Galvez Rivadeneira Guillermo


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Rut : 1.905.224-9

Fecha Detención : 28-07-1976
Lugar Detención : Santiago


Fecha Nacimiento : 20-10-1926 Edad : 49

Lugar Nacimiento : San Bernardo – RM

Actividad Política : Partido Comunista (PC)
Actividad : Periodista

Estado Civil e Hijos : soltero
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :Informe Rettig

Categoría : Antecedentes del Caso

GUILLERMO GALVEZ RIVADENEIRA

En el mes de julio de 1976, comenzó una batida contra diversos militantes del PC vinculados con la actividad tipográfica.

El 15 de julio de 1976 fue detenido en la vía pública, después de participar en una reunión en la Vicaría Sur, el linotipista, dirigente gráfico del departamento juvenil de la CUT y militante de las JJCC, José Vicente TOLOSA VASQUEZ, y desde ese día no se han vuelto a tener noticias acerca de su paradero.

El 21 del mismo mes fue detenido en su domicilio el tipógrafo y secretario del Sindicato Unico de la Editorial Gabriela Mistral, Guillermo Albino MARTINEZ QUIJON, por agentes de la DINA que lo trasladaron hasta Villa Grimaldi, lugar desde el cual se le perdió el rastro.

El 23 de julio de 1976, fue detenido en la vía pública el linotipista y dirigente estudiantil del PC Juan Luis QUIÑONES IBACETA, perdiéndose desde esa fecha todo rastro.

El 28 de julio de 1976 fue detenido a la salida del Círculo de Periodistas el periodista y presidente del Sindicato Unico de la Editorial Quimantú, Guillermo GALVEZ RIVADENEIRA, también militante comunista y de quien no se ha vuelto a saber.

La Comisión está convencida de que la desaparición de todas estas personas fue obra de agentes del Estado, quienes violaron así sus derechos humanos.

 


Guillermo Gálvez: Secuestro en La Taberna

Fuente :derechos.org 9/11/2001

Categoría : Prensa

por Virginia Vidal en colaboración con Lidia Baltra y Ernesto Carmona(*)

 

Nombre
Guillermo Gálvez Rivadeneira

Lugar y fecha de nacimiento
San Bernardo, 20 de octubre de 1926

Especialidad
Como periodista desempeñó desde el modesto puesto de reportero (agencia ORBE) hasta el de director de un medio (revista Hechos Mundiales).

Lugar y fecha de muerte
Detenido desaparecido, secuestrado bajo engaño desde La Taberna del Círculo de Periodistas de Santiago, el 28 de julio de 1976.

Actividades
Militante del partido Comunista, fue presidente del Sindicato Técnico de Editorial Quimantú.

Situación judicial (1996)
Causa radicada en el Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, Rol 86549-b. La Corte de Apelaciones sobreseyó temporalmente el 11/11/1977.

Guillermo Gálvez Rivadeneira departía con unos colegas en La Taberna, el bar del Círculo de Periodistas, cuando desapareció para siempre, el 28 de julio de 1976, cerca de las 21 horas.

Los recuerdos difusos–pasaron 20 años– que conserva Heriberto Carrasco, Carrasquito, el mesonero que lo atendió esa noche, relatan que dos individuos de vestimenta ordinaria lo saludaron cordialmente, bebieron con él un trago y lo sacaron tranquilamente del recinto, bajo engaño. Se dice que los sicarios fingieron ser "periodistas de Rancagua que traían un recado urgente ". Probablemente, a la salida lo emboscaron y lo metieron a un vehículo o al local de la DINA de la callejuela Nueva Amunáteguí, frente al edificio del Círculo.Su desaparición causó muchas conjeturas. Algunos parientes creyeron que abandonó el país, otros sugirieron una fuga "con otra mujer". Sólo su hija Lucía tuvo certidumbre sobre su verdadero destino.Quienes lo trataban en La Taberna lo recuerdan como un hombre serio y discreto. Involucrado, quizás, en tareas más importantes, poco participaba de las charlas sobre la coyuntura. Se abstenía de emitir opiniones, comentar chismes y de intervenir en el chaparrón de calificativos propios del análisis de bar.María Bañados lo evoca como un devoto tanguero que concurría frecuentemente a su casa a largas sesiones de música porteña. Ernesto Car- mona recuerda que en los '60 presenciaron juntos cómo dos fornidos periodistas de La Ruca(1) dirimieron a puñetazos sus severas diferencias personales y políticas, utilizando como ring el enorme hall del ministerio de Economía. Al estallar el inusitado match, Gálvez decidió también no intervenir y presenciarlo, observando salomónicamente: "Ambos están parejos, tienen más o menos el mismo peso y estatura ".

Testimonio de Hugo Cabezas

Uno de sus buenos amigos, el periodista Hugo Cabezas, lo describe como un padre y jefe de familia de gran responsabilidad:

"Estuvo casado en primeras nupcias con una mujer muy agradable que llamaba "la Gringa", con quien compró una propiedad en la Villa Santa Carolina, tema que se relaciona con lo ocurrido el día en que desapareció. En la esquina de Matías Cousiño con Moneda, saliendo de nuestro trabajo en el boletín económico que editaba Lautaro Insinilla, me pidió que le gestionara el pago semanal porque pensaba viajar a La Serena".Cabezas, que también tiene un hijo desaparecido, hizo la gestión, pero Gálvez nunca se presentó a retirar el dinero. La separación de Gálvez y "la Gringa" fue muy amistosa, pero lamentablemente la dama falleció. "El quería que los hijos de ambos heredaran esa casa en Santa Carolina, porque, decía, les correspondía en justicia". Pero necesitaba hacer trámites en La Serena, donde residían los familiares de su ex esposa y reposaban sus restos.Hugo Cabezas: "El día lunes de esa semana me pidió la gestión de la plata porque pensaba viajar el jueves; el miércoles le informé que estaba todo arreglado. «Ay, que bueno viejo–me dijo–, entonces viajo mañana y regreso el sábado. Tú te encargas del boletín». A la salida me invitó al Círculo, a tomar un trago para conversar, pero me excusé porque tenía compromisos familiares. Nos despedimos, pero jamás me imaginé que sería la última vez que lo vería. Al día siguiente pregunté varías veces si Guillermo había retirado su plata; siempre me contestaron que no. El viernes llamé a su señora, que tenía la misma preocupación. «Me estoy empezando a desesperar», me contestó."Después supe la espantosa verdad. En La Taberna se habría encontrado con unos colegas de Rancagua. Tomaron unas copas y partieron juntos. Pero años después el Colegio investigó, comprobando que no eran amigos, ni menos periodistas. Con quienes estuvo forzosamente fueron los verdugos que lo llevaron a la muerte".

Testimonio de Jorge Babarovic

La personalidad de Guillermo Gálvez fue muy conocida por el periodista Jorge Babarovic, camarada de su cofradía, vicepresidente de la Asociación Nacional de la Prensa (1996):

"Solíamos encontrarnos todos los 14 de julio, día de la revolución francesa, para recordar a un amigo fallecido, el periodista Mario Vargas Rosas. En 1976 Gálvez acudió por última vez a la reunión anual de nuestra cofradía, unida por el recuerdo de un amigo de gran calidad humana e integrada en su mayoría por periodistas de la vieja guardia: Reinaldo Lomboy, el autor de la novela Ranquil; el dibujante Carlos Ruiz, el periodista Hugo Cabezas, radical y masón que en la dictadura sufriría la desaparición de un hijo; Juan Lenin Araya, Fernando Opazo, Mario Mercado, Franklin Quevedo, Raúl Iturra Falcka y otros."Nuestra peña sobrevivió a todos los sectarismos. Disfrutaba la tertulia en los bares «Ciro's» y «La Unión Chica»; con pluralidad esencial. Existía la más absoluta confianza, grande fue nuestra amistad, pero poco hablábamos de nuestra vida privada. En los comienzos de la dictadura, Franklin estuvo preso en Chacabuco, salió del país y ya no estaba. Mucho nos afectó la desaparición del hijo de Cabezas, quien –antes de la tragedia– visitó al abogado Jorge Ovalle para consultarle la conveniencia de sacar al joven del país, pero éste le dijo: «No te preocupes, a tu híjo no le va a pasar nada». El muchacho desapareció para siempre… En julio de 1976, ocasión en que nos reunimos con Jaime Atria, Gálvez me confidenció que lo estaban siguiendo y que se sentía preocupado. Me parece que en ese tiempo era dirigente del comité central del PC."Conocía Guillermo en La Voz del Sur, radio que dirigí en Punta Arenas. Recuerdo que José Miguel Varas me entregó el cargo cuando se fue a Praga. Guillermo Gálvez, quien llegó a la ciudad austral en la década de los '60, era un gran periodista. Nuestro equipo (también estaban Antonio Benedicto y Fernando Reyes Matta) hacía un periodismo nuevo para Magallanes, a través del programa Impactos. Después del golpe, cuando Gálvez quedó cesante, desde Santiago hizo pitutos magazinescos para La Prensa Austral. Además, editábamos un horóscopo anual, un libraco grueso que hizo Guillermo y que Hugo Cabezas vendía en los quioscos".En la semblanza de Babarovic, Guillermo Gálvez era aparentemente serio, pero poseía un gran sentido del humor. "Le gastábamos muchas bromas porque fue un Joven militante radical en La Serena ", recordó. "Gálvez fue también director de Hechos Mundiales, revista de grandes temas históricos y culturales, donde sucedió a Edwin Harrington cuando la revista, que era de Zig-Zag y se llamaba Sucesos, pasó a ser editada por Quimantú…"

 

Testimonio de su hija.

Lucía Gálvez, una mujer bella, muy sensible, soltera y en la plenitud de la vida, recuerda a su padre con la pasión de Electra:

"Mi padre estaba sin trabajo cuando mi mamá ("la Gringa") murió de un derrame cerebral, en La Serena, en marzo de 1976. Yo tenía veinte años, había dejado la universidad por falta de recursos. Venían los preparativos del primero de mayo y sabía a mi padre muy ocupado. Un día le pregunté "¿por qué estás triste?" y me respondió: «Hija, entre menos sepa, mejor para usted". Le dije de nuevo: "estás preocupado". «Muchos de mis amigos ya no están, cada vez van quedando menos», me respondió. «Nunca he pensado en irme del país. Pero de irme, tendría que unificar la familia. Nunca me iría sin todos mis hijos», agregó. Fue padre soltero y tenía una hija casada, Gladys Amada, con una hijita de un año, así que ya era abuelo; nosotros éramos tres: Guillermo, Alfredo y yo".El papá tenía una nueva señora, con dos hijos pequeños, María Teresa y Patricio. Pero los hijos de la Gringa resistieron todas las presiones familiares para seguir viviendo juntos."Los tres hermanos decidimos no separarnos, porque la familia de mí madre quería repartirnos en distintas casas. En ese tiempo, Papá pasaba un día con nosotros y un día afuera. Ese día, me anunció que necesitaba un remedio y que pasaría la noche con nosotros. Siempre cumplía su palabra. Me dijo: «Voy al Círculo de Periodistas a hablar con la doctora para conseguirme un remedio y me iré después». Dieron las nueve, las diez, las once, las doce de la noche. Ya había pasado el toque de queda. Sentí pena: «Mi papá me dejó de lado». Al otro día, llamé a un lugar donde podía dejarle recados o recibir los suyos: «No, no está, no ha venido». Fui a una oficina donde podían tener noticias: «Lo ha llamado mucha gente, pero no lo hemos visto». Llamé a la casa de su madre. Se asustó. Un hermano de papá llamó desde Alemania. Al fin, sus hermanas Mireya y Gladys denunciaron su desaparición en la Vicaría, luego de recorrer hospitales y postas. Papá tenía muchos primos militares por parte de su madre, todos oficiales, como Abarzúa Rivadeneira y el contador Rivadeneira. Sufrí mucho cuando algún pariente sugirió que nos había dejado para irse con otra mujer…"Recuerdo cómo le encantaba la ópera. Cuando chicos, nos contaba cuentos con el argumento de una ópera que después escuchábamos. Mi abuelita materna era inglesa y él disfrutaba mucho hablando con ella en inglés. Le gustaba mucho escribir. Había terminado unos libros, novelas; no supimos dónde quedaron. Su hobby era la carpintería. El mismo se hizo su banco muy completo para trabajar y a nosotros, mesas y bancos. ¡Tenía unas manos tan lindas! Desde chica, lo acompañaba cuando salía y una vez me impresionó oír a una mujer alabarle sus manos."Muy amante de todos sus niños, no hacía diferencias con ninguno. Compartí con él. Me llevaba a ver a los Beatles en El submarino amarillo. Con mis hermanos jugaba al trompo y encumbraba volantines. Era alegre, sociable. Cantaba tangos en las reuniones familiares. Le gustaba cocinar los domingos: se ponía un delantal, se hacía un gorro cocinero de papel y preparaba un estofado y una ensalada chilena."En casa siempre se conversaba y se discutía, todos teníamos derecho a voz y voto. No nos metía ideas, pero nos enseñaba con el ejemplo y nos hacía ver cosas. Una vez, compró hartos juguetes y yo me enfurruñé cuando supe que no eran para mí, pero me llevó donde unos niños muy pobres y le ayudé a repartirlos…"Su desaparición no me convencía. Inventé un padre fantasma y cuando me invitaban amigos o pretendientes, decía: "No puedo, me está esperando mi papá". O bien: "No puedo salir, porque mi papá está en la casa". Hasta le inventé otra profesión. Cuando me preguntaban a qué se dedicaba, decía: "El es escritor". Comencé a trabajar como secretaría en el Colegio de Periodistas en 1981 y en 1986, cuando mataron a Pepe Carrasco, caí enferma. No podía creer en tanta maldad. Pensaba que la dictadura iba a ser eterna. En el gobierno de Aylwin, cuando se hallaron los primeros huesos de los desaparecidos, me di cuenta que habían pasado dieciséis años y no había nada qué hacer. Supe que estaba muerto y grité: " ¡Habría sido preferible que nos hubieras abandonado, como decían muchos!" Entonces me llegó su eco: «Sólo muerto me sacan del lado de mis hijos»…"

Testimonio de Lidia Baltra

La periodista Lidia Baltra conoció a Guillermo Gálvez en la Editora Nacional Quimantú (ex Empresa Editora ZigZag), durante los tiempos de la Unidad Popular. Fue la última directora de Telecrán: los nuevos directivos eliminaron la revista por estimar que "no concordaba con su concepción programática para una editorial socialista". Lidia, quien conserva muy vivos los recuerdos de toda esa época, pasó a desempeñarse en el recién creado departamento de Documentación (ex Archivo de fotos) , que dirigía la periodista brasileña María Teresa Moraes:"Gálvez presidía el Comité de Unidad Popular (CUP) y yo era encargada de la Izquierda Cristiana en la empresa. Era gordito, de mediana estatura, ojos cafés grandes y una mirada bondadosa y tranquila. Se le conocía como una persona trabajadoray seria. Dirigía "Hechos Mundiales" (nuevo nombre de la revista "Sucesos", creada en otro tiempo por el colega Edwin Harrington). Nunca perdía su tiempo: escribía, editaba y le preocupaba todo lo que acontecía en la empresa. Como presidente del CUP no era insistente con los instructivos políticos –al menos, en los tiempos más normales del período– y nos dejaba hacer y trabajar a cada uno en lo suyo."Aquella mañana del 11 de septiembre, llegué a la empresa a la hora que se pudo –dadas las circunstancias–luego de escuchar por la radío lo que estaba aconteciendo. Con mis compañeros de Documentación mirábamos, entre nerviosos y consternados, cómo unos tanques se ubicaban en los jardines de la Plaza Italia, frente a la Avenida Santa María, y se instalaban apuntando sus cañones directamente a Quimantú, evidentemente un objetivo clave como centro editorial de un gobierno "camino al socialismo", cuyos libros se vendían en los quioscos por menos que un paquete de cigarrillos."Ese día, Guillermo recorrió las dependencias de la empresa ordenando que todos permaneciéramos en nuestros puestos. Pasaban las horas y lo único que hacíamos era escuchar la radio, censurada e intervenida por los militares, mientras la amenaza de bombardeo se cernía sobre La Moneda. Mí marido, Claudio Verdugo, volvió por mí en cuanto pudo. Cerca del mediodía baje a la calle, donde me esperaba, y le dije con voz firme: "Hay que quedarse". Con gesto grave, me respondió que también se sumaría y reingresamos juntos a la empresa."Guillermo Gálvez estaba precisamente en las oficinas de Documentación, repitiendo las últimas instrucciones de la Central Única de Trabajadores: todos debíamos permanecer en nuestros puestos de trabajo. Claudio preguntó: «¿Con qué contamos para defendemos, compañero?» Gálvez lo miró sorprendido y, luego de vacilar un poco (como diciendo «¿qué te esperabas?»), le respondió secamente: «Con nada, pues, compañero»."Nos regresamos a casa. Varios colegas, en cambio, fueron a buscar frazadas y volvieron para quedarse. .. hasta el otro día, en que tuvieron que abandonar la empresa por orden de las mismas directivas sindícales. Pasaron los días, las semanas y los meses. Un equipo de golpistas –uno de cuyos cabecillas fue Hernán Errázuriz Talavera–, comenzó la «razzia» de trabajadores de Quimantú. Nos despedía con órdenes perentorias y desagradables. A algunos de inmediato, según el temido artículo 38 (que automáticamente catalogaba de «extremista»), como sucedió con Diana Arón, periodista de la revista «Onda»; a otros, nos mandó de vacaciones mientras investigaban más a fondo nuestros papeles; y otros, por cierto, se quedaron en sus puestos. Quimantú cambió radicalmente su linea editorial, transformada en Editora Nacional Gabriela Mistral, bajo el mando de Diego Barros Ortiz, comandante de aviación (retirado) y… escritor."Guillermo Gálvez quedó cesante de inmediato, pero siguió dirigiendo una célula de periodistas comunistas en la clandestinidad. Un día, una de sus miembros le dijo que no podía continuar en el país, desempleada y poniendo a sus hijos en peligro con sus acciones de resistencia, y que debería irse. A diferencia de muchos dirigentes políticos de la época, Guillermo la escuchó atentamente y sin rebatirle sus razones, se limitó a decirle que mejor era quedarse y seguir en la lucha, pero que si ésa era su opción, la iban a echar mucho de menos por sus valiosos aportes."Pasaron los años y un día de 1976 me tropecé en la calle con un ex compañero de Quimantú, Jimmy Smith, dibujante y diseñador gráfico ya fallecido. En el ritual del intercambio de información que hacíamos en cuanto nos encontrábamos con algún amigo, Jímmy me dijo que sabía de buena fuente que la DINA buscaba a Gálvez, obviamente para detenerlo. Como nos enteramos que en esos días descansaba en las cabanas del Círculo en El Tabo, llegamos hasta allá una noche para avisarle. Lo encontramos muy tranquilo, departiendo con un colega que no conocíamos. Cuando le explicamos lo que sabíamos, con su tranquilidad habitual se encogió de hombros, dijo que no se ocultaría ni se iría, y que si lo detenían, lo detenían. Esta fue la última vez que lo vi.''Claudio se lo topó días después en el "Café Do Brasil" de Bandera y Huérfanos, cerca de los Tribunales. Estaba acodado en el mesón, aparentemente solo. Al comprar su vale para el café, Claudio lo saludó de lejos, moviendo la cabeza y sonriéndole, pero Guillermo lo traspasó con la mirada, sin hacer el menor gesto. De inmediato, Claudio comprendió que lo tenían detenido y, como solían hacerlo, lo paseaban para que reconociera a sus camaradas. Mi marido sorbió su café rápidamente, sin mirarlo, y salió desesperado por contar lo que había visto a quien pudiera hacer algo. Pero estábamos en 1976 y poco había que hacer. El Colegio de Periodistas estaba dirigido mayoritariamente por simpatizantes del golpe. Sólo sus familiares podían recurrir al Comité Pro Paz, del Cardenal Raúl Silva Henríquez, para informar su desaparición, cosa que hicieron".

