-En absoluto, pero estaba muy nervioso. Más bien pensaba que los iban a trasladar a Santiago. Después de eso, partí a Chuqui, a la casa de Eduardo, el hermano de Carlos, donde nos encontrábamos. A las 8 de la noche me llamaron por teléfono. Una voz anónima me dijo que Carlos había sido sacado de la cárcel y llevado a alguna parte. Nunca supe quién fue. Nosotros no podíamos bajar por el toque de queda y empezamos a llamar a la cárcel. El alcaide nos dijo que efectivamente había sido sacado, pero que no me preocupe, porque ya iba a volver. Era ya la una de la mañana y con Eduardo nos dimos cuenta de que había una situación muy rara, pero nunca pensamos en la posibilidad de la muerte. A la mañana siguiente, bajamos a primera hora y al llegar a la gobernación de Calama había un grupo de funcionarios en estado de shock. La abogada me abraza llorando y me dice: "Carmen, ¡los mataron a todos!". Así de brutal fue. Con mi cuñado nos negamos a que eso fuera verdad. Nos fuimos de inmediato al regimiento. Allí no nos quisieron recibir, nos dijeron que más tarde. Yo me aferraba a la idea de que tenían que estar vivos. No me moví, exigiendo hablar con el comandante, el coronel Rivera. El no me recibió. En el regimiento había conmoción. Los oficiales corrían de un lado a otro. En un momento, uno se acercó y nos informó oficialmente, papel en mano, que Carlos había sido trasladado en helicóptero a Santiago con un grupo de detenidos, para un nuevo consejo de guerra. Tanto me aferré a esa idea, que la di por real y sentí como un alivio. Llamé al padre de Carlos a Santiago para decirle que fuera a la Escuela Militar y empezara a recorrer los recintos de detención. Yo no sabía que Carlos ya estaba muerto desde el día anterior, a las 6 de la tarde. La noticia se la había confirmado poco antes a mi cuñado el director del hospital, pero él no me la había querido decir. Como el coronel no me recibía, fui y me senté en la cuneta, frente a su casa, a la hora del toque de queda. No pensaba moverme a menos que me dieran salvoconducto. Rivera finalmente nos recibió en la calle, me dijo que me fuera a la casa, que no tendría ningún problema en el trayecto y que esperara noticias. Tampoco se atrevió a decirme la verdad.

Eso es lo impactante.

-¿Qué objetivo tenía la versión del helicóptero hacia Santiago?

-Nunca pude explicarme por qué nos dieron esa versión tan formalmente. Deben haber ido inventando sobre la marcha. Ya Arellano se había ido, pero no hallaban qué decirnos. Probablemente trataban de dilatar el conocimiento de lo que había ocurrido. Finalmente, volvimos a Chuquicamata, y ahí llamaron por teléfono a mi cuñado para pedirle que saliera a la calle, sin mí… bien extraño. Salimos juntos. Nos encontramos con un jeep con dos oficiales y un capellán castrense. Ellos nos dijeron que los presos fueron trasladados a Antofagasta, que había habido una "sublevación" y habían sido "todos muertos".

Tras esa trágica noticia, consiguieron con el coronel Rivera un salvoconducto para regresar a Santiago a informarle a los padres de Carlos. Carmen y su cuñado partieron esa noche en auto a la capital. Manejaron más de 20 horas sin parar. Iban en estado de shock, aferrados a la idea de que no era verdad lo ocurrido, que algo iba a pasar que haría que eso se borrara. "Fue algo que no podría repetir…"

-¿Cuanto tiempo pasó hasta que salió de Chile?

-Salí en noviembre. Pasaron 20 días. Mi suegro insistía en que me fuera, pues creía que corría riesgos muy altos, sobre todo por haber sido secretaria del consejo de la Cora, y porque nuestra casa en Santiago había sido allanada y saqueda.

-¿Le atribuían más importancia política de la que tenía?

-Claro, es que Carlos había sido jefe de gabinete de Millas y Cademártori. Además, los allanamientos de domicilio surgían mucho por denuncias de vecinos y nosotros éramos abiertamente funcionarios de la Unidad Popular. A Carlos le llegaban cartas anónimas con frases como: "Yakarta se acerca", con la araña de "Patria y Libertad", cuyo líder era Pablo Rodríguez, hoy jefe de la defensa de Pinochet.

El exilio y la nostalgia

-Usted pasó su exilio en Buenos Aires, Caracas y París. Volvió el ‘77. ¿Por qué tan pronto, comparado con otros exiliados?

-Porque se me hacía muy duro estar sola con Germán afuera. La nostalgia era insoportable. Prefería enfrentar el Chile oscuro y amenazante de esos años, antes que el exilio.

Al volver, en 1977, empezó a trabajar en la Vicaría de la Solidaridad y volcó su capacidad de abogado en función de la causa de los derechos humanos.

-¿No tiene eso el costo de ir quedándose un poco aislado? Se dice que hoy el tema le interesa sólo a los familiares de las víctimas y a sus abogados.

-No comparto eso. La gente puede tomar opciones políticas y quienes fueron a la mesa de diálogo de alguna manera hicieron eso. Es legítimo. Yo no las he tomado fuera del movimiento de derechos humanos. Soy militante de esa causa. Tengo el más profundo convencimiento de que a estas alturas del siglo, el tema de las violaciones a los derechos humanos le interesa a la comunidad internacional y soy partidaria acérrima de la jurisdicción universal.

-Pero ¿no le preocupa el aislamiento?

-No creo haber perdido amigos. Tal vez sí oportunidades políticas, pero no me interesan. Tal vez cargos, pero tampoco me importan.

-En lo humano, ¿no ha pagado costos duros?

-No, al revés. Por donde voy, en el metro, en la micro, en la peluquería, en la calle, debo recibir a 10 o 15 personas que se me acercan y expresan solidaridad. Algunos me dicen: "¿Le puedo dar un abrazo y un beso?". Sentir eso, ¡es una maravilla!

-¿Usted ha podido superar su drama y sentir que tiene otras posibilidades?

-Por cierto. Esto que ha ocurrido es un quiebre de mi historia vital irreparable y definitiva: cambiaron el curso de mi vida para siempre. Pero ser abogado de derechos humanos, para mí, no es un drama, al revés: siento que mi dignidad personal ha sido fortalecida por mi actitud. Eso me da mucha fuerza y me siento muy coherente. La coherencia y la integración han rodeado la vida de mi hijo y la mía, y eso siempre me hace feliz.

Cuenta que actualmente su pareja es el economista Manuel, "Maño", Riesco: "El es mi ‘compañero de vida’, como dicen en Centroamérica. Es una persona con quien comparto prácticamente la totalidad de las cosas que me ocurren. Tenemos en común una historia para atrás, compartíamos el mismo proyecto de vida. Y a ambos nos ocurrió lo mismo, pues él también es parte de una generación que fue ferozmente golpeada por la represión. Su íntimo amigo era Eugenio Ruiz Tagle, una de las víctimas de la "Caravana de la muerte" y él está muy contento de que yo haga todo esto…<B< b separadas?< casas en vivimos porque Sartre, y Beauvoir de Simone la como Somos años. 10 más relación una Tenemos eso. por quiere me que creo parte En> (se ríe).

La casa vacía

Por su experiencia como abogada de la Vicaría pudo, además, conocer antecedentes que le permitieron hacer un hallazgo macabro que le contó años más tarde al escritor Carlos Cerda y que éste incluyó con rasgos de ficción en su novela "Una casa vacía".

Los datos reales de esa historia fueron los siguientes: un amigo suyo, el entonces actor Marcial Edwards, arrendó y refaccionó una casa grande en Ñuñoa el año 78, donde se fue a vivir con su mujer, Lupe, y el pequeño hijo de ambos. Una fría noche de julio de ese año invitó a sus amigos más cercanos a inaugurarla. Les explicó que quedaba en la calle Irán y les dio el número. Hacia allá partió Carmen junto a Eugenio Ahumada, colega de la Vicaría. Al llegar al lugar, los recorrió un escalofrío. Estaba justo en la esquina con Los Plátanos, una dirección que ellos tenían fresca en la memoria, pues habían recogido múltiples testimonios de personas que sobrevivieron a torturas y que coincidían en señalar que allí funcionó un recinto clandestino de la Dina, conocido como "La venda sexy", pues en ese centro se especializaban en torturas sexuales a los detenidos, especialmente a las mujeres.

De los que pasaron por ese recinto sobrevivieron muy pocos, pero ellos detallaron luego muy rigurosamente las catacterísticas del lugar. Recordaban, por ejemplo, que había un sótano, que el baño del primer piso tenía un escalón y una ventana como ojo de buey. A la entrada, había una cortina de felpa verde, que muchos habían visto cuando se les corría la venda. Parecía indicar ser una casa grande ubicada cerca de un colegio. Al bajarse de su citroneta, Carmen y Eugenio observaron otra inquietante señal: la casa estaba rodeada por un cerco negro de latas y en la puerta tenía una mirilla, dato que también les sonaba conocido.

Antes de entrar, le pidieron a su amigo Marcial que saliera para comentarle el asunto. Le hicieron más preguntas y todos los datos coincidían con los testimonios de los torturados: había sótano, había ojo de buey, y también una cortina de felpa que la mujer de Marcial había sacado por encontrarla horrible.

En lugar de entrar al living a saludar a los invitados, partieron directo al sótano para chequear otros detalles y terminar de convencerse de dónde estaban.

Los tres quedaron muy impactados, pero no quisieron comentar el hecho. Al día siguiente hicieron consultas y el arrendador contó a Marcial que después del golpe su hermano -el verdadero propietario- partió exiliado a Alemania y él alquiló la casa a Carabineros. Después se desentendió y se limitó a recibir el cheque mensualmente.

Tras enterarse de la verdad, Marcial -que no estaba en condiciones de cambiarse de inmediato-, pidió a unos curas amigos que bendijeran el inmueble. Pese a ello, para Marcial todas las noches de ahí en adelante fueron de un horrible desvelo y debió esperar tres o cuatro semanas antes de poder mudarse.

"Tolerancia cero con Pinochet"

-¿Cree que el ministro Juan Guzmán vaya a llegar a puerto en su propósito de juzgar al general Pinochet?

-El ya ha llegado a varias caletas. Ha podido reconstruir una gran parte de la verdad de lo ocurrido en esos días con las 75 víctimas de la "Caravana de la muerte". Ha hecho un trabajo notable.

-¿Ha recibido presiones?

-Sí, por cierto que ha recibido presiones, tanto directas como indirectas. Una indirecta fue, por ejemplo, que los comandantes en jefe presionaran y le exigieran al Presidente de la República convocar al Cosena después de una resolución suya.

-¿Cree que el Presidente Lagos, para poder gobernar tranquilo, pueda ceder ante las presiones de las Fuerzas Armadas y de los empresarios que se niegan a invertir por el acoso al general Pinochet?

-Sería un grave error ceder a las presiones de los poderes fácticos, que están representados por aquellos dirigentes del empresariado que actúan más bien como activistas. Walter Riesco, al hacer las declaraciones que hace, es un activista y un agitador pinochetista, y así no puede representar bien los intereses del empresariado. Lo que él ha dicho es mentira: no es cierto que no inviertan por el tema de Pinochet. Los empresarios no invertirán mientras no recuperen la confianza en que la reactivación económica prosperará. Lo demás son patrañas.

-¿Qué significa para usted la estrategia del abogado Pablo Rodríguez de resistirse inicialmente a que Pinochet se someta a exámenes médicos y a una declaración indagatoria?

-Me parece grave. Esa posición de la defensa linda en lo ilegal. En el caso del abogado, obstruye la justicia, por lo que podría hacerse acreedor de sanciones disciplinarias. Y en el del inculpado, implica ponerse en un abierto desacato. Negarse a cumplir una resolución judicial es desacato en este país, cualquiera sea el ciudadano que lo haga.

-¿Estaría apostando a que la fuerza de los hechos hiciera tolerable por la sociedad ese desacato?

-Claro, es posible que esté apostando a que Pinochet reciba apoyos que le permitan mantener esta actitud, pero ése es un desafío a los tribunales de justicia y una burla que se hace al país. Nosotros pedimos tolerancia cero con Pinochet, porque no es posible que haya alguien que pretenda ponerse por sobre los demás.

-Según Rodríguez, el juez Guzmán tiene una obsesión por procesar a Pinochet, sin existir una sola prueba que lo vincule a él directamente.

-Decir eso es una barbaridad. Las pruebas que vinculan a Pinochet con la "Caravana", son tan contundentes, tan graves, múltiples y concordantes, que la propia Corte Suprema, en un fallo histórico, con más de 70 considerandos, establece una a una las presunciones fundadas de su participación como autor mediato, lo cual significa que dio las órdenes.

-¿Cómo califica la estrategia general seguida por el equipo jurídico de Pinochet?

-El problema es que ellos han tenido que ir cambiando estrategias, saltando de una cosa a otra, borrando con el codo lo que escribieron con la mano. Dijeron que el recurso de amparo al que acudieron sorprendentemente fue porque "Pinochet no ha sido oído, tiene que ser oído". La Corte le dijo: "OK, estimamos que no fue oído cuando respondió el exhorto, que sea oído". Entonces su defensa dijo: "No, no puede ser oído, está enfermo". La Corte respondió: "Bien, está enfermo, que le hagan exámenes médicos". Ahí la defensa respondió: "No, tampoco, no queremos exámenes médicos". En definitiva, el objetivo de la defensa, tanto en Londres como acá, ha sido que Pinochet rehúya la justicia. Eso es todo. Por eso sus estrategias procesales son todas dispares, erráticas. Y su otra estrategia global es movilizar a los poderes fácticos.

-Como sea, hasta ahora han conseguido el objetivo. Eso hace dudar que Pinochet sea procesado.

-Creo que va a ser sometido a proceso, porque es una resolución inevitable de acuerdo a los méritos de esta causa. Uno de sus abogados acaba de decir que él había estudiado y razonado la sugerencia de su defensa y había adoptado la decisión de no hacerse los exámenes médicos. Si él ha razonado, significa que no tiene ningún problema mental, porque las personas con problemas mentales no pueden razonar.

-En este proceso, al parecer, no está acreditada la participación directa de Pinochet. Lo que está acreditado es que él amplió las facultades de Arellano Stark para agilizar los procesos, nada más.

-No es así: lo que está acreditado es que Arellano actuó como oficial delegado del comandante en jefe del Ejército. De acuerdo al reglamento castrense, eso significa que él representa directamente al comandante en jefe y es un recurso extremo. Está acreditado que Pinochet conoció de las masacres de Antofagasta y Calama ordenadas por su oficial delegado, pues fue informado personalmente al día siguiente de ellas, el 20 de octubre del 73, en la base aérea de Cerro Moreno, por el general Joaquín Lagos.

-Pero eso no implica responsabilidad en la orden.

-Claro que implica responsabilidad: no estamos hablando de un club deportivo ni de una montonera, sino del Ejército de Chile, donde la verticalidad del mando es un pilar esencial y estamos hablando del oficial delegado. Está acreditado que el general Lagos no sólo le informó personalmente, sino que fue convocado a Santiago por el mismo comandante en jefe, el 30 de octubre, donde firmó un oficio secreto conductor en que hace una relación de los muertos por orden de Arellano. Esa noche recibe en su casa la visita de Morel Donoso, quien le lleva de vuelta el oficio, por instrucciones del comandante en jefe, tarjado de puño y letra de Pinochet y con enmiendas en los costados, en que le dice que se olvide del oficial delegado y que haga sólo un listado de las personas ejecutadas. Y está acreditado que a los pocos días Pinochet asciende a Arellano a general de división y lo nombra comandante en jefe de la II División del Ejército, la más importante del país, y designa director de la Escuela de Caballería a Arredondo, el segundo de abordo. Ese premio no puede significar sino que la misión se cumplió a cabalidad.

-¿Cómo se explica la línea de la defensa de Arellano Stark, quien exculpa tanto a Pinochet como a sí mismo?

-Las estrategias de ambos han sido similares, porque los alegatos de la defensa de Pinochet siempre han dicho que la responsabilidad exclusiva fue de Arellano y éste siempre ha dicho que es de Arredondo. O sea, tenemos a dos generales de la República, con altos cargos, que no son capaces de asumir la responsabilidad de lo que han hecho, sino que culpan al de abajo, al subordinado.

-¿No cree en la tesis de que haya habido "un golpe dentro de un golpe", como se ha dicho?

-La comitiva de Arellano tuvo dos objetivos. Primero, eliminar a las personas que se eliminó y aterrorizar a la población civil. Pero hubo una segunda motivación, dirigida hacia el corazón del Ejército, porque los métodos utilizados para la eliminación de las personas fueron brutales. Ellos no tuvieron ni siquiera el "privilegio" de ser fusilados, sino que fueron masacrados con corvos y con disparos en distintas partes del cuerpo. Y quienes sí lo supieron de inmediato fueron los militares y aquellos oficiales de cada regimiento local a quienes la comitiva de Arellano obligó a participar en las ejecuciones y a presenciarlas. El objetivo fue alinear al Ejército en torno a la política más cruel, más represiva. Ese elemento lo puso Arellano, pues en octubre del 73 era un general todopoderoso. Su disputa por el poder con Pinochet es muy posterior. Arellano llega a cada lugar -lo dicen todos los jefes militares-, pide una nómina de los presos, se la dan, él hace un tic con lápiz rojo y selecciona personas; esas listas las toman Arredondo, Morén Brito y Fernández Larios, y sacan a las personas para masacrarlas. Ellos intervienen el mando y llegan en trajes de combate, con corvos a la vista, con granadas, con subametralladoras, con una actitud intimidatoria, en un helicóptero. ¿Que Arellano viene a acelerar procesos? ¿Y dónde está el oficial letrado que lo acompaña? Además, viene con dos sicópatas, según sus propias palabras con las que ahora califica a Morén Brito y a Fernández Larios. O sea, la comitiva para acelerar procesos está integrada por dos sicópatas en trajes de combate y ningún oficial letrado.

"No es un informe verosímil"

-Usted siempre fue escéptica frente a la mesa de diálogo. ¿Qué piensa ahora sobre sus resultados?

-En lo que a mí respecta, me acaban de informar que Carlos, mi marido, está entre las personas que fueron lanzadas al mar. ¡Eso es un fraude y no lo voy a aceptar!

-¿Por qué duda de esa versión?

-Porque me parece muy sospechoso que, justamente ahora que se ha avanzado tanto en la investigación sobre la "Caravana de la muerte", todos los casos ahí contemplados aparezcan como lanzados al mar, cuando tenemos pruebas de que ellos fueron enterrados en una fosa clandestina en el camino a San Pedro de Atacama. -Pudieron ser sacados y lanzados al mar después. -Claro, pero en ese caso el informe debiera explicar las circunstancias completas y no algo tan escueto como decir: "Fulano de tal, lanzado al mar frente a Tocopilla; "fulano de tal, lanzado al mar….". Es una vergüenza, un escándalo, eso no es un informe serio ni verosímil. Presentado así, es una maniobra y una crueldad tremenda con los familiares. Además, la versión entregada muchas veces se contradice con los antecedentes que constan en los procesos. Se cita la fecha de muerte de algunos que, según testigos, fueron vistos días después. Eso sugiere que la información no es veraz, sino preparada.

Oscar Sepúlveda. Fotos: Adela Silva.