Fuerte Vergara del Destacamento de Infantería de Marina, Las Salinas


Alias:Fuerte Miller

Ubicación:Av. Almirante Jorge Montt Viña del Mar V Región

Organismos:Servicio de Inteligencia Naval (SIN)

Rama:Armada

Geolocalización: Google Maps Link


Descripción General

Categoría : Otra Información

 La mayoría de los casos de prisión política en el Fuerte Vergara del Destacamento de Infantería de Marina (actual Destacamento Infantería de Marina N° 2 Miller), ubicado en Av. Almirante Jorge Montt s/n, se concentraron en el año 1973. Posteriormente hubo sólo casos aislados.

Los declarantes detallaron que se trató de un lugar de detención transitoria. Desde el momento de la detención eran golpeados, interrogados y torturados. Custodiados por infantes de marina, permanecían amarrados, con los ojos vendados o encapuchados, privados de alimentos, agua, abrigo y sueño. Los ex prisioneros denuncian haber sido mantenidos en el suelo, boca abajo, a la intemperie, que era el mismo lugar que tenían que usar como baño. En algunos casos, en castigo, eran encerrados, incomunicados y aislados en letrinas. Relatos señalan que, en este recinto se interrogaba y torturaba a los prisioneros, siempre desnudos.

Durante los interrogatorios sufrieron golpizas generalizadas y dirigidas, golpes reiterados en la planta de los pies, posturas forzadas, colgamientos, inmersión en tambores con aguas servidas, submarino seco, esto es asfixia con bolsas de plástico, aplicación de electricidad en la parrilla, simulacros de fusilamiento, abusos, vejaciones y manifestaciones de violencia sexual, entre otras. 

Hay testimonios que señalan que además de habérseles asignado un número de prisionero, éste les fue marcado en la frente. Los presos eran luego trasladados a la Academia de Guerra y a los buques cárceles.

Criminales y Cómplices

Teniente Arturo Samith Aasman.

 

Fuentes de Información Consultadas: Informe Rettig; Informe Valech; CODEPU; Memoriaviva;


La Marina chilena suspende un acto del Bicentenario por el arresto de varios oficiales

Fuente :ultimahora.com, 2 de Diciembre 2009

Categoría : Prensa

La Armada de Chile suspendió el acto oficial del lanzamiento de la Regata "Bicentenario" por el arresto de varios oficiales retirados que han sido procesados por torturas cometidas en 1973, confirmaron hoy a Efe altas fuentes de la Marina.

  La ceremonia, que iba a estar encabezada por el ministro de Defensa, Francisco Vidal y a la que estaban invitados los embajadores de los trece países participantes en la regata, se iba a celebrar a bordo del buque escuela "Esmeralda", escenario de las torturas por las que fueron procesados y detenidos los ex oficiales.
Horas antes del acto, programado para las 22:00 GMT del martes en el puerto de Valparaíso, la jueza Eliana Quezada notificó su procesamiento a los imputados y ordenó su prisión preventiva, lo que fue cumplido de inmediato por detectives de la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones (PDI).

Entre los procesados hay dos vicealmirantes retirados, un capitán de navío y siete suboficiales de la Armada, además de un ex coronel y un ex suboficial de Carabineros.

Las torturas a prisioneros políticos a bordo del buque escuela "Esmeralda" ocurrieron días después del golpe militar que encabezó el general Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.

En la decisión de suspender la ceremonia fue considerada además la cierta posibilidad de que manifestantes concurrieran a protestar y a informar a los invitados de los crímenes cometidos en el buque escuela, que tras el golpe fue usado como centro de detención.

A bordo de la Esmeralda murió el 21 de septiembre de 1973 el sacerdote de origen británico Miguel Woodward, causa que también instruye la jueza Quezada y en la que ya existe cerca de una veintena de oficiales y suboficiales retirados de la Armada procesados.

Entre los prisioneros torturados en la Esmeralda están también el médico Alberto Neumann y María Eliana Comené, dos de las víctimas por las cuales la jueza Quezada procesó ayer a los 10 marinos y a un oficial y un suboficial de Carabineros.

Entre los marinos encausados figuran los vicealmirantes Sergio Barra von Kretschmann y Juan Mackay Barriga y el capitán de navío Ricardo Riesco Cornejo; los tres están también procesados por el secuestro y desaparición de Miguel Woodward.
La jueza Quezada investiga además otras querellas por torturas a bordo de la Esmeralda y en la Academia de Guerra Naval, como también en el Cuartel de "Silva Palma" y el "Fuerte Miller", de la Infantería de Marina.