(1) Sede de la fuente del Sector Económico.

Virginia Vidal es periodista y escritora, colaboradora de las revistas Punto Final y Mensaje, reportera de El Siglo en 1966, autora de varios libros. Premio de Novela "María Luisa Bombal" y Premio Municipal de Literatura.

Lidia Baltra es periodista, directora de Telecrán (1970/71), editora de opinión en La Nación (1990/92) y dirigente del Colegio Nacional de Periodistas (1992/94).

Ernesto Carmona es periodista y editor.

Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 09nov01


ESTÁS AQUÍ: HOME / DECLARACIÓN PÚBLICA por muerte de Manuel Contreras

Fuente :colegiodeperiodistas.cl 18/08/2015

Categoría : Prensa

Ante la muerte de Manuel Contreras Sepúlveda, director de la Dirección de Inteligencia Nacional de la dictadura militar de Augusto Pinochet y responsable de innumerables crímenes perpetrados en dicho período por el régimen, el Colegio de Periodistas  de Chile siente un deber recordar que fue, además, el autor intelectual de diversos montajes que buscaron no sólo legitimar sus crímenes ante la opinión pública sino también denostar y construir una imagen deleznable de miles de chilenos por pensar distinto
 

Los periodistas sufrimos el embate de la dictadura militar desde sus inicios no sólo con el cierre de los medios de comunicación sino que con prisión, tortura y muerte. Entre los nuestros hay víctimas directas de Manuel Contreras, es por eso que recordamos hoy a GUILLERMO GALVEZ RIVADENEIRA , secuestrado desde la sede del Colegio de Periodistas, en julio de 1976 por agentes de la DINA y cuyo paradero aún se desconoce.

Aunque Contreras Sepúlveda murió condenado a 526 años de cárcel por 75 secuestros, 3 homicidios, 2 delitos de asociación ilícita y 1 de sustracción de menores, quedando muchos de sus crímenes aún sin esclarecer y sin condena, no es menos cierto que gozó de privilegios hasta el día de su deceso.

A través de los tribunales de ética del Colegio de Periodistas de Chile y como el principal organismo de representación de los periodistas de nuestro país, estamos decididos a la búsqueda de verdad y justicia. Es en tal perspectiva que se enmarcan los juicios éticos que han concluido con la expulsión de Agustín Edwards y con la sanción en otros casos de derechos humanos junto con el emplazamiento realizado al Ejecutivo para que avance decididamente en dar señales férreas de justicia, como el cierre de la cárcel de Punta Peuco, la degradación de los militares condenados en casos de violaciones a los derechos humanos, el alzamiento del secreto de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, entre otras; colaborando con el esclarecimiento de la verdad y el fin de la impunidad de las Fuerzas Armadas.
 

Nuestra Carta Ética nos mandata en su artículo primero que “los periodistas están al servicio de la sociedad, los principios democráticos y los Derechos Humanos. En su quehacer profesional, el periodista se regirá por la veracidad como principio, entendida como la entrega de información responsable de los hechos. El ejercicio del periodismo no propicia ni da cabida a discriminaciones ideológicas, religiosas, de clase, raza, género, discapacidad en todas sus formas, ni de ningún otro tipo, que lleven a la ofensa o menoscabo de persona alguna, o atenten contra la veracidad de los acontecimientos”. 

Sea hoy el momento de recordar este importante precepto que debe ser la guía de nuestro ejercicio profesional.


La burocracia. Colección Nosotros los chilenos N°44 Gálvez Rivadeneira, Guillermo ( 1926-1976 )

Fuente :uberlibro.com sin fecha

Categoría : Prensa

Editorial: Quimantú, Santiago de Chile, 1973

Librería: Librería Monte Sarmiento (Santiago, SANTI, Chile)

https://www.iberlibro.com/


Corte Suprema confirma condena contra agentes de la DINA por secuestro calificado de ocho víctimas que pasaron por Villa Grimaldi y cuartel Simón Bolí

Fuente :elclarin.cl 16/06/2021

Categoría : Prensa

La Corte Suprema rechazó los recursos de casación en el fondo deducidos en contra de la sentencia que condenó a cuatro agentes de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), por su responsabilidad en los delitos de secuestro calificado de José Vicente Toloza Vásquez,GUILLERMO GALVEZ RIVADENEIRA , Guillermo Albino Martínez Quijón, Hugo Ernesto Vivanco Vega, Alicia Herrera Benítez, Óscar Orlando Ramos Garrido, Óscar Arturo Ramos Vivanco y Nicolás Hugo Vivanco Herrera, todos crímenes perpetrados entre julio y agosto de 1976, en la Región Metropolitana.

En fallo unánime la Segunda Sala del máximo tribunal  confirmó la sentencia que condenó a Juan Hernán Morales Salgado, Pedro Octavio Espinoza Bravo, Rolf Wenderoth Pozo y Ricardo Lawrence Mires a 20 años de presidio, en calidad de autores de los ocho secuestros.

En la sentencia de primer grado, el ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Leopoldo Llanos Sagristá, dio por establecidos los siguientes hechos:La DINA, mantuvo entre los años 1974 y 1977 el centro clandestino de detención denominado ‘Cuartel Terranova’ o ‘Villa Grimaldi’, ubicado en Avenida José Arrieta N° 8200 de la comuna de Peñalolén, Región Metropolitana, en donde operaba un grupo de agentes que constituían Brigadas y Grupos Operativos (como las Brigadas ‘Caupolicán’ y ‘Purén’, y los grupos ‘Halcón’, ‘Águila’ y ‘Mehuín’) quienes, con conocimiento del Director del organismo y del Presidente de la Junta de Gobierno y ostentando diversos grados de jerarquía en el mando, ordenaron algunos y ejecutaron otros capturas de personas militantes o afines a partidos políticos o movimientos de izquierda, a quienes encerraban, ilegítimamente, en el lugar, doblegándolos bajo tormento físico, de variada índole, con el objeto de obligarlos a entregar información sobre otras personas de la izquierda política para aprehenderlas. En enero de 1975 ‘Villa Grimaldi’ pasó a convertirse en el centro de operaciones de la Brigada de Inteligencia Metropolitana, que ejercía represión interna en Santiago. A ‘Villa Grimaldi’ se llevaba a los detenidos para sus primeros interrogatorios y se les aplicaba distintas formas de tortura; también se recluía allí a los prisioneros a quienes ya se les había interrogado y torturado, por largos periodos, a la espera de la decisión sobre su suerte. Se les mantenía ininterrumpidamente con la vista vendada, en deficientes condiciones higiénicas y con escaso alimento. Los lugares más característicos donde se mantenía a los prisioneros eran los siguientes: ‘La Torre’, ‘Casas Chile’ y ‘Casas Corvi’.Asimismo, la DINA mantuvo, desde fines de 1975 y al menos durante todo el año 1977, el Cuartel ‘Simón Bolívar’, ubicado en calle Simón Bolívar Nº 8.630, comuna de La Reina, recinto en que operaba la brigada denominada ‘Lautaro’, cuya principal función, además de labores represivas de detención de disidentes políticos, era de protección del Director de la DINA, Manuel Contreras Sepúlveda, y de su familia. Esta brigada era dirigida por el Mayor de Ejército Juan Morales Salgado, quien además era el jefe del cuartel, y que estaba bajo la estricta supervisión del Director de la DINA, quien, además, era su calificador directo.

En el año 1975 se produjo una restructuración de las Brigadas y grupos operativos que tenían como cuartel la ‘Villa Grimaldi’, fusionándose las agrupaciones a cargo de los capitanes de Ejército, Germán Barriga Muñoz, y de Carabineros, Ricardo Lawrence Mires, e integradas por numerosos agentes pertenecientes a distintas ramas de las Fuerzas Armadas y Carabineros, y cuya denominación habría sido brigada o agrupación ‘Delfín’. El propósito de esta brigada fue la represión del Partido Comunista, realizando labores de seguimiento y detención de dirigentes y militantes que ese Partido, las que se verificaron durante todo el año 1976. De este modo, durante dicho período se procedió a la captura de decenas de militantes del Partido Comunista, muchos de ellos miembros de sucesivos Comités Centrales que se fueron constituyendo a medida que los anteriores iban siendo desarticulados por el organismo represor antes mencionado. Los detenidos fueron llevados al cuartel ‘Terranova’ o ‘Villa Grimaldi’, donde se les interrogaba bajo torturas. Algunos de ellos fueron posteriormente llevados, siempre privados de libertad, hasta el cuartel ‘Simón Bolívar’ –al cual la brigada ‘Delfín’ se trasladó aproximadamente a mediados de 1976–, el que pasó a ser el principal centro de operaciones de la referida brigada, y desde donde salían los grupos operativos a practicar detenciones, además de trasladar los detenidos del Partido Comunista que se encontraban en ‘Villa Grimaldi’. Para cumplir con las funciones anteriormente descritas, la llamada brigada ‘Delfín’ contó con la colaboración de la brigada ‘Lautaro’, dirigida por Juan Morales Salgado. En el cuartel ‘Simón Bolívar’ los detenidos, al ser ingresados, entregaban sus pertenencias personales a un agente de la plana mayor del Cuartel, quien las guardaba en sobres escribiendo en el mismo el nombre de los detenidos al cual pertenecían las especies. En dicho cuartel los detenidos fueron interrogados bajo tormentos, perdiéndose el rastro de ellos e ignorándose su actual paradero; no obstante, existen antecedentes de que a varias de estas personas se les dio muerte, siendo sus cadáveres retirados y sepultados clandestinamente; y otros fueron arrojados al mar desde helicópteros; sin que sus restos sean aún recuperados.

 


Hechos Mundiales: Grandes Reportajes a la Historia Universal (Pablo Neruda: Poeta Combatiente del Amor y del Pueblo, 5:60 Noviembre)

Fuente :https://www.amazon.com/ sin fecha

Categoría : Prensa

 de Guillermo Galvez Rivadeneira (Editor)

del año 1972 sobre el poeta chileno Pablo Neruda.

  • Editorial ‏ : ‎ Quimantu (1 Enero 1972)

Rinden homenaje a los 31 periodistas asesinados por la dictadura

Fuente :rebelion.org 13/09/2006

Categoría : Prensa

El 8 de septiembre, en el tercer piso del edificio gremial de los periodistas, ubicado en Amunátegui 31, se inauguró un memorial en homenaje a los 31 profesionales de la prensa y estudiantes de esa carrera, asesinados y/o desaparecidos en dictadura. Los dos nombres de mujer que figuran en el monumento corresponden a Diana Aron, […]

 

El 8 de septiembre, en el tercer piso del edificio gremial de los periodistas, ubicado en Amunátegui 31, se inauguró un memorial en homenaje a los 31 profesionales de la prensa y estudiantes de esa carrera, asesinados y/o desaparecidos en dictadura. Los dos nombres de mujer que figuran en el monumento corresponden a Diana Aron, y Arcadia Flores, ambas militantes del MIR. También pertenecieron a esa organización Mario Calderón, Augusto Carmona, José Carrasco Tapia, Máximo Gedda, Ricardo Troncoso, José Yáñez, y los estudiantes Luis Eduardo Alaniz, José Hernán Carrasco Vásquez, Juan Elías Espinoza, José Jara Aravena, Nehad Teodorovic Sertic. Los periodistas socialistas caídos son Daniel Castro, Sergio Contreras, Archibaldo Morales, José Tohá, José Pérez, José Miguel Rivas y Jaime Aldoney. Carlos Berger, Guillermo Gálvez y Ernesto Traubmann militaron en el Partido Comunista. Luis Durán R. fue del MAPU, en tanto que Augusto Olivares, Carlos Bascuñán, Juan Manuel Bertoló y Rodolfo Fuenzalida fueron independientes de izquierda. Leonardo Henrichsen era de nacionalidad argentino-sueca, Charles Horman era norteamericano y Cristián Montecinos vivía en Estados Unidos y no tenía ideas de izquierda.

Familiares y colegas de los caídos asistieron a la ceremonia, organizada en conjunto por dirigentes del Círculo de Periodistas, -gestor de la iniciativa- y el Colegio de Periodistas. También estuvieron allí el diputado Tucapel Jiménez, y varios ministros y autoridades de gobierno. El acto -con Amaro Gómez, periodista de TVN como maestro de ceremonias- se realizó en la Biblioteca del Círculo, donde se inauguró también una muestra de Prensa en Dictadura que estará abierta hasta octubre.

– En nombre de los familiares y amigos de los caídos, la autora de estas líneas, periodista, hizo una semblanza de los caídos y de la situación judicial en cada caso, que reproducimos a continuación.

Palabras para la buena memoria

Comenzaremos recordando a Diana Aron Svigiliski, a Daniel Antonio Castro López, y a Ricardo Troncoso León, porque, al menos en los dos primeros casos ha habido verdad y justicia, y en el último, nada se ha logrado.

Diana venció finalmente a Krasnoff, a Contreras y a toda la cúpula de la DINA, encarcelados en el Penal Cordillera con sentencia del ministro Alejandro Solís, (15 y 10 años) confirmada por la Corte Suprema. Ellos impidieron, sí, que Diana siguiera escribiendo sobre la resistencia, o que ahora nos alegrara la vida con su risa contagiosa. No la dejaron acunar en sus brazos el hijo que esperaba cuando la detuvieron y que desapareció con ella. Pero no pueden arrancarla de nuestra memoria y de aquella de los que vendrán a saber de la joven periodista combatiente. Aquí inscribimos su nombre de intrépida cazadora, junto al agua transparente y la piedra pulida que nos hablan de la vida de una mujer digna y valerosa.
Esta periodista notable se inició reporteando como estudiante en práctica en Canal 13 -allí nos conocimos- y luego estuvo en la revista Onda. Perteneció al equipo de El Rebelde, el periódico del MIR y nunca dejó de escribir, aunque el periodismo estaba proscrito.

Daniel Castro no la conoció, porque este corresponsal del diario Clarín, militante socialista, era de otra generación, y vivía en Liquiñe, cerca de Valdivia, en la zona del complejo maderero Panguipulli, el más grande del país. Allí era un entusiasta y participativo testigo del proceso que vivían los campesinos, ahora sin patrones, produciendo para el área de propiedad social. Don Daniel no sólo reporteaba: enseñó a leer y escribir a muchos campesinos, y después les mostraba lo que él escribía en Clarín sobre sus logros. Su suerte estuvo tan unida a la de ellos, que en octubre de 1973, Don Daniel, que tenía casi la misma edad que el siglo, fue asesinado a golpes de corvo junto a diez o más campesinos. Todos los cuerpos fueron lanzados al río Toltén. El juez Alejandro Solís condenó al teniente coronel Hugo Guerra Jorquera a 18 años de cárcel por 11 secuestros calificados y a un civil, Luis García Guzmán, dueño de las Termas de Liquiñe, a cinco años y un día por su participación en estos hechos. Es la más alta condena hasta ahora en una causa de derechos humanos, y la única dada a un civil, pero hay que esperar el resultado de las apelaciones.

Por la desaparición del periodista Ricardo Troncoso León en cambio, no hay reos en la causa que se sigue en Chillán. El trabajó como locutor en radio La Discusión de Chillán, donde creó y animó el programa El Rincón de los Niños. También era dramaturgo, director y actor de teatro. Fue reportero policial, fotógrafo de Vea y corresponsal del diario Puro Chile. Sin duda no lo olvidan los miembros de la Compañía de Teatro que él fundó y bautizó con un nombre que habla de su inmortal espíritu: «Libre».

Todos los casos pendientes

En ningún otro de los secuestros y ejecuciones de colegas hay sentencias, hasta ahora. Sòlo algunas encargatorias de reo, y criminales en libertad. Por el crimen de Pepe Carrasco, nuestro querido Pepone, en los últimos seis años nos han estado entregando la verdad en cuentagotas. El Ministro Dolmetsch, que logró confesiones de los culpables y los procesó, no completó la tarea. Partió a la Corte Suprema sin dictar sentencia, aplicando la media prescripción en el caso de Jecar Neghme, ignorando los convenios internacionales de derechos humanos y dejándonos atónitos.

De regiones:

– Carlos Berger, director de la radio El Loa de Chuquicamata, ex director de la Revista Ramona, militante comunista, se mantuvo en su puesto en el aire el 11 de septiembre. Cayó en las redes de la Caravana de la Muerte. Tampoco hay sentencia en esta causa, en manos del ministro Víctor Montiglio, de fallos predecibles: amnistía a los criminales. También en el norte, al interior de Copiapó, perdimos a Carlos Bascuñán Mourgues Dewet, director del semanario El Andino, de Potrerillos, cuyos restos congelados habrían aparecido al interior de la cordillera. Se le describe como un precoz activista ecológico. Su pluma sin duda nos hace falta hoy para defender el agua y el valle del Huasco del proyecto Pascua Lama.

Hay dos profesionales de regiones desaparecidos por la prensa oficial, cómplice de la Operación Colombo, montada por la DINA para encubrir el secuestro-entre otros- de Mario Calderón Tapia y Luis Durán Rivas. Ellos figuraron en la Lista de los 119 (llamada por la DINA Operación Colombo). Sus nombres fueron mancillados. Esta lista inscrita en granito, presentada por sus pares, hoy los honra para siempre.

Por esos crímenes, Manuel Contreras, ex jefe de la policía secreta, Miguel Krasnoff y Basclay Zapata y Osvaldo Romo están encargados reos. El Negro Calderón tenía 32 años cuando lo detuvieron, pero ya había trabajado en el diario La Unión de Valparaíso, en la EMPORCHI, era docente en la Escuela de Periodismo, corresponsal de El Rebelde y dirigía periódicos obreros. Escribió en los muros del recinto clandestino de Cuatro Alamos «Por aquí pasó el Negro Calderón». En verdad, aunque no lo hubiera escrito, sus huellas y su recuerdo están impresas en el puerto que él amó. Otro porteño, Jaime Aldoney Vargas es recordado especialmente en Limache y los alrededores. Estudiaba cuarto año de periodismo cuando asumió como interventor de la compañía de Cervecerías Unidas. La dictadura no le perdonó ese cargo ni haber sido regidor socialista en esa comuna. Fue detenido al día siguiente del golpe de Estado. Aunque desde el 2003 el caso está con procesados, no hay sentencia contra los altos oficiales de la Armada enjuiciados y la jueza que investigaba, se inhabilitó.

Los estudiantes

Otros estudiantes desaparecidos son Luis Eduardo Alaniz Alvarez, de la universidad del Norte, dirigente socialista, el más joven de los fusilados por la Caravana de la Muerte; José Hernán Carrasco Vásquez, de la Universidad de Concepción, y Juan Elías Espinoza Parra, presidente del Centro de Alumnos de Periodismo en Concepción, retornado desde la República Democrática Alemana, ambos del MIR; Rodolfo Jacinto Fuenzalida Fernández, alumno del maestro Alejandro Cabrera en la Universidad de Chile, fusilado y desaparecido en Piragua. José Eduardo Jara Aravena, estudiante en práctica en Radio Chilena, muerto en tortura, y Nehad Teodorovic Sertic, autor de teatro y militante del MIR, fusilado junto a su esposa.
Arcadia Flores Pérez fue una de las fundadoras de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, luego de la desaparición de su hermano Julio. Más tarde pasó de ser estudiante de periodismo de la Universidad de Chile, a redactora y editora del periódico El Miliciano. Ejerció la profesión como combatiente, participando a comienzos de los años 80 acciones de propaganda armada y distribuyendo los comunicados respectivos. Cuando milicianos coparon la Radio Portales para emitir una proclama de la resistencia, lo hicieron con un texto que había sido escrito y grabado por Arcadia. La mataron cuando tenía apenas 20 años.

Los periodistas/poetas

Por su parte, Luis Durán pertenece a la entrañable especie de los periodistas escritores- poetas. Le decían «Mechón» en Periodismo de la Chile, donde era dirigente del Centro de Alumnos. Originario de Chillán, trabajó en la Operación Saltamontes y militó en el MAPU. En la revista Chile Nuevo escribía reportajes sobre las industrias intervenidas. Sus amigos recuerdan que era de la generación del Ché pero también de la de los Beatles, y gran lector de Cortázar, Marcuse y Sastre. Trabajó en la prensa clandestina de la resistencia, en una agencia de noticias creada por su grupo de amigos. Siguió escribiendo poesía en prisión, y en versos le dijo a su amada que su último grito sería de triunfo y de amor.
De esa misma especie de seres transparentes era Máximo Gedda, director de Televisión y dirigente sindical en Canal 7 – donde trabajamos juntos- y colaborador en la revista Punto Final. Inseparable de Pepone, fiel aliado de las luchas de los más humildes, fue torturado hasta morir. Ni la verdad ni la justicia se han escrito en esta historia de un joven profesional y dirigente que supo ser justo y verdadero, solidario y sensible como pocos. Inolvidable, para muchos.

También miembro de esa cofradía insigne era Jorge Yáñez Olave, miembro del MIR, periodista y poeta laureado que escribía en los diarios La Provincia y El Heraldo, de Linares, y había estudiado teatro. Para el golpe de Estado, vivía en Constitución y marchó en protesta junto a los trabajadores de Celulosa Constitución -CELCO. También nos hace falta hoy en la lucha contra CELCO ….Luego que la ciudad fuera copada por militares, intentó dirigirse a Linares con un amigo, pero ambos fueron secuestrados. Los responsables, encabezados por el ex coronel Juan Hernán Morales Salgado de la Escuela de Artillería de Linares, están declarados reos y esperan sentencia del ministro Solís.

Honramos también la memoria de Archibaldo Morales Villanueva, fundador y director del diario El Guerrillero de San Fernando, de convicciones comunistas, y de profundo amor por su pueblo y por la figura del héroe de la independencia, Manuel Rodríguez. Murió por torturas luego de 43 días de detención.

Juan Manuel Bertoló Rivas, periodista autodidacta, trabajó para el diario La Estrella de San Antonio y para el diario regional Proa y fue corresponsal de Radio Cooperativa, una emisora tan importante en esos tiempos. Fue detenido por carabineros de San Antonio sin que hasta ahora se aclaren las circunstancias de su muerte.

José Miguel Rivas Rachitoff era otro periodista autodidacta especializado en temas agrarios. Militante socialista, se desempeñó en INDAP y fue director del periódico Poder Campesino. Habría sido asesinado en Tejas Verdes, pero aún no hay reos ni avances sustanciales en la causa.

Su amigo y compañero de trabajo, José Leonardo Pérez Hermosilla, periodista del Programa Nacional de Comunicaciones del Agro de INDAP y dirigente comunal socialista, probablemente fue asesinado en Tejas Verdes. Tenía glaucoma, pero su visión interior era enorme y le permitió elaborar valiosos artículos de opinión. Su familia espera justicia.

Los amigos del Presidente Allende

Por la muerte en tortura del ex director del diario Ultima Hora, José Tohá, socialista, y ministro de Defensa y del Interior durante el gobierno de la Unidad Popular, también hay encargatorias de reo y la verdad se ha impuesto luego de décadas de encubrimiento. Con un rol relevante en las tres campañas del Presidente Allende, desde el periódico Ultima Hora que dirigió, José Tohá inició un nuevo estilo en el periodismo de izquierda.

Entre sus colaboradores estuvo Augusto Olivares, gran periodista, fiel asesor de Salvador Allende, brillante analista del vespertino Ultima Hora y de Punto Final, director de Televisión Nacional. El eligió correr la misma suerte de su amigo, el «Compañero Presidente».

Una decisión similar tomó Sergio Contreras, militante socialista, allendista hasta los tuétanos, hombre de radio, bohemio, generoso, enamorado… de su profesión. El desapareció junto a los miembros del Gap en Peldehue o el regimiento Tacna, sin que haya sentencia para los responsables del crimen.

Los internacionales

Tenemos también internacionalistas del periodismo en nuestro memorial.

De este grupo forma parte Charles Horman, que en tiempos de la Unidad Popular fundó la agencia independiente FIN (Fuente de Información Nortamericana) para informar sobre el proceso chileno desde una óptica diferente a la del gobierno de Nixon. El secuestro y ejecución de Charles Horman inspiraron la obra «Missing». Hasta ahora no hay justicia, pese a que existe un procesado y se hizo la reconstitución de escena de los hechos ocurridos en el Estadio Nacional.
Ernesto Traubmann, militante del Partido Comunista, nacido en Checoeslovaquia, fue combatiente antifacista, radioperador y artillero en la RAF de Inglaterra cuando tenía 20 años. En Chile trabajó para la Agencia Checoeslovaca de Prensa y la Empresa Nacional de Minería. Sus restos, ubicados en el Patio 29, forman parte de ese nuevo dolor que viven los familiares ante las dudas sobre la real identificación.

Leonardo Henrichsen es el camarógrafo argentino-sueco que con su lente anticipó nuestro dramático futuro. Su familia hoy espera justicia.

Cristián Montecinos Slaughter, chileno avecindado en Estados Unidos, ex alumno del Saint George, fue asesinado por error. Con su cámara y un diario personal, fue testigo del quiebre de Chile «que no terminará en una generación», según escribió él mismo.

Guillermo Gálvez, dirigente comunista, fue director de la revista Hechos Mundiales de la editorial Quimantú, trabajó en radio La Voz del Sur, de Punta Arenas. Sus amigos recuerdan su serenidad, su compromiso con la causa popular, su sentido del humor, su amor por el tango y la buena conversación. Fue secuestrado desde La Taberna -en nuestra propia casa, desde este edificio- con engaño y desfachatez. El crimen permanece impune.

Yo estoy aquí, me dicen, representando a los familiares y amigos. Porque además de mis amigos y colegas, aquí está inscrito el nombre de Augusto Carmona Acevedo, mi compañero de esos años, el padre de mi hija Eva María, y de su otra hija, Alejandra. Era periodista de Canal 9 de Televisión y redactor en Punto Final.

Se había especializado en política, reporteaba en el Congreso pero estaba muy atento a las luchas estudiantiles, sindicales y campesinas. Militaba en el MIR y reporteaba los avatares de la guerrilla latinoamericana en la década de los 70. Viajó a Bolivia a cubrir la muerte del Ché y el juicio a Regis Debray. En la clandestinidad se convirtió en un dirigente político, sin dejar de lado su espíritu aventurero, su amor por la vida.

Mi nieto Víctor, de 4 años, que no pudo venir porque justo a esta hora está en su jardín infantil, en un acto de celebración del 18 bailando cueca, me preguntó ayer: «¿Es verdad que mi abuelo Augusto no murió por enfermedad?». Asentí y él siguió preguntando, y yo seguí intentando contestar todo aquello para lo cual en realidad no hay respuesta, ni alcanzan las palabras.

Pero él también supo que aquí hoy hay gente recordándolo a él y a todos los caídos. Y eso es importante. Sé que al agradecer a Alejandro Cabrera, que fue también mi maestro en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, y al felicitar al Círculo de Periodistas por esta iniciativa, represento a todos los familiares y amigos.

Gracias por el memorial, gracias por el agua que fluye como la vida, gracias por la piedra que permanece.

Santiago, 8 de septiembre de 2006

– Los incluidos en el memorial

Diana Aron Svigiliski
Carlos «Dewet» Bascuñan Mourgues (no se conoce militancia)
Carlos Berger (PC)
Juan Manuel Bertoló Rivas (sin militancia conocida)
Mario Eduardo Calderón Tapia (MIR)
Augusto Carmona Acevedo (MIR)
José Carrasco Tapia (MIR)
Daniel Antonio Castro López (PS)
Sergio Contreras (PS)
Luis Eduardo Durán Rivas (MAPU)
Guillermo Gálvez Rivadeneira (PC)
Máximo Antonio Gedda Ortiz (MIR)
Leonardo Henrichsen
Charles Horman
Cristián Montecinos Slaughter
Archibaldo Morales Villanueva (PS)
Augusto Olivares Becerra (independiente de izquierda)
José Leonardo Pérez Hermosilla (PS)
José Miguel Rivas Rachitoff (PS)
José Tohá González (PS)
Ernesto Traubmann Riegelhaupt (PC)
Ricardo Troncoso León (MIR)
José Yáñez Olave (MIR)

Estudiantes asesinados y/o desaparecidos

Luis Eduardo Alaniz Alvarez (MIR)
Jaime Aldoney Vargas (PS)
José Hernán Carrasco Vásquez (MIR)
Juan Elías Espinoza Parra (MIR)
Arcadia Flores Pérez (MIR)
Rodolfo Jacinto Fuenzalida Fernández
José Eduardo Jara Aravena (MIR)
Nehad Teodorovic Sertic (MIR)


Quimantú: el sueño de Salvador Allende

Fuente :opinion.cooperativa.cl 2/7/2015

Categoría : Prensa

Allende fue quién insistió, de modo visionario, en la necesidad de una editorial del Estado. En 1967 presentó una moción de Proyecto de Ley para crear una empresa editorial que permitiera, entre otras cosas, abaratar los costos de los libros para el ?beneficio de las capas modestas de la población?.

Aunque la idea no prosperó, Allende mantuvo firme su propósito. Por eso, ya siendo Presidente, en la Unidad Popular, el 12 de febrero de 1971 ?comunicó al país un compromiso formal de venta? de editorial Zig-Zag al Estado de Chile. Un día más tarde, el 13 de febrero de 1971, a través del diario La Nación, el compañero Presidente informa la compra definitiva del sello.

Todo esto lo cuenta Un sueño llamado Quimantú (2014), libro testimonial de una de las protagonistas de la historia que referimos: Hilda López, quien estuvo desde el inicio del ambicioso proyecto hasta su último día de operaciones, el 11 de septiembre de 1973, primero como coordinadora y luego directora de la emblemática revista La Firme.

El libro es una apuesta de Ceibo ediciones, sello que ha incursionado con éxito en textos que mezclan testimonio, periodismo comprometido y literatura.

El volumen es ilustrativo respecto a la épica que significó esta empresa. Narra como, por ejemplo, Sergio Maurín, que asume como un importante directivo, rompe todos los códigos gerenciales cuando, en su horario de colación, ?hizo la cola en el casino y luego, bandeja en mano, se sentó junto a los trabajadores?. Su conducta, agrega la autora, fue siempre la misma, y era habitual verlo bajar a los talleres ?a aprender? el trabajo con los operarios.

El libro ofrece un material gráfico muy relevante. Destacan una serie de fotografías e imágenes de colaboradores y de múltiples apariciones de la editorial en la prensa de la época. Estos registros, que atraviesan de principio a fin el libro, son en blanco y negro; no obstante, al centro del volumen hay 14 planas en colores, y en una mejor calidad de papel, que reproducen acertadamente las portadas de revistas y libros, así como de diversos afiches, publicados por la editorial.

Un acápite del volumen está dedicado a los distintos proyectos que desarrolló Quimantú en su corta existencia. Las aproximaciones a estas revistas y colecciones de libros infantiles, entre otros productos editoriales, en muchas ocasiones son textos de personas que estuvieron involucradas directamente en dichos proyectos.

Destaca la revista femenina Paloma, cuya idea era respaldada por Hortensia Bussi de Allende, la Primera Dama, y que, curiosamente, fue pensada por su creador a partir de la experiencia de Hugh Hefner y Playboy, como una revista amplia y compleja que soportara una pluralidad de temáticas.

Un espacio considerable del libro se dedica a los ?quimantucinos?, es decir, a quienes se desempeñaron en la editorial. Entre ellos figuran Hernán Vidal (Hervi), Pablo Dittborn y Jorge Arrate, entre muchos otros. Aquí, como en los textos anteriores, hay colaboraciones de los mismos participantes de este gozoso proceso de cambio de paradigma cultural, que se decidieron a narrar su experiencia en primera persona.

Sus testimonios son de indudable valor. Uno de ellos, el sociólogo Tomás Moulian, integrante del equipo División Editorial, señala: ?Quimantú participa en lo central de la Unidad Popular: la dignificación de los pobres. El hecho que leyeran a Chejov, a Flaubert, a Jack London, a Puschkin, en un librito pequeñito que estuviera a su alcance, era una labor de lucha cultural?.

Antes de cerrar el recorrido por la historia del sello estatal, la autora se detiene en un recuerdo doloroso, denominado ?Nuestros muertos?. En este apartado, da cuenta de las víctimas de la represión militar ligadas a Quimantú, todas consignadas en el Informe Rettig. Sólo uno de ellos, Arturo San Martín Sutherland, tiene sepultura; los demás, aún permanecen sin ser encontrados. Junto a sus fotos, la autora menciona las circunstancias en que fueron secuestrados. Los Detenidos Desaparecidos son: Luis Jiménez Cortés, Diana Aron Svgilsky, Guillermo Martínez Quijón, Guillermo Gálvez Rivadeneira, Moisés Mujica Maturana, Carmelo Soria Espinoza.Quimantú significa ?sabiduría del sol?; es la unión de dos voces del mapudungún: Kim (saber) y Antú (Sol), encontradas por Luz María Hurtado?a quien le habían encargado la misión de buscar un nombre apropiado? en unlibro de 1934, escrito por el padre Félix de Augusta.

Esta sabiduría hace sentido en nuestros días. Además de la imprescindible necesidad de mirar el pasado, con las luces y sombras que ofrece un  proyecto como este, el libro de Hilda López propicia una reflexión que en la actualidad resulta cardinal: la posibilidad de crear una editorial del Estado.

El tema, desde luego, genera polémica, pero creo que es menester cuando menos considerarlo dado lo oneroso que resulta adquirir un libro Chile. Los editores independientes, por lo que entiendo, apoyan la idea; supongo que no ocurre lo mismo con los representantes de las transnacionales.

Empero, sería interesante evaluar la factibilidad de una empresa de esta naturaleza, alejándose del debate ideológico que suscita. Sin duda, la cultura merece pasar por alto los supuestos cuasi-trascendentales que defiendan, como palabra revelada, los gurúes del capital privado.


Corte de Santiago condena a ex agentes de la DINA a 20 años de presidio como autores de ocho secuestros calificados en 1976.

Fuente :diarioconstitucional.cl 23/10/2018

Categoría : Prensa

En fallo dividido.

El Tribunal de alzada confirmó la sentencia impugnada, que condenó a Juan Morales Salgado, Pedro Espinoza Bravo, Carlos López Tapia, Rolf Wenderoth Pozo y Ricardo Lawrence Mires a penas de 20 años de presidio como autores de los ocho secuestros.En el fallo dividido, la Corte de Apelaciones de Santiago condenó a cinco ex agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) por su responsabilidad en el delito de secuestro calificado de José Vicente Toloza Vásquez, Guillermo Gálvez Rivadeneira, Guillermo Albino Martínez Quijón, Hugo Ernesto Vivanco Vega, Alicia Herrera Benítez, Óscar Orlando Ramos Garrido, Óscar Arturo Ramos Vivanco y Nicolás Hugo Vivanco Herrera, ilícitos perpetrados a partir de julio y agosto de 1976.
El Tribunal de alzada confirmó la sentencia impugnada, dictada por el ministro en visita Leopoldo Llanos, que condenó a Juan Morales Salgado, Pedro Espinoza Bravo, Carlos López Tapia, Rolf Wenderoth Pozo y Ricardo Lawrence Mires a penas de 20 años de presidio como autores de los ocho secuestros.
En la resolución de primera instancia, el ministro en visita Leopoldo Llanos logró establecer la siguiente secuencia de hechos:
La DINA mantuvo, desde fines de 1975 y al menos durante todo el año 1977, el Cuartel "Simón Bolívar", ubicado en calle Simón Bolívar Nº 8.630, comuna de La Reina, recinto en que operaba la brigada denominada "Lautaro", cuya principal función, además de labores represivas de detención de disidentes políticos, era de protección del Director de la DINA, Manuel Contreras Sepúlveda, y de su familia. Esta brigada era dirigida por el Mayor de Ejército Juan Morales Salgado, quien además era el jefe del cuartel, y que estaba bajo la estricta supervisión del Director de la DINA, quien, además, era su calificador directo;
En el año 1975 se produjo una restructuración de las Brigadas y grupos operativos que tenían como cuartel la "Villa Grimaldi", fusionándose las agrupaciones a cargo de los capitanes de Ejército, Germán Barriga Muñoz, y de Carabineros, Ricardo Lawrence Mires, e integradas por numerosos agentes pertenecientes a distintas ramas de las Fuerzas Armadas y Carabineros, y cuya denominación habría sido brigada o agrupación "Delfín";
El propósito de esta brigada fue la represión del Partido Comunista, realizando labores de seguimiento y detención de dirigentes y militantes que ese Partido, las que se verificaron durante todo el año 1976. De este modo, durante dicho período se procedió a la captura de decenas de militantes del Partido Comunista, muchos de ellos miembros de sucesivos Comités Centrales que se fueron constituyendo a medida que los anteriores iban siendo desarticulados por el organismo represor antes mencionado. Los detenidos fueron llevados al cuartel "Terranova" o "Villa Grimaldi", donde se les interrogaba bajo torturas. Algunos de ellos fueron posteriormente llevados, siempre privados de libertad, hasta el cuartel "Simón Bolívar" -al cual la brigada "Delfín" se trasladó aproximadamente a mediados de 1976-, el que pasó a ser el principal centro de operaciones de la referida brigada, y desde donde salían los grupos operativos a practicar detenciones, además de trasladar los detenidos del Partido Comunista que se encontraban en "Villa Grimaldi". Para cumplir con las funciones anteriormente descritas, la llamada brigada "Delfín" contó con la colaboración de la brigada "Lautaro", dirigida por Juan Morales Salgado;
En el cuartel "Simón Bolívar" los detenidos, al ser ingresados, entregaban sus pertenencias personales a un agente de la plana mayor del Cuartel, quien las guardaba en sobres escribiendo en el mismo el nombre de los detenidos al cual pertenecían las especies. En dicho cuartel los detenidos fueron interrogados bajo tormentos, perdiéndose el rastro de ellos e ignorándose su actual paradero; no obstante, existen antecedentes de que a varias de estas personas se les dio muerte, siendo sus cadáveres retirados y sepultados clandestinamente; y otros fueron arrojados al mar desde helicópteros; sin que sus restos sean aún recuperados;
En estas circunstancias, se produjeron las detenciones de las siguientes personas: a) José Vicente Toloza Vásquez, casado, un hijo, linotipista, militante comunista, fue detenido el 15 de julio de 1976 cerca de las 21:00 horas, en las inmediaciones del paradero 2 y medio de Gran Avenida, tal vez calle Milán, a las afuera de la Vicaría Zona Sur; b) GUILLERMO GALVEZ RIVADENEIRA , viudo, cinco hijos, periodista, ex dirigente sindical, militante comunista, detenido el 28 de julio de 1976 cerca de las 21:00 horas, en las inmediaciones del Círculo de Periodistas en calle Amunátegui N° 33; c) Guillermo Albino Martínez Quijón, casado, linotipista, militante comunista, fue detenido el 21 de julio de 1976 cerca de las 05:00 horas, en su domicilio ubicado en calle Roberto Espinoza N° 975; d) Hugo Ernesto Vivanco Vega, casado, un hijo, empleado, militante comunista, fue detenido el 4 de agosto de 1976, cerca de las 12:30 horas en la vía pública, en las inmediaciones de calle Cóndor con San Francisco en la comuna de Santiago e) Alicia Herrera Benítez, cónyuge del anterior, un hijo, dueña de casa, militante del Partido Comunista, detenida el 4 de agosto de 1976 a las 16:00 horas en su domicilio de calle Cóndor 745, casa 6; f) Óscar Orlando Ramos Garrido, casado dos hijos, linotipista, ex intendente de Llanquihue, y miembro del Comité Central del Partido Comunista, fue detenido el 5 de agosto de 1976 a las 13:00 horas en su domicilio ubicado en calle 7 N° 7801, Villa El Parque de la comuna de Las Condes; g) Óscar Arturo Ramos Vivanco, hijo del anterior, simpatizante de las Juventudes Comunistas, soltero, 24 años, detenido junto su padre, en su domicilio ubicado en calle 7 N° 7801, Villa El Parque de la comuna de Las Condes; h) Nicolás Hugo Vivanco Herrera, casado, 3 hijos, obrero automotriz, militante comunista, detenido el 10 de agosto de 1976 a las 21:00 horas, en su domicilio de calle Cóndor 745 casa 6;
Las consecuencias de estas detenciones son que las personas antes mencionadas se encuentran en calidad de desaparecidas, toda vez que, privadas de libertad, no han tomado contacto con sus familiares; tampoco han realizado gestiones administrativas ante organismos del Estado ni organismos privados, ni registran entradas o salidas del país, sin constar, tampoco, su defunción.
En el aspecto civil, ese confirmó la sentencia que acogió demanda deducida y ordenó al Estado de Chile pagar una indemnización de $600.000.000 por concepto de daño moral a familiares de las víctimas.
Decisión adoptada en la parte penal con el voto en contra del abogado Cruchaga, quien estuvo por no reconocer la atenuante del artículo 11 N° 6 del Código Penal a los condenados, por considerar que a la fecha de comisión de los ilícitos investigados en esta causa, ya habían perpetrado delitos por los que han sido condenados en otros procesos y que, en consecuencia, estuvo por imponerles como pena la de presidio perpetuo; y en el aspecto civil, con el voto en contra de la ministra Durán, quien estuvo por acoger la excepción de prescripción.


¡No disparen, somos periodistas!

Fuente :tramaalsur.org 10/09/2021

Categoría : Prensa

Por el fotógrafo Tuco Silva desde Chile. 

A 48 años del golpe de estado en Chile, desde Trama al Sur, rendimos un sentido homenaje a los/as periodistas, fotógrafos/as y prensa en general asesinados/as o desaparecidos/as durante la dictadura, en los difíciles tiempos del terrorismo de Estado. 

La noticia y la información son fundamentales para no ser cómplices de la barbarie. 

Porque estamos comprometidos con la verdad y la justicia, seguiremos presentes y activos. 

Sólo muere quien se olvida. La memoria es resistencia y lucha.

11 de septiembre 2021, ¡nadie está olvidado!

1973 LUIS EDUARDO ALANIZ ÁLVAREZ (23 años) – Estudiante de Periodismo. Fusilado el 19 de octubre en Antofagasta.

1973 HUGO ARAYA GONZÁLEZ (37 años) – Reportero gráfico, muerto cuanto tomaba imágenes en la Universidad Técnica del Estado el 12 de septiembre.

1973 CARLOS BASCUÑÁN MOURGUES-DEWET (28 años) – Periodista. Sus restos aparecen en la cordillera, al sur de Copiapó, el 5 de noviembre de 1973.

1973 CARLOS BERGER GURALNIK (30 años) – Periodista. El 19 de octubre fue fusilado en las afueras de Calama.

1973 DANIEL ANTONIO CASTRO LÓPEZ (68 años) – Corresponsal. Detenido junto con 14 personas más, fueron muertos en el río Toltén.

1973 SERGIO CONTRERAS (40 años) – Periodista. Detenido en La Moneda, el 11 de septiembre, fue asesinado en Peldehue el día 13.

1973 ALFONSO AMBROSIO GAMBOA FARIAS (35 años) – Comunicador radial, fue detenido el 17 de octubre y ejecutado junto con otras personas.

1973 LEONARDO HENRICHSEN (33 años) – Periodista argentino, murió mientras cubría, el 29 de julio, la intentona militar conocida como “el tanquetazo”

1973 CHARLES EDMUND HORMAN LAZAR (31 años) – Periodista independiente estadounidense. El 18 de septiembre fue ejecutado en el Estadio Nacional de Chile.

1973 AUGUSTO OLIVARES BECERRA (45 años) – Periodista. Muerto en La Moneda, 11 de septiembre.

1973 ARCHIBALDO MORALES VILLANUEVA (43 años) – Periodista. Muerto el 5 de noviembre, en el trayecto de la cárcel al hospital.

1973 JAIME IVÁN SIERRA CASTILLO (27 años) – Locutor de radio. Fue asesinado el 17 de octubre.

1973 NENAD NESKO TEODOROVIC SERTIC (24 años) – Estudiante de periodismo austriaco. Detenido y muerto junto a su mujer el 15 de septiembre.

1973 ERNESTO TRAUBMANN RIEGELHAUPT (39 años) – Periodista radial checoslovaco. Detenido Desaparecido en la madrugada del 12 de septiembre.

1973 RICARDO TRONCOSO LEÓN (31 años) – Fotógrafo. Detenido Desaparecido en su domicilio de Chillan el 1 de octubre.

1973 JORGE BERNABÉ YÁÑEZ OLAVE (29 años) – Periodista. Detenido Desaparecido el 16 de septiembre.

1974 DIANA FRIDA ARÓN SVIGILISKY (24 años) – Periodista. Detenida Desaparecida, arrestada en Santiago, el 18 de noviembre.

1974 MARIO EDUARDO CALDERÓN TAPIA (31 años) – Periodista, corresponsal. Detenido Desaparecido en Santiago el 25 de septiembre.

1974 ÓSCAR MANUEL CASTRO VIDELA (40 años) – Fotógrafo. Detenido Desaparecido el 16 de agosto.

1974 LUIS EDUARDO DURAN RIVAS (29 años) – Estudiante de periodismo. Detenido Desaparecido en Santiago el 14 de septiembre.

1974 MÁXIMO ANTONIO GEDDA ORTIZ (26 años) – Periodista. Desaparecido en Santiago el 16 de julio.

1974 JOSÉ LEONARDO PÉREZ HERMOSILLA (32 años) – Periodista. Detenido Desaparecido el 5 de enero en Santiago.

1974 JOSÉ MIGUEL RIVAS RACHITOFF (35 años) – Periodista. Detenido Desaparecido el 3 de enero en Santiago.

1974 JOSÉ TOHÁ GONZÁLEZ (47 años) – director de diario. Falleció el 15 de marzo en el Hospital Militar en extrañas circunstancias (asfixia por ahorcamiento).

1974 JANE VANINI CAPOZI (29 años) – Periodista brasileña. Fue muerta en Concepción el 6 de diciembre.

1975 JOSË HERNÁN CARRASCO VÁSQUEZ (28 años) – Estudiante de Periodismo. Apareció muerto con huellas de torturas el 1 de diciembre.

1975 RICHARD CRISTIAN MONTECINOS SLAUGHTER (27 años) – Fotógrafo chileno-norteamericano. Secuestrado de su apartamento el 17 de octubre y fusilado esa misma noche.

1976 GUILLERMO GÁLVEZ RIVADENEIRA (49 años) – Periodista. Detenido Desaparecido en Santiago el 28 de julio.

1977 AUGUSTO CARMONA ACEVEDO (38 años) – Periodista. Asesinado el 7 de diciembre. Contaba 38 años.

1980 EDUARDO JARA ARAVENA (28 años) – Estudiante de Periodismo. Fue secuestrado el 23 de julio y asesinado el 2 de agosto.

1981 ARCADIA PATRICIA FLORES PÉREZ (27 años) – Estudiante de Periodismo. Murió acribillada a balazos el 16 de agosto en Quinta Normal.

1983 JUAN ELÍAS ESPINOZA PARRA (35 años) – Periodista. Fue muerto el 29 de diciembre de 22 disparos en Santiago.

1984 MARIO BARRIOS GALLARDO (36 años) – Editor clandestino de El Siglo. Muerto en Santiago el 24 de julio. Tenía 36 años.

1984 FERNANDO GABRIEL VERGARA VARGAS (36 años) – Diseñador gráfico.
Muerto el 15 de diciembre en Santiago.

1986 JOSÉ HUMBERTO CARRASCO TAPIA (43 años) – Periodista. Secuestrado y muerto el 8 de septiembre, acribillado a balazos.

1986 RODRIGO ANDRÉS ROJAS DE NEGRI (19 años) – Fotógrafo. Falleció el 6 de julio en la Posta Central producto de graves quemaduras provocadas por militares.

1990 JONATHAN MOYLE (28 años) – Periodista británico. Se le encontró ahorcado el 13 de marzo en una habitación de hotel en Santiago. Jueces chilenos resolvieron posteriormente que había sido asesinado.

1990 Juan Manuel Bertoló Rivas (48 años) – Periodista. Fue detenido el 10 de febrero de 1990 por carabineros, su muerte no está aclarada.