Norambuena Fernandoy Luis Fernando


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Rut : 4.492.015-8

Fecha Detención : 14-09-1973
Lugar Detención : San Antonio


Fecha Nacimiento : 23-08-1942 Edad : 30

Lugar Nacimiento : Isla de Maipo -RM

Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Trabajador

Estado Civil e Hijos : Casado, 1 hijo
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Informe corporación)

Categoría : Antecedentes del Caso

Rut       : Sin información

F.Nacim. : -08-43, 30 años a la fecha de su detención

Domicilio : Población Capitán Orella, Block 14, Depto.41, San Antonio

E.Civil  : Casado, 1 hijo

Actividad : Trabajador de Esso Industrial

C.Repres. : Partido Socialista, Comité Central; Regidor por San Antonio; Secretario Regional de la Central Unica de Trabajadores (CUT).

F.Detenc. : 14 de septiembre de 1973

SITUACION REPRESIVA

            Luis Fernando Norambuena Fernandois, casado, padre de un hijo, trabajador de ESSO, Regidor por San Antonio, miembro del Comité Central de Partido Socialista, fue detenido el día 14 de septiembre de 1973, cuando se presentó en la Fiscalía Militar que funcionaba al interior del Regimiento Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes, cuyo Comandante era el entonces Coronel Manuel Contreras Sepúlveda. Norambuena había sido llamado por Bando militar a través de la radio Sargento Aldea de San Antonio. Permaneció recluido en la Cárcel de San Antonio, desde donde fue trasladado a Investigaciones de esa ciudad, y posteriormente al Regimiento de Tejas Verdes, desapareciendo desde este recinto el 5 de octubre de 1973, junto a otros cinco detenidos: Víctor Fernando Mesina Araya, Jorge Luis Ojeda Jara, Ceferino Santis Quijada, Gustavo Farías Vargas y Florindo Alex Vidal Hinojosa. El cadáver de este último fue encontrado, el 17 de octubre de 1973, en la desembocadura del río Rapel, siendo el único entregado a su familia. Días antes, el 6 de octubre, también en el río Rapel, se hallaron los cuerpos de Víctor Mesina y José Luis Ojeda, los que fueron sepultados en el Cementerio Parroquial de San Antonio por orden judicial y sin conocimiento de sus respectivos familiares. Cuando se conoció esta información se solicitó al Tribunal la exhumación de sus restos, lo que no se pudo concretar, debido a que no logró establecerse el lugar de entierro. En cuanto al afectado, se comentó entre los detenidos que había sido lanzado al mar, amarrado y herido.

            Norma Quiroz Guaico -cuñada de la víctima- lo vio y conversó con él en la Cárcel de San Antonio el 15 de septiembre de 1973. El afectado le contó que se había entregado voluntariamente y se mostró inquieto porque su esposa -hermana de la testigo- había tenido su guagua recién el 1° de septiembre y se encontraba convaleciente. Ella lo notó en mal estado.

            Posteriormente, Norma Quiroz continuó viéndolo, pero ya de lejos, cuando lo sacaban de la Cárcel para llevarlo a interrogatorio al Regimiento de Tejas Verdes. Ante el Tribunal, la testigo dijo que los militares llevaban a los detenidos a punta de culatazos y golpes. Como, con el transcurso de los días, comenzó a juntarse mucha gente frente al presidio, aprovechando esa oportunidad para ver a sus familiares presos y gritar exigiendo su libertad, empezaron a encapuchar a los afectados con sacos harineros sucios. Aunque no podían ver el rostro de los detenidos, muchas personas los reconocían por las vestimentas. Más tarde, se ordenó sacar a los presos durante la noche, por cuanto cada vez se juntaba más gente en la calle, aunque fuera sólo para mirar lo que ocurría.

            La testigo -aunque ya no le permitían verlo- le llevaba diariamente una vianda de alimentos, la que fue recibida hasta alrededor del 15 de octubre de 1973. Días después, aproximadamente el 20 de octubre, una persona le entregó la argolla matrimonial y el carnet de su cuñado, señalándole que pasara a retirar el resto de las pertenencias de la víctima. Ante sus consultas, en la Cárcel informaron a la familia que Norambuena había sido trasladado al Regimiento de Tejas Verdes, donde permanecía incomunicado por orden de Manuel Contreras Sepúlveda. El Fiscal Militar de dicho recinto, David Maturana, informó a la madre de Luis Norambuena -ya fallecida- que su hijo estaba en libertad, mostrándole un libro en el que aparecía la firma de él. En forma burlesca se le dijo que "lo fuera a buscar a los cerros de Melipilla".

            El ex detenido José Joel Muñoz Vergara relata que fue aprehendido el 14 de septiembre de 1973, cuando se presentó en el Regimiento Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes después de ser llamado por Bando a través de la radio Sargento Aldea. Al ingresar, lo dejaron en una multicancha, junto a otros detenidos, para ser llevado, en horas de la tarde, al Parque de Materiales del recinto militar, al lado del puente sobre el río Maipo y cerca de donde se levantaría después el Campamento de Prisioneros. Aquí estuvo con otros 20 detenidos, entre ellos, Luis Norambuena Fernandois, Juan Opazo (abogado) y José Cornejo Aliaga (profesor).

            Ese mismo día, el testigo fue llevado a la Cárcel de San Antonio, e instalado en un colectivo en que estaban Luis Fernando Norambuena, Raúl Bacciarini (se le aplicaría la denominada ley de fuga junto a otros cinco detenidos), Ceferino Santis (actualmente detenido desaparecido), José Cornejo y Gómez.

            Por su parte, el ex prisionero Jorge Manuel Silva Huerta también vio al afectado en la Cárcel de San Antonio.

            Asimismo, Onofre Segundo Aguila Parra declaró haber visto a Norambuena en dicho establecimiento carcelario. El declarante fue detenido el 13 de septiembre de 1973 y conducido a Tejas Verdes, en donde el Fiscal Miranda ordenó que lo llevaran a la Comisaría de Carabineros de San Antonio. Desde aquí fue trasladado a la Cárcel, en la que ya había una importante cantidad de presos políticos.

            Onofre Aguila, al igual que el resto de los detenidos, fue sacado en distintas oportunidades a Tejas Verdes, para ser interrogado y torturado. En uno de sus interrogatorios participó una persona de apellido Araya que trabajaba en la Radio Sargento Aldea y que era Oficial de reserva del Ejército. A comienzos de octubre de 1973, encontrándose en la Cárcel, el testigo acudió, a petición de un gendarme a una celda en la que había un preso aislado. Se trataba de Luis Norambuena Fernandois, a quien el declarante conocía con antelación. Estaba maltrecho, con hematomas visibles, barbudo y casi no se podía parar. Le contó que había sido torturado personalmente por Manuel Contreras Sepúlveda y por un Capitán de apellido Jara, los que lo habían sentenciado a muerte. Lo sacaron de la Cárcel junto a Ceferino Santis. Después, el testigo se enteró que había sido ejecutado.

            Héctor Freddy Silva Vergara es otra de las personas que fue detenida en la Fiscalía Militar del Regimiento de Tejas Verdes al momento de presentarse, respondiendo a un llamado que se hizo por Bando. Señala que fue detenido el 13 de septiembre de 1973, y permaneció de pie, con las manos en la nuca en una cancha ubicada al interior de dicho recinto militar junto a unas 100 personas más, en su gran mayoría, habitantes de San Antonio, de 8 a 16 horas. Al cabo de este tiempo, fueron conducidos, en camiones militares, a la Cárcel de San Antonio. Se les ubicó en colectivos que no daban abasto para tantos detenidos, por lo que muchos debieron dormir en el suelo. Fue en este recinto penal donde vio a Luis Norambuena, el que permaneció todo el tiempo absolutamente incomunicado, tanto de sus familiares como del resto de los detenidos. Se le mantenía aislado en una celda de castigo, logrando el testigo conversar con él a través de una rejilla. Después, Héctor Freddy Silva supo que habían sacado a Norambuena de la Cárcel y que lo habían asesinado.

            El ex prisionero Manuel Felipe Hover Medina vio en la Cárcel de San Antonio a Luis Fernando Norambuena, a quien conocía desde niño. Este se encontraba incomunicado en una celda y lograba conversar con otros detenidos a través de una especie de ventana superior. Aunque no pudo apreciar las condiciones físicas en que se encontraba supo que, a fines de septiembre de 1973, lo habían sacado del recinto junto a Ceferino Santis para ser llevado a Tejas Verdes. Después escuchó que había sido ejecutado y su cuerpo fue lanzado al mar.

            Ante el 1° Juzgado del Crimen de San Antonio, en 1991, Moisés Uldaricio Torres Rojas, declaró haber visto al afectado en la Cárcel de dicha ciudad. En dos oportunidades conversó con él y, después, se informó por las autoridades militares que había sido puesto en libertad. Sin embargo, por otras fuentes supo que lo habían lanzado al mar, en la desembocadura del río Maipo. Moisés Torres fue detenido el 13 de septiembre de 1973 cuando se presentó en la Comisaría de Carabineros de Santo Domingo después de ser llamado por Bando militar difundido por Radio Sargento Aldea. Por su parte, Juan Antonio Betancourt Román -quien también permaneciera detenido en la Cárcel de San Antonio y en el Regimiento de Tejas Verdes- supo a través de un sobrino suyo, ya fallecido, Nelson Méndez, quien había sido Sargento en Tejas Verdes, que Luis Norambuena y Ceferino Santis fueron lanzados al mar desde un helicóptero, frente a la costa de San Antonio. También Hernán Becerra Madrid escuchó comentarios de que el afectado habría sido lanzado al mar. El testigo habló con Norambuena en la Cárcel.

            Mario López Cisternas, quien fuera detenido el 14 de septiembre de 1973, después de ser llamado por Bando, declara que vio al afectado en tres oportunidades en la Cárcel de San Antonio. Según lo declaró ante el Tribunal, Norambuena se veía muy mal físicamente y caminaba inclinado, producto de las torturas a que fue sometido.

            Mario Jacinto Márquez -ex Alcaide de la Cárcel de San Antonio y que declarara tanto ante la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación como ante el 1° Juzgado del Crimen de San Antonio, en 1990 y 1991 respectivamente- es otro testigo de la permanencia del afectado en dicho recinto penal. El testigo expuso que, el 11 de septiembre de 1973, alrededor de las 17 horas, tuvo que presentarse en el Regimiento de Tejas Verdes. Allí, el Comandante y Gobernador Provincial, Manuel Contreras Sepúlveda, a la sazón Coronel de Ejército, le indicó, verbalmente, que continuara en su cargo de Alcaide de la Cárcel, diciéndole que, a partir de ese momento, comenzarían a llegar "prisioneros de guerra" y que, por tanto, los presos comunes debían ser evacuados a la Cárcel de Melipilla. Con el transcurso de los días, el penal, que tenía una capacidad para recibir a 180 presos, se atiborró de detenidos, llegando a albergar a unas 300 personas.

            En un comienzo -señaló el declarante- las cosas no eran demasiado ordenadas en cuanto al ingreso de detenidos, los que traían una orden firmada por el Fiscal Militar David Miranda. Sin embargo, después se les empezó a ingresar en los registros de acuerdo a las reglas generales de Gendarmería. Todos los días personal del Ejército sacaba a determinado número de detenidos para trasladarlos al Regimiento de Tejas Verdes. El traslado lo efectuaba una patrulla militar al mando del suboficial Carranca, muchas veces participó también el Fiscal Miranda. Se movilizaban en jeeps, camiones y camionetas frigoríficas que eran de propiedad de las dos pesqueras que había en la zona. Como norma general se encapuchaba a los detenidos. Luego la costumbre se fue perdiendo porque también comenzaron a sacarlos para borrar las consignas políticas que se pintaba en la calle. Cuando los presos retornaban de los interrogatorios en Tejas Verdes, lo hacían hechos "una calamidad" y los funcionarios de Gendarmería se convirtieron en "el paño de lágrimas" de ellos.

            El establecimiento penal era visitado continuamente por Manuel Contreras Sepúlveda y por el Fiscal David Miranda. También solían llegar un Teniente de apellido Carevic y un Oficial de apellido Quintana. En una oportunidad, el testigo conversó con Manuel Contreras respecto al estado en que volvían los detenidos desde Tejas Verdes, pero éste no manifestó interés alguno en escucharlo. Situación similar se produjo cuando se decidió el fusilamiento de dos carabineros de Algarrobo, dentro del recinto penal. Mario Jacinto Márquez se opuso a que la ejecución se realizara en dicho lugar. Sin embargo, el ex jefe de la DINA determinó lo contrario.

            En cuanto a Luis Norambuena, Márquez recuerda que efectivamente estuvo en la Cárcel de San Antonio y que mostraba huellas de malos tratos. En una oportunidad fue sacado para Tejas Verdes y no retornó.

            También existen testigos de la permanencia de Luis Norambuena Fernandois en el Regimiento de Tejas Verdes.

            Amador Arturo Aguila Maturana fue detenido el 27 de septiembre de 1973 por efectivos de Investigaciones y del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), dirigidos por el Jefe de Investigaciones, Valdés y por el Capitán de Ejército Mario Jara. Declara que conducido a Tejas Verdes, en donde se le sometió a diversas torturas. Una noche, durante los primeros días de octubre de 1973, alrededor de las 24 horas, cuando el testigo regresaba de un interrogatorio, fue introducido en la construcción que hacía las veces de comedor. Ahí vio a un grupo de detenidos a los que tenían separados del resto. Los militares prohibieron hablar con ellos porque, según dijo un soldado de apellido Ahumada, iban a salir en libertad. El grupo estaba compuesto por Luis Norambuena, Ceferino Santis Quijada, Gustavo Farías Vargas, Florindo Alex Vidal Hinojosa, Víctor Fernando Mesina Araya y Jorge Luis Ojeda Jara. Al día siguiente, estas personas ya no estaban en el Campamento, llamándole la atención al resto de los detenidos que la ropa de Gustavo Farías aún permanecía en su cabaña.

            Luis Alberto Sepúlveda Carvajal, quien en 1973 era funcionario del Instituto Médico Legal de San Antonio, desempeñándose como Auxiliar del Médico Legista, doctor Julio Berdichesky, declaró ante el 1er. Juzgado del Crimen de San Antonio en 1991. Expuso que el 23 de septiembre de 1973 lo requirieron desde la morgue, ubicada en el Hospital Local. Al presentarse en su lugar de trabajo, vio seis cuerpos en el suelo, uno encima de otro, entre los que estaban los cadáveres de cuatro dirigentes marítimos del Sindicato de Estibadores de San Antonio (Héctor Rojo Alfaro, Samuel Núñez González, Armando Jiménez Machuca y Guillermo Alvarez Cañas), de un dirigente socialista, Raúl Enrique Bacciarini Zorrilla y de Fidel Alonso Bravo Alvarez. (Todos ellos habían sido vistos en muy malas condiciones físicas, recluidos, entre otros recintos, en el Regimiento de Tejas Verdes). Los cadáveres -según lo constató el testigo- estaban casi destrozados por heridas de arma blanca y los impactos de bala que presentaban, por su trayectoria, inequívocamente habían sido hechos post-mortem y con los cuerpos en el suelo. Dado la situación, el doctor Berdichesky se comunicó telefónicamente con el Regimiento Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes, en donde se le señaló que sólo les interesaba legalizar las defunciones, que no practicara autopsia, que la data de muerte era el 22 de septiembre de 1973, a dos kilómetros al sur del Retén Atalaya, y que los cuerpos debían salir directamente al Cementerio, con un intervalo de una hora cada uno y con un acompañamiento no superior a tres personas por cadáver. Oficialmente se informó que los detenidos habían intentado fugarse cuando eran trasladados a Bucalemu.

            Al día siguiente, el doctor Berdichesky le contó al testigo que había sido llevado al Regimiento de Tejas Verdes, en donde lo obligaron a cambiar el informe médico, borrando la parte relativa a las heridas a arma blanca y poniendo en su lugar heridas por balas de guerra.

            El 27 de septiembre de 1973, el auxiliar del médico legista Luis Alberto Sepúlveda fue detenido por militares y conducido a Tejas Verdes en una camioneta de la Pesquera Arauco. Fue introducido en una oficina en la que se encontraba el Juez del Crimen de San Antonio, Patricio Bravo Larraín, el Comandante del Regimiento, Manuel Contreras, y un civil que le dijo a éste último que lo hacía responsable de la suerte del declarante. El testigo fue sometido a torturas y el Fiscal David Miranda le dijo a su cónyuge que lo habían detenido por falsear informes de autopsia. Mientras permanecía en Tejas Verdes, vio, entre otros, a Gustavo Farías, a Florindo Alex Vidal y a Ceferino Santis, metidos en unos "nichos" que se hacían con estructuras metálicas que eran utilizadas para los puentes. En los primeros días de octubre, en la noche, el testigo fue subido a una camioneta, a la que también subieron a Norambuena, Santis, Farías y Vidal, y a otras personas que el declarante no recuerda. Se trataba de una camioneta perteneciente a la Pesquera Arauco, de las que usaban para el transporte del pescado. El testigo alcanzó a conversar con el afectado y éste le dijo que los iban a matar. Cuando el vehículo se ponía en marcha, los militares bajaron al declarante y le dijeron "por el bien tuyo y por el de nosotros, tú no has visto nunca esta camioneta".

            Arturo Florencio Farías Vargas -hermano del detenido desaparecido Gustavo Farías Vargas- fue detenido el 15 de septiembre de 1973, cuando se presentó en el Regimiento de Tejas Verdes, después de haber sido llamado por Bando. Estando en la Cárcel de San Antonio, el 16 de septiembre, cerca de las 21 horas fue sacado de su celda y conducido, en una camioneta station wagon, junto a Luis Norambuena, Ceferino Santis, a Jorge Cornejo Carvajal y a Patricio Rojas González (estos dos últimos fueron ejecutados el 18 de noviembre de 1973), hasta las dependencias del Cuartel de Investigaciones de San Antonio, en donde fueron interrogados por separado. Alrededor de las 4 de la mañana del 17 de septiembre, fueron devueltos al establecimiento penal, quedando en celdas de castigo e incomunicados, Norambuena, Santis, Rojas y Cornejo. Posteriormente, en los primeros días de octubre de 1973, Arturo Farías fue llevado nuevamente desde la Cárcel de San Antonio a Tejas Verdes, alrededor de las 24:00 horas, siendo interrogado durante toda la noche. De amanecida, fue sacado al patio donde estacionaban los vehículos. Allí había dos grupos de detenidos, siendo llevado a uno de ellos en el que había cinco personas, en esos momentos un Sargento dijo "el detenido no va con el Comandante", de modo que el testigo fue llevado al otro grupo de recluidos. En el primero de éstos, Arturo Farías reconoció a su hermano, Gustavo Farías, el que se notaba muy agotado, igual que el resto; a Luis Norambuena, quien vestía una parka roja y bluejeans; a Ceferino Santis; a Florindo Alex Vidal Hinojosa, y a Jorge Ojeda Jara, a quien le habían quebrado la columna durante las torturas. El declarante no volvió a ver a ninguno de ellos.

            Esta fue la última vez en que se vio a ese grupo de detenidos. (NOTA: en este grupo se encontraba una sexta persona: Víctor Mesina Araya).

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

            El 6 de febrero de 1991, la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación remitió antecedentes al 1° Juzgado del Crimen de San Antonio, acerca de 21 casos de desaparecimientos y homicidios ocurridos en el Campamento de Detenidos del Regimiento Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes, del que, en 1973, era Comandante Manuel Contreras Sepúlveda. Entre los casos presentados estaba el de Luis Fernando Norambuena Fernandois. Se instruyó así la causa rol N°51.071-11, por presunta desgracia y otros, el 22 de febrero de 1991. El proceso se inició con la citación a comparecer a todas las personas que declararon ante la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. Posteriormente se realizaron numerosas diligencias. En el caso particular del afectado, el 22 de mayo de 1991 se interpuso ante este Tribunal una querella por secuestro agravado y presunto homicidio calificado cometidos en la persona de la víctima.

            En la presentación, junto con relatarse las circunstancias que rodearon la detención y desaparición de Luis Norambuena, se solicitó la citación a testigos de reclusión del afectado y distintos oficios destinados a recabar información relativa a su posible destino. De esta manera, durante 1991 las diligencias se centraron en tomar declaraciones a los testigos, cuyos testimonios establecieron la permanencia de la víctima en la Cárcel de San Antonio, su interrogatorio en el Cuartel de Investigaciones de dicha ciudad, las torturas a que fue sometido y su desaparición desde el Regimiento de Tejas Verdes.

            En su aspecto general, durante la tramitación del proceso, se solicitó, en noviembre de 1991, la remisión del sumario que se ha llevado en el Colegio Médico en contra del doctor Vittorio Orvieto, reconocido por numerosos testigos como torturador en Tejas Verdes. También se pidió la comparecencia de Nelson Valdés Cornejo, en 1973, Segundo Jefe de Investigaciones de San Antonio y quien fuera reconocido como interrogador. Además se pidió que se citara a Roberto Araya Silva, locutor de Radio Sargento Aldea y que fue visto con uniforme militar acompañando al ex jefe de la DINA, Manuel Contreras.

            El 17 de diciembre de 1991, compareció ante el Tribunal, Nelson Patricio Valdés Cornejo, quien reconoció su Jefatura en Investigaciones de San Antonio, pero negó su participación en torturas y detenciones. Dijo haber concurrido al Regimiento de Tejas Verdes sólo para constatar si entre los presos políticos había algún delincuente habitual. Señaló que era fácil ser reconocido porque había sido Presidente de un Club Deportivo de Cartagena.

            Se realizaron además una serie de gestiones por los distintos casos en investigación y a diciembre de 1991, la causa aún se encontraba en tramitación y con diligencias pendientes.