En estos dos últimos lugares, además de la base naval del sureño puerto de Talcahuano, fueron torturados durante varios días, antes del golpe de Estado, cerca de cien marineros constitucionalistas apresados por oponerse a la asonada militar que se preparaba para derrocar al Presidente Salvador Allende y al gobierno de la Unidad Popular.

La Regata Bicentenario "Velas Sudamérica 2010" es organizada por las Armadas de Chile y Argentina y recorrerá, entre febrero y junio del próximo año, diversos puertos de países latinoamericanos, conmemorando los 200 años del inicio del proceso de Independencia de ambos países.

La flota, con veleros de trece países de América y Europa, zarpará desde Río de Janeiro el 7 de febrero de 2010 y recalará aproximadamente el 23 de junio en el puerto mexicano de Veracruz, tras recorrer más de 11.000 millas náuticas, con escalas en Uruguay, Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y República Dominicana.


Los “exonerados” de la guerra sucia

Fuente :elmostrador.cl, 15 de Julio 2013

Categoría : Prensa

Entre los favorecidos están: Enrique Cruz Laugier, que bombardeó La Moneda desde tierra el 11 de septiembre; Patricio Kellet Oyarzún, jefe de Inteligencia a cargo de la detención de personas en Valdivia; Juan Campos Cifuentes, enlace entre Carabineros y el Servicio de Inteligencia de la Armada en el principal centro de torturas de la Marina en Valparaíso; y, Rafael González Berdugo, procesado por el crimen de Charles Horman. Además se incluye el caso de Edwin Dimter Bianchi —que sacó los tanques a la calle contra Allende y era el supuesto Príncipe del estadio Chile procesado por el asesinato de Víctor Jara—, a quien le quitaron el beneficio recién en 2006.

Pasadas las nueve de la mañana del 11 de septiembre de 1973, el mayor Enrique Cruz Laugier preparó sus tropas y piezas de artillería pesada. Tres horas antes, Cruz, quien era el comandante del Grupo de Artillería del Regimiento Tacna, había recibido el mando del cuartel de parte de su comandante, coronel Joaquín Ramírez Pineda.

Esa mañana, Cruz se instaló con su tropa y armamento pesado frente a La Moneda por el costado sur y abrió fuego contra la sede de gobierno. Adentro, Allende resistía el ataque militar metralleta en mano. Coordinadamente, Cruz ordenó el cese del fuego poco antes de que los Hawker Hunter arrojaran las bombas contra el Palacio.

Finalizado el ataque, el mayor Cruz comandó el asalto a la sede de las Brigadas Ramona Parra del Partido Comunista en la Avenida República. Lo mismo hizo con la sede del Regional Santiago del Movimiento de Acción Popular Unitario, Mapu, en la calle Carrera. Por la noche de ese mismo día y los posteriores, con sus hombres se encargó de allanar domicilios y detener personas.

Allí, y en la oficina del jefe de Inteligencia del Ejército, general Augusto Lutz, Rafael González Berdugo fue el interrogador de los ciudadanos estadounidenses asesinados Charles Horman y Frank Teruggi. Su tifa de agente tenía el número 27759, y venía infiltrando diversas organizaciones sociales y políticas desde la década de los 60. Su historia es la de un James Bond chileno. Actualmente está procesado desde el año 2003 por el crimen de Horman. En enero de 1977, funcionarios de la embajada de Estados Unidos lo interrogaron en la embajada de Italia, donde se asiló alegando que agentes de la DINA lo perseguían.

A partir de 1990 se instaló como jefe de Seguridad del Senado en Valparaíso. En 2004 lo expulsaron de su cargo, después de que un reportaje de La Nación Domingo revelara su historia, que el mismo Cruz relató el 30 de agosto de 2002 en una declaración judicial por los desaparecidos de La Moneda. Fue calificado como “exonerado político” el 20 de enero de 2000.

Patricio Kellet Oyarzún es hoy un mayor de Ejército en retiro. Para el 11 de septiembre de 1973, era el jefe de Inteligencia del Regimiento Cazadores de Valdivia, comandado entonces por el ex integrante de la Junta Militar, Santiago Sinclair. En su calidad de jefe de Inteligencia, Kellet detuvo en Valdivia y alrededores decenas de personas, como lo admitió en su declaración judicial del 9 de mayo de 2003 en el proceso por los crímenes de la Caravana de la Muerte en Valdivia. Allí fue asesinado José Liendo Vera, el comandante Pepe, y otros 11 militantes del Mir. Fue desde ese mismo regimiento que el 9 de octubre de 1973 salió un convoy militar hacia el Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, en la precordillera de Valdivia. Los efectivos asesinaron a 17 campesinos en el sector Baños de Chihuío y luego escondieron sus cuerpos en una fosa clandestina. En 1978, los desenterraron y los lanzaron al mar. Kellet es hoy un empresario agricultor.

Curiosamente, el ex jefe de Inteligencia dijo a la Comisión Calificadora de la Oficina del Exonerado Político del Ministerio de Interior, que el Ejército lo exoneró por razones “ajenas” a su voluntad. El 6 de marzo de 2002 fue calificado como “exonerado político”. Pero un año después,  en su declaración judicial antes mencionada, sostuvo que “en 1985 me acogí a retiro por razones personales y en la actualidad me dedico a la agricultura”.

Rafael González Berdugo es un civil que operó como agente de contrainteligencia de la Fuerza Aérea, pero incorporado a la Fach con el grado de coronel. Se desempeñó siempre en el Departamento II de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional. En las primeras horas del golpe militar, actuó como oficial de enlace en el Ministerio de Defensa entre las distintas ramas de las Fuerzas Armadas y los detenidos que llegaron a ese lugar. Allí, y en la oficina del jefe de Inteligencia del Ejército, general Augusto Lutz, fue el interrogador de los ciudadanos estadounidenses asesinados Charles Horman y Frank Teruggi. Su tifa de agente tenía el número 27759, y venía infiltrando diversas organizaciones sociales y políticas desde la década de los 60. Su historia es la de un James Bond chileno. Actualmente está procesado desde el año 2003 por el crimen de Horman. En enero de 1977, funcionarios de la embajada de Estados Unidos lo interrogaron en la embajada de Italia, donde se asiló alegando que agentes de la Dina lo perseguían. En esa entrevista, dijo a los funcionarios “yo fui el único oficial de la Fuerza Aérea que el 11 de septiembre de 1973 participó en la toma de La Moneda”.

Salió finalmente de Chile, y en 1980 haciéndose pasar por un disidente de la dictadura de Pinochet, se fue a tomar el té con el padre de Charles Horman. En 1974, dirigió el desentierro del cadáver de Horman para entregárselo a la embajada de Estados Unidos que lo repatrió a su país. Como está establecido en esta causa, la orden de asesinar a Horman y Teruggi salió desde la oficina del general Lutz, luego de los interrogatorios de González Berdugo. Años después, cambió la V de su segundo apellido, por una B. Cuando finalizada la dictadura regresó a Chile, se hizo pasar por exonerado político, logrando tal acreditación.

Juan Campos Cifuentes es un personaje extraño. Fue oficial de Carabineros en Valparaíso y tiene a su hermano José Alejandro desparecido desde 1981, cuando en la Operación Retorno del MIR intentó ingresar clandestino a Chile desde Argentina y es detenido en la precordillera de Valdivia.

Junto a 200 carabineros de la Quinta Región, fue uno de los 16 oficiales de este grupo que después del golpe de Estado, hizo el curso especial de comando en el Fuerte Miller de la Infantería de Marina en Las Salinas, Viña del Mar. Allí aprendió a matar y a torturar. También fue instruido en Inteligencia. Terminada la instrucción impartida por los perros de la Infantería, como él mismo los llama, fue a cumplir funciones en la Academia de Guerra Naval, AGN, en el cerro Playa Ancha del puerto. Allí fue oficial de enlace entre la prefectura de Carabineros de la Quinta Región y el Servicio de Inteligencia Naval, conocido como Ancla 2, que tenía bajo su control esa Academia. Ese fue el principal centro de detención y tortura de la Armada en toda la Región porteña. Trasladó prisioneros desde la AGN a los buques-prisión Maipo y Lebu. Junto a un pelotón de carabineros, mataron a un opositor a la dictadura en la Plaza Aníbal Pinto. Su curriculum, Juan Campos se lo relató en una entrevista grabada al historiador Jorge Magasich, autor del libro Los que dijeron No que relata el proceso a los marinos constitucionalistas instruido en la Fiscalía Naval de Valparaíso. Pero Campos dice que nunca torturó en la AGN, sino que sólo estaba encargado de analizar documentación y los interrogatorios de los prisioneros. Fue reconocido como “exonerado político” el 19 de noviembre de 1999.

Erwin Dimter, fue calificado como “exonerado político” el 20 de enero de 2000, pero el 2006 se le canceló el beneficio. Ya aparecía como el supuesto Príncipe del Estadio Chile vinculado al asesinato del cantautor Víctor Jara. Seis años después, fue procesado en calidad de cómplice por este crimen, junto a otros siete oficiales (R) del Ejército. Pero Dimter ya tenía conductas golpistas antes del 11 de septiembre de 1973. El 29 de junio de ese año participó en un alzamiento contra el gobierno de Salvador Allende sacando tanques a la calle. La asonada fue liderada por el teniente coronel Roberto Souper Onfray, otro de los encausados por Víctor Jara.


Testimonio

Categoría : Testimonio

Declaración de Félix LABORDE – “Reapertura Comisión Valech año 2010” 

Llegué a Salinas al atardecer del 15.09.1973. Cabe señalar que un día de agosto 1973, poco antes  del Golpe, y haciendo parte de la ínfima minoría de profesores civiles de la Escuela de Oficiales (Especialidades) de Salinas (todos mis alumnos eran mayores que yo), me habían impedido ingresar al recinto donde venía a dar mis clases una vez por semana. Me habían parado en la  puerta exterior del recinto (un marino “portero” me esperaba). Dos alumnos Oficiales, de los  cuales no recuerdo los nombres llegaron y uno de ellos me dijo que yo era “persona non grata”.  Ante mi estupor me dijo: “Te vimos en El Siglo” (o quizás otro diario, no estoy seguro). Pude ver  que en ese diario figuraba mi nombre como profesor de la UTFSM apoyando un proyecto de la  Unidad Popular. No era el momento de insistir. Ya se decía de que el golpe había comenzado “en el  interior” de la Marina. Las clases parecían suspendidas. Todos estaban excitados. No había la  calma habitual. 

El 15.09.1973 llegando a Salinas, yo ya sabía que aquello no se presentaba bien para mí. A patadas  y culatazos me condujeron a una gran sala en el primer piso de uno de los primeros edificios a la derecha de la entrada principal. Aunque estuve siempre vendado, logré estimar a alrededor de 20 a 30 personas en “stock” en el suelo, boca abajo, piernas separadas, según las instrucciones repetidas a patadas. Una gran pieza que daba a una esquina del edificio. Dos ventanas grandes sin cortinas ni persianas daban hacia el lado del mar. Había otras dos ventanas grandes hacia el norte. Algunos entraban. Otros salían. Procedencia y destinos desconocidos. Lo único claro es que uno de los destinos era la pieza del frente, del otro lado del pasillo de ese edificio. Allí se torturaba  “non-stop”. Los aullidos traspasaban los dos muros en duro de ese alto y amplio pasillo. La sala  de al lado (lado sur del “stock”) servía de Sala de Torturas Bis. Los aullidos se escuchaban más  claro. Una puerta cerrada comunicando con las dos salas dejaba pasar todos los sonidos  muchísimo más claro. 
Poco tiempo después de mi llegada, al anochecer (20.00 horas?), fue mi “primer turno” allí. Todo recomenzó, vendado, boca abajo, piernas separadas, un soldado parado sobre cada uno de mis pies, otro dando vuelta y dando pequeñas patadas todo alrededor, haciendo así castañetear las hebillas de sus polainas. Su regularidad producía una “musiquita de polainas”. "¿Nombre? ¿Militancia? ¿Actividades en la UTFSM? ¿A quién informabas sobre la Escuela de Oficiales? ¿Actividades de tu mujer? ¿Actividades de tus colegas? ¿Armas? ¿A quién conoces en el MIR? ¿A quién conoces en el PC? ¿A quién conoces en el PS? ¿A quién conoces en el MAPU? ¿Qué militares conoces, fuera de tus ex alumnos de aquí? ¿Qué contactos tenias fuera de nuestra Escuela? ¿Cómo y porque apareciste en los diarios como apoyando a la UP?". El interrogatorio se acompañaba de violentas patadas y culatazos al oír mis respuestas de no saber nada acerca de  sus preguntas. En mi “primer turno” no tuve electricidad. Duró un siglo. Quizás hasta las 23.00  horas. 
Ante mi insistencia e invariable actitud (a pesar del maltrato) de no saber nada de todo esto, de ser francés, de haber sido recomendado a ellos por el Dr. Max VON BRAND (científico alemán fascista, miembro de la Comisión Chilena de Energía Atómica, Profesor desde hace tiempo en la Escuela de Oficiales y en la UTFSM) el ambiente se calmó, y me pasaron a la pieza de “stock”. Pasé la noche  sin dormir, escuchando los gritos de los torturadores y de los torturados. No pasaban más de 10 minutos sin que hubiesen entradas y salidas del “stock”. Me sacaron a otra pieza, donde me  dieron de comer rápidamente sentado en el suelo, y enseguida vuelta al “stock”. Por lo que vi  entre las vendas, supongo que no les daban de comer a todos. Durante unas horas fui “mejor  tratado” que los demás. Recuerdo la mirada vacía de una joven buena moza, “algo pituca”, pelo  corto, muy negro, que a la salida de su turno sentaron en una silla. Era la única sentada y sin venda. No decía nada. Tenía los ojos fijos. No duraba más de dos minutos sentada. Se caía. No le  quedaba equilibrio. La volvieron a sentar un par de veces. Al ver esto, un oficial más histérico que  los demás, ordenó que la sacaran de allí. No volvió más. 

Después de algunas horas del día siguiente, 16.09.1973, quizás a las 09.00 horas, me toco mi segundo turno. Mi insistencia con lo del Dr. Max VON BRAND empeoró las cosas. No cabe duda  que lo contactaron entre tanto. Todas las preguntas de antes volvieron. La militancia comunista de  mi mujer era para ellos una realidad probada. Todo fue más duro. Todo recomenzó con una patada violentísima en los testículos, estando yo por tierra, boca abajo, vendado y piernas abiertas. Fue la segunda vez que perdí el conocimiento desde mi arresto. Apenas despierto, utilizaron sin medida  la electricidad. Era un aparato manual. Alguien daba vuelta una manivela. Estuve así vendado, semidesnudo por abajo. Electricidad en los testículos. Electricidad en la lengua. Electricidad en las orejas. Vi pasar las chispas. Esto se alumbraba. Me arrojaron agua por lo menos tres veces. Un momento particularmente inolvidable fueron las torturas que siguieron después de que yo empujara violentamente la mesa donde el Oficial tomaba notas, producto de un espasmo. Marinos  y suboficiales se mostraron “valientes” frente al jefe Oficial. El fue cruel pero parecía tratar de controlar. No había control cuando se ausentaba, había placer. 

El hecho de que yo hubiese sido Profesor en su Escuela de Oficiales tomaba proporciones  enormes en sus interrogatorios. Les preocupaba lo que yo hubiese podido escuchar. Pensé que si  soltaba algo sobre lo escuchado antes del Golpe, con seguridad que no salía vivo. No abrí la boca  sobre sus conversaciones escuchadas antes del Golpe, durante las pausas de los cursos, sus  susurros y bromas : “Habrá que contar 1 muerto militar por 3 muertos, si tienen armas”, “1/6  bastará”, “tenemos jefes maricones o esperan que tomemos decisiones”, “hay que matar un buen  puñado desde el principio”, “la cuota inicial mínima”, etc. No hablaban abiertamente delante de mí.  Hacían cuidado ante el “joven profesor”, pero mi curiosidad me había dado un oído muy sensible.  En ese entonces la eminencia y la preparación del Golpe quedaban evidentes. Antes del Golpe  había sido discreto sobre todo esto, sin dar informaciones fuera de los canales apropiados.  Después del Golpe, no era para nada el momento de cambiar de actitud. 

Durante este “segundo turno” en Salinas, mi actitud de sordo e inactivo me costó caro en  sufrimientos. Pero me permitió seguir vivo. ¿Mi costosa auto convicción de ser sordo los convenció? No lo sé, pero seguro que no los convenció totalmente ya que después de una eternidad que debe haber durado 3 horas (apenas salido de la Sala de Torturas hubieron los cambios de guardias tras el cañonazo de las 12h) me volvieron a poner boca abajo en el “stock”  de prisioneros. Esta demás decir que aunque estaba sin desayuno, no tuve derecho a almuerzo. Me sacaron de allí en un bus, el 16.09.1973 como a las 15 horas. Había apenas 5 personas en ese  bus fuera de los marinos que custodiaban, todos sentados en el suelo entre los bancos, cabeza abajo para que no pudiésemos ver nada (estábamos sin vendas). Único comentario de este “tour  turístico”: patadas y culatazos para los curiosos. Nuestro destino: La Intendencia, frente al puerto  de Valparaíso